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El primer intento significativo de rebelión armada en el sur peruano fue el que Francisco
Antonio de Zela dirigiera en Tacna, en junio de 1811 . A pesar de su fracaso, el movimiento
de Zela fue importante porque demostró claramente el deseo que había en esta región de
reunificar el sur peruano y el Alto Perú. Asimismo, demostró que los rebeldes criollos de las
provincias, que en general se encontraban bastante más cerca de los indios que de sus
refinados congéneres blancos de Lima, tanto física como socialmente, sí estaban dispuestos a
aliarse con los jefes indígenas en su intento por derribar el gobierno español. Uno de los
aliados más cercanos de Zela fue el cacique indio Toribio Ara, cuyo hijo, José Rosa Ara,
dirigió el ataque a las barracas de Tacna el 20 de junio; los seguidores indios de este último
se codearon luego con los blancos y mestizos en el desfile triunfal realizado en la ciudad el 23
de junio.
“Nacido en Lima en el año de 1768, hijo de D. Alberto Zela y Neyra, natural de Lugo en Galicia, y de
doña María Mercedes Arizaga Hurtado y Mendoza que nació en Lima.
Don Alberto fue ensayador y balanzario en Cailloma por cuyo empleo cargó 7000 pesos.
Suprimidos allí las Cajas Reales, trasladadas a Arica, y después a Tacna, lo fue también la oficiana
del ensayador. Don Alberto en esta última ciudad, casual y trágicamente por efecto de un tiro
disparado de una escopeta que se creyó vacía, en el momento en que la examinaba un amigo suyo.
Con este motivo le sucedió en el empleo vinculado D. Francisco Antonio, que había hecho sus
estudios en el colegio seminario de Santo Toribio en Lima.
Era hombre de instrucción, de probada valentía, y abnegada sentimientos muy nobles y patrióticos
que le indujeron su deseo la emancipación del Perú, del dominio de España. Acababa de ocupar la
ciudad de La Paz el ejército argentino dirigido por Castelli, y organizado el general Goyoneche en su
acantonamiento de Zepita, las tropas realistas prevenidas para rechazar a aquél cuando Zela
concibió la idea y que muy luego paso a ser un plan convenido, de dar el grito de independencia en
Tacna, para apoyar las operaciones de Castelli, con quien se asegura estaba de acuerdo, y llamar
de una manera seria la atención de Goyoneche a su retaguardia, extendiendo la insurrección hasta
Tarapacá y excitando a ella a otras provincias circunvecinas. El proyecto era aventurado y
expuesto , y los recursos de Tacna muy pequeños para llevar adelante tamaña empresa, en el caso
de sobrevenir el menor entorpecimiento o cualquiera suceso adverso, por inesperado que fuese. El
20 de junio de 1811, día en que el ejército argentino fue vencido en Guaqui, ejecutó Zela en Tacna
la revolución a la que solo pudo atreverse un ánimo tan elevado como el suyo. Reunió en su casa a
la hora convenida a todos los cómplices y muchas gente armada; y con el apoyo de una parte de los
milicianos que estaban en el secreto, procedió a destituir al Subdelegado Don Antonio Rivero, y al
coronel Don Francisco Navarro que era del regimiento de la provincial.
En este movimiento hecho sin efusión de sangre, ni desórdenes, figuran como colaboradores, un
vecino apellidado Capisca, Don José Gómez, el doctor Don Jose4 Barrios, Don Gabino Barrios, Don
Pedro Alejandrino Barrios, Don Juan Rospigliosi, Don Felipe Gil, Don José Rosa Ara (hijo del
cacique del pueblo), Don Fulgencio Valdez, Don Francisco Alayza, Don Santiago Pastrana, Etc. El
cura doctor Don Jacinto de Aranibar se interesó vivamente por el coronel navarro, y por este alcanzó
su libertad. Corridos cinco días, y cuando no se ignoraba en Tacna la victoria del general
Goyoneche en Guaqui, uno de los alcaldes, al tiempo que rondaba de noche, se apoderó del cuartel
en que estaban las armas, y consecutivamente procedió a capturar a Zela. Es de suponer que la
noticia de aquella batalla entró en confusión y el temor en la población, y que esto proporcionó
prosélitos, al que se decidió a formar esta reacción. Acto continuo vino a Tacna tropa armada de
Arica: mas ya se había restablecido la obediencia a las autoridades del rey. Zela fue sometido a
juicio y condenado a muerte. Después de 33 días de prisión, se le trajo a Lima por orden del general
Goyoneche: en esta ciudad tenía que confirmarse la sentencia, y entre tanto ocupó un calabozo en
la cárcel de corte.
Asegúrase que Zela pudo fugar y no quiso hacerlo, resignado con singular entereza a sobrellevar su
fatal destino. En Lima se hicieron grandes esfuerzos para salvar la vida de un hombre relacionado
por su familia, con otras no menos distinguidas que disfrutaban de merecidas consideraciones. Don
Julián García Monterroso comerciante con fortuna y crédito, deudo político inmediato de Zela, no
excusó diligencia, ni sacrificio para llevar a cabo su intento y lo consiguió, quedando reformado el
fallo y conmutada la pena capital, en la de destierro perpetuo al morro de la Habana. En virtud de
otra súplica se innovó aun la sentencia imponiendo a Zela diez años de presidio en el de Chagres, y
terminados éstos, expatriación perpetua.
Su prisión en Lima duró cuatro años, y en 1815 fue remitido al istmo. Allí lo insalubre del clima, y el
rigor a que estaba sujeto, y los pesares que era consiguiente lo martirizasen en situación tan triste y
aflictiva, pusieron término a una existencia el año 1819 y cuando contaba con 51 años de edad.
Era casado desde el 6 de junio de 1796, con doña María Siles y Antequera Lazo de la Vega, siendo
padrino de este matrimonio el coronel Don Francisco Navarro, y el párroco que lo desposó el doctor
Don Fulgencio Barrios.
Tuvo nueve hijos. Uno llamado Don José Santos, ha sido ensayador y balanzario por la República, y
el menor Don Lucas, sirvió en la caballería peruana en la campaña de Junín y Ayacucho.
En la Alameda de Tacna está esculpida en piedra una memoria de Zela, y la revolución que
encabezó.”
Francisco Antonio De Zela y Arizaga es notable por declarar el primer grito libertario
en la ciudad peruana de Tacna el 20 de junio de 1811 es un intento para iniciar la
independencia del Perú. De Zela fue apoyado por un numeroso grupo de criollos,
mestizos e indios, entre ellos el cacique de Tacna Toribio Ara junto a su hijo José
Rosa Ara y el cacique de Tarata y Putina Ramón Copaja.
Trágicamente, el mismo día (20 de junio) el ejército argentino fue derrotado por
fuerzas españolas encabezados por el Brigadier Goyeneche en la zona de Guaqui,
cercano al lago Titicaca, y por lo tanto, De Zela nunca recibió el apoyo necesario.
Esta noticia crea un problema moral para De Zela y su reducida tropa, como
resultado de ello, fueron diezmados y algunos capturados por los españoles sin
presentar batalla. Los principales dirigentes de la rebelión fueron sometidos a
juicio, entre ellos De Zela, llevándolo a Lima para ser condenado a 10 años en la
prisión militar de Chagres-Panamá, De Zela murió allí.
LA REBELIÓN DE TACNA
Francisco Antonio de Zela fue notable por realizar el primer levantamiento por la
libertad en la ciudad de Tacna, el 20 de junio de 1811, como primer intento de la
Independencia del Perú. Francisco Antonio de Zela fue apoyado por un grupo de
criollos, mestizos e indios, entre ellos los caciques de Tacna Toribio Ara y su hijo
José Rosa Ara y el cacique de Tarata Ramón Copaja.
SU MUERTE
Homenaje
Su casa, situada en el centro de la ciudad de Tacna, en la calle Zela # 542, fue designada
oficialmente monumento histórico de Tacna el 26 de julio de 1961.
El 20 de junio, de cada año, dia del primer grito de libertad, es un día festivo laborable en la
ciudad de Tacna.