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Disclamer: Los personajes de la serie Robin Hood de la BBC obviamente no me

pertenecen, porque si fuera por mi…

El titulo del fic está inspirado en la canción Bad Romance de Lady Gaga, que me
parece muy ad doc para esta pareja.

Summary: “Ella no lo amaba. Pero si lo deseaba, ya no había modo de negar


aquello“ Guy&Marian. One shot. Basado en el S02E03.

Bad Romance

«I want your love and I want your revenge.


I want your love… I don’t wanna be friends»

Él no quería ser su amigo. Claro que no.


Le parecía una ofensa el que ella quisiera ofrecerle algo tan inocuo como
amistad. Él quería más. Él la deseaba. Podía tratar de engañarse a sí mismo, decirse
que cualquier mínimo afecto que sintiera por ella se había extinguido el día en que
lo abandono al pie del altar, pero eso sería mentirse de un modo inútil.
La verdad era que la intensidad de su necesidad de ella no había hecho más
que aumentar. No importaba cuantas ambiciones tuviera, lo que sentía por Marian
siempre sería superior a todo lo demás.
Por algún extraño motivo, aunque lo hubiera humillado, la admiraba por
ello. Aquello solo demostraba que Marian valía tanto como él suponía. Era
valiente, decidida. Ella era todo un desafío.
Y él quería que fuera suya.
Y ahora, allí estaba ella, de pie a escasos centímetros de él, con su mano
extendida como una tímida ofrenda de paz. Guy podía sentir el calor de su mirada
abrazando su pecho desnudo con mayor intensidad que el fuego del hogar a sus
espaldas, habría querido sonreír con socarronería para restarle tensión al ambiente.
Pero no podía.
Si, sus labios podrían estar ofreciendo amistad pero sus ojos querían todo lo
contrario.
Por más que lo negara, ella también lo deseaba de algún modo, aun cuando
no fuera consciente de ello. Era innegable la atracción que había entre ellos. Una
atracción peligrosa, incluso enfermiza.
Ella simbolizaba todo lo que él nunca podría ser, su pureza era lo único que
sería capaz de redimir los pecados de su alma condenada. Él representaba todo lo
que Marian odiaba, y aun así… aun así estaba allí, frente a él, con la respiración
agitada e intentando, a toda costa, evitar su mirada.
Guy tomó su mano con más delicadeza de la que estaba acostumbrado a
emplear, sintiendo la cálida y suave textura de su piel entre sus manos. Era solo un
apretón de manos, inocente y aun así Marian no pudo evitar suspirar.
―Guy…―su nombre en aquel susurro entrecortado era más de lo que él
podía soportar. Los ojos claros de Marian se alzaron, suplicantes, buscando su
mirada, pero de un momento a otro se arrepintió, desviando la mirada, buscando
alejarse de su contacto.
Guy se negó a soltarla y aumento la presión de su agarre.
―¿Qué? ―inquirió con irritación.
―No lo sé―admitió. Y era verdad, toda la situación escapaba de su
comprensión.
―Marian ¿de qué va todo esto? ―preguntó buscando su mirada.
―Es sobre amistad, eso es todo.
―No―Guy acortó aun más la casi invisible distancia entre ellos―. Esto no
es sobre amistad―Y él lo sabía muy bien. Después de todo, él no quería su
amistad.
Guy alzó su mano libre e hizo algo que hacía tiempo deseaba. Con lentitud,
acarició la suave mejilla de Marian, la mirada de la joven siguió el recorrido de su
mano intentando negar el escalofrío que la recorrió ante el contacto. Era extraño,
contrario a lo que esperaba sentir, la sensación no fue para nada desagradable. Su
respiración volvió a agitarse cuando Guy repitió el movimiento, esta vez con
mayor lentitud.
Marian no pudo evitar cerrar los ojos ante la nueva caricia. No debería
permitirle tocarla, no debería sentirse así y aun así, era incapaz de darle la orden a
su cuerpo de alejarse de él. Había algo en la atmosfera, algo que la acercaba
inexorablemente a él. Algo que la hacía estremecerse.
Algo que la hacía anhelar lo que no debía.
Los ojos de Marian se abrieron nuevamente, solo para notar que Guy estaba
cada vez más cerca y que si no hacía algo pronto… sabía muy bien que su total
quietud era una invitación más que obvia.
Y por más que no quisiera darle la impresión equivocada a ese hombre, era
incapaz de moverse aun cuando supiera que debía hacerlo y pronto. Un solo
movimiento de su parte y sabía que se detendría, un simple «no» saliendo de sus
labios y seria libre.
Su mirada se encontró con la de Guy, leyendo claramente las intenciones de
reflejadas en esas orbes claras. Si, él le había dicho que tenía mayores intereses,
ambiciones, que ya no sentía nada por ella. Pero esos ojos reflejaban claramente
que mentía.
Como lo hacían los de ella.
Marian no fue consciente de quien hizo el primer movimiento ¿fue Guy?
¿Fue ella? la verdad no importaba, porque de pronto se encontró envuelta entre los
fuertes brazos del hombre, su pecho junto al cálido torso desnudo de él. No había
escapatoria. No había vuelta atrás. No solo porque él era mucho más fuerte que
ella, si no porque, por alguna inexplicable razón, Marian no sentía deseo ninguno
de escapar.
Aunque sabía que se arrepentiría.
Pero no ahora. No esa noche. Algo había cambiado en el ambiente.
Marian buscó con indecisión la mirada de Guy. Allí estaba, el deseo bailaba
en esos ojos claros, era tan intenso, la tensión entre ellos cargaba el aire de un
modo extraño. Electrizante.
Aquello era peligroso, demasiado peligroso. Demasiado arriesgado. Marian
debería alejarse, ella había ido hasta Locksley esa noche para rescatar al pequeño
apresado injustamente por Guy, no debía olvidar aquello. Sir Guy era un hombre
perverso. Era la mano derecha del Sheriff, el ejecutor de todas su fechorías.
Y sin embargo, allí estaba, dejándose envolver por los fuertes brazos de ese
oscuro hombre capaz de las peores fechorías imaginables, Guy inclino su rostro
acercándose a ella y con un movimiento extrañamente vacilante rozó los labios de
Marian con los suyos.
Ya no había vuelta atrás. Estaba perdida, irremediablemente perdida. El
contacto inicial se intensifico y ella misma se sorprendió recibiendo de manera
dispuesta los besos de ese hombre. Un hombre que debería odiar. Algo había
despertado en su interior, algo desconocido. La pasión, el deseo… sensaciones que
muy poco tenían que ver con el amor. Porque ella no lo amaba se recordó, aun
cuando estuviera aferrando sus manos con fuerza tras su cuello, aun cuando su
cuerpo se arqueara hacia él buscando aumentar el contacto entre ellos. Aun cuando
sus labios buscaran los de él de forma frenética.
Ella no lo amaba.
Pero si lo deseaba, ya no había modo de negar aquello.
No cuando sus labios emitieron un suspiro entrecortado a modo de protesta
cuando fueron liberados, no cuando la boca de Guy marcaba un camino de fuego
descendiendo por el arco de su garganta antes de comenzar un recorrido por la
parte superior de su clavícula. Debía detenerlo antes de que fuera demasiado
tarde.
Con reticencia, Marian se apartó de él. Su respiración seguía agitada y sus
labios estaban levemente enrojecidos producto de los besos. Ambos se sostuvieron
la mirada de modo interrogante, ninguno de los dos podría negar lo que había
ocurrido. Sería imposible. Marian sabía que Guy esperaba una explicación a su
comportamiento, pero la verdad era que ni siquiera ella podía explicarse lo que
había sucedido. Solo sabía que no volvería a repetirse. No podía repetirse.
Ella no lo amaba, se repitió, lo odiaba. Odiaba todo lo que él representaba.
Y aun así, parte de ella, lo deseaba. Como muy a su pesar había descubierto.
Pero nada se sostenía en el deseo se recordó.
―¿Marian? ―inquirió Guy con voz ronca en busca de respuestas.
―Es tarde, será mejor que me vaya―se apresuró a decir.
―Quédate… ―pidió. Su mano aun sostenía firmemente una de las suyas.
Marian observó sus manos unidas sin saber que responder.

Hola:
¡Mi primer fic de Robin Hood! Y el primer Guy & Marian en español, oh y
si tengo tiempo, pretendo seguir… lo siento, ese par es mi debilidad. La verdad,
escribí esto porque ¡oh, necesitaba hacerlo! La escena en Locksley del capítulo 3
de la 2° temporada es una de mis favoritas por el grado de tensión que tiene y…
bueno, mi mente la altero un poco. Creo que esto es lo que sucede cuando uno
no duerme mucho por estudiar y escucha Bad Romance más veces de las
indicadas.

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