26 Linciist1ca, PoéTIcA, TIEMPO
Oneguin tuviera un valor literatio en sf mism
tradicional en la historia del pensamiento!
vich Pisarev (1840-1868), por ejemplo, negaba que Eugenio
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1
I
EL VERSO Y LOS SONIDOS DEL LENGUAJE
P. — Su asociacién de la lengua poética a la teorfa fonol6-
1 parece que presenta desarrollos cada vez. més vastos y miil-
tiples. La puesta en correlacién del material poético, del ma-
terial pictérico incluso y de las cuestiones generales de la. sig-
nificacién no constituye sino un aspecto —por més que sea el
clemento capital— de todo un problema complejo. La existen-
de una jerarquia manifiesta que revela la estructura misma
1 verso no es menos importante. Hace largo tiempo que el
150 es objeto de estudio en Rusia y fue precisamente el verso
cuestiones y a las disputas
fueron los primeros en reformar la versificacién musa y
normas de la lengua literaria rusa en el siglo xvi. Las ince-
santes disputas del siglo xrx a este respecto cedieron el paso
a las investigaciones prosédicas de los simbolistas, y pacticulat-
mente de Andrei Bely, quien, como usted a afirmado, dio un
spulso a su propio trabajo. Bely dio cl paso al frente que se
imponia —descubrié los errores cometidos en el tratamiento
del verso y constaré ademés la existencia, aparte del metro,
esquema ideal de oposiciones, de otro esquema menos especu-ae ok parent yey erasers,
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que la propiedad misma de 1a oposicién —la cantidad de la
voce), por ejemplo— y las manifestaciones mutuamente opues-
tas de dicha relaciéa —en este caso In duraci6n larga y la du-
nciéa breve de las vocales— se ponfan de relieve, Aun més,
cl andlisis de estas relaciones-me obligaba a hacer abstraccién,
ea dl par de oposiciones larga-breve, de las vocales conctetas
sonitidas al mismo. De ello se desprendia la idea de una dis-
tinciéa cualitativa entre las vocales, el concepto de « fueta de
| oposicién cuantitativa, por ejemplo,-y nego la de una rela-
ci6a cuanttativa abstracta entre Ja deracién maxima y la mf
nina, es decir entre Ia longitud y Ja brevedad, Tneviteblemente
past de las propiedades prosédicas, donde la posibilidad o in-
cluso la necesidad de un tal andlisis era particularmente clara
‘yrurgente, a las demés series de pares fénicos que se prestaban
in similar, como la diferencia entre sonora y sor
pares de consonantes tales como dt, 25, b-p,
hizo aparecer netamente Ja independencia
Ie tema de Ja lengua y del pensamiento lingiis-
tio, de las propiedades asociadas tales como sorda-sonora, y las
unidades (d/t, etc.) independiente-
participacién o ausencia de la vor que las divide.
_ Estas consideraciones me Ievaron, a finales de los afios
veinte y en el curso de mis investigaciones sobre la evolucién
fonoldgica del ruso y de Jas otzas Jenguas eslavas, a reconocer
un tipo particular de relaciones fonolégicas que designé con el
término, procedente de la légica, de correlacién. Este concep-
to resulté fecundo para la descripcién de los sistemas fn
peto también para la explicacién de sus mutaciones hist6ricas.
Es sabre el andlisis de dichas correlaciones que se basa mi pri
mer tratado de fonologia histérica, «livolution phonologique...»,
ge constituyé el segundo volumen de los Travaux du Cercle
ing
iERsO ¥ soNtpos DEL LENGUAE 33
Comenzando por estudiar los sonidos del lenguaje con res-
pecto a sus funciones significativas, hablamos definido el fone-
‘ma como Ia unidad minima de la lengua capaz de servi
diferenciar las i
tanto, el andlisis de las correlaciones fonolégicas habia ya ne-
cesariamente puesto en duda la indivisibilidad del fonema —pa-
a poner el ejemplo del fonema 5, era posible aislar 1a carac-
teristica de sonoridad frente a la de sorder sobre la base de la
proporcién b:p = d:t, o Ia caracteristica de oclusividad, opues-
ta a la de fricatividad, en virtud de la proporcién b:0 = p:f,
fo atin la ausencia de nasalidad opuesta a su presencia, tal como
aparece en la proporcién b:mz = din.
Se imponfa la definicién del fonema en tanto que haz de
propiedades distintivas —el concepto de fonema cedia asf el
ogar a las unidades seméntico-istintivas més simples, a los
elementos diferenciales tales como 1a sonoridad, la oclusi
ctoéiera, Esta constatacién, precisamente, orienté mis definicio-
nes del fonema desde el principio de los aiios treinta. El fone-
‘ma mantenia evidentemente su importancia, pero se transfor-
mé de unidad primaria en unidad derivada, es decir en una
combinacién de elementos simulténeos —tal como la silaba,
dque tiene una funcién de unidad derivada en Ia sucesi6n tem-
poral de los sonidos del lenguaje—. Por otra parte, la nueva de-
finicién tedtica del fonema anticipaba el descubrimiento de los
datos empiricos necesarios para su justificacién,
Trubetskoi, en el primer volumen de fos Travaux, aplica-
ba ya a las vocales un método similar de descomposicién del
fonema en elementos consti i
lisis de las consonantes permaneci6, sin embargo, largo tiempo
sin llegar a los descubrimientos esperados.
3 —sxoasor