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EL FUTURO NO PUEDE ESTAR DESIERTO (por Juan Carlos Scovenna)

La humanidad ha colocado al planeta tierra en grave peligro. El cambio climático, la


deforestación y los procesos de desertificación son ya una amenaza real. Lo
percibimos cada día y poco es lo que hacemos para modificar nuestras actitudes
que contribuyen a agravar el daño. Debemos empezar por nuestra propia
conciencia, nuestros propios actos y sobre todo, en nuestra propia casa.
La Pampa sufre un grave proceso de desertificación que impide el desarrollo
humano, destruye el ecosistema e impide la diversidad biológica.
Todo ello se produjo en pocas décadas y amenaza con agravarse.
Veamos las razones y también las acciones que deberíamos emprender:

1.- Tenemos un inmenso territorio desertificado no por causas naturales


sino por acción del hombre.

Desertificación que tiene grave implicancias en lo humano, la diversidad biológica,


la producción y la economía, afectando no sólo a los pampeanos sino al conjunto de
la Nación Argentina y al Mundo tal como lo reconocen las convenciones
internacionales y las leyes nacionales que han ratificado las mismas.

2.- Esa desertificación puede ser revertida en tanto se produce por acción del
hombre sobre un territorio que se encuentra afectado además por la sequía, por ser
un territorio de escasas precipitaciones pluviales anuales. La sabia naturaleza
otorgó escasos caudales de lluvias pero brindo allí el escurrimiento natural de dos
ríos que provocaban extensos bañados donde abundaba la diversidad biológica, era
posible desarrollar acciones para el riego y lo que es más importante, permitía el
asentamiento humano con abundancia de agua dulce y enormes pastizales que
provocaban un riqueza hoy perdida.

3.- No basta la acción del Estado para lograr el objetivo de revertir la


desertificación. La misma ONU reconoce la necesidad de la participación activa
de las poblaciones locales y organizaciones no gubernamentales.

4.- Las acciones destinadas a la finalidad de revertir la desertificación no


pueden se acotadas a la acción y a la voluntad de los estados provinciales,
ni tampoco a la intermediación del Gobierno Nacional u organismos
internacionales.

5.- Es necesaria una fuerte, decidida y permanente lucha contra la


desertificación mediante la denuncia de las causas que la originan ante el mundo
entero.

Los 193 Estados Nacionales que suscribieron la Convención de las Naciones Unidas
de Lucha contra la Desertificación en los Países Afectados por Sequía Grave o
Desertificación, ha reconocido que el problema es de tal índole que afecta a la
humanidad en su conjunto.

6.- Las Naciones Unidas (ONU) han reconocido el derecho al agua como un
derecho humano esencial, que se ha visto violado de manera sistemática por la
desaprensiva acción de los estados provinciales arribeños, sea cortando el
escurrimiento de las aguas del Río Atuel como disminuyendo el cauce del Río salado
o Chadileuvú, provocando así la seca definitiva de humedales, bañados e
impidiendo el acceso al agua a una considerable porción de nuestro territorio que,
de continuar, se tornará inhabitable para las generaciones futuras por el grave
proceso de desertificación que desde hace más de sesenta años se está
provocando.

7.- La desertificación provocada de nuestro territorio que abarca


posiblemente más de dos millones de hectáreas, constituyen ya no un
agravio y un daño a los pampeanos, sino un atentado a la naturaleza y un
crimen a la humanidad.

Por lo que deberíamos proponernos:

1.- La constitución de un movimiento de lucha contra la desertificación,


abierto, plural, generoso que involucre a todos los pampeanos, pero cuya
finalidad sea involucrar a todos los argentinos y al mundo en su conjunto.
Hoy es posible hacerlo por la fenomenal herramienta que es la Internet. Todos los
participantes del movimiento pueden desde sus propios hogares hacer conocer al
mundo la grave situación y solicitar la solidaridad y el apoyo.

2.- Es necesario que los jóvenes sean los principales protagonistas.

En el mundo que se aproxima y en el que ellos deberán vivir, las guerras serán por
el agua y nosotros ya tenemos perdida una gran parte de ese recurso tan preciado
para la vida. Deben ellos ser conscientes de la necesidad de emprender esta lucha
sin solución de continuidad, hasta que hayamos logrado revertir el proceso de
desertificación y ver que el agua de nuestros ríos corre naturalmente por nuestro
territorio.

3.- Los documentos base que se elaboren para darlos a conocer al mundo,
deben ser claros, precisos, concisos y que apelen al sentimiento noble de
proteger la naturaleza y la diversidad biológica y el desarrollo sustentable.

Creemos que pocos documentos bien elaborados deberían ser distribuidos entre
todos los participantes del movimiento, para que éstos a su vez los envíen en forma
sistemática y orgánica a distintos sectores de la vida nacional e internacional.

4.- No es necesario provocar un boicot contra Mendoza.

Pero sí es preciso hacerle conocer a nuestros comprovincianos y al mundo entero


que por cada litro de vino producido en esa provincia hermana, significa nada más
y nada menos que contribuir a la desertificación de nuestro territorio. Que cada
visitante (turista) que llegue a Mendoza, de manera indirecta pero muy clara,
estará contribuyendo a la desertificación. Que cada Estado o empresa que
comercialice productos de Mendoza (Vinos, aceite de oliva, aceitunas, frutas, etc)
estará garantizando la continuidad de nuestro desierto provocado por el hombre.
No debemos olvidar que son 193 las naciones que ratificaron la Convención de las
Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación. A todas ellas hay que remitirles
los documentos que se elaboren, a sus embajadas, a sus empresas, a las agencias
de turismo, a sus organizaciones no gubernamentales vinculadas a la lucha por la
preservación del medio ambiente. También a las empresas que puedan estar
radicadas en Mendoza o a las que estén por radicarse, cualquiera sea su
naturaleza. A Greenpeace argentina y a su sede mundial. A las naciones Unidas. Al
Congreso Mundial de lucha contra la desertificación. A las personalidades del
mundo del espectáculo. A los premios Nobel argentinos y extranjeros. Escritores,
artistas, músicos. A todos los que poseen cargos políticos en argentina, desde
concejales hasta la propia Presidencia de La Nación. A las Legislatura provinciales.
A los Congresos de los distintos países de América. A la comunidad Económica
Europea. A todas las Universidades del mundo, etc, etc.

5.- La exigencia debe ser clara: basta de desierto, queremos el agua que
nos pertenece.

Debemos pedirle al mundo que se exprese solidariamente, mostrando mediante


fotografías y cortos documentales el desierto que se ha provocado.

6.- El cambio climático también es provocado por acciones como las que
producen la desertificación provocada por el hombre.

Pues entonces que el mundo sea solidario y se exprese en todos los foros posibles.
De buenas maneras debemos decirle al mundo que si queremos evitar males
mayores y realmente contribuir a no agravar el cambio climático, estas acciones
que emprendemos también tienen esa finalidad y que quien no se exprese o no
contribuya a nuestras acciones, estará sí contribuyendo a agravar el problema.

7.- Debemos ser claros que no estamos en contra de que Mendoza tenga
un vergel. Lo que pretendemos es que ese vergel no se haga a costo de la
desertificación de nuestro territorio.

A costa de violar la leyes de la naturaleza, de agravar el problema de ruptura de los


ecosistemas e impidiendo el desarrollo sustentable de otras regiones.

8.- Estar decididos a dar esta lucha en paz, pero con la verdad cruda en
nuestras manos, a sabiendas que Mendoza es un estado provincial muy poderoso
y que utilizará todas las herramientas a su alcance para neutralizar nuestras
acciones.

9.- Comprometernos a realizar acciones de toma de conciencia de nuestros


conciudadanos (Pampeanos, argentinos y del mundo entero). La Escuela y
la Universidad deben ser el centro de las miradas de este movimiento. El
material que se elabore debe ser simple, agradable e ilustrativo para que nuestros
niños desde pequeños comprendan la problemática y la necesidad de luchar para
conseguir que el agua vuelva naturalmente a nuestro territorio. No es posible que
nuestros niños vean documentales de “salvemos a las ballenas” o
“ayudemos a desempetrolar los pinguinos” (que desde ya, está muy bien),
y sin embargo no conozcan la cruda realidad de nuestro desierto causado
por el hombre y la carencia del agua potable tan necesaria para la vida
humana y toda la diversidad biológica.

10.- Lograr un nombre y un logo que identifique al movimiento.

De esta forma, cada vez que se realice una acción o una comunicación a cualquier
lugar del mundo, que la identificación se directa y clara.

“Ninguna causa intrínsicamente justa puede darse jamás por perdida”

Mahatma Ghandi

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