La harina de maíz, especialmente la integral, por su
contenido en ácidos grasos esenciales, tiene mucha
tendencia a ponerse rancia en contacto con la luz solar o la calor. Cuando ocurre esto, no solamente pierde sus cualidades alimentarias sino que desarrolla malos olores y mal sabor, lo que la hace prácticamente inservible.
No debemos olvidar la posibilidad de que la harina, cuando
esta mal conservada, pueda desarrollas aflatoxinas que son los productos de deshecho que elaboran principalmente los hongos del género Aspergillus, sustancias que han demostrado ser muy nocivas para la salud, tanto en personas como animales, por sus efectos tóxicos sobre el sistema nervioso e inmunológico y por el papel que desempeñan en el desarrollo del cáncer de hígado.
Por lo tanto es importante conservar la harina de maíz en
recipientes bien cerrados y secos, en un lugar oscuro protegido de la luz y fresco. Esto es especialmente indicado para la harina de maíz integral, que sería más recomendable conservarla dentro de la nevera. La principal ventaja de la harina de maíz con respecto a otras harinas como las de trigo, cebada, centeno o avena, es el hecho de carecer de gluten por lo que resulta adecuada para las personas con enfermedad celiaca o intolerancia al gluten. Esto permite preparar una serie de platos que son adecuados para este tipo de enfermos. Por otra parte, por el hecho de carecer de gluten, no puede utilizarse este tipo de harina como ingrediente exclusivo en la fabricación de pan si no se combina con otras harinas panificables (trigo,cebada, centeno o avena) Esto no implica que no sea utilizado como " pan " básico en algunas culturas que, como se explica mas abajo, utilizan diferentes técnicas para conseguir su digestibilidad.
La harina de maíz presenta, al igual que el grano de esta planta, deficiencias
en aminoácidos, por eso muchas veces se le añaden suplementos de los mismos para aumentar sus propiedades alimentarias, especialmente triptófano. Por otra parte, este tipo de harina es una buena fuente de hidratos de carbono, minerales (magnesio, fósforo, hierro, selenio y cinc) de vitamina B, especialmente tiamina vitamina E y vitamina A. La harina de maíz preferida por el consumidor es la blanca, que, cuando no esta enriquecida, carece de vitamina A y de fibra, pues ambos componentes desaparecen con el refinado.