Está en la página 1de 1

DIÁLOGO DE LAS MÁSCARAS EN LOS GRUPOS DE REFLEXIÓN

Monitor: (Inicia las presentaciones de cada uno de los miembros del grupo, Nombre, Parroquia de donde venimos, aficiones…)

Cada chico se va presentando, al llegar a la máscara, la respuesta es:


Máscara: No se (con actitud apática). Hace tiempo que no se nada sobre mí.

Monitor: Bueno, al menos nos podrás decir tu nombre, donde vives…


Máscara: No se, hace tiempo que perdí el rumbo de mi vida, que no se quien soy, lo que soy, cual es mi sitio, el lugar donde
vivo…. No se nada de eso

(Los demás chicos le preguntan, insisten en que diga algo sobre él)
(La máscara responde):
Máscara: Perdí mi identidad, creo que antes era feliz, tenía amigos…. Alguien con quien compartir mis cosas, mi tiempo. Ahora
me siento triste, como si me faltaran las ganas de vivir, me falta energía, todo me da igual, no tengo ilusión por nada.

Monitor: ¿Qué fue lo que te llevo a esta situación?


Máscara: No lo se exactamente, fue quizá un cúmulo de muchas circunstancias. Creo que todo empezó con un chico nuevo que
vino a mi clase, al principio era genial, nos lo pasábamos muy bien juntos. Pero poco a poco dejé de asistir a algunas clases, luego
me fugaba las mañanas enteras. Claro a mis padres los llamaban con mucha frecuencia por eso. Empezaron entonces las broncas
en casa con mis padres y yo ya no me sentía cómodo en mi casa.
Recuerdo vagabundear por las calles… en ese tiempo y por ese motivo mi chica me dejó. Eso fue muy duro para mi, porque lejos
de ayudarme a darme cuenta de lo que estaba haciendo, me llevó a buscar la libertad y el placer en otras cosas… En fin problemas
con mis padres, con mis amigos de siempre (a los que abandoné), problemas de dinero… La consecuencia de todo esto es qué soy
ahora: NADIE, sin pasado, sin presente y sin un futuro. Me gustaría poder recuperar mi identidad, saber quien soy y hacia donde
debo dirigirme, necesito a Alguien que me guíe.

Monitor: Estate atento porque hoy puedes encontrar la solución para liberarte de la vida que llevas.

Jesús responde a nuestras preguntas


(Reflexión por grupos)
¿Qué es ser discípulo de Cristo? Seguir a Jesús
"Venid y lo veréis" (Jn 1, 39). Así responde Jesús a los dos discípulos de Juan el Bautista, que le preguntaban donde vivía. En
estas palabras encontramos el significado de ser discípulo de Cristo. En esta escena tan conmovedora reconocemos todo el
misterio de la vocación cristiana.

¿Qué es seguir a Jesús?


Los discípulos siguieron a Cristo. Seguir a Jesús es la expresión evangélica favorita para designar el discipulado. Se sigue a una
persona, y no un programa o una ideología. Cuando Jesús habla de la actitud de sus discípulos hacia él, Jesús dice: "seguir". Como
las ovejas siguen al pastor (Jn 10,4.5.27). Seguir a Jesús es fiarse de Él, dejarse iluminar por Él: "El que me sigue no camina
en las tinieblas, sino que tiene la luz de la vida" (Jn 8,12). La "obra" principal que el Padre pide de quienes siguen a su Hijo es
"que crean en él" (Jn 6,29).

Jesús nos llama a seguirle, pero para escuchar su llamada ¿qué actitudes debemos de cuidar en
nosotros?
Los dos discípulos son invitados a seguirle viviendo con Él y como Él. Es la llamada de Jesús a todo hombre. Una llamada que,
para ser escuchada, requiere búsqueda y generosidad. De otro modo es difícilmente perceptible.

¿Nos atrevemos a avanzar por el camino que se abre ante nosotros? ¿Consentimos al seguimiento
sincero y generoso de Jesucristo?
El cristianismo prende en los apasionados por la verdad y por el amor. Hay mil maneras de buscar. Pero todos los corazones
persiguen lo mismo. Se llama felicidad, amor, alegría, razones para vivir, etc. Son nombres más o menos afortunados. Todos los
nacidos de mujer, sabiéndolo o no, buscamos lo mismo. Eso, detrás de lo cual el corazón anda ansioso, tiene un nombre, toma
cuerpo, se deja ver, se puede decir que pasa delante de uno. Un verdadero cristiano es quien se ha encontrado con el rostro de
Jesucristo y este encuentro no le ha dejado indiferente.

Para ser feliz Jesús invita a sus discípulos al don total de su vida, sin cálculo ni interés
humano, con una absoluta confianza en Dios.

También podría gustarte