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Pienso que durante la última década en nuestro país, al igual que en muchas partes del mundo con

un nivel de desarrollo similar al nuestro o mayor, el concepto de competencia laboral ha pasado a


tomar un rol protagónico, principal y vital en la educación superior del país, y poco a poco está
permeando los niveles de educación que la preceden.

En el contexto colombiano, con el desarrollo, tecnificación e industrialización del sector productivo


que viene presentándose desde finales del siglo XX, se hizo evidente la incoherencia creciente
entre las necesidades que presentaba el sector productivo con respecto al perfil de profesionales
que desempeñasen en él; y por otro lado el sector educativo, el cual había estado aislándose
paulatinamente, convirtiéndose en un sector rígido y tradicionalista en la formación de los
profesionales en el sector, de manera que el objetivo final de la formación de profesionales del
país no se estaba cumpliendo, o por menor en una buena proporción, la cual es cada vez mayor
junto con la distancia entre sectores.

Estos antecedentes sumados a otras causas, ocasionan la crisis económica y el desempleo en el


país. Así pues, el gobierno nacional, dentro de las muchas medidas que se tomaron para superar
esta etapa, quiso levantar la cabeza y dar vistazo volteando la mirada hacia otros países con mejor
calidad de vida en busca de soluciones para nuestra región.

Desde este punto se empieza a llevar a cabo el proceso de adopción de nuevos modelos
educativos entre otras medidas, lo que conlleva a un rescate, una mejora, una revolución en el
sector educativo, con la implementación de un nuevo modelo educativo que tiene por objetivo
formar profesionales para desempeñarse en áreas específicas con eficiencia y atendiendo a las
necesidades actuales que planteaba la industria, comercio y economía del país; en ese momento,
se empieza a adoptar, a rescatar al mismo tiempo concepto competencia, su significado y
características como fundamento del este nuevo modelo educativo.

El significado de la palabra competencia en el entorno laboral nos habla de la capacidad de un


profesional para realizar tareas específicas, con eficiencia, en un contexto determinado.

Este concepto, que es bastante complejo y no se debe tomar a la ligera, el concepto sigue siendo
explorado en la actualidad y sus clasificaciones aumentan. Hoy día existen diferentes tipos de
competencias para la realización de diferentes tipos de tareas y así mismo, se tiene mayor
conciencia de que las competencias, se obtienen de las diferentes experiencias, durante las cuales
se aplican diferentes tipos de conceptos, ideas y teorías, en diferentes contextos y ambientes
laborales y no laborales.

Aquellas competencias a las cuales, se les atañe responsabilidad en realización de labores del
sector productivo de una región, se denominan competencias laborales y como lo dice su nombre,
hacen posible la realización de una labor con mayor ó menor grado de eficiencia, con mejores o
peores resultados según el desarrollo de la misma.

La implicación de acción en un contexto como el laboral en este caso, nos hace también
conscientes de la existencia de infinidad de procesos, metodologías y formas diferentes para
adquirirlas; y por consiguiente, todo un mundo de posibilidades y metodologías en la educación
del ser humano para su obtención, donde resulta imposible separar la teoría, los conceptos y de su
aplicación en el contexto real, resulta imposible separar la formación del mundo productivo donde
se practica el resultado de esa formación.

El mundo educativo deja entonces de estar apartado del laboral, para volverse una simulación
controlada de éste último, y los docentes dejan de ser recipientes de teoría sin sentido, para
convertirse en expertos del sector productivo que vienen a trasmitir sus experiencias y
conocimiento obtenidos del mundo laboral y acercar a sus estudiantes mucho más a él, a la
realidad que les espera y que se encuentre mejor preparados, formados para afrontarlo y tener
éxito en él.

El mismo concepto de aplicación envuelto en el concepto de competencia, obliga tener en cuenta


las necesidades de las áreas de desempeño profesional de una región para su desarrollo.

Con este cambio de paradigma, se retoma entonces la formación de profesionales teniendo en


cuenta las necesidades del sector productivo y para el sector productivo; al igual que el norte y la
alineación entre ambos sectores educativo y productivo en una conciliación sin precedentes.

Con la formación profesional por competencias se busca crear conocimiento con aplicabilidad real
en los profesionales y orientar su formación para que logren saber hacer en el contexto
productivo, mediante la interpolación entre conceptos teóricos, su experimentación y
confrontación en el mundo; generando nuevos conceptos y conocimientos. Nace entonces en
Colombia, al igual que ha pasado en muchas otras regiones del mundo, de la mano del gobierno y
el SENA en nuestro caso, un nuevo modelo a seguir, un nuevo enfoque educativo, de formación
que, hasta la fecha arroja muy buenos resultados en el desempeño profesional de los
profesionales del país.

En consecuencia o resultado paralelo, se genera la continua exploración de la interacción de


ambos sectores productivo y educativo a través de los profesionales y las empresas, necesaria
para mejorar e enriquecer paulatinamente el modelo educativo de formación por competencias,
el concepto y clasificación de estas últimas, el mejoramiento continuo de la calidad de los
profesionales de nuestro país y, por inercia su desempeño y el de las organizaciones.

Todo esto conlleva al progreso del país y como finalidad principal el incremento de la calidad de
vida de los Colombianos.

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