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Segunda Charla de La Semana de La Juventud
Segunda Charla de La Semana de La Juventud
VIRGINAL CONYUGAL
La alternativa es clara: o
el hombre controla sus
pasiones y obtiene la
paz, o se deja dominar
por ellas y se hace
desgraciado.
EL DOMINIO DE SÍ
La castidad requiere rechazar ciertos pensamientos, palabras y
acciones pecaminosas.
El dominio de sí comporta evitar:
• Tanto las ocasiones de provocación e incentivos al pecado,
• Como superar los impulsos instintivos de la propia naturaleza.
EL DOMINIO DE SÍ
• Cuando la familia ejerce una válida labor de apoyo educativo y
estimula el ejercicio de las virtudes, se facilita la educación a
la castidad y se eliminan conflictos interiores.
EL DOMINIO DE SÍ
• Para algunos, que se encuentran en ambientes donde se
ofende y descredita la castidad, vivir de un modo casto puede
exigir una lucha exigente y hasta heroica.
EL DOMINIO DE SÍ
• De todas maneras, con la gracia de Cristo, que brota de su
amor por la Iglesia, todos pueden vivir castamente aunque se
encuentren en circunstancias poco favorables.
LA CASTIDAD CONYUGAL
• Las personas casadas son llamadas a vivir la
castidad conyugal; las otras practican la
castidad en la continencia.
LA CASTIDAD CONYUGAL
Los padres deben ser conscientes de que el mejor
presupuesto para educar a los hijos en el amor casto y en la
santidad de vida consiste en vivir ellos mismos la castidad
conyugal.
Esto implica en los padres:
• Que sean conscientes que en su amor está presente el
amor de Dios.
• Por tanto, deben vivir la donación sexual en el respeto a
Dios y de su designio de amor, con fidelidad, honor y
generosidad hacia el cónyuge y hacia la vida que puede
surgir de su gesto de amor.
LA CASTIDAD CONYUGAL
• El cristiano está llamado a vivir su entrega en el matrimonio
en el marco de su personal relación con Dios, como expresión
de su fe y de su amor por Dios, y por tanto con la fidelidad y la
generosa fecundidad que distinguen el amor divino.
LA CASTIDAD CONYUGAL
Los padres deben considerar cualquier ataque a la virtud y a la
castidad de sus hijos como una ofensa a su propia vida de fe y
una amenaza de empobrecimiento para su comunión de vida y
de gracia.
LA EDUCACIÓN A LA CASTIDAD
La educación a la castidad apunta a tres objetivos:
• Conservar en la familia un clima positivo de amor, de virtud y
de respeto a los dones de Dios.
• Comprender gradualmente el valor de la sexualidad y de la
castidad y sostener su desarrollo con el consejo, el ejemplo y
la oración.
LA EDUCACIÓN A LA CASTIDAD
• Comprender y descubrir la propia vocación al matrimonio o a
la virginidad dedicada al Reino de los cielos en armonía y en el
respeto de sus aptitudes, inclinaciones y dones del Espíritu
Santo.