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Eduardo Campos Rodríguez Su ADN en el DNI

Hoy en día existe la posibilidad de que en el DNI junto con nuestros datos, Edad,
nombre, apellido y huella dactilar se incluyan además datos sobre nuestra información
genética, una característica totalmente única de cada persona.

Los beneficios de archivar perfiles genéticos junto con nuestros datos podrían
favorecer sustancialmente en situaciones tan comunes como la identificación de
personas y sobre todo en labores y tareas de investigación, especialmente en la
búsqueda de sospechosos o en la identificación de cadáveres.

Hoy por hoy tan solo se almacenan los perfiles genéticos de criminales que hayan
cometido un crimen violento para una posible futura reincidencia y de personas que se
hayan sometido a pruebas de ADN de forma totalmente voluntaria, y bajo su
consentimiento de archivación del mismo.

Frente a esta posibilidad, la idea de añadir datos sobre la información genética de la


población en los documentos nacionales de identidad no resulta tan alocada y ficticia
como podría haberlo sido en un pasado cercano.

Algunos intentos muy recientes sobre la implantación este tipo de datos en los
documentos de los ciudadanos se han dado ya en países como Holanda, en la que el
jefe de policía de Rotterdam proponía la creación de un perfil genético de todos los
ciudadanos holandeses, y Reino Unido en la que el antiguo primer ministro Gordon
Brown proponía el incluir datos biométricos (en este caso huella dactilar, fotografía y
digitalización del iris.) a la hora de renovar el pasaporte. Sin embargo este tipo de
propuestas ha ocasionado un gran rechazo por parte de la población, en el cual se
alega una violación a los derechos y especialmente a la intimidad de las personas al
almacenar datos de su perfil genético con el agravante de que nadie asegura que este
tipo de datos se usen únicamente en situaciones de alta justificación como
investigaciones policiales, reconocimiento de sospechosos o identificación de
cadáveres.

En mi opinión la archivación de este tipo de información personal a día de hoy todavía


nos evoca una sensación de rechazo, especialmente debido a que tenernos “fichados”
a través de un perfil genético podría desembocar en un control mucho más potente y
eficaz que cualquier otro empleado hasta la fecha.

Prácticamente nadie conoce todas las consecuencias de dar información sobre su


perfil genético y realmente esto podría ocasionar como bien se ha rebatido ya por este
y muchos aspectos una violación de nuestros derechos y especialmente el de la
intimidad por el intenso control al que podríamos vernos sometidos ya que no sólo
tendrían información sobre mi sino también sobre el resto de mis familiares por la
demostrable relación que existe entre nosotros mediante una comparaciones de ADN.
Hoy en día no creo que exista ninguna razón de tanto peso como para almacenar la
información genética de todos los ciudadanos de un país en una base de datos, de la
cual encima nadie asegura con total certeza su fortuito uso en situaciones especiales,
como cualquier tipo de investigación de real relevancia.

Aunque no descarto que en un futuro no demasiado lejano, cuando la gente conozca


totalmente los beneficios y problemas que guardar su ADN presenta y se asegure de
forma totalmente veraz el correcto e intransferible uso de esta información, se
implanten este tipo de perfiles de información genética y otros junto con nuestros
datos actuales.

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