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el Lenguaje del Cuidado Vol.

1; Núm 3

2 Departamento de Metodología Enfermera (FUDEN)


el Lenguaje del Cuidado Vol. 1; Núm 3

Director:
D. Antonio Arribas Cachá http://www.ome.es/
Editores: 01_01.cfm?id=320
Dr. D. José María Santamaría García
(Editor Jefe)
Dra. Dña. Lourdes Jiménez Rodríguez
(Editora Edición Internacional)

Asesores Científicos:
Dra. Dña. Carmen Sellán Soto
Dr. D. Jorge Luis Gómez González
(Revisor Documental)
Dr. D. León Atilano González Sotos
Dr. D. Roberto Barchino Plata
(Editor Web)
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Asesores Profesionales: Editorial

Dña. Sonia López García (Editorial) ................................................................................................................................................................................ 5


(Responsable de Reedición)
Conceptualizaciones acerca del cuidado
Dña. Laura África Villaseñor Roa
(Revisora Editorial)
La Enfermería atrapada por Maslow. Un pequeño homenaje a este genial
D. Ricardo Borrego de la Osa psicólogo
D. José Luis Aréjula Torres
(Nursing has been catched by Maslow. A small tribute to this brilliant
Dña. Raquel García Calvo
(Responsable Edición Internacional) psychologist) ....................................................................................................................................................................... 7
D. Antonio Vázquez Sellán
Educción sobre el cuidado
D. Ángel Abad Bassols
Dña. Teresa Blasco Hernández Desarrollo de Diagnósticos asociados a una hidratación problemática
Dña. Carmen Ferrer Arnedo
(Development of Diagnoses associated to a problematic hydration) .... 17
Dña. Cristina Cuevas Santos
Dña. Inés Soto Mancebo Los Diagnósticos descriptivos de la lactancia materna
Dña. Jenifer Araque García (The descriptive Diagnoses of Breastfeeding period) ............................................... 27
(Asistente Edición Internacional)

 Copyright 2009 – FUDEN Axiomas del cuidado


Departamento de Metodología El cuidado instintivo es real
Veneras, 9; 2º derecha. 28013 MADRID 3
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Departamento de Metodología Enfermera (FUDEN)
(Instinctive care is real)...................................................................................................................................... 37
ISSN: 1989-0745 x
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Dr. Santamaría García


(Editor Jefe)

Si aceptamos que la opinión, según la Real Academia de la Lengua, es el “dictamen o juicio


que se forma de algo cuestionable”, no sería justo decir que la opinión no forma parte del
conocimiento.
Al fin y al cabo, conocer se define, según esa misma Institución, como la acción de “averiguar
por el ejercicio de las facultades intelectuales la naturaleza, cualidades y relaciones de las cosas”: y
resulta trivial indicar que dictaminar o juzgar forman parte de las facultades del intelecto.
Ahora bien, ya los clásicos nos advirtieron de que existen distintos formas de conocer y que
de ellas (y de los fundamentos en los que se basan) se derivan distintos grados del conocimiento. De
esta forma, la opinión (o doxa) es un grado de conocimiento, sí, pero basado en lo que percibimos, lo
que experimentamos, y por tanto constituye un conocimiento parcial y limitado, pero conocimiento
al fin y a cabo.
Es evidente que en el contexto de la Enfermería (como sucede con cualquier disciplina), el
conocimiento de su práctica se fundamenta en la experiencia y esto es tanto más así cuanto mayor
sea el grado de especialización. Resulta por tanto significativo, y acertado, que sobre las Especialidades
Enfermeras sólo posean conocimiento reconocido (aunque éste sea limitado), es decir opinión,
aquellas enfermeras cuya experiencia les haya permitido forjarse el juicio con el que abríamos este
editorial: un primer nivel de doxa denominada pistis que puede entenderse, así lo hace el Ministerio
de Educación en su Área de Filosofía, como Creencia.
Lo que ya no es evidente, y resulta curioso, es que haya quien considera tener opinión, juicio,
sobre aquello que no ha experimentado, sobre ámbitos del cuidado en los que nunca ha ejercido y
cuyo acercamiento se circunscribe a las opiniones de otros o por lo que aprecia de la experiencia
ajena. A este tipo de opinión los clásicos la denominaban Eikasía o Imaginación: entendida como el
grado más bajo del conocimiento, no como la alternativa a los problemas irresolubles que planteaba
Einstein (dentro del Episteme, la ciencia).
Así pues, opinar sobre lo que no se ha experimentado es imaginar, y si esto se hace con
animadversión, para indisponer a las personas hacia el objeto imaginado, la Real Academia de la
Lengua establece que el concepto apropiado para definir esta conducta es: chismorrear (símil de
cotillear, para quien quiera comprobarlo). Esperemos pues que el discurso de las Especialidades se
quede en la opinión experimentada, pistis, y no se vea entorpecida por quienes, tan solo viendo
sombras, imaginan la realidad y además se consideran sabios.

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La Enfermería atrapada por Maslow. Un pequeño


homenaje a este genial psicólogo.
D. Vázquez Sellán, Antonio; Dra. Dña. Sellán Soto, Carmen

(Escuela de Enfermería “la Paz” Universidad Autónoma de Madrid, Hospital Universitario “la Paz” Comunidad
Autónoma de Madrid)

Cita de artículo
Vázquez Sellán A, Sellán Soto C. La Enfermería atrapada por Maslow. Un pequeño
homenaje a este genial psicólogo. Lenguaje del cuidado 2009; 1(3): 7-15.

Palabras clave
Psicología humanista, cuidado, jerarquía de necesidades.

Resumen
La psicología humanista y, concretamente, la obra de Abraham Maslow han
influido en la generación de lenguajes y metalenguajes sobre el cuidado en el ámbito
de la Enfermería.
La disciplina enfermera asumió sin reservas los planteamientos maslowianos
sobre las necesidades y su jerarquía.
Por ello, en este artículo, los autores plantean un acercamiento a este
pensamiento y su evolución desde una concepción reduccionista sobre la persona
como organismo hasta su visión de la misma como una totalidad.

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Abstract
Humanist psychology and specifically, Abraham Maslow´s work have
influenced in the generation of languages and metalanguages about care in nursing
environment.
Nursing assumed openly Maslow’s expositions about the needs and their
hierarchy.
For this reason, in this article, the authors raise an approach to this thought
and its evolution from a reduccionist conception on the person like a being to their
vision of the same like a totality.

Introducción
El pasado año 2008 se cumplieron cien años del nacimiento de Abraham
Maslow, figura destacada de la psicología contemporánea, especialmente importante
dentro del ámbito de la psicología humanista. Su figura resulta particularmente
atrayente e interesante en el campo de la Enfermería.
Como veremos en este artículo, la trayectoria biográfica e intelectual del autor
culminará, en nuestra opinión, en un discurso sobre la persona. Esta forma de ver y
comprender al ser humano será recogido por las teóricas del cuidado y sobre esa base
serán elaborados algunos de los marcos teóricos y profesionales más conocidos de la
Enfermería contemporánea.
Veamos, en primer lugar, sucintamente el perfil biográfico de nuestro autor.
Nació en Nueva York en 1908, en el seno de una familia ruso-judía inmigrada en los
Estados Unidos, y parece haber tenido una infancia difícil e incómoda. Su condición
judía fue fuente de roces, aunque tal vez le abriera oportunamente algunas otras
puertas.
Pronto se interesó por la antropología, las cuestiones sociales y por la psicología.
Algunos textos parece que fueron decisivos en su evolución, en especial el de William
G. Sumner (1840-1910) Folkways, y también, las conferencias de J.B. Watson, sobre los
instintos y las emociones infantiles, en el libro colectivo de Murchison Psychologies of
1925. Ambos textos facilitaron su elección por la psicología. Realizó sus estudios en la
Universidad de Wisconsin, y tuvo como profesores, entre otros, a Harry Harlow, Clark
Hull o W. Sheldon; durante este tiempo se interesó por la investigación experimental
y la primatología. Una vez finalizada la carrera, empezó a trabajar con Thorndike, en
Wisconsin, quien le facilitó sus estudios sobre la conducta social de primates.
Ya en Nueva York, en el Brooklyn College, donde permaneció casi tres lustros
(1937-1950), conoció y trató con un grupo de emigrados de la Alemania nazi y que eran
figuras importantes intelectualmente en la vieja Europa: Kurt Goldstein, Erich Fromm,
Alfred Adler, Max Wertheimer, Kurt Koffka, entre otros. Finalmente, se trasladó a la
Universidad de Brandeis, una institución judía liberal, en Waltham (Massachusetts),
donde pasó el resto de sus días (1951-1968). Allí falleció en 1970.

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Como sabemos, la psicología estaba fuertemente dividida en dos grandes


corrientes, la conductista y el psicoanálisis. Maslow contribuyó al nacimiento de lo que
se vino a llamar la “tercera fuerza” en psicología, la psicología humanista. La psicología
humanista ha sido muchas veces definida como aquélla que no es ni conductista ni
psicoanalítica. Las definiciones negativas, como es natural, no satisfacen a casi nadie. El
rechazar al conductismo y al psicoanálisis podría valer para otros muchos movimientos
y escuelas como: el factorialismo, el constructivismo piagetiano, entre otros. Bugental
trató de caracterizar a la psicología humanista a partir de los siguientes rasgos. Para él,
el psicólogo humanista, según cita Carpintero (2002, p.224):
1) Rechaza como inadecuadas e incluso engañosas las descripciones del
funcionamiento y experiencia humanas basadas totalmente o incluso, en
gran parte, en especies infrahumanas.
2) Insiste en que es más importante el sentido que el método al seleccionar los
problemas a investigar, al diseñar y ejecutar las investigaciones, y al
interpretar los resultados.
3) Concede una atención primordial a la experiencia humana subjetiva, y otra
ya secundaria a sus acciones, insistiendo en que esta primacía de lo subjetivo
es fundamental en cualquier empresa humana.
4) Ve una interacción continua entre ‘ciencia’ y ‘aplicación’, de modo que cada
una de ellas contribuye constantemente a la otra, y el intento rígido de
separarlas debe ser reconocido como menoscabándolas a ambas.
5) Se interesa por el caso individual, el excepcional y el impredecible, en vez
de estudiar sólo lo regular, lo universal y lo conformado.
6) Busca lo que pueda expandir o enriquecer la experiencia humana y rechaza
la perspectiva paralizadora del mero pensamiento“ (Bugental, 1967, p.9).
Maslow junto a J. Bugental, Rollo May, Charlotte Bühler y otros colegas,
crearon en 1961 la American Association for Humanistic Psychology, organización para
defender sus ideas novedosas. El movimiento tenía a su favor el, llamémosle “espíritu
del tiempo”. Debemos recordar que a finales de la década de los 60 del siglo XX,
empezaba a producirse en Estados Unidos el ocaso del conductismo. Pero no era sólo
un clima novedoso en el mundo de la psicología, sino que estaba emergiendo el
movimiento de contracultura, de los derechos civiles, la desegregación, la cultura de la
droga, la crítica a la guerra de Vietnam, los ‘hippies’, los ‘flower children’, Rosa Park,
Martin Luther King (1929-1968), que recibió el premio Nobel en 1964.
Para Maslow, la psicología científica no podía sentirse ajena al conflicto moral
que vivía el país. De forma que la contracultura que comenzaba a agitar la vida
americana se encontraba en perfecta sintonía con los impulsos profundos que estaban
moviendo a los psicólogos de la tercera vía: el individualismo, por un lado; la
convicción en la perfectibilidad humana, y en la validez de los valores del amor, la
sinceridad, la apertura; un sentido hedonista de la existencia y, en fin, un cierto
innegable “irracionalismo”, que aspira a ‘pasar de la razón’ sin someterse a sus decisiones
ni resultados (Smith, 1994). Ese interés vital domina la obra de Maslow. En efecto, para

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él resultaba evidente que “no hay ninguna razón para que[la ciencia renuncie a
problemas como amor, creatividad, valor, belleza, imaginación, moral y alegría,
dejándolos del todo en manos de los “no-científicos” (Maslow 1973, p.18). Los marcos
limitados y con frecuencia estrechos de la ciencia no pueden imponer la renuncia a
cuestiones tan centrales. Naturalmente, esa nueva perspectiva abría ante sí todo un
campo de cambios y reformas intelectuales que era preciso emprender. En cierto modo,
éste fue su proyecto básico

La evolución de un psicólogo
Es la suya una trayectoria intelectual de nítidos perfiles y en ella se observa esa
peregrinación desde el conductismo positivista a lo que hoy llamamos la psicología
positiva, es decir, la que trata de priorizar los aspectos positivos y constructivos de la
persona. El primer paso parece haber sido el que le condujo a interesarse por el estudio
de la conducta humana y sus formas. Hay que recordar, con toda energía, el papel
importante, que en su día tuvieron sobre su pensamiento los textos de Sumner y
Watson. William Graham Sumner (1840-1910), en Folkways (1906), había trazado una
amplia pintura de las variadas formas de obrar, cómo el hombre se adapta al mundo en
sociedades y tiempos muy diversos; la necesidad de vivir hace que, desde una base
instintiva, se busquen modos de resolver las demandas vitales; de ahí surgen las
costumbres y formas de la vida social. John B. Watson (1878-1958), por su parte, había
tratado de determinar cuál era el equipamiento biológico-psicológico con que el niño
viene al mundo y le capacita para sobrevivir, y había apuntado una explicación acerca
del modo cómo esas primeras dotes - amor, temor e ira - se complican y enriquecen.
Con la psicología, pues, se trataba de la posibilidad de explicar aquella variedad
inmensa de las formas de la vida humana. El conductismo parecía ser un humanismo.
“Cuando comprobamos que no funcionaba, me sentí desencantado”, le confesó a Frick
en cierta ocasión (Frick, 1973, p.28).
Frente al determinismo conductista, surge luego una nueva perspectiva. En el
caso del hombre, no se trata básicamente de conductas determinadas mecánicamente
por estímulos que operan como causas eficientes; se trata de fines y propósitos, de
metas, a lograr en el marco de la convivencia social. Las necesidades abren ante el
sujeto un campo de objetos más o menos valiosos; la sociedad regula esos valores,
fomentando unos y vedando otros (y esto es algo que varía con las sociedades; la
prueba, los estudios de Ruth Benedict sobre las ‘mores’ de los Indios Pueblo, los Dobu,
los Zuñi… o la censura psíquica originadora de conflictos que Freud puso al descubierto
como base de los trastornos neuróticos).
La cuestión básica, dentro de cada cultura, es la de la oposición: logro o
frustración.
Maslow realizó interesantes estudios de laboratorio con primates, luego con
mujeres y con niños. Su llegada al campo de la primatología estuvo determinada por su
interés acerca de unos temas que se movían en el borde mismo de lo humano: la
motivación de la dominancia y sumisión, en particular, en relación con el sexo. Su

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tesis, de 1934, versó precisamente sobre ‘”el rol de la dominancia en la conducta social y
sexual de primates infrahumanos”.
Esos aspectos del comportamiento aparecen luego relacionados con el tema del
poder y muy especialmente, con el de la seguridad. Maslow encontró, por ejemplo, que
unos monos macho copulaban con otros machos aparentemente no con finalidad
sexual, sino por ejercer sobre los últimos su dominación y poder. Por su parte, en el
mundo del niño creyó ver que hostilidad y agresión, frente a generosidad y
cooperación, tendrían una análoga raíz: “que el niño es inseguro” (Maslow, 1975, p.179).
Se abría ante sus ojos la exploración de la conducta humana en relación
precisamente con el mundo de valores. Y ello desde la convicción de que la vida es una
totalidad que regula todos sus elementos y componentes, es una estructura holista,
como habían probado los análisis gestaltistas de Wertheimer, y muy principalmente de
Goldstein. Este último, sobre todo, había mostrado cómo ciertos soldados con heridas
en el cráneo reconstruían funcionalmente sus mecanismos operativos para readaptarse
eficazmente a sus nuevas condiciones.
Todo ello le había de llevar a reconocer que las personas tienen ante sí una
tarea mucho más compleja que la mera evitación de necesidades: en mayor o menor
medida, aspiran a afirmarse creativamente, a realizar lo que les da valor y seguridad, a
su realización como personas, y al despliegue de sus dimensiones y capacidades
positivas. De esta suerte, abandonó definitivamente las investigaciones de psicología
comparada y psicología social que tenía entre manos, para dedicarse a escribir lo que él
llamó ‘una filosofía y psicología comprensivas y sistemáticas de la naturaleza humana’.
Hasta entonces había aceptado que la psicología tenía que buscar su verdad
paciente, lenta y cautelosamente, paso a paso. Ahora, por el contrario, empieza a sentir
que el mundo necesita la verdad de la psicología, no en el futuro indefinido, sino
ahora. Como en su momento le ocurriera a Freud, los temas y problemas de un campo
especializado terminaron por llevar a estos hombres a tener que enfrentarse con la
psicología del hombre normal, con la mente y la conducta del hombre medio.
Comenzaba a poner el pie en el nuevo continente de la psicología actual.
Empezaba a preocuparle el hombre normal, tanto o más que el enfermo. Le dedicó un
capítulo en sus Principles of Abnormal Psychology, de 1941 (Maslow y Mittelmann,
1941), y siguió estudiándolo en su obra posterior. El viaje de este genial psicólogo no ha
estado exento de peripecias. Veamos con un cierto detenimiento algún punto central
con mayor detalle para comprender por dónde ha ido caminando la psicología.
Durante mucho tiempo la psicología ha visto el organismo, animal o humano,
como un sistema dinámico que se mantiene en equilibrio gracias a un complejo sistema
operativo que le permite mantener su homeostasis. Hace unos años, Yela lo resumió
magistralmente de esta forma: para él, toda una serie de teorías “se basan, en último
término, en un mismo modelo para explicar el dinamismo de la conducta. El
organismo es un sistema de fuerzas en equilibrio. El estímulo rompe este equilibrio. La
respuesta lo restaura”.

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Se refería, así, a sistemas tan diversos como “la reflexología de Pavlov, el


psicoanálisis de Freud, el conexionismo y el conductismo de Thorndike, Watson y
Hull, y la teoría de la Gestalt, de Wertheimer y Köhler a Lewin” (Yela, 1974, p.129).
Claude Bernard, en su estudio fisiológico de los líquidos del organismo, en 1859,
concibió éste como una unidad estructural integrada por un medio interno fijo y
constante, que se halla en interacción con su medio externo, frente al que mantiene
una independencia y un control específicos. Este modelo permitió luego a los
psicólogos comprender la conducta de los organismos, viéndola como aquella actividad
homeostática que satisface a la conservación biológica, y opera según el principio
general de los sistemas dinámicos de la acción y la reacción. Walter Cannon, como es
bien sabido, reactualizó estas ideas al examinar en detalle esa sabiduría del organismo
(The wisdom of the body, Cannon, 1963), que vendría a revelarse en el fenómeno de la
homeostasis.
Desde esta doctrina, se ve claramente que el organismo, bien bajo el influjo de
la estimulación externa, bien por obra del proceso de actividad interna, se ve abocado a
sufrir unos déficits o pérdidas de sustancia, que generan una ‘necesidad’, la cual pone
en marcha un ciclo bien conocido de ‘impulso’, ‘actividad instrumental’, ‘logro de meta’,
‘conducta consumatoria’ y ‘satisfacción’ de la necesidad. Como escribió Woodworth,
por tomar un ejemplo, “la inquietud que caracteriza a un individuo impulsado por un
motivo interno da paso al descanso y satisfacción cuando se alcanza el resultado final”
(Woodworth, 1925, p.85).. Es oportuno notar que ese modelo ajustó perfectamente la
idea de vida como equilibrio y reequilibramiento con la de conducta como proceso de
conservación y automantenimiento. Y la adaptación del organismo a su medio radicaba
en esa respuesta eficaz al reto previo planteado por el entorno, algo que había
formulado muchos años antes el evolucionismo. La adaptación homeostática lograba el
reajuste tras la superación del déficit experimentado; la respuesta era causada
eficientemente por el estímulo precedente y por la estructura orgánica heredada.
Ambos factores eran las causas determinantes, y la conducta, el efecto. Y la
especificidad de la necesidad determinaba la índole propia de la respuesta que buscaba
satisfacerla. Maslow reacciona frente a ese modelo ya en 1943, cuando publica en
Psychological Review su artículo, luego muy citado, ‘A theory of human motivation’
(Maslow, 1943, luego recogido en parte en Motivación y personalidad, Maslow, 1975,
p.85 y ss). Comienza por considerar que el organismo es una verdadera unidad
gestáltica. En cambio, los procesos homeostáticos aparecen referidos a necesidades
específicas, bien individualizadas, que precisan de mecanismos fisiológicos bien
diferenciados. Es decir, que mientras la experiencia inmediata muestra que “la mayor
parte de las exigencias no son independientes, ni pueden ser localizadas
somáticamente” (Maslow, 1975, p.68), los procesos homeostáticos “no han de considerarse
como típicos, ya que son aislables y localizables somáticamente” (Maslow, 1975, p. 86).
Eso por un lado., pero además, la teoría homeostática supone que el estado normal del
organismo será precisamente de calma y equilibrio, al cual volverá tras cada episodio de
reajuste.
Ahora bien, el caso es que una vez satisfechas todas esas necesidades fisiológicas,
el individuo sigue deseando, solo que ahora se trata de nuevas metas. “El hombre es un

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animal perpetuamente deseante” (a perpetually wanting animal) (Maslow,1945, p.370), y


por tanto, no habrá ese supuesto equilibrio sin deseos que las conductas pretenderían
restaurar. Eso quiere decir que la gratificación obtenida al solventar un déficit no
implica una detención. Satisfecha una necesidad, aparecerá otra, que ya estaba ahí, esto
es, que no ha necesitado de la llegada de un estímulo para activarse, sino que, por el
contrario, se hallaba ya latente.
Maslow supone la existencia de una jerarquía de necesidades, donde las más
superficiales ocultan a las más profundas y oscuras. El factor desencadenante de los
planos más hondos es, precisamente, la satisfacción de los superficiales. Por eso, en el
sistema habrá que guardar “un lugar más central para las motivaciones inconscientes
que para las conscientes” (Maslow, 1945, p.370): justo porque serán las más permanentes
y estables, frente a las otras, más puntuales. La homeostasis tiende a regresar al
equilibrio en aquellas necesidades que implican déficit, pero para nuestro autor, son
más importantes otras motivaciones que, en cambio, impulsan a un acrecentamiento, a
una reactivación de la existencia del sujeto.
Recuérdese a este respecto que, pocos años antes, ya Gordon Allport había
postulado un sistema motivacional que diera razón de la diversidad de proyectos de
vida adulta, tan distante de la reducida lista de motivaciones primarias. Aquéllas, en su
opinión, surgirían de éstas, aunque serían “funcionalmente independientes” (Allport,
1970, p.211).
Aquí no se trata de eso. Lo que habría es una familia jerarquizada de
necesidades que se van turnando a la hora de ejercer el predominio sobre la actividad
del sujeto. Es bien conocida esa jerarquía de necesidades diseñada por su autor. En
forma de pirámide, coloca sobre las fisiológicas las de seguridad (o liberación de los
temores), y sobre éstas, las sociales (amor, pertenencia, afiliación…) y, por encima, las de
autoestima del yo y, sobre todas ellas, las de autorrealización. En las primeras capas, aún
cabe aplicar el modelo de motivación de superación de deficiencias y reducción de
necesidad. Cabe que se necesite más seguridad, o más amor, o más amistad participativa
con otros semejantes.
La privación de esas necesidades, que son naturales, como repite Maslow en
varios lugares -por eso las llama ‘instintoides’-, terminan por producir enfermedad,
tanto sea por carencia del calcio, como por falta de amor y protección, algo que
conduce a la neurosis (Maslow, 1973, p.51). En cambio, en la última, en la
autorrealización, no se trata de que falte algo, sino de que se exprese, expanda o
manifieste la persona: “es un crecimiento intrínseco de lo que ya está en el organismo
o, más exactamente, de lo que ‘es’ el organismo en sí”. Y añade: “es un crecimiento
inmotivado más que una deficiencia motivada” (Maslow, 1975, 190).
Se trataría, en suma, de que el individuo desarrolle y dé de sí lo que en el fondo
es. “Las personas autoactualizadas se bastan a sí mismas, dan de sí cuanto permite su
capacidad, recordándonos la exhortación de Nietzsche: ‘¡llegad a ser lo que sois!’“
(Maslow, 1975, p.209).
En otras palabras: los animales, y también en parte el hombre, desarrollan
conductas que buscan satisfacer deficiencias y menoscabos para automantenerse en la

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existencia; pero en el hombre, y en sus formas más plenas, aparece un motivo superior
y esencial, que parece impulsar a la realización de formas plenas, acabadas de
humanidad, para las que sus protagonistas sienten vocación, llamada interior,
aspiración, necesidad vivida. Son formas a las que con dificultad se acercan otros
individuos reducidos a unas existencias más convencionales e impersonales.
Esto supone una cierta idea del hombre, que le aleja de la idea del simple
organismo, para venir a centrarse en el sujeto personal. Maslow calificó su doctrina
como “teoría holística-dinámica” (Maslow, 1975, p.85). Se trata, singularmente en el caso
del hombre, de “un todo organizado, integrado” (Maslow, 1975, p.67). Se trata de un ser
dinámicamente instalado en la existencia, en un perpetuo desear y movimiento.
Esa totalidad no sólo se mantiene en la existencia, sino que se despliega,
complica y enriquece. Al operar activamente sobre el entorno, como individuo normal,
sano, se manifiesta su profunda condición dinámica, que tiende a la plena
individualización. Es lo que el mismo autor llamará ‘autorrealización’: “la tendencia a
realizarse es el motivo que pone en marcha al organismo” (Maslow, 1975, p.118).
Se trata en suma de contemplar la vida humana como proceso de cumplimiento
de una vocación. Los aspectos existenciales de esa vida, destacados por la filosofía
contemporánea, entre otros, de Ortega, Heidegger, Sartre. Estos aspectos de la
existencia giran en torno a la libertad, la historicidad, la libertad, el conocimiento, la
construcción de sí mismo, la responsabilidad, cobran ahora relevancia en la psicología,
mientras pasa a un segundo término el extremo naturalismo que venía imperando en
el conductismo precedente. Surgen entonces las preguntas, esenciales en psicoterapia,
acerca de quién sea yo, lo que deba ser, lo que deba hacer, lo que debiera elegir.
Son preguntas referidas al ‘ser’. La contestación no deja lugar a dudas: “En última
instancia, el mejor modo que una persona tiene de averiguar lo que debe hacer, es
descubrir quién y qué es, porque el camino… hacia lo que debe ser, pasa por ‘lo que es’,
por el descubrimiento de hechos, de la verdad, realidad y naturaleza de la propia
persona” (Maslow, 1985, p.139).
Maslow ha venido así inevitablemente a situarse ante el dilema entre la empiria
y la norma racional, entre el ser y el deber ser, reabriendo toda una serie de
interrogantes clásicos sobre el hombre. Hijo de su tiempo, miembro de una cultura
minoritaria, la judía, tremendamente desgarrada por la persecución y la violencia en la
Europa de los años 30, y luego, unos años después, enfrentado a la experiencia de una
sociedad dividida por la crisis moral de la guerra del Vietnam y el cambio de valores
generacionales, no ha dejado de reflejar en su obra el deseo profundo de hallar una
respuesta, siquiera ideal y utópica, a los conflictos históricos de su tiempo.
Y en el campo de la psicología, sus inquietudes le han llevado a entrever, desde
su doctrina del autodesarrollo, la dirección en que hoy se mueve la “psicología
positiva”, abierta hacia las personas creativas, sanas, orientadas hacia la realización
personal, y ajustadas a un mundo globalizado. Desde aquellas primeras prácticas
cuidadoras de los primeros humanos a los cuidados enfermeros actuales y a su
desarrollo (ver Sellán, 2009), personajes como Maslow han facilitado un lenguaje nuevo
para la Enfermería.

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Sea como fuere el mundo del cuidado se ha nutrido de este genial autor. Su
famosa pirámide (ver, entre otros, García y Sellán, 1995; Vázquez, 2008) ha sido incluida
en numerosos modelos y filosofías. De este modo los modelos profesionales (ver
Santamaría, 2008, entre otros) y los modelos conceptuales como el de Orem (ver
Santamaría, 2008; Vázquez, 2008; García y Sellán, 1995) han asumido parte de su
discurso. Pero eso será motivo de un próximo artículo.

Bibliografía
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2. Benedict, R. (1944) El hombre y la cultura. Buenos Aires: Sudamericana
3. Cannon, W. B. (1963) The wisdom of the body. New York: Norton
4. Carpintero, H. (2006) Historia de las ideas psicológicas. Madrid: Pirámide
5. Carpintero, H. (2002) La psicología humanista en su marco histórico, en Del estímulo a la
persona. Valencia: Universidad de Valencia, 223-237
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Departamento de Metodología Enfermera (FUDEN) 15


el Lenguaje del Cuidado Vol. 1; Núm 3

16 Departamento de Metodología Enfermera (FUDEN)


el Lenguaje del Cuidado Vol. 1; Núm 3

Desarrollo de Diagnósticos asociados a una hidratación


problemática

Dña. Yolanda Aguayo Benito (1); Dña. Sara Matesanz García (2); Dña. Anunciación
Martínez Arroyo (3); Dña. Gema Díez Rodríguez (4); Dña. Jenifer Araque García (4);
Dña. Elena Núñez Acosta (4)

Enfermeras: (1) Departamento de Sanidad del Gobierno Vasco (Guipúzcoa), (2) Centro de salud de Sepúlveda
(Segovia), (3) C.S. Meco (Madrid), (4) Hospital Universitario “La Paz” (Madrid)

Cita de artículo
Aguayo Benito Y, Matesanz García S, Martínez Arroyo A, Díez Rodríguez G, Araque
García J, Núñez Acosta E. Desarrollo de diagnósticos asociados a una hidratación
problemática. Lenguaje del cuidado 2009; 1(3): 17-26

Palabras clave
Educción, Diagnóstico, Cuidado, Hidratación

Resumen
Hidratar se define como "restablecer el grado de humedad normal de la piel u
otros tejidos”.
La valoración del grado de hidratación queda recogida en todos los modelos
teoréticos de enfermería.
Un diagnóstico correcto es fundamental para adecuar un correcto tratamiento
y prevenir otros problemas del cuidado humano.

Departamento de Metodología Enfermera (FUDEN) 17


el Lenguaje del Cuidado Vol. 1; Núm 3

Abstract
To hydrate is defined as “restoring the normal humidity degree of the skin or
other tissues”.
The valuation of the hydration degree is collected in all the nursing theoretic
models.
A right diagnosis is essential to adapt a correct treatment and to prevent other
problems with the human care.

Introducción
A partir de la normalización que, sobre la Conceptualización del conocimiento
del cuidado de las personas, fue realizada por el Departamento de Metodología de
FUDEN (Fundación para el Desarrollo de la Enfermería), el grupo de investigación que
ha realizado este trabajo se planteó como objetivo la adquisición del conocimiento
sobre los diagnósticos asociados a los problemas en la hidratación, propuestos por la
NANDA (North American Nurses Diagnosis Asociation).
En dicha adquisición se contempló, tal y como marca la Normalización
FUDEN, en primer lugar la extracción del conocimiento tanto de fuentes centradas en
la descripción taxonómica como en fuentes que abordan los aspectos clínicos de estos
problemas y, en segundo lugar, la educción que de dichos problemas poseía el grupo de
expertos clínicos que participó en el estudio.
Según la Real Academia de la Lengua Española (RAE) se entiende hidratar como
“restablecer el grado de humedad normal de la piel u otros tejidos”.
El agua supone un 70% del peso total del cuerpo humano, suponiendo así un
elemento esencial en su composición. Además, el agua interviene en todos los procesos
vitales del organismo: sin agua no hay vida. Al ser la hidratación una necesidad, un
requisito fundamental para la vida, supone para la disciplina enfermera un campo de
especial interés en el que centrar su mirada.
Cabe destacar que la edad, como condicionante básico, supone un factor
esencial a considerar en la aparición de este tipo de problemas. Así, los niños y los
ancianos son más vulnerables a esta problemática: no porque su demanda de
autocuidado sea sustancialmente diferente sino, más bien, porque su agencia de
autocuidado puede verse limitada. Es por esto que estos grupos poblacionales son
considerados población diana en los programas de prevención de la deshidratación.
Además otros factores condicionantes, de hábitos o ambientales, tales como la práctica
de ejercicio físico, aun aumento de la temperatura ambiente en forma de olas de calor,
requieren una especial atención por el riesgo (por aumento de la demanda de
autocuidado) que generan.
La valoración del grado de hidratación queda recogida en todos los modelos
teoréticos de enfermería, incluyéndose en el requisito del mantenimiento del aporte
suficiente de agua, en la necesidad fundamental alimentación/hidratación o en el

18 Departamento de Metodología Enfermera (FUDEN)


el Lenguaje del Cuidado Vol. 1; Núm 3

patrón nutricional-metabólico según D. Orem, V. Henderson o M. Gordon


respectivamente.

Metodología
• Objetivo General: determinar las variables, la interrelación de las mismas y
su posible aplicabilidad en las etiquetas diagnósticas que permiten
conceptualizar alteraciones de la hidratación, propuestas por NANDA, de:
o Riesgo de desequilibrio de volumen de líquidos.
o Exceso de volumen de líquidos.
o Déficit de volumen de líquidos.
o Riesgo de déficit de volumen de líquidos.

• Objetivos Específicos:
o Establecer los valores determinantes de cada diagnóstico.
o Discriminar los factores etiológicos que los causan, los propician
o coadyuvan a su mantenimiento.
o Determinar las posibles situaciones asistenciales en las que el
diagnóstico puede aparecer.

• Sujetos de estudio: Los sujetos de estudio fueron los diagnósticos NANDA


relacionados con los problemas de hidratación de las personas; a saber:
Riesgo de desequilibrio de volumen de líquidos; Exceso de volumen de
líquidos; Déficit de volumen de líquidos; Riesgo de déficit de volumen de
líquidos.

• Tiempo de estudio: El presente estudio se realizó del 15 de septiembre de


2008 al 15 de diciembre de 2008. Durante el primer mes se realizó la
Extracción del conocimiento; en el segundo mes se trabajó en la Educción y
los dos meses últimos se emplearon en la depuración de resultados.

• Metodología: Se ha seguido la metodología de Adquisición del conocimiento


taxonómico sobre situaciones del cuidado de las personas, normalizada por
FUDEN, que consta de las siguientes fases:

a) Primera fase o de “Extracción del conocimiento”:


1. Etapa de recopilación de datos.
2. Etapa de análisis y estandarización.

Departamento de Metodología Enfermera (FUDEN) 19


el Lenguaje del Cuidado Vol. 1; Núm 3

b) Segunda fase de verificación clínica o de “Educción del


conocimiento”:
1. Fase de aportación individual de cada uno de los
integrantes.
2. Fase de trabajo en equipo, donde se analizarán las
aportaciones individuales.
3. Fase de consenso y documentación.

Resultados
Los resultados se presentarán en tres apartados determinados por los objetivos
específicos de la investigación:

• 1) Valores determinantes diagnóstico:

Riesgo de desequilibrio de volumen de líquidos

Diagnóstico Valores determinantes


00025 Riesgo de desequilibrio de volumen de - No existen (diagnóstico de riesgo)
líquidos
Riesgo de sufrir una disminución, aumento o
cambio rápido de un espacio a otro de los
líquidos intravasculares, intersticiales o
intracelulares.

Exceso de volumen de líquidos

Diagnóstico Valores determinantes


00026 Exceso de volumen de líquidos 00071 Agitación

Aumento del líquido intravascular, intersticial o 00178 Aumento de peso en un período corto de tiempo, de
intracelular. días a semanas.
00204 Aportes de líquidos superiores a las pérdidas

00205 Edema

00206 Disminución Hb. y Hto.

00207 Cambios hemodinámicos (T.A.)

00208 Cambios patrón respiratorio: disnea, ortopnea,


estertores
00209 Oliguria

00210 Desequilibrio electrolítico

00395 Confusión

00511 Ansiedad

20 Departamento de Metodología Enfermera (FUDEN)


el Lenguaje del Cuidado Vol. 1; Núm 3

Déficit de volumen de líquidos

Diagnóstico Valores determinantes


00027 Déficit de volumen de líquidos 00073 Debilidad muscular

Disminución del líquido intravascular, intersticial 00197 Temperatura corporal por encima del límite normal
o intracelular. Se refiere a la deshidratación o
pérdida sólo de agua, sin cambio en el nivel de 00209 Oliguria
sodio.
00212 Sed

00213 Sequedad de la piel y mucosas

00214 Aumento de la concentración de la orina

00215 Disminución de la tensión arterial

00216 Aumento del hematocrito

00217 Pérdida súbita de peso

00670 Disminución del volumen de líquidos

Riesgo de Déficit de volumen de líquidos

Diagnóstico Valores determinantes


00028 Riesgo de déficit de volumen de líquidos - No existen (diagnóstico de riesgo)

Riesgo de sufrir una disminución del líquido


intravascular, intersticial o intracelular.

Departamento de Metodología Enfermera (FUDEN) 21


el Lenguaje del Cuidado Vol. 1; Núm 3

• 2) Factores etiológicos de diagnóstico:

Riesgo de desequilibrio de volumen de líquidos

Diagnóstico Factores etiológicos


00025 Riesgo de desequilibrio de volumen de 00184 Deshidratación
líquidos
Riesgo de sufrir una disminución, aumento o 00093 Diuréticos: efectos no deseados
cambio rápido de un espacio a otro de los
líquidos intravasculares, intersticiales o 00292 Edemas
intracelulares.
00191 Pérdida excesiva de líquidos a través de vías no
naturales

Exceso de volumen de líquidos

Diagnóstico Factores etiológicos


00026 Exceso de volumen de líquidos 00175 Exceso de aporte de líquidos

Aumento del líquido intravascular, intersticial o 00177 Exceso de aporte de sodio


intracelular.
00181 Alteración en mecanismos reguladores del equilibrio
hídrico: consecuencias

Déficit de volumen de líquidos

Diagnóstico Factores etiológicos


00027 Déficit de volumen de líquidos 00180 Aporte insuficiente de líquidos

Disminución del líquido intravascular, intersticial 00181 Alteración en mecanismos reguladores del equilibrio
o intracelular. Se refiere a la deshidratación o hídrico: consecuencias
pérdida sólo de agua, sin cambio en el nivel de 00182 Situaciones que afectan la necesidad de líquidos:
sodio. efectos indeseados
00191 Pérdida excesiva de líquidos a través de vías no
naturales
00192 Pérdida excesiva de líquidos a través de vías
naturales (sudoración, vómitos, diarrea)

22 Departamento de Metodología Enfermera (FUDEN)


el Lenguaje del Cuidado Vol. 1; Núm 3

Riesgo de Déficit de volumen de líquidos

Diagnóstico Factores etiológicos


00028 Riesgo de déficit de volumen de líquidos 00009 Extremos de edad: medidas ineficaces/insuficientes

Riesgo de sufrir una disminución del líquido 00016 Déficit de conocimientos: conductas saludables
intravascular, intersticial o intracelular.
00050 Déficit de conocimientos: problemas de salud

00093 Diuréticos: efectos no deseados

00149 Extremos ponderales

00150 Obesidad

00152 Sobrepeso

00182 Situaciones que afectan la necesidad de líquidos:


efectos indeseados
00183 Problemas al acceso, ingesta o absorción de líquidos

00191 Pérdida excesiva de líquidos a través de vías no


naturales
00192 Pérdida excesiva de líquidos a través de vías
naturales (sudoración, vómitos, diarrea)

• 3) Situaciones asistenciales de aparición:

Riesgo de desequilibrio de volumen de líquidos

Diagnóstico Problema/Situación/Proceso vital


00025 Riesgo de desequilibrio de volumen de Deshidratación
líquidos
Diuréticos

Edemas

Hemorragias

Heridas, úlceras, quemaduras, ... en la piel

Exceso de volumen de líquidos

Diagnóstico Problema/Situación/Proceso vital


00026 Exceso de volumen de líquidos Edemas

Embarazo

Departamento de Metodología Enfermera (FUDEN) 23


el Lenguaje del Cuidado Vol. 1; Núm 3

Déficit de volumen de líquidos

Diagnóstico Problema/Situación/Proceso vital


00027 Déficit de volumen de líquidos Actividad vigorosa

Ancianidad

Deglución: dificultad

Deshidratación

Diarrea

Hemorragias

Hidratación deficiente

Hipertermia

Náuseas y/o vómitos

Shock

Temperatura ambiental excesivamente alta

Riesgo de Déficit de volumen de líquidos

Diagnóstico Problema/Situación/Proceso vital


00028 Riesgo de déficit de volumen de líquidos Actividad vigorosa

Ancianidad

Ancianidad

Conductas saludables: conocimiento insuficiente o erróneo

Diarrea

Diuréticos

Hemorragias

Hipertermia

Laxantes: abuso

Náuseas y/o vómitos

Nutrición/hidratación: conocimientos insuficientes o erróneos

Paciente anticoagulado

Peso corporal: excesivo

Peso corporal: excesivo

Peso corporal: excesivo

Peso corporal: insuficiente

Shock

Temperatura ambiental excesivamente alta

24 Departamento de Metodología Enfermera (FUDEN)


el Lenguaje del Cuidado Vol. 1; Núm 3

Conclusiones
La amplitud de situaciones y tipologías de personas sobre las que pueden
formularse estos diagnósticos relacionados con la hidratación indican la necesidad de
mejorar las etiquetas diagnósticas propuestas por NANDA. Para ello sería necesario
desarrollar nuevas etiquetas más específicas que hagan referencia a las fases que se
pueden identificar en el proceso de la hidratación.
Además, es preciso mejorar las potenciales etiquetas para distintos tipos de
personas.
Por otro lado, es imperiosa la necesidad de mejorar la descripción de la etiología
descrita, con el fin de permitir establecer los tratamientos y prescripciones adecuadas
por parte de las enfermeras.

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26 Departamento de Metodología Enfermera (FUDEN)


el Lenguaje del Cuidado Vol. 1; Núm 3

Los Diagnósticos descriptivos de la lactancia materna

Dña. Sonia Mateos Fernández (1); Dña. Ana Domínguez Romero (2), D. Pablo Buitrago
Márquez (3), Dña. Mª Jesús Martín González (4), D. Alfredo Castro Díaz (4); Dña. Flor
Jiménez Rodríguez (5)

Enfermeras: (1) Htal. Universitario Carlos Haya (Málaga), (2) Servicio de Neonatología. Hospital Comarcal (Melilla), (3)
Instalación Polideportiva Barajas (Madrid), (4) Hospital comarcal de la Axarquía (Vélez - Málaga), (5) Atención
Primaria Área 6 (Naval Moral de la Mata - Cáceres)

Cita de artículo
Mateos Fernández S, Domínguez Romero A, Buitrago Marquéz P, Martín González
MJ, Castro Díaz A, Jiménez Rodríguez F. Los diagnósticos descriptivos de la lactancia
materna. Lenguaje del cuidado 2009; 1(3): 27-36

Palabras clave
Educción, Diagnóstico, Cuidado, Lactancia Materna

Resumen
La Adquisición del conocimiento sobre las situaciones de cuidados de las
personas es un reto ante la necesidad de implementar este conocimiento en
herramientas computacionales.
La aportación clínica a la satisfacción de esta necesidad, la educción, garantiza la
validez de dicha Adquisición.
Los diagnósticos de cuidados sobre la lactancia materna identifican situaciones
de cuidado dependiente en las que debe guardarse un fino equilibrio en el cuidador
principal, la madre, al ser ésta la cuidadora principal.

Abstract
The knowledge acquisition about the people's care situations is a challenge
given the need to implement this knowledge in computing tools.
The clinical contribution to this need, the eduction, guarantees the validity of
such acquisition.
The care diagnoses about breastfeeding identify dependent care situations in
which a fine balance must be kept in the primary caregiver, the mother, who is the
main caregiver.

Departamento de Metodología Enfermera (FUDEN) 27


el Lenguaje del Cuidado Vol. 1; Núm 3

Introducción
Gracias a la normalización, realizada por el Departamento de Metodología de
FUDEN (Fundación para el Desarrollo de la Enfermería), existe un método para la
Adquisición de conocimiento sobre el cuidado. Debido a su validez, el grupo de
investigación se planteó su utilización ante el objetivo de la adquisición del
conocimiento sobre las etiquetas diagnósticas que describen el cuidado en la lactancia
materna, propuestas por la NANDA (North American Nurses Diagnosis Association).
Desde la antigüedad la lactancia materna se ha considerado beneficiosa para el
niño y para la madre.
La leche materna se adecúa perfectamente a las necesidades nutricionales del
bebé y a sus características digestivas. Constituye así, una fuente de alimentación que
proporciona al niño numerosos beneficios exclusivos de esta leche como protección
inmunológica. Además, la lactancia materna favorece el vínculo materno-filial y
fomenta la pronta recuperación de la puérpera.
Por todo ello, la OMS y la Federación de Asociaciones de Atención Primaria
Española, recomiendan mantener la lactancia materna como alimento exclusivo hasta
los seis meses de vida del niño.
Sin embargo, el estilo y ritmo de vida de la sociedad actual y la inclusión de la
mujer en el mundo laboral dificulta mantener la lactancia materna durante un periodo
prolongado.
Desde el punto de vista de la enfermería, la lactancia materna
constituye un reto, desde la perspectiva del cuidado dependiente, ante el fin de lograr
una lactancia eficaz y satisfactoria para sus dos actores principales: el niño y la madre.

Metodología

• Objetivo General: determinar las variables y situaciones asistenciales de las


etiquetas diagnósticas de alteración de la deglución, propuestas por
NANDA, de:
o Lactancia materna ineficaz.
o Interrupción de la lactancia materna.
o Lactancia materna eficaz.
o Patrón de alimentación ineficaz del lactante.

• Objetivos Específicos:
o Establecer los valores determinantes de cada diagnóstico.
o Determinar los factores etiológicos que causan, propician o
coadyuvan en cada diagnóstico.

28 Departamento de Metodología Enfermera (FUDEN)


el Lenguaje del Cuidado Vol. 1; Núm 3

o Relacionar las posibles situaciones asistenciales en las que el


diagnóstico puede aparecer.

• Sujetos de estudio: Los sujetos de estudio fueron los diagnósticos NANDA


relacionados con los problemas mencionados anteriormente: Lactancia
materna ineficaz; Interrupción de la lactancia materna; Lactancia materna
eficaz; Patrón de alimentación ineficaz del lactante.

• Tiempo de estudio: El presente estudio se realizó del 15 de diciembre de 2008


al 15 de marzo de 2009, siendo la Extracción del conocimiento en el primer
mes del periodo señalado, la Educción en el mes siguiente y la depuración
de resultados en el último mes.

• Metodología: Se ha seguido la metodología de Adquisición del conocimiento


taxonómico, normalizada por FUDEN, que consta de las siguientes fases:

a) Primera fase o de “Extracción del conocimiento”:


1. Etapa de recopilación de datos.
2. Etapa de análisis y estandarización.

b) Segunda fase de verificación clínica o de “Educción del


conocimiento”:
1. Fase de aportación individual de cada uno de los
integrantes.
2. Fase de trabajo en equipo, donde se analizarán las
aportaciones individuales.
3. Fase de consenso y documentación.

Resultados
Los resultados se presentarán en tres apartados, determinados por los objetivos
específicos de la investigación:

• 1) Valores determinantes diagnóstico:

Departamento de Metodología Enfermera (FUDEN) 29


el Lenguaje del Cuidado Vol. 1; Núm 3

Lactancia materna ineficaz

Diagnóstico Valores determinantes


00104 Lactancia materna ineficaz 00279 Insatisfacción materna con el proceso de
amamantamiento
Situación en la que la lactancia materna 00280 Succión no continuada del pecho materno
genera insatisfacción o dificultad en la
madre, en el lactante o en ambos. 00281 Resistencia del lactante a agarrarse al pecho
materno (llora, se arquea).
00282 Falta de respuesta del lactante a las medidas de
confort y consuelo después de la toma
00283 Signos de aporte nutricional inadecuado del lactante

00284 Problemas en la mama pasada la primera semana


de lactancia (dolor, úlceras en pezones, ingurgitación
mamaria, …)
00285 Dificultad del lactante para agarrarse correctamente
al pecho materno

Interrupción de la lactancia materna

Diagnóstico Valores determinantes


00105 Interrupción de la lactancia materna 00286 El lactante no mama en una o más tomas

Situación en la que se produce una 00287 Existencia de factores que interfieren en el deseo
suspensión de la lactancia materna, a materno de mantener la lactancia materna
pesar del deseo de la madre de 00288 Separación de la madre y el lactante
mantenerla, ante la dificultad del lactante
de mamar o la inconveniencia de que lo 00289 Falta de conocimientos sobre la extracción y
haga. almacenaje de la leche materna

Lactancia materna eficaz

Diagnóstico Valores determinantes


00106 Lactancia materna eficaz 00290 La madre promueve una respuesta satisfactoria de
succión en el lactante
Situación en la que la madre y el lactante 00291 El lactante se muestra satisfecho tras las tomas
muestran destreza y satisfacción con el
proceso de la lactancia materna. 00292 El lactante mama y traga (succión y deglución) de
manera regular y constante
00293 Patrón ponderal del lactante adecuado para su edad

00294 Patrones de comunicación madre-lactante


adecuados
00295 Signos o síntomas de liberación de oxitocina

00296 Patrones de eliminación adecuados en el lactante

00297 Avidez del lactante por mamar

00298 Satisfacción materna con el proceso de


amamantamiento

30 Departamento de Metodología Enfermera (FUDEN)


el Lenguaje del Cuidado Vol. 1; Núm 3

Patrón de alimentación ineficaz del lactante

Diagnóstico Valores determinantes


00107 Patrón de alimentación ineficaz del 00285 Dificultad del lactante para agarrarse correctamente
lactante al pecho materno
Situación en la que el lactante es incapaz 00299 Incapacidad del lactante para iniciar o mantener una
de succionar y/o coordinar la succión y succión efectiva
deglución de manera eficaz.

• 2) Factores etiológicos de diagnóstico:

Lactancia materna ineficaz

Diagnóstico Factores etiológicos


00104 Lactancia materna ineficaz 00003 Prematuridad: medidas ineficaces/insuficientes.

Situación en la que la lactancia materna 00016 Déficit de conocimientos: conductas saludables


genera insatisfacción o dificultad en la
madre, en el lactante o en ambos. 00108 Reflejo débil de succión en el lactante

00109 Anomalías en cavidad bucal u orofaringea del


lactante: consecuencias
00114 Anomalías en la mama de la madre: consecuencias

00119 Ansiedad o ambivalencia de la madre

00120 Alimentación complementaria del lactante con tetina

00121 Historia previa de lactancia materna ineficaz:


medidas inadecuadas
00124 Interrupción de la lactancia materna

00468 Sistema de soporte inadecuado: consecuencias

00516 Conocimientos inadecuados sobre la lactancia


materna

Interrupción de la lactancia materna

Diagnóstico Factores etiológicos


00105 Interrupción de la lactancia materna 00003 Prematuridad: medidas ineficaces/insuficientes.

Situación en la que se produce una 00117 Enfermedad de la madre o del niño durante lactancia
suspensión de la lactancia materna, a
pesar del deseo de la madre de 00118 Empleo de la madre durante la lactancia
mantenerla, ante la dificultad del lactante
de mamar o la inconveniencia de que lo 00122 Necesidad de destetar bruscamente al niño
haga.
00123 Contraindicaciones para la lactancia materna

Departamento de Metodología Enfermera (FUDEN) 31


el Lenguaje del Cuidado Vol. 1; Núm 3

Lactancia materna eficaz

Diagnóstico Factores etiológicos


00106 Lactancia materna eficaz 00112 Estructura bucal normal del lactante

Situación en la que la madre y el lactante 00113 Edad gestacional del lactante superior a 34 semanas
muestran destreza y satisfacción con el
proceso de la lactancia materna. 00115 Estructura normal de la mama de la madre

00116 Autoconfianza de la madre para la lactancia materna

00125 Conocimientos básicos de la madre sobre la


lactancia materna
00426 Disponibilidad de fuentes de soporte personal

Patrón de alimentación ineficaz del lactante

Diagnóstico Factores etiológicos


00107 Patrón de alimentación ineficaz del 00003 Prematuridad: medidas ineficaces/insuficientes.
lactante
Situación en la que el lactante es incapaz 00109 Anomalías en cavidad bucal u orofaringea del
de succionar y/o coordinar la succión y lactante: consecuencias
deglución de manera eficaz. 00110 Dieta absoluta prolongada del lactante

00127 Problemas orales

00324 Deterioro neurológico del lactante: consecuencias

00325 Inmadurez del sistema neurológico: consecuencias

32 Departamento de Metodología Enfermera (FUDEN)


el Lenguaje del Cuidado Vol. 1; Núm 3

• 3) Situaciones asistenciales de aparición:

Lactancia materna ineficaz

Diagnóstico Problema/Situación/Proceso vital


00104 Lactancia materna ineficaz Lactancia materna: anomalías en la mama de la madre (cirugía
mamaria, pezones invertidos,...)
Lactancia materna: ansiedad de la madre

Lactancia materna: conocimientos insuficientes o erróneos

Lactancia materna: fatiga de la madre

Lactancia materna: ganancia ponderal escasa del bebé

Lactancia materna: insatisfacción/falta de motivación de la madre

Lactante: anomalías cavidad bucal (labio leporino, …)

Lactante: deterioro habilidad succión/deglución

Lactante: úlceras, heridas, quemaduras, ... en la mucosa bucal

Nacimiento múltiple

Prematuridad

Interrupción de la lactancia materna

Diagnóstico Problema/Situación/Proceso vital


00105 Interrupción de la lactancia materna Lactancia materna: enfermedad de la madre

Lactancia materna: interrupción

Lactante: enfermedad

Prematuridad

Lactancia materna eficaz

Diagnóstico Problema/Situación/Proceso vital


00106 Lactancia materna eficaz Lactancia materna: ganancia ponderal adecuada del bebé

Lactancia materna: satisfacción de la madre

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el Lenguaje del Cuidado Vol. 1; Núm 3

Patrón de alimentación ineficaz del lactante

Diagnóstico Problema/Situación/Proceso vital


00107 Patrón de alimentación ineficaz del Lactancia materna: ganancia ponderal escasa del bebé
lactante
Lactante: anomalías cavidad bucal (labio leporino, …)

Lactante: deterioro habilidad succión/deglución

Lactante: úlceras, heridas, quemaduras, ... en la mucosa bucal

Prematuridad

Conclusiones
La singularidad de este tipo de situaciones reside en que el problema expresado
mediante los diagnósticos estudiados, como se apuntaba en la introducción de este
artículo, es una conceptualización de múltiples situaciones diferenciadas: un déficit de
autocuidado en el niño, una agencia de cuidado dependiente limitada en la madre,
posibles déficits de autocuidado en la madre que propician las dos situaciones
anteriores.
Además, hay que indicar que los factores etiológicos, tanto extraídos como
educidos, identificados en este trabajo, requieren de una especial atención en el futuro,
estableciéndose una diferenciación clara entre los que constituyen una limitación de
acción (y por tanto, causa real del problema), los que conceptualizan situaciones y
entornos coadyuvantes de la problemática de la lactancia y aquéllos que deberían ser
reconsiderados como Factor Condicionante Básico tanto del niño como de la madre
(que evidentemente propician el problema pero que requieren de otros elementos para
su activación).
Cada vez es por tanto más necesaria la creación de una metaestructura efectiva
que permita, basándose en un modelo conceptual del cuidado, resolver de manera
efectiva los problemas taxonómicos detectados en este estudio. No obstante, la
participación de los clínicos en la adquisición del conocimiento y su estructura es
imprescindible para la generación de un lenguaje del cuidado universalmente
compartido.

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el Lenguaje del Cuidado Vol. 1; Núm 3

Se indicó en el número anterior que la proposición que establece que “el cuidado
innato existe” es un axioma.

Es decir, que existen comportamientos que satisfacen “necesidades


indispensables”, como decía Collière [1] en su definición del Cuidado, que ya están
presentes en el mismo momento del nacimiento.

Al fin y al cabo, innato es definido por la Real Academia Española [2] como
aquello que es “connatural y como nacido con la misma persona”.

Pero vale la pena detenerse sobre este principio teórico y mirar al contexto en
el que éste surge, pues de no hacerse podría caerse en el olvido de que, el hecho que lo
contextualiza, es en sí mismo otro principio fundamental del cuidado: otro axioma.

“el cuidado instintivo es real”

Así pues, para que haya cuidado innato deben existir, a priori, esas “necesidades
indispensables” de las que nos hablaba Collière.

Dichas necesidades constituirían el “móvil” al que el cuidado, sea innato o no,


intenta responder.

Resulta significativo que este móvil esté presente ya en el nacimiento puesto


que indica que el mismo responde a “una razón profunda”; a algo que trasciende de la
posibilidad de percatarse de dicha necesidad.

Y es que argumentalmente hemos llegado a la definición que, en su segunda


acepción, sobre instinto hace la Academia citada: “móvil atribuido a un acto,

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el Lenguaje del Cuidado Vol. 1; Núm 3

sentimiento, etc., que obedece a una razón profunda, sin que se percate de ello quien
lo realiza o siente”.

Lo anterior cobra especial relevancia si se recuerda y compara la primera


acepción del término instinto (“conjunto de pautas de reacción que, en los animales,
contribuyen a la conservación de la vida del individuo y de la especie”) con la
definición de Collière sobre cuidado (“un acto de mantener la vida... propio de cada
grupo o persona”), pues el paralelismo entre ambas definiciones es evidente: casi una
tautología.

Este axioma, de lo instintivo del cuidado, ha sido considerado por grandes


autoras de la Enfermería, dándole formato de necesidades, objetivos, que hacían que el
cuidado humano se produjese.

Así, por ejemplo, para Henderson, en su filosofía acerca del cuidado, existen un
conjunto de “necesidades básicas”; para Orem, en su modelo conceptual y sus grandes
teorías, existen un conjunto de “requisitos de autocuidado”.

Hasta tal punto es trivial este principio que, por ejemplo, determinadas
corrientes de pensamiento, como el cristianismo, incorporan este axioma en forma de
“obras de misericordia” (catorce a saber entre las espirituales y las corporales) [3] [4] [5].

Evidentemente, el principio axiomático que se expone en este artículo


fundamenta la causa apriorística que hace que las personas se cuiden; un principio
universal recogido en las distintas conceptualizaciones del cuidado, siendo en el
desarrollo del mismo, por parte de cada autora, en el que pueden surgir diversas
variaciones de representación.

Pero en el campo de la ciencia lo que importa es el “qué”; el “cómo” es


secundario.

Dr. Santamaría García y Dra. Jiménez Rodríguez

Cita de artículo
Santamaría García JM, Jiménez Rodríguez L. Axiomas del cuidado: El cuidado
instintivo es real. Lenguaje del cuidado 2009; 1(3): 37-38

[1] José María Santamaría et al, Apuntes del cuidado: por qué es y cómo es 1,1. Fuden, 2008.
[2] Real Academia Españo.la. http://www.rae.es/rae.html. 2009
[3] La Biblia. http://www.biblija.net/biblija.cgi. 2009
[4] Obras de Misericordia. http://www.rosario.org.mx/doctrina/obrasmisericordia.htm. 2009.
[3] Biblia. http://es.wikipedia.org/wiki/Biblia. 2009

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