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1; Núm 3
Director:
D. Antonio Arribas Cachá http://www.ome.es/
Editores: 01_01.cfm?id=320
Dr. D. José María Santamaría García
(Editor Jefe)
Dra. Dña. Lourdes Jiménez Rodríguez
(Editora Edición Internacional)
Asesores Científicos:
Dra. Dña. Carmen Sellán Soto
Dr. D. Jorge Luis Gómez González
(Revisor Documental)
Dr. D. León Atilano González Sotos
Dr. D. Roberto Barchino Plata
(Editor Web)
Dr. D. José
María Gutiérrez Martínez
Dr. D. Manuel López Morales
(Escuela de Enfermería “la Paz” Universidad Autónoma de Madrid, Hospital Universitario “la Paz” Comunidad
Autónoma de Madrid)
Cita de artículo
Vázquez Sellán A, Sellán Soto C. La Enfermería atrapada por Maslow. Un pequeño
homenaje a este genial psicólogo. Lenguaje del cuidado 2009; 1(3): 7-15.
Palabras clave
Psicología humanista, cuidado, jerarquía de necesidades.
Resumen
La psicología humanista y, concretamente, la obra de Abraham Maslow han
influido en la generación de lenguajes y metalenguajes sobre el cuidado en el ámbito
de la Enfermería.
La disciplina enfermera asumió sin reservas los planteamientos maslowianos
sobre las necesidades y su jerarquía.
Por ello, en este artículo, los autores plantean un acercamiento a este
pensamiento y su evolución desde una concepción reduccionista sobre la persona
como organismo hasta su visión de la misma como una totalidad.
Abstract
Humanist psychology and specifically, Abraham Maslow´s work have
influenced in the generation of languages and metalanguages about care in nursing
environment.
Nursing assumed openly Maslow’s expositions about the needs and their
hierarchy.
For this reason, in this article, the authors raise an approach to this thought
and its evolution from a reduccionist conception on the person like a being to their
vision of the same like a totality.
Introducción
El pasado año 2008 se cumplieron cien años del nacimiento de Abraham
Maslow, figura destacada de la psicología contemporánea, especialmente importante
dentro del ámbito de la psicología humanista. Su figura resulta particularmente
atrayente e interesante en el campo de la Enfermería.
Como veremos en este artículo, la trayectoria biográfica e intelectual del autor
culminará, en nuestra opinión, en un discurso sobre la persona. Esta forma de ver y
comprender al ser humano será recogido por las teóricas del cuidado y sobre esa base
serán elaborados algunos de los marcos teóricos y profesionales más conocidos de la
Enfermería contemporánea.
Veamos, en primer lugar, sucintamente el perfil biográfico de nuestro autor.
Nació en Nueva York en 1908, en el seno de una familia ruso-judía inmigrada en los
Estados Unidos, y parece haber tenido una infancia difícil e incómoda. Su condición
judía fue fuente de roces, aunque tal vez le abriera oportunamente algunas otras
puertas.
Pronto se interesó por la antropología, las cuestiones sociales y por la psicología.
Algunos textos parece que fueron decisivos en su evolución, en especial el de William
G. Sumner (1840-1910) Folkways, y también, las conferencias de J.B. Watson, sobre los
instintos y las emociones infantiles, en el libro colectivo de Murchison Psychologies of
1925. Ambos textos facilitaron su elección por la psicología. Realizó sus estudios en la
Universidad de Wisconsin, y tuvo como profesores, entre otros, a Harry Harlow, Clark
Hull o W. Sheldon; durante este tiempo se interesó por la investigación experimental
y la primatología. Una vez finalizada la carrera, empezó a trabajar con Thorndike, en
Wisconsin, quien le facilitó sus estudios sobre la conducta social de primates.
Ya en Nueva York, en el Brooklyn College, donde permaneció casi tres lustros
(1937-1950), conoció y trató con un grupo de emigrados de la Alemania nazi y que eran
figuras importantes intelectualmente en la vieja Europa: Kurt Goldstein, Erich Fromm,
Alfred Adler, Max Wertheimer, Kurt Koffka, entre otros. Finalmente, se trasladó a la
Universidad de Brandeis, una institución judía liberal, en Waltham (Massachusetts),
donde pasó el resto de sus días (1951-1968). Allí falleció en 1970.
él resultaba evidente que “no hay ninguna razón para que[la ciencia renuncie a
problemas como amor, creatividad, valor, belleza, imaginación, moral y alegría,
dejándolos del todo en manos de los “no-científicos” (Maslow 1973, p.18). Los marcos
limitados y con frecuencia estrechos de la ciencia no pueden imponer la renuncia a
cuestiones tan centrales. Naturalmente, esa nueva perspectiva abría ante sí todo un
campo de cambios y reformas intelectuales que era preciso emprender. En cierto modo,
éste fue su proyecto básico
La evolución de un psicólogo
Es la suya una trayectoria intelectual de nítidos perfiles y en ella se observa esa
peregrinación desde el conductismo positivista a lo que hoy llamamos la psicología
positiva, es decir, la que trata de priorizar los aspectos positivos y constructivos de la
persona. El primer paso parece haber sido el que le condujo a interesarse por el estudio
de la conducta humana y sus formas. Hay que recordar, con toda energía, el papel
importante, que en su día tuvieron sobre su pensamiento los textos de Sumner y
Watson. William Graham Sumner (1840-1910), en Folkways (1906), había trazado una
amplia pintura de las variadas formas de obrar, cómo el hombre se adapta al mundo en
sociedades y tiempos muy diversos; la necesidad de vivir hace que, desde una base
instintiva, se busquen modos de resolver las demandas vitales; de ahí surgen las
costumbres y formas de la vida social. John B. Watson (1878-1958), por su parte, había
tratado de determinar cuál era el equipamiento biológico-psicológico con que el niño
viene al mundo y le capacita para sobrevivir, y había apuntado una explicación acerca
del modo cómo esas primeras dotes - amor, temor e ira - se complican y enriquecen.
Con la psicología, pues, se trataba de la posibilidad de explicar aquella variedad
inmensa de las formas de la vida humana. El conductismo parecía ser un humanismo.
“Cuando comprobamos que no funcionaba, me sentí desencantado”, le confesó a Frick
en cierta ocasión (Frick, 1973, p.28).
Frente al determinismo conductista, surge luego una nueva perspectiva. En el
caso del hombre, no se trata básicamente de conductas determinadas mecánicamente
por estímulos que operan como causas eficientes; se trata de fines y propósitos, de
metas, a lograr en el marco de la convivencia social. Las necesidades abren ante el
sujeto un campo de objetos más o menos valiosos; la sociedad regula esos valores,
fomentando unos y vedando otros (y esto es algo que varía con las sociedades; la
prueba, los estudios de Ruth Benedict sobre las ‘mores’ de los Indios Pueblo, los Dobu,
los Zuñi… o la censura psíquica originadora de conflictos que Freud puso al descubierto
como base de los trastornos neuróticos).
La cuestión básica, dentro de cada cultura, es la de la oposición: logro o
frustración.
Maslow realizó interesantes estudios de laboratorio con primates, luego con
mujeres y con niños. Su llegada al campo de la primatología estuvo determinada por su
interés acerca de unos temas que se movían en el borde mismo de lo humano: la
motivación de la dominancia y sumisión, en particular, en relación con el sexo. Su
tesis, de 1934, versó precisamente sobre ‘”el rol de la dominancia en la conducta social y
sexual de primates infrahumanos”.
Esos aspectos del comportamiento aparecen luego relacionados con el tema del
poder y muy especialmente, con el de la seguridad. Maslow encontró, por ejemplo, que
unos monos macho copulaban con otros machos aparentemente no con finalidad
sexual, sino por ejercer sobre los últimos su dominación y poder. Por su parte, en el
mundo del niño creyó ver que hostilidad y agresión, frente a generosidad y
cooperación, tendrían una análoga raíz: “que el niño es inseguro” (Maslow, 1975, p.179).
Se abría ante sus ojos la exploración de la conducta humana en relación
precisamente con el mundo de valores. Y ello desde la convicción de que la vida es una
totalidad que regula todos sus elementos y componentes, es una estructura holista,
como habían probado los análisis gestaltistas de Wertheimer, y muy principalmente de
Goldstein. Este último, sobre todo, había mostrado cómo ciertos soldados con heridas
en el cráneo reconstruían funcionalmente sus mecanismos operativos para readaptarse
eficazmente a sus nuevas condiciones.
Todo ello le había de llevar a reconocer que las personas tienen ante sí una
tarea mucho más compleja que la mera evitación de necesidades: en mayor o menor
medida, aspiran a afirmarse creativamente, a realizar lo que les da valor y seguridad, a
su realización como personas, y al despliegue de sus dimensiones y capacidades
positivas. De esta suerte, abandonó definitivamente las investigaciones de psicología
comparada y psicología social que tenía entre manos, para dedicarse a escribir lo que él
llamó ‘una filosofía y psicología comprensivas y sistemáticas de la naturaleza humana’.
Hasta entonces había aceptado que la psicología tenía que buscar su verdad
paciente, lenta y cautelosamente, paso a paso. Ahora, por el contrario, empieza a sentir
que el mundo necesita la verdad de la psicología, no en el futuro indefinido, sino
ahora. Como en su momento le ocurriera a Freud, los temas y problemas de un campo
especializado terminaron por llevar a estos hombres a tener que enfrentarse con la
psicología del hombre normal, con la mente y la conducta del hombre medio.
Comenzaba a poner el pie en el nuevo continente de la psicología actual.
Empezaba a preocuparle el hombre normal, tanto o más que el enfermo. Le dedicó un
capítulo en sus Principles of Abnormal Psychology, de 1941 (Maslow y Mittelmann,
1941), y siguió estudiándolo en su obra posterior. El viaje de este genial psicólogo no ha
estado exento de peripecias. Veamos con un cierto detenimiento algún punto central
con mayor detalle para comprender por dónde ha ido caminando la psicología.
Durante mucho tiempo la psicología ha visto el organismo, animal o humano,
como un sistema dinámico que se mantiene en equilibrio gracias a un complejo sistema
operativo que le permite mantener su homeostasis. Hace unos años, Yela lo resumió
magistralmente de esta forma: para él, toda una serie de teorías “se basan, en último
término, en un mismo modelo para explicar el dinamismo de la conducta. El
organismo es un sistema de fuerzas en equilibrio. El estímulo rompe este equilibrio. La
respuesta lo restaura”.
existencia; pero en el hombre, y en sus formas más plenas, aparece un motivo superior
y esencial, que parece impulsar a la realización de formas plenas, acabadas de
humanidad, para las que sus protagonistas sienten vocación, llamada interior,
aspiración, necesidad vivida. Son formas a las que con dificultad se acercan otros
individuos reducidos a unas existencias más convencionales e impersonales.
Esto supone una cierta idea del hombre, que le aleja de la idea del simple
organismo, para venir a centrarse en el sujeto personal. Maslow calificó su doctrina
como “teoría holística-dinámica” (Maslow, 1975, p.85). Se trata, singularmente en el caso
del hombre, de “un todo organizado, integrado” (Maslow, 1975, p.67). Se trata de un ser
dinámicamente instalado en la existencia, en un perpetuo desear y movimiento.
Esa totalidad no sólo se mantiene en la existencia, sino que se despliega,
complica y enriquece. Al operar activamente sobre el entorno, como individuo normal,
sano, se manifiesta su profunda condición dinámica, que tiende a la plena
individualización. Es lo que el mismo autor llamará ‘autorrealización’: “la tendencia a
realizarse es el motivo que pone en marcha al organismo” (Maslow, 1975, p.118).
Se trata en suma de contemplar la vida humana como proceso de cumplimiento
de una vocación. Los aspectos existenciales de esa vida, destacados por la filosofía
contemporánea, entre otros, de Ortega, Heidegger, Sartre. Estos aspectos de la
existencia giran en torno a la libertad, la historicidad, la libertad, el conocimiento, la
construcción de sí mismo, la responsabilidad, cobran ahora relevancia en la psicología,
mientras pasa a un segundo término el extremo naturalismo que venía imperando en
el conductismo precedente. Surgen entonces las preguntas, esenciales en psicoterapia,
acerca de quién sea yo, lo que deba ser, lo que deba hacer, lo que debiera elegir.
Son preguntas referidas al ‘ser’. La contestación no deja lugar a dudas: “En última
instancia, el mejor modo que una persona tiene de averiguar lo que debe hacer, es
descubrir quién y qué es, porque el camino… hacia lo que debe ser, pasa por ‘lo que es’,
por el descubrimiento de hechos, de la verdad, realidad y naturaleza de la propia
persona” (Maslow, 1985, p.139).
Maslow ha venido así inevitablemente a situarse ante el dilema entre la empiria
y la norma racional, entre el ser y el deber ser, reabriendo toda una serie de
interrogantes clásicos sobre el hombre. Hijo de su tiempo, miembro de una cultura
minoritaria, la judía, tremendamente desgarrada por la persecución y la violencia en la
Europa de los años 30, y luego, unos años después, enfrentado a la experiencia de una
sociedad dividida por la crisis moral de la guerra del Vietnam y el cambio de valores
generacionales, no ha dejado de reflejar en su obra el deseo profundo de hallar una
respuesta, siquiera ideal y utópica, a los conflictos históricos de su tiempo.
Y en el campo de la psicología, sus inquietudes le han llevado a entrever, desde
su doctrina del autodesarrollo, la dirección en que hoy se mueve la “psicología
positiva”, abierta hacia las personas creativas, sanas, orientadas hacia la realización
personal, y ajustadas a un mundo globalizado. Desde aquellas primeras prácticas
cuidadoras de los primeros humanos a los cuidados enfermeros actuales y a su
desarrollo (ver Sellán, 2009), personajes como Maslow han facilitado un lenguaje nuevo
para la Enfermería.
Sea como fuere el mundo del cuidado se ha nutrido de este genial autor. Su
famosa pirámide (ver, entre otros, García y Sellán, 1995; Vázquez, 2008) ha sido incluida
en numerosos modelos y filosofías. De este modo los modelos profesionales (ver
Santamaría, 2008, entre otros) y los modelos conceptuales como el de Orem (ver
Santamaría, 2008; Vázquez, 2008; García y Sellán, 1995) han asumido parte de su
discurso. Pero eso será motivo de un próximo artículo.
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Dña. Yolanda Aguayo Benito (1); Dña. Sara Matesanz García (2); Dña. Anunciación
Martínez Arroyo (3); Dña. Gema Díez Rodríguez (4); Dña. Jenifer Araque García (4);
Dña. Elena Núñez Acosta (4)
Enfermeras: (1) Departamento de Sanidad del Gobierno Vasco (Guipúzcoa), (2) Centro de salud de Sepúlveda
(Segovia), (3) C.S. Meco (Madrid), (4) Hospital Universitario “La Paz” (Madrid)
Cita de artículo
Aguayo Benito Y, Matesanz García S, Martínez Arroyo A, Díez Rodríguez G, Araque
García J, Núñez Acosta E. Desarrollo de diagnósticos asociados a una hidratación
problemática. Lenguaje del cuidado 2009; 1(3): 17-26
Palabras clave
Educción, Diagnóstico, Cuidado, Hidratación
Resumen
Hidratar se define como "restablecer el grado de humedad normal de la piel u
otros tejidos”.
La valoración del grado de hidratación queda recogida en todos los modelos
teoréticos de enfermería.
Un diagnóstico correcto es fundamental para adecuar un correcto tratamiento
y prevenir otros problemas del cuidado humano.
Abstract
To hydrate is defined as “restoring the normal humidity degree of the skin or
other tissues”.
The valuation of the hydration degree is collected in all the nursing theoretic
models.
A right diagnosis is essential to adapt a correct treatment and to prevent other
problems with the human care.
Introducción
A partir de la normalización que, sobre la Conceptualización del conocimiento
del cuidado de las personas, fue realizada por el Departamento de Metodología de
FUDEN (Fundación para el Desarrollo de la Enfermería), el grupo de investigación que
ha realizado este trabajo se planteó como objetivo la adquisición del conocimiento
sobre los diagnósticos asociados a los problemas en la hidratación, propuestos por la
NANDA (North American Nurses Diagnosis Asociation).
En dicha adquisición se contempló, tal y como marca la Normalización
FUDEN, en primer lugar la extracción del conocimiento tanto de fuentes centradas en
la descripción taxonómica como en fuentes que abordan los aspectos clínicos de estos
problemas y, en segundo lugar, la educción que de dichos problemas poseía el grupo de
expertos clínicos que participó en el estudio.
Según la Real Academia de la Lengua Española (RAE) se entiende hidratar como
“restablecer el grado de humedad normal de la piel u otros tejidos”.
El agua supone un 70% del peso total del cuerpo humano, suponiendo así un
elemento esencial en su composición. Además, el agua interviene en todos los procesos
vitales del organismo: sin agua no hay vida. Al ser la hidratación una necesidad, un
requisito fundamental para la vida, supone para la disciplina enfermera un campo de
especial interés en el que centrar su mirada.
Cabe destacar que la edad, como condicionante básico, supone un factor
esencial a considerar en la aparición de este tipo de problemas. Así, los niños y los
ancianos son más vulnerables a esta problemática: no porque su demanda de
autocuidado sea sustancialmente diferente sino, más bien, porque su agencia de
autocuidado puede verse limitada. Es por esto que estos grupos poblacionales son
considerados población diana en los programas de prevención de la deshidratación.
Además otros factores condicionantes, de hábitos o ambientales, tales como la práctica
de ejercicio físico, aun aumento de la temperatura ambiente en forma de olas de calor,
requieren una especial atención por el riesgo (por aumento de la demanda de
autocuidado) que generan.
La valoración del grado de hidratación queda recogida en todos los modelos
teoréticos de enfermería, incluyéndose en el requisito del mantenimiento del aporte
suficiente de agua, en la necesidad fundamental alimentación/hidratación o en el
Metodología
• Objetivo General: determinar las variables, la interrelación de las mismas y
su posible aplicabilidad en las etiquetas diagnósticas que permiten
conceptualizar alteraciones de la hidratación, propuestas por NANDA, de:
o Riesgo de desequilibrio de volumen de líquidos.
o Exceso de volumen de líquidos.
o Déficit de volumen de líquidos.
o Riesgo de déficit de volumen de líquidos.
• Objetivos Específicos:
o Establecer los valores determinantes de cada diagnóstico.
o Discriminar los factores etiológicos que los causan, los propician
o coadyuvan a su mantenimiento.
o Determinar las posibles situaciones asistenciales en las que el
diagnóstico puede aparecer.
Resultados
Los resultados se presentarán en tres apartados determinados por los objetivos
específicos de la investigación:
Aumento del líquido intravascular, intersticial o 00178 Aumento de peso en un período corto de tiempo, de
intracelular. días a semanas.
00204 Aportes de líquidos superiores a las pérdidas
00205 Edema
00395 Confusión
00511 Ansiedad
Disminución del líquido intravascular, intersticial 00197 Temperatura corporal por encima del límite normal
o intracelular. Se refiere a la deshidratación o
pérdida sólo de agua, sin cambio en el nivel de 00209 Oliguria
sodio.
00212 Sed
Disminución del líquido intravascular, intersticial 00181 Alteración en mecanismos reguladores del equilibrio
o intracelular. Se refiere a la deshidratación o hídrico: consecuencias
pérdida sólo de agua, sin cambio en el nivel de 00182 Situaciones que afectan la necesidad de líquidos:
sodio. efectos indeseados
00191 Pérdida excesiva de líquidos a través de vías no
naturales
00192 Pérdida excesiva de líquidos a través de vías
naturales (sudoración, vómitos, diarrea)
Riesgo de sufrir una disminución del líquido 00016 Déficit de conocimientos: conductas saludables
intravascular, intersticial o intracelular.
00050 Déficit de conocimientos: problemas de salud
00150 Obesidad
00152 Sobrepeso
Edemas
Hemorragias
Embarazo
Ancianidad
Deglución: dificultad
Deshidratación
Diarrea
Hemorragias
Hidratación deficiente
Hipertermia
Shock
Ancianidad
Ancianidad
Diarrea
Diuréticos
Hemorragias
Hipertermia
Laxantes: abuso
Paciente anticoagulado
Shock
Conclusiones
La amplitud de situaciones y tipologías de personas sobre las que pueden
formularse estos diagnósticos relacionados con la hidratación indican la necesidad de
mejorar las etiquetas diagnósticas propuestas por NANDA. Para ello sería necesario
desarrollar nuevas etiquetas más específicas que hagan referencia a las fases que se
pueden identificar en el proceso de la hidratación.
Además, es preciso mejorar las potenciales etiquetas para distintos tipos de
personas.
Por otro lado, es imperiosa la necesidad de mejorar la descripción de la etiología
descrita, con el fin de permitir establecer los tratamientos y prescripciones adecuadas
por parte de las enfermeras.
Bibliografía
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Dña. Sonia Mateos Fernández (1); Dña. Ana Domínguez Romero (2), D. Pablo Buitrago
Márquez (3), Dña. Mª Jesús Martín González (4), D. Alfredo Castro Díaz (4); Dña. Flor
Jiménez Rodríguez (5)
Enfermeras: (1) Htal. Universitario Carlos Haya (Málaga), (2) Servicio de Neonatología. Hospital Comarcal (Melilla), (3)
Instalación Polideportiva Barajas (Madrid), (4) Hospital comarcal de la Axarquía (Vélez - Málaga), (5) Atención
Primaria Área 6 (Naval Moral de la Mata - Cáceres)
Cita de artículo
Mateos Fernández S, Domínguez Romero A, Buitrago Marquéz P, Martín González
MJ, Castro Díaz A, Jiménez Rodríguez F. Los diagnósticos descriptivos de la lactancia
materna. Lenguaje del cuidado 2009; 1(3): 27-36
Palabras clave
Educción, Diagnóstico, Cuidado, Lactancia Materna
Resumen
La Adquisición del conocimiento sobre las situaciones de cuidados de las
personas es un reto ante la necesidad de implementar este conocimiento en
herramientas computacionales.
La aportación clínica a la satisfacción de esta necesidad, la educción, garantiza la
validez de dicha Adquisición.
Los diagnósticos de cuidados sobre la lactancia materna identifican situaciones
de cuidado dependiente en las que debe guardarse un fino equilibrio en el cuidador
principal, la madre, al ser ésta la cuidadora principal.
Abstract
The knowledge acquisition about the people's care situations is a challenge
given the need to implement this knowledge in computing tools.
The clinical contribution to this need, the eduction, guarantees the validity of
such acquisition.
The care diagnoses about breastfeeding identify dependent care situations in
which a fine balance must be kept in the primary caregiver, the mother, who is the
main caregiver.
Introducción
Gracias a la normalización, realizada por el Departamento de Metodología de
FUDEN (Fundación para el Desarrollo de la Enfermería), existe un método para la
Adquisición de conocimiento sobre el cuidado. Debido a su validez, el grupo de
investigación se planteó su utilización ante el objetivo de la adquisición del
conocimiento sobre las etiquetas diagnósticas que describen el cuidado en la lactancia
materna, propuestas por la NANDA (North American Nurses Diagnosis Association).
Desde la antigüedad la lactancia materna se ha considerado beneficiosa para el
niño y para la madre.
La leche materna se adecúa perfectamente a las necesidades nutricionales del
bebé y a sus características digestivas. Constituye así, una fuente de alimentación que
proporciona al niño numerosos beneficios exclusivos de esta leche como protección
inmunológica. Además, la lactancia materna favorece el vínculo materno-filial y
fomenta la pronta recuperación de la puérpera.
Por todo ello, la OMS y la Federación de Asociaciones de Atención Primaria
Española, recomiendan mantener la lactancia materna como alimento exclusivo hasta
los seis meses de vida del niño.
Sin embargo, el estilo y ritmo de vida de la sociedad actual y la inclusión de la
mujer en el mundo laboral dificulta mantener la lactancia materna durante un periodo
prolongado.
Desde el punto de vista de la enfermería, la lactancia materna
constituye un reto, desde la perspectiva del cuidado dependiente, ante el fin de lograr
una lactancia eficaz y satisfactoria para sus dos actores principales: el niño y la madre.
Metodología
• Objetivos Específicos:
o Establecer los valores determinantes de cada diagnóstico.
o Determinar los factores etiológicos que causan, propician o
coadyuvan en cada diagnóstico.
Resultados
Los resultados se presentarán en tres apartados, determinados por los objetivos
específicos de la investigación:
Situación en la que se produce una 00287 Existencia de factores que interfieren en el deseo
suspensión de la lactancia materna, a materno de mantener la lactancia materna
pesar del deseo de la madre de 00288 Separación de la madre y el lactante
mantenerla, ante la dificultad del lactante
de mamar o la inconveniencia de que lo 00289 Falta de conocimientos sobre la extracción y
haga. almacenaje de la leche materna
Situación en la que se produce una 00117 Enfermedad de la madre o del niño durante lactancia
suspensión de la lactancia materna, a
pesar del deseo de la madre de 00118 Empleo de la madre durante la lactancia
mantenerla, ante la dificultad del lactante
de mamar o la inconveniencia de que lo 00122 Necesidad de destetar bruscamente al niño
haga.
00123 Contraindicaciones para la lactancia materna
Situación en la que la madre y el lactante 00113 Edad gestacional del lactante superior a 34 semanas
muestran destreza y satisfacción con el
proceso de la lactancia materna. 00115 Estructura normal de la mama de la madre
Nacimiento múltiple
Prematuridad
Lactante: enfermedad
Prematuridad
Prematuridad
Conclusiones
La singularidad de este tipo de situaciones reside en que el problema expresado
mediante los diagnósticos estudiados, como se apuntaba en la introducción de este
artículo, es una conceptualización de múltiples situaciones diferenciadas: un déficit de
autocuidado en el niño, una agencia de cuidado dependiente limitada en la madre,
posibles déficits de autocuidado en la madre que propician las dos situaciones
anteriores.
Además, hay que indicar que los factores etiológicos, tanto extraídos como
educidos, identificados en este trabajo, requieren de una especial atención en el futuro,
estableciéndose una diferenciación clara entre los que constituyen una limitación de
acción (y por tanto, causa real del problema), los que conceptualizan situaciones y
entornos coadyuvantes de la problemática de la lactancia y aquéllos que deberían ser
reconsiderados como Factor Condicionante Básico tanto del niño como de la madre
(que evidentemente propician el problema pero que requieren de otros elementos para
su activación).
Cada vez es por tanto más necesaria la creación de una metaestructura efectiva
que permita, basándose en un modelo conceptual del cuidado, resolver de manera
efectiva los problemas taxonómicos detectados en este estudio. No obstante, la
participación de los clínicos en la adquisición del conocimiento y su estructura es
imprescindible para la generación de un lenguaje del cuidado universalmente
compartido.
Bibliografía
• Ackley BJ, Ladwing GB. Manual de Diagnósticos de Enfermería. Guía para
planificar los cuidados. 7ª ed. Madrid: Elsevier, 2006: pp.985.
• Alfaro-Lafevre R. Aplicación del Proceso Enfermero. Fomentar el Cuidado en
Colaboración. 5ª ed. Barcelona: Doyma; 2003.
• Arribas Cachá A et al. Valoración Enfermera Estandariza. Clasificación de los
criterios de valoración de enfermería. Madrid: FUDEN;2006
Se indicó en el número anterior que la proposición que establece que “el cuidado
innato existe” es un axioma.
Al fin y al cabo, innato es definido por la Real Academia Española [2] como
aquello que es “connatural y como nacido con la misma persona”.
Pero vale la pena detenerse sobre este principio teórico y mirar al contexto en
el que éste surge, pues de no hacerse podría caerse en el olvido de que, el hecho que lo
contextualiza, es en sí mismo otro principio fundamental del cuidado: otro axioma.
Así pues, para que haya cuidado innato deben existir, a priori, esas “necesidades
indispensables” de las que nos hablaba Collière.
sentimiento, etc., que obedece a una razón profunda, sin que se percate de ello quien
lo realiza o siente”.
Así, por ejemplo, para Henderson, en su filosofía acerca del cuidado, existen un
conjunto de “necesidades básicas”; para Orem, en su modelo conceptual y sus grandes
teorías, existen un conjunto de “requisitos de autocuidado”.
Hasta tal punto es trivial este principio que, por ejemplo, determinadas
corrientes de pensamiento, como el cristianismo, incorporan este axioma en forma de
“obras de misericordia” (catorce a saber entre las espirituales y las corporales) [3] [4] [5].
Cita de artículo
Santamaría García JM, Jiménez Rodríguez L. Axiomas del cuidado: El cuidado
instintivo es real. Lenguaje del cuidado 2009; 1(3): 37-38
[1] José María Santamaría et al, Apuntes del cuidado: por qué es y cómo es 1,1. Fuden, 2008.
[2] Real Academia Españo.la. http://www.rae.es/rae.html. 2009
[3] La Biblia. http://www.biblija.net/biblija.cgi. 2009
[4] Obras de Misericordia. http://www.rosario.org.mx/doctrina/obrasmisericordia.htm. 2009.
[3] Biblia. http://es.wikipedia.org/wiki/Biblia. 2009