Está en la página 1de 2

ARGENTINA Y EL MUNDO EN 2011.

LA ECONOMÍA
SEGUIRÁ SIN RUMBO

La resolución de los desequilibrios macroeconómicos no es suficiente para el crecimiento sostenido y el


desarrollo inclusivo. El desafío principal para la economía argentina está en ampliar, modernizar y
diversificar el aparato productivo.
 
Adrián Horacio Ramos tiene 41 años. Es Coordinador de los equipos económicos de la Unión Cívica
Radical. Master of Science in Economics en The London School of Economics and Political Science y
Licenciado en Economía de la Universidad de Buenos Aires. Experto en Desarrollo Económico de la
Oficina de CEPAL en Buenos Aires. Subdirector del Departamento de Economía y Docente de
Estructura Económica Argentina en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA.

La economía argentina exhibió una reactivación intensa en 2010. La reversión de los impulsos recesivos
respondió a factores tanto externos como internos. Se observó una recuperación de la demanda  por los bienes
exportables, dada por la evolución de los mercados de los productos agrícolas y por el desempeño de las
economías de grandes socios comerciales como el Brasil. Al mismo tiempo, el gasto interno se vio estimulado
por el comportamiento  de las políticas macroeconómicas. Las dificultades para prever el desempeño
económico se agravan en años electorales. La evolución precisa de las distintas variables en 2011 dependerá no
sólo de cierta inercia respecto de los comportamientos recientes, de las incertidumbres remanentes en el
contexto internacional y local, sino también del sesgo de política elegido por el gobierno.

Los analistas prevén un 2011 en que las tendencias hoy presentes continúen durante el año próximo: con
desaceleración en el crecimiento, una tasa de inflación mayor, cierta reducción del balance comercial por
importaciones crecientes, una acumulación de activos externos por parte del sector privado, un sesgo fiscal
similar al actual (gasto creciendo a tasas altas pero siendo compensado por el crecimiento de los ingresos), y un
leve deslizamiento del tipo de cambio. Si bien la trayectoria actual de las cuentas públicas no es sostenible a
mediano plazo,  a priori, el mayor riesgo en la gestión macroeconómica de corto plazo parece estar asociado a la
evolución del proceso inflacionario. Debido a la ausencia de políticas consistentes, el gobierno seguirá
enfrentando un claro dilema entre mayor inflación y mayor atraso cambiario. Una inflación persistente que
perturba especialmente a aquellos ubicados en la porción inferior de la escala de ingresos y que comprime
aceleradamente los horizontes de decisión de todos los agentes económicos (consumidores, productores,
inversores, etc.).
En todo caso, la resolución de los desequilibrios macroeconómicos aunque condición necesaria, no es suficiente
para el crecimiento sostenido y el desarrollo inclusivo. El desafío principal para la economía argentina está en
ampliar, modernizar y diversificar el aparato productivo.  A pesar de la expansión de la inversión luego de la
crisis del régimen de convertibilidad, en la recuperación se fue reduciendo paulatinamente la relación entre
capital instalado y producto hasta un nivel comparable a los de la década previa. Esto es, la variación del stock
de capital se elevó a una tasa menor que la de aumento del producto. Queda así como cuestión abierta la
configuración de un sistema de incentivos que mantengan consistencia entre sí y, en particular, sean
compatibles con las restricciones macroeconómicas de presupuesto y que resulte en una tendencia persistente
de la acumulación y el crecimiento. Pero, nuestra economía no tiene rumbo. Argentina aún no ha definido una
línea de desarrollo productivo. Para ello, es necesaria una "visión" compartida (no necesariamente un papel
escrito) que oriente las decisiones. Qué pretendemos fabricar dentro de 5 o 10 años? Qué pensamos venderle a
las otras economías del mundo? Cómo estrechamos la brecha tecnológica? Cómo generamos empleo? El
gobierno no se hace estas preguntas. Se cree que la economía es un juego de suma cero: si alguien gana otro
pierde, es la pura puja distributiva, el puro conflicto. Esa es apenas una parte de la verdad. El desarrollo es un
juego en donde todos pueden ganar.

También podría gustarte