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ARGUMENTO

Marcus es un vampiro que no quiere que el amor vuelva


a su vida después de 300 años por lo que huye de
cualquier mujer que se topa, pero no puede huir para
siempre, su hermana ha contratado una fotógrafa para
su boda, Dafne decide ir a hacer su “ultimo trabajo”
después de haberse enterado que tenia una sentencia de
muerte, Marcus tendrá que enfrentarse al dilema de
reconocer el amor o negarlo.

NOTA: este libro salió de un sueño que tuve que amplié


con imaginación, no digo que sea una escritora
profesional pero me divertí escribiéndolo para todas las
chicas que les gustan las novelas románticas.
Espero que les agrade.
ÚNICA

Marcus?? Que ha pasado?? He dicho algo que te molestara??.-


le preguntó Carolina a su hermano Marcus.- no, hermana, no,
me alegra que hayas encontrado tu compañero y que ahora
vayas a casarte con él.- dijo Marcus dándole un abrazo a
Carolina. Hacían ya 300 años desde que él había encontrado a
su compañera de vida, pero todo había salido mal, ella le miró
horrorizada y espantada cuando le dijo lo que era y lo que
quería que ella fuera para él, tuvo que borrarle la memoria y
dejarla ir, sufrió al verla enamorarse de otro, casarse, tener
hijos, ser feliz, envejecer y morir. Desde ese día juró que
jamás se dejaría llevar por ninguna otra mujer así, al grado de
dejarlo babeando como un perrito y al final abandonarlo. No,
aun si aparecía su nueva compañera no la reclamaría, no esta
vez, no volvería a lo mismo de hace 300 años.

Marcus?, no todas son iguales que Constanza.- empezó a


decirle Carolina sabiendo en lo que su hermano estaría
pensando.- además, recuerda que una vez muerta tu primera
compañera, aparecerá la siguiente…-No.- la cortó
tajantemente Marcus.- así tenga que encerrarme la evitaré.-
Salió caminando a toda prisa.

Oh Marcus, así te encierres en el fin del mundo no podrás


evitarle.- Se dijo Carolina pues estaba sola ya en la habitación.
CAPITULO 1

Señorita Huxley.- Dijo el Doctor Turner sentándose en su


escritorio y tomando un respiro.- usted ha visto a otros
Doctores y todos han coincidido en una sola opción, como yo
también coincido. Dafne sentía que su mundo se venía abajo,
había visto varios doctores a lo largo de 3 meses esperando
una opinión diferente, pero cada uno de ellos le habían dicho
lo mismo que el primero, se estaba muriendo lentamente de
cáncer en la matriz que fue extendiéndose poco a poco, lo
había sabido muy tarde, ella quería hijos, un esposo, una vida
normal, pero ahora todas sus esperanzas se venían abajo.-
Señorita Huxley.- continuó el doctor al ver que ella no decía
nada.- la quimioterapia podría..- Podría?? Que Doctor.- le dijo
Dafne con lagrimas en sus ojos.- podría darme lo que jamás
voy a tener, No, no me voy a engañar, la quimioterapia no me
ayudara, al contrario, me dejara débil.-Lo siento mucho
Señorita.- dijo el doctor.- No, lo siento yo, discúlpeme, me he
descargado con usted. Muchas gracias.- dijo Dafne y salió del
consultorio a paso rápido.

Señorita Black!!.- dijo Vladimir Carelli, el fundador de Carelli


Fotografía, al entrar en su oficina.-tome asiento por favor,
dígame, que la trae por aquí?.- Voy a casarme!.- exclamo
extasiada Carolina Black.- quiero contratar a su mejor
Fotógrafo para que tome fotos de mi boda. Mi familia y yo
viajaremos a la Residencia de campo en “las camelias, ahí será
la boda, pero quiero que viaje conmigo lo más pronto posible,
no hay problema por los gastos de traslado y se podrá quedar
en una de las habitaciones con todas las comodidades.- Ha
venido al lugar correcto.- le contestó Vladimir.- tengo una
excelente fotógrafa, le gustara su trabajo como a todos los
demás.- Si usted la recomienda, no tengo objeción alguna, me
gustaría conocerla.- dijo Carolina de manera amable.-
Entonces sígame por favor Señorita.-le dijo Vladimir.

Dafne había llegado a su trabajo procurando que sus


problemas personales no interfirieran en él, Trabajaba para un
renombrado Fotógrafo, su trabajo le permitía expresar sus
ideas con total libertad, en Carelli Fotografía siempre sentía
como si fuese su segundo hogar, además sus compañeros y la
gente que les ayudaba en lo técnico eran todos muy buenas
personas. Un toque en la puerta de su oficina le trajo al
presente.- Pase.- dijo esperando ver a su asistente, en vez de
ella entraba su jefe con una mujer de cabello negro brillante,
bella, alta, piel pálida, delicada a simple vista, pero que
despedía una vitalidad indudable.-Dafne, esta señorita es
Carolina Black, ella me pidió que uno de mis mejores
fotógrafos hiciera las fotos de su boda.- le informó su jefe
Vladimir saliendo para dejar que las dos mujeres se pusieran
de acuerdo.

Dafne le indicó a la mujer asiento.- El señor Carelli te ha


recomendado para ese puesto.- dijo Carolina empezando la
conversación.- Oh, el Señor Carelli ha sido muy amable, sin
embargo; tengo que declinar su oferta señorita Black.

Pagaré lo que sea.- dijo Carolina.- Señorita Black, me


complace mucho que quiera que sea yo quien tome las fotos.
No es el dinero por lo que declino- le dijo Dafne.- es que
pensaba tomarme unas vacaciones.-mintió.- Señorita Huxley.-
empezó a decir Carolina.- serán como unas vacaciones para
usted, mi hermano y yo tenemos una casa en el Club de golf
de las Camelias, podrá gozar de todas las comodidades,
quisiera que viajáramos lo más pronto posible aunque mi boda
es hasta dentro de 2 semanas.- está bien.- dijo Dafne por fin.-
Excelente, deme su dirección y pasaremos por usted mañana
por la mañana, espero no sea muy pronto para usted?.- dijo
Carolina.- no hay ningún problema.-le contestó Dafne.- se
dieron la mano cerrando el trato. Una pequeña descarga
eléctrica se sintió en la palma de la mano de Carolina lo que
hiso que esta viera a Dafne con peculiar interés. Se soltaron y
Carolina se encaminó a la puerta.-Sé que no me he equivocado
al elegirte.- le dijo a Dafne saliendo de la oficina.
CAPITULO 2

La mañana siguiente llegó lentamente, Dafne no había podido


dormir mucho, se agolpaban en su mente los recuerdos de su
visita al Doctor Turner la mañana anterior, el recuerdo de su
visita a su oficina de aquella mujer enigmática, que le
resultaba familiar, mas nunca la había visto antes. Después el
toque de su mano delicada que le produjo un pequeño
calambre, todo había sido muy extraño. Levantó la vista y
miró su mesita de la entrada y levantó un retrato, un niño
pequeño le sonreía, ella había tomado esa foto a su sobrino
cuando tenía 4 años.- pronto te veré mi niño hermoso, pronto
te veré. Tomó la foto y la puso en su maleta y salió a esperar.

Un coche negro se había estacionado a la puerta de la entrada


de su casa.- Oh, espero no haber llegado muy temprano.- dijo
Carolina saliendo del coche para saludarla.- No, de hecho ya
tenía todo listo para salir hace rato.-Le contestó Dafne.- el
Señor Carelli me ha dicho que sus asistentes y el equipo
llegarán la semana entrante.- le dijo Carolina señalándole
para subir al coche.

Estoy tan impaciente, parezco niña en vísperas de navidad.-


dijo Carolina tiempo después de que el coche arrancara.-
Tendría que estarlo, se supone que es un requisito antes del
día mas importante de su vida.- le contestó Dafne con
complicidad haciéndola sentir cómoda.- Usted..?.- preguntó
Carolina.- No, yo nunca me he casado, ni siquiera tengo un
novio.- contestó Dafne mirando la ventana.
Ya en el Aeropuerto no tuvieron que esperar para abordar
puesto que el avión que les llevaría a su destino era un Jet
privado, lujoso, a Dafne le había parecido salido de un sueño.-
Legaremos dentro de 4 horas.- les informaba una azafata,
indicándoles su asiento.- despegaremos pronto. Quisiera pollo
o res?.-pollo o res?- repitió Dafne la pregunta.- para almorzar
Señorita.- le contestó la Azafata.- ooh am, yo no…,- empezaba
a decir Dafne cuando Carolina le interrumpió.- por favor,
come, he pasado muy temprano por ti, no creo que te diera
tiempo de tomar algo.- Dafne no tenia mucha hambre pero no
quizo ser grosera.- Pollo, y si tiene algo de jugo se lo
agradeceré mucho.- dijo Dafne por fin, recargándose en el
asiento.

El señor Carelli me informó que tiene una forma de trabajar


muy distinta de los demás fotógrafos, le gusta trabajar con
música en sus sesiones.- Dijo Carolina cuando despegaron.- yo
creo en el dicho que un trabajador contento trabaja mucho
mejor. En mi caso se aplica a mis clientes, a mi equipo y a mí
misma.- Respondió Dafne.

Voy a descansar un rato en una de las habitaciones del avión,


también puedes descansar si lo prefieres, hay otra habitación
para ti.- dijo Carolina una vez que hubo despegado el avión,
era mentira que iba a descansar, los vampiros no necesitaban
dormir mucho tiempo o a diario, dormían cuando su cuerpo lo
pedía, pero tenía hambre, no había podido tomar nada de
sangre desde hace muchas horas, fue a su habitación y saco
una bolsa de sangre del frigorífico, la calentó y no la vertió en
un vaso sino que hundió sus colmillos en la bolsa y comenzó a
chupar.

Al cabo de un rato regresó a tomar asiento donde se dio


cuenta Dafne se había quedado dormida, la dejaría descansar
un poco antes de aterrizar, la pobre mujer se le veía cansada.
Esta será tu habitación.- le dijo Carolina a Dafne abriendo una
de las habitaciones más bonita que hubiera visto en su vida,
era sin duda, salida de otro sueño, todo en ella tenían buen
gusto, además había también un gran ventanal con una vista
excelente a toda la ciudad.

Veo que te gusta mucho.- le dijo Carolina con una amplia


sonrisa.- Qué si me gusta??me encanta.- dijo Dafne.-Me
alegra mucho que te haya gustado.-le dijo Carolina.- Gracias.-
dijo Dafne.- bueno, veo que quizá quieras descansar un poco,
reponerte del viaje.- dijo Carolina.- la verdad es que si estoy
un poco cansada.- dijo Dafne bostezando, no había podido
descansar mucho en el avión y la posición en la que se durmió
le dejó un dolor en la espalda.- Entonces, te veré más tarde.-
dijo Carolina saliendo.

Dafne se quedó un rato admirando la vista, inspeccionó la


habitación, una de las puertas daban a un armario enorme, la
otra daba a un cuarto de baño que no se le quedaba atrás al
armario, tenía un jacuzzi al centro, la invitaba a meterse en él,
pronto se quitó la ropa y se metió. Después de un rato salía
pesadamente, se acostó en la cama y se quedó dormida con la
toalla puesta.
CAPITULO 3

Marcus!!.- Carolina salió corriendo a recibir a su hermano con


un efusivo abrazo.- pensé que llegabas hasta pasado mañana.-
pues ya ves que no, he pensado mucho en lo que hablamos la
otra vez y prefiero estar aquí alejado de la ciudad, en la
tranquilidad del campo.- dijo Marcus respirando fingidamente
el aire.- querrás decir, evitando que llegue tu única.-
contrarrestó Carolina.- Ooh vamos hermana, estoy aquí como
querías.- le dijo Marcus.- Bueno.- dijo Carolina.- tengo que
contarte que encontré al mejor fotógrafo de donde me
recomendaste, el dueño me informó que es lo mejor de lo
mejor y así lo creo.- Y dónde está??.- pregunto Marcus
mirando a todos lados buscando.- se encuentra descansando
en su habitación.- contestó Carolina, había omitido que se
trataba de una mujer porque si se lo decía su hermano saldría
corriendo de ahí.

Se sentaron a charlar de los preparativos para la boda, Marcus


y Carolina llevaban una excelente relación de hermanos, no
habría cosa que Carolina no quisiera que Marcus no le hubiera
dado, ellos se quedaron solos después de que se convirtieron
en vampiros pues su familia había muerto muchos años atrás,
después de vagar solos por el mundo encontraron a otras
gentes como ellos. Marcus había encontrado en Connor un
buen amigo, él era un poco fiestero, relajado pero cuando
tenía que haber seriedad no dudaba en ser serio.
Dafne abrió los ojos y se dio cuenta que había dormido
bastante tiempo, vio su reloj, eran las 8 de la noche. Estaba
oscuro, se vistió rápidamente y bajo a la cocina, tenía hambre,
no había probado bocado desde esa mañana, ya cenarían?, se
preguntó. Se apresuro mas al ver la casa desierta, al llegar a la
planta baja vio una luz encendida y se apresuro a llegar.
Carolina y un hombre estaban charlando animadamente en la
barra de la cocina, al verla llegar Carolina levantó la vista y le
sonrió.- Marcus.- se dirigió al hombre que estaba de espaldas
y que estaba girando.- ella es la fotógrafa de la que te hablé,
Dafne Huxley.- Dafne este es mi hermano Marcus.- dijo con
una sonrisa.

Marcus giró y encontró a una bella mujer, morena clara, ojos


cafés, boca exquisita y un cabello esplendido color castaño
que caía en rulos por sus hombros, parada en el arco de la
puerta , le regalaba una sonrisa devastadora.- Demonios.- se
dijo a si mismo.-ella había llegado. Aún en ese rincón alejado
había llegado, su compañera, su única.- se encontró así mismo
devolviéndole la sonrisa.- mucho gusto.- dijo ella tendiéndole
la mano.- el tendió la suya y se la estrecho, se recriminó por
corresponder, pero cuando se dio cuenta de lo que había
hecho ya no había marcha atrás, sus manos se habían tocado
produciéndole una descarga eléctrica a todo su cuerpo en
tropel inundando sus sentidos.- le retiró la mano y salió de la
habitación a paso apresurado.

Dios.-pensó Dafne.- era el hombre más guapo que hubiese


visto, se parecía algo a su hermana, pero sus ojos eran de un
azul profundo, como mirar el mar embravecido.
No te preocupes.- le dijo Carolina a Dafne cuando Marcus se
hubo ido de manera muy grosera.- Has descansado?? Me
imagino que tienes hambre?.- le preguntó Carolina.- Mucha.-
contestó Dafne.-como no sabía lo q te gustaba, he pedido a la
cocinera que hiciera varios platos para ti.- dijo Carolina
señalando la mesa.

Maldita sea.- pensó Marcus, no había esperado encontrarla


ahí, en su casa. Había estado huyendo para no tener que
encontrarla, pero nada de eso le dio resultado, ahora la había
encontrado, no sabía cómo le iba a hacer para no reclamarla,
si cuando se habían tocado el pensó tomarla en brazos y
besarla, no solo besarla sino, hacerla suya, solo suya.
Maldición.- volvió a decir.- el sentimiento por querer
reclamarla era más fuerte que él.

Muchas gracias, pero creo que ya no puedo comer más.- le dijo


Dafne a Carolina dirigiéndose al fregadero para lavar su
plato.- bueno, me voy a descansar, mañana será un día muy
ajetreado. Buenas noches- dijo Carolina con un bostezo
fingido.- Buenas noches.- contestó Dafne caminando hacía su
habitación, empezó a admirar los cuadros que había en el
corredor, no tenía sueño pues había dormido mucho. Al llegar
abrió la ventana con esa gran vista a la ciudad, de noche se
veía esplendida, lástima que esa era la última vez que vería
algo así. Sacó su reproductor y se dispuso a escuchar música.

Marcus tenía mucho tiempo escuchando, la oía moverse en la


habitación de al lado, danzando para él, la oyó tumbarse en la
cama y poner música , tendría puesto los audífonos pero él oía
como si estuviera ahí, se quedó oyendo, pero después de un
tiempo no la oyó mas, salió camino a su habitación, se había
quedado dormida con los audífonos puestos, se acercó a ella
despacio para no despertarla y tomó de una de sus manos el
aparato y lo apagó, se disponía a quitarle los audífonos
cuando giró a la izquierda, de espaldas a él esparciendo su
cabello castaño oscuro en la almohada. Se quedó ahí
admirándola, deseando despertarla con un beso, caricias,
tocar ese pelo con sus dedos y hacerle el amor, se volvió a
recriminar por sus pensamientos.- no quería una compañera.-
se dijo así mismo.- le tomo toda su fuerza de voluntad salir de
ahí si es que quería salir entero. Salió al fresco de la noche, en
esa época del año no había casi clientes en el club debido al
clima y paseó por los jardines.

Así que la has encontrado, he.- le dijo Carolina cuando llegó


hasta él, lo había visto salir y lo había seguido.- a quién?.-
preguntó Marcus fingidamente.- A tu compañera por
supuesto.- contestó Carolina.- No se de lo que hablas.-Marcus
seguía negándolo.- He visto como la veías, esa mirada que
solo se le puede dirigir a un compañero de vida, no soy ciega,
y la forma en la que te has ido, fuiste muy grosero- atacó
Carolina.- No pienso reclamarla.- admitió por fin Marcus.- y
solo me quedo aquí por ti, porque si de mí dependiera me
hubiera ido hace unas horas.- Qué no vas a reclamarla??, no
podrás estar sin ella, tenerla cerca, vivir prácticamente a su
lado y no besarla, tomarla en tus brazos, hacer la tuya, te
volverás loco.- dijo Carolina exasperada.- prefiero volverme
loco a saber que cuando le cuente lo que soy saldrá corriendo
como si hubiese visto al mismísimo diablo.- Puede que esta
vez todo sea distinto, quizá ella sea como mi Jeremy y no le
importe lo que seas.-le dijo Carolina.- no hermana, no te
engañes.-le contestó Marcus.- Pues no lo sabrás si no lo
intentas.- dijo Carolina caminando a la casa dejando a Marcus
con sus pensamientos.

CAPITULO 4

La mañana siguiente Dafne se había levantado temprano,


tomó un baño y bajo a desayunar, se sorprendió al ver otra
serie de platillos para el desayuno y pensó que a la mejor los
demás bajarían más tarde.- siéntese Señorita.- le dijo una
muchacha joven, al parecer la cocinera.- pero, la señorita
Black y su hermano…- miró a la puerta.- ellos ya han
desayunado Señorita.- le contesto la Cocinera.-Le han dejado
instrucciones a Pedro para que la lleve al lobby del club
cuando termine su desayuno.

Había oído que el Club de golf era muy grande y no se


equivocaban, le tomó 15 minutos llegar de la Residencia al
lobby. Dios.- exclamo al entrar, pensó que tendría que tomar
una foto antes de irse a casa. El levantamiento de una mano la
sacó de sus pensamientos, era Carolina que la estaba
llamando, caminó hasta donde estaba ella.- Hola.- saludó
Carolina.-me da gusto que hayas llegado, esperaba que me
acompañaras de compras, Marcus nos acompañará, verdad
Marcus.- le dijo Carolina a su hermano tomándolo
desprevenido.- yo??.- preguntó Marcus.. anda di que si.-
empezó a decir Carolina.- No, yo tengo cosas que hacer.-
contestó Marcus.- bueno, que se le puede hacer, quizá nos
encontremos hombres allá que con gusto nos acompañaran en
el día.- comentó Carolina mas para Marcus que para Dafne.

Esperen.- dijo Marcus resignado.- yo las acompañaré.- No


había planeado estar cerca de ella pero no podía soportar la
idea de otros hombres rondándola, se había puesto enfermo
de celos con solo pensarlo.

Hacía una hora que había llegado al centro comercial, pero


Dafne quería descansar, ir de compras nunca había sido su
fuerte, cuando tenía que comprarse ropa siempre lo hacía de
manera rápida, vio un local de mascotas y camino hasta el
dejando atrás la ropa de marca que fingía ver.

Marcus la había estado observando todo el tiempo, hacía


tiempo que dejaron de interesarle las compras, solo estaba
fingiendo ver ropa para no hacer sentir mal a Carolina que
parecía niña en una juguetería.- Sus pensamientos se
interrumpieron al verla dirigirse al local de Mascotas de
enfrente. La siguió admirado, era la primera vez que había
visto a una mujer dejar la ropa de marca por ir a ver mascotas.

Al llegar al local la vio acariciando un perrito blanco, la


dependienta le preguntó si quería cargarlo y ella aceptó. Lo
tomó en sus brazos con esa sonrisa devastadora para luego
ponerse seria.- lo siento.- le dijo a la dependienta
entregándole el cachorro y salía del local con mirada triste,
Marcus quería saber que había causado su repentino cambio,
paso de largo y se instaló de nuevo fingiendo ver la ropa. En
momento como ese Marcus deseaba poder leerle la mente,
saber que había causado su tristeza, mas sabía que no podía,
era su compañera. Se recriminó de nuevo, él no quería
reclamarla.

Dafne no pudo evitar acariciar al cachorro, pensó que si se lo


llevaba a la casa sería completamente feliz, por un tiempo.
Dios, quiero entender tus designios, pero yo solo quería
enamorarme, casarme, tener hijos, nietos, una casa con un
árbol grande que proporcionara mucha sombra, pero la vida se
empeñaba en quitarle todo eso.

Quiero que seas mi madrina.- le dijo Carolina sacándola de sus


pensamientos.- emm, perdón?.-preguntó Dafne confundida.-
que quiero que seas mi madrina.- repitió Carolina.- yo…yo no
puedo, yo solo soy la fotógrafa.-dijo Dafne.- No acepto un no
por respuesta- dijo Carolina dispuesta a darle batalla hasta
que aceptara, Dafne le había caído muy bien desde un
principio y ahora que sabía que sería su cuñada no cabía la
duda que serían muy amigas.- Que no hay ninguna otra
persona a quien le quieras pedir ese honor?.- preguntó Dafne.-
No, te lo estoy pidiendo a ti y como tú dices, es un honor,
entonces, por favor hazme el honor tú de aceptar, si??.- le dijo
Carolina.- Dafne se lo pensó, podría hacer eso, ser madrina,
disfrutar del momento.- está bien.- contestó Dafne al fin.-
perfecto.- dijo Carolina extasiada.- te escogeremos un
vestido.- que??.- preguntó Dafne atragantándose.-mas
compras??.- tenemos que, o dime, acaso trajiste un vestido
para la ocasión.- le preguntó Carolina.- No, pero no soy de
gustos difíciles.- contestó Dafne apresuradamente.- ese.-
señalo un vestido negro estraples con holanes que bajaban
desde el muslo hasta los pies.- es hermoso.- exclamo
Carolina.- tienes buen gusto. Marcus!!, por favor llévala a la
casa, se ve un poco cansada, yo seguiré aquí.
No puedo creer que no me dejara pagar mi propio vestido.- le
dijo Dafne a Marcus cuando se subieron al carro.- No podía
dejarte pagarlo, mi hermana te ha pedido que fueras su
madrina, la responsabilidad es mía.- dijo Marcus.- viajaban
muy rápido, Marcus quería llegar lo más pronto posible, no
quería que su deseo por tenerla le hiciese perder la razón y
tomarla en ese momento. Dios, puedes bajar la velocidad,
podrías matar a alguien.- le dijo Dafne asustada.- te asusta
estar conmigo??.- le pregunto él.- No, lo que me asusta es..-
ella no terminó la frase porque las lagrimas se encaminaban
por sus ojos nublando su vista.- Para por favor.- le dijo
completamente fuera de sí. Él detuvo el coche y ella salió
llorando.- él se sentía un imbécil, bajo del coche y camino
hacia ella. Estaba llorando, él causo eso. Le toco el brazo
queriendo consolarla.- No me toques.- le dijo ella.- él se sentía
herido, sus palabras herían como una barra de hierro en el
corazón.- Perdóname.- le dijo él.- no sé qué me pasó.- sabes
que pudiste haber matado a alguien?.- ella preguntó.- lo
siento mucho, yo no pensé que..-no, ese es el problema, nunca
piensan.- lo interrumpió ella.-Por favor sube, esta helando
aquí afuera, prometo ser cuidadoso.

Marcus manejó calmado el resto del camino mirando de reojo


a Dafne que tenía su mirada perdida en la ventana. Hubiera
dado todo lo que tenía por saber que era lo que pasaba por su
mente, había algo más que no le decía.
CAPITULO 5

La mañana siguiente Dafne había planeado salir al campo a


hacer unas tomas de prueba antes de la boda, había
almorzado otra vez sola y salió al jardín con cámara en mano.
Estaba haciendo frío, pero no le importó, le gustaba el frío.

Comenzó haciendo una toma aquí y allá, enfocó la piscina,


había 4 niños que jugaban cerca de ella, se preocupó pero no
muy lejos de ahí había adultos parecían ser los padres, se giró
de espaldas, enfocó la casa y tomó una foto , acercó mas la
lente y vio a Marcus saliendo por la puerta, bajo la cámara y se
volvió para enfocar de nuevo la piscina, oyo unos gritos de
niños, enfoco su cámara, le extrañó ver solo 3 niños, busco
rápidamente los padres, ni un adulto, ella lo comprendió todo,
el cuarto niño se había caído en la piscina, corrió lo más rápido
que pudo y se zambulló.

Marcus la estaba observando desde que salió de la casa, él


había salido con el propósito de hacerla entrar por algo mas
abrigador que el suéter delgado que traía puesto pues el clima
estaba muy frío, pero cuando él había salido ella le dio la
espalda, pensó acercarse, pero en ese momento salió
corriendo como si la persiguiera el diablo y para después
meterse en la piscina donde 3 niños gritaban desesperados
por ayuda, el pronto sabía que había pasado, corrió
rápidamente hasta ellos.

Llegó en el momento que ella salía con una niña de unos 3


años inconsciente, la gente se había dado cuenta de lo que
estaba pasando y salían histéricos gritando por sus hijos. Él
tomó a la niña y la recostó en el piso, el no sabía qué hacer,
había visto en una que otra película dar RCP pero él no sabía,
sacó rápidamente a Dafne que tenía el mismo aspecto de la
niña, ella comenzó a darle respiración de boca a boca de ves
en cuando oyendo su respiración. Vamos amor!!.- le decía
Dafne a la niña dándole ánimos.- no me hagas esto, por favor.-
ella lo seguía intentando.- tú no, tú no.- repetía una y otra vez
hasta que por fin la niña tosió sacando el agua de sus
pulmones. En ese momento llegaban los paramédicos, tomó a
Dafne y la cargó llevándola a un lugar donde estuviera
caliente, estaba dándole hipotermia, tenía sus labios azules y
le castañeaban los dientes.

La puso frente a la chimenea de la casa quitándole la ropa


mojada con rapidez y secándola y frotándola entrar en calor,
llamó al Doctor del Club para que la checara.

Habían pasado el resto del día cuidándola, ella no se había


movido ni una sola vez, lo que los tenía preocupados. Maldita
sea.- Dijo él recordando la piscina, no debía estar descubierta,
los empleados sabían muy bien que tendría que haber estado
cubierta totalmente, porque estaba así, pediría explicaciones
en la mañana, despediría al responsable pues su descuido casi
había costado 2 vidas.

La noche no llegó con buenas noticias, ella tenía temperatura


y estaba delirando, diciendo palabras sin sentido, abría
esporádicamente los ojos y volvía a dormirse. El Doctor había
dejado instrucciones y medicamentos por si eso pasaba.

Noo!!!.- dijo Dafne con un grito desgarrador.- porque Dios,


porque me haces esto!!.- Marcus se acercó a ella y le puso su
mano en la frente.-ella se tranquilizó momentáneamente.-
Jack!!.- dijo en un suspiro.- quédate conmigo.- Marcus se
preguntó quién sería Jack, un novio?, el hombre que amaba?.-
Jack!!.- volvía a mencionarlo angustiada.- Marcus le tocó la
mejilla, su temperatura había vuelto, la tomo en brazos y
subió hasta su habitación y la acostó en su cama y le
administró el medicamento, se veía tan débil y delicada.
Marcus se quedó ahí, esperando que le bajara la temperatura
y checándole la presión.

Él se encamino a la ventana y abrió las cortinas, se quedó ahí


pensando, porque había arriesgado su vida, claro que esa niña
no tendría que haber estado ahí sin una supervisión o la
piscina descubierta.

Él se sentó en una silla frente a la cama, pensó como sería


tocarla, besarla, saborearla, se recriminó por sus
pensamientos.- puedes besarme.- dijo ella sacándolo de sus
pensamientos.- yo no quiero besarte.- contestó él.- lo
piensas.- dijo ella, él salió de la habitación apresuradamente,
¿qué había pasado?, ella podía oír sus pensamientos?, ¿Por
qué? El no podía leerle los suyos, entonces porque ella sí.
Tenía que hablar con Connor.

Connor, te digo que ella pudo oír mis pensamientos y tu solo


me dices excelente.- Marcus estaba molesto con Connor, le
había tenido que decir que había encontrado a su compañera,
que no la reclamaría y que ella había podido oír sus
pensamientos y el solo había reído y dicho que era excelente,
como si estuviera catando un buen vino.-Marcus.- empezó
Connor poniendo serio.- esto quiere decir que tienen una
conexión muy fuerte, inigualable, única. Mi madre me contó
que hubo una sola ves que ha pasado esto, lo que tienes con
ella no lo puedes negar, es una conexión irrefutable, ya
quisiera yo encontrar mi compañera y que fuera así con ella,
es una pena que no pienses reclamarla, ya me cae bien.

Demonios, pensó después que colgó con Connor, necesitaba


distracciones para no estar a su lado, para evitar ansiarla,
para evitar querer tenerla y hacerla suya, marcarla. Él sabía
cuál era la opción, sacó el teléfono y marcó…

Dafne se despertó adolorida del cuerpo, recordó de repente lo


que había pasado, la piscina, la niña, todo hasta los brazos de
Marcus llevándola y luego nada, se levantó de la cama y se
mareó un poco, estaba desnuda, quién había sido, se ruborizó
al pensar que podría haber sido Marcus. Se cambió y salió de
la habitación, podía oír música de algún lado en la planta baja,
bajó los escalones y se encaminó a la sala principal, ahora
podía oír risas de una mujer y de un hombre, él, él estaba
riendo, jamás lo había oído reír así, llego al marco de la
entrada y vio a Marcus con una guapísima mujer rubia, alta,
de ojos verdes, parecían divertidos. Ellos al percatarse de su
presencia giraron poniéndose serios. Oh, me alegra que haya
despertado por fin, Carolina estaba muy preocupada.- dijo él
con solemnidad.- Abril, ella es la fotógrafa que trajo Carolina
para la boda.- dijo él dirigiéndose a la rubia.- bueno, al menos
estará bien para la boda.- dijo la mujer quitándole
importancia.-Marcus, porque no me llevas a dar un paseo por
el campo.- por supuesto.- contestó el tomándole el brazo y
dejando a Dafne un poco confusa y herida.
Porque se había sentido herida, no era que ella esperase otra
cosa de él, sabía por experiencia que hombre como él siempre
esperaban una modelo, ella había pensado mas de una ocasión
que si ese hombre realmente la conociera dejarían a un lado a
la modelo perfecto con la que salían.- Oh, me alegra mucho
que estés mejor.- oyó a Carolina decir detrás de ella.-
estuviste mucho tiempo inconsciente.- inconsciente?,
Cuanto?- preguntó ella.- tres días.- contestó Carolina
apenada.- estuviste con mucha fiebre, delirabas.- siento
mucho las molestias que les causé.- dijo Dafne.- Oh no, no lo
sientas, estábamos muy preocupados, la piscina no debió de
estar desprotegida.

Fuiste muy valiente,lo sabias?.- preguntó Carolina al ver que


Dafne no sabía que hacer, los padres de la niña vinieron para
agradecerte pero no habías reaccionado aún, te dejaron esto.-
Carolina le tendió una carta y señaló una caja rectangular
envuelta en papel de regalo.- yo no puedo aceptar eso.- ella
señaló la caja.- no creo que puedas devolverla.- Carolina dijo
tomando asiento en un sillón.- los padres de la niña se han ido
y no dejaron dirección.

Dafne abrió una carta que decía lo siguiente:

Señorita Dafne Haxley:

Sabemos que no podremos agradecerle totalmente lo que ha


hecho por nosotros, nos ha devuelto nuestro preciado tesoro,
nuestra hija, esperamos no ofenderla con nuestro presente y
esperamos su pronta recuperación, Ana nos ha pedido que le
demos un beso y un abrazo de su parte, está muy bien, no
podemos expresar con palabras lo que sentimos, pero le
estaremos completamente agradecidos por el resto de
nuestras vidas.

Sr. Y Sra. Valencia.

Una lagrima rodaba por la mejilla de Dafne, dejó la carta en la


mesita de la sala y comenzó a abrir su presente, casi se le caé
la boca cuando vio que se trataba de una mega cámara digital
con varios lentes, muy profesional.-Por Dios.- dijo Carolina
levantándose.- parece que ahora no querrás dejar de tomar
fotos. Ella asintió y subió las escaleras.-¿qué es lo que no
dices?.- se preguntó Carolina.

Dafne entró en su habitación con sus ojos llorosos, el regalo le


hiso recordar, el día que había recibido una cámara así había
sido de su hermana.- tú sobrino ahorro algo de dinero para
poner de su parte.- le había dicho su hermana. Ese había sido
el día que ella tomó la foto de su sobrino sonriendo. Tomo la
cámara y salió sin rumbo fijo al campo de golf.

Maldita sea.- pensó Marcus viendo a Dafne en los jardines de


Club.- la mujer acaba de recuperarse de una neumonía y ahí
estaba, otra vez fuera en el frío.- se encaminó con paso
apresurado hacia ella.- ¿Qué haces aquí afuera?.- le preguntó
tomándola por el brazo.- Tomo fotos, que no ves.- le contestó
ella queriéndose soltar de su mano.- Maldita seas, te acabas
de recuperar de una neumonía, tendrías que estar dentro de la
casa, está haciendo frío y puedes tener una recaída.- le dijo él
estrujándola.- suéltame.- dijo ella enojada.- No, no te soltaré
hasta llegar a la casa.- él la tomó en brazos y caminó hasta la
casa.- no tienes derecho a decirme lo que hacer y lo que no.-
dijo ella golpeando su pecho.- tengo todo el derecho porque te
hospedas en mi casa.- espetó él.- si es ese el problema lo
corregiré en seguida, me iré a un hotel.- le gritó ella molesta.-
me harías un gran favor, pero no me arriesgaré a la furia de
Carolina cuando sepa que te has ido.- entrando en la casa él
subió las escaleras hasta su cuarto, la puso en su cama y cerró
la puerta con llave- aunque tenga que encerrarte y vigilarte no
saldrás.- ella se dio la vuelta dándole la espalda.- en algún
momento tendrás que dormir.- le dijo.- créeme.- no me
dormiré.- dijo él tomando una silla. Ella agarró una toalla y se
dirigió al baño pero él la había seguido.- vete de aquí, voy a
tomar un baño.- dijo ella empujándolo fuera.- deja la puerta
entreabierta, te estaré vigilando.- dijo él.- qué?, pervertido, lo
que tú quieres es ver una mujer desnuda, ve a ver a tu rubia.-
él soltó un risa.- estas celosa?.-le preguntó.- celosa yo?-dijo
ella con una ceja levantada.- no me hagas reír.- Oh, linda, esa
boquita tuya solo miente.- dijo él.- quieres ver a una mujer
desnuda??.- ella le preguntó empezando a quitarse la ropa.-
es lo que quieres ver?-preguntó en tono sensual levantándose
la blusa. Al ver que se quedaba mudo se aprovechó y dándole
una patada entre las piernas tomó la llave, abrió la puerta y
salió corriendo. No había llegado ni a las escaleras cuando
unos brazos la tomaron de la cintura.- Ibas a alguna parte
linda?.-le preguntó él al oído enojado.- no soy de tu
propiedad, no puedes tratarme así, iré con Carolina y le diré
como me estas tratando.- Carolina no podrá oírte, se ha ido
por su novio, solo estamos tu y yo.- Y tu amiguita.- le recordó
ella. Él la giro, estaba celosa, lo sabía.- ella se quedará en un
hotel.- esperándote.- terminó ella saliendo de su abrazó. No
saldrás de la casa hasta que el médico lo indique.- él le dijo
dejándola ir.
Maldición, ella era la mujer más necia que él hubiera conocido,
había luchado con él, lo había engañado, insultado y golpeado,
tenía una habilidad innata de supervivencia, le había sentir
vivo, sus discusiones le hicieron sentirse como hacía mucho no
se sentía. Jamás se aburriría con ella a su lado.

CAPITULO 6

Un trueno despertó a Dafne de su sueño, abrió completamente


lo ojos al ver un relámpago y oír después el trueno, se
incorporó, estaba lloviendo fuera, otro trueno, se abrazó las
piernas, no le gustaba que lloviera, ese día llovía,
relampagueaba y tronaba como lo estaba haciendo en ese
momento.

Ella se levantó rápido, abrió la puerta saliendo a un pasillo, no


quería estar sola, caminó buscando a Marcus, otro trueno sonó
haciéndola saltar, su corazón latía furiosamente en su pecho.-
dónde estás?.- Dijo en vos alta.- Me buscabas?- preguntó él
con inocencia fingida a sus espaldas haciéndola dar un grito.-
yo..- comenzó a decir algo avergonzada.- no puedo dormir.- Y
me buscabas porque..- él no termino la frase, podía oír su
corazón agolpándose en su pecho.- le tienes miedo al coco?.-
no!!.- exclamó ella cerrando sus puños. Otro trueno mucho
mas fuerte sonó muy cerca y ella se tapó la boca con una
mano evitando que saliera un gritó ahogado de su boca.- él lo
comprendió, tenía miedo a los truenos, la tomo en brazos y la
llevó a su habitación, la acostó en la cama delicadamente.- me
quedaré contigo.- le dijo él alejándose.- puedes acostarte del
otro lado de la cama.- le dijo ella.- no dejaré que te desveles
por mi causa.- él soltó una risa.- hace rato no querías tenerme
cerca y ahora quieres que me acueste a tu lado??, decídete
linda, tus constantes cambios me abruman. Se acostó del otro
lado de la cama y fingió quedarse dormido, ella templaba con
cada trueno, él quería abrazarla, estrecharla y calmar sus
miedos, la deseaba mucho más de lo que alguna vez deseó a
Constanza, le hacía querer protegerla, amarla, poseerla. Ella
se giró hacia el acomodándose en sus brazos, él ahora estaba
totalmente consciente de las curvas de su cuerpo, del olor de
su cabello, de sus labios carnosos y de su respiración. Quería
evitarla pero la verdad es que no podía, era verdad lo que le
había dicho Connor, así te vayas al otro lado del mundo no
podrás vivir sin ella, que dios se apiadara de él, la amaba, si, la
amaba a pesar de que se dijo que no volvería a amar a una
mujer después de lo de Constanza, dejó que su mano vagara
por su mejilla, ella acercó su rostro a su mano queriendo ese
contacto, tocó sus labios con un dedo, carnosos, apetecibles,
se preguntó que se sentiría besarla, ella se removió jadeante,
recordó que Connor dijo que ella en su subconsciente podría
oír sus pensamientos.-crees que soy guapo?.- le preguntó en
sus pensamientos.- Si.- contestó también en sus
pensamientos.- sonrió satisfecho.- Quisieras que te besara?.-
volvió a preguntar.-si.- contestó ella. Él iba a besarla pero el
sonido de su móvil atrajo su atención, se levantó lentamente y
salió de la habitación.

Diga?.- él esperó.- Marcus.-dijo una vez masculina en un


susurro.- Quién habla?.- preguntó.- el que se supone tu
enemigo natural.- dijo el interlocutor.- Ian, que sorpresa,
porque susurras?-preguntó.- porque no puedo hablar mucho,
me arriesgo a ser expulsado de la manada por decirte lo que
te voy a decir, escucha, se ha perdido el hijo de Aidan, adivina
quienes son los principales sospechosos.- Los vampiros.- le
dijo Marcus preocupado.- se sabe algo?.-preguntó.- No
Marcus, él niño salió a pasear con su nana, se suponía que
irían a una función de marionetas pero no llegaron. Marcus…
Aidan está furioso, incontrolable, habla de venganza, dice que
secuestrará…- vampiros.- terminó de decir Marcus.- Yo y otros
que no estamos de acuerdo hasta saber más de quien se ha
llevado a su hijo tratamos de mantenerlo a raya, pero no lo
podremos contener mucho.- Gracias Ian, te agradezco el
avisó, estaremos en contacto, veré que puedo averiguar.-
colgó el teléfono pensativo volviendo a marcar
inmediatamente.- Carolina!, escucha..quiero que te quedes
con Jeremy, no vengan hasta que yo de avise, si?.-Marcus, no
entiendo, quieres tiempo con tu compañera??. Si es así me
quedaré aquí con Jeremy todo lo que pueda.-dijo ella
divertida.- no, no es por eso que te he pedido que te quedes
allá, por favor no salgas, no te expongas, Ian ha hablado
conmigo, ha desaparecido el hijo de Aidan, parece que planea
secuestrar vampiros hasta que aparezca su hijo, cuídate y has
correr la vos.- si Marcus, solo que…, que pasara con..-decia
Carolina entrecortadamente.- yo la mantendré ocupada.- dijo
él y colgó.

Regresó a la habitación de Dafne, eran las 4 de la mañana, no


había dejado de llover, la miró en la cama, estaba
profundamente dormida, se volvió a acomodar su lado.

Dafne se removió con algo duro pero reconfortante a su lado,


olía bien, se sentía mejor, pensó que era un sueño y no quiso
abrir los ojos, no quería que pasase, levando una mano y la
colocó frente a ella tocando, sabía que estaba soñando con un
hombre, estaba tocando el pecho de un hombre fuerte, su
mano vago por cada rincón, maravilloso, pensó, extendió su
mano a donde estaría su corazón, lo sintió latir con fuerza, con
poder debajo de sus dedos.- ¿Quieres encender mi fuego,
linda?.- ella oyó una vos conocida y enseguida abrió sus ojos
de golpe, él estaba a su lado, era el pecho de él el que había
estado tocando pensando que lo había soñado, Dios, qué
vergüenza.- No quiero encender nada de ti.- le dijo ella con un
rubor en sus mejillas alejándose de él.- oh linda, no se te da
bien mentir.- le dijo él caminando hacia ella.- tú me deseas y
piensas que soy guapo.- la tomó de la cintura y la atrajo hacia
él pegándola a su cuerpo, haciéndole sentir el bulto que había
debajo de sus pantalones.- termina lo que empezaste.- le dijo
él mirándola a los ojos.- Yo no empecé nada, fuiste tú el que te
formaste una idea equivocada.- le dijo queriéndose soltar de
su abrazo.- linda, no hay ninguna equivocación, me acariciaste
de tal forma que no pudo haber equivocación.- le dijo él
tomándole una mano.- es eso lo que querías sentir?.- él coloco
su mano en su pecho.- estaba soñando que tenía a Orlando
Bloom a mi lado.- le dijo ella luchando por zafarse de su
abrazo.- soñaste con él pero me tienes a mi.- dijo él bajando a
sus labios.- genial, sueño con un príncipe y me despierto con
un mendigo.-le dijo ella mordazmente.- él soltó una risotada.-
No recuerdo que pusieras alguna objeción anoche.-
contraatacó él.- anoche era distinto.- ella dijo.- distinto en qué
linda, buscabas mi compañía, querías que me acostara a tu
lado.- yo..- ella no terminó la frase porque él la beso, con un
beso apasionado, posesivo, ella abrió su labios dejando que el
tomara su boca por completo, sus manos tomaron su cabello,
él la acercó más, la levantó y la colocó en la cama tumbándose
encima de ella, sus manos recorriendo su cuerpo en un frenesí
de emociones, dejó su boca para besarle el cuello.- un gemido
suave salió de la boca de ella, música paras sus oídos-eres tan
suave.- murmuró él.-bajo la blusa descubriéndole el hombro,
un pequeño lunar sexy proclamaba sus besos, él lo besó
bajando hasta uno de sus pechos por encima de la blusa lo
besó también, ella podía sentir sus pezones ponerse duros,
quería mas, él desabotono su jeans y comenzó a bajarlos, ella
estaba más nerviosa, jamás había estado con un hombre así,
en la intimidad, él besó sus muslos y con una mano busco el
centro de su éxtasis, estaba húmeda, con un dedo tocó el
botón delicado y lo frotó haciéndola gemir de placer, introdujo
dos dedos.-Maldición.- dijo en vos alta.- estás tan estrecha.-
Eso es malo.-le preguntó ella.- No me malinterpretes, es…
condenadamente bueno.- él estaba al borde del éxtasis, la
enderezó y saco su blusa, desabotonó el sujetador maravillado
con sus pechos, sus pezones de un rosa melocotón, él los tomo
con las manos y los besó, torturándolos, haciéndola gemir,
quería que le implorara hacerle el amor, lo quería oír de sus
labios.- Marcus!.- dijo ella jadeante.- por favor.- ella no sabía
bien lo que le estaba pidiendo, no era ignorante a lo que se
hacía en la intimidad, pero jamás lo había experimentado.- por
favor que?.- preguntó él.- hazme el amor.- dijo ella por fin. Él
comenzó a quitarse la ropa, se sentía tan excitado.- Ábrete
para mí linda.- le dijo acomodándose para embestirla.- la jaló
introduciendo su miembro hinchado.- sus ojos se abrieron de
par en par.- Ella creyó ser partida por la mitad, estaba ahí
debajo de él jadeando de dolor.- sh, pronto pasará el dolor.-
dijo él conteniéndose, inmóvil.- Porque no me dijiste que eras
virgen.- preguntó él.- si lo hubiera sabido yo… hubiera sido
gentil.- fuiste gentil.- respondió ella moviéndose, el dolor ya
había pasado.- espera.- le dijo él.- No Marcus, no puedo
esperar más, estoy lista, yo quiero ver el cielo.-dijo ella
jadeando.- él obedeció y comenzó a moverse a un paso lento,
queriendo que su cuerpo se acostumbrase a él, le estaba
costando mucho no tomarla con embestidas rápidas, sudor
goteaba de su cara por la pasión contenida, ella se arqueó
dándole un mejor acceso a sus pechos y el tomó uno con su
boca y el otro con su mano, torturando el pezón con sus
dedos, su respiración era más rápida.- déjate ir linda.-
Marcus!!.- la oyó decir en un susurro. Juntos llegaron al clímax
jadeantes, él rodó de lado dejándola libre de su peso, la
abrazó y la besó.- estuviste maravillosa.- le dijo volviendo a
besarla. Después de un rato ella se durmió en sus brazos. A él
le había costado toda su fuerza de voluntad no tomarla de
nuevo, ella le había dado su tesoro a él, se abandonó en sus
brazos y le dejó amarla. Él era feliz a su lado, se sentía vivo,
lleno de energía, la acomodó en su cuerpo.

Quién es Jack?.- preguntó él después de algún tiempo.- lo


llamabas cuando tenias temperatura. Ella se puso triste.- Jack,
era mi sobrino.- dijo ella con un nudo en la garganta.- Era?-
preguntó él.- Él murió hace un año, un coche lo atropelló.- dijo
ella con un hilo de vos. Ahora comprendía Marcus porque le
había dicho eso de la velocidad.- Él era mi niño, mi luz, mi
primavera en invierno.- le dijo ella.- tú niño?.- preguntó él
confuso.- No me malinterpretes, ves esto.- dijo ella señalando
una cicatriz apenas visible en su vientre.- mi hermana no
podía tener hijos así que me ofrecí a prestarle mi vientre.- él
toco la cicatriz acariciándola, no la había visto hace rato, debió
haberla visto, la beso.- herida de guerra.- le dijo él tomando
su boca, besando, saboreando.- eres todo lo que siempre
anhelé. La abrazó y pronto se quedaron dormidos.

Marcus se despertó por unos ruidos en la planta baja, se dio


cuenta que se había quedado dormido, ella descansaba a su
lado, no pudo evitar besarla y se puso duro. Volvió a oír
aquellos ruidos y se levando alerta.-Quién es?.-preguntó en
pensamientos. Los vampiros se podían comunicar por
telepatía- Soy yo, Connor, donde estas?.- diablos.- dijo
Marcus.- que no te enseñaron a tocar?.- Ah hermano, no
tengo que tocar en mi propia casa.- dijo Connor desde la
planta baja.- todavía falta una semana para la boda, que haces
aquí?.- dijo Marcus pensando que había llegado en un mal
momento, él quería hacerle el amor de nuevo a...- Siento
mucho llegar de improviso, pero necesitamos hablar- le dijo
Connor que ya había oído sus pensamientos.-Enseguida bajo,
cambio y fuera.- dijo Marcus cortando la comunicación por
telepatía.

Qué es tan importante Connor que no puede esperar.- dijo


Marcus entrando en su despacho dándole un abrazo a su
mejor amigo y hermano de sangre.- Marcus.- empezó a decir
Connor en tono preocupado.- han declarado una alerta
después de lo de tu mensaje, quieren verte, habrá una junta
esta noche, tendrás que ir conmigo.- pero yo no puedo..-
comenzó a decir Marcus mirando hacia la planta alta.- ella
podrá quedarse aquí, tus empleados velaran por sus intereses,
mañana estarás de regreso.- le dijo Connor.- Esta bien,
espérame un momento.- Marcus subió las escaleras y entro en
la habitación de ella, seguía dormida, no quiso despertarla, le
beso la frente y salió.

Dafne despertó con una gran sonrisa, recordó lo sucedido,


Dios, había hecho el amor con él, se giró para tocarlo pero no
había nadie a su lado, giro para salir de la cama y vio la carta,
la abrió pensando diría que había sido todo un error
Linda:

Te veías tan hermosa dormida que no he querido despertarte,


me he tenido que marchar de urgencia pues mi trabajo así lo
exige, volveré pronto.

Marcus

P.d: lo de esta mañana fue lo más maravillosos que me ha


pasado. Te quiero.

Ella volvió a leer la carta y sonrió, el no se arrepentía de nada,


solo había salido por trabajo, le decía que la quería, volvería,
ella estiro los brazos y salió de la cama con energía renovada,
bajaría a desayunar, después se bañaría, tenía mucha hambre,
se puso un pants y una sudadera y se dirigió a la cocina, no
había nadie del servicio, la casa estaba en silencio, saco un
tazón y vertió cereal, después leche, se dirigió a la sala donde
prendió la mega pantalla, se le había olvidado la cuchara, se
levantó y fue a la cocina, cuando abrió el cajón para buscar la
cuchara una mano grande le tapó la boca y otro cuerpo la
arrastraba tapándole los ojos, ella oía ruidos de coches,
estaban en la calle, Dios, a donde la llevaban, la subieron a un
coche y arrancaron. Ella perdió la noción del tiempo, la habían
llevado a un cuarto oscuro y la dejaron ahí.
Marcus llegaba a su casa al anochecer, había pasado un buen
rato tratando de razonar con el clan vampírico, ellos querían
tomar partido a lo que estaba pensando hacer Aidan. Se paró
en seco, lobos, el olor era penetrante.- Dafne.- él la llamo,
nada, entró en la cocina, un cajón de los cubiertos estaba
tirado, oyó la televisión, en la mesita estaba un tazón de
cereal donde la leche estaba agria, el podía olerla, sus
colmillos salieron a la defensiva, salió siguiendo el rastro, pero
se perdía en la calle. Tomó su móvil y marco desesperado.-
Connor, hubo lobos en mi casa, se llevaron a Dafne.- No te
preocupes, voy en camino.- le dijo Connor y colgó.

Abran la puerta.- oyó que decía un voz de un hombre.- se


oyeron las pisadas, ella estaba muerta de miedo, tenia
vendados los ojos, que querrían de ella.- dime asquerosa
chupa-sangre.- decía el hombre que había oído al abrirse la
puerta.- donde tienen a mi hijo!!.- ella se estremeció al sentir
su furia.- habla.- gritó él hombre.- no se dé que me está
hablando señor, no sé nada de su hijo.- dijo ella con un hilo de
vos.- El le quitó la venda de los ojos y le tomó el mentón e hizo
que lo mirara, el hombre parecía enfermo, cansado, tenia
barba de días.- no lo repetiré más.- le dijo abofeteándola, ella
cayó de rodillas al piso jadeando, se dio cuenta que había más
gente. Se tocó el labio, este le sangraba, giró de nuevo al
hombre y lo miró.- Yo..yo no sé nada de su hijo, no sé quién es
usted.- dijo ella confundida.- no sabes??.- le preguntó el
hombre riendo estridentemente.- soy tu peor pesadilla.- le dijo
serio.-lo que pasó en seguida la dejo sin palabras, atónita, no
podía creer lo que veían sus ojos, el hombre se había
convertido en un lobo grande, plateado, le mostraba los
colmillos enojado, se acerco y la olfateó mostrándole mucho
mas los colmillos, ella estaba asustada.- otro hombre la tomó
de la cintura, le ató las manos y la colgó en una argolla que
colgaba desde el techo.- te dejaremos ahí hasta que nos lleves
con su líder chupasangre.

Era demasiada información para ella, que se suponía que


debía hacer, ella no sabía de que hablaba el hombre que se
convirtió en lobo, Vampiros!!, él había dicho chupasangre, si
existían los lobos tendrían que existir los vampiros, pero
porque la habían confundido?. Un sonido en la puerta atrajo
su atención, entraba un hombre joven, de unos 23 años,
moreno, ojos cafés, cabello castaño, le miraba interrogativo.-
He Diosa vampira.- le llamó él.- El aviso de Marcus no te
alertó?.- Marcus??.- preguntó ella.- si, le avise lo que Aidan
planeaba hacerles a los vampiros si eran blanco fácil.- Marcus
era un vampiro?, Se preguntó.- ¿Cómo sabes que soy
vampiro?.- ella le preguntó al muchacho.- Tu aroma, apestas.-
ella se había acostado con Marcus, con un vampiro y no se
bañó porque tenía mucha hambre que lo había dejado para
después, el olor de Marcus estaba en su cuerpo, había hecho el
amor con un vampiro. Madre de Dios.- pensó confusa, lo que
sabía de los vampiros era muy poco aparte de que sangre era
su comida principal, no salían al sol, dormían durante el día,
no comían. Dios, ella recordó que siempre había comido sola,
sería Carolina vampiro también, porque no se lo había dicho
Marcus, porque le dejó hacerle el amor, le había dado su
virtud y el ni siquiera le pudo decir una verdad, que planeaba
hacer con ella, acaso seria su cena?.- espera.- ella le dijo.- tu
dijiste que le avisaste a Marcus??, entonces, eres su amigo?.-
se supone soy su enemigo natural.- respondió él
tajantemente.- tu..eres un..- ella cayó la respuesta.- Lobo.-
dijo él.- eres una vampira reciente he!!.- yo no..- su respuesta
murió en sus labios porque unos pasos se acercaban. Entraron
dos hombre con un estuche.- entonces asquerosa
chupasangre.- nos dirás quién es tu líder y donde se encuentra
o me lo dirás por las malas.- el hombre llamado Aidan le dijo
abriendo el estuche que contenía un látigo.- Dime.- la tomó
del mentón.- quién es tu líder?.- No se dé que me habla señor,
se lo juro, yo no soy vampiro.- dijo ella desesperada.- Mientes,
eso es lo que mejor hacen los vampiros, mentir.- él se volvió a
transformar en lobo y le arrancó un trozo de ropa de la
espalda, el otro hombre tomo el látigo y lo blandió dándole él
primer golpe. Un grito desgarrador salió de su boca, recibió el
segundo latigazo, grito de nuevo. Marcus!!.- ella le llamó en
sus pensamientos.

Te dejaremos hasta que nos rugues por tu alimento Vampira,


no podrás vivir sin tu preciado alimento.- le dijo Aidan a Dafne
ordenando a sus hombres salir.

CAPITULO 7

Marcus cayó de rodillas con un dolor cruzando su espalda, él la


oyó gritar, un segundo golpe le atravesó lo hizo desplomarse
en el suelo, el volvió a oír su grito desgarrador y dijo su
nombre llamándolo.-¿Marcus?, que pasó?.- le preguntó
Connor viéndolo tendido en el suelo.- La han azotado Connor,
el maldito la ha azotado.- Connor lo levanto y le ayudó a
caminar para sentarlo en el coche.- la encontraremos Marcus,
la encontraremos y haremos pagar al culpable.- Se bien quién
me dirá donde la tienen.- dijo Marcus furioso sacando su
móvil.- contesta maldito hibrido, contesta.

Dafne se despertó al oír pasos acercándose, no sabía cuánto


había estado ahí, pareció una eternidad.- abre la puerta.- dijo
la vos del hombre que había conocido como Aidan. La puerta
se abrió dejando pasar luz, ella entrecerró lo ojos dejando que
se adaptaran de lleno ya que estaba sumida en la oscuridad.-
Y dime, todavía no tienes hambre?.- preguntó el hombre con
un vaso en sus manos lleno hasta el borde de un liquido
espeso color vino.- puedo asegurar tu supervivencia si me
dices el nombre de tu líder.- el hombre acercó el vaso a la
nariz de Dafne.- Sangre, pensó ella ladeando la cabeza
evitando el olor, el vaso estaba lleno de sangre, se le revolvió
el estómago. El hombre le levantó el mentón haciendo que lo
mirara.- que demoni…- murieron sus palabras porque ya le
desataba los brazos que la tenían colgada del techo. Ella se
hubiera caído de bruces si él no la hubiera agarrado.- suave.-
le decía al oído sintiéndola tensarse.- yo no sabía, yo…tu
hueles a vampiro, apestas realmente. Ella estaba tan exhausta
que cayó en sus brazos semiinconsciente, todo el cuerpo le
dolía de estar tanto tiempo en esa posición, sus brazos
parecían ser gelatina, flácidos, le hormigueaban, la sangre
volvía a sus extremidades, él la cargo en brazos y la llevó
cargada hasta una habitación grande que tenía una enorme
cama con dosel de seda, las paredes eran de color melocotón,
tenía un enorme sillón frente a la cama, un escritorio en un
costado con muchos papeles, él la acostó en la cama
delicadamente y ella jadeó por el dolor en su espalda, él
pareció recordar los azotes y la ladeó.- Lo siento mucho, yo
no, yo pensé que tú eras..es que hueles, apestas a uno, ¿Cómo
puede ser posible?.- preguntaba él sintiéndose miserable,
podía verle las marcas en la espalda, el labio inferior
reventado, sus muñecas amoratadas.-Dios, él había causado
todo eso, ardería en el fuego del infierno por eso, la había
confundido con una chupasangre, pero porque olía como uno.-
Te acostaste con un vampiro?.- le preguntó sintiendo su furia
volver pero ella yacía inconsciente, él la miró, parecía frágil,
inocente, era una bella mujer, cabello castaño en rulos que
caían por sus hombros y que estaban esparcidos por la
almohada invitándolo a tocarlos, recorrió su vista a su rostro,
donde debió de haber unos labios bonitos ahora había un hilo
rojo cicatrizando, él le había hecho eso, tocó su mejilla, estaba
fría, pálida, de hecho estaba helada, él tomó una cobija y la
tapó frotando para calentarla, Dios, que había hecho, se
descargó con una inocente, hasta donde había llegado. Su
hijo, se recordó, lo había hecho por su hijo, donde estaría?.. se
pasó una mano por el cabello, con la otra la cara, no se había
rasurado en días, se levantó y apretó el botón del
intercomunicador pidiendo que subiera el Doctor.

Maldito Ian, dime donde la tienen o si no yo mismo te


desmembraré.- maldecía Marcus.- No puedo decirte la
ubicación de la manada, sería una alta traición, además, si
supieras donde fuera te expondrías a que hiciesen lo mismo
contigo pero de forma no tan delicada.- confesó Ian.-
Delicada??, es delicado azotarla??.- preguntó Marcus furioso.-
Yo no quer..- Ian se detuvo.- ¿Cómo sabes que la han
azotado?.- preguntó.- Es que todavía no te das cuenta, sois
unos imbéciles que no pueden ver que no es vampiro, es mi
compañera y si no me dices en este momento donde la tienen
juró que no te protegeré de la ira de Frida otra vez.- Marcus lo
amenazó. Lo oyó maldecir del otro lado del teléfono para decir
por fin.- En las Montañas Malvinas.- dijo Ian y colgó.

Aidan recorría la habitación en círculos mientras el doctor


examinaba las heridas de la mujer.- vas a hacer un hoyo en el
piso.- le dijo el Doctor.- Aidan se paró de golpe cuando oyó
que la mujer se removía.- Estará bien, cicatrizará pronto.- le
dijo el Doctor levantándose.- pero ella esta inconsciente.- le
dijo Aidan.- es por el dolor, de todas maneras le administré un
medicamento para evitar infección, pero tendrán que lavarle
la herida cada 6 horas para evitar que se infecte, sugeriría que
la hicieras tomar un baño, apesta a..- el Doctor no terminó la
frase porque Aidan se veía molesto.- gracias Doctor lo tendré
en cuenta.-dijo Aidan y despachó al Doctor.

Había pasado todo el tiempo sentado en el sillón, observando


a la mujer inconsciente que yacía en su cama y que él había
causado las heridas por las que ella estaba ahí, él trataba de
concentrarse en su hijo pero aquella mujer le nublaba los
pensamientos. Él no se había sentido así desde su esposa, ella
había sido gentil, delicada y demasiado buena para ella
misma, sin embargo; aquella mujer que tenía enfrente era
como un faro en el mar llamándolo, se preguntó de qué color
serían sus ojos, la miró de nuevo encontrando esos ojos
mirándolo con desprecio, él se levantó inmediatamente y se
acerco a su lado, ella se giró claramente asustada cuando un
grito de dolor salió de su boca haciendo que Aidan la tomara
por la cintura sentándola en la cama para que su espalda no
raspara con la sábana.- Suéltame.- ella le dijo a Aidan
mordazmente.- no te haré daño, lo prometo.- ella le miró
furiosa.- Cafés, sus ojos eran cafés.- se dijo Aidan.- Oh
caballero de tan cambiantes sentimientos, que pasó con el
quien es tu líder?.- le espetó ella furiosa.- yo te confundí.- le
dijo él avergonzado.- yo no quise hacerte daño de haber
sabido que tu no eras…- Vampiro…- terminó ella la frase.- es
que tu olor es..tan nauseabundo como el de ellos, es
inconfundible, dime, te has liado con uno??.- preguntó él
sintiendo algo por dentro que lo hacía sentir furia, algo que no
había sentido en mucho tiempo.- mi vida privada no es asunto
tuyo.- Lo tomó del cuello de la camisa y lo atrajo hasta sí.-
escucha chucho.- empezó a decir ella.- para mí tu hueles
peor.- lo empujo y lo soltó. En él apareció el instinto de
desafío, la tomó en brazos y se encaminó al baño con ella
pateando y luchando por soltarse, la hizo entrar en la regadera
pero él la seguía abrazando teniendo el dominio completo de
su cuerpo y abrió el grifo soltando agua fría, mojándolos a
ambos.- Me quieres matar de neumonía chucho inmundo.-
gritaba ella.- no, yo solo te quiero quitar ese olor fétido de tu
hermoso cuerpo.- le dijo él abriendo el agua caliente para que
se tibiara. Él comenzó a quitarle la ropa y desnudarse
también.- que haces?.- preguntó ella alarmada.- tengo que
quitarte la ropa si quiero quitar todo el olor de ti.- ella no tuvo
más que taparse sus atributos con las manos porque él
comenzó a tallarla.- ella podía oír sus dientes castañear, él la
oyó también y abrió mas el agua caliente.- Dios, que hermosa
eres.- dijo él admirándola.- desgraciado chucho, me las
pagarás.- gritó ella sintiéndose avergonzada. El cerró el grifo y
cubrió el cuerpo de ella con una toalla.- Ya estas.- le dijo con
una sonrisa satisfecha cargándola de nuevo y la llevó a la
cama.- Así es como deberías estar, en mi cama, desnuda,
conmigo.- le dijo él.- primero muerta.- gritó ella.- yo puedo
darte lo que te da el vampiro.- le dijo él acercándose.- él solo
me ha dado…- ella iba a decir el amor que nunca tuve y con el
que no soñaba pero se calló.- lo amas?.- preguntó él celoso.-
no puedo amar a nadie.- respondió ella con una lagrima
derramándose por su mejilla.- vete, por favor déjame sola. Él
salió enojado dando un portazo.

A Marcus le había tomado 2 días llegar a las montañas


Malvinas, había trazado junto con Connor un perímetro de
búsqueda, usarían todas sus habilidades para escuchar, ver y
oler en busca de Dafne.- Prométeme que cuando mi
compañera se vea en esta situación tu estarás ahí conmigo.- le
pregunto Connor a Marcus en tono divertido.- Te lo prometo.-
respondió él.- Si es que aparece mi compañera.- dijo Connor
triste.- Aparecerá cuando menos lo pensáis, mírame a mí, yo
no quería que apareciera, pero apareció cuando menos lo…-
Espera.- lo interrumpió Connor. Ambos aguardaron en silencio,
escuchando cualquier ruido.- Ahí.- Marcus señaló una cabaña
pequeña que escondía una entrada y que por debajo de esa
cabaña estaba todo el clan de los licántropos.- Y ahora, como
haremos para entrar, reconocerían nuestro olor a kilómetros.-
dijo Connor. Marcus pensó un momento.- Connor, recuerdas
que me dijiste de la conexión?.- si, pero no estoy seguro como
funciona, además, te expones a que ella sepa de nuestra
condición como vampiros.- Va, como si no conocieras a los
licántropos amigo, a esta altura ella ya lo sabe.- Marcus
suspiro largamente. En silencio la ubicó en su mente
concentrándose.- Dafne.- la llamó en su mente. Nada, volvía a
concentrarse, no se daría por vencido.

Hacía dos días que Dafne había visto por última vez a Aidan
desde aquel día en que le pidió que se fuera, ella pensaba en
Marcus en cada momento, recordaba la manera de hacerle el
amor, sus ojos de un azul que le hacía recordar el mar
embravecido cuando estaba enojado o el mar calmo cuando la
miraba con ternura, donde estaría?, se acostó en la cama y
trató de no pensar en nada…-Dafne.- oyó la vos de Marcus
muy lejana, volteó a todos lados, salió de la habitación y miró
por el corredor, nada, volvió a entrar y se acostó otra ves,
quizá era que había estado pensando en él q se le figuró oír su
voz, se recostó otra vez relajándose.- Dafne, no me bloquees.-
esta vez lo oyó un poco más cerca.- Marcus!- dijo en su
mente.- soy yo linda, he venido por ti.- como es que..?.- ella le
preguntó.-no hay tiempo linda, te lo explicaré más tarde,
quiero que hagas algo por mí.- dijo Marcus.- qué, darte mi
sangre.- ella pensó.- yo jamás te dañaría y lo sabes.- Marcus
había oído sus pensamientos y lo herían, ella estaba enojada.-
Porque debería creerte.- preguntó ella.- Porque te esperé por
300 años, te esperé con unas ansias locas que cuando llegaste
no podía dejar de pensar en poseerte.- le confesó Marcus.- de
eso se trata, de deseo??.-preguntó ella ofendida.- Dafne, no
puedo decírtelo en este momento, quiero verte frente a
frente.- dijo él tiernamente.- ¿Qué quieres que haga por ti?.-
le preguntó por fin.- te tienen atada, encerrada?.- No, hace 2
días que ese chucho inmundo me soltó.- confesó ella.-
entonces eres libre dentro de la casa?.- Algo así, tengo
carceleros, me vigilan.- Ni yo ni Connor podemos avanzar más,
detectarían nuestro olor, quiero saber si tienes alguna
posibilidad de salir.- No lo sé Marcus, me dejan salir dos veces
al día porque no estoy acostumbrada a estar bajo tierra, pero
siempre me vigilan.- dijo ella.- Cuántos?.- preguntó Marcus.-
dos al menos.- dijo ella.- te sacaré de ahí, lo prometo, prometo
que te sacaré y te llevaré a casa.- le dijo Marcus.- Oh Marcus
yo…- se cortó la conexión.

Aidan había entrado en la habitación donde estaba Dafne. Se


le veía tan cansado, demacrado, triste.- ¿Estas triste por tu
hijo?.-le preguntó ella sabiendo la respuesta, solo quería
hacer conversación.- el asintió.- Aidan, me gustaría salir, me
estoy sofocando aquí abajo.- dijo ella pensando en lo que le
había dicho Marcus. Aidan se acercó a ella, le tomó un rulo de
su cabello que caía por sus hombros.- lo que tú quieras.- le
dijo.- a mi hijo también le gustaba salir.-dijo él con sus ojos
vidriosos, a ella se le derritió el corazón.- ya verás que lo
encontrarás.- le dijo dándole esperanzas.- ¿cómo?, no tengo
nada, tu eres la única que me mantiene en pié.- Aidan.- dijo
ella con un nudo en la garganta.- dónde se perdió tu hijo.

Aidan suspiró pesadamente.- Salió a dar un paseo con su


nana, ellos irían a ver un obra de marionetas en la ciudad,
pero jamás llegaron, yo le seguí el rastro pero solo estaba ese
inmundo olor de los chupasangre. Malditos, ellos secuestraron
a mi niño.- Dafne procesaba la información, se formulaba
muchas dudas y posibilidades.- Aidan??.- él la miró y tocó sus
mejillas con sus manos callosas.- y si no hubiesen sido los
vampiros?.- Preguntó ella.- los defiendes?.- el se enderezó
sintiendo su enfado volver.- Aidan!!.- le gritó ella.-
escúchame, tu pensabas que yo era un vampiro por mi olor,
pero yo sólo estaba impregnada de él.- A donde quieres
llegar?.- preguntó él un poco mas calmado..- ven.- ella le tomó
la mano y lo condujo por el pasillo hasta llegar a la sala común
donde sabía que estarían varios miembros de la manada. Ella
atrajo la atención de todos al entrar corriendo con el jefe del
clan pisándole los talones.

Mi olor era tan fuerte que dejaba rastro?.- ella les preguntó a
los hombres que la había raptado.- ellos asintieron.- ahora
saben que no soy vampiro porque mi olor se difumino con el
baño, pero no han pensado en la posibilidad de un enemigo
suyo se haya impregnado con el olor de un vampiro, haya
raptado al niño y haya dejado ese olor como rastro para
confundirlos, después de un baño ese olor se dispersaría igual
que el mío.- Todos en la sala parecieron pensar en la
posibilidad.- Aidan?.- tienen algún enemigo que quisiera
hacerse parar por un vampiro para culparlos.- preguntó
Dafne.- mm.- el alfa del clan del aire nos desafió hace unos
meses.- es un pobre hombre que tiene ya mucho años y que
fue expulsado de nuestra manada por insubordinación, no
creo que él.- pues créelo, cree todas las posibilidades.- todos
levantaron un bullicio de aceptación. Aidan levantó la mano
para que hubiera silencio.- Rorik, Mark.- él llamó a dos
muchacho jóvenes.- vayan y averigüen todo lo que puedan,
estaremos listos si nos dan el aviso.- los muchachos partieron
en su forma de lobo.- Aidan se volteó a mirarla.- gracias.- ella
sintió, todos vitorearon escandalosamente, se disponía a
retirarse cuando sintió un dolor muy agudo atravesándole el
corazón, calló de rodillas ante la sorpresa de los presentes.-
Dafne.- la llamaba Aidan pero ella solo sentía el dolor
punzando fuertemente en su pecho.

Aidan la tomó en brazos y empezaba a salir de la sala común


cuando apareció Marcus y Connor frente a ellos mostrando sus
colmillos de vampiro.- Suéltala maldito lobo.- dijo Marcus.- a
una mujer no se le trata así y menos a mi mujer.- Aidan la
entregó en manos de Ian y le dio instrucciones de que la
llevara con el Doctor.- Tú mujer? chupasangre?, ella nunca ha
dicho que fuera de tu propiedad.- grito Aidan convirtiéndose
en lobo.- Pues es mi mujer malnacido Licántropo.- Se
debatieron a duelo, Aidan queriéndole morder a Marcus y
Marcus a su vez queriendo aplastarlo con su fuerza, un grito
de angustia los detuvo en seco, ella había gritado, ambos se
dirigieron al lugar donde se había oído. Cuando giraron vieron
manchas de sangre en el suelo, corrieron siguiendo las marcas
que salían al exterior, otro grito desgarrador se oyó no muy
lejos de ahí, corrieron a velocidad máxima, llegaron
encerrando al captor, era Ian que tenía una daga en la
garganta de Dafne.- Ian? Que...- le preguntó Aidan confuso…-
él tiene a tu hijo Aidan, oí cuando se lo decía a…-y ella sintió
más apretada la daga.- cállate, debí matarte desde que
llegaste, cuando te vi colgando del techo, debí apuñalarte.-
Ian tu me avisaste.- le dijo Marcus.- se oyó una risa
estridente.- quería que se declararan la guerra, Aidan moriría
seguramente y yo me quedaría en su puesto como Alfa en la
manada. Todo estaba funcionando perfectamente de no haber
sido por esta zorra.- dijo Ian apretando la daga al cuello de
Dafne y haciéndole una cortada.- Ian, tu, de mi propio
hermano, planeaste mi muerte a sangre fría, donde esta mi
hijo?.- Ian volvió a reírse.- su nana, ella es mi amante, no ha
sido difícil convencerla, sería la dama de la manada, tendría
privilegios.- Marcus dio un paso hacia ellos pero Ian lo sintió y
hundió mas la daga en el cuello de Dafne haciéndole salir unas
gotas de sangre.- Y como has dejado el rastro de olor de los
vampiros?.- preguntó Aidan queriendo ganar tiempo.- me
acosté con una vampiro, después la maté.- dijo Ian besando la
mejilla de Dafne tu también serás mía.- Marcus vio el
desprecio de la cara de Dafne, ella estaba sufriendo a manos
de ese desgraciado.- ella miró a Ian.- seré tuya.- le dijo con
voz melosa.- me gustan los hombres que se atreven a tanto
por poder.- y lo besó.- Marcus!.- ella lo llamaba en la mente.-
recuerdas lo que te hice cuando querías entrar al baño
conmigo.- El asintió.- Oh zorrita, creo que te gustará tenerme
entre tus piernas.- Si, te dejare montarme.- se giro hacia él y
asestó un golpe entre las piernas de su captor que cayó al
suelo con un grito ahogado, Marcus y Aidan aprovecharon y lo
levantaron de un tirón, con una mueca de dolor Ian se
retorcía.- ¿Dónde esta el niño?.- preguntó Marcus mostrando
sus colmillos y apretándole el cuello.- Maldito hibrido, donde
tienen al niño.- atrás de la cascada en la cueva de las
penumbras.- confesó Ian.- Marcus lo soltó pero Aidan lo
agarro por el cuello con sus grandes dientes de lobo, Marcus le
tapo los ojos a Dafne y luego un silencio.

Se oyó un aullido, Aidan estaba aullando, llamando a su


manada que llego en tropel.- Marcus.- dijo Aidan que ya
estaba en su forma humana.- perdóname todas las molestias y
acusaciones que le hice a su especie y Dafne yo siento mucho
todo.- Aidan se acerco a ella, tomó su mano y se la besó.- Eres
muy afortunado.- le dijo Aidan a Marcus, después los lobos se
encaminaba a la cascada.

CAPITULO 8
Me tenían tan preocupada.- dijo Carolina cuando Marcus,
Dafne y Connor entraron a la casa.- que te hicieron?.-
preguntó Carolina viéndole el labio cortado a Dafne.- Herida
de guerra.- dijo ella con desanimo.- Carolina miró a Marcus
buscando alguna respuesta.- si nos disculpan, Dafne y yo
tenemos que hablar.

Dafne.- empezó Marcus.-no has dicho ni una palabra en todo


el camino, te he dejado descansar y te he dejado pensar las
cosas.- me dejaste quererte!, me mentiste.-dijo ella con la
cabeza agachada porque las lágrimas se asomaban.- yo no he
sido sincero contigo porque no sabría lo que harías cuando te
dijera lo que soy, pensé que saldrías corriendo como si te
estuviera persiguiendo el mismísimo diablo.- le tomó el
mentón y le levantó la cara.- te amo!, te amo más que a mi
vida.- las lagrimas de Dafne corrieron por sus mejillas.- no
debes amarme.- le dijo ella corriendo hasta la casa.- él la
siguió cortándole paso antes de que entrara.- dime linda,
porque no debo amarte. Es que acaso tu no me amas?, es por
eso.- No.- mintió.- no te amo.-y se zafó de él.

Dafne subió rápidamente los escalones, no quería pensar, no


quería sentir, pero estaba sintiendo todo, el la amaba y ella le
había dicho que no lo amaba porque pronto lo dejaría, dios, su
muerte se acercaba y prueba de ello el dolor que le atravesó
punzante en su corazón, el cáncer se había extendido con
rapidez por su cuerpo, se acostó en la cama y se quedó
dormida.

La mañana llegó con el esplendor de sol brillando con toda su


intensidad, era el día de la boda, tomaría las fotos y se iría de
ahí lo más pronto posible dejando sus sueños y su corazón en
aquella casa, con aquellas personas.

Dafne, puedo hablar contigo.- Carolina estaba en la puerta.-


pasa.- le dijo tratando de quitarse el aspecto de su rostro,
tenía los ojos hinchados de tanto llorar.- tengo que contarte
algo que debí contarte desde un principio.- le dijo Carolina.-
como tú sabes, Marcus y yo somos hermanos y somos
vampiros, nos convirtieron en un siglo difícil, fuimos
perseguidos y amenazados porque en ese tiempo teníamos
que alimentarnos de personas, en ese entonces no existían
sangre sintética, refrigeradores o muchas cosas que hoy en
día si, viajamos de país en país, de ciudad en ciudad, nuestra
familia había muerto muchos años atrás, Marcus lo era todo
para mi, mi pilar, mi sostén, encontramos más gente como
nosotros en distintos distritos de las ciudades, gente que
como nosotros estaban solos, Marcus fundó una asamblea,
nos juntábamos una vez al mes y contábamos nuestras
hazañas, hace un poquito más de 300 años Marcus conoció a
la que creyó sería su compañera de vida, nosotros tenemos un
solo compañero de vida mientras que no se muera, Constanza
lo era todo para él en ese entonces, a mi no me agradaba,
pues sus constantes desplantes y su ambición acaparaban su
ser, cuando Marcus le confesó lo que era ella reaccionó muy
mal, delante de la gente ella le insultó diciéndole que era un
monstruo, su horror estampado en su rostro jamás se nos
olvidará. Marcus tuvo que borrarle la memoria, bueno, en
teoría porque lo hiso Connor, así ella se olvidaría que algún día
estuvo con Marcus.- pero Marcus no se olvidaría de ella.- dijo
Dafne, sentía celos de aquella mujer que lo despreció.- no, no
la olvidaría.- dijo Carolina.- La vio enamorarse de otro,
casarse, tener hijos, ser feliz, envejecer y morir.- Dafne
pensaba en el dolor que debió de haber sufrido.- Dafne, ella
murió hace 300 años, su nueva compañera podría aparecer en
cualquier momento, a cualquier hora, en cualquier lugar.
Apareciste tú.- yo?.- preguntó Dafne.- eres su compañera, te
encontró sin querer encontrarte, le huía a cada mujer que se
le atravesase, pero contigo, el no tuvo más que verte para
saber que tú eras su única.- Dafne recordó cuando Marcus le
había dicho te esperé por 300 años.- Carolina, yo no soy la
persona indicada para él.- No lo amas? No te atrevas a
mentirme.- le dijo Carolina viéndola a los ojos.- lo amo.- pero
no lo…Carolina.- Dafne, al decirle que no lo amas le estás
haciendo lo mismo que Constanza, porque lo hiciste?.- Me
estoy muriendo.- le confesó por fin. Carolina comprendió
enseguida.- tengo Cáncer terminal, lo sé desde hace 3 meses,
el día que te conocí fue el día que me quitaron toda esperanza
de recuperación, me queda poco tiempo de vida, quería hacer
las cosas que no podría hacer viniendo aquí, yo quería todo,
todo, pero la vida me está quitando todo eso, por Dios, yo ya
había aceptado mi muerte cuando apareció Marcus, lo había
aceptado y él me hizo anhelar lo que no podría tener.- dijo ella
a lagrima tendida.- Dafne, tienes que contarle esto a Marcus,
tienes que hablar con él, hay una esperanza para ti, solo habla
con él.- él no querrá escucharme, lo herí, lo herí tanto que lo
último que querrá es verme.- Dafne, habla con él, piensa irse
al terminar la ceremonia, no lo dejes irse así, no lo dejes ir
pensando que no lo amas, yo debo irme, te veré en la
ceremonia, eres mi madrina lo olvidaste??.- no, no lo he
olvidado.

Dafne estaba lista para irse a la ceremonia, pero antes


hablaría con Marcus, tomaría en consejo de Carolina y le diría
que lo amaba, que Dios la ayudara, no podía vivir sin él,
aunque fuese por muy poco tiempo. Se miró en el espejo, el
vestido le sentaba bien, tomó el maletín de la cámara y salió
de la casa rumbo al salón del Club.

Llegó buscando a Marcus por todo el salón, nada, empezaron a


llegar los invitados distrayéndola pues Carolina la presentaba
a toda la gente.- has visto a Marcus.- le preguntó a Carolina
entre dientes.- No, solo dijo que pasaría por un pendiente y
que llegaría a tiempo.- contestó Carolina sonriéndoles a la
gente que llegaba.- Señorita Black? Estamos listos.- le dijo
una empleada del club. Carolina estaba preocupada, se
suponía Marcus debía entregarla. Acomodaron a la gente y
empezaron a dar el recorrido por la alfombra roja hacia el
centro del salón donde estaba el novio esperando a la novia.-
Perdón por llegar tarde.- dijo Marcus acomodándose en su
lugar tomándole el brazo en el suyo.- Demonios Marcus, casi
me da un infarto.- le dijo Carolina.- No puede darte un
infarto.- le dijo él agriamente. Se abrieron las puertas para
ella y comenzó su andar hasta su novio, él la entregó sin
mirara a otro lado, sabía que ella estaba ahí, la podía oler.

Puede besar a la novia…- Dafne oyó decir a la juez, había


estado algo distraída desde la llegada de Marcus, pero había
tomado todas las fotos que había querido. Todos aplaudieron
celebrando el casamiento. Ella busco la mirada de Marcus,
pero este no le miraba.- Marcus.- le habló en su mente.-
nada.- Maldición Marcus contéstame.- nada.- alguien me
puede tomar una foto con mi madrina.- Carolina dijo a nadie
en especial sacándola de la conexión que quería establecer.-
yo les tomaré.- les dijo Connor. Dafne y Carolina sonrieron
para la foto pero cuando hubo terminado Dafne volvió a
buscar a Marcus.
Lo encontró charlando animadamente con esa Rubia que había
visto en la casa, él reía de algo que la mujer le había dicho, esa
risa que le derretía el corazón. Pero no era con ella con quien
la disfrutaba, era con la Rubia. Ella se inclinó y lo besó, Dafne
no pudo mas, no podía ver más, no quería ver. Oyó la música
que anunciaba el vals y fue para tomar las fotos, así se
distraería de no pensar en Marcus, pero se equivocó, al ver a
la los recién casados bailar su primer vals de esposos no pudo
evitar pensar como hubiera sido su primer baile con su esposo,
pensó en Marcus, una lagrima rodó por su mejilla que ella
limpió de inmediato, estaba adolorida, le dolía el corazón,
pronto las parejas comenzaban a bailar al lado de nuevos
esposos y Marcus comenzó a bailar con la Rubia, la mujer lo
abrazaba como ella ya no lo podría hacer, era mejor así.-
Señorita Haxley, me permite.- le dijo Connor tomando su
mano y llevándola a la pista. Él puso su mano en su cintura,
una mano fuerte y la otra le tomo su otra mano, él la acercó
más a sí y comenzó a bailar, ella solo quería que terminara
para irse. Miró a su lado, Marcus besaba a la Rubia, no podía
quedarse ahí y ver ese espectáculo.- Perdóneme, tengo que ir
al tocador.- le dijo a Connor terminado la canción.

Ella salió de ahí lo antes posible, corrió por el jardín del Club,
sus lágrimas salían a raudales, llegó a la casa y entró
apresuradamente yendo a su habitación, sacó la maleta y
empezó a llenarla rápidamente.

Marcus había besado a Abril por despecho, la oyó llamándolo


pero no quiso saber nada de ella, luego le vio bailando con
Connor y pensó tomarla en brazos y darle un beso, pero tuvo
fuerza de voluntad necesaria para sustituir los labios de ella
por Abril. Una vez terminada la balada el giró para verla pero
ya no estaba, la buscó entre el mar de gente pero no la
encontró.

¿Has visto a Dafne?.- Carolina le preguntó a Marcus.- no.-


contestó él tajantemente.- ¿Quieres decir que no ha hablado
contigo?.- le preguntó Carolina.- Hablar??, ja, lo único que le
he visto es bailar con Connor.- dijo él amargamente.-y tu con
Abril.- dijo ella enfadada.- necesitas hablar con ella Marcus.- Y
para que? que piensas que ganaré? Mas dolor.- dijo el
furioso.- A ella.- le dijo Carolina viéndole a los ojos, ella te
ama y si no quieres ser un idiota búscala y habla con ella..-
Carolina se alejó dejándolo con sus pensamientos.

Dafne trataba de tomar un vuelo de regresó a casa, pero no


había ninguno disponible hasta pasado mañana, ella estaba
frustrada. Dios, había olvidado la cámara, se encaminó hasta
la casa y entro, subió las escaleras, llegó a su habitación con la
respiración entrecortada, le dolía el pecho, abrió la puerta de
la habitación que estaba en penumbras, su pecho dolía mas,
ella se llevó las manos a su pecho queriendo quitar el dolor, se
agarró del tocador para no caer pues las piernas le estaban
flaqueando, trató de respirar pero el aire no llegaba bien a sus
pulmones, en ese momento se prendió la luz de la habitación,
ella volteó a ver quien la había prendido y vio a Marcus parado
en el arco de la puerta, con su elegante traje gris, el cabello
despeinado a la moda, y esos ojos que le derretían el corazón,
el dolor se agudizó mas y ella hizo una mueca de dolor.-
Demonios.- dijo él acercándose a ella.- él pudo oír su corazón
apresurado, estaba esforzándose.- Marcus.- dijo ella
jadeante.- yo te amo.- él la tomó en su brazos, la besó para
después recostarla en la cama, sacó su móvil y pidió el Doctor
del Club.- No Marcus, el no puede hacer nada por mi.- decía
ella jadeante.- que estás diciendo?.- le preguntó él.- tengo
sentencia de muerte Marcus.- el dolor contorsionaba su rostro
bonito.- Sentencia de muerte??.-preguntó el confuso.- Me
estoy muriendo, tengo cáncer terminal.- por eso me decías
que no debía amarte, por eso me apartaste?.- preguntó él
enfadado.- Marcus! No te…enojes… te amo más que a mi
vida…pero la vida se me está yendo…te recordaré siempre.-
No te despidas.- el la abrazó.- yo te amo y tu me amas,
perdóname por lo que voy a hacer, pero no puedo dejarte
morir.- Él se acercó a su cuello y hundió sus colmillos en él.

EPILOGO

Carolina y Jeremy esperaban impacientes el avión privado de


la familia que había acabado de aterrizar, estaban esperando
que la puerta se abriera, de ella salía ya Marcus saludándolos.-
se le ve cansado.- comentó Jeremy. Carolina le dio un codazo.-
Es que no recuerdas que así se ve un recién casado.- Carolina
volvió a mirar.- Dafne salía con una sonrisa en su rostro
saludándolos.- ¿Qué tal estuvo parís?.- preguntó Carolina.-
maravillosa.- respondió Dafne.- La vista es hermosa, pero no
la dejé salir de la habitación.- dijo Marcus guiñándole un ojo a
Jeremy.- Oh mentira.- confesó por el codazo de su hermana.-
Mi esposa y yo disfrutamos mucho de parís pero extrañamos a
la familia, verdad Señora Black.- atrajo a Dafne con un brazo y
la beso apasionadamente.
Me parece hermoso que estén juntos pero tienen publico.- les
dijo Connor.- Oh Connor ya te veré cuando encuentres a tu
única.- dijo Marcus.- tengo unas amigas por ahí que te
encantarán Connor.- le dijo Dafne divertida.

FIN

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