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Definiciones

1. Se refiere a las características propias de la naturaleza humana, las cuales ante


determinados objetos morales nos hacen generar sentimientos de aprobación o
censura hacia ellos y atribuirles cualidades como “bueno” o “malo” , “justo” o
“injusto” sin que nuestra razón pueda descubrir estas cualidades en estos objetos.
Hume da por supuesto que la naturaleza humana es común y constante y el modo en
el que se establecen las distinciones es general para todos y que este se basa en la
utilidad.

2. Porque en las relaciones morales se podría establecer, así como se establece en las
relaciones de geometría, relaciones propias de las relaciones de ideas. Se podría
establecer la relación de contrariedad entre lo que entendemos por bueno y lo que
entendemos por malo. Pero esto sería incorrecto pues no atribuimos igual juicio moral
dependiendo de si la relación se da de un caso o en el contrario.
Un ejemplo de esto sería el de la ingratitud, en el cual valoramos negativamente a
alguien que habiendo recibido de otra persona buenas acciones, le devuelve a esta,
malos oficios. Y, al contrario, damos una valoración positiva en el caso en el cual
alguien recibe malos oficios de una persona y aun así le devuelve buenos oficios.

3. Hume entiende por virtud cualquier acción mental o cualidad que dé al espectador un
sentimiento de aprobación. La entiende como un fin deseable por sí misma
meramente por la satisfacción que procura.

8. No, no otorgamos a un objeto moral la valoración de “bondadoso” o “malvado”


objetivamente, sino que existe una clara dependencia con las circunstancias que lo rodean, ya
que encontramos ejemplos en los que el mismo crimen se juzga de manera diferente, como el
ejemplo de parricidio de Nerón y Edipo. Pero, aun así, Hume presupone que, ante las mismas
circunstancias, todos los seres humanos juzgamos de igual modo, debido al Principio de
Uniformidad de la Naturaleza.

9. En los agentes naturales se pueden encontrar las mismas relaciones que en los objetos
morales. Sin embargo, estos no nos producen ningún sentimiento que nos permita otórgales
una valoración moral. Esto se debe a que la moralidad no es una relación de ideas, cuya
veracidad es una universal, de ser así deberíamos considerar de igual manera lo “bueno” y lo
“malo” en la acción humana y en la acción natural. Por ejemplo, consideraríamos malas
acciones como un terremoto que tiene víctimas naturales

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