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Abdomen Agudo

Se entiende por abdomen agudo a todo proceso patológico intraabdominal, de reciente inicio, que cursa con
dolor, repercusión sistémica y requiere de un rápido diagnóstico y tratamiento.

Generalidades

La interpretación de los signos y síntomas de origen abdominal es difícil. Requiere de conocimientos sólidos y
de experiencia. Todo dolor abdominal amerita una buena historia clínica y una adecuada exploración. La
evolución del dolor es un dato importante y por ello deben evitarse los analgésicos y antibióticos antes de
establecer la conducta a seguir. 

El abdomen agudo no siempre es quirúrgico; sin embargo, deben evitarse los procedimientos diagnósticos
prolongados que pueden retrasar la solución quirúrgica. Hay procesos extraabdominales que pueden simular
un abdomen agudo.
CUADRO 1. Clasificación de Bockus de las patologías que pueden causar abdomen agudo 
GRUPO A. Padecimientos intraabdominales que requieren cirugía inmediata  
1) Apendicitis aguda complicada (absceso o perforación)  
2) Obstrucción intestinal con estrangulación  
3) Perforación de víscera hueca: úlcera péptica perforada, perforación diverticular de colon,
perforación de íleon terminal, perforación de ciego o sigmoides secundarios a tumor maligno  
4) Colecistitis aguda complicada (piocolecisto, enfisematosa en el diabético)  
5) Aneurisma disecante de aorta abdominal  
6) Trombosis mesentérica  
7) Ginecológicas: quiste de ovario torcido, embarazo ectópico roto  
8) Torsión testicular  
9) Pancreatitis aguda grave (necroticohemorrágica) 
GRUPO B. Padecimientos abdominales que no requieren cirugía  
1) Enfermedad acidopéptica no complicada  
2) Padecimientos hepáticos: hepatitis aguda, absceso hepático  
3) Padecimientos intestinales (gastroenteritis, ileítis terminal, intoxicación alimentaria)  
4) Infección de vías urinarias, cólico nefroureteral  
5) Padecimientos ginecológicos: enfermedad pélvica inflamatoria aguda, dolor por ovulación o dolor
intermenstrual  
6) Peritonitis primaria espontánea (en cirróticos)  
7) Hemorragia intramural del intestino grueso secundaria a anticoagulantes  
8) Causas poco frecuentes: fiebre mediterránea, epilepsia abdominal, porfiria, saturnismo, vasculitis 
GRUPO C. Padecimientos extraabdominales que simulan abdomen agudo  
1) Infarto agudo del miocardio  
2) Pericarditis aguda  
3) Congestión pasiva del hígado  
4) Neumonía  
5) Cetoacidosis diabética  
6) Insuficiencia suprarrenal aguda  
7) Hematológicas: anemia de células falciformes, púrfura de Henoch-Schönlein 

Frecuencia

El síndrome abdominal agudo ocurre en todas las edades de la vida, durante el embarazo y asociado a
múltiples padecimientos. Es difícil precisar la frecuencia de un síndrome de múltiples factores etiológicos y con
variaciones que dependen del sexo, edad, etc. 

La mortalidad de los padecimientos digestivos se debe en gran parte a la sepsis de origen peritoneal, a
consecuencia de cuadros abdominales con perforación de víscera hueca y generalmente por retraso en el
diagnóstico y por lo tanto en el tratamiento oportuno.

Clasificación
Una de las clasificaciones más aceptadas, es la de Bockus (cuadro 1), en la cual existen tres grupos: 

a) padecimientos intraabdominales que requieren cirugía inmediata 

b) padecimientos abdominales que no requieren cirugía 

c) padecimientos extraabdominales que simulan abdomen agudo.

Etiología

Como ya se ha mencionado, existen una gran variedad de patologías tanto intraabdominales como
extraabdominales, que pueden causar o simular un cuadro de abdomen agudo. 

Los dolores de origen intraabdominal se originan en el peritoneo, las vísceras huecas intestinales, las vísceras
sólidas, el mesenterio o los órganos pélvicos. Pueden deberse a inflamación, obstrucción o distensión aguda y
trastornos vasculares generalmente de tipo isquémico. 

Las causas extraabdominales suelen ser de origen coronario, inflamación de nervios periféricos e irritación
pleural.

Anatomía Patológica

El peritoneo es una membrana serosa formada por una capa superficial de células mesoteliales y una más
profunda de tejido conectivo laxo. 

La porción que rodea a los órganos intraabdominales se denomina peritoneo visceral. La parte que reviste las
paredes del abdomen, la superficie inferior del diafragma y el suelo abdominal reciben el nombre de peritoneo
parietal. Exceptuando la parte terminal de las trompas de Falopio, el peritoneo es un saco completamente
cerrado. 

En vista de la diversidad de condiciones que desencadenan el abdomen agudo, no es posible hablar de


anatomía patológica en general, porque esta es específica al proceso patológico. La anatomía patológica
varía des de la inflamación del órgano afectado (apendicitis, salpingitis, diverticulitis, colecistitis), hasta la
presencia de alteraciones complejas como en la pancreatitis aguda o bien la necrosis de la pared intestinal
secundaria a la enfermedad vascular oclusiva del mesenterio. 

Las alteraciones anatómicas de las perforaciones de víscera hueca varían con el sitio de la lesión.

Patogenia

La patogenia del abdomen agudo se relaciona con la del dolor abdominal, ya que el diagnóstico de este
depende en gran parte de identificar la causa del dolor. 

Existen tres tipos de dolor en relación con el abdomen agudo:

1. Dolor visceral, producido por distensión, espasmo, isquemia e irritación química. Es profundo, difuso,
mal localizado y de umbral alto. En procesos severos se acompaña de hiperestesia, hiperalgesia,
hiperbaralgesia y rigidez muscular involuntaria; estos signos sugieren irritación peritoneal.
2. Dolor somático, es más agudo y se origina en el peritoneo parietal, raíz del mesenterio y diafragma.
3. Dolor referido, está en relación con el sitio del proceso original, la invasión de otras zonas por
diversas secreciones.

La invasión bacteriana produce dos tipos de respuesta: una local de defensa propiamente antibacteriana y
otra sistémica con manifestaciones hemodinámicas, metabólicas y neuroendócrinas. En la figura 1 se ilustra la
respuesta peritoneal: el daño celular estimula a las células gigantes con liberación de sustancias vaso activas
y aumento de la permeabilidad vascular; esto ocasiona entrada de fibrinógeno a la cavidad, que bajo la acción
de la tromboplastina liberada del tejido lesionado, activa la trombina y favorece la polimerización de la fibrina
que se deposita dentro del abdomen.
Figura 1. Respuesta peritoneal: lesión celular e infección 

El abordaje integral del


En pocas horas aparece la infiltración por fagocitos, que engloban las
dolor (clínico y con
bacterias; pero también los polímeros de fibrina. Los neutrófilos no van a
estudios auxiliares) es
retornar a la circulación sistémica y al morir liberan enzimas como la
esencial para identificar la
elastasa y la colagenasa. Normalmente la alfa 1 anti-tripsina neutraliza las
causa ya que el
enzimas liberadas por los neutrofilos. Sin embargo, este mecanismo no es
diagnóstico etiológico del
suficiente en la cavidad peritoneal y la elastasa y la colagenasa aumentan
abdomen agudo es también
el daño celular. Lo anterior explica bien la rapidez y la extensión de las
esencial para decidir el
alteraciones peritoneales en la presencia de contaminación. 
camino terapéutico.
La respuesta hemodinámica es similar a la del enfermo séptico con máximo
aumento del transporte de oxígeno en función de sus propias reservas o mediante apoyo artificial. 

La respuesta metabólica es esencial para la supervivencia definitiva; en el inicio depende de sus reservas
calóricas. El apoyo metabólico debe administrarse lo antes posible. 

La respuesta neuroendócrina: en la actualidad sabemos que una serie de mediadores inflamatorios liberados
por diversos tejidos son los que estimulan la respuesta neuroendócrina. Se ha estudiado ya la acción de
diversos mediadores: factor de necrosis tumoral e interleucinas. Estos estudios están ayudándonos a
entender la fisiopatología del enfermo séptico.

Cuadro clínico

Es importante elaborar una historia clínica cuidadosa con un interrogatorio minucioso de las características del
dolor, investigar antecedentes de operaciones abdominales, úlcera péptica, cólicos biliares, diabetes,
enfermedad diverticular, pancreatitis, alcoholismo, flujo vaginal, dolor intermenstrual, enfermedades
cardiovasculares, alergia o anemia. 

Debe insistirse en la evolución del dolor, sus características, su intensidad y localización. Esto de acuerdo con
los conocimientos fisiopatológicos expresados, ayuda a entender lo que ocurre en el interior del abdomen
(figuras 2-5). 

La mayoría de los enfermos con abdomen agudo tienen náusea y vómito en poca cantidad. El vómito
frecuente y más intenso se presenta en la obstrucción intestinal, su magnitud se correlaciona con la altura de
la obstrucción.
Figura 2. Dolor repentino agudo insoportable 
Figura 3. Inicio rápido de dolor grave constante 

Figura 4. Dolor gradual constante 

Figura 5. Dolor intermitente, cólico en aumento, con intervalos sin dolor 


La diarrea es rara. Su presencia sugiere infecciones gastrointestinales. La presencia de calosfrío y fiebre
sugiere la presencia de infección intraabdominal. 

La evolución y la secuencia de los síntomas permite corroborar el diagnóstico inicial o pensar en una
patología diferente. Por ejemplo, en la apendicitis aguda el dolor precede a la náusea y a la fiebre. La
exploración física permite localizar el sitio y la extensión del dolor. El dolor intenso a la palpación, la presencia
de rigidez muscular y el aumento del dolor a la descompresión brusca indican inflamación de la serosa. No
debe olvidarse la exploración rectal, la ginecológica y de los orificios herniarios. La auscultación es útil para el
diagnóstico diferencial entre una obstrucción intestinal mecánica en donde hay aumento del peristaltismo y el
silencio abdominal que se presenta en el íleo paralítico y en la peritonitis generalizada.

Diagnóstico

La impresión clínica debe complementarse con exámenes de laboratorio y estudios de imagenología. Los
análisis más útiles son la biometría hemática, el examen de orina y la glicemia. La determinación de bilirrubina
y de amilasa es útil en presencia de dolor en hemiabdomen superior. En nuestro medio, en ocasiones, es útil
practicar reacciones febriles para el diagnóstico de infecciones por salmonella. En ocasiones los gases en
sangre nos orientan hacia la presencia de un proceso isquémico intestinal y/o de un cuadro de peritonitis
severa cuando nos muestran acidosis metabólica. Además de que nos proporcionan información acerca del
estado general del enfermo. 

Las radiografias simples incluyen la tele de tórax y las placas de abdomen en diversas posiciones siguen
siendo útiles para mostrar los siguientes datos: procesos patológicos intratorácicos, amplitud de los
movimientos del diafragma, aire libre intraabdominal, distribución del gas en el interior de las asas intestinales,
borramiento de las líneas del psoas, hepatomegalia e incluso la existencia de tumores intraabdominales o
colecciones purulentas. 

La urografía excretora permite detectar si el dolor es de origen urológico. 

El ultrasonograma es uno de los estudios que proporciona mayor información diagnóstica en procesos de
hígado, vías biliares, páncreas, riñón, útero y anexos. Es bastan te sensible para detectar colecciones. La
tomografía axial computada es útil ante la presencia de masas abdominales y aneurismas de la aorta. Sin
embargo, debe insistirse en precisar la indicación de estudios que con frecuencia aumentan inecesariamente
el costo. 

La punción abdominal y el lavado peritoneal con inyección de 1000 m L de suero salino permite diagnosticar
la presencia de sangre, pus, bilis o contenido intestinal en la cavidad peritoneal. Si es negativa no excluye su
presencia.

Diagnóstico diferencial

En el cuadro 2, se muestran todos los procesos intraabdominales que pueden producir un abdomen agudo. 

Lo más importante es decidir si el paciente debe o no ser operado de inmediato. La identificación de un dolor
abdominal continuo, de intensidad progresiva, localizado y asociado a rigidez muscular en la zona afectada,
es una de las mejores indicaciones de cirugía temprana. La laparoscopía diagnóstica en la actualidad en
situaciones de urgencia ante una "duda razonable" entre un padecimiento médico o quirúrgico, tiene un valor
bien establecido y en algunos casos seleccionados nos permite establecer el diagnóstico, con lo que se
influye en el tratamiento subsecuente del enfermo. Dicha técnica evita la necesidad de una laparotomía,
cuando se resuelve el problema a través de la laparoscopía operatoria. En situaciones de enfermo grave con
repercusión sistémica severa la laparotomía temprana tiene su indicación precisa. 

La morbimortalidad de la laparoscopía y/o laparotomía exploradora en ausencia de proceso quirúrgico no se


compara a las complicaciones que se presentan 
cuando se difiere una operación necesaria.
Cuadro 2. Diagnóstico diferencial del abdomen agudo por su localización 
CUADRANTE SUPERIOR CUADRANTE SUPERIOR
DERECHO   IZQUIERDO 

Colecistitis aguda  Rotura de bazo 


Úlcera duodenal perforada  Úlcera gástrica o yeyunal perforada 
Pancreatitis aguda  Pancreatitis aguda 
Hepatitis aguda  Rotura de aneurisma aórtico 
Hepatomegalia congestiva Colon perforado (tumor, cuerpo
aguda  extraño) 
Neumonía con reacción Neumonía con reacción pleural 
pleural  Pielonefritis aguda 
Pielonefritis aguda  Infarto miocárdico agudo
Angina de pecho 
Hepatitis aguda 
Absceso hepático
CENTRAL (PERIUMBILICAL)  

Obstrucción intestinal 
Apendicitis 
Pancreatitis aguda 
Trombosis mesentérica 
Hernia inguinal estrangulada 
Aneurisma aórtico en proceso de
disección o rotura 
Diverticulitis (intestino delgado o colon) 
Uremia

CUADRANTE INFERIOR CUADRANTE INFERIOR


DERECHO   IZQUIERDO  

Apendicitis   Diverticulitis sigmoidea  


Salpingitis aguda, absceso Salpingitis aguda, absceso
tuboovárico   tuboovárico  
Embarazo ectópico roto   Embarazo ectópico roto  
Quiste ovárico torcido   Quiste ovárico torcido  
Adenitis mesentérica   Hernia inguinal estrangulada  
Hernia inguinal estrangulada   Colon descendente perforado (tumor,
Diverticulitis de Meckel   cuerpo extraño)  
Diverticulitis cecal  Ileítis regional  
Absceso del psoas  
Cálculo ureteral 

En ausencia de datos peritoneales y repercusión sistémica, la observación constante y la obtención de nuevos


estudios puede aclarar la duda diagnóstica.

Tratamiento

Las normas generales que deben utilizarse son las siguientes: 

1. Uso racional de antibióticos de acuerdo al diagnóstico etiológico y al resultado de los cultivos efectuados 

2. Asistencia respiratoria, desde el inicio debido a la repercusión pulmonar de estos procesos. Los cambios
posturales frecuentes son parte de la fisioterapia respiratoria 

3. Colocar una sonda nasogástrica que funcione con efectividad 

4. Administración de líquidos y electrolitos de acuerdo a las pérdidas, cuando el abdomen está distendido la
pérdida insensible intraabdominal puede ser mayor 

5. Cateterismo vesical para mejor control de líquidos y evitar paresia de la vejiga 

6. El apoyo nutricional es necesario en procesos con falta de ingesta oral prolongada. La sepsis peritoneal
cursa con un franco hipercatabolismo que lleva al desarrollo de una desnutrición corporal severa en un
periodo corto. 

7. Suprimir el factor primario con la cirugía indicada 

8. Sólo colocar drenajes en presencia de abscesos intraabdominales y de fístulas

Complicaciones

Son complicaciones usuales del abdomen agudo: peritonitis, sepsis, hipovolemia, des equilibrio
hidroelectrolítico, malnutrición grave, insuficiencia renal, alteraciones cardiovasculares, insuficiencia hepática y
disfunción orgánica múltiple.

Pronóstico

Es muy variable, ya que está en relación con la repercusión hemodinámica y metabólica que tiene el proceso
primario. Esto se relaciona con su magnitud, el tiempo de evolu ción, la oportunidad del tratamiento y su
indicación.

Profilaxis

La sepsis peritoneal complicada con fístulas y abscesos con fallas orgánicas, tiene una alta mortalidad, a
pesar del enfoque multidisciplinario actual de las UTI. 

El mañana razonado debe fincarse en un mismo enfoque aplicado a etapas previas que prevengan los
estadios avanzados. Este futuro debe fundamentarse en un mejor conocimiento de los factores
etiopatogénicos, la historia natural de la sepsis abdominal, la oportuna aplicación de medidas que restituyan el
daño inicial y el uso adecuado de las medidas terapéuticas. 

Abdomen Agudo

Drs. Alejandro Bazán Gonzales,


Germán Cabrera Romero

Abdomen Agudo es una situación dramática para el enfermo que la presenta y para el equipo médico que la afronta.

Aquél porque se siente gravemente enfermo y éste porque sabe, que de la rapidez y certeza de sus acciones depende el
pronóstico del paciente evitando complicaciones y logrando sobrevivencia.

DEFINICIÓN

El Abdomen Agudo es un síndrome de origen múltiple, caracterizado por dolor abdominal intenso y compromiso del estado
general del paciente (los autores).

Otros lo definen 

El Abdomen Agudo es un síndrome caracterizado por dolor abdominal intenso, generalmente asociado a manifestaciones de
compromiso peritoneal, que hace considerar la posibilidad de una acción terapéutica de emergencia, por existir riesgo inminente
para la vida del paciente (1) (5).

El abdomen agudo es la evolución de un proceso patológico intraabdominal caracterizado por tener no más de una semana de
iniciado el cuadro, está abocado a graves complicaciones inmediatas con riesgo vital (8).

1.    DOLOR ABDOMINAL

1.1.    Tipos de Dolor Abdominal

a. Dolor Visceral.- Es de carácter poco definido, mal localizado:


Medial. Compromiso de vísceras peritoneales. 
Lateral: Compromete vísceras retroperitoneales.
b. Dolor Somático.- Es aquel dolor que sigue el trayecto de las fibras cerebroespinales entre D6 y L1, que se
extienden por el peritoneo parietal y la raíz del mesenterio. Agudo bien localizado, que se ubica en relación a la
víscera afectada, es agravado por el movimiento y se acompaña de contractura muscular.
c. Dolor Referido.- Es producido por compromiso de las ramas nerviosas descendentes de C3 y C4, estimulando
la superficie peritoneal del diafragma. 

Ejemplo: Dolor del ángulo superior de la escápula derecha en un cuadro de colesistitis aguda. Dolor a nivel
interescapular en un proceso de pancreatitis.

1.2.    Etiología del Dolor Abdominal

- Dolor originado en el Abdomen:

a. Por enfermedad de vísceras Huecas: Tales como obstrucción intestinal, colitis ulcerativa, diverticolitis,
intusucepción, etc.
b. Inflamación Peritoneal.- Por úlcera péptica perforada, apendicitis, colecistitis aguda complicada, ruptura de un
embarazo ectópico, pancreatitis complicada, divertículo perforado, perforación de víscera hueca en general o
peritonitis primaria.
c. Enfermedad Vascular.- Por isquemia mesentérica o por oclución de la arteria mesentérica o aorta abdominal.
d. Tensión de las Estructuras de Sostén.- Siendo la causa principal las bridas y adherencias, la torsión de omento;
torsión de quiste de ovario pediculado.

- Dolor originado fuera del Abdomen

a. Dolor referido.- Es aquél que sigue el trayecto de los nervios.


b. Dolor de origen metabólico.- Causado por uremia, acidosis, por fármacos, toxinas, etc.
c. Dolor neurógeno.- Es aquel dolor producido por compromiso medular y radicular .
d. Dolor psicógeno.- Es aquél en el cual el paciente somatiza el dolor.
1.3.    Características del Dolor

Está en relación con la forma como el paciente requiere su dolor:

Cólico (calambre).- Dolor producido en víscera hueca por contracción intensa de la víscera.

Ardor.- Llamado también dolor urente, se produce por irritación de mucosa, de esófago, estómago o duodeno.

Gravativo.- Dolor tipo presión, pesadez por distensión progresiva del órgano, generalmente órganos sólidos aunque
también lo presentan los órganos huecos.

Penetrante.- Dolor tipo hincada, se presenta en víscera hueca, por compromiso de serosa, por penetración desde
mucosa a serosa, llamada puñalada Dieulafoy.
1.4.    Ubicación del Dolor Abdominal

Localización Órgano Irrigación


Estómago
Duodeno
Epigastrio Vías Biliares     Tronco Celiaco
Páncreas
Bazo    
Yeyuno
Ileón     
Mesogastrio Arteria Mesentérica Superior
Apéndice
Colon derecho
Hipogastrio Colon Izquierdo Arteria Mesentérica Inferior
Si el dolor abdominal se ubica a nivel del epigastrio comprometerá a los órganos irrigados por la arteria tronco celiaco
como: estómago, duodeno, vías biliares, páncreas y bazo.

Dolor abdominal ubicado en mesogastrio es por compromiso de vísceras irrigadas por la arteria mesentérica superior:
yeyuno, ileón, apéndice cecal y colon derecho.

Dolor abdominal localizado en hipogastrio es producido por vísceras irrigadas por la arteria mesentérica inferior: colon
izquierdo.
2.    EXAMEN FÍSICO EN EL ABDOMEN AGUDO

Usualmente se trata de un paciente cuyo síntoma fundamental es dolor abdominal intenso que domina la escena.

Al examen del abdomen se objetiva la presencia de dolor, que casi siempre va acompañado de signos de compromiso peri-toneal,
tales como “Rebote Positivo”, a la palpación el dolor exacerba durante la descompresión brusca.

En la exploración física abdominal se debe incluir una inspección sistemática de los orificios herniarios; hay que tener presente
que existen pequeñas hernias encarceradas, sobre todo crurales, que pasan fácilmente inadvertidas al simular una adenopatía, en
todo caso su palpación es siempre selectivamente dolorosa.

El tacto rectal es imprescindible para valorar ocupación del recto, la presencia de dolor en las paredes rectales, las características
del contenido rectal o el fondo de Saco de Douglas, de dolor anexial en la mujer.

3.    EXÁMENES AUXILIARES

Los consideramos como exámenes auxiliares mínimos y los más indispensables, por su valioso apoyo al diagnóstico y porque su
procesamiento se puede realizar en todos los centros asisten-ciales de primer nivel y son los siguientes:

3.1.    Hemograma, hemoglobina y hematocrito

Son básicos, porque si hay aumento leucocitario con aumento de abastonados indicará desviación izquierda,
orientándonos hacia un proceso infeccioso.

Si la hemoglobina y hematocrito están por debajo de sus valores normales y si en la anamnesis hay historia de
traumatismo abdominal en el paciente, estaremos frente a un cuadro de hemorragia intraabdominal.
3.2.    Examen de orina

Es muy valioso, para descartar infección del tracto urinario, sobre todo en mujeres, porque en ellas son más frecuentes
las infecciones urinarias.
3.3.    Dosaje de amilasa y lipasa

Se deben realizar rápidamente y si estos resultados salen con niveles altos estaremos frente al diagnóstico de
pancreatitis, entonces de inmediato actuaremos con el tratamiento y así disminuiremos la morbimortalidad en el paciente.
3.4.    Radiografía simple de abdomen

La radiografía del abdomen sin preparación proporciona una valiosa información; para un paciente con abdomen agudo
se requieren tres incidencias:

a. Placa de abdomen frontal de pie.- Permite ver eventualmente niveles hidroaéreos.


b. Placa de abdomen frontal en decúbito dorsal.- Complementariamente se puede obtener placa frontal en decúbito
lateral derecho o izquierdo con rayo horizontal. Permite ver el aire hacia arriba y el líquido en las zonas declives,
así por ejemplo: aerobilia en el íleo biliar por fístula colecistoduodenal. 
c. Placa de abdomen en decúbito prono.- El aire se desplaza hacia las zonas laterales y a la ampolla rectal.

Complementariamente a la placa de abdomen también es de utilidad la placa de tórax frontal de pie, con la que
demostraremos un posible neumoperitoneo, identificaremos una neumo-patía de localización basal, que provoque
sintomatología abdominal o a la inversa, la manifestación pulmonar de una patología subdiafragmática.
3.5.    Ecografía y Tomografía

- Signos Ecográficos

a. Colecistitis Aguda.- Se observa engrosamiento de la pared vesicular mayor de 3 mm, signo de doble pared,
distensión de la vesícula diámetro anteroposterior mayor de 5 cm. Cambios en su morfología: más redondeada,
se observan litiasis, bilis ecogénica: barro biliar, pus (empiema), hemorragia; signo de Murphy (al paso del
transductor del ecógrafo).

b. Pancreatitis Aguda.- Se observa: aumento de tamaño del páncreas en forma difusa que puede alcanzar más de
3 a 4 veces; diámetro anteroposterior mayor de 3 cm. 
Alteraciones de contorno; poco nítido, definido y borroso.
Estructura hipoecogénica, debido al edema inflamatario que sufre la glándula.

c. Apendicitis Aguda.-
-    Engrosamiento de la pared del órgano; signo de doble contorno.
-    Rigidez no deformable con la presión.
-    Lumen: sonolucente, ecogénico (gas o coprolito).
-    Adenopatías mesentéricas.

En conclusión, la ecografía abdominal de urgencia puede diagnosticarnos: una colestitis aguda, aerobilia, tumor
hepático, pancreatitis, ruptura de bazo, absceso y/o ruptura de embarazo ectópico.

- Signos Tomográficos

a. Colestitis Aguda Litiásica.- Distensión de la vescícula biliar mayor de 5 cm. En el diámetro anteroposterior y
transversal.
-    Engrosamiento y nodularidad de la pared de la vesícula biliar.
-    Cálculos de la vesícula y/o en el conducto cístico.
-    Borde mal definido de la pared de la vesícula biliar en interfase con el hígado.
-    Anillo delgado de líquido pericolecístico.
-    Aumento de la densidad de la bilis.

b. Pancreatitis:
-    Aumento de volumen del páncreas.
-    Zonas de hipodensidad (postcontrastre)
-    Captación del contraste pancreático en su totalidad.
-    Engrosamiento de fascias.
-    Derrame pleural.
-    Zonas de hiperdensidad hemorrágicas

c. Pielonefritis.- Zonas hipodensas estriadas o cuneifor-mes en un riñón de volumen normal.

d. Abscesos.- Zonas redondeadas hipodensas, que tras el contraste presentan aspecto de corona
hipervascularizada.

e. Procesos inflamatorios.- A nivel de intestino, peritoneo y mesenterio; se observará: edema, engrosamiento de la


pared intestinal, distensión por el líquido y fibrosis.

f. Apendicitis.- Se observará edema por inflamación en la zona adyacente al ciego.


g. Colitis.- Engrosamiento de la pared intestinal sin alteraciones en el interior del mesenterio; dilatación del colon,
pérdidas de las marcas de las haustras y lesiones segmentarias.

h. Diverticulitis.- Se observará : Hiperdensidad de la grasa pericólica, engrosamiento de la pared y presencia de


divertículos.

i. Traumatisto Abdominal Cerrado.- Observaremos: Hemoperitoneo, colecciones en el espacio de Morrison,


laceración hepática y/o esplénica.

j. Lesiones traumáticas del bazo.-


-    Hematoma  subcapsular: forma  de  media luna hipodensa a lo largo del borde
     lateral del bazo, isodenso al inicio, después de 10 días hipodenso.
-    Desgarro esplénico 

3.6.    Lavado Peritoneal

Con suero fisiológico (paracentecis) en caso de trauma abdominal cerrado. Si bien es cierto es clásico este procedimiento
no deja de tener valor diagnóstico en traumatismo abdominal cerrado, por lo práctico y rápido en su manejo. Sobre todo
en casos de falsos negativos se solicitará al laboratorio análisis de líquido de lavado peritoneal y si el resultado es de
100,000/mm3 de eritrocitos o mayor de este valor hará decidir la intervención quirúrgica.
4.    CLASIFICACIÓN DEL ABDOMEN AGUDO

Una vez concluido el estudio del dolor, que es el síntoma clave en este síndrome y analizando los exámenes del laboratorio y las
imágenes radiológicas y ecográficas, estamos en condiciones de ubicar al paciente portador de abdomen agudo en uno de los tres
items siguientes:

 Abdomen agudo inflamatorio-infecciosos o peritonitis.- Producido en nuestro medio por tres causas más frecuentes:
Apendicitis aguda, colecistitis aguda y diverticulitis.
 Abdomen agudo hemorrágico.- Producido por: Traumatismo abdominal, embarazo ectópico roto, ruptura espontánea de
hígado cirrótico o tumoral.
 Abdomen agudo obstructivo.- Se presenta frecuentemente por bridas y adherencias, vólvulos de intestino grueso y cáncer
de colon.

Es válido recordar a esta altura que en las grandes urbes el trauma producido ya sea por lesión automotriz o por violencia social
compromete con frecuencia al abdomen, identificaremos entonces un abdomen agudo traumático, que puede ser peritoneal o
hemorrágico o comprometer a ambos.
5.    MANEJO DEL ABDOMEN AGUDO

1. Hospitalización
2. Sonda Nasogástrica. Para examinar el contenido gástrico y descartar hemorragia digestiva alta o éxtasis gástrica
prolongada.
3. Sonda vesical. Para medición de diuresis.
4. Cateterismo Venoso. Para tomar la presión venosa central y administración de líquidos, hidratación y/o
transfusiones.
5. Antibioticoterapia de amplio espectro.
6. Control seriado del examen físico del abdomen por un mismo equipo médico quirúrgico.
7. Control seriado de las funciones vitales.
8. Una vez compensado el paciente proceder a realizar los exámenes auxiliares.
9. Laparotomía.

*    CONDUCTA A SEGUIR FRENTE AL ABDOMEN AGUDO

Lo primero que se debe enfatizar es que por muy dramático y espectacular que parezca el cuadro, el médico debe guardar
la calma y serenidad necesarias para mantener una conducta coherente y en su afán de resolver lo más pronto posible la
situación, no caer en el error de un desorden de procedimiento que lo puede conducir a un final equivocado y no feliz para
el paciente.

Hay que precisar que nada reemplaza a una anamnesis y examen físico adecuados. Estos deben hacerse prioritariamente,
con toda la acuciosidad del caso para plantear las posibilidades diagnósticas correctas, efectuar e interpretar los exámenes
y procedimientos auxiliares pertinentes a fin de poder aceptar la conducta apropiada.

Nada mejor para tener presente en estos casos que en medicina tratamos seres humanos y no papeles. El criterio clínico
debe primar y los documentos que consignan los resultados de los exámenes auxiliares serán considerados como tales, es
decir, como elementos que han de servir de ayuda para ratificar nuestra impresión diagnóstica clínica. 

El facultativo ha de tener presente que de su decisión correcta depende la vida del enfermo que el azar y las necesidades
de la emergencia han puesto en su devenir. Es por eso que frente a cada caso en particular confronta la alternativa de un
triple accionar que deberá fijarse cuidadosamente.

1. Operar de inmediato.
2. Esperar, para luego determinar la conducta adecuada, que podrá ser médica o quirúrgicas.
3. No operar definitivamente, porque una intervención quirúrgica agrava la situación o está contraindicada.

El valor de la experiencia en estos casos supera al de la simple información. Pero hay que tener presente que ante la duda,
la mejor conducta es operar. Considerando que lo más importante es salvaguardar la vida del paciente, cuando éste llega a
la emergencia no somos partidarios de aplicar un protocolo rígido e igual en todos los pacientes, salvo los pasos iniciales.

El primero es precisar si existe o no shock y si lo hay establecer rápidamente si se trata de un shock hipovolémico o
neurógeno para iniciar la terapéutica adecuada.

Instituidas las medidas urgentes de soporte del estado general se procede al siguiente paso, que es completar la
anamnesis y el examen físico integral ya iniciados simultáneamente con anterioridad.

De aquí en adelante hay que proceder a individualizar las acciones específicas para cada caso. Racionalizar los análisis y
procedimientos auxiliares de acuerdo a su disponibilidad y al planteamiento clínico que se haga. Nunca actuar a la inversa,
pretendiendo racionalizar la clínica y la terapéutica según los resultados obtenidos en los “exámenes de rutina del
abdomen agudo”.

Ya se mencionó que muchas veces no es posible llegar con la rapidez deseada al diagnóstico etiológico preciso de la
situación y en aras a preservar la vida del paciente o evitar complicaciones graves, debemos contentarnos con plantear la
existencia de un abdomen agudo para inmediatamente escoger la opción correcta de las tres alternativas enunciadas
anteriormente.

Puede ocurrir que en una primera instancia y ante la urgencia del caso, establecida la presencia de un abdomen agudo sin
conocer la etiología exacta, se tenga que plantear la disyuntiva de precisar de inmediato si se trata de una urgencia
quirúrgica o no, debiéndose entonces considerar a la cirugía como un procedimiento de diagnóstico y a la vez terapéutico.

Se considera como abdomen agudo de urgente manejo quirúrgico las siguientes condiciones:

1. Aire libre introperitoneal,


2. Sangre libre introperitoneal,
3. Obstrucción del tubo digestivo,
4. Peritonitis generalizada,
5. Peritonitis posttraumática,
6. Ruptura de aneurisma de la aorta abdominal,
7. Dolor abdominal intenso que compromete el estado general y que no responde al tratamiento médico.

En suma, la espectacularidad con que se presenta el abdomen agudo constituye siempre un reto para quienes han de
intervenir en él.

El rol protagónico que corresponde al médico tratante lo obliga a considerar:

 El valor de la anamnesis y el examen físico iterativo al evolucionar una situación que puede ser cambiante.
 La interpretación adecuada y las limitaciones de los análisis y procedimientos auxiliares.
 Lo fundamental del diagnóstico diferencial.

Para poder aplicar el tratamiento correcto, manteniendo el comando ecuánime del equipo de atención integrado por
clínicos, cirujanos y enfermeras, evitando, en lo posible, que con su accionar el drama del paciente concluya en una
tragedia.

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