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Posterionneiite, u n iiltimo borrador se someti6 a la consideraci6n del NCES. Uiia veiri6n revisa-
(In del borrador drl 7 de abiil. junto con u n epflogo y u n prólogo que examinaba ciertos temas
grncralcs, Iiie piihlicada por Basic Books con el tltulo de h i t o en la escuela: corrrpamcidn entre
C S C L Mprlhlicns
I~S y ~~rii,ada.s.
LOS ACTORES IMPLlCADOS 39 1
hace tan sólo veinte años. La mayor parte de la elaboración de dicha polftica !
se ha desplazado al nivel nacional; este desplazamiento lo causó, principal- : j!
mente, el asunto de la discriminación racial, pero ha afectado tambibn a las .
..
reacción contra el creciente control ajeno de las escuelas, algunas comunida-
des han intentado oponerse a lo que ven como un relativismo moral en el
currfculo (por ejemplo, la controversia sobre el contenido de Man: A Cohrse of
Sfudy)y han inientado prohibir la cnsefianza.de la evolución.
Los canibios tecnológicos y ecológicos @en improbable la rcconstitu-
ción del control local de la polftica educativa como existfa cn cl pasado, es
decir, a través dc un consejo escolar local que controle un sistema de escuela
pdblica único y quc represente el consenso dc la comunidad. Los Individuos ,
pueden recuperar ese control local trasladándose cada vez mas lejos de las
grandes ciudades (como pone de manifiesto el censo de 1980), pero el sisiema
educativo en sil conjiinto no puede ser recoiistituido siguiendo las antiguas
lfneas de control local. De nuevo, como en[el caso del ideal de la escuela
común, la situación actual (y la prohabilided de que persista) hace irrealizabie
el ideal. Una alternativa es resignarse a una disminución progresiva del apoyo
a las escuelas públicas en la medida en que se alejan del ideal. Otra, sin
embargo, es intentar cncontrar nuevos principios para la organización de la
educación norteamericana que recuperen el apoyo de los padres.
Un tercer presupuesto fundamental del sistema cscolar público nortea-
mericano, estrccharnente vinculado al control local, ha sido la financiación
local de la educación. Algunos de los mismos factores que han producido la
pérdida del control local han desviado una porción creciente de la financia-
ción educativa a niveles estatales y federales. Los impuestos locales financian
actualmente un 40 % de los gastos de la escuela pública; las ayudas económi-
cas federales suponen en torno a un 8 % o un 9 % y la ayuda estatal aproxima-
damente la mitad del total. El cambio del nivel de financizcidn local al estatal
(y, en menor mcdida, al federal) proviene del intento de reducir las desiguai-
dades en los gastos educativos entre los distritos escolares. Desigualdades que
antes eran poco prcocupantes empiezan a percibirse prohndamente cuando
las comunidades locales ya no están aisladas, sino que son interdependientes
y se hallan en estrecha proximidad social. El resultado ha sido el intento de
algunos estados -respondiendo a la decisión dc Serrano en Califomia-
de hacer efectiva la igualdad total en gastos educativos para todos los estu-
diantes del estado. Esto resulta diflcil dc conseguir sin una total financiación
estatal, lo quc nicga cl principio dc financiación local.
Ahora bicn. la justificacidn para asignar al estudiante a una escuela den-
tro dcl distrito dc tributación dc la familia ha sido que los padres esfaban
pagando por una cscuclas eií ese distriro. Dicha justificación sc desvanece en
un sistema de tributación de Arnbito estatal. El fundamento para asignar las
escuelas en función del lugar de residencia, ya debiiitado por las diferencias
económicas y raciales entre los estudiantes de distintas localidades, se debilita
aún mas por la disminución de la Financiación local.
Un cuarto idcal dc la educación pública norteamericana ha sido el princi-
pio dc ir1 loco ~ i n r r i i t i s A1
. coníinr a sti hijo a iiqa escuela. los padres esperan
cliic esta cjci.zii \iol)i.c cllos una ;~i~toi.idild y llna rcsponsabilidüd conipni-ablcs
a la suya. Hasta Iiace dos dCcadas, se asumla cste principio de in loco parentis
no s610 en los niveles elementales y secundarios, sino tambitn en cl nivel
universitario. Sin embargo, este presupuesto se ha ido desvaneciendo en la
medida en que las universidades han abdicado de tal responsabilidad y los
padre? dc los cstuciiantcs univcrsitarios han rcducido cl dmbito de su autori-
dad sobrc el cornportamicnto dc sus hijos cuando &tos acaban cl instituto.
Pero la mayorfa dc los padres siguen esperando que la escuela ejerza la
autoridad y se rcsponsabilice de sus h i j n s h a s t a e l l i n a l d d bstiiuk%h
obstanteTlG EcÜclas públicas ticneri cada vez menos txito al cjercer este
papel de in loco pnrenris. En parte, e s t se ~ debe a la ptrdida de autoridad en la
sociedad en su conjunto, que en el instiiuto SS manifiesta por una menor
disposición dc los Jbvcncs a estar siijctos a nirlglrnn autoridad en materia dc
vestimenta y conducta. Y, en parte, se dcbc a un mayor dcsaciierdo entre los
propios padres acerca de la autoridad quc tiene la escueln para ejercer la dis-
ciplina sobre sus hijos, llegando a veces a cntablar pleitos para limitar la
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