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Líderes Valientes

“ . Es en tiempos como éstos cuando el liderazgo se convierte en un elemento


crítico, cuando nos damos cuenta si estamos bien liderados o no. Es cuando vemos


emerger nuevos liderazgos de gerentes que no llamaban la atención, mientras que
líderes consolidados son desenmascarados como fraudes; incapaces de comunicar,
calmar y unir a su gente

Mario Mora, Managing Partner de Heidrick & Struggles, Santiago, 2009, Revista Poder y Negocios
C onversando con socios de mi firma sobre la crisis que estamos viviendo, he podido aprender sobre la

forma en que ésta se vive en compañías de todas las geografías. Está claro, se oyen menos ruidos de campanas

en el NYSE anunciando la llegada de una nueva empresa que decidió abrirse a los inversionistas del mundo, y

muchos menos ruidos de corchos de botellas de champagne volando por los aires mientras ejecutivos celebran

el cierre de un gran deal. Son los nuevos tiempos. La creencia de que el dinero no se acabaría nunca y de que

los recursos limitados eran sólo un problema de otra persona, se acabó. Es tiempo de comenzar a trabajar duro

de nuevo; pero ¿cómo hacerlo?, ¿cómo salir de este estado de colapso que inmoviliza? Ahora es cuando los

ojos de todos se vuelven hacia nuestros líderes.

Cuando un riesgo mal calculado produce un accidente en una plataforma de petróleo o en una mina subterránea,

es necesario un líder fuerte y resolutivo in situ. Viendo lo que ocurre hoy en las compañías, pareciera que,

hasta ahora, a los líderes corporativos se les exigió bastante poco; sin embargo, cuando los líderes mundiales

y locales comienzan a referirse a la crisis en términos de “sobrevivencia”, “protección” y “rescate”; cuando

la convicción sobre la seguridad de nuestro trabajo empieza a tambalear, y cuando todo el mundo en las

empresas siente que se desplazan lentamente hacia abajo en la jerarquía de Maslow, entonces nos damos

cuenta de que una gerencia diestra por sí sola no será capaz de apoyarnos y sacarnos de esta situación.

Entre todos los términos y conceptos que usamos para describir las competencias de un gran líder; visión

estratégica, capacidad de proveer dirección y compromiso a su gente, habilidades de negociación, etc., pocas

veces nos referimos a la valentía y al coraje. Esto es lo que irradian aquellos individuos a los que la gente

recurre, no para recibir instrucciones, sino para encontrar esperanza y fortaleza.

Es en tiempos como éstos cuando, finalmente, el liderazgo se convierte en un elemento crítico, cuando nos

damos cuenta si estamos bien liderados o no. Es cuando vemos emerger nuevos liderazgos de gerentes que

no llamaban la atención, mientras que líderes consolidados son desenmascarados como fraudes; incapaces de

comunicar, calmar y unir a su gente. ¿Qué le falta a los tradicionales gerentes de alto rendimiento para operar

hoy con la valentía que se necesita?

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