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¿QUÉ ES EL HOMBRE?

Esta es una pregunta, como cualquier otra, pero sin embargo contiene unas
características especiales, porque es bastante compleja para el mismo ser “el
hombre” dar respuesta a este interrogante, porque está hablando de su propia
existencia, un ser que sabe que existe pero no conoce las razones, pongo en mi
boca las palabras de: Martin Buber, que decía el hombre es tan ignorante, que no
es capaz de dar respuesta al porqué de su existencia ni siquiera a conocerse en
su totalidad.

El hombre ha sido el eje central del estudio de muchas disciplinas y ciencias, esté
también es el estudio de la antropología, que estudia al hombre en su
comportamiento.

Para mi pensamiento, opinó que es necesario el estudio del hombre, para por lo
menos aportarnos datos para conocernos a nosotros mismos y no llegar a
concebir pensamientos posmodernistas como verdadero o certeros y aplicables a
la realidad. En la historia está pregunta ¿qué es el hombre? Ha sido transmitida
pero nunca respondida en su totalidad. Se lo preguntaron los presocráticos,
filósofos antiguos, medievales, modernos y nos lo preguntamos ahora nosotros
“postmodernos” y todos damos una respuesta desde nuestro punto de vista pero
no lo definimos por completo y por eso hoy más que nunca se hace imperiosa la
necesidad de preguntarse ¿qué es el hombre?, porque el hombre está atentando
contra sí mismo por no saber quién es. Si no encontramos la respuesta a “qué es
el hombre”, la existencia del mismo empieza a carecer de sentido.

Hoy tenemos muchísimos jóvenes y adolescentes que se tiran a las drogas o se


suicidan… pero, ¿por qué el hombre se vuelve contra sí mismo?, porque no es
capaz de encontrar la respuesta sobre su ser más profundo y esto es algo es
fundamental para dar un paso más.
Cuando terminamos el colegio secundario decimos: ¿Qué voy a estudiar? ¿Qué
voy a hacer? Pero si nunca decidimos que vamos a estudiar, o no nos decidimos a
trabajar… pueden pasar cinco, seis, veinte años… si nunca nos decidimos, nunca
damos ese paso. Necesito conocerme para lanzarme, para dar ese paso. Necesito
preguntarme y cuando logro dar respuesta a eso, entonces puedo dar el paso.

En todo momento nos cuestionamos las cosas, y si no podemos dar una


respuesta, nos estancamos. Para cada uno de nosotros es sumamente necesario
responder esa pregunta ¿Quién soy? Ya no la pregunta genérica ¿qué es el
hombre? sino la que me hago a mí mismo: ¿Quién soy?

Dicen los psicólogos y los filósofos que el hombre tiene tres preguntas
fundamentales: ¿Quién soy?, ¿de dónde vengo? y ¿a dónde voy? El orden de
estas preguntas no está librado al azar, ya que la primera respuesta que tengo
que darme a mí mismo es “quien soy”, tengo que descubrir que hay dentro mí, que
es lo que me hace distinto, lo que me hace ser José Luis y no otro.

Una vez que pueda darme respuesta a este “quien soy” puedo dar un paso en
consecuencia. El ser condiciona como voy a actuar, lo que voy a hacer.

El gran conflicto de este siglo que estamos viviendo es no saber quiénes somos.
El joven no está encontrando quien es, no está encontrando su ser más profundo,
y eso no le permite avanzar, no le permite tomar las riendas de su propia vida.

Estas preguntas “existenciales” hoy y hace miles de años, van teniendo distintas
respuestas.

Encontrar respuesta a la pregunta de “quien soy”, es reconocer “hacia donde voy”;


o sea que esa primer respuesta que necesito encontrar, me permite abrirme paso
a las otras dos preguntas “existenciales”. Este es mi punto de vista, acerca del
hombre en la postmodernidad y la solución que encuentro es dar respuesta a ese:
¿Quién soy?

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