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Es el momento de despedirnos de este jardincito .

El hermoso viaje que


comenzamos juntos llegó a su fin.
¡Qué bonito es mirar para atrás, como asomándose por una ventana y
recordarte con esa carita de asustado, tu mochila nueva y tu uniforme naranja!
Trabajamos mucho, como hormiguitas laboriosas, sin descuidar los detalles,
compartiendo y ayudándonos a crecer. Muchas veces, te diría que casi todos los días,
me sentí una gallina, rodeada de sus pollitos.
Compartimos paseos, disfrutamos de las mañanas de sol y vimos llover juntos
desde la puerta de la clase que nos cobijó este año. Debo reconocer que disfruté
mucho estando contigo, porque tu entusiasmo y curiosidad me contagiaron y
renovaron cada día.
Junto a tu familia intentamos hacer de tí una buena persona, quisimos
educarte en libertad, hacer que crecieran tus alas para ayudarte a volar durante toda
tu vida. Hemos pasado momentos buenos y de los otros. Me quedo con la carcajada,
la emoción, la sorpresa, los perdones, el juego, la alegría... Puse de mí lo mejor.
Pido perdón por aquellas cosas que me salieron mal, aún proponiéndome
hacerlo bien. Yo te aseguro que tu lugar en mi corazón será siempre tuyo...
Querida familia hoy ya forman parte de mis afectos. ¡Gracias por haberme
confiado a tu tesoro más grande, tu hijo! Les deseo un feliz verano.
Con todo el cariño de quien mucho los quiere... Seño Elisa

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