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Enfermedades de la piel.

DERMATITIS (Eccema)

Inflamación superficial de la piel, que se caracteriza histológicamente por edema


epidérmico y clínicamente por la aparición de vesículas (cuando es aguda), enrojecimiento
con límites mal definidos, edema, exudación, descamación, formación de costras,
generalmente prurito, y liquenificación causada por el rascado y el frotamiento. Los autores
no se ponen de acuerdo sobre la utilización de los términos eccema y dermatitis como
sinónimos. Con frecuencia se emplea el término eccema para aludir a las dermatitis
vesiculosas, pero otros autores reservan su uso para las dermatitis crónicas; otros las
denominan dermatitis espongióticas, ya que una de sus características histológicas es la
espongiosis (edema intraepidérmico).

LESIONES PRIMARIAS DE LA PIEL

Las lesiones primarias son alteraciones precoces de la piel, que todavía no han sufrido su
evolución natural ni se han modificado por manipulación.

La mácula es pequeña (<10 mm), plana, de forma variable y discrómica. Una placa no
sobreelevada es una mácula de gran tamaño (>10 mm). Ejemplos de estas lesiones son las
efélides, los nevos planos, los tatuajes, las manchas en "vino de Oporto" y los exantemas de
las rickettsiosis, la rubéola, el sarampión y algunas erupciones medicamentosas alérgicas.

Una pápula es una lesión sólida y elevada que generalmente mide menos de 10 mm. Una
placa es una lesión parecida a una meseta de >10 mm o un grupo de máculas confluyentes.
Ejemplos de estas lesiones son las verrugas, algunos nevos, la psoriasis, el chancro
sifilítico, el liquen plano, algunas erupciones medicamentosas, las picaduras de insectos, las
queratosis seborreicas y actínicas, algunas lesiones del acné y los carcinomas cutáneos.

Un nódulo es una lesión sólida, palpable, de >5 o 10 mm, que puede ser elevada o no. Los
nódulos mayores de 20 mm se denominan tumores. Ejemplos de estas lesiones son los
quistes epidermoides, los lipomas pequeños, los fibromas, el eritema nodoso, algunos
linfomas y otras neoplasias.

Una vesícula es una lesión circunscrita y elevada que contiene un líquido seroso y mide <5
mm. Si mide 5 mm o más se denomina bulla (ampolla). Las vesículas y las bullas se
producen por irritantes primarios, dermatitis de contacto alérgica, traumatismos físicos,
quemaduras solares, picaduras de insectos o infecciones víricas (herpes simple, varicela o
herpes zóster), aunque también se asocian con erupciones medicamentosas, pénfigo,
dermatitis herpetiforme, eritema polimorfo, epidermólisis ampollosa y penfigoide.

Las pústulas son lesiones elevadas superficiales que contienen pus y se pueden deber a la
infección o evolución seropurulenta de una vesícula o ampolla. Entre las causas de esta
lesión destaca el impétigo, el acné, la foliculitis, los forúnculos, el ántrax, determinadas
micosis profundas, la hidrosoadenitis supurativa, el querion, la miliaria pustulosa y la
psoriasis pustulosa de las palmas y las plantas.

Los habones son lesiones elevadas, transitorias, determinadas por un edema localizado. Son
reacciones alérgicas frecuentes producidas por reacciones medicamentosas, picaduras o
mordeduras de insectos o sensibilidad al frío, al calor, la presión o la luz solar. Cuando se
observan áreas más extensas de edema en el tejido subcutáneo se habla de edema
angioneurótico.

La palabra púrpura es un término global que alude a la presencia de sangre extravasada. Las
petequias son pequeños focos puntiformes de extravasación bien circunscritos, mientras
que las equimosis son lesiones confluyentes de mayor tamaño. El término hematoma alude
a zonas de hemorragia masiva en la piel y los tejidos subyacentes.

Las telangiectasias son dilataciones de los vasos superficiales y se pueden producir en la


rosácea, en determinadas enfermedades sistémicas (ataxia telangiectasia) o en el
tratamiento prolongado con corticosteroides fluorados tópicos, aunque la mayor parte de los
casos son idiopáticos. Las telangiectasias también se pueden producir como parte de
enfermedades hereditarias, como la ataxia telangiectasia o la telangiectasia hemorrágica
hereditaria.

LESIONES SECUNDARIAS DE LA PIEL

Las lesiones secundarias se producen por la evolución natural de las lesiones primarias
(vesículas rotas) o por la manipulación del paciente (vesícula rascada).

Las escamas son colecciones de partículas del epitelio queratinizado y se suelen asociar con
enfermedades como la psoriasis, la dermatitis seborreica, las infecciones micóticas
superficiales, la pitiriasis versicolor, la pitiriasis rosada y cualquier tipo de dermatitis
crónica.

Las costras (escara) corresponden a sangre, suero o pus desecados y se observan en muchas
enfermedades inflamatorias o infecciosas.

La erosión es una pérdida focal de toda la epidermis o de una parte y se suele asociar con la
infección por virus herpes y el pénfigo.

Las úlceras son pérdidas focales de la epidermis y de una parte de la dermis como mínimo.
Cuando las úlceras se deben a un traumatismo físico o a una infección bacteriana aguda, la
causa suele resultar evidente, pero existen otras causas menos evidentes, como las
infecciones bacterianas y micóticas crónicas, diversas enfermedades vasculares y
neurológicas periféricas, la esclerodermia sistémica y los tumores.

La excoriación es una zona costrosa lineal o excavada producida por rascado, frotamiento o
picadura.
La liquenificación corresponde a una zona de piel engrosada, con refuerzo de los pliegues
cutáneos, y se asocia de manera típica con la dermatitis atópica y el liquen simple crónico
(dermatitis localizada por rascado).

La atrofia se manifiesta como una piel adelgazada y arrugada. Se observa en los ancianos,
en el LE discoide, tras el uso prolongado de esteroides tópicos potentes y, en algunas
ocasiones, después de quemaduras.

Las cicatrices son áreas de tejido fibroso que sustituyen a la piel normal después de la
destrucción de una parte de la dermis; se pueden asociar con quemaduras o cortes, siendo
menos frecuentes en otras enfermedades como el LE discoide.

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