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Filosofía y alteridad

Miguel Ángel Toscano Mora


Primer control de lectura – Los grandes momentos del indigenismo en México

Primer momento – La conquista


Tesis: Lo indígena como un Otro cercano y negativo

El primer momento es el de lo indígena manifestado por la providencia. Corresponde al


descubrimiento y conquista del pueblo indígena. El indígena manifestado por la historia universal.
En este apartado el Dr. Villoro plantea la aparente contradicción que para Sahagún representa el
indígena “mexicano”. En un primer momento se le presenta como un pueblo elevado y sutil, y en
otro como demoniaco y nefando. El primer momento surge de la captación del pueblo indio como
una unidad totalizadora y plena de sí. El pueblo mismo se comprende según su propia intención y
sentido. Por ello se le considera al pueblo como una individualidad, realidad distinta a cualquier
otra, son un sentido interno propio. El segundo momento surge de manera necesaria pues el
pueblo indio no es el único, y por la existencia y descubrimiento del Otro (el franciscano en este
caso) tiene una relación con él.

El Otro juzgará al pueblo desde fuera, con toda la fuerza de la historia universal que les
precede o ha acompañado paralelamente a ese pueblo, y es a la vista del otro que surge la visión
del pueblo indio como algo negativo. Y ante esto el indígena se encuentra desprotegido pues no
depende de él la crítica que se le haga a su sociedad. Pero es a partir de la presencia y crítica del
Otro que el indígena puede adquirir una nueva significación del mundo, pues el otro le comparte
sus propósitos e intenciones. Desde la visión propia del pueblo, la ética permite todas esas
“barbaridades” que a los ojos de una supra individualidad resultan negativas.

De la dolorosa confrontación entre el pueblo indígena y el Otro surge América, cuyo


nacimiento se lo debe tanto al pueblo indígena como al español. El primero le entrega a América
su vida y el segundo su ser ante la historia. Con este primer encuentro el mundo del pueblo
indígena es condenado y destruido. Por ello el indígena pasa a ser negado, rechazado y destinado
a la destrucción. A partir del primer momento surge una promesa de reconciliación. Pero es solo
promesa del hombre nuevo en tanto que niega su pasado; pero llegará el momento en que éste
regrese amorosamente a su mundo perdido.

Segundo momento – La independencia/La colonia


Antítesis – Lo indígena como un Otro lejano y positivo

El segundo momento histórico al que hace referencia Villoro es al del asentamiento de


relaciones coloniales en México. Momento que inicia con el pensamiento anterior a la
emancipación y abarcará hasta el positivismo. Lo indígena manifestado por la razón universal. En
el segundo momento aparecen distintas líneas del indígena. La principal es; “lo indígena como
realidad específica que me libera de la “instancia” ajena”, como ejemplo encontramos la manera
en la que el pensamiento independentista de Fray Servando Teresa de Mier y de Francisco Javier
Clavijero justifica de alguna manera el papel del indígena en la de-construcción de la legitimización
de la conquista desde la evangelización.

Esta produjo dos efectos; primero el de otorgar a América un ser ante la historia anterior
al descubrimiento y segundo, el de darle al pasado precolombino una acepción positiva. En este
momento, lo indígena se aleja sin remedio, ya no es actual, es reducido a historia del pasado. Se
ha vuelto lejano. En el primer momento lo indígena aparecía cercano y negativo y aparece ahora
lejano y negativo, es pues la total negación o contradicción del primero.

El alejamiento al cual se refiere Villoro en el segundo momento se puede dividir en dos


etapas: Primero un alejamiento en el tiempo. Lo indígena queda relegado a la historia del pasado
de México. Y segundo; un alejamiento en la situación. Lo indígena es pasado impropio.

Tercer momento – México contemporáneo (S. XX)


Síntesis – Lo indígena como un Otro cercano y positivo

En este tercer y último momento que abarca desde la revolución hasta la escritura del
libro (1979).En el indigenismo contemporáneo el mestizo busca la unión con el indio. Ya no hay
captación de un Yo a través de un Otro, pues ahora el indio y el mestizo forman parte del mismo
espíritu (si bien Villoro no lo dice, me parece que aquí se refiere al espíritu como cultura). Ahora,
tanto el indígena como el mestizo son explotados. Se unen frente al Otro que es ahora el
explotador extranjero o el criollo. Tenemos ahora a la razón como el Otro de la historia y la ética.

Esta unión de la que se habla consta de dos dimensiones, una es la de la acción la otra es la
del amor. Ambas dimensiones se exigen y se complementan. Pues acción sin amor cosifica al
indígena. Y el amor sin acción cae en la inercia de una nostalgia. Y de la unión de ambas surge la
pasión. En otras palabras; la pasión es el amor explayándose en la acción.

Las etapas del tercer momento son de acercamiento y se dividen en dos. Primero se hace
un acercamiento en el tiempo. El indígena es presente y no pasado. La segunda etapa es un
acercamiento en la situación. Nos apropiamos del indígena a la vez que lo valoramos. Lo indígena
es presente, pasado y futuro.

El indígena ofrece a las distintas modalidades conciénciales características generales


como; una realidad siempre revelada y nunca revelante; sometido en su propia realidad a un
extraño proceso; una realidad en la que podemos reconocernos sin que por ello deje de ser
distinta de nosotros; una realidad que me da consistencia, me sustantifica y distingue; y por
último, una realidad de doble fondo, es objeto fáctico a la vez que capacidad de trascendencia
reconocida.

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