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Decálogo para una relación exitosa… ¡siempre!

La convivencia con otras personas puede ser muy difícil, somos seres únicos, y cada
persona es un mundo distinto, aunque somos los seres mas “Evolucionados e inteligentes”
del planeta, esto no nos hace perfectos y a veces esta inteligencia y esta evolución a veces
nos vuelve seres mas intolerantes, conflictivos y egoístas.

El sitio Timesonline publico un decálogo para llevar una relación con éxito, la verdad este
decálogo no solo aplica en las relaciones de pareja, sino que es muy útil para todas nuestras
otras relaciones, acordémonos que no somos seres solitarios, y aunque la compañía es muy
necesaria para una vida normal, a veces esto se puede volver una tarea difícil.

1. No culpes a nadie más por lo que tú mismo sientes. Tienes que tomar responsabilidad
de tus propias emociones incluso cuando toquen a alguien más, o tal vez por lo mismo. No
deberías confundir tampoco sus emociones o reacciones con las tuyas propias. No te tomes
nada personal. Es mejor dar un paso atrás y ver la película completa. Una simple pregunta
de empatía como ¿estás bien? puede echar atrás todo signo de hostilidad que la otra persona
piense.

2. No trates de cambiar a la otra persona. Cuando juegas el juego “Si tan sólo él/ella”
“Si tú fueras más/menos” nuestra relación sería fabulosa, entras en un juego muy peligroso.
Nosotros no podemos cambiar a la otra persona. Lo único que podemos cambiar son
nuestras respuestas y conducta. Sólo nos podemos hacer responsables de lo que queremos o
necesitamos como adultos y no como niños.

3. No uses la palabra “Tú”, cámbiala por “Yo”. Hazte cargo de tus propios sentimientos:
“Yo siento esto cuando tú haces esto” es mejor que “Haces esto y me hace sentir así”. Una
frase como la primera no ayudará en nada a la relación. Podemos explicar que nos gustaría
si él o ella ayudaran más con esa parte que a ti te hace sentir así.

4. Prohibidas las palabras “siempre” y “jamás”. Casi siempre son palabras acusatorias:
“Nunca lavas los trastes” o “Siempre olvidas mi cumpleaños”. Si siempre te mueves en el
terreno de las injurias nada bueno resultará de allí, sólo envenenarán la relación. Cambia
siempre esas palabras por otras más positivas como: “Me encantaría que recordaras mi
cumpleaños, porque me enoja mucho cuando no lo haces”.
5. No estés siempre a la defensiva. Es una sencilla forma de culpar como “no es mi culpa
(es la tuya)”. En este caso, traten de ver el punto de vista de otra persona, tomar en cuenta
los consejos y seguir adelante. Es un acto de generosidad ponerse en los zapatos de la otra
persona. Habla de un acto de buena voluntad para continuar y puede ayudar a quitar las
corazas para hablar desde los sentimientos.

6. No hacerse el o la mustia. Los hombres son particularmente buenos en esto, usualmente


bajo el pretexto de que no les gusta hablar. El silencio también puede ser a veces una forma
de castigo (tan hostil como la furia que grita) y no permite que la reconciliación sea posible.

7. No mantengas la batalla. Aprende a aceptar las disculpas cuando alguien las ofrece (a
veces tenemos la razón en estar enojados) y también a pedir perdón, no necesariamente
para la acción que ocasionó el enojo, sino para la situación: “Siento que tengamos una pelea
tan tonta” puede ser suficiente.

8. No hagas suposiciones sobre el comportamiento de la gente. ¿Cómo podemos


aprender a no hacer esto? Preguntándonos cosas simples como: ¿Cómo sé que esto es
realmente verdadero? ¿Estoy sobre dramatizando esto?”. Por ejemplo, a veces podemos
asumir que alguien llega tarde porque no se preocupan por nosotros, cuando a veces la
verdad es que pueden llegar tarde por cualquier cantidad de motivos que no tienen que ver
con nosotros. Es como esperar una especie de “telepatía”: “Si ella/él me quisiera, debería
saber que”. Sin embargo, nadie puede ser clarividente.

9. No seas controlador. Tal vez tu media naranja puede ser un desastre en la cocina, pero
hacerlo evidente no la hará mejor. La gente es imperfecta, aún estos gustamos, incluso
aquellos a quienes amamos. El control es una forma de juego peligroso y a veces una forma
de castigo puede ser a través del afecto o el sexo, pero al final la verdadera herida la tiene la
relación.
10. Ten buenos modales. No se trata de tener una cortesía frígida, sino en el trato cotidiano
con respeto, afecto y tolerancia. Donde hay buena voluntad, siempre hay un camino.

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