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BUSCANDO UN MODELO DEL CANTO ADVENTISTA I

Por. Eduardo I. Esteban Silva

“Hubo un tiempo en el cual no era”, es la frase de un canto que ideó y enseñó

Arrio y que casi provoca un caos en el primer gran Concilio de Nicea, con este corto

musical, Arrio quiso enseñar que Jesús no era eterno sino que fue creado por Dios. Esta

anécdota ocurrida hace mucho tiempo me motivó a escribir el presente artículo dado

que, como dice Edward W. Nelson, la música cumple otra función aparte de ser

alabanza, los himnos sirvieron para enseñar la doctrina cristiana de aquellos que

entraban en la Fei. Sin embargo el adoctrinamiento no es realizado en todos de manera

ortodoxa, pues así como los himnos tenían ese propósito, los gnósticos lo utilizaron para

enseñar sus herejías, decían que como el mal está en el mundo, Dios no podía ser el

Creador. En ese sentido, la música y el canto fueron usados como medio de alabanza

pero también para enseñar esta herejía y otros falsos conceptos.

Justificación

Es una realidad que hoy la alabanza musical ocupa un lugar descuidado en

nuestros templos adventistas -excepto algunos-, sin embargo es necesario mencionar

que la Biblia en gran parte ha enfatizado este punto. En ésta se menciona que los seres

celestiales manifiestan constantemente su adoración a Dios por medio de la obediencia

y también la alabanza, por lo tanto no es un tema menos importante que los otros,

incluso será la adoración dirigida a Dios, la que decida nuestra salvación (Ap.14:7).ii

Por medio de la alabanza se hace un reconocimiento de la existencia y el poder

de Dios, así como de su gracia y justicia. Es necesario mencionar que este artículo se

enfocará en la alabanza y específicamente el canto, así mismo se tratará de ver cómo

están relacionados con la adoración verdadera.


Adoración y alabanza
Cierto día un joven se me acercó y me preguntó: “¿…aquel joven está cantando

un tema de alabanza o de adoración?”. Desde hace algún tiempo, algunos personajes

han querido tratarlos como temas separados (específicamente relacionado al canto),

probablemente porque ignoraban que la alabanza por medio del canto es una forma

expresiva de la adoración, el salmista dice, “Toda la tierra te adorará, y cantará

alabanzas a Ti, cantará alabanzas a tu nombre” (Sal 66:4). Como se ve en el texto, la

tierra adorará y cantará alabanzas, pero no está diciendo que se canta adoración, sino se

canta alabanza para adorar. Es decir, el canto es una forma de expresar adoración, aún

cuando ésta no sea sincera. Por lo tanto, no debe dársele una interpretación y mucho

menos una práctica diferente a lo que plantea el texto.

Bajo el texto que acabamos de leer, se puede notar que la alabanza o

manifestación de adoración, no es adoración en sí. Surge una pregunta entonces, ¿cómo

se ha ido introduciendo este falso concepto de adoración y alabanza por separado? Basta

sólo observar los discos compactos de cantantes de otra denominación para observar

cómo es que ellos dividen su música, unas cuantas canciones que denominan de

“alabanza”, concluyendo con otros temas de “adoración”.

Cómo se sabe, el cristianismo está conformado por diversos grupos, según lo

presentado por Samuel Vila, quien dice que ha podido observar en congresos y

convenciones cristianas evangélicas, no ecuménicas pero sí de avivamiento o énfasis

espiritual a bautistas, anglicanos, luteranos, calvinistas, menonitas, hermanos

salvacionistas, metodistas, pentecostales e incluso adventistas. O sea, los representantes

del protestantismo y al parecer estas religiones son distintas a la católica, sin embargo

en algunas de sus prácticas y creencias son muy parecidas, no hay mucha diferenciaiii.

Al hacer una leve revisión literaria, se notó algo interesante, ninguna de estas

denominaciones y cantantes presentaban una clara distinción de la verdadera música de


adoración, al contrario manifiestan que no hay un estilo bíblico de adoración y como

dice Rick Warreniv “Dios permite cualquier tipo o estilo de música”. Es decir, lo que

importa es la letra no la música del canto. Es por esa razón que en sus congregaciones

no se nota la diferencia a los estilos seculares, al contrario, pareciera estar en un evento

tal.

Otra cosa que se notó, es que pocos en nuestra iglesia han escrito o hecho

investigaciones específicas sobre la música y el canto que Dios aprueba. Se considera

poco importante. Siendo que la música y el canto puede disminuir o levantar la

espiritualidad del creyente y mucho más en estos momentos finales de las historia de

este mundo. Aunque nunca debería haberse cambiado lo que fue desde el principio

respecto a la alabanza, hoy somos testigos que los parámetros bíblicos no están siendo

respetados.v

Conscientemente, los adventistas no nos estamos diferenciando en cuanto a la

música que escuchamos o cantamos. Dentro y fuera de la Iglesia se puede ver la

influencia musical de las otras denominaciones. Incluso pareciera que en las

participaciones musicales de nuestro templos y auditorios sólo se está buscando

figuración y fama, convirtiéndose así un recital musical adventista, en un espectáculo,

más que una reunión de canto y adoración verdadera, se está exaltando al hombre y no

al Dios creador. El canto de algunos adventistas comienza a convertirse en un medio

para ganar dinero o popularidad secular. Hoy la música y el canto deben llevar los

parámetros de la industria musical para vender más, y si es contaminada con ritmos o

melodías e incluso formas de cantar que venden, no importa pisotear los principios

bíblicos.
Buscando un modelo bíblico y profético del canto adventista

Siempre me gustó escuchar que el pueblo adventista se ha caracterizado por ser

el pueblo de la Biblia, debido a que como hijos llamados por Dios al Sagrado Ministerio

buscamos obedecerle en todas sus líneas y ser de alguna manera ejemplos para nuestra

grey. Por lo tanto, es urgente y necesario practicar lo que la Biblia enseña acerca de los

principios y fundamentos de la música y alabanza para adorar a Dios, así mismo ver que

implicancias tuvo el canto, pero tal vez descubrir cómo se representaba y cómo

influenció en la vida espiritual de los personajes que encontramos en la Palabra de Dios.

Se debe aclarar también que Dios quiere la distinción del verdadero cristianismo

del falso, incluyendo la música y canto que expresamos, siendo que éste es un medio

vital en la predicación del evangelio.

La siguiente cita de Elena de White menciona claramente que, “cuando se abusa

de la música, ésta es una gran bendición; pero mal empleada es una terrible maldición”.

Por lo tanto se nota que no se está considerando a la música tal como lo menciona Dios

y la revelación dada a Elena de White en sus libros, y mucho menos al manual

preparado por la iglesiavi. Personalmente creo que, como pastores y líderes de Iglesia

tenemos la responsabilidad de ayudar, orando, investigando y sobre todo enseñando a

aquellos que quieran cuidar sus oídos (sabiendo que algunos no les parecerá bien lo que

menciono), no olvidemos las Palabras de Dios a través de Ezequiel “Los sacerdotes

instruirán a mi pueblo sobre la diferencia entre lo sagrado y lo profano, y le enseñarán

a distinguir lo puro de lo impuro” (Ez. 44:23). Hay gran responsabilidad nuestra , por lo

menos de inventar un control de la música que se presenta en nuestros templos y de los

cantos que se escuchan. Hay responsabilidad de promover que cada feligrés componga

de su propia experiencia cantos de alabanza para adorar al Creador. Hay responsabilidad

de que los cultos lleven momentos de alabanza inspiradora.


Dios bendiga a su pueblo adventista con la iluminación persistente y maravillosa

del Espíritu Santo, para que nosotros como pueblo adoremos como Él quiere, no como

nosotros pensamos o queremos, y que aún con nuestras tendencias y gustos prefiramos

servir a Aquel que nos dio la vida y sabe que es lo mejor para nuestros oídos. Atentos

que seguiré escribiendo sobre el asunto. Dios los bendiga.


i1
Ver: Edward W. Nelson y Salom Mussiett, Que mi pueblo adore. Bases para la adoración
cristiana (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 1986), 104.
ii2
Se puede revisar Isaías 6:1-5 donde claramente Dios se presenta sentado en Su trono y serafines
claman en alta voz que Él es Santo, Santo, Santo, aparte de ser Señor y que toda la tierra está llena
de su gloria. Obviamente Satanás fue arrojado por querer tener lo que sólo puede pertenecerle a
Dios, a saber, la adoración. Por otro lado Holmes dice que el libro de Apocalipsis tiene alrededor
de veinticuatro veces la repetición de esta palabra, y deriva el vocablo proskuneo, lo cual significa
postrarse para rendir obediencia y homenaje. Véase Raymond Holmes, “La Adoración en el libro de
Apocalipsis”, Theologika 15, no. 1 (2000): 163.
iii
3
Samuel Vila, Origen e historia de las denominaciones cristianas (Terrasa: CLIE, 1988), 21.
iv4
Ver: Rick Warren, Una iglesia con propósito. Como crecer sin comprometer el mensaje y la
misión (Miami: Editorial Vida, 1998), 289.
v5
En el Perú hace falta un filtro que controle el tipo de música que se escucha o difunde, no ha
existido una posición respecto a eso ni aún una recomendación, se han hecho seminarios, pero no
existe. En síntesis, no hay un Ministerio Musical real.
vi6
Cita extraída del libro El evangelismo. Algunas otras citas de EGW, categóricamente respaldan la
idea bíblica del canto y los medios musicales como armas valiosas en la guerra espiritual del bien y
el mal, por ejemplo en la página 362 del mismo libro (esta cita ha sido extraída de Testimonios
Selectos, tomo 4, pág. 147. Año 1898). Ella dice: “La melodía del canto exhalada de muchos
corazones en forma clara y distinta, es uno de los instrumentos de Dios en la obra de salvar las
almas…Es uno de los medios más eficaces para grabar en el corazón la verdad espiritual.” Como se
puede ver el pueblo de Israel andaba por el desierto alegrándose por medio de cantos y música
sagrada. Otro párrafo dice así: “El canto tiene poder para subyugar naturalezas rudas e incultas; para
avivar el pensamiento…” Sin embargo la cita que se presentará a continuación, es solemne y hay
que prestarle bastante atención pues está directamente relacionada con el tema del Gran Conflicto:
“El servicio del canto fue hecho parte regular del culto religioso, y David compuso salmos no sólo
para el uso de los sacerdotes en el servicio del santuario, sino también para que los cantara el pueblo
mientras iba al altar nacional para las fiestas anuales. La influencia así ejercida fue muy abarcante y
contribuyó a liberar la nación de las garras de la idolatría.” Ver el capítulo 15 del libro “La
evangelización por medio del canto.” Elena G de White, El Evangelismo (Buenos Aires:
Asociación Casa Editora Sudamericana, 1975), 362-373.

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