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Douglas Salgado Duarte
Dirección Gestión en Desastres
Sección Sistemas de Información





5


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Son muchas las lecciones aprendidas después, desgraciadamente, de que acontecen
grandes desastres, como los casos de los huracanes Joan (1998), César(1996) y Mitch
(1988) , afectando esencialmente a los grupos de población social y económicamente en
desventajas, además de evidenciar las vulnerabilidades del desarrollo de los asentamientos
humanos sin controles y su impacto directo en la dinámica natural de las cuencas
hidrográficas.
Probablemente sí, son varias las lecciones aprendidas, pero muy pocas las prácticas post-
desastres, especialmente cuando se intentan recolectar indicadores para demostrar que no
volverá ocurrir la mismo, o que las poblaciones vulnerables no volverán a quedarse con los
“brazos cruzados”, por omisión y aberración, de considerar que los individuos y grupos
comunitarios son pasivos, o por un déficit de los sistemas centrales de gestión de la
emergencia en el desarrollo de abordajes pragmáticos que propicien una incorporación
efectiva de las comunidades, pero sobretodo por carencia de ejes programáticos de
mediano y largo plazo en el fomento de una reducción de desastres desde el ámbito local.
Luego, incorporar las lecciones aprendidas de grandes eventos como las inundaciones,
requiere de alianzas y un sinergismo con un horizonte socialmente concertado y validado,
especialmente cuando se refiere a reducir las pérdidas de vidas humanas y el sufrimiento
intrínseco a las pérdidas de bienes materiales o afectivos, entre otros, sin contar lo difícil de
volver a reconstruir el valor agregado histórico y material de toda la comunidad o
asentamiento; puentes, caminos, escuelas, centros de salud, y otros.
Posterior al devastador huracán Mitch en Centroamérica, varias agencias de cooperación
internacionales en materias de asistencia en desastres se abocaron a fortalecer el desarrollo
comunitario en preparativos para desastres, Agencias de cooperación para el Desarrollo,
como GTZ-Alemania y ASDI-Suecia, la Comunidad Económica Europea a través de
DIPECHO, y la alianza con el Centro de Prevención para la Coordinación de Desastres en
América Central (CEPREDENAC) propiciaron ejes temáticos para impulsar prácticas en lo
que se ha denominado P-M-P, prevención , mitigación, preparación con un fuerte impulso
hacia lo local.
Precisamente, el diseño e implementación de VLVWHPDVGHDOHUWDWHPSUDQDRDQWLFLSDGD
constituyeron una “punta de lanza” en este nuevo proceso de preparar a las comunidades
para enfrentar potenciales desastres en el futuro, surgiendo proyectos pilotos, prácticamente
6
locales, después de 1988, en Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador y
Guatemala.
Aunque estas iniciativas estuvieron bien intencionadas, especialmente hacia el actor
comunitario, aun falta evaluar y analizar si tales procesos realmente han calado en una
verdadera integración y autogestión, si realmente están cumpliendo con el cometido que
surgió desde el pensamiento de la desvastación, como propuesta efectivista para enfrentar
nuevos embates o ¿ deberá esperarse el próximo desastre para contabilizar daños y
pérdidas, una vez más?, o por el contrario contabilizar el número de prácticas preventivas
efectivas?


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 6REUHHOPDUFRMXUtGLFRYLJHQWHSDUDODLQWHUYHQFLyQHQORORFDO

En octubre de 1998 la Asamblea Legislativa de la República de Costa Rica inicia el proceso
de aprobación de la REFORMA A LA LEY NACIONAL DE EMERGENCIAS, N° 4374 DEL 4
DE AGOSTO DE 1969 la cual es aprobada mediante Ley Número 7914, del 7 de setiembre
de 1999, y publica el 13 de octubre de 1999.

Con el apoyo de diversos actores políticos del país, inclusive con posiciones diversas y
contrapuestas relacionadas con el tema de desastres y reducción del riesgo, esta Ley
propone un marco jurídico remozado con respecto a hacer frente y prevenir las situaciones
de emergencia, mediante la propuesta de un manejo oportuno, coordinado y eficiente de
todos los recursos humanos, técnicos, administrativos y económicos, del país.

La Ley crea la Comisión Nacional de Prevención de Riesgos y Atención de Emergencias


(CNE), competencias en dos tipos de actividades: la actividad ordinaria, y la extraordinaria;
ésta última sustentada en una declaratoria de emergencia.

La fase preventiva es considerada como actividad ordinaria de la Administración. Esta fase


abarca una serie de medidas relacionadas con la capacitación y la protección, las cuales no
recaen exclusivamente en la CNE. Ello implica una ampliación del ámbito de acción de otras
instituciones u organismos como actores claves para el desarrollo de procesos de
prevención de desastres, como por ejemplo las municipalidades.

La creación de la CNE, como órgano de desconcentración máximo adscrito a la Presidencia


de la República, con personalidad jurídica instrumental, patrimonio y presupuesto propios,
contempla entre sus potestades, la de integrar y definir las responsabilidades y funciones de
los organismos y entidades (ya sean estos públicos, privados, nacionales o comunitarios), en
la actividad de prevención de situaciones de riesgo inminente y de atención de emergencias.

La prevención de situaciones de riesgo inminente de emergencia se lleva a cabo con la


ejecución de políticas, acciones y programas, de carácter sectorial y nacional, regional o
local.

7
De esta manera, a partir de 1999, La CNE, es la entidad responsable de coordinar las
labores de prevención, mitigación y respuesta, en caso de riesgo o de emergencia.

Inherentes a la institucionalidad sobre gestión del riesgo son las actividades ordinarias de la
Comisión Nacional de Prevención de Riesgos y Atención de Emergencias, entre otras, las
siguientes:

D  Realizar, promover y apoyar estudios e investigaciones en materias relacionadas con


sus fines, así como elaborar proyectos para promover sistemas físicos, técnicos y
educativos, con el fin de prevenir riesgos de inminente emergencia y de atención de
emergencias.

E  Preparar, coordinar y atender situaciones de inminente riesgo de emergencia,


mediante el estudio e implantación de las medidas oportunas para mantener en
observación, evitar o reducir las situaciones de riesgo potencial y los daños que
puedan derivarse de ellas, se realizarán los esfuerzos necesarios para propiciar el
conocimiento y la organización por parte de los pobladores (permanentes y
ocasionales), en especial de los grupos que se encuentran en riesgo mayor.

F  Gestionar la ayuda internacional para los programas de prevención de situaciones de


riesgo inminente de emergencia y la atención de emergencias.

La ley 7914 confiere carácter vinculante a las decisiones y resoluciones tomadas por la CNE.
A esta institución se le reserva la coordinación obligatoria interinstitucional y la potestad de
constituir comités de emergencia regionales y locales, así como los institucionales y de
empresas.

Los comités pertenecientes a la CNE tendrán a su cargo la organización eficiente del


accionar de las instituciones, y serán garantes de la participación de la población en todo lo
relativo a la prevención, mitigación, preparación y respuesta a emergencias.

8
&RQWH[WRGHDPHQD]DVKLGURPHWHRUROyJLFDVHQ&RVWD5LFD

La República de Costa Rica se encuentra ubicada al Norte del Ecuador, y forma parte del
Istmo Centroamericano y del Hemisferio Occidental. En latitud Norte se ubica entre los 8
grados, 2 minutos, 26 segundos y 11 grados, 13 minutos, 12 segundos. En longitud Oeste se
ubica entre los 82 grados y 33 minutos, 48 segundos y 85 grados, 57 minutos, y 57
segundos.

Cuenta con una extensión territorial de 51 100 kilómetros cuadrados. y sus costas en el
Oeste están en el oceáno Pacífico y por el Este en el Mar del Caribe.

Su posición hemisférica y de latitud, así como los principales sistemas orográficos, inciden
directamente en la diversidad microclimática del territorio nacional. Sin embargo, se pueden
definir dos climas básicos: el clima tropical húmedo y el clima tropical seco con estación
lluviosa.

El eje montañoso-volcánico, compuesto por la Cordillera de Talamanca y las Sierras


Volcánica Central y de Guanacaste, constituyen una gran divisoria natural sobre la cual se
organiza y distribuye la red fluvial del territorio nacional.

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9
A partir de este elemento físico - geográfico se delimita el país en FXHQFDVKLGURJUiILFDV
que llegan con sus aguas principales a la vertiente Caribe y la Vertiente Pacífica. Algunos de
estos ríos, que durante la estación lluviosa aumentan considerablemente su caudal, inundan
vastas regiones causando daños económicos y sociales a las poblaciones que se encuentran
próximas a sus riveras. Históricamente las áreas de mayor impacto por inundación se ubican
en la vertiente Caribeña y Pacífica.

En el Caribe, las cuencas hidrográficas que presentan mayores problemas asociados a las
inundaciones son: los ríos Matina, Estrella, Sixaola ,Chirripó, Tortuguero; subcuenca del río
Toro Amarillo, San Juan-Colorado; subcuenca río Sucio, Reventazón esencialmente en las
subcuencas; Tuis, Turrialba, Colorado, Orosí, entre otros.

En la vertiente del Pacífico están las cuencas de los ríos Grande de Térraba, Corredores,
Parrita, Grande de Tárcoles y el Tempisque, Bebedero básicamente por las subcuencas del
río Tenorio, río Blanco y ríos Cañas-Lajas.

Mapa del Instituto Meteorológico Nacional en la cual muestra las regiones climáticas de Costa Rica y las vertientes.

Aunque en la Gran Area Metropolitana, donde se ubican las áreas urbanas de la Ciudades
de San José, Cartago, Alajuela y Heredia, en los últimos años presenta un aumento crónico
de inundaciones, tipo focal, debido a un sinnúmero de factores, entre los que destacan las
altas tasas de urbanización intensiva afectando drásticamente las dinámicas de escorrentía e
infiltración, unido a una frecuente práctica urbana de utilizar los ríos y quebradas como
“botaderos” de desechos de todo tipo entre otros usos negativos.

Los eventos hidrometeorológicos; tanto inundaciones como deslizamientos, estos últimos


“disparados” por lluvias intensas aportan el mayor número de eventos relacionados con
10
emergencias y desastres, no obstante, el país se ve influenciado por otros eventos que en
forma combinada potencian otros tipos de desastres como puede apreciarse en el siguiente
cuadro.

Tipo de eventos generadores de amenazas y desastres en Costa Rica periodo 1980-1998


Comis ión Nacional de P revención de R ies gos y Atención de E mergencias -Cos ta R ica

1000
904
863
900
800
&
700
%"

600 $
500 #
345 400 !"

. 300

147 200
42 60 100
16 18
0

  
 

Fuente: Sección Sistemas de Información para Emergencias. SIE.

Algunas estimaciones generales de pérdidas materiales ocasionadas por el impacto de


inundaciones “mágnum” en la década del noventa en Costa Rica son:
• Inundación en la Zona Atlántica (diciembre, 1993). Las pérdidas superaron los 470
millones de colones.

• Tormenta Tropical GERT (setiembre, 1993). Los daños en la Zona Sur del país se
aproximaron a los 500 millones de colones.

• Inundación en la Vertiente Caribe (agosto, 1991). Las pérdidas se calcularon en 21


millones de dólares.

• Huracán Joan (octubre, 1988). En 75 poblaciones se presentaron fuertes daños, 150


mil personas fueron evacuadas, 2359 viviendas resultaron afectadas, así como 12 531
hectáreas.

• Huracán Cesar, (27 y 28 de julio , 1996). Los daños y pérdidas totales se estiman en
152 millones de dólares.

11
• Huracán Mitch, (octubre, 1998). Se habilitaron 99 albergues para 5500 personas,
Perdidas estimadas en 60 millones de dólares.

12
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H HHOQPJO
ALAJUELA SAN CARLOS San Carlos; Aguas Zarcas, Tres Amigos
H RH4OOS
ALAJUELA UPALA R. Chimurria-Zapote
. DE:)07: U H HVQPPW ()XZYX [\ ]Z^Z_ [ ` (7a'Xcbed f]ZgX
CARTAGO T
3 =7(7(7. 2/5 GL2 H OH4PSR ()XZYX [\ ]Z^Z_ [ `17h i h j ]k hlZ3 m jnjnd ] i f]lZ3 m d o
CARTAGO
1+2/pL2+6 H RqrOKJ G)X fXk X jh)` (7aZ1] s]Zo l(7a3 X [h jnd hl(7aG7i ] [th
GUANACASTE
H ROPQSOK
GUANACASTE CARRILLO Pen Nicoya y Otros
H q HFqSV
GUANACASTE SANTA CRUZ R. Nósara
H RPQJKP
LIMON GUACIMO Río Parismina; R. Jiménez
H KSQVJK
LIMON LIMÓN Moin y Otros: Banano-Bananito, Q. Chocolate, Cieneguita
H RqQqRH
LIMON MATINA Chirripó Atlántico; Río Matina- Barbilla
H ORQVJK
LIMON POCOCÍ Parismina: Jiménez
67. u4=7. (7(7:6 H qPrHOq (7a()XZYX [\ ]Z^Z_ [v (7a67d w m d jnj XZo
LIMON
H HJQJKJ
LIMON TALAMANCA Sixaola: Telire; Lari, Coen, Estrella
H qRQVVq
PUNTARENAS CORREDORES R. Corredores
H WPQJHK
PUNTARENAS OSA R.Tigre, R.Rincón; Sierpe; General
' 2/(7(7. 32 H HWQPOW ')d jnjnd ox'] jnjnd \ ]
PUNTARENAS
H HSPQJqV
PUNTARENAS PUNTARENAS R. Barranca
H HPJrHcqK
SAN JOSE DESAMPARADOS Damas, Cucubres, Jorco
H HHSQOJS
SAN JOSE GOICOECHEA R. Ipis; R. Purral
H HRqrPqP
SAN JOSE PERÉZ ZELEDÓN Volcán, Ceibo, Pejibaye, R. General
H WWqrRPV
SAN JOSE SAN JOSE Maria Aguilar, Tiribí
H HWrHOS ')d jnjnd ox'] jnjnd \ ] v (7aZ1] [k X i ] jnd ]
SAN JOSE TARRAZU
R HKH4ORS
ALAJUELA ALAJUELA R. Cañas
' 2/(L2y 6+* R q H4KOW (7a()XZYX [\ ]Z^Z_ [v (7aZ*4jhoz l(7aD4]t{h
CARTAGO
R RPQKHH
GUANACASTE CARRILLO R. Tempisque; R. Las Palmas.
R WSQVRW
HEREDIA SARAPIQUÍ R. Sarapiquí; Rio Toro, Río Cuarto
R qPrHOq
LIMON SIQUIRRES Reventazón; Siquirres
R HJQJSP
PUNTARENAS AGUIRRE R. Savegre; Paquita, Naranjo
R qVrHVq
SAN JOSE CURRIDABAT R. María Aguilar, R. Tiribí
R WR4qVO
SAN JOSE PURISCAL R. Tulín
W HH4SKq
ALAJUELA GUATUSO R. Pocosol, R. Frío.
W HKrHKK
ALAJUELA LOS CHILES R. Frío; R. Sabogal
1+2/()32;F* W HRqrKRq (7a()XZYX [\ ]Z^Z_ [v (7a()XZYX [\ ]Z^Z_ [
CARTAGO
W HOQWKq
GUANACASTE ABANGARES R. Abangares
W qqrSPP
PUNTARENAS BUENOS AIRES R. Ceibo
W qJQWRV
PUNTARENAS COTO BRUS Río Coto Brus: Guineal, Cabagra
W PQRqq
PUNTARENAS GARABITO R. Tulín
W q H4KVV
PUNTARENAS GOLFITO R.Coto, Coto Colorado, Conte
>+*A32 W VQVqK ')d jnjnd ox'] jnjnd \ ] v (7aZ1] [k X i ] jnd ]
SAN JOSE
5 : *40|17*4()3 :6 W HH4JqS (7a')d jnjnd ov (7a'] jnjnd \ ]
SAN JOSE
32/(7(L2)U)= W HWQSRq (7a')d jnjnd ov (7a'] jnjnd \ ]
SAN JOSE
3 *A32/5 R4qROQWJW

Fuente: Sección Sistemas de Información Geográfica, CNE.


13
2. &5($&,Ï1 < )257$/(&,0,(172 '( 5('(6 &2081,7$5,$6 '( 2%6(59$&,Ï1
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El impacto de las emergencias provocadas por eventos naturales en Costa Rica en los
últimos años, ha tenido repercusiones significativas en el desarrollo del país. Las
consecuencias de eventos como el huracán Joan (1988), las tormentas tropicales Gert y Lilly
(1993 y 1996, respectivamente), los terremotos Telire (Limón, 1991) y Pejibaye-Cartago-
Turrialba (1993), el huracán César (1996) y, recientemente, el huracán Mitch (1998), Floyd
(1999), no solamente han afectado regiones importantes del país en términos de población,
sino que han dejado secuelas en las actividades socio-productivas, y sugiere a diversos
actores institucionales y especialistas proponer nuevos enfoques que permitan dotar al país
de los mecanismos de prevención y atención adecuados, y a la vez un esquema remozado
en la organización nacional unido a la planificación estratégica del país en materia de
reducción de desastres.

Las experiencias más recientes en Costa Rica en el manejo de desastres demuestran que
para reducir la magnitud de pérdidas humanas y materiales, es necesario, incorporar
procesos locales en gestión del riesgo estrechamente con procesos de capacitación y
educación a la población para trascender de la atención de emergencias, a XQD JHVWLyQ
SUHIHUHQWHPHQWHSUHYHQWLYDFRQDFWRUHVGHELGDPHQWHVHQVLELOL]DGRV\³HPSRGHUDGRV´

Durante el período comprendido entre el 1991 y 2000 la Comisión Nacional de Emergencia


CNE ha contado con información derivada de institutos técnico-científicos, instituciones del
estado especializadas, comités Locales de Emergencia y gobiernos locales.

Las informaciones generadas son de naturaleza meteorológica, sismológica, vulcanológica o


geotécnica, provienen del Instituto Meteorológico Nacional, del Instituto Costarricense de
Electricidad (ICE) (área de hidrología), del Instituto Costarricense de Acueductos y
Alcantarillados (ICAA), de la Red Sismológica Nacional de la Universidad de Costa Rica
(UCR), y del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de la Universidad Nacional
(OVSICORI), pero por canales a veces, no muy claros o difusos y en diferentes formatos.

Asimismo, un gran flujo de información se origina de los puestos de vigilancia de la CNE en


diversas cuencas hidrográficas del país, de las propias poblaciones, Comités Locales de
Emergencia y otras fuentes.

Mucha de la información producida aun en la actualidad por las características y tipo de


datos y redes de observación no permite afirmar que exista un sistema nacional de alerta
temprana. No obstante, se considera que esta información ha sido útil para establecer
tendencias que potencien desastres o incrementos en las vulnerabilidades locales.

En materia de procesos podría definirse como los primeros pasos en el desarrollo de


sistemas mayores de DOHUWD DQWLFLSDGD la experiencia del SURJUDPD GH PRQLWRUHR \
YLJLODQFLD GH FXHQFDV GH OD YHUWLHQWH &DULEH , establecido por la CNE a partir de 1991,
H

1
Algunos especialistas en desastres e instituciones en Costa Rica insisten en denominar este programa como un sistema de
alerta temprana, pero en términos reales comprende una red de radiocomunicación que une estratégicamente puntos de
observación en diferentes cuencas de la vertiente Caribe de Costa Rica.
14
como una fase reactiva al terremoto de Limón. El objetivo básico fue contar con información
rápida para activar la organización local y nacional ante eventos “mágnum”; posibles
avalanchas e inundaciones a partir de la instalación de radiocomunicación en comunidades
claves y debidamente enlazadas con el nivel central de la CNE en la capital, en San José.

En detrimento de articular sistemas de alertas tempranas completos, la población, a pesar
del embate por fenómenos naturales y a la exposición cíclica de las vulnerabilidades propias
inherentes al modelo de desarrollo costarricense, no se ha alcanzado una concienciación
colectiva de las amenazas naturales y sus causas, así como una política una integrada en
reducción del riesgo, aunado a una cultura que no promueve actitudes y valores en
prevención de desastres.

Por tanto, existen condiciones que hacen necesario, ampliar y fortalecer sistema de alerta
temprana comunitarios con enfoques participativos, orientados a mejorar algunos de los
siguientes procesos:

• Mejor cantidad y la calidad de la información técnico-científico y su transmisión


apropiada a las organizaciones de base local, en un tiempo y lenguajes apropiado,
inclusive adaptado a coyunturas y necesidades locales. Al respecto, no es lo
mismo un sistema de alerta temprana en un área urbana, que un sistema en áreas
rurales.

• Adaptar, mejorar y propiciar apropiación de datos e información de carácter local


por parte de los pobladores dentro de la cuenca hidrográfica de interés procurando
un entendimiento de elementos básicos del clima y el tiempo con base en sus
habilidades, destrezas, cultura y su cotidianidades.

• Una revisión del concepto de red comunitaria para la observación de procesos


generadores de riesgos de desastre. Involucra revisar los procesos actuales de
participación local desde la perspectiva de compromisos y responsabilidades de
actores institucionales locales y su papel real en el establecimiento de redes con
una participación efectiva de las comunidades.

• Posibilitar que los sistemas de alerta temprana estén debidamente vinculados a las
autoridades locales y estructuras formales y de verdadera operación en los Comités
Locales de Emergencia2.

• Los sistemas de alerta temprana aun no están suficientemente entendidos y


divulgados entre la población, en general. Por lo que el sostenimiento de estos,
podría peligrar, sino se involucran procesos de educación formal en la cual se
desarrollen metodologías y material didáctico orientadas a población estudiantil y
docente.

2
Los Comités Locales de Emergencia, por lo general han tenido un mayor trabajo efectivo en las labores durante y post
emergencia-desastre. El papel en la parte preventiva ha sido cuestionado debido a los problemas de ámbito de acción y
legitimidad, así como ausencia de roles específicos en procesos de prevención, como podrían ser los Sistema de Alerta
Temprana.
15
• No se dispone de la instrumentación básica y equipo necesario para articular
verdaderos procesos de alerta anticipada.

• Se requiere de mayor disposición para articular la organización comunitaria y


promover la gestión del riesgo como tareas propias del desarrollo y de beneficio
común y local, antes que una tarea puntual o solo para responder a emergencias.

16
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,181'$&,21(6827526(9(1726
LIMITADA CAPACIDAD
DEBIL CAPACIDAD ESCASO AUSENCIA DE PARA ORGANIZAR
DE GESTION LOCAL CONOCIMIENTO POR INSTRUMENTOS Y ACTORES CLAVES EN
DE RECURSOS PARTE DE LA S HERRAMIENTAS QUE ACCIONES ESPECIFICAS,
HUMANOS EN COMUNIDADES DE GARANTICE UNA POR TANTO NIVELES
PREVENCIÓN Y LAS CAUSAS Y VIGILANCIA U DIFUSOS Y CONFUSOS DE
PREPARATIVOS DE EFECTOS DE OBSERVACION COORDINACIÓN LOCAL Y
DESASTRES INUNDACIONES O CONTINUA DE LA CENTRAL.
DESLIZAMIENTOS CUENCA

LOS PROCESOS ORIENTADOS A CREAR Y CONSOLIDAR UN SISTEMA PARA LA VIGILANCIA Y AVISO ANTICIPADO PARA
INUNDACIONES U EVENTOS HIDROMETEORLOGICOS, QUE INVOLUCRE UNA PARTICIPACIÓN DIRECTA DE LAS
COMUNIDADES AFECTABLES O DE COMUNIDADES DE APOYO PRÁCTICAMENTE SON DEBILES O INEXISTENTES

/DVFRPXQLGDGHV\RUJDQL]DFLRQHVGHUHVSXHVWD /RVGDWRVHLQIRUPDFLyQDGHFXDGDSDUDPRQLWRUHDU
como comités locales RSHUDQFRQQLYHOHVGH ODFXHQFDque procuran disparar avisos anticipados de
LQFHUWLGXPEUHHQDVSHFWRVUHODWLYRVDOD peligros de crecidas o inundaciones 12621/26
FRRUGLQDFLyQ de la asistencia y auxilio de la $3523,$'26212(;,67(1
población en general durante la crisis de inundación,
no avisadas o fuera de control.
,QH[LVWHQFLDGHSURFHVRVGHDYLVRUiSLGR\H[SHGLWR
que permita anticipadamente hacer frente a la crisis de
inundaciones, principalmente en las comunidades con
La asistencia 3RFDHQWUHQDPLHQWR\ recurrencia histórica ante este tipo de eventos
local durante FDSDFLGDGORFDOSDUD
emergencias HV SODQLILFDUDFFLRQHV
H[FHVLYDPHQWH preventivas y
GHSHQGLHQWH
/DRUJDQL]DFLyQ
preparativas en desastres
GHQLYHOHV
Los esfuerzos por
FHQWUDOHV FRPXQLWDULDHVWi articular actores
GHVDUWLFXODGD y sin locales con una
procedimientos apropiados visión sistémica y de
para prepararse y responder ayuda mutua son
a emergencias y desastres. escasos y con
insensibilizada y débiles
organizada GLILFXOWDQGROD conocimientos sobre
,QFDSDFLGDGSHUPDQHQWH\VRVWHQLGD FRQIRUPDFLyQ 5('(6 amenazas y
para enfrentar desastres y poco interés '($32<2HQWUH vulnerabilidades
para vincular aspectos de prevención FRPXQLGDGHV locales, incluyendo
FRPRSURFHVRORFDOGHOGHVDUUROOR. el ámbito de la
HGXFDFLyQIRUPDO

Baja disponibilidad de información que garantice una vigilancia efectiva de eventos de inundación peligrosos. Nula
posibilidad de transmitir avisos o alertas anticipadas a las poblaciones frecuentemente expuestas a inundaciones.
Visión distorsionada en el nivel local sobre la UHGXFFLyQGHGHVDVWUHVGHELGRDDXVHQFLDprocesos sensibilización y
capacitación comunitaria. Existencia de un ciclo vicioso del desastre debido a la falta de inclusión del tema de la
prevención en la educación formal que garantice a la poblaciones infantil y de jóvenes un cambio de conducta perfilada
a reducir los desastres con alternativas y soluciones locales y del desarrollo propio de las comunidades.
>7a6)] i } ]k h>7aZRSSR

17
Precisamente, los sistemas de alerta temprana, han sido una “punta de lanza” en los nuevos
procesos de preparar a las comunidades para enfrentar potenciales desastres en el futuro,
surgiendo proyectos pilotos, prácticamente, después del Huracán Mitch en 1988, varias
experiencias se han desarrollado en Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador
y Guatemala.
No obstante, estas iniciativas aunque bien intencionadas, especialmente hacia el actor
comunitario, aun requieren de una evaluación a profundidad para analizar si tales procesos
realmente repercuten en una verdadera integración y autogestión; si realmente están
cumpliendo con el cometido de DOHUWDU \ DQWLFLSDU, esencialmente de aquellos grupos de
población que están en permanente peligro.
Los SAT se han planteado como una forma práctica de trasladar competencias y compartir
responsabilidad en torno a la vigilancia de procesos o fenómenos que podrían causar daños
a la población, y en los cuáles es posible con suficiente antelación en función de las variables
críticas que lo componen (cantidad de lluvia, crecimiento de caudal del río, condiciones
visuales del estado del tiempo, saturación de suelos); establecer avisos o información pública
a tiempo.
Los modelos sencillos de SAT que involucra a la población organizada; por lo general
establece tres ejes interrelacionados; a saber:

3$57,&,3$&,21 &$3$&,7$&,21
< &2081,7$5,$
25*$1,=$&,Ï1 25,(17$'$
&2081,7$5,$ $/6$7

,167580(17$&,21

3$5$9,*,/$5(/

(67$'2'(/5,2

Este modelo en teoría “simplista” a mostrado efectividad en la región centroamericana. Al


respecto, (Villagrán 1999), establece que los sistemas de alerta temprana que se están
implementando en Centroamérica, son parte las soluciones y alternativas locales que forman
parte de la fórmula aplicada. En el ámbito local, las zonas rurales más afectadas a los
desastres toman un papel protagónico, es aquí donde la gestión en los desastres es más
importante debido a los impactos. De ahí que los esfuerzos hacia una descentralización y
hacia enfoques locales estén tomando importancia en todos los países.3

3
Villagrán, J.C. Experiencias y Contribuciones para la preparación ante los desastres naturales en América Central.
Reforzamiento de Estructuras Locales y Sistemas de Alerta Temprana, RELSAT, GTZ, Guatemala, 1999
18
Las redes comunitarias orientadas al soporte del Sistema de Alerta Local utiliza flujos de
información sencillos cuyo eje central comprende una red de radiocomunicación inter-
comunitaria, en primera instancia, pero con apoyo de LQVWLWXFLRQHV GH SULPHUD UHVSXHVWD
(Cruz Roja y Bomberos, por ejemplo), reflejado a través de acuerdos, procedimientos y
protocolos, de manera tal que refuerce la autogestión antes que la división a posicionamiento
o protagonismo de un grupo institucional específico, de persistir este tipo de posiciones
induciría prácticamente a una dependencia antes que a una proactividad de los pobladores.
La fortaleza de estos esquemas de SAT simplificados estriba en la identificación de
liderazgos locales, sensibilización en la problemáticas de los desastres y en la distribución de
responsabilidades y competencias con la idea de no exponer a la población en momentos de
crisis, y construir redes de apoyo y solidaridad.

No hay duda, que la implementación de SAT comunitarios bajo esquemas transparentes de


integración de nuevos actores locales, generará dificultades en sus inicios de integración y
claridad de competencias institucionales, inclusive no escapa a esta nueva esfera de
operación conflictos estrictamente locales. Los SAT contribuyen a la descentralización de
instituciones públicas, pues pueden lograr grado de autonomía, sin que eso significa nulificar
instituciones como la municipalidad, por el contrario, estas puedan constituir un soporte
estratégico, cuando existen roles y procedimientos ampliamente discutidos y definidos,
esencialmente para lograr legitimidad de las funciones y reconocimiento de miembros claves
del SAT comunitario, tales como los operadores de radios, los observadores de la
precipitación (lluvia) , nivel del río, responsable del albergues, entre otros.
Otros de las capacidades otorgadas a los SAT es capacidad directa de mapear y censar la
población, de modo que podrán conocer mejor la ubicación y número de pobladores en
riesgo, antes que una suposición o los cálculos sesgados derivados de métodos
institucionales, a veces indirectos, esencialmente a escalas de unidad espacial pequeñas,
como el asentamiento y el barrio, inclusive una mejor estadística en términos de edad y
género.

Esfera de influencia y articulaciones básicas del SAT

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19
Determinante considerar que los SAT no atacan las causas de los desastres, pero
comprenden “un escalón” para el desarrollo de acciones locales relativas a la prevención y
regulación del territorio con fines de reducción del riesgo, debido a su poder intrínseco de
articular actores de base local.

En una fase avanzada de implementación los SAT deberán orientarse a plasmar la


infraestructura de relaciones entre la población interesada en operar y mantener el SAT para
su beneficio y los aspectos relativos a la capacitación y sensibilización de sectores claves;
inclusive instituciones de ámbito nacional con influencia en el área.

En la actualidad pueden estar desarrollándose en América Central iniciativas de SAT


comunitarios, no obstante, su operabilidad, transmisibilidad de datos e información y los
componentes organizativos netamente locales pueden verificarse si se comprueba que están
articulados con base en el siguiente flujo elemental de información.

ESQUEMA GENÉRICO DE UN SISTEMA DE ALERTA TEMPRANA EN OPERACIÓN

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Adaptado de Villagrán, 1999, RELSAT-GTZ-CEPRENAC

1. Medición Diaria: Recae en los observadores de cuenca y en la distribución de la información mediante una red de
radiocomunicación que involucra primero a las comunidades y luego a instituciones claves. 2. El análisis y el
pronóstico de información es una fase que requiere experiencia, cohesión y protocolos para evitar falsas alarmas y
generación de rumores indebidos. 3. El registro de datos requiere de una organización sensibilizada en la
importancia de la información como disparador de alertas, además de contar con los métodos adecuados para una
sistematización y reconstrucción histórico de eventos nocivos. La alerta requiere de una capacitación,


sensibilización y acuerdos multilaterales entre los pobladores, líderes e instituciones.

20
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0D\RU +LGURGUiILFDV 3ULRULWDULDV 
Reventazón Reventado, Cartago, Orosí, Recurrencia frecuente de Inundaciones
Orosí, Turrialba, Siquirres, El principalmente en la Ciudad de Turrialba, Tuis,
Reventazón, Carmen, Tuis, La Siquirres.
Siquirres, Suiza, Hamburgo,
Colorado, Islona Existen estructuras locales de atención de
Turrialba, Tuis emergencias.

Existen una importante infraestructura de


equipos de radiocomunicación que
potencialmente podría ser articulada a un
sistema general de alerta temprana.

Existe información variada sobre procesos de


amenazas naturales y eventos de desastre.

Existen solicitudes específicas de vigilancia


hidrometeorológica; caso del Río Tuis, y
Colorado-Turrialba.

Comités Locales de Turrialba y Siquirres


cuentan con una experiencia de atención de
emergencias mayor a 10 años

Parrita Candelaria, San Gabriel, Recurrencia de inundaciones esencialmente en


Pirris, Parrita Candelarita, Dota, San Parrita.
Marcos, Parrita,
Sitradique, La Julieta
Cañas Cañas, Lajas, Hotel, Libertad, Inundaciones principalmente en Hotel y
Río Blanco. Bebedero, Paso Lajas, Bebedero, al igual que en Vergel y Bello
Bello Horizonte, Santa Horizonte.
Isabel, Vergel, El Dos,
Líbano Tendencia de crecimiento urbano, sectores
marginales, hacia las riberas del río Cañas.

Como fortaleza un comité Local de


emergencias con representantes de diferentes
instituciones.

Existe un diagnóstico de peligros por


inundación y sismicidad.

Las comunidades de Libertad, Hotel y Bebero


han presentado en diferentes periodos
solicitudes de atención a la problemática de
inundaciones.

Existe un plan regulador municipal que zonifica


áreas de inundación.
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Barranca Barranca Barranca Crecimiento de áreas marginales en áreas de
inundación.

Sixaola Telire, Lari, Urén, Sixaola, Celia, Cuenta con comités locales con amplia
Sixoala Daytonia, Margarita, experiencia en manejo de crecidas del Sixaola.
Paraíso, Olivia, Bibri,
Chase, Bratsi, Shiroles Prácticamente todo el cuadrante central de
Sixaola queda cubierto (1.60 a 1.80 m.)
durante inundaciones extremas.

La línea del ferrocarril que atraviesa y vagones


vacíos han tenido que ser utilizados como
albergues debido a casi toda la infraestructura
útil queda sometida a la inundación.

La Estrella Río Estrella Vesta, Pandora, Finca Zona de producción bananera. Ha desarrollado
1 a Finca 12. procesos de alerta temprana conducidos por la
Standart Fruti Co., para la cual un importante
segmento de la población labora.

Contiene registros de caudal y lluvia en forma


telemétrica
Corredor Corredor Ciudad Neily, Corredor En 1988 con el Huracán Joan, fue ampliamente
impactada, en la actualidad existen un
desarrollo urbano sin control en áreas que
fueron destruidas durante el Huracán Juana.
Nuevamente en el Huracán César
Banano-Bananito Aguas Zarcas, Quitaría, Existe una diagnóstico realizado en 1999
La Bomba, Beverly conducido por CEPREDENAC-ECHO y la
CNE, que prácticamente establecía criterios
para el desarrollo de una sistema de alerta
temprana.

Zapote Zapote Upala Comunidades anteriormente han participado en


mapeo de amenazas y han reconocido las
áreas problemáticas. Existe alto interés para
integrar comités comunitarios.
Sarapiquí Sarapiquí Puerto Viejo Comité de Emergencias con procesos idóneos
de intervención durante emergencias.

San Carlos San Carlos Varias comunidades de Extensa llanura de anegación.


San Carlos
Térraba Térraba Ciudad Cortés Existen estructuras locales que pueden asumir
procesos de vigilancia continua debido a su
experiencia previa en Huracanes como César y
Mitch.

22
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No hay duda, que bajo un esquema transparente de integración de nuevos actores locales,
Los SAT contribuirían a la descentralización y a la desburocratización de procesos de gestión
preventiva si esto es encausado hacia una autonomía en lo local , mediante roles y
procedimientos bien definidos, a la vez de legitimar un rango de funciones ejercidas por
miembros claves de la comunidad, que en la actualidad aparecen “invisilbilizadas” pero tien
un gran impacto en los procesos de preparación de desastres, como por ejemplo los
operación de radiocomunicación, los observadores de la precipitación y el nivel del río, los
administradores de albergues, las reuniones de sensibilización y coordinación entre vecinos,
las agendas entre comunidades y municipalidad.
Los SAT están en capacidad de mapear y censar la población, de modo que podrán
conocerse mejor la ubicación y número de pobladores en riesgo, antes que una suposición o
los cálculos sesgados derivados de métodos institucionales, a veces indirectos,
esencialmente a escalas de unidad espacial pequeñas, FRPR HO EDUULR, nomenclatura de
colectivos más arraigada en las áreas urbanas.
La comunidad estará en constante programación y desarrollo de actividades comunales, por
ejemplo simulacros en coordinación con entidades de primera respuesta local. Asimismo con
el conocimiento adquirido serán capaces de integrar a otras comunidades, y desarrollo de
prácticas autóctonas sinérgicas .
La comunidad puede preparar su propio plan de emergencia, y revisarlo constantemente,
además, sistematizar propuestas, de igual manera la programación de talleres de
capacitación en diferentes temáticas para la gestión local del riesgo con los recursos
humanos de las instituciones locales no solo de las centrales.
Por último, el establecimiento y coordinación de vínculos con la policía, Cruz Roja y
bomberos , que podrían significar una mejora en la coordinación sobre procedimientos
confusos sobre OD DOHUWD \ DODUPD o más complejos como la evacuación, rescate y el
alojamientos temporal, que requieren de un perfil mejor entrenado y con mayores
compromisos.

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Los SAT podría ayudar a las municipalidades, estas entendidas como el gobierno local, en
establecer formas locales de descentralización sin afectar la relación con el nivel nacional,
por ejemplo con la CNE. Para esto el alcalde y los integrantes del Consejo Municipal deben
asumir compromisos superando incluso diferencias políticas e ideológicas.
Debe establecerse la coordinación de Planes de Emergencia de la comunidad con la
municipalidad (como unidad administrativa y facilitadora), de modo que haya una verdadera
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gestión local de recursos y un intercambio de conocimientos, antes que la atomización en
unos cuántos miembros de la comunidad.
La municipalidad debe procurar diagnósticos periódicos de riesgos de desastres en las
comunidades de su esfera de influencia y vincular lo relativo a Sistemas de Alerta Temprana
en el Plan Regulador Municipal. En cierta medida, una red de comunidades integradas a
través de una red de vigilancia hidrometeorológica, se transforma en un elemento social de
control del riesgo, debido a que estas podrían avisar cuáles son los daños ocasionados a la
cuenca hidrográfica; tales como extracción de madera ilegal, extracción de materiales del
cauce sin permisos o en áreas no aptas, urbanización en las márgenes o en los sectores
propensos a inundación entre un sinnúmero más.
No obstante, la sostenibilidad estará basada en dos componentes estratégicos:
RUJDQL]DFLyQ \ HGXFDFLyQ FRPXQLWDULD; en la construcción de alianzas y redes con
credibilidad en la reducción de desastres.
Aunque en este documento se nombran 12 cuencas para la implementación de sistemas de
alerta temprana, no debe olvidarse que solo en el huracán Mitch en octubre de 1988, impacto
111 sistemas hidrográficos, generando pérdidas significativas en recursos naturales,
agropecuarias y de infraestructura en general.

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