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Los profesores tendrán condición de "autoridad pública", de modo que contarán con
"protección jurídica" específica y con la "necesaria" presunción de veracidad para el
mantenimiento de la "disciplina"; mientras que los centros escolares sostenidos con
fondos públicos tendrán la facultad de regular la vestimenta de los alumnos.
Entre las facultades que este texto normativo concede a los profesores está también la de
requisar a los alumnos cualquier sustancia u objeto que porten y que no esté permitido
por las normas del centro -como un teléfono móvil- o que sea "peligroso".
'Dignificar' al docente
Tal y como ha explicado el titular de Educación, el citado texto normativo tiene como
objetivo "crear y reforzar" los instrumentos jurídicos que "permitan mantener un clima
de convivencia a través de la restauración de ciertos valores y comportamientos" y
"dignificar" la profesión docente.
En relación con las "dudas de legalidad" que el Consello Consultivo detectó el pasado
mes de mayo en el decreto que regula el uso del idioma en la enseñanza en lo referido a
las consultas a los padres, ahora Vázquez Abad ha considerado que el gallego sí podrá
ser de nuevo "objeto de consulta".
Hasta ahora, la consulta a los padres sobre el idioma de la educación de sus hijos está
permitida sólo en el caso de la infantil. El propio dictamen del Consello Consultivo
establecía "falta de cobertura legal" en lo referente a Primaria y Secundaria,
Entre los objetivos de este texto "innovador y actual", en palabras del conselleiro, está el
de generar "un marco jurídico" que permita "una respuesta inmediata y reeducadora"
frente a los comportamientos que "perturban un correcto clima en el aula". Se trata de
garantizar que los plazos de aplicación de las medidas correctoras -que se reducen casi a
la mitad- "no afecten a la convivencia" escolar.
A fin de decidir las sanciones, la norma incluye una clasificación de las conductas en
"leves" y "graves", entre las que se incluyen agresiones; discriminaciones; vacío
social; difusión de imágenes o información que atente contra el derecho al honor, a la
intimidad personal y familiar y a la propia imagen; y, por primera vez en el plano
legislativo español, el acoso escolar y el ciberacoso.
Para luchar contra esta situación, la normativa establece la incorporación de protocolos
para su prevención, detección y tratamiento a los planes de convivencia de los centros.
Además, la dirección del colegio o instituto podrá designar un responsable
"personalizado" de atención a la víctima o la mediación profesional en función de la
gravedad del caso.
Dentro de los castigos que pueden recibir los alumnos está la realización de tareas en
horario no lectivo, la suspensión de asistencias a determinadas actividades -como visitas
guiadas o excursiones-, la expulsión de cuatro a 15 días y el cambio de centro
escolar.