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Pedro en las nubes.

Un día estaba Pedro sentado en su casa viendo en el cielo las nubes pasar, Pedro es un niño de
10 años pero con una imaginación que sobrepasaba su edad. El soñaba siempre con construir
una maquina para poder llegar a las nubes ya que desde niño le interesaban tanto los ases del
cielo que cuanto tiempo libre tenia el se ponía a contemplarlas.

En la escuela el se perdía las horas viendo las nubes pasar hasta que en cierta ocasión se le
ocurrió construir una silla con muchos globos para poder llegar al cielo y navegar tal y cual las
nubes lo hacían, pero al comentárselo a sus pequeños amigos estos se rieron de el en forma
burlona, llego tan triste a su casa que lloraba a caudales.

Cuando su mama lo vio entrar desolado se preocupo y enseguida le pregunto que le pasaba y
el le conto lo que había pasado con sus compañeros, la madre con el corazón roto por la
inocencia de su hijo lo apapacho y lo fue calmando poco a poco. Ya calmado y comiendo un
gran plato de cereal su mamá le explico que era imposible el volar junto a las nubes, que solo
los pájaros podían hacerlo por que dios les dio alas y a los humanos nos dio el razonamiento.

Así pasaron los días y Pedro sin perder la esperanza de su plan se decidió a seguir con el sin
importar lo que los demás dijeran. En un fin de semana que ahorro todos los días en su
escuela, fue y se compro una gran bolsa de globos y comenzó a inflarlos uno por uno. Llevaba
más de la mitad de la bolsa cuando cayó en un profundo sueño, y al despertar, término de
inflar los globos.

Cuando termino, el saco una silla de las que su mamá utilizaba en el jardín para pasar las
tardes. Amarro todos los globos a ella y vio que no pasaba nada, pero, que sorpresa se llevo
cuando vio la silla elevarse poco a poco, entonces el corrió hasta su casa a buscar cualquier
objeto que se le pareciera a un globo y por milagro encontró media bolsa de los que habían
sobrado de su fiesta de cumpleaños, desesperadamente comenzó a inflarlos y poniendo una
piedra sobre la silla para que no se fuera a ir los amarro con gran entusiasmo.

Al quitar la piedra el se sentó sobre la silla y esta comenzó a flotar hacia el cielo azul que se
postraba sobre el, subió y subió hasta llegar a las nubes, el sin preocupación a caerse empezó a
brincar sobre la silla por la emoción de poder ver las grandes masas de algodón tan cerca.
Haciendo utilización del poco viento que hacia se fue acercando hacia ellas y pudo tocarlas
sintiendo esa suave sensación de como cuando cae en su cama pero mil veces mas suave que
la de el.

Paso mucho rato admirándolas, tocándolas y disfrutando su placentera sensación cuando de


repente pasa una parvada de pájaros y al mirar a Pedro que con tanto placer viajaba tal y como
las aves lo hacían se sintieron indignadas de que un humano, que no tenia alas pudiese estar
allí, entonces se dirigieron hacia el pequeño niño y comenzaron a pinchar cada globo con sus
filosos picos, entonces Pedro percatándose de lo que sucedía no pudo hacer nada mas que
gritar e intentar espantar a los pajarracos que con maña seguían rompiendo los globos.

Cuando simplemente comenzó a descender con rapidez la “nave” de Pedro los pájaros se
fueron, sintiendo que habían cumplido su objetivo. Pedro iba en una grave caída pensando que
lo que hizo había sido una locura pero meditando en su caída supo que valió la pena haberse
arriesgado por que pudor tocar su precioso tesoro que desde hace mucho tiempo el deseaba
con desesperación así que solo cerro sus ojos y solo espero, pero al ver que no ocurría nada y
había pasado tiempo, decidió abrir los ojos.

Cuando los abrió su sorpresa fue inimaginable ya que estaba recostado en su jardín con media
bolsa de globos que sostenía con fuerza en su mano y una silla que ni el viento ni los globos
sostenidos a ella podían mover, se levanto estrepitosamente y vio que todo lo sucedido había
sido simplemente un sueño aunque le costo trabajo aceptarlo por que fue tan real que todavía
tenia la sensación en la mano de la nube a la cual había tocado.

Sin esperar más por comprender lo sucedido termino de inflar los globos que le restaban
esperando que volviera a experimentar lo que le había ocurrido pero su decepción se noto
inmediatamente en su cara cuando observo que no pasaba nada, que los globos ni siquiera
flotaban. Se metió a su casa decepcionado y al rato mientras hacia su tarea sintió la dulce
sensación de un rose mágico en sus manos y comprendió que lo que había pasado era mas que
un sueño y felizmente continuo con su vida, mirando hacia el cielo todos los días pero sin la
misma osadía que algún día tuviese por alcanzar las nubes pues con lo que había pasado se
sintió tan satisfecho como si en verdad lo hubiera logrado. FIN

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