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Triste Victoria
Triste Victoria
El penúltimo fin de semana del mes de enero pasará a la historia del ciberactivismo de este
país. El motivo, no podía ser otro, la famosa, y poco conocida, Ley Sinde. Todo comenzó
con un intento de manipulación de la comunidad internauta más activa, absolutamente
posicionada contra la norma, con la pretensión de hacerla partícipe de un supuesto pacto
con las fuerzas políticas fruto de unas conversaciones y consensos inexistentes. En la
comunidad de internet a través de blogs y redes sociales se manifiestan dos posturas
divergentes. Una que defiende que la única posibilidad de lograr el entendimiento es
retirando la propuesta, comenzando de cero y otra que piensa igualmente que el proyecto
es aberrante pero como va a salir adelante sería importante incidir para su modificación.
Uno de los abogados más reconocidos en propiedad intelectual redacta un texto, a título
individual, proponiendo una posible alternativa, para su discusión que envía a Alex de la
Iglesia. Este la hace llegar a varios responsables políticos. El abogado intenta tener una
reunión con algunos de los internautas más activos pero estos se niegan. No quieren ser
cómplices de una norma que dependiendo de su interpretación, y de quien la haga, puede
suponer una reducción importantes de derechos. Poco después algunos de ellos reciben
una llamada de la Cadena Ser pidiéndoles su opinión sobre el acuerdo alcanzando entre
partidos e internautas. La sorpresa es mayúscula. Un documento elaborado, fruto de la
buena fe, para intentar dar salida a una norma mal planteada desde el principio, es filtrado
como una propuesta debatida y consensuada. La manipulación está servida, intentan
dividir a la comunidad internauta. Twitter es un hervidero de mensajes donde todos
pretenden entender, explicar lo ocurrido y expresarse.
El lunes el PP, PSOE y CIU sacan adelante la iniciativa. La presión de las industrias del
entretenimiento, los medios de comunicación aliados con las mismas y las entidades de
gestión consiguen que la propuesta gubernamental reciba el apoyo de la oposición con
leves modificaciones. Palabras como las del dirigentes del Partido Popular Carlos Floriano
que calificaron a la ley como la de “la patada en la puerta” o las de Esteban González Pons
acusando que la misma servía para la creación de una “policía cultural” encargada de
cerrar páginas webs y a la ministra de ser "la 'gran hermano' de Internet" exigiendo su
dimisión, se quedan en eso, palabras sin ninguna validez. El presunto candidato popular a
ministro de cultura José María Lacalle acusó en su momento al PSOE de presentar un
proyecto de ley que no se adapta a la Constitución manifestando; "esta medida así
planteada podría suponer una vulneración de derechos fundamentales como la libertad de
expresión, el derecho a la información, a la privacidad o al secreto de las comunicaciones". Si
lamentable ha sido la actitud del gobierno que ha preferido garantizar el estatus de unos
pocos en contra de la mayoría, penoso es el comportamiento de una oposición que si no
puede ser coherente cuando está en ella ¿qué credibilidad puede tener para intentar
acceder al gobierno y llevar adelante sus promesas?
Por la noche en las diferentes tertulias radiofónicas y televisivas donde se debate el tema,
se evidencia la ignorancia generalizada de la mayoría de los tertulianos sobre internet y
las consecuencias que puede acarrear la aprobación de una ley tal y como se propone.
Nacho Escolar y Fernando Berlín rebaten con datos, cifras y argumentos los comentarios
llenos de tópicos, escaso rigor y mínima justificación que realizan buena parte de los
tertulianos habituales en este tipo de encuentros posicionados en un guión preestablecido
que impide el contraste lúcido y riguroso de las diferentes posiciones.
El mismo día Delia Rodríguez, bloguera de El País, publica una entrada en la que afirma
“Un estudio español confirma la 'guerra sucia' contra el p2p” añadiendo algunas de las
actividades realizadas por los aliados de los llamados creadores. “El estudio prueba lo que
para muchos era un rumor: que las agencias antipiratería usan la guerra sucia para saturar
de ficheros falsos las redes p2p. Entre ellas y los usuarios maliciosos (aquellos que siembran
las redes de virus o malware) son responsables del 30% de los contenidos y el 25% de las
descargas. Este tipo de agencias, a sueldo de las productoras y las desarrolladoras de
software, se encargan de subir ficheros falsos con nombres atractivos que luego no contienen
lo que prometen o han sido retirados, todo con el objetivo de contaminar, saturar y hacer
menos eficientes estar redes, además de desesperar a los usuarios menos hábiles. Un
envenenamiento que afecta, dice el estudio, a millones de downloaders”. Al día siguiente
Miguel Ángel Criado en Público recoge la misma información comentando: “Apenas cien
personas o empresas son las que ponen en circulación las películas o canciones. Aunque la
mayoría lo hace por altruismo, el resto (que son además los que más material suben) lo hace
por ganar dinero. La industria cultural, por su parte, contraataca infestando la red con
archivos falsos para torpedear el P2P”. (2) Manera muy curiosa de defender la libertad, la
creación…
Hay victorias tan espantosas que es mejor que no se produzcan. Esta ha sido una de ellas.
Las consecuencias se dejaran ver en un futuro no muy lejano. Muchos estamos
convencidos que nuestra libertad mengua. Estamos subordinados a las dictaduras de unos
mercados que no se conforman con controlar nuestras economías sino que pretenden
limitar nuestro conocimiento, el acceso a la información y las maneras de relacionarnos.
Leyes como la propuesta son una de las maneras para intentarlo.
Son conscientes que lo ocurrido en Túnez y en otros lugares es en buena parte posible por
la existencia de una red neutral. Acabar con ella es una de las maneras para perpetuar un
modelo político y económico injusto donde todos acabamos pagando la ineptitud de los
gobernantes y la codicia de los mercados. Para conseguir sus propósitos no les importa
reducir el estado del bienestar y las libertades, todo es válido para mantener beneficios y
privilegios. En momentos como estos conviene recordar las palabras de Benjamin Franklin
" el que está dispuesto a sacrificar la libertad a cambio de seguridad, no tiene ni merece tener
ninguna de las dos".
(1) http://blogs.elpais.com/trending-topics/2011/01/un-estudio-espanol-confirma-
la-guerra-sucia-contra-el-p2p.html
(2) http://www.publico.es/culturas/358155/cien-siembran-lo-que-recogen-millones
http://www.nuevatribuna.es/noticia/44334/OPINIÓN/.html