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CAZANDO LIBROS

EN LA JUNGLA

“Bookcrossing es el karma de la literatura”

“Ahora tengo un ratito de aventura gratis


todas las semanas”

José María Malo de Molina Galán


La mañana del 20 de Diciembre de 2006 ocurrió algo extraordinario. Arturo habló con un
libro, o más bien el libro le habló a él. Este ingeniero informático de 32 años entró en el
metro como todas los días. Cuarenta minutos de vida subterránea con trasbordo incluido
para llegar al trabajo. Pero ese día, encima de una papelera, descubrió un libro abandonado.
Lo cogió. Un mundo feliz de Alberto Vázquez Figueroa. Debajo del título una pegatina con
una nota: “Hola, soy un libro Bookcrossing, no estoy perdido, pertenezco a un club de
lectores global".

Sin quererlo Arturo había entrado en un club de adictos a la lectura, con más de 120.000
socios en todo el mundo. “Desde entonces el mundo Bookcrossing es una parte más de mi
vida y muchos beceros son ahora muy buenos amigos míos”. Lo de beceros forma parte de
su propio lenguaje. De Bookcrossing a BC y de ahí a beceros. “La idea de BC es muy
simple, consiste en registrar un libro con una especie de DNI y soltarlo en la jungla (palabra
con la que ellos denominan la calle). Después solo queda esperar a recibir noticias de él,
aunque mientras tanto siempre puedes salir tú a buscar otro que hayan soltado”.

La idea que dio vida a este proyecto nació una tarde de marzo de 2001, en Missouri,
concretamente en la cabeza de Ron Hornbaker. Aburrido enfrene de su ordenador, como
contaría después, en la sede Humankind Systems, Inc., una compañía de software y
desarrollo por Internet, reparó en dos páginas Web que le parecieron interesantes.
Phototag.org seguía la pista a cámaras desechables que se dejaban perdidas por el planeta,
y en WheresGeorge.com se podía rastrear, a través del número de serie, dónde acababan los
dólares con los que un ama de casa de Ohio había comprado el pan esa mañana. Ron, un
entusiasta de la lectura, miró su estantería y surgió la idea. Ese mismo día registró el
nombre. Solo cuatro semanas después nacía Bookcrossing.

BC habla español

De los 120.000 usuarios registrados en BC, 32.000 son españoles. En nuestro país el
fenómeno BC tiene un tirón inmenso, superando en miembros activos a otros países
europeos como Francia o Italia. Pero para conseguir que España sea el quinto país en el
ranking de beceros se necesita la ayuda desinteresada de mucha gente. Mario Galán es uno
de los usuarios más implicados en este proyecto. “Mantener esto vivo supone un gasto, pero
lo sufragamos con la generosidad de los beceros”. En la Web se ofrece todo tipo de
merchandising con el logo oficial, a lo que hay que sumar el porcentaje que obtienen de la
venta de libros a través de librerías asociadas o el dinero que se recauda con las cuentas del
dominio Bookcrossing-spain.com. “Pero esto no se basa en el dinero, sino la confianza
mutua de todos lo miembros, algo de lo que, por cierto, carece la sociedad actual por lo
que, a nuestra manera, somos unos rebeldes”.

Dentro de nuestro país Barcelona y Madrid, por este orden y con cerca de 5000 usuarios
cada una, son las ciudades más implicadas con el BC. En otras grandes ciudades, como
Bilbao, Sevilla o Valencia el fenómeno crece día a día.
Cazadores de libros

Con tres libros en la mochila Pablo Mellado aparece en la Plaza de Colón, en Madrid. Uno
lo acaba de “cazar” y los otros dos van a ser “liberados” en breve. Con solo 19 años este
futuro arquitecto está entusiasmado con la idea que conoció hace tan solo tres meses
navegando por Internet. “Lo mejor del BC es salir de caza, bien a la aventura o sabiendo lo
que buscas, porque la gente que libera libros anuncia en Internet dónde los ha dejado, así
que se lo lleva el más rápido”. A Pablo le sirve para pasear, olvidarse por unas horas de los
estudios y poder leer gratis. “Tal como están las cosas tener un ratito de aventura, y gratis, a
la semana lo valoro mucho”. Tras decir esto Pablo libera “Diario de un skin” detrás de un
banco. “Tenía pensado ir al Retiro así que allí liberaré el otro, y después corriendo a casa
para ponerlo en la Web”.

Marta Orantes ya pasó la época de patearse las calles en busca de libros. “Con un hijo no
puedo andar calle arriba, calle abajo. Ahora disfruto más con las reuniones mensuales
donde discutimos de literatura y mil temas más”. Para Marta, citando a su vez palabras de
Ron Hornbaker “Bookcrossing es el karma de la literatura, porque te da mil posibilidades
que giran alrededor de leer un libro”.

A esa hora cientos de libros descansan en todo el mundo apoyados en bancos, farolas y
portales solitarios. Son libros libres pero que guardan tantos secretos como manos han
pasado sus páginas. Concretamente en el jardín tropical de Atocha hay uno. El comedido
hidalgo busca durante cuarenta minutos su dueño, hasta que una mano sorprendida se
acerca, duda, y lo coge. Y todo vuelve a empezar.

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