Está en la página 1de 1

Una Triste Noticia.

La plaza central de la ciudad de Bs. As. se va poblando de gente, la que llaman Plaza de
Mayo. Algunos dejan pancartas, otros alguna flor. El país esta entrando en clima de
duelo, pues ha recibido la noticia de que un carismático líder político ha muerto esa
misma mañana.
Ana, vive en la ciudad de El Calafate, la tierra de los glaciares. Ella desde muy
temprano se desayunó con la noticia. Se había despertado más temprano que de
costumbre, pues ese día, decretado feriado, se haría un Censo Nacional. Por eso
también, la Presidenta y su esposo estaban en aquel pueblo frio del Sur Argentino, ya
que eran oriundos de esas latitudes. La muchacha miraba su laptop, en donde no dejaba
de aparecer la misma noticia:”Falleció N.K, esposo de la Presidenta C.F.K, de muerte
súbita en El Calafate”.
A Ana le costaba creer lo que leía, ya que el día anterior había servido su café en el bar
a donde él concurría y le había notado un buen semblante, y muy animado. Pero pensó
que cuando de un ataque al corazón se trata, se está perfectamente un día y al otro
simplemente ya no se está. El timbre de la puerta la sacó de sus pensamientos. Se
trataba de la joven que venía a censarla.
En Buenos Aires, en tanto, Rodolfo, un periodista que trabaja para una cadena de
noticias muy importante de televisión por cable, intenta buscar la mejor ubicación para
transmitir desde las cercanías de la Casa de Gobierno. Sabe que en cualquier momento
desde estudios centrales, le pedirán detalles de lo que está pasando por allí, y el tendrá
que relatar con aspavientos, el mínimo dolor que pueda observar de la gente que se
acerca a la Plaza.
En tanto la Presidenta, así como también los mas allegados al difunto deambúlan por el
interior del Hospital Municipal de El Calafate, esperando poder retirar el cuerpo, que
aún yace en la morgue. El médico a cargo se acerca a la viuda y habla con ella por lo
bajo, indicándole que ya está todo listo.
Luis es el médico presidencial, sin embargo está muy lejos de donde ha pasado todo.
Desde su casa de Buenos Aires, no deja de hacer y recibir llamadas y se lamenta haber
estado a kilómetros de la persona que tal vez hubiera podido salvar, ya que conocía a la
perfección su historia clínica. N.K. había sido intervenido un mes antes, por una
complicación coronaria donde le habían colocado un Sten, y Luis le había recomendado
“bajar varios cambios”.
C.F.K, sale del hospital, y sube a un lujoso auto, rodeada de hombres de trajes que
llevan la misma frialdad en su rostro que ella. A pesar de sus lentes oscuros, se nota que
no ha derramado una sola lágrima, y que le hace honor al glaciar Perito Moreno, que
también reposa en esa ciudad. Ya dentro del vehículo se saca los anteojos y esboza una
sonrisa burlona, como de alguien que ha conseguido concretar un plan malévolo. El
conductor la observa extrañado por el espejito retrovisor, pero ella se vuelve a cubrir los
ojos con los lentes y le ordena que aumente la velocidad.

Continuará.

También podría gustarte