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INTRODUCCIÓN

En los últimos años, se han dado una serie de movimientos a favor de los Derechos
Humanos, sin embargo, muchas veces los ciudadanos no podemos hacer uso de las armas
que el mismo estado nos da para defendernos de actos que resultan inconstitucionales y
menoscaban nuestro derecho a ser protegidos. En nuestro país tenemos las Garantías
Individuales establecidas claramente en la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, el término “Garantías Individuales” es designada para hablar de los derechos
fundamentales inherentes a la persona.

Las Garantías Individuales se encuentran consagradas en los primeros veintinueve artículos


de la Constitución, pero la protección a los derechos del individuo no está limitada a los
derechos específicos señalados en los mencionados artículos, ya que las garantías de
legalidad y seguridad jurídica (artículos catorce y dieciséis), extienden la protección
constitucional a todos los derechos de la persona, incluidos los que están instituidos en
leyes secundarias.

El juicio de amparo es el medio procesal constitucional del ordenamiento jurídico mexicano


que tiene por objeto específico hacer reales, eficaces y prácticas, las garantías individuales
establecidas en la Constitución, buscando proteger de los actos de todas las autoridades sin
distinción de rango, inclusive las más elevadas, cuando violen dichas garantías.

Sin embargo, si bien es cierto que el juicio de amparo protege a los individuos en la
violación de sus garantías individuales, está función se limita a proteger al peticionario de
dicha protección, creando desigualdad entre quién pide el amparo y toda las personas a
quiénes también les causa agravio dicha ley. Y es aquí donde nos debemos preguntar si
dicha ley que ha sido declarada inconstitucional debe limitarse a amparar y proteger a un
particular o si bien la Justicia de la Unión debe proteger a la generalidad de individuos.
Esta limitación a la función del Poder Judicial de la Federación está establecida en nuestra
Constitución, resulta ilógico y contradictorio dicho precepto al limitar la eficacia de la
sentencia de Amparo creando injusticias hacia los demás gobernados ; dicha limitación se
conoce doctrinalmente como “Principio de Relatividad de la Sentencia de Amparo” o
“Formula Otero”. El principio de relatividad de las sentencias, conocido también como
Formula Otero en el cual las sentencias de amparo, solo benefician al peticionario de
amparo, del procedimiento que emana la resolución que se trate.

CONCEPTOS BASICOS

A continuación hare una breve explicación de algunos conceptos que considero


importantes, para entender mejor el tema a tratar, estos son:

Juicio de amparo.- La enciclopedia Encarta Microsoft define Juicio de Amparo como "El
juicio de amparo o juicio de garantías supone un medio de control de la constitucionalidad
confiado a órganos jurisdiccionales, toda vez que el objeto de esta clase de juicio es
resolver todas aquellas cuestiones que se susciten por leyes o actos que violen las garantías
individuales; por leyes o actos de la autoridad federal que vulneren o restrinjan la soberanía
de los Estados; y por las leyes o actos de autoridades locales que invaden la esfera de la
jurisdicción federal".

Jurisprudencia.- Conjunto de las sentencias de los tribunales, las cuales, por ley,
constituyen un precedente para justificar otros casos no regulados. Asimismo, por
jurisprudencia también se conoce al conjunto de las sentencias de los tribunales y la
doctrina que contienen. Y finalmente, el término jurisprudencia refiere lisa y llanamente
ciencia del Derecho.

Garantías Individuales.- Las Garantías Individuales son todas aquellas cuestiones de


derecho, que un individuo ya desde su nacimiento disfrutará y podrá exigir en caso que no
se cumplan y que tendrán como objetivo la consecución de la paz, la armonía y el orden en
la sociedad en la cual se encuentre, asegurar la convivencia pacífica entre los hombres que
comparten y viven en el mismo territorio, obtener justicia y bienestar social y alcanzar el
bien común.

El principio de igualdad ante la ley.- Es el que establece que todos los hombres y mujeres
son iguales ante la ley, sin que existan privilegios ni prerrogativas de sangre o títulos
nobiliarios. Es un principio esencial de la democracia.

BREVE RECUENTO HISTORÍCO DE LA FORMULA OTERO

Antes de iniciar el desarrollo del tema de la sentencia de amparo contra leyes que declaran
inconstitucional una ley, decreto o tratado internacional pueda ser aplicada para toda la
Nación y no sólo a los particulares que participaron en el juicio de amparo, es necesario
determinar lo relativo al principio de relatividad en las sentencias de amparo.

El principio referente a la relatividad es uno de los más debatidos y característico en el


Juicio de Amparo por referirse a la aplicación que se le dará a la sentencia obtenida al
concluir el proceso. El nombre que recibe se debe a su creador, Don Mariano Otero y el
contexto que lleva busca que los efectos de las sentencias obtenidas en el juicio de garantías
se ocupen únicamente de los individuos particulares que ocasionaron la actividad del
órgano jurisdiccional sin realizar una declaración general para su aplicación; por ello que
reciba el nombre de ‘principio de relatividad en las sentencias’.

En el libro “ Derecho Jurisprudencial” nos menciona cual ha sido el antecedente de la


mencionada formula, “ Como se sabe la Formula Otero significó en su momento, tal vez la
única forma de lograr que la Corte pudiera ejercer sus atribuciones para tutelar la
Constitución y a sus garantías, puesto que conciliaba los divergentes vectores entre la
naturaleza del juicio de Amparo, que entonces nacía, y el supuesto desequilibrio entre los
poderes de la Unión, en una época en una época en que tal prudencia era necesaria. El
punto medio resultante, consistió en que la Corte no derogaría las leyes merced a dichas
facultades, sino que se limitaría a amparar y proteger sólo en el caso concreto y únicamente
sobre las partes litigiosas”
“El argumento empleado desde el siglo XIX para mantener vigente la fórmula Otero,
descansa sobre el supuesto de que mantiene el equilibrio entre los poderes, evitando que el
judicial sea superior al legislativo; ello sin embargo es muy cuestionable, pues al primero le
ha puesto históricamente a la zaga, impidiéndole hacer una auténtica defensa de la
Constitución precisamente en perjuicio de los más dolientes sectores de nuestra sociedad”.

Ante esta Fórmula de Otero hubo un voto particular hecho por Vallarta y Mariscal los
cuales pensaban:

“…No hemos querido reconocer la altísima misión que la Corte tiene con el final
interprete de esa suprema ley, la trascendental importancia de las ejecutorias de
amparo que fijan el derecho público…así lo han entendido los norteamericanos, y con
menos leyes orgánicas que las que nosotros pedimos, y con más vacíos en su constitución
que los que la nuestra contiene; poseen en las ejecutorias de sus tribunales la jurisprudencia
Constitucional más completa que un pueblo pueda desear…¿Por qué entre nosotros pasa
lo contrario, y se dice que las ejecutorias de la Corte no son ni autoridad ni doctrina
para resolver casos semejantes?... confiemos que mejor conocidos los fines del
amparo, no se siga creyendo que él se limita a amparar y proteger aún individuo, sino
que se comprenda que se extienda a fijar el derecho público por medio de la
interpretación que hace de la ley fundamental”.

En su momento estas opiniones no fueron tomadas en cuenta, lo que traería como


consecuencia la actual situación de injusticia respecto de la aplicación de una
jurisprudencia que ha declarado una ley inconstitucional.

EL AMPARO CONTRA LEYES INCOSTITUCIONALES.

Son leyes inconstitucionales aquellas que de cualquier forma contravienen algún


dispositivo constitucional, y es el poder constituyente quien tiene que establecer los medios
necesarios para nulificar tales leyes que sobrepasan a la constitución.
El amparo contra leyes es procedente contra aquellas leyes positivas que vulneran las
garantías individuales, esto es, las que con motivo de su promulgación afectan la esfera
jurídica de los promoventes.

En cuanto a la forma de realización de los efectos de una Ley, se puede decir que estos se
producen mediata o inmediatamente a partir de la vigencia constitucional de la disposición
legal por ejemplo, en los casos de una ley que por su sola expedición no engendra
afectación alguna en las situaciones prácticas en que opere, sino que se requiere la comisión
de un acto aplicativo posterior que imponga o haga observar los mandatos legales, este tipo
de leyes se les conoce o denomina Heteroaplicativas.

Por otra parte existen leyes que no necesitan de una aplicación posterior para producir sus
efectos en las situaciones para las que están destinadas a operar, sino que su sola
promulgación ya implica una evidente obligatoriedad efectiva para las personas previstas y
las cuales por tal motivo afecta inmediatamente. A este tipo de Leyes se les denomina
Autoaplicativas.

La fundamentación jurídica del juicio de amparo contra leyes, la ubicamos en la


Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y en la Ley de Amparo

La inconstitucionalidad de una ley puede ser impugnada en su totalidad o parcialmente, y


por ende, la declaración de invalidez puede ser total o parcial con respecto a la ley o tratado
que se impugne.

Los artículos en que se encuentra la fundamentación del juicio de amparo contra leyes los
son el 103fracción I y 107 fracciones VII y VIII de nuestra constitución política que a
efecto dice:

“…Artículo 103. Los tribunales de la Federación resolverán toda controversia


que se suscite:

I. Por leyes o actos de la autoridad que viole las garantías individuales…”


“…Artículo 107. Todas las controversias de que habla el Artículo 103 se
sujetarán a los procedimientos y formas del orden jurídico que determine la ley,
de acuerdo a las bases siguientes:

VII. El amparo contra actos en juicio, fuera de juicio o después de concluido, o


que afecten a personas extrañas al juicio, contra leyes o contra actos de autoridad
administrativa, se interpondrá ante el juez de Distrito bajo cuya jurisdicción se
encuentre el lugar en que el acto reclamado se ejecute o trate de ejecutarse, y su
tramitación se limitará al informe de la autoridad, a una audiencia para la que se
citará en el mismo auto en el que se mande pedir el informe y se recibirán las
pruebas que las partes interesadas ofrezcan y oirán los alegatos, pronunciándose
en la misma audiencia la sentencia;

VIII. Contra las sentencias que pronuncien en amparo los Jueces de Distrito o los
Tribunales Unitarios de Circuito procede revisión…”

Dentro de la ley de amparo su fundamentación se encuentra establecido en el artículo 114


fracción I.

Como ya se ha mencionado para que un Juicio de Amparo contra leyes exista es necesario
que se lesione cualquier interés jurídico o derecho del gobernado. Por lo tanto cuando no
existe dicha lesión el Juicio de Amparo es improcedente y debe Sobreseerse en el mismo.
Si se reclamó la aplicación de una Ley y esta no se demostró, la sola promulgación no
afecta los intereses jurídicos del quejoso, por lo que igualmente resultaría improcedente el
juicio de garantías.

En el amparo contra leyes es necesario que el quejoso señale como autoridades


responsables a todas aquellas que intervinieron en el proceso legislativo, el cual se refiere al
conjunto de pasos que deben seguir las Cámaras para crear una ley, reforma o decreto que
sea aprobada por el Congreso de la Unión.

La declaración de inconstitucionalidad de una ley en términos generales dentro de la


sentencia de amparo contra leyes no es otra cosa más que el hecho de no poder seguir
aplicando en contra de un individuo la norma que fue tildada de inconstitucional, puesta
esta afecta a la esfera jurídica del directamente agraviado.

La sentencia que otorga el amparo tienen un alcance limitado a proteger al quejoso que ha
promovido el juicio respectivo, mas no a personas ajenas, es decir no tiene efectos erga
omnes. Dicha restricción a la aplicación se consagra en el precepto constitucional 107 que
nos dice:

“…Artículo 107. Todas las controversias de que habla el Artículo 103 se


sujetarán a los procedimientos y formas del orden jurídico que determine la ley,
de acuerdo a las bases siguientes:

I. El juicio de amparo se seguirá siempre a instancia de parte agraviada;

II. La sentencia será siempre tal, que sólo se ocupe de individuos particulares,
limitándose a ampararlos y protegerlos en el caso especial sobre el que verse la
queja, sin hacer una declaración general respecto de la ley o acto que la
motivare…”

En otras palabras, la ley que rige el acto reputado violatorio de garantías, no se anula por el
órgano de control mediante una declaración general, sino que se invalida su aplicación en
cada caso concreto, respecto de la autoridad que hubiese figurado como responsable y del
individuo que haya solicitado la protección federal, dejando a los demás individuos en un
completo estado de desigualdad e inseguridad jurídica, violando sus garantías individuales,
sin mencionar que se les aplicará una ley inconstitucional.

CONCLUSIÓN

El principio de relatividad de las sentencias, conocido también conocido como Formula


Otero, establece que las sentencias de amparo, solo benefician al peticionario de amparo,
del procedimiento que emana la resolución que se trate.

Que quiere decir esto, si una sentencia de amparo determina la ilegalidad de una ley, dicha
ley no le será aplicable al peticionario del amparo, pero solo será a beneficio de dicha
persona, sin embargo y a pesar de determinarse la ilegalidad de la ley que se trate, esta
seguirá teniendo aplicación para todos aquellos que no hayan acudido al amparo. Este
principio, conforma la ineficiencia de nuestras autoridades en la protección de las garantías
individuales de los gobernados, creando desigualdad en nuestra sociedad y una clara
vulneración en los Derechos Humano y Garantías Individuales.

El juicio de amparo, tiene como finalidad la protección de los derechos humanos del
gobernado (la protección de garantías individuales) , el principio de relatividad va en contra
de la función elemental del juicio de amparo, y te pongo un ejemplo, se aprueba una ley,
mediante la cual se permite que sin mandamiento escrito, ya no se diga mediante autoridad
competente se pueda privar a una persona de su libertad, entonces vienen a mi casa y me
detienen violando el artículo 16 constitucional, acudo al amparo y se resuelve a mi favor,
dictaminando que la Justicia de la Unión me apara y protege por encontrar la ley
fundamento de mi detención ilegal y contraria al principio constitucional, pero, gracias al
principio de relatividad, a pesar de se encuentra ilegal la ley, esta se puede seguir aplicando
a todos los demás, pues la sentencia de amparo solo sirve para el particular que lo
promovió, es decir no se me continúe privando de la libertad y no para que a la generalidad
no se le prive de su libertad, quedando desamparados ante una ley declarada ilegal.

Las leyes que han sido declaradas inconstitucionales, por contravenir las garantías
individuales de los gobernados y las constitución misma, se siguen aplicando a la inmensa
mayoría de los gobernados violando sus garantías individuales, pues gracias al principio de
relatividad de las sentencias de amparo, solo los que soliciten el amparo se encuentran
eximidos del cumplimiento de una ley aun cuando la Suprema Corte de Justicia de la
Nación la haya encontrado ilegal por contravenir a la Carta Magna.

La sentencia que declara una ley inconstitucional al limitarse únicamente a la protección


del quejoso provoca una importante desigualdad entre los ciudadanos frente a la ley, pues la
norma declarada inconstitucional se sigue aplicando a todos aquellos que no promovieron
el juicio de garantías. Esto supone la consagración jurídica de la desigualdad, pues desde el
propio texto constitucional se impone un tratamiento desigualitario a sujetos que se
encuentran en los mismos supuestos normativos. Por consiguiente la "Fórmula Otero"
choca con uno de los principios más elementales de la democracia: aquel de acuerdo con el
cual la ley debe tratar a todos los ciudadanos por igual, y no impulsar la discriminación.

La declaración de inconstitucionalidad del acto reclamado solo beneficia al peticionario del


amparo, aun cuando sean muchos los gobernados afectados, se contrapone a uno de los
principios más elementales de la democracia, es decir, a aquel de acuerdo con el cual la ley
debe tratar a todos los ciudadanos por igual, evitando situaciones que pueden representar
una discriminación de derecho entre ellos (principio de igualdad jurídica ante la ley), de
igual manera se contrapone categóricamente el principio de supremacía constitucional, pues
se condiciona la superioridad de la carta magna al hecho de promover y ganar un amparo.

La jurisprudencia que resulte de las cinco sentencias en un mismo sentido, de declarar


inconstitucional una ley, solo beneficiaran al que las haga valer dentro del juicio de amparo
es decir, aun cuando exista jurisprudencia firme en el sentido de determinar la ilegalidad de
una ley, esta jurisprudencia solo beneficiara al que se ampare, dejando a los demás
individuos en un estado de desigualdad frente a la norma que se ha declarado
inconstitucional.

Al no permitirse la declaración general de inconstitucionalidad se va en contra del principio


de economía procesal, pues se llega al absurdo de tener que seguir promoviendo juicios de
amparo contra leyes que han sido declaradas inconstitucionales un sinnúmero de veces.
Esto supone una carga añadida para el Poder Judicial Federal que va en detrimento de una
pronta y expedita administración de justicia.

Y por último la "Fórmula Otero" contraviene el principio de supremacía constitucional,  pues se


condiciona la superioridad de la Constitución al hecho de promover y ganar un amparo; es decir,
para todos aquellos que por desconocimiento de la ley, por falta de recursos, todos aquellos que no
pudieron contratar una bogado, no han pudieron obtener una sentencia favorable de los jueces
federales, la supremacía constitucional es puro papel mojado, pues se les siguen aplicando las leyes,
reglamentos o tratados que ya han sido considerados inconstitucionales por una jurisprudencia, ¿qué
clase de igualdad consagra nuestra máxima Ley? ¿La de amparar al que más conocimientos tiene?
¿ la de beneficiar al que pudo conseguir un buen abogado y desamparar al pobre e ignorante?
¿ Realmente nuestra Carta Magna lleva consigo la Supremacía constitucional o es un mero
espejismo.

La supremacía constitucional no puede limitarse a las partes que participaron en un juicio, debe tener
efecto para todos los ciudadanos debe ampararlos y protegerlos, suprimir, eliminar a esas leyes que
ya han sido declaradas inconstitucionales; de otra manera la Constitución no sería en realidad una
norma suprema, sino una norma cuya superioridad estaría sujeta a que se ganará un juicio,
beneficiando al particular y no a la mayoría, dejando vigente una ley inconstitucional en perjuicio de
los demás, burlandosé de la Supremacía de Nuestra Constitución Mexicana.

No solamente se trata de eliminar la"Fórmula Otero", sino que dicha supresión conlleve a regular los
efectos generales de las sentencias de amparo. Fix Zamudio propone que “ la declaración general la
pueda realizar exclusivamente el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y que se
requiera para ello que el criterio de inconstitucionalidad de la norma general en cuestión se
constituya como jurisprudencia firme en los términos de la Ley de Amparo y de la Ley Orgánica del
Poder Judicial de la Federación. Una vez que se reúnan los requisitos para integrar jurisprudencia, el
criterio de la Suprema Corte se publicaría en el Diario Oficial de la Federación y la norma general
declarada inconstitucional quedaría sin efecto alguna para el futuro, "sin perjuicio -agrega el propio
Fix Zamudio- de su desaplicación en los juicios de amparo en los cuales surgió la cuestión
respectiva”

La jurisprudencia que ha declarado una ley inconstitucional debe y tiene que tener efectos
erga omnes debido a que con ello se respetaría la Supremacía Constitucional, se reitera la
característica de generalidad de la norma jurídica, se mantendría el principio de igualdad
entre los mexicanos. De igual manera en necesario actualizar los artículos que contemplan
el juicio de amparo en nuestra Constitución y propiamente la Ley de Amparo sean
actualizadas.

Si bien en su momento la Formula Otero fue necesaria para lograr el nacimiento del juicio
de Amparo, en la actualidad menoscaba el imperio de nuestra más altos preceptos
Constitucionales, nuestro país necesita nuevas decisiones y reformas para garantizar la
igualdad, la justicia social y la seguridad jurídica de sus habitantes; para fortalecer el
régimen federal y la democracia, para realmente crear justicia y con esto un México mas
justo.

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