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Ingratos Con Montesinos
Ingratos Con Montesinos
Ingratos con Montesinos
Filed under: Artículos — cesarhildebrandt @ 7:16 am
Sé quién es, qué hizo y sé que a mí también quiso matarme (aparte de grabar mi teléfono,
Y sin embargo, veo a este hombre que paga con su visible ruina física parte de los delitos que
A este fantasma lo repudian ahora quienes se emborrachaban en su salita, quienes hicieron uso
de sus putas, quienes recibieron maletines y favores y quienes, desde la banca y el comercio,
tramaban la reelección a lo Chávez del ciudadano japonés que montó aquí un protectorado.
Pregúntenle a Genaro Delgado Parker quién es Montesinos y les dirá que es un canalla. Pero a
Ya no recuerda la derecha sin Portales que tenemos que Montesinos reclutó a sus mejores
hombres y los hizo soldados reeleccionarios y financistas de la vaina. Allí estaban desde Dionisio
Romero, al mando de la Covadonga, hasta Raúl Modenesi, sirviendo choros con su disfraz de
solípedo carnavalicio. Pasando por los de los laboratorios farmacéuticos, los acereros, los Farah,
los primos de la China Tudela, los nietos de Cucuchi, las hermanas de Cocoa y hasta la última
ñoña de la socialité.
Montesinos no fue un accidente sino que siguió, con videograbadoras y aires modernos, la
tradición de la casa Dreyffus, la justicia para chinos esclavos de las haciendas azucareras del
norte, la traición del caucho y el saqueo como doctrina del gran capital. Si Stalin, según Trotsky,
fue el gran organizador de derrotas, Montesinos fue el organizador de la vieja podredumbre que
obligó a San Martín y a Bolívar a decretar el fusilamiento para los peruanos que seguían robando
Montesinos hizo un insumo casi artístico de la corrupción. Montesinos fue el De Sica neorrealista
que de verdad ha valido la pena en el Perú. Y ahora nadie lo saluda. Los señoritos le dicen fo, los
que lo visitaron dicen que era para hablar de la batalla de Marengo, los banqueros que lo
de prescripciones se han erigido monumentos, y hasta Agustito Wiese, que hizo tan ricos
negocios con la Caja Militar y Policial, dice ahora que desconoce mayormente.
No olvidemos a quién sirvió Montesinos. ¿A quiénes sirvió? A los mismos que hoy siguen
cortando la mortadela, hablando sobre el modelo “que no puede cambiar” (¿verdad Fritz Du
lo menos posible a sus trabajadores y sentándose, cada noche, a ver la tele que hoy, sin
Me da pena Montesinos. Creyó que robando como cuatrero y comprándose un “Rolex” para cada
día de la semana se podría sentar con los señores que sí saben robar y que lo habían usado
como ganzúa. Esa gente nunca dejó de verlo como a un pobre diablo que tenía el poder efímero
Y ahora Montesinos, cuyo padre se suicidó, parece haberse dado cuenta de que su ambición fue
tan criminal como inútil: jamás tendrá el talento de quienes han demostrado, con García, que