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Aproximación a la objeción de conciencia sanitaria

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Aproximación a la objeción de conciencia sanitaria

© del texto: Carlos María Pérez- Roldán y Suanzes- Carpegna.

© de la portada y los logos: Centro Jurídico Tomás Moro.

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Aproximación a la objeción de conciencia sanitaria

APROXIMACIÓN
A LA OBJECIÓN
DE CONCIENCIA
SANITARIA

Carlos Mª Pérez- Roldán y


Suanzes- Carpegna

En Madrid, a 20 de noviembre
de 2010, Día Universal de la
Infancia.

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Índice

I.- Normativa legal. ................................................................................................................ 6


I.I.- La constitución española y otras normativas internacionales. Sentencias de
Tribunales.......................................................................................................................... 6
I.II.- Especial mención a la Resolución 1763/2010 de la Asamblea Parlamentaria del
Consejo de Europa, de fecha 7 de octubre de 2.010. ..................................................... 14
II.- Leyes y normas que van a provocar objeciones. ........................................................... 16
II. I.- Ley Orgánica 2/2010, ley de modificación del aborto. .......................................... 16
II.I.I.- Planteamiento general. ..................................................................................... 16
II.I.II.- Objeción de conciencia en el ámbito sanitario. ................................................ 18
II.I.III.- La objeción de conciencia en la Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo. ........... 21
II.II.- Sobre un caso concreto: la objeción de conciencia al diagnóstico prenatal. ........ 27
III.-Anexos ........................................................................................................................... 30
III.I.- Apéndice jurisprudencial. ....................................................................................... 30
III.II.- Texto original y texto traducido, de la Resolución nº 1763/2010 de la Asamblea
Parlamentaria,”The right to conscientious objection in lawful medical care”. .............. 31
III.III.- Objeción de conciencia del médico, Declaración de la Comisión Central de Ética y
Deontología Médica de la OMC, de fecha 31 de mayo de 1997. ................................... 35
III.IV.- Modelos de declaración de objeción de conciencia............................................. 40
III.IV.I .- Modelo de objeción para el personal médico. .............................................. 40
III.IV.II.- Modelo de objeción para el personal de enfermería. ................................... 42
III.IV.III.- Modelo de objeción para la enfermera-comadrona. .................................. 44
III.IV.IV .- Modelo de objeción para el personal administrativo. ................................ 46

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I.- Normativa legal.

I.I.- La constitución española y otras normativas internacionales.


Sentencias de Tribunales.

No cabe duda, que la objeción de conciencia ha acompañado al hombre


desde los inicios de la historia, así, el enfrentamiento entre la ley y la
conciencia personal, el conflicto entre el valor moral y la ley positiva,
cuenta con antecedentes conocidos, como los casos de Sócrates, o de
Antígona1, rindiendo honores fúnebres a su hermano Poliníces, en
contra de la decisión de Creonte, o episodios como los relatados en el
antiguo testamento en relación con los Macabeos, o el más reciente
Santo Tomás Moro. No obstante, el llamado por parte de algún sector
de la doctrina “big- bang” de la objeción, se produjo a lo largo del siglo
pasado al conjugarse ingredientes heterogéneos como: la existencia de
sociedades plurales, la inexistencia de una ética única compartida por el
legislador y la totalidad de la ciudadanía, la continua invasión por parte
del legislador de terrenos educativos, familiares o afectivos que hasta
entonces habían estado vedados al poder público por ser propios de la
conciencia personal, la relativización de los derechos humanos,
considerando estos como no vinculados al derecho natural, y si
vinculados a las realidades sociológicas concretas, la existencia de un

1
Antígona hija de Edipo, quien después de la muerte de su padre, volvió a Tebas, enterándose de
que sus dos hermanos Etéocles y Poliníces se habían dado muerte mutuamente en una batalla.

Creonte, rey de Tebas, decretó honores fúnebres para Eteócles y declaró a Poliníces traidor a la
patria, ya que éste militaba en filas en contra de Tebas, por lo tanto, prohibió públicamente darle
sepultura para que fuese pasto para aves y objeto de la execración de cuantos lo vieran. Según las
ordenes del rey, quien desobedeciera su mandato moriría lapidado. Antígona, en virtud del amor
filial desobedeció las órdenes de Creonte, y realizó los ritos fúnebres a su hermano siendo
consciente de la sanción que se le infligiría por su desobediencia, se ahorcó.

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concepción postmoderna que se muestra relativista y permisiva con


respecto a ciertos patrones morales (los vinculados con el derecho
natural), aunque se muestra excesivamente rígida respecto a otros
patrones morales (los vinculados a la norma positiva), formando el
último de los ingredientes el nefasto recuerdo que en el mundo entero
dejaron los regímenes totalitarios de la década de los 30 y su
interpretación positivista de la norma jurídica.

Esta historicidad en el ejercicio de la objeción de conciencia ha


permitido que nuestro ordenamiento jurídico se pronuncie a favor del
ejercicio de la objeción, siempre que exista un conflicto entre norma y
conciencia.

Así, el derecho a la Objeción viene recogido entre otras normas en


la Declaración Universal de los Derechos Humanos (artículo 18)2, en el
Convenio Europeo de Derechos Humanos (artículo 9)3, y

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Artículo 18.- Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de
religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad
de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en
privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.
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Artículo 9. Libertad de pensamiento, de conciencia y de religión.

1. Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento de conciencia y de religión; este


derecho implica la libertad de cambiar de religión o de convicciones, así como la libertad de
manifestar su religión o sus convicciones individual o colectivamente, en público o en privado, por
medio del culto, la enseñanza, las prácticas y la observancia de los ritos.

2. La libertad de manifestar su religión o sus convicciones no puede ser objeto de más restricciones
que las que, previstas por la ley, constituyen medidas necesarias, en una sociedad democrática,
para la seguridad pública, la protección del orden, de la salud o de la moral públicas, o la
protección de los derechos o las libertades de los demás.

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expresamente en nuestra Constitución (artículo 16)4. Tan alto


significado tiene la objeción de conciencia en los sistemas democráticos
que el propio Tribunal Federal Norteamericano llegó a afirmar que la
objeción era “la estrella polar de los derechos”.

De igual forma, y dentro de nuestro marco constitucional, no


parece que haya dudas sobre la existencia de un derecho a la objeción de
conciencia. Siguiendo la doctrina sentada por el propio Tribunal
Constitucional sobre las objeciones de conciencia -en casos distintos a la
objeción al servicio militar, que está expresamente reconocida en el
artículo 30 de la CE-, resulta claro que la objeción de conciencia es una
consecuencia directa del ejercicio de la libertad religiosa o ideológica y
puede ser ejercida sin necesidad de una habilitación legislativa previa.

Así ha quedado puesto de manifiesto en abundantes sentencias


del Tribunal Constitucional, entre ellas, en la 53/1985, de 11 de abril,
referida a la objeción de conciencia al aborto, donde, por lo demás, se
vinculaba la objeción de conciencia con la dignidad de la persona
humana, el libre desarrollo de la personalidad y el derecho a la

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Artículo 16.

1. Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin
más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público
protegido por la Ley.

2. Nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias.

3. Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias
religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con
la Iglesia Católica y las demás confesiones.

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integridad física y moral. En dicha Sentencia, este Tribunal llegó a


afirmar certeramente:

“No obstante, cabe señalar, por lo que se refiere al derecho a la objeción


de conciencia, que existe y puede ser ejercitado con independencia de que
se haya dictado o no su regulación. La objeción de conciencia forma parte
del contenido del derecho fundamental a la libertad ideológica y religiosa
reconocida en el art. 16.1 CE y como ha indicado este Tribunal en
diversas ocasiones, la Constitución es directamente aplicable,
especialmente en materia de derechos fundamentales.”

En parecidos términos se expresó el Alto Tribunal en sus


sentencias 177/1996, de 11 de noviembre (FJ. 9) y 101/2004, de 2 de
junio, (FJ. 3), referidas a la exención, por motivos de conciencia, del
cumplimiento de obligaciones profesionales por parte, respectivamente,
de un miembro del Ejército y del Cuerpo Nacional de Policía. E, incluso
dentro del ámbito de la objeción de conciencia al servicio militar, el
propio Tribunal Constitucional, en su sentencia 15/1982, de 23 de
abril, sostuvo, en un caso de denegación de prórroga al servicio, que el
derecho del objetor no está por entero subordinado a la actuación del
legislador: “El que la objeción de conciencia sea un derecho que para su
desarrollo y plena eficacia requiera la "interpositio legislatoris" no significa que
sea exigible tan sólo cuando el legislador lo haya desarrollado, de modo que su
reconocimiento constitucional no tendría otra consecuencia que la de establecer

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un mandato dirigido al legislador sin virtualidad para amparar por sí mismo


pretensiones individuales.” (FJ. 8º).

Incluso, esa interpretación realizada por el Tribunal


Constitucional, fue recogida por el propio Tribunal Supremo, en su
sentencia de fecha 24 de abril de 2005, para el caso de los farmacéuticos
en su objeción para la expedición de la “píldora del día después”, pues
aunque el recurso no fue atendido por la Sala de lo Contencioso por
falta de legitimación de la parte actora, sin embargo la propia sentencia
recogía en su fundamento de derecho quinto que “la objeción de
conciencia, su contenido constitucional forma parte de la libertad ideológica
reconocida en el artículo 16.1 de la CE (STC nº 53/85), en estrecha relación
con la dignidad de la persona humana, el libre desarrollo de la personalidad (art.
10 de la CE) y el derecho a la integridad física y moral (art. 15 de la CE), lo que
no excluye la reserva de una acción en garantía de este derecho para aquellos
profesionales sanitarios con competencias en materia de prescripción y
dispensación de medicamentos”.

Al margen de esta precisión, la objeción de conciencia con


carácter general, esto es, entendida como una habilitación para obviar el
cumplimiento de una norma en todos los casos en que se considera
contraria a las propias convicciones, no resulta contemplada en nuestro
ordenamiento. Sin embargo, esto no impide que, como ha señalado, no
sólo el Tribunal Constitucional, sino también el propio Tribunal
Supremo (STS de 23 de abril de 2005), pueda ser reconocida frente a un

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deber concreto. Eso supone que la objeción de conciencia lleva en sí


misma el germen de la excepcionalidad. De ahí que no quepa
argumentar que no se puede reconocer la objeción de conciencia
médica, por el hecho de que la doctrina constitucional a favor del
reconocimiento de este derecho se haya producido en casos concretos.

Así, esa falta de regulación legal no ha impedido, por ejemplo, que


la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de las Islas Baleares
declarara el derecho de los objetores a no participar en ninguno de los
actos sanitarios que integran el proceso de interrupción voluntaria del
embarazo. El supuesto resuelto por la Sentencia de fecha 13 de Febrero
de 1998 (sentencia nº 58 de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de
Justicia con sede en Palma de Mallorca), es por lo demás claro y típico en
el caso de la objeción de conciencia sanitaria.

En este supuesto, varias matronas (y un matrón) dependientes del


Insalud, objetaron a las instrucciones impartidas por la dirección del
centro, en el sentido de tener que colaborar obligatoriamente en la
instauración de vía venosa y analgesia, control de dosis de oxitocina,
control de dilatación del cuello del útero y de constantes vitales durante
todo el proceso del aborto. La Sala de lo Social reseña que el derecho de
objeción de conciencia “vincula a todos los poderes públicos, a tenor del
artículo 53.1 de la Constitución, de modo que estos, no sólo tienen el deber de
respetarlo en la plenitud de su contenido, sin merma ni menoscabo sino, incluso y

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si fuera menester, la de adoptar cuantas medidas positivas resultaren necesarias


para procurar su efectividad.”

En el caso de las matronas objetoras, el Tribunal Superior de


Justicia concluye que “el efecto específico que produce la objeción de conciencia
reside en exonerar al sujeto de realizar determinado acto o conducta que, de otra
suerte, tendría la obligación de efectuar. La satisfacción del derecho
fundamental, por lo tanto, comporta que no cabe exigir del profesional sanitario
que por razones de conciencia objeta al aborto que en el proceso de interrupción
del embarazo tenga la intervención que corresponde a la esfera de sus
competencias propias; intervención que por hipótesis se endereza causalmente a
conseguir, sea con actos de eficacia directa, sea de colaboración finalista,
según el cometido asignado a cada cual, el resultado que la conciencia del
objetor rechaza, cual es la expulsión del feto sin vida. Las funciones que la
Dirección del Hospital pretende encargar a los hoy recurrentes – instauración de
vía venosa y analgésica, control de dosis de oxitocina, control de dilatación del
cuello del útero, y control de las constantes vitales durante todo el proceso-
entrañan todas actos de asistencia que contribuyen de manera positiva
y eficiente a que la gestación se interrumpa sin daño para la salud de la
embarazada, y aun cabría catalogarlos de imprescindibles para que la
operación culmine, pues de no ser así es de presumir que el conflicto
ni siquiera se habría planteado. En consecuencia, son también actos
sanitarios de cuya ejecución se encuentran jurídicamente exentos
quienes ejercen frente al aborto voluntario el derecho fundamental a
la objeción de conciencia, cual es el caso de los demandantes; sin
perjuicio, claro está, de la responsabilidad que incumbe al centro sanitario de

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procurar los medios humanos necesarios para que el servicio se preste, lo que
nunca puede hacer empero a costa de sacrificar derechos fundamentales que la
Constitución garantiza.”

Con todo, es necesario no olvidar que la objeción de conciencia es


un comportamiento individual, alejado de la desobediencia civil.
Efectivamente, el desobediente civil trata de manifestar las pretendidas
injusticias del sistema pretendiendo su modificación, mientras que el
objetor aspira únicamente a la exención de la norma. El objetor no hace
política, no es peligroso socialmente, pues no evidencia un error del
sistema, no llama la atención sobre la maldad o injusticia intrínseca de la
norma, aunque quizá piense en ella.

En este contexto, cobra toda su importancia la concepción de la


objeción, como no acatamiento personal ante una ley o disposición
normativa, independientemente de su rango legal, pues no estamos ante
el ejercicio de una posibilidad legal en disponer la conducta conforme a
una redacción alternativa de la ley, sino ante el incumplimiento de una
norma, en aplicación de una norma superior, de un derecho natural, o
de una norma metajurídica, como es el principio de la objeción de
conciencia. Es decir, la objeción necesariamente no tiene que estar
regulada legalmente, pues en dicho caso, pierde parte de su carácter
transformándose en una alternativa legal. El caso típico de la no
objeción es la manifestación del juramento o promesa, donde quien

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promete no objeta al juramento, sino que ejercita un derecho


reconocido previamente.

I.II.- Especial mención a la Resolución 1763/2010 de la Asamblea


Parlamentaria del Consejo de Europa, de fecha 7 de octubre de
2.010.

En el ámbito de la objeción de conciencia, es muy significativo el


cambio de planteamiento en el Consejo de Europa con respecto a la
objeción médica en el debate parlamentario habido en relación a la
resolución 1763/2010.

Efectivamente, el Consejo inició su debate parlamentario sobre


un informe aprobado por la Comisión de Asuntos Sociales, Salud y
Familia, titulado "Acceso de las mujeres a la atención médica legal: problema
del recurso no reglamentado a la objeción de conciencia", donde se propugnaba
la sujeción y control de la objeción médica frente a determinadas
normas de los Estados miembros, y muy especialmente se trataba de
limitar la objeción de conciencia médica al aborto. Ahora bien, la
resolución final del Consejo no sólo transformó el título de la
resolución, pasándose a titular "El derecho a la objeción de conciencia en el
marco de la atención médica legal", sino que transformo el contenido de la
misma de forma total y absoluta; así, de la limitación de la objeción se
pasó a defender y solicitar a los Estados miembros mecanismos para su
protección.

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El texto final del Consejo de Europa invita a todos los Estados


miembros a que desarrollen las regulaciones correspondientes al respecto
con el fin de:

1.- Garantizar el derecho a la objeción de conciencia en relación


con la participación en el proceso en cuestión.

2.- Asegurar que los pacientes están informados de cualquier


objeción en un tiempo adecuado y que son remitidos a otro profesional
de la salud.

3.- Asegurar que los pacientes reciben el tratamiento adecuado,


especialmente en casos de urgencia

En el informe original, "Acceso de las mujeres a la atención médica


legal: problema del recurso no reglamentado a la objeción de conciencia", se
defendía la necesidad de "establecer un equilibrio entre la objeción de
conciencia de un individuo que rechaza realizar un acto médico" y "la
responsabilidad profesional y el derecho de cada paciente a recibir un tratamiento
legal", sin embargo, en la Resolución aprobada, la petición de protección
a la objeción en materia abortiva, se extiende al rechazo a acoger o asistir
a un aborto, un falso parto provocado o una eutanasia y "toda intervención
que provoque la muerte de un feto o de un embrión humano, cuales quiera que
sean las razones".

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De esta forma, el Consejo de Europa dio carta de naturaleza a la


tesis defendida por la mayoría de los juristas, en el sentido de considerar
que en materia de objeción de conciencia no se trata tanto de una
cuestión de ideología y religión, sino más bien de derechos humanos, y
de rechazo a la discriminación según lo estipulado en el artículo 14 del
Convenio Europeo de Derechos Humanos.

II.- Leyes y normas que van a provocar objeciones.


II. I.- Ley Orgánica 2/2010, ley de modificación del aborto.
II.I.I.- Planteamiento general.

La cuestión del reconocimiento de la objeción de conciencia,


como se deduce de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, no
puede resolverse a través de la fijación de un sistema de numerus clausus,
fuera de los cuales no sea posible el ejercicio de este derecho, cosa que
hace la Ley Orgánica 2/2010, que sólo regula la misma para los
médicos, que directamente intervengan en la práctica de abortos. Si así
fuera, difícilmente se hubiera reconocido ninguna modalidad de
objeción fuera de la estrictamente militar, recogida en el artículo 30 de la
Constitución. Muy al contrario, la respuesta del Tribunal Constitucional
en los diferentes supuestos planteados se ha concretado en la realización
de un juicio de ponderación de las circunstancias de cada caso, llegando
a afirmar que la acomodación de las creencias religiosas o ideológicas
debe estimarse en tanto no exista un bien jurídico de mayor relevancia
que deba prevalecer.

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Naturalmente, al tratarse la objeción de conciencia de una


facultad derivada de la libertad religiosa e ideológica, su ejercicio y
reconocimiento está sujeto a los límites establecidos en la CE a este
derecho. Por tanto, en la medida en que el ejercicio de estos derechos no
afecte a ninguno de los límites contemplados en el artículo 3.1 de la Ley
Orgánica 7/19805, de Libertad Religiosa, -que está en consonancia con
lo dispuesto en los textos internacionales sobre la materia- resultará
obligado el reconocimiento de la objeción de conciencia en todos los
supuestos posibles, e implicando a todos los sujetos intervinientes.

En los debates parlamentarios de la L.O. 2/2010 no se acreditó,


ni en la redacción de la norma queda reflejado, cuál es el interés
prevalente del Estado que justifique la vulneración del derecho de
libertad religiosa e ideológica en su proyección sobre el derecho del
personal sanitario (no sólo médicos, sino enfermeros, auxiliares de
clínica, o personal administrativo de los servicios de salud que han de
intervenir en la planificación de agendas, autorización de gastos
sanitarios…).

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Art. 3.1. “El ejercicio de los derechos dimanantes de la Libertad Religiosa y de Culto tiene como
único límite la protección del derecho de los demás al ejercicio de sus libertades públicas y derechos
fundamentales, así como la salvaguardia de la seguridad, de la salud y de la moralidad pública,
elementos constitutivos del orden público protegido por la Ley en el ámbito de una sociedad
democrática.”

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II.I.II.- Objeción de conciencia en el ámbito sanitario.

La objeción de conciencia forma parte del contenido del derecho


fundamental a la libertad ideológica y religiosa reconocido en el art. 16.1
C.E y, como el Tribunal Constitucional ha indicado en diversas
ocasiones, la Constitución es directamente aplicable, especialmente en
materia de derechos fundamentales. O lo que es igual, la objeción de
conciencia es un verdadero derecho constitucional, esté o no regulado
en leyes positivas.

Así, la STC 53/1985, en su fundamento jurídico 14, cuando se le


planteó la posible inconstitucionalidad de la ley que despenalizaba
determinados supuestos de aborto por no contemplar la regulación de la
objeción de conciencia de los médicos y demás personal sanitario, se
pronunció de forma categórica acerca de la posibilidad de ejercer la
objeción de conciencia por parte del personal sanitario a quien pudiera
corresponder practicar un aborto, aunque la ley no dijera nada al
respecto.

La objeción exterioriza contenidos ético-profesionales


emblemáticos, como el respeto máximo a la vida en la tradición
deontológica, el área de la legítima libertad de prescripción, la
independencia individual ante las modas, y la resistencia al consumismo
médico.

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En España no existe legislación sobre la objeción de conciencia


sanitaria, y, a tenor de la sentencia 53/1985 del Tribunal
Constitucional, no es necesaria.

La Constitución española se muestra muy generosa a la hora de


prohibir cualquier discriminación por razones ideológicas, y de
garantizar la privacidad de todos los ciudadanos, pues nadie puede ser
obligado a declarar sobre su ideología y convicciones, ni puede ser
discriminado por ello. Así las cosas, y dada la ausencia de regulación, la
norma deontológica cobra especial relieve.

Lo más frecuente es la inclusión en los códigos de deontología de


un artículo que proclama el derecho del médico a rechazar su
participación en determinadas intervenciones, y que señala la conducta
que el médico ha de seguir cuando objeta. Lo mismo ocurre con las
regulaciones deontológicas de las profesiones de enfermería y farmacia.

Así, el artículo 26.1 del Código de Ética y Deontología Médica de


la Organización Médica Colegial declara que es conforme a la
Deontología que el médico, por razón de sus convicciones éticas o
científicas, se abstenga de la práctica del aborto o en cuestiones de
reproducción humana o de trasplante de órganos, y que informará sin
demora de las razones de su abstención, ofreciendo en su caso el
tratamiento oportuno al problema por el que se le consultó, respetando

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siempre, la libertad de las personas interesadas en buscar la opinión de


otros médicos.

La negativa del médico a realizar, por motivos éticos o religiosos,


determinados actos que son ordenados o tolerados por la autoridad es
un acción de gran dignidad ética cuando las razones aducidas por el
médico son serias, sinceras y constantes, y se refieren a cuestiones graves
y fundamentales. El objetor siente hacia los actos que rechaza en
conciencia una repugnancia moral profunda, hasta el punto de que
someterse a lo que se le ordena o pide, equivaldría a traicionar su propia
identidad y conciencia, a manchar su dignidad de agente moral.

Como dice el art. 17 de la Guía de Ética Médica Europea, según


texto aprobado por unanimidad en la Conferencia Internacional de
Ordenes Médicas de 6 de enero de 1987, "Es conforme a la ética que el
médico, en razón de sus convicciones personales, se niegue a intervenir en procesos
de reproducción o en casos de interrupción de la gestación o abortos”.

El Código de Ética y Deontología Médica de la Organización


Médica Colegial, de 1999 establece en su artículo 24, que “al ser humano
embrión-fetal se le debe tratar con las mismas directrices éticas, incluido el
consentimiento informado de los progenitores, que se aplica a los demás
pacientes”. De igual forma, y a raíz de la Ley de Despenalización del
Aborto de 1985, dicho código estableció en su artículo 23 que “El médico
es un servidor de la vida humana. No obstante, cuando la conducta del médico

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respecto al aborto se lleve a cabo en los supuestos legalmente despenalizados, no


será sancionado estatutariamente”.

II.I.III.- La objeción de conciencia en la Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo.

El artículo 19.2 de la Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, regula


la objeción de conciencia del personal sanitario. No obstante, dicha
regulación es sumamente restrictiva, hasta el punto de convertirse por
ello en inconstitucional.

Efectivamente, el artículo 19.2 exige los siguientes requisitos:

1.- Que el objetor sea personal sanitario y que esté directamente


implicado en la interrupción voluntaria del embarazo.

2.- Su ejercicio no puede significar un menoscabo al acceso de calidad


asistencial de la prestación del aborto.

3.- La objeción debe manifestarse anticipadamente y por escrito.

Precisamente, la primera objeción de trascendencia constitucional


es la limitación de la objeción de conciencia al personal sanitario,
directamente implicado, limitación que comulga poco con el desarrollo

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del derecho a la objeción de conciencia que tiene establecido el Tribunal


Constitucional. Textualmente, el artículo 19.2 se refiere a “los
profesionales sanitarios directamente implicados en la interrupción voluntaria del
embarazo”.

En necesario recordar que la objeción de conciencia forma parte


del contenido del derecho fundamental a la libertad ideológica y
religiosa, por lo que es indudable que cualquier persona que intervenga
en cualquiera de las fases necesarias para culminar el aborto, puede
hacer uso del derecho a objeción. Así, el personal administrativo que
tiene que planificar la agenda del médico, o que tiene que autorizar el
pago de las facturas de la práctica abortiva, el personal de trabajo social o
psicología, que tienen que informar sobre la práctica del aborto, el
ecógrafo que tiene la misión de realizar las pruebas conducentes a
establecer la minusvalía del feto, el analista, anestesista, enfermero,
ginecólogo, o cualquier otro especialista, que directa o indirectamente
cooperen en cualquiera de los actos administrativos, médicos o auxiliares
necesarios para concluir un aborto. Del mismo modo, tiene que
reconocerse la objeción del director del centro clínico u hospitalario que
por razón de su cargo tiene que diseñar los cuadrantes, permisos,
agendas o disponibilidad de personal necesaria para garantizar la práctica
de interrupciones voluntarias del embarazo, ya sea en centros públicos o
privados.

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Así, la sentencia ya analizada de fecha 13 de febrero de 1998 de la


Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de las Islas Baleares, se
pudo pronunciar a favor de la objeción de conciencia de las matronas.

El que la objeción de conciencia no pueda significar un


menoscabo al acceso de calidad asistencial de la prestación del aborto,
supone igualmente una clara vulneración del artículo 16.1 C.E., con la
que se enfrentan dos derechos que no tienen la misma naturaleza.

Tal y como ha quedado referido, la objeción de conciencia forma


parte del contenido del derecho fundamental a la libertad ideológica y
religiosa, y por tanto goza de la protección propia de los derechos
fundamentales, sin que sea posible ponderar dicho derecho, con el
hipotético derecho a la prestación sanitaria del aborto.

Efectivamente, ni este derecho existe (derecho al aborto, o a la


prestación sanitaria al aborto), ni de existir puede contraponerse al
derecho fundamental a la libertad ideológica, toda vez que el único otro
derecho fundamental existente es el derecho a la vida del nasciturus,
derecho que no entra en contradicción con el derecho de objeción; más
bien lo contrario, al ser un derecho que encuentra su mejor garantía en
el derecho a la objeción del personal sanitario.

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Es necesario recordar que la responsabilidad del acceso asistencial


al aborto es exclusiva de la administración, mediante la dotación de
cuantos medios humanos y materiales sea menester, sin que para
garantizar dicho acceso pueda hacerlo a costa de violar los derechos
fundamentales del personal sanitario.

Por último, es necesario advertir que la necesidad de manifestar


la objeción de forma anticipada y por escrito, no sólo vulnera el artículo
16 de la Constitución, sino que también vulnera el artículo 18 de la
misma.

Para restringir un derecho fundamental, es preceptivo que dicha


restricción no sólo sea en protección de otro derecho fundamental de
igual importancia, sino que dicha limitación encuentre un motivo
razonable y no arbitrario. En este sentido, se tratan de imponer dos
condiciones -una temporal y otra formal- a la objeción, que ni tratan de
ponderar otros derechos fundamentales, ni se explica correctamente el
porqué de su exigencia.

Es evidente, que el carácter anticipado de la objeción pone en


serio peligro la virtualidad del ejercicio del derecho mismo, dado que no
sólo nadie está obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencia,
sino que ni siquiera está obligado a conservar a través de su iter personal
la misma ideología. En este sentido, la norma trata de imponer límites al
libre desarrollo de la personalidad, desarrollo que puede determinar el

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Aproximación a la objeción de conciencia sanitaria

cambio de posición en materia de defensa de la vida, cambio de


sentimiento, creencia o ideología, que por otro lado se puede producir
en ambos sentidos, es decir, desde posiciones no objetoras a objetoras, o
a la inversa.

En el mismo sentido, cabe referirse a la necesidad de que la misma


figure por escrito, exigencia que no encuentra fundamentación ninguna,
y que supone una clara violación a los derechos reconocidos en los
artículos 16 y 18 CE, a la vez que constituye un requisito arbitrario e
injustificado. Es cierto que el ejercicio de la objeción de conciencia
reclama por su misma naturaleza de un acto de manifestación externa de
quien lo ejerce, pero esta no ha de ser necesariamente por escrito. En
este sentido, lo que si parece claro, es que no es necesario alegar ninguna
motivación concreta, pues como ya estableció la Sentencia del Tribunal
Europeo de Derechos Humanos de 29/06/2007, caso Folgero contra
Reino de Noruega, puede ser excesiva la reclamación de determinados
detalles sobre los motivos del ejercicio a la objeción.

En cuanto a la objeción de conciencia del resto de personal


sanitario, o no sanitario, hemos de recordar que la L.O. 2/2010 solo
reconoce la objeción de conciencia para el médico que realice el aborto,
olvidando la objeción de conciencia de otros profesionales sanitarios, y
violando, por tanto, la jurisprudencia ya asentada sobre otras
especialidades sanitarias.

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Aproximación a la objeción de conciencia sanitaria

Debemos recordar, por ejemplo, que la objeción de conciencia


viene reconocida en el artículo 22 del Código Deontológico del Consejo
Nacional de Enfermería, 1989 (CDE), que señala que “de conformidad en
lo dispuesto en el art. 16.1 de la Constitución Española, la enfermera/o tiene,
en el ejercicio de su profesión, el derecho a la objeción de conciencia que deberá
ser debidamente explicitado ante cada caso concreto. El Consejo General y los
Colegios velarán para que ninguna enfermera/o pueda sufrir discriminación o
perjuicio a causa del uso de este derecho”.

Por otra parte, y en ámbito de la administración pública, la Ley


55/2003, de 16 de diciembre, del Estatuto Marco del Personal
Estatutario de los Servicios de Salud, en su Capítulo IV (Derechos y
deberes), artículo 17 (Derechos Individuales), establece en su apartado 1
letra k) “1. El personal estatutario de los servicios de salud ostenta los siguientes
derechos:

[…]k) A la no discriminación por razón de nacimiento, raza, sexo, religión,


opinión, orientación sexual o cualquier otra condición o circunstancia personal o
social”.

Y en su artículo 19 (Deberes), establece que “El personal estatutario


de los servicios de salud viene obligado a:

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Aproximación a la objeción de conciencia sanitaria

a) Respetar la Constitución, el Estatuto de Autonomía correspondiente y el


resto del ordenamiento jurídico.

b) Ejercer la profesión o desarrollar el conjunto de las funciones que


correspondan a su nombramiento, plaza o puesto de trabajo con lealtad,
eficacia y con observancia de los principios técnicos, científicos,
éticos y deontológicos que sean aplicables.”

II.II.- Sobre un caso concreto: la objeción de conciencia al


diagnóstico prenatal.

Es evidente que para poder realizar el aborte eugenésico se


necesita de un previo informe, de un diagnóstico prenatal. Sin embargo,
no se regula la objeción de conciencia del personal que realiza tal
práctica, y que en principio, parece no ser alcanzado por la objeción del
personal que interviene directamente.

Pues bien, no es posible un aborto eugenésico sin un dictamen


prenatal previo que transforma al médico que participa en el diagnóstico
en cooperante necesario de los abortos eugenésicos que se materialicen.
La propia OMS critica un sistema de diagnóstico prenatal sin la
posibilidad de proporcionar "opciones reproductivas" y reconoce la
posibilidad de que los médicos que se oponen al aborto no participen en
los programas de diagnóstico prenatal.

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Aproximación a la objeción de conciencia sanitaria

El informe del Consejo de Estado ante la nueva ley de aborto6,


alertaba sobre la vinculación entre diagnostico prenatal y aborto
eugenésico, recordando que tal causa de aborto es contraria al
ordenamiento jurídico internacional suscrito por España, por constituir
una discriminación por motivos de salud. Así pues, el diagnóstico
prenatal utilizado para detectar anomalías con objeto de producir el
aborto es contrario al ordenamiento jurídico internacional, a las
declaraciones del Consejo de Europa (Comité de ministros N/90 del
13al 21/6/1990), y del Comité Internacional de Bioética de la
UNESCO (Informe 29/08/1994).

Es más, los programas de diagnóstico prenatal que contemplan


como utilidad acabar con la vida del ser humano embriofetal enfermo
son contrarios al código deontológico de la profesión médica. El artículo
27.3 de dicho Código indica que "El médico nunca provocará
intencionadamente la muerte de ningún paciente, ni siquiera en caso de petición
expresa por parte de éste". Otra norma, recogida en el artículo 24.1 del
vigente Código de Ética y Deontología Médica, establece que "al ser
humano embriofetal enfermo se le debe tratar de acuerdo con las mismas
directrices éticas, incluido el consentimiento informado de los progenitores, que se
aplican a los demás pacientes". El artículo 26.1 del mismo Código reconoce
que "el médico tiene el derecho a negarse por razones de conciencia (...) a
interrumpir un embarazo".

6
Dictamen del Consejo de Estado sobre el anteproyecto de Ley Orgánica de Salud Sexual y
Reproductiva y de la Interrupción Voluntaria del Embarazo, de fecha 17 de septiembre de 2009.

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Aproximación a la objeción de conciencia sanitaria

El médico que desee ajustarse a su código deontológico debe


tratar al ser embriofetal enfermo con los mismos criterios éticos que a
cualquier otro paciente y eso incluye no someterlo a pruebas que puedan
someter al paciente a un riesgo directo, de muerte, o que estén diseñadas
para que acabar con su vida sea una opción, ni atender a la solicitud de
que se acabe con su vida.

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Aproximación a la objeción de conciencia sanitaria

III.-Anexos
III.I.- Apéndice jurisprudencial.

- Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de las Islas Baleares,


de fecha 13/02/1998, sobre objeción de personal sanitario a la
práctica de abortos.
- Sentencia del Tribunal Supremo de fecha 23/04/2005, sobre
objeción farmacéutica.
- Sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, de fecha
29/06/2007, caso Folgero contra Noruega.
- Sentencia del Tribunal Constitucional 53/1985.

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Aproximación a la objeción de conciencia sanitaria

III.II.- Texto original y texto traducido, de la Resolución nº


1763/2010 de la Asamblea Parlamentaria,”The right to
conscientious objection in lawful medical care”.

1. No person, hospital or institution shall be coerced, held liable or


discriminated against in any manner because of a refusal to perform,
accommodate, assist or submit to an abortion, the performance of a
human miscarriage, or euthanasia or any act which could cause the death
of a human foetus or embryo, for any reason.

2. The Parliamentary Assembly emphasises the need to affirm the


right of conscientious objection together with the responsibility of the
state to ensure that patients are able to access lawful medical care in a
timely manner. The Assembly is concerned that the unregulated use of
conscientious objection may disproportionately affect women, notably
those having low incomes or living in rural areas.

3. In the vast majority of Council of Europe member states, the


practice of conscientious objection is adequately regulated. There is a
comprehensive and clear legal and policy framework governing the
practice of conscientious objection by healthcare providers ensuring that
the interests and rights of individuals seeking legal medical services are
respected, protected and fulfilled.

4. In view of member states' obligation to ensure access to lawful


medical care and to protect the right to health, as well as the obligation to
ensure respect for the right of freedom of thought, conscience and
religion of healthcare providers, the Assembly invites Council of Europe
member states to develop comprehensive and clear regulations that
define and regulate conscientious objection with regard to health and
medical services, which:

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Aproximación a la objeción de conciencia sanitaria

4.1. guarantee the right to conscientious objection in relation to


participation in the procedure in question;

4.2. ensure that patients are informed of any objection in a timely


manner and referred to another healthcare provider;

4.3. ensure that patients receive appropriate treatment, in


particular in cases of emergency.

Texto traducido: “El derecho a la objeción de conciencia en el cuidado


médico legal”, Resolución 1763 (2010), de la Asamblea Parlamentaria
del Consejo de Europa.

1. Ninguna persona, hospital o institución, será obligado,


responsabilizada o discriminada de cualquier manera a causa de la
negativa a realizar, acoger, ayudar o someterse a un aborto, la realización
de un aborto involuntario, o la eutanasia o cualquier acto que pudiera
causar la muerte de un feto o embrión humano, por cualquier razón.

2. La Asamblea Parlamentaria hace hincapié en la necesidad de


afirmar el derecho de objeción de conciencia, junto con la
responsabilidad del Estado para asegurar que los pacientes puedan tener
acceso a la atención médica legítima en el momento oportuno. A la
Asamblea le preocupa que el uso no regulado de la objeción de
conciencia pueda afectar desproporcionadamente a las mujeres,
especialmente las que tienen ingresos bajos o que vivan en zonas rurales.

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Aproximación a la objeción de conciencia sanitaria

3. En la gran mayoría de Estados miembros del Consejo de


Europa, la práctica de la objeción de conciencia está adecuadamente
regulado. Existe un marco jurídico claro, completo y políticas que rigen
la práctica de la objeción de conciencia por los proveedores de asistencia
sanitaria para garantizar que los intereses y derechos de las personas que
buscan servicios médicos legales sean respetados, protegidos y
cumplidos.

4. En vista de la obligación de los Estados miembros para


garantizar el acceso a la atención médica y legal para proteger el derecho
a la salud, así como la obligación de garantizar el respeto del derecho a la
libertad de pensamiento, de conciencia y de religión de los proveedores
de asistencia sanitaria, la Asamblea invita al Consejo de los Estados
miembros de Europa al desarrollo reglamentario global y claro que
defina y regule la objeción de conciencia con respecto a los servicios
médicos y de salud, para:

4.1 garantizar el derecho a la objeción de conciencia en


relación a la participación en el procedimiento de que se trate;

4.2 garantizar que los pacientes estén informados de cualquier


objeción en el momento oportuno y sean remitidos a otro proveedor de
atención médica;

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Aproximación a la objeción de conciencia sanitaria

4.3. garantizar que los pacientes reciban un tratamiento


adecuado, en particular en casos de emergencia.

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Aproximación a la objeción de conciencia sanitaria

III.III.- Objeción de conciencia del médico, Declaración de la


Comisión Central de Ética y Deontología Médica de la OMC, de fecha
31 de mayo de 1997.

La Asamblea General de la OMC aprobó el pasado 31 de mayo un


documento elaborado por la Comisión Central de Deontología,
Derecho Médico y Visado sobre la objeción de Conciencia del Médico
que se transcribe literalmente a continuación.

Introducción.

1. La objeción de conciencia del médico se ha convertido últimamente,


tanto dentro como fuera de la profesión, en objeto de debate. Es lógico
que, en la medida en que se multiplica y se hace más explícito el
pluralismo ético de nuestra sociedad, crezca el número de episodios en
que el médico presente objeción de conciencia, es decir, se produzcan
situaciones de conflicto entre, por un lado, lo que prescriben las leyes,
ordenan los gestores sanitarios o desean los pacientes y, por otro, lo que
los médicos pueden hacer en conciencia.

2. La Comisión Central de Deontología, Derecho Médico y Visado ha


sido interrogada en tiempos recientes sobre algunos aspectos de la
objeción de conciencia del médico, tales como su dignidad ética, las
acciones a las que puede ser aplicada, o la extensión e intensidad de la
protección corporativa al médico objetor.

3. No son muchos los puntos de referencia deontológicos y jurídicos


sobre la objeción de conciencia. El Código de Ética y Deontología
Médicas vigente no lo soslaya, pero la trata de modo incompleto. Por su
parte, ninguna de las normas legales específicas sobre materias
objetables (leyes vigentes sobre el aborto o la reproducción asistida

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Aproximación a la objeción de conciencia sanitaria

humana, por ejemplo) incluyen referencia alguna a la objeción de


conciencia del médico.

4. Para orientar la conducta de los médicos, la Comisión Central de


Deontología, Derecho Médico y Visado estima conveniente ofrecer la
presente Declaración para completar y confirmar la doctrina
deontológica sobre la objeción de conciencia, para orientar la conducta
profesional de los médicos y para contribuir al debate social y a abrir
camino a una regulación omnicomprensiva, legal y deontológica, sobre
la materia.

Principios éticos, sociológicos y jurídicos.

1. La negativa del médico a realizar, por motivos éticos o religiosos,


determinados actos que son ordenados o tolerados por la autoridad es
una acción de gran dignidad ética cuando las razones aducidas por el
médico son serias, sinceras y constantes y se refieren a cuestiones graves
o fundamentales. El objetor siente hacia los actos que rechaza en
conciencia una repugnancia moral profunda, hasta el punto de que
someterse a lo que se le ordena o pide equivaldría a traicionar su propia
identidad y conciencia, a manchar su dignidad de agente moral. Como
dice el artículo 18 de la Guía de Ética Médica Europea y nuestro Código
de Ética y Deontología Médicas repite casi literalmente, "Es conforme a
la ética que el médico, en razón de sus convicciones personales, se
niegue a intervenir en procesos de reproducción o en casos de
interrupción de la gestación o abortos".

2. Como signo de madurez cívica y de progreso moral y político, las


sociedades modernas aceptan el gesto de la objeción pacífica, sin tomar
represalias o ejercer discriminaciones contra el objetor, en el común
respeto a los derechos fundamentales de las personas, consagrados en
todas las Constituciones. La tolerancia a la genuina objeción de

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Aproximación a la objeción de conciencia sanitaria

conciencia es algo connatural a la sociedad de hoy, en la que el


pluralismo ético es aceptado como una realidad privilegiada, a la que
han de sacrificarse otros valores, de alta funcionalidad y eficacia, pero de
dignidad ética inferior.

3. La objeción de conciencia es también un bien jurídico básico, que no


existe porque haya sido reconocido por la ley, sino que es reconocido
por la ley porque significa y manifiesta el respeto civil debido a la
identidad moral de las personas. La sentencia del Tribunal
Constitucional de 11 de abril de 1985, en respuesta al recurso de
inconstitucionalidad planteado a la Ley Orgánica de reforma del artículo
417 bis del anterior Código Penal, declara, entre otras cosas, que tal
objeción de conciencia existe por sí misma, esto es, que no necesita ser
regulada, pues forma parte del derecho fundamental a la libertad
ideológica y religiosa reconocido por el artículo 16.1 de la Constitución
Española. Su ejercicio, añade la jurisprudencia constitucional española,
es de aplicación directa, por cuanto se trata de uno de los derechos
fundamentales.

Aspectos prácticos.

1. El ejercicio de la objeción de conciencia puede dar origen a


situaciones tensas y potencialmente conflictivas. Cuando opone su
objeción, el médico debe mostrar siempre una actitud serena y llena de
respeto hacia los pacientes, los colegas y las autoridades cuyas
convicciones difieren de las suyas, tal como lo señalan los artículos 27.1
y 35.3 del Código de Ética y Deontología Médica. En una situación tan
peculiar, cualquier gesto violento está fuera de lugar.

2. La objeción de conciencia, que se refiere al rechazo de ciertas


acciones, nada tiene que ver con el rechazo de las personas. El médico
objetor, aún absteniéndose de practicar el acto objetado, está, sin

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Aproximación a la objeción de conciencia sanitaria

embargo, obligado, en especial en caso de urgencia, a prestar cualquier


otra atención médica, antecedente o subsiguiente, a la persona que se
somete a la intervención objetada.

3. Sería éticamente intolerable que un colegiado que objetara en


conciencia en la institución en la que trabaja asalariado, practicara la
acción objetada cuando trabaja por propia cuenta. Tal conducta sería
signo de doble moral que causaría grave descrédito a la profesión
médica, pues revelaría que es el afán de lucro el móvil esencial de su
comportamiento. La Comisión Central de Deontología es de la opinión
que en la legislación que en su día regule la objeción de conciencia
profesional se penalice con la máxima dureza posible a quienes hicieran
un uso espurio e indigno de la objeción.

4. Con vistas a la prestación de la ayuda y asesoramiento del Colegio de


Médicos que señala el artículo 27.2 del Código de Ética y Deontología
Médicas, la Comisión Central de Deontología, Derecho Médico y
Visado sugiere la creación de un procedimiento, voluntario y
confidencial, mediante el cual el colegiado objetor comunique al
Presidente del Colegio de Médicos en el que está inscrito su condición
de tal.

5. En el aspecto laboral, la objeción de conciencia nunca podrá suponer


ni una ventaja ni una desventaja para el médico que objeta. No podrá
dar ocasión a situaciones de "castigo" o marginación, ni a
discriminaciones negativas. La Organización Médica Colegial deberá
oponerse con todas sus fuerzas a cualquier convocatoria para plazas, en
instituciones públicas o privadas, en las que los médicos objetores
sufrieran discriminación por el mismo hecho de objetar.
Independientemente de lo que los Tribunales de Justicia pudieran
determinar acerca de la ilegalidad o anticonstitucional de tales
convocatorias, la Organización Médica Colegial debe intervenir desde
posiciones deontológicas y estatutarias para hacer valer el derecho de

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Aproximación a la objeción de conciencia sanitaria

todos los colegiados, sin distinción, a no ser limitados en su ejercicio


profesional cuando éste discurre por un correcto cauce deontológico
(Estatutos Generales de la Organización Médica Colegial, Art. 42 e).

6. De igual modo, la objeción de conciencia jamás podrá suponer, para


el que objeta, la obtención de ventajas laborales. Degradaría su dignidad
ética el médico que interpusiera objeción de conciencia para reducir su
carga de trabajo o para excluirse de servicios molestos. El médico
objetor demostrará rectitud de su intención cumpliendo de buena gana
la tarea que se le asigne para sustituir el trabajo del que se ha abstenido
por razón de conciencia.

7. Es indudable que, en el futuro, al acentuarse el pluralismo ético de la


sociedad, crecerá el número de las acciones que pueda el médico
rechazar en conciencia. Parece claro que a la clásica objeción al aborto, a
las intervenciones de reproducción humana (esterilización,
contracepción y contragestación, fecundación asistida, embriología
clínica), se puedan añadir otras, como por ejemplo, el rechazo pacifista a
colaborar con la medicina militar, a practicar la eutanasia, a colaborar en
la ayuda médica al suicidio, o a ejecutar ciertos protocolos clínicos.
También podrán los médicos negarse a cumplir aquellas órdenes de
contenido económico o administrativo, impuestas por la autoridad
sanitaria, si violentaran su conciencia y libertad o pudieran causar
perjuicios o daño a los enfermos.

8. Nunca, sin embargo, será legítimo trivializar la materia objetada. Si,


por un lado, la conciencia recta impone con firmeza innegociable el
deber de objetar cuando la gravedad objetiva de la materia así lo exige,
obliga, por otro y con la misma firmeza, a mostrar una tolerancia amplia
y amistosa hacia la legítima diversidad ideológica y profesional.

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Aproximación a la objeción de conciencia sanitaria

III.IV.- Modelos de declaración de objeción de conciencia.


III.IV.I .- Modelo de objeción para el personal médico.

A: [Dirección del centro o colegio profesional]

D/Dª. ____________________, colegiado núm. ________________


del Ilustre Colegio Oficial de ______________ de ______________, al
amparo de:

1. Lo señalado en el art. 16 de la Constitución española que


reconoce el derecho fundamental a la libertad ideológica y de
conciencia.

2. Lo establecido en la Sentencia del Tribunal Constitucional


53/1985, que en su fundamento 14, reconoce lo siguiente:

“No obstante, cabe señalar, por lo que se refiere al derecho a la


objeción de conciencia, que existe y puede ser ejercitado con
independencia de que se haya dictado o no su regulación. La
objeción de conciencia forma parte del contenido del derecho
fundamental a la libertad ideológica y religiosa reconocida en el
art. 16.1 CE y como ha indicado este Tribunal en diversas
ocasiones, la Constitución es directamente aplicable,
especialmente en materia de derechos fundamentales”.
3. Lo dispuesto en el art. 18 de la Declaración Universal de los
Derechos Humanos.
4. Lo indicado en el art. 9 del Convenio Europeo de Derechos
Humanos.
5. Lo señalado en el art. 18 de la Declaración sobre Objeción de
Conciencia, aprobada por la Asamblea General de la
Organización Médica Colegial el 31 de mayo de 1997.

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Aproximación a la objeción de conciencia sanitaria

6. Lo dispuesto en el art. 26 del Código de Ética y Deontología


Médica [para el caso de los médicos, otros profesionales citarán
su norma deontológica, y de no existir, citarán únicamente la
legislación de carácter general] actualmente en vigor.

7. Lo establecido en el art. 19,2 de la ley 2/2010 del aborto.

Hago constar mi objeción de conciencia con la negativa o renuncia a


intervenir en aquellos actos sanitarios que sean necesarios,
condicionantes o concluyentes para realización de las técnicas de
asistencia a la reproducción humana, la esterilización y la interrupción
voluntaria del embarazo.

Según el citado Código de Deontología en su art. 26, el médico tiene


derecho a negarse por razones de conciencia a aconsejar alguno de los
métodos de regulación y de asistencia a la reproducción, a practicar la
esterilización o a interrumpir un embarazo. También podrá comunicar
al Colegio de Médicos su condición de objetor de conciencia a los
efectos que considere procedentes.

Asimismo, deseo dejar constancia de la absoluta reserva y la especial


protección de que goza esta declaración, de acuerdo con lo dispuesto en
la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos
de Carácter Personal.

Lo que comunico para su conocimiento y efectos en ________ a __ de


_____ de 20__.

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Aproximación a la objeción de conciencia sanitaria

III.IV.II.- Modelo de objeción para el personal de enfermería.

Al Colegio Oficial de Diplomados en Enfermería de___________.

D/Dª_______________________________ con DNI nº __________ y


colegiado/a nº __________________ del Ilustre Colegio de
Diplomados en Enfermería de ______________ ante esta corporación
comparece y como mejor proceda

EXPONE:

Que mediante el presente escrito, vengo a comunicar al Colegio mi


condición de OBJETOR/A DE CONCIENCIA a participar como
profesional de la Enfermería, en aquellos actos sanitarios que sean
necesarios, condicionantes o concluyentes para realización de las
técnicas de asistencia a la reproducción humana, la esterilización y la
interrupción voluntaria del embarazo, a los efectos precedentes.

Fundamento mi petición en lo siguiente:

1. Que la objeción de conciencia forma parte del contenido del


derecho fundamental a la libertad ideológica y religiosa
reconocido en el artículo 16.1 de nuestra Constitución y en el
artículo 22 del Código Deontológico del Consejo Nacional de
Enfermería, 1989 (CDE).

2. Que la vida humana es un proceso continuo que comienza en la


fecundación y termina en la muerte, y que el respeto a la vida es
un derecho fundamental, expresamente reconocido en el artículo
15 de nuestra Constitución.

Centro Jurídico Tomás Moro Página 42


Aproximación a la objeción de conciencia sanitaria

3. Mi compromiso deontológico de respetar el derecho fundamental


a la vida de mis pacientes y evitar la realización de acciones
conducentes a su menoscabo o que conduzcan a su destrucción
(Artículo 16, CDE).

4. El artículo 22 del citado Código de Deontología, que señala que


“de conformidad en lo dispuesto en el art. 16.1 de la Constitución
Española, la enfermera/o tiene, en el ejercicio de su profesión, el
derecho a la objeción de conciencia que deberá ser debidamente
explicitado ante cada caso concreto. El Consejo General y los
Colegios velarán para que ninguna enfermera/o pueda sufrir
discriminación o perjuicio a causa del uso de este derecho”.

5. Asimismo, deseo dejar constancia de la absoluta reserva y la


especial protección de que goza esta declaración, de acuerdo con
lo dispuesto en la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de
Protección de Datos de Carácter Personal, especialmente en sus
artículos 6 y 7.

Por lo expuesto:

Solicito tenga por hechas las anteriores manifestaciones y tenga por


formulada a los efectos oportunos mi condición de objetor/a de
conciencia.

En __________ a __ de ______________de 20__

Centro Jurídico Tomás Moro Página 43


Aproximación a la objeción de conciencia sanitaria

III.IV.III.- Modelo de objeción para la enfermera-comadrona.

Al Colegio Oficial de Diplomados en Enfermería de___________.

D/Dª_______________________________ con DNI nº __________ ,


enfermera comadrona colegiado/a nº __________________ del Ilustre
Colegio de Diplomados en Enfermería de ______________ ante esta
corporación comparece y como mejor proceda

EXPONE:

Que mediante el presente escrito, vengo a comunicar al Colegio mi


condición de OBJETOR/A DE CONCIENCIA a participar como
profesional de la Enfermería, en aquellos actos sanitarios que sean
necesarios, condicionantes o concluyentes para realización de las
técnicas de asistencia a la reproducción humana, la esterilización y la
interrupción voluntaria del embarazo, a los efectos precedentes.

Fundamento mi petición en lo siguiente:

1. Que la objeción de conciencia forma parte del contenido del


derecho fundamental a la libertad ideológica y religiosa
reconocido en el artículo 16.1 de nuestra Constitución y en el
artículo 22 del Código Deontológico del Consejo Nacional de
Enfermería, 1989 (CDE).

2. Que el apartado III. C del Código Internacional de Ética de la


Confederación Internacional de Matronas dispone que “las
matronas pueden rehusar tomar parte en actividades frente a las
cuales mantienen una profunda oposición moral”

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Aproximación a la objeción de conciencia sanitaria

3. Que la vida humana es un proceso continuo que comienza en la


fecundación y termina en la muerte, y que el respeto a la vida es
un derecho fundamental, expresamente reconocido en el artículo
15 de nuestra Constitución.

4. Mi compromiso deontológico de respetar el derecho fundamental


a la vida de mis pacientes y evitar la realización de acciones
conducentes a su menoscabo o que conduzcan a su destrucción
(Artículo 16, CDE).

5. El artículo 22 del citado Código de Deontología, que señala que


“de conformidad en lo dispuesto en el art. 16.1 de la Constitución
Española, la enfermera/o tiene, en el ejercicio de su profesión, el
derecho a la objeción de conciencia que deberá ser debidamente
explicitado ante cada caso concreto. El Consejo General y los
Colegios velarán para que ninguna enfermera/o pueda sufrir
discriminación o perjuicio a causa del uso de este derecho”.

6. Asimismo, deseo dejar constancia de la absoluta reserva y la


especial protección de que goza esta declaración, de acuerdo con
lo dispuesto en la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de
Protección de Datos de Carácter Personal, especialmente en sus
artículos 6 y 7.

Por lo expuesto:

Solicito tenga por hechas las anteriores manifestaciones y tenga por


formulada a los efectos oportunos mi condición de objetor/a de
conciencia.

En __________ a __ de ______________de 20__

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Aproximación a la objeción de conciencia sanitaria

III.IV.IV .- Modelo de objeción para el personal administrativo.

A: [Dirección del centro sanitario]

D/Dª. _____________________ , con DNI nº _________ que


desempeña el puesto de trabajo de __________ , dependiente de la
Consejería de Sanidad de ______________,al amparo de:

1. Lo señalado en el art. 16 de la Constitución española que


reconoce el derecho fundamental a la libertad ideológica y de
conciencia.

2. Lo establecido en la Sentencia del Tribunal Constitucional


53/1985, que en su fundamento 14, reconoce lo siguiente:

“No obstante, cabe señalar, por lo que se refiere al derecho a la


objeción de conciencia, que existe y puede ser ejercitado con
independencia de que se haya dictado o no su regulación. La
objeción de conciencia forma parte del contenido del derecho
fundamental a la libertad ideológica y religiosa reconocida en el
art. 16.1 CE y como ha indicado este Tribunal en diversas
ocasiones, la Constitución es directamente aplicable,
especialmente en materia de derechos fundamentales”.
3. Lo dispuesto en el art. 18 de la Declaración Universal de los
Derechos Humanos.
4. Lo indicado en el art. 9 del Convenio Europeo de Derechos
Humanos.

Hago constar mi objeción de conciencia, con la negativa o renuncia a


intervenir en aquellos actos administrativos que sean necesarios,
condicionantes o concluyentes para realización de las técnicas de
asistencia a la reproducción humana, la esterilización y la interrupción
voluntaria del embarazo.

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Aproximación a la objeción de conciencia sanitaria

Asimismo, deseo dejar constancia de la absoluta reserva y la especial


protección de que goza esta declaración, de acuerdo con lo dispuesto en
la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos
de Carácter Personal.

Lo que comunico para su conocimiento y efectos en _________ a


_____ de __ de 20__.

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Aproximación a la objeción de conciencia sanitaria

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Aproximación a la objeción de conciencia sanitaria

Este libro se acabó de editar el día 20 de noviembre de 2010,

día de la presentación de Nuestra Señora María al Templo,

madre amantísima de la humanidad, vida, dulzura y esperanza nuestra.

LAUS DEO

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Aproximación a la objeción de conciencia sanitaria

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Autor: Centro-JuridicoTomas-Moro

Página personal: http://tomasmoro.bubok.com

Página del libro:

http://www.bubok.com/libros/191845/Aproximacion-a-la-objecion-de-concie

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