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El Familiar

Según se dice, el Familiar es el demonio mismo, y por lo general se


lo ha visto o se tiene conocimiento cabal de él en zonas de grandes
establecimientos fabriles o ingenios.
Es comentado que los dueños de estas fábricas, realizan un contrato
con el Diablo por el cual éste puede comerse unos cuantos peones
para que la industria tenga un año próspero.
Mucha gente asegura que el familiar, la mayoría de las veces con
forma de gigantesco perro negro sin cabeza y que arrastra una
pesada cadena, se pasea por las noches en medio de los cañaverales
a la espera del que será su próxima víctima.
En otras provincias se dice que el Familiar tiene también forma de
víbora negra y con pelos o tal vez de persona.
Como a la mayoría de estos seres, la forma de contrarrestar su
ataque es con un rosario, una cruz, mucha valentía o Fe.
El Pitayovai

 Llamado también Talonyovai, son


genios malignos que tienen el aspecto
de indiecitos y habitan en las selvas
del Alto Paraná, en el litoral argentino,
también en el Chaco paraguayo y se
dice que son antropófagos.
Tienen los pies sin dedos y los talones
para adelante (su nombre en guaraní
significa: talón frente a frente), de esa
manera desconcierta a todo aquél que
intenta huir de él.
Poseen como arma hachas de doble
filo, y subiendo en los árboles, esperan
a que alguien pase para tirarse encima
y matarlo. Ahorcan, muerden,
destrozan y devoran a la gente que
atrapan.
Como comenta Elena Bossi, aún se
recuerda cómo durante la guerra del
Paraguay con Bolivia, en 1932, el
Pitayovai mató a muchos soldados
destinados al monte.
El Ucumar
 Es un ser con apariencia de hombre petiso y
panzón. Tiene el cuerpo todo cubierto de pelos
con manos y pies muy grandes. Se dice que
posee una fuerza extraordinaria y que sus
gruñidos ensordecen. Se lo ha visto en la zona
de pedemonte, por lo que se piensa que vive en
cuevas de las montañas.
En Salta, se intentó ubicar a los ucumari
conocidos como los únicos osos de Sudamérica,
que habitaron, según se cree, hace miles de
años. Tenían un collar blanco y todas las
características de los úrsidos europeos o de
Norteamérica. También se cree que el oso de
anteojos, difundido en parte de América del Sur
pudo haber sido el inspirador de este particular
ser mitológico.
El Dr. Manuel Lizondo Borda, en su Estudio de
las, Voces Tucumanas, (Derivadas del Quichua),
explica así este vocablo: "Llamábase así a un
hombre casi bestial, feo, peludo, que vivía en los
montes tucumanos, hace varios años, y que
ocupó mucho la atención pública hasta que fue
preso por las autoridades: Se le atribuían raptos
de muchachas. (Con este nombre se asustaba a
los chicos, para quienes significaba algo así
como el monstruo)".
Ucumar: es voz quichua y aymara y significa en
ambos idiomas: Oso.
El POMBERO
 Algunos lo conocen como Petiso y gordo
Duende guaraní que nada tiene que ver con la
idea cristiana del demonio. Se dice que es una
enano robusto, velludo, con brazos tan largos
que los arrastra, manos desmesuradamente
grandes, piernas cortas rematadas con
enormes pies mirando hacia atrás (para
desorientar a quien lo rastrea), no tiene
“coyunturas”, es decir articulaciones del codo y
rodilla, lo que hace que sus movimientos sean
torpes y grotescos, usa un gran sombrero de
paja, y anda sin ropas. El Pomberito gusta
muchísimo del tabaco y la miel. Además puede
ser amigo o enemigo del hombre, según la
conducta de éste. Su función primordial es la
de cuidar del monte y los animales salvajes.
Se enoja muchísimo si algún cazador mata
más presas de las que consumirá. Si eso
ocurre se transforma en cualquier animal o
planta y con argucias induce al infractor a
internarse a lo profundo de la selva donde se
pierde. Lo mismo sucede con el pescador, o
aquel que corta árboles que no utilizará. Su
presencia no siempre puede ser advertida,
porque la capacidad de metamorfosearse, hace
que vigile subrepticiamente la conducta de los
hombres.
El Lobizón
 El Lobizón es el lobo-hombre en Argentina y
Uruguay. El origen de la leyenda es las
leyendas de werewolves de Alemania. Los
inmigrantes trajeron las leyendas de sus
países. Las leyendas se mezclaron con las de
los indios y forma una leyenda nueva.
El septimo hijo varon al llegar a la
adolescencia se transforma en lobizón los
martes y viernes por la noche. Al volver el
día recupera la forma humana.
Se caracteriza por el fulgor de la mirada
("echa fuego por los ojos"). Es inmune a las
armas de fuego, y solo se lo puede herir con
un arma blanca. En presencia de su propia
sangre recobra la forma humana, pero se
convierte en enemigo mortal de quien
descubrió su secreto y no se detiene hasta
matarlo. El Lobizón ataca y puede traspasar
el mal. A partir de allí la victima se convierte
en Lobizón, y el anterior escapa al maleficio.
Es conocido también como Lobishomen
(lobo-hombre, Brasil y Portugal) y
representado como una criatura mítica que
merodea por los campos en las noches de
luna llena.
La Umita
 Está historia es conocida mayormente en el noroeste
argentino, con menos influencia en el norte de Jujuy. Entre
varias versiones (Colombres, Coluccio, etc.), transcribiré la
de Paleari, que en cierto modo comprende a las otras...
Se cree que el nombre de Umita es un diminutivo
castellanizado del vocablo quichua UMA que significa cabeza
y, efectivamente, la leyenda se refiere a una cabeza de
hombre (algunos obvian el sexo) con abundante y larga
cabellera, ojos desorbitados, y tremenda dentadura que flota
en el aire por las noches, gimiendo, llorando y provocando el
terror entre quienes tienen la triste suerte de encontrarla.
Es un "alma en pena", sin duda, que paga sus culpas con el
errabundo y eterno vagar por los caminos solitarios. Nadie
sabe por qué fue condenada al Purgatorio, ni por qué se
empeña en provocar el susto. Alguna vez un paisano
valeroso la enfrentó y lucharon toda la noche, hasta el alba.
Ganó y la Umita se transformó en toro o en ternero.
Previamente narró su culpa al vencedor pero éste, a sus vez,
no pudo contarle a nadie, pues como precio a su hazaña
perdió el habla para siempre.
El duende
 Se dice que es un niño que murió sin ser bautizado o un niño malo que
golpeó a su madre. Es muy pequeño, lleva un sombrero grande y llora
como una criatura. Tiene una mano de hierro y otra de lana, cuando se
acerca a alguien le pregunta si con cuál mano desea ser golpeado.
Algunos dicen que, sin importar la elección, el duende golpeará siempre
con la de hierro. Otros, en cambio, aseguran que los desprevenidos eligen
la de lana y que es ésta la que en realidad más duele.
 Posee unos ojos muy malignos y dientes muy agudos. Suele aparecer a la
hora de la siesta o en la noche en los cañadones o quebradas. Tiene
predilección para con los niños de corta edad, aunque también golpea sin
piedad a los mayores.
 En la zona de los Valles Calchaquíes existen dos historias muy curiosas con
respecto al duende:
 Una cuenta que un arqueólogo, internándose en el cerro a horas de la
siesta escuchó el llanto de un niño. Al acercarse vio un párvulo en cuclillas
y con la cabeza gacha. Cuando le preguntó si qué le sucedía, el niño alzó
su maligno rostro y mostrando sus agudísimos dientes al tiempo que
sonreía, le dijo:
 - Tatita, mírame los dientes...
 El "gringo" salió corriendo tan veloz como las piernas le daban y nunca
regresó.
 La otra historia, narrada por Lucindo Mamaní, de Tafí del Valle, cuenta que
se vió al duende conversando en un zanjón con un niño que estaba a su
cuidado (actualmente un prominente médico). Al acercarse don Lucindo, el
duende -llamado "enano del zanjón" por los lugareños- salió huyendo.

La Luz Mala
Nuestro interior provinciano es muy lindo en paisajes y bellezas naturales, pero más bondadosa ha sido la
naturaleza con el hombre que habita en esas "soledades"; en esa eterna quietud y paz. Soledad que se
convierte en compañía para el espíritu, que le infunde melancolía y le fortifica el alma. Pero no siempre
hay tranquilidad en El Farol de Mandinga esos parajes; las corridas, los velorios, las fiestas religiosas y las
supersticiones mantienen inquieto al hombre de cerro y de campo y le tornan divertida su monótona vida.
 La riqueza cultural de nuestra gente es inimaginable; resultado de la fusión de las antiguas culturas
aborígenes, del cristianismo, de las soledades y desventuras que en el marco geográfico se desarrollaron a
través de años y años. Un tesoro que el hombre de la ciudad por su vida agitada y sofocante muchas
veces no conoce, y que forma parte de nuestra tradición.
 Entre las supersticiones y leyendas de la gente del campo o de los cerros está la de la "luz mala" o
"Farol de Mandinga", mito con trascendencia religiosa que se extiende por casi todo el Noroeste
Argentino.
 En algunas épocas del año (generalmente las más secas) se suelen ver de entre las pedregosas y
áridas quebradas de los cerros del oeste tucumano (Mala Mala, Nuñorco, Muñoz, Negrito, Quilmes, etc), a
la oración - de tarde -, o cuando los últimos rayos del sol iluminan las cumbres de los cerros y el intenso
frío de la noche va instalándose en los lugares sombreados, una luz especial, un fuego fatuo; producto de
gases exhalados por cosas que se hallan enterradas conjugados con los factores climáticos; a ella - con
terror y morbosidad - los lugareños denominan "luz mala" o el "farol del diablo".
 El día de San Bartolomé (24 de agosto) es el más propicio para verlos, ya que es cuando parece
estar más brillante el haz de luz que se levanta del suelo y que, por creencia general, se debe a la
influencia maligna, ya que popularmente estiman que es el único día en que Lucifer se ve libre de los
detectives celestiales y puede hacer impunemente de las suyas (Ambrosetti, "Supersticiones y leyendas").
 La luz es temida también por que imaginan ver en ella el alma de algún difunto que no ha purgado
sus penas y que, por ello, sigue de esa forma en la tierra.
 Generalmente nadie cava donde sale la luz por el miedo que ésta superstición les ha producido, los
pocos que se han aventurado a ver que hay abajo de la luz siempre han encontrado objetos metálicos o
alfarería indígena - muchas veces urnas funerarias con restos humanos, lo que aumentó el terror- que al
ser destapada despide un gas a veces mortal para el hombre, por lo que los lugareños aconsejan tomar
mucho aire antes de abrir o sino hacerlo con un pullo - manta gruesa de lana - o con un poncho, de
suerte que el tufo no llegue a ser respirado.
 Nos cuenta don Hipólito Marcial que: "La luz blanca que aparece en la falda del cerro es buena,
donde entra hay que clavar un puñal y al otro día ir a cavar... va a encontrar oro y plata. De la luz roja
huyan o recen el Rosario, se dice que es luz mala, tentación del diablo".
 Debido a la continua migración a las ciudades y centros poblados, y por constante progreso estas
leyendas van quedando reservadas solo para los mayores; la juventud se preocupa por otras cosas que
estima más importante.-

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