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Pañales: Afuera!

Lógicamente los bebés no nacen con la capacidad de controlar su cuerpo, y la


adquisición de los hábitos de higiene necesitan un aprendizaje, que comienza por
enseñarles lo que significan las señales que su cuerpo les envía.

¿Cuándo es el momento?

No hay una edad determinada para comenzar el aprendizaje de este hábito de higiene.
Dependerá de la maduración de sus esfínteres. Habitualmente esto sucede entre los 18 y
los 36 meses. Aunque como en todo, hay niños que lo consiguen antes de esta edad y
otros más tarde. Generalmente es tu propio hijo quien te lo dirá. Deberás estar atenta a
las señales que te va dando, para comenzar el “entrenamiento”:

- Puede caminar sin la ayuda de nadie.


- El niño se empieza a mostrar interesado por las prácticas higiénicas de los adultos. Te
acompaña al baño y quiere saber cómo se orina. Es el momento en que empieza a darse
cuenta de las diferencias anatómicas y empezará a jugar con sus genitales asociándolos
a la palabra “pipí” pichí o la palabra que suelas usar.
- Puedes predecir cuándo quiere ir al baño, porque ya lo hace con mayor regularidad.
- Tiene capacidad de jugar solo por lo menos cinco minutos.
- Puede subirse y bajarse los pantalones fácilmente sin la ayuda de nadie.
- Tiene la capacidad de esperar su turno y es tolerante.
- El pañal permanece seco durante al menos 2 horas. Esto significa que ya tiene más
control neuromuscular que le hace retener durante un período de tiempo mayor.
- Le incomoda tener el pañal mojado.
- Da señales de querer hacer pis, cruzando las piernas, tocándose, agarrándose el pañal,
dando saltitos, escondiéndose, agachándose, etc.
- Avisa cuando ya se hizo.
- Cuando el niño esté preparado para dejar los pañales, te recomiendo que no vuelvas
atrás.Para eso debes manejarte con coherencia, no es “hoy le saco los pañales porque
está soleado pero mañana se los pongo porque llueve…”
También es cierto que no es recomendable dar el paso de dejar los pañales cuando el
niño se encuentre en una situación difícil, como por ejemplo el nacimiento de un
hermano, la muerte de un familiar, haber pasado por una cirugía o un cambio de
domicilio.

¿Cómo hacerlo?

Existen cuatro etapas principales en la evolución del niño que podrán ayudarte a
enseñarle a tu hijo cómo dejar los pañales.

1. Dice cuando ya se hizo: En primer lugar felicítalo por haber avisado. Después, una
buena idea es pedirle que vaya a buscar un pañal nuevo y juntos organizar lo necesario
para cambiarle.

2. Dice cuando se está haciendo: Debe hablarse con naturalidad y nunca regañarle
porque no le haya dado tiempo.
3. Dice antes de hacerse: Si avisa que se va a hacer o da muestras de tener ganas,
pregúntale si quiere ir al baño. Una vez allí, si ha llegado seco, ayúdale simplemente en
lo que te pida, pero no hagas todo por él.

4. Por último al despertarse por la mañana, fíjate si el pañal se ha mantenido seco por
varios días seguidos. Éste es el momento idóneo para quitarle el pañal para siempre y
cambiárselo por ropa interior.

1º.-LA EDAD MADURATIVA: El niño tiene que estar preparado fisiológica y


afectivamente.

Fisiológicamente porque se le impone hacer pis en horas fijas y para ello es necesario
tener desarrollado el uso del músculo esfinteriano y tener un control mental del acto de
retener.

Afectivamente porque desde su perspectiva, se le hace agradar a su madre con algo que
a ella le alegra a cambio de conseguir otros privilegios: el ser mayor beneficia a todos y
tiene sus compensaciones.

2º.- CADA NIÑO ES DIFERENTE y debemos respetar su forma de ser. Hay niños
que se sientan alegremente en el orinal, otros muestran miedo, otros prefieren usarlo de
pie… Nunca hay que obligarles pues lo único que se consigue es un absoluto fracaso y
un rechazo afectivo pues, cuando el entrenamiento higiénico se convierte en una batalla
entre la madre y el niño, éste lo utilizará como un arma contra sus padres cuando él
quiera.

3º.-NO HAY UNA EDAD DETERMINADA PARA CONTROLAR.


Como siempre decimos, no todos los niños con edades cronológicas similares son
iguales. Esto frecuentemente se nos olvida e inevitablemente les comparamos con lo
que han hecho sus hermanos, vecinos o primos. La experiencia confirma que un niño se
empieza a interesar por el control a partir de los dos años. Puede pasar que acepte ir al
baño en casa pero no en el jardín, o viceversa. Todo depende de la relación afectiva que
tenga establecida con su educadora o su madre.

4º.- Ante este aprendizaje debemos mostrarnos lo más RELAJADOS Y SERENOS


POSIBLE. Cuanto más interés tengamos en que nuestro hijo aprenda esta práctica, más
ansiedad transmitimos y más tarde dejará los pañales. Por tanto hay que evitar las
presiones excesivas o tenerle demasiado tiempo sentado, porque sólo se conseguirá que
el niño lo retenga hasta que se levante.

5º.-NUNCA HAY QUE AVERGONZARLE cuando manche los pañales o la ropa


interior. Hay que aplaudir sus logros para que se sienta orgulloso de sí y sepa que sus
padres saben valorar lo que está haciendo.

6º.-Una vez que el niño se ha acostumbrado a prescindir de los pañales, no debemos


pensar que ya no habrá más dificultades. Cualquier cambio emocional en su vida puede
hacerle regresar a la situación anterior. El embarazo de la madre, el nacimiento de un
hermano, una enfermedad familiar, un cambio de casa, etc. En este caso no hay que
mostrárselo como un fracaso pues esto afecta sensiblemente a su autoestima y seguridad
personal. Si el niño ya controla hace tiempo y empieza a hacerse nuevamente y no ha
habido una razón visible para ello, hay que analizar qué es lo que ocurre y qué nos
quiere decir con esta regresión o llamada de atención.

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