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1 de septiembre 2010
Lección 46 EN
"Vivimos en una época en la que valores como brevedad, superficialidad, rapidez y simpleza son absolutos. Nunca lo
habían sido. Los valores que desarrollaron nuestra sociedad fueron los de la dificultad (para aprender a sobrellevar los
problemas), la lentitud (para reflexionar y no actuar impulsivamente) y la profundidad (para saber adentrarse en un
problema). Si se prescinde de esos valores se obtienen reacciones banales fácilmente manipulables”.
Alberto Manguel
Sirva este escrito para conmemorar el Bicentenario trayendo a la memoria a un hombre cabal, que por defender a la
patria, con sus ideas de dignificar la vida de los mexicanos más pobres, fue asesinado por sicarios de Victoriano
Huerta. Este hombre fue Belisario Domínguez Palencia. Nació en Comitán, en 1863, médico de profesión, solidario por
vocación; médico que, según cuentan sus paisanos, fue capaz de llevar su propia cama a un enfermo que carecía de
ella; médico que no cobraba consultas a los más pobres y también regalaba las medicinas.
Por ser un hombre solidario, justo, honrado, leal, de gran cultura, fue que los comitecos lo nominaron para ser
candidato a senador de la República. Llegó a ser suplente, pero con la muerte de Leopoldo Gout, Belisario Domínguez
tomó posesión de la curul. En escritos, cartas y discursos aparecen tres palabras que deberían ser oraciones (a orar me
refiero) que todo mexicano y mexicana tendríamos obligación de decir, de pensar cada noche: luchar por la dignidad del
hombre. La historia de los acontecimientos de la revolución las dejo para los historiadores, como filósofa quiero detenerme
en estos tres conceptos morales que son fundamento para la convivencia humana.
Mientras la población vivía amordazada por el miedo, muertos por doquier, violencia y traición sin fin, el doctor Domínguez,
presentía días terribles por venir y acertó. En sus discursos invitaba al pueblo a NO resignarse a tener un presidente como
el usurpador Victoriano Huerta, quien se adueñó del poder por medio de la traición. En sus discursos examina la debilidad
del gobierno, carente de conocimiento político, de necesidades sociales indispensables para gobernar una nación y que
para aparecer fuerte se vale del terror. Para Belisario Domínguez esta forma de actuar son actos que “repugnan
la civilización y la moral universal”. La crítica, la denuncia, del médico comitano al presidente espurio de aquél
entonces es terrible, Huerta, dice Domínguez, llama a los instintos más crueles, más feroces e incita: “Maten,
asesinen, que sólo así se restablecerá la paz….maten, incendien despiadadamente, acaben justos y
pecadores”. Después de leer esta frase, supongo, querido lector, quedamos atónitos, todos aquellos, los
anormales, que tenemos sensibilidad, ante la contradicción latente en el llamado: matar=paz.
Para el senador Belisario, Huerta está provocando una confrontación con Estados Unidos que llevará a la intervención
en nuestro país. Si esto sucediera, dice el senador, es “la muerte de todos los mexicanos que tengan valor, que
tengan dignidad, que tengan honor. Cobarde y miserable el mexicano que no vaya a combatir con los americanos el día
que profanen nuestro suelo. Sí, iremos a combatir, pero no con la esperanza de obtener el triunfo, porque la lucha es
muy desigual, sino solamente para salvar lo que deben tener en más valor que la existencia los hombres y las
naciones: El honor. Iremos a morir para que más tarde, cuando el extranjero desembarque en nuestras playas,
descubriéndose al pisar nuestro suelo, diga: “DE MIL HÉROES LA PATRIA AQUÍ FUE” (Primer discurso
del senador BD, 29 de septiembre de 1913). Belisario Domínguez, aconseja que antes de llegar a este extremo, se debe
actuar con dignidad y prudencia, no dar motivos para que los americanos justifiquen su invasión en nuestro territorio
nacional….
Belisario Domínguez realiza un diagnóstico de lo hecho en el gobierno de Huerta: “la verdad es esta: durante el
gobierno de don Victoriano Huerta, no se ha hecho nada en bien de la pacificación de nuestro país, sino que la situación
actual de la república es infinitamente peor que antes: la Revolución se ha extendido en casi todos los estados….la
prensa entera de la república, amordazada o cobardemente vendida al gobierno y ocultando sistemáticamente la
verdad; nuestros campos abandonados; muchos pueblos arrasados, y por último, el hambre y la miseria en todas sus
formas amenazan extenderse rápidamente en toda la superficie de nuestra infortunada Patria” (Segundo
discurso de BD, 29 de septiembre de 1913). Bajo el lema “La paz se hará cueste lo que cueste”,
Victoriano Huerta se impuso. El derramamiento de sangre que sufrieron los mexicanos en el amanecer del siglo XX,
cubrió de cadáveres el territorio nacional. Belisario Domínguez llama a fortalecer el espíritu, pues estando débil éste el
poder del presidente Huerta terminará por masacrar a la población y a realizar parodias de elecciones democráticas.
Finalmente nos invita a meditar esta pregunta: “¿Qué se diría de la tripulación de una gran nave que en la más
violenta tempestad y en un mar proceloso nombrara como piloto a un carnicero que sin ningún conocimiento náutico
navegara por primera vez y no tuviera más recomendación que la de haber traicionado y asesinado al capitán del
barco?” (Idem). Me pregunto: ¿la realidad descrita por el senador Belisario Domínguez se parece a la que vivimos
hoy 1 de septiembre de 2010, salvo porque la revolución tiene otras características macabras? ¿No les parece que
Belisario Domínguez apela a una moral que hemos perdido en estos años y que es necesario recuperar para no tener
http://www.diariosinsecretos.com Potenciado por Joomla! Generado: 3 September, 2010, 05:15
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