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BREVE RESEÑA DE LA HISTORIA MILITANTE DE

LUIS RUBEO

Ingresa al Peronismo en 1952 cuando tenía apenas 16 años.


Derrocado Juan Perón en 1955, se suma a las filas de la Resistencia Peronista y partici-
pa en la revolución encabezada por el General Juan José Valle –luego fusilado- en el
frustrado intento de asalto al Regimiento de Infantería Nº 11 de la Ciudad de Rosario,
provincia de Santa Fe.
En 1959 funda en Rosario la APAC (Agrupación Peronista de Apoyo a Cuba).
El 30 de Noviembre de 1960 a las órdenes del Gral. Iñiguez, participa de la toma del
Regimiento de Infantería Nº 11 de Rosario.
Como consecuencia de ello debe exiliarse en Uruguay, donde Perón lo designa como
Secretario de su Delegado para América Latina, Américo Barrios.
Durante ese exilio intercambia profusa correspondencia con Juan Perón.
En 1961, es designado por el líder peronista para que junto con el historiador José María
Rosa viajen a Cuba para oficializar las relaciones con el Movimiento 26 de Julio, con-
ducido por Fidel Castro.
En la isla se reúne con Castro, el Che Guevara, John William Cooke, entre otros. Tam-
bién traba relación con el Dr. Salvador Allende.
Desde Cuba intenta regresar a la Argentina, via Chile, a donde había arribado junto con
el extinto Presiente Allende, en aquélla época Senador de la República trasandina.
En Ezeiza es detenido, luego torturado y finalmente condenado a tres años de prisión.
Uno de los principales formadores de la conciencia política de Rubeo, el prestigioso Dr.
Juan Bernardo Iturraspe, quien -entre muchas otras funciones de relevancia desempeña-
das durante gobiernos democráticos, fuera miembro de la Suprema Corte de la Provin-
cia de Santa Fe-, toma a su cargo la defensa de Rubeo.
En 1964, el gobierno de facto llama a elecciones sin la participación del peronismo, que
continúa proscripto, y es elegido el Dr. Arturo Illia que establece una amplia amnistía a
favor de los presos políticos.
Ya en libertad, reinicia la actividad militante ligado a la organización de J.W. Cooke y
al Movimiento Revolucionario Peronista creado por Héctor Villalón.
En 1966, como consecuencia del derrocamiento del Presidente Illia y el inicio de un
nuevo proceso militar conducido por el Gral. Juan Carlos Onganía, debe exiliarse nue-
vamente, esta vez en España.
Inmediatamente toma contacto con Perón, que le asigna diversas tareas vinculadas a
lograr su retorno pleno al poder.
Por entonces López Rega ya había iniciado solapadamente su plan de convertir a Isabel
Martínez en el centro de la conducción estratégica, en desmedro de Juan Perón.
Este proyecto de López Rega fue sistemáticamente erosionado por la actividad que Ru-
beo llevaba a cabo en cumplimiento de las órdenes del líder peronista.
Con la apertura efectuada por Lanusse, regresa al país y comienza a construir una co-
rriente dentro del Justicialismo, en cumplimiento de los lineamientos que Perón le im-
partía.
En 1971, es elegido Secretario General del Partido Justicialista de la provincia de Santa
Fe y Congresal Nacional a la Convención del Partido Justicialista.
En 1973 es elegido Diputado Nacional.
Con el regreso de Juan Perón a la Argentina el 20 de Junio de 1973, la renuncia del Dr.
Cámpora a la Presidencia y su reemplazo provisorio por Raúl Lastiri, resulta menester
promover a Perón a la Presidencia de la Nación.
A tal fin, se constituye el Congreso Nacional Justicialista para proclamar la fórmula
presidencial que encabezaría Perón.
El mismo se lleva a cabo en el Teatro Cervantes en Buenos Aires, donde se delinean dos
posiciones.
La que planteaba la candidatura de Isabel Martínez a la Vicepresidencia acompañando a
Perón y la que expresaba la posición de Perón, quien frente a la crisis nacional imperan-
te, entendía que para procurar la unidad nacional debía constituirse una fórmula de con-
senso con los sectores comprometidos con la Hora de los Pueblos.
La primera era liderada por López Rega dentro de una supuesta corriente verticalista a
través de sus personeros en dicho congreso y la segunda –antiverticalista- a la que se
suma Rubeo, estaba integrada por dirigentes como Raúl Matera, Juan Rachini, Fernando
Donaires, Gerónimo Izzetta, entre otros.
En ese Congreso, Rubeo es el exponente de esta última posición y como consecuencia
de ello es expulsado, golpeado y perseguido por los partidarios de la corriente verticalis-
ta, profundizándose a partir de entonces una enconada persecución de los mismos en su
contra.
Con el fallecimiento de Juan Perón acaecido el 1º de Julio de 1974 y la asunción del
gobierno de Estela Martínez, López Rega a través de la tristemente célebre Triple A
desata una verdadera cacería de todos aquéllos que consideraba sus enemigos.
La revista El Caudillo órgano oficioso de López Rega dirigida por uno de sus sicarios
Felipe Romeo, promueve la siniestra práctica de publicar las fotos de quienes luego ser-
ían “ajusticiados” en las palabras de sus promotores.
Las políticas de ajuste propiciadas por la nueva presidente, provocan la reacción de am-
plios sectores del movimiento obrero y Rubeo junto con Carlos Auyero, Julio Mera Fi-
gueroa, Julio Bárbaro, Enrique Osella Muñoz, Ricardo De Luca y alrededor de cuarenta
diputados, se erige en uno de los fundadores del denominado Grupo de Trabajo, que se
separa del Bloque Justicialista en la Cámara de Diputados de la Nación.
En ese carácter en la sesión del 24 de Junio de 1975 se constituye en miembro interpe-
lante del entonces Ministro de Economía del gobierno de Isabel Martínez, Celestino
Rodrigo.
Como resultado de la carga argumental expuesta, el Ministro -sin responder- se levanta
y se retira de la Cámara de Diputados, para luego renunciar y nunca más participar del
gobierno.
La foto de Rubeo aparece en la revista El Caudillo –recuadrada- en equivalencia a una
sentencia de muerte.
La fatídica “lista” había estado precedida por la foto del Dr. Ortega Peña, asesinado a
posteriori en pleno centro de la ciudad de Buenos Aires.
Rubeo, todavía Diputado Nacional, debe funcionar en la clandestinidad.
El 24 de Marzo de 1976 se produce un nuevo golpe de estado en el país.
El 26 de Julio de 1976, aniversario de la muerte de Eva Perón, su casa en Rosario es
dinamitada y reducida literalmente a polvo, al mismo tiempo que vuela en mil pedazos
el monumento a Eva Perón ubicado en el mismo barrio.
Sus mejores compañeros son encarcelados y torturados, como Rubén Dunda por enton-
ces Presidente de la Cámara de Diputados de la provincia de Santa Fe, o directamente
desaparecidos como César Tabares, Director de Institutos Penales de la Provincia de
Santa Fe y Elsa Ramírez.
Por tercera vez, debe partir hacia el exilio como tantos otros perseguidos, como Pedro
Bluma y Pedro Retamoso, concejales de Rosario, o Sara Romero, por mencionar algu-
nos.
Participa luego, del proceso de recuperación de la democracia, acompañando el trabajo
del Dr. Raúl Matera en el Movimiento de Reafirmación Doctrinaria Justicialista, inte-
grando el Consejo Nacional y la titularidad de esa corriente en la provincia de Santa Fe.
Dicha corriente, conformada por históricos del peronismo como Oscar Albrieu, Alberto
Rocamora, el Ing. Iturbe y Enrique Osella Muñoz entre otros, sería el antecedente de lo
que luego se transformó en la “Renovación” del justicialismo.
En ese contexto, en 1983 es nuevamente electo Diputado Nacional por la provincia de
Santa Fe, iniciando una nueva etapa institucional que lo consagrará en 1986 Senador
Nacional y en 1995 nuevamente Diputado Nacional, siempre en representación de su
provincia de Santa Fe.
Su tarea legislativa se desarrolla ininterrumpidamente desde 1983 hasta el año 2000,
labor plasmada en treinta y nueve (39) volúmenes obrantes en la Biblioteca del Congre-
so de la Nación y en la Biblioteca Municipal de Rosario.
Simultáneamente se desempeña en el Parlamento Latinoamericano como Secretario de
Comisiones e integrando la Mesa Directiva del mismo.
En el año 2000, es designado Secretario del Consejo Consultivo de dicho Organismo
habiendo sido reelecto sucesivamente en tal función hasta el presente.
En igual sentido, en el 2003 es nombrado Secretario Ejecutivo de la Delegación Argen-
tina del Parlamento Latinoamericano, cargo que continúa desempeñando en el presente.

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