LA DISCOTECA
Pero si tenés piel oscura, si sos medio aborigen, perdiste.
.Apenas entras es otro código, loco: empieza el "todo vale"
y dejas atrás este mundo gris de cuarta. Tenés esos focos
potentes que recorren el local y te desnudan cada escena, flaco...
Parece que te las muestran para que caces la onda de entrada:
"¿Ves? Acá se puede esto... aquello tiene vía libre... y eso que
hacen ahí es lo normal..."
Tenés la luz negra, los reflejos, los amplificadores que te
hacen temblar... es un ruido gigante, mejor que cualquier banda
porque un grupo musical suena si le pones tecnología; si no, te
da asco.
Afuera sos... como una guitarra de concierto; si no le encajas
enchufe y le pones volumen no le dan bolilla. Porque al natural
cualquier cosa es un asquete. Hasta la Sinfónica Nacional en el
foso del Colón suena una lástima, ¡te desilusiona porque nadie
le pone amplificadores, ecualizadores, una buena consola!
Bueno, eso te lo decía porque con un chabón es igual.
"Enchufado", pasas de una vida en blanco y negro a una vida en
tecnicolor. Ya sé, ya sé que ninguna realidad tiene esos colores tan
mojados e intensos del tecnicolor... pero, quién quiere una vida
rea! hoy en día.
La discoteca te pone las pilas, te hace brillar. Cualquiera se
vuelve diferente cuando entra a un boliche bailable.
Relampagueas, te pones a todo volumen y al ratito te
desconoces, sos tecnología.
No, yo no digo que te enloqueces, pero estás a un tris,
porque te crea una apariencia de que ahí sos más, mucho más
que en la vida corriente. La discoteca te levanta en peso, te pone
de onda aunque no quieras... y si a eso lo ayudas con una
latita... santo milagro.
Es propiamente una copia de! Paraíso, ¿sabes? Pesca: en
la entrada hay un portero que hace de "san Pedro" y todo; es
un patovica que decide tu vida, te dice: "Vos, sí" o "Vos, no".
PREGUNTAS
1) ¿Se puede encontrar verdadera alegría, libertad y
plenitud en lugares así?
2) “Al natural cualquier cosa es una asquete” ¿Estas de
acuerdo?
3) “Quien quiere una vida real hoy en día” ¿Por qué
pensas que algunos le escapan a la realidad?
4) ¿Alguna vez visitaste un lugar similar al de la
historia? Describí tu experiencia.
5) “Adentro encontrás… todos igual” ¿Te animas a ser
distinto/a a los demás? ¿Cómo lo harías?
¡Hasta ser petiso o ser gordo es una desgracia para poder
entrar, Si te fabricas una buena pinta de pibe norteamericano
seguro entras. A veces te pagan si trabajas en TV.
Pero si tenés piel oscura, si sos medio aborigen, perdiste
¡Hasta ser petiso o ser gordo es una desgracia para poder
entrar, y no te digo si tenés algún defecto físico: en ese caso
mejor ni lo intentes...!
En las discotecas triunfan los rubios, las minitas muy
producidas, con ropa de marca; entran los flacos que curten
cama solar y visten de onda.
Es que en el boliche bailable entras a un mundo de
catálogo, a un reino de elegidos. Por unos mangos sos película,
por eso imagínate: si a tu lado vos registras bailando a un
gordito medio colla, la ilusión se te pincha en un segundo. Por
eso los gordos no van, y menos los indios.
Ahí todo está pensado para que te transformes. Si sos tímido,
si sos medio nabo, si tenés drama con la gente o si no te
animas a encarar a nadie, ahí están los espejos para bailar con
vos mismo y chau: te seducís y te enamoras de vos. No
problem, man, está todo bien.
Adentro te encontrás a unos chabones bien fashion que se
ponen todos en hilera tipo coristas y bailan todos igual.
Encima curten moda parecida, así que es como si hubieran
enfrentado dos espejos gigantes, ¿la cazas?
Las minas están tan metidas en su película que si se te
ocurre encararlas para bailar juntos es como que las
despertás, las sacas de su sonambulismo; como si de
pronto las bajaran a la realidad, no te entienden qué
les estás proponiendo, te miran raro, como si te dijeran:
"Raja, imbécil, ¿qué bicho te picó?".
En una discoteca vivís un sueño, te lo juro; pero claro, tal
vez es como vos decís, se trata de un sueño calcado, sin
libertad. Cierto que ahí hay moldes, casi hay más moldes que
afuera, y si no los respetas te echan a la intemperie, al frío, a
la nada.
Así de fácil, man... Qué pálida, ¿no?
DURAN, CARLOS JOAQUIN (1999),
22 de la Cabeza, Bs.As. San Pablo