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JOSE MANUEL DE GOYENECHE Y BARREDA

EL PERSONAJE

José Manuel de Goyeneche y Barreda nació en Arequipa el 12 de Junio de 1776,


en la ciudad de Arequipa. Su padre, Juan de Goyeneche y Aguerrevere, español
vasco, oriundo de Baztán, Navarra, era Capitán de Caballería y Sargento Mayor
de Milicias Disciplinadas, acaudalado hacendado y rico minero, noble en España.
Su madre, Maria Josefa de Barreda y Benavides, era una criolla, hija de Nicolás
de Barreda y Ovando, Maestre de Campo de las Milicias Disciplinadas y uno de
los mayores terratenientes en Arequipa.

Siguiendo la tradición, a José Manuel le tocó ingresar en el ejército, mientras que


su hermano mayor, Pedro Mariano, estudiando jurisprudencia llegó a ser Oidor en
la Real Audiencia de Cuzco, y el menor, José Sebastian, fue sacerdote, Obispo de
Cuzco y posteriormente Arzobispo y Primado en Lima.

Ingresando al ejército español como cadete de la 3a. Compañía del 1er. Batallón
de Milicias de Infantería de Arequipa a los ocho años, luego de algunos meses fue
nombrado teniente de menor edad en la 4 a Compañía del Regimiento de Milicias
de Caballería de Cumaña.

En 1788 viajó a Sevilla, donde finalizó sus estudios de cadete de las milicias
disciplinadas y de filosofía, obteniendo el doctorado a sus 21 años. Continuando
luego su carrera militar, fue nombrado capitán del Regimiento de Granaderos del
Estado y destinado como agregado al Real Cuerpo de Artilleria de Cádiz, donde
se destacó en combate en 1797 y 1800, como consecuencia de los intentos de la
escuadra británica de tomar esa plaza, que fueron rechazados.

En 1802 recibió el Habito de Santiago, como merced del rey Carlos IV, previas
pruebas de legitimidad, cristiandad y nobleza de sus primeros cuatro apellidos,
siendo apadrinado por un destacado aristócrata potosino, el marqués de Casa
Palacio.

Fue comisionado por la Corona, en 1803, para estudiar los progresos de la


táctica militar en diferentes países de Europa, conjuntamente con el marqués de
Casa Palacio. A este efecto visitó Alemania y Prusia, donde presenció las
maniobras de los ejércitos de Federico Guillermo III de Prusia, en Austria las del
ejército del Archiduque Carlos y las de los ejércitos de Napoleón en Bruselas y
Paris. También recorrió Inglaterra, Holanda, Suiza e Italia, presentando a su
regreso un detallado informe en sus “Quadernos Manuscritos y los planos y
láminas que a él acompañan” y una traducción por él realizada del “Manual de

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Instrucción del Ejército Prusiano”. Este informe, en que se trataban temas de
organización, logística, reemplazos, sueldos y gratificaciones y preparación para
la guerra, presentado al “Principe de la Paz”, don Manuel Godoy, fue aprobado
por el Gobierno español en Junio de 1805 y declarado “adaptable a nuestro
adelantamiento militar” por el Inspector General de Infantería.

El 22 de Junio de 1805, José Manuel de Goyeneche fue ascendido al grado de


Coronel de Milicias Disciplinadas, en carácter de agregado y como
reconocimiento al exitoso cumplimiento de su comisión.

EL CAOS POLITICO EN LA METROPOLI

En 1805, las flotas combinadas de Francia y España fueron prácticamente


destruidas en la batalla naval de Trafalgar. Los restos de la marina española, que
no participaron en ese combate, estaban a disposición de Napoleón Bonaparte en
virtud al tratado de alianza entre estos dos países.

España estaba gobernada por Manuel Godoy, Primer Ministro del Rey Carlos IV y
posiblemente amante de la Reina María Luisa. Godoy ostentaba los títulos de
“Príncipe de la Paz”, Generalísimo de los Ejércitos y Almirante de la Marina. La
nobleza, el clero y la ciudadanía españoles resentían la forma voluntariosa y
despótica de este ministro, llegando a culparle por todo lo malo que ocurría en el
reino, aun del mal tiempo, los desastres y las epidemias.

La nobleza resentida rodeó a Fernando, Príncipe de Asturias y heredero de la


Corona, haciéndole notar que ya no era el único príncipe en el reino, que Manuel
Godoy, ostentando también el título de príncipe y estando unido por matrimonio
con María Teresa de Borbón, prima hermana de los reyes, bien podía aspirar a la
corona, aprovechando la debilidad de carácter del rey Carlos.

Alarmando, Fernando prestó oídos a los intrigantes y envió una misiva a


Napoleón, fechada el 11 de Octubre de 1807, solicitándole la mano de una
princesa de la familia Bonaparte, con el propósito de asegurar el apoyo del
Emperador, en calidad de suegro, cuando le tocara reclamar el trono de España.
Napoleón no creyó a Fernando digno de recibir una respuesta y se guardó la
carta.

No faltó en la corte del buen rey Carlos un anónimo vasallo fiel que se atreviera a
poner en conocimiento del débil monarca las noticias de lo que se tramaba en los
aposentos del príncipe heredero, acaso exagerando un tanto las intenciones de la
oposición, ya que se terminó acusando a ésta de tramar el derrocamiento del Rey
y el envenenamiento de la Reina. Carlos IV enfrentó a su hijo, mandó construir
una celda en el convento contiguo al palacio y encerró en ella a Fernando. A
continuación escribió a su aliado, Napoleón Bonaparte, poniéndole al tanto de lo
ocurrido y pidiéndole consejo, el 29 de octubre de 1807. No tardó Fernando en
arrepentirse, delatar a los caballeros que le dieran tan malos consejos y pedir
perdón a su padre, en el dia en que el rey cumplía años, el 5 de Noviembre de
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1807. Carlos IV, padre al fin y al cabo, de un retoño que fue esperado y cuidado
como ninguno para asegurar la continuidad de la dinastía, otorgó el perdón
mediante Real Decreto, aunque con algunas reservas, en el mismo dia.

Napoleón, entre tanto, invadía el reino de Portugal, atravesando sus tropas por el
reino de España. La Corte de los Braganza cambió su residencia a Rio de
Janeiro, en el Nuevo Mundo. Una de las viajeras era la Infanta Joaquina Carlota
de Borbón, feísima princesa española casada con el feo hijo de los reyes de
Portugal.

Como la situación es la corte española no garantizaba la estabilidad del gobierno


y menos la confiabilidad que Napoleón necesitaba en el aliado que le vigilaba las
espaldas, vió por conveniente asegurar el reino peninsular invadiéndolo y
colocando en el gobierno a su hermano José Bonaparte, rebautizado por los
españoles como Pepe Botella, en clara muestra de rechazo. Previamente Carlos
IV había abdicado a favor de su hijo, Fernando había pedido el reconocimiento de
Bonaparte a su reinado, sin recibir respuesta, como era ya costumbre, sino
invitado a ir a Bayona a entrevistarse con Napoleón, que no estaba en el lugar. Al
final, los franceses hicieron una redada para reunir en Bayona a la Corte
Española y obligarla a ceder la corona.

Tan mal tratamiento a sus gobernantes y a su patria, cayó mal a los españoles,
que no tardaron nada en sublevarse formando juntas de gobierno en las
provincias, mientras Madrid derramaba sangre a raudales en defensa de
Fernando VII. La superioridad militar de los franceses se impuso en la capital. En
Sevilla se constituyó la “Junta Suprema Gubernativa de España e Indias” y le
declaró la guerra a Francia el 6 de Junio de 1808.

LA COMISION EN AMERICA

El 17 de Junio de 1808, la Junta de Sevilla nombra a José Manuel de Goyeneche


y Barreda su comisionado y representante plenipotenciario en América, para
asegurar la proclamación de Fernando VII en los virreinatos del Rio de La Plata y
del Perú, el reconocimiento de la Junta como gobierno interino y buscar el sostén
económico para la guerra contra los franceses.

A un día de su viaje, el 24 de Junio, por la autoridad de la Junta es ascendido al


grado de Brigadier del Ejército. Intriga el hecho de que la Junta eligiera a un Criollo
para ser representada ante autoridades nacidas en España, dada la evidente
discriminación que existía en la Colonia. Como sea, el hecho es que Goyeneche
se embarca en el puerto de Cádiz el día 25 de Junio a bordo de la goleta Nuestra
Señora del Carmen, provisto de salvoconductos ingleses, necesarios debido a que
después de Trafalgar, los mares ya no eran españoles, pero la Junta de Sevilla
estaba en conversaciones de paz con Inglaterra.

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En su viaje a Buenos Aires, Goyeneche hace escalas en las Islas Canarias y en
Montevideo, proclamando rey a Fernando VII. Llega a Buenos aires el 23 de
Agosto, informando a las autoridades virreinales y a la población sobre la situación
en la península, la declaratoria de guerra a Francia y la firma de la paz con
Inglaterra.

Durante el viaje y no es claro exactamente donde, Goyeneche había recibido


correspondencia de la Infanta Carlota en la que le pedía hacer conocer su
pretensión de regentar las colonias españolas mientras su padre Carlos y su
hermano Fernando fuesen prisioneros de Napoleón, llevando para ello cartas a
distintas autoridades en el continente. Goyeneche respondió que respetaba sus
derechos como miembro de la familia real española, que sería portador de la
correspondencia pero que su misión era la de proclamar a su augusto hermano.
Goyeneche informó a la Junta de Sevilla sobre las pretensiones de Carlota.

Es posible que Goyeneche, al igual que muchas de las autoridades a las que llevó
la correspondencia, consideraran que las pretensiones de la Infanta pudieran ser
una opción válida a falta del rey Fernando, cuyo destino era imprevisible. Se acusa
a Goyeneche de considerar como otra posibilidad la consolidación de los
Bonaparte en el trono Español, hecho que dependería de la actitud de los
españoles tanto en Europa como en América.

Luego de entrevistarse con el Virrey Jacques Antoine Marie de Liniers et Bremond


y las demás autoridades en Buenos Aires, y de la proclama de Fernando VII como
único y deseado soberano de los reinos de uno y otro lado del mar, Goyeneche se
pone en camino hacia Charcas, el día 22 de Septiembre de 1808. Desde Jujuy
hace saber al Presidente de la Real Audiencia de Charcas, don Pizarrro
que se encuentra en camino, llegando a Chuquisaca el 18 de Noviembre de 1808,
siendo muy bien recibido por la población, el presidente Pizarro y el Arzobispo don
Benito de Moxos y Francoli, quien le aloja en su propia residencia. Tanto los
Oidores como el fiscal se niegan a reconocerle como delegado del gobierno
español en tanto no vean las credenciales firmadas por el Rey, cosas que no
existen, naturalmente.

LAS CIRCUNSTANCIAS AMERICANAS

LA GUERRA EN AMERICA

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EL PERSONAJE

José Manuel de Goyeneche, es el personaje más vilipendiado en la historia de la


independencia boliviana. Un hombre a todas luces inteligente, culto, sin duda
conocedor, en su calidad de Doctor en Filosofía, de las corrientes del pensamiento
de la Ilustración de François Marie Arouet, Charles Louis de Secondat, Señor de la
Brède y Barón de Montesquieu y las doctrinas republicanas de Jean Jacques
Rousseau, mas que muchos de los combatientes en la guerra por la
independencia de América.

Algunos de nuestros historiadores han menospreciado su condición de militar, tal


vez ignorando el hecho de que tuvo un papel destacado en ese campo, tanto por
combatir en Cádiz contra la flota inglesa como por haber recibido una comisión de
mucha confianza al ser enviado a estudiar las tácticas de los principales ejércitos
europeos, para mejorar las del español.

La dureza de los métodos utilizados por Goyeneche para intentar controlar la


subversión en la América meridional no era cosa extraña en su tiempo. La horca y
el descuartizamiento, a mas de castigo, era un espectáculo público tan popular
como las corridas de toros.

En la sublevación de Cochabamba de 1810, después de la Batalla de Sipe Sipe,


Goyeneche muestra (misericordia) hacia la ciudad rebelde, liberando a los
prisioneros y respetando la ciudad. En la sublevación de 1812 su actitud es
menos misericordiosa: permite el saqueo de la ciudad durante tres días….
posiblemente porque a ese momento la lucha ya se vá definiendo en contra del
gobierno español, ya no se trata de una sublevación de unos españoles contra
otros sino de América contra España. No es ya una guerra civil entre españoles…
se empiezan a definir los enemigos.

José Manuel de Goyeneche y Barreda fue un hombre leal a su nación, a su


gobierno, a su Rey. Peleó por preservar la integridad del Reino, amenazada por
aquellos que deseaban participar del poder político y económico que les negara la
discriminación de la Metrópoli. Cuando vio que la lucha no tenía futuro favorable al
bando que defendía, la dejó para dedicarse a su vida privada, actitud razonable y
lógica en el hombre que conoce las limitaciones de su persona y sus
circunstancias.

Así José Manuel de Goyeneche y Barreda llegó a Grande de España, colaborador


inmediato del Rey en su corte y hombre de envidiable fortuna. Cabe preguntarse,
de todas maneras: si hubiera tomado el partido de los criollos, criollo como era él,
cuando estaba en el Cuzco, y apoyado la causa de la independencia…. habrían
llegado Bolívar y Sucre hasta el Perú?

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