Está en la página 1de 2

FRANCISCO BELLINA BENCIVINI

De la familia italiana, constituida por el señor Juan Bellina y la señora


Calógera Bencivini, el 25 de Abril de 1912 nace en Castellana – Sicula,
población de la provincia de Palermo, Italia, un niño a quien sus padres
bautizaron con el nombre de Francisco.

La familia Bellini Bencivini se distinguía entre los habitantes de Castellana,


por la vivencia autentica de su fe, especialmente por su espíritu de
fraternidad cristiana.
Castellana Sicula, es una pequeña población, rodeada de montañas,
perteneciente a la provincia de Palermo, en la isla de Sicilia, al sur de la
bota itálica, llamada y con justicia “perla de las montañas”, este lugar es el
escenario ambiental donde nació y se formo en sus primeros años de
existencia, Francisco Bellina Bencivini.

Sabemos por la existencia y por la ciencia que lo aprendido


en la niñez muy difícilmente se olvida, dicho en lenguaje
positivo, se recuerda toda la vida; la formación recibida en el
ambiente natural durante la infancia, marca profundamente
la existencia humana. Francisco heredó de sus gentes, de su
tierra y particularmente de su familia, la existencia personal,
la tenacidad en el trabajo, la lucidez y claridad mental de quien puede mirar
en el horizonte y no teme cuestionarlo todo, la religiosidad marcada
diáfanamente vivida en ambiente de oración y de servicio, el sentido de la
autoridad, heredada de su padre y experimentada directamente en el núcleo
familiar cercano.

El pequeño Francisco junto con sus hermanos acudió a la escuela pública de


su población, destacándose por su inteligencia, alegría, agilidad en el trabajo
y dotes de líder que le permitieron ser acogido por sus compañeros.

La vivencia cristiana aprendida en el seno de su familia durante su infancia y


la práctica frecuente de la vida sacramental en el templo parroquial le
permitió un ambiente de cercanía a los sacerdotes que muy pronto lo
invitaron a formar parte del grupo de acólitos.
Con estos antecedentes rodeado de fe y la orientación espiritual des
párroco al llegar a la adolescencia, siente el llamado de Dios que le impulsa a
dedicarse al anuncio del evangelio, razón por la cual cumplidos sus 15 años
de edad, en 1927, tomó la determinación de seguir a Jesucristo e ingresó al
seminario Seráfico San Miguel, de los hermanos capuchinos en Caltanseta.

Entusiasmado con la idea de ser religioso capuchino


ingresó en el noviciado de Caccamo Palermo, el
domingo 22 de Julio de 1928, en esta fecha tomó
por primera vez al hábito Franciscano y en señal de
abandono del mundo deja su nombre de Francisco
Bellina Bencivini para tomar el nombre de Guillermo
de Castellana.
Caccamo, Italia

Su jovialidad al igual que sus capacidades intelectuales, de quien razona y


sabe colocar en el momento apropiado los argumentos válidamente
expuestos de tal manera que no pudieran se rebatidos, muy pronto lo hacen
merecedor del aprecio de la mayoría de sus compañeros, pues unos cuantos
preferían hacerse a un lado para no tener que enfrentarse con quien
siempre ganaba en todas las discusiones.

Después de conocer con detalle el sentido de vida de los hermanos del


pobrecillo de Asís, toma la determinación radical de comprometerse con
Jesucristo, al estilo de San Francisco de Asís, en la orden de Frailes
Menores Capuchinos de la Provincia de Palermo. Su solicitud fue estudiada
por parte de los superiores y admitida por unanimidad. La ceremonia de
admisión se realizó el día jueves 25 de Junio de 1929, pronunciando sus
votos simples ante las formalidades humanas pero definitivos ante Dios. Sus
padres, familiares y amigos fueron testigos especiales en tan importante
acontecimiento.

También podría gustarte