LO REAL MARAVILLOSO:
GABRIEL GARCIA MARQUEZ
=
:
zHas presenciado alguin hecho poco comin? O alguien te ha comentado que ha visto 0 ha ofdo algo poco
usual?
{Crees en los milagros?
eConoves a alguien que le haya sucedido un milagro?
En esta sesi6n leeremos tragmentos de la literatura real maravillosa, iteratura que tiene en Gabriel Garcia
Marquez a uno de sus mayores representantes.
~Qué aprenderas en esta sesi6
Aprenderés a:
= Comprenderds el concepto de lo real maravilloso
| Analizarés un fragmento de la literatura de Gabriel Garcia Marquez
usw, Cibrosa: . blagspeot . cosLOREAL MARAVILLOSO
En la literatura suceden hechos que salen del marco de Ia realidad, que ocurren como un milagro, como
una inesperada alteracién de la realidad; por ello requieren de fe, dice Alejo Carpentier, uno de los escri-
tores latinoamericanos que escriben literatura real maravillosa en nuestro continente americano. Lo real
‘maravilloso estd presente en nuestras culturas, en la vida diaria de nuestros pueblos que le dan acciertas
situaciones cardcter magico y sagrado, la curaci6n de una persona, por ejemplo, con medicina natural, ja
sensacién de proteccion gracias a la presencia de cerros que cuidan a los pobladores de un lugar, la
fuerza y misticismo de algunas fiestas, etc. Dice Carpentier que es consustancial a nuestro continente la
presencia de lo real maravilloso:
«Para empezar, la sensacién de lo maravilloso presupone una fe. Los que no ereen en santos no pueden
curarse con milagros de santos...
Esto se me hizo particularmente evidente durante mi permanencia en Haiti, al hallarme en contacto
otidiano con algo que podriamos llamar lo real maravilloso ... A cada paso hallaba lo real maravilloso.
Pero pensaba, ademas, que esa presencia y vigencia de Io real maravilloso no era privilegio unico do
Haiti, sino patrimonio de la América entera, donde todavia no se ha terminado de establecer, por ejemplo,
un recuento de cosmogonias'.
Y es que, por la virginidad de! paisaje, por la formacién, por la ontologia’, por la presencia féustica® del
indio y de! negro, por la revelacién que constituy6 su reciente descubrimianto, por los fecundos mestizajes
que propicié, América esté muy lejos de haber agotado su caudal de mitologias. z Pero qué es la historia
de América toda sino una crénica de lo real ma-ravilloso?»
Entonces la literatura real maravillosa no es sélo la presencia de Io fantastico en la escritura, es la
presencia de lo magico y lo sagrado como formas de interpretar la realidad. En la literatura de Garcia
Marquez esta forma de entender la realidad se hace més universal pues sus relatos han llegado a muchos
paises y han sido traducidos en varios idiomas.
A continuacién vamos a leer un fragmento de su novela Cien afios de soledad (1967). Millones de ejemola-
res de Cien afios de soledad se han leido en todas las lenguas; con esta novela obtuvo el premio Nobel
de Literatura (1982). Aqui nos narra distintas historias de la familia Buendia durante varias generaciones
con sus milagros, fantasias, obsesiones, tragedias, rebeldias y descubrimientos. Esta obra tiene mucho
de carécter autobiografico ya que para la creacién de los personajes Garcia Marquez se ha inspirado en
sus parientes y la vida en su pueblo Aracataca, que viene a ser Macondo en Cien afios de soledad, el
pueblo donde transcurre la obra,
Relata las historias de una familia colombiana, la tamilia Buendia durante el siglo XIX.
Los varones de la familia Buendia, casi sin excepcién, son marcados con el signo de Ia soledad. Por
ejemplo, Coronel Aureliano Buendia, un miembro distinguido de la segunda generacién, sirve como ejem-
plo perfecto de soledad.
En Macondo, no se puede distinguir entre la realidad y la irrealidad —cualquiera cosa puede pasar por
otra. Lo maravilloso convive con lo cotidiano y a través de un lenguaje evocador y preciso, es posible hacer
Vivir lo inverosimil. En este pasaje uno de los personajes vive un hecho real, maravilloso, Iéelo con aten-
cién
Remedios, la bella, fue la Unica que permanecid inmune a la peste del banano. Se estancé en una
adolescencia magnifica, cada vez més Impermeable* a jos formalismos, mas indiferente a la malicia y
la suspicacia’, feliz en un mundo propio de realidades simples. No entendia por qué las mujeres se
‘complicaban la vida con corpifios* y pollerines”, de modo que se cosié un balandrén de caflamazo que
sencillamente se metia por la cabeza y resolvia sin mas trémites el problema del vestir, sin quitarle la
‘impresion de estar desnuda, que segin ella entendia las cosas era la Unica forma decente de estar en
CConcegeon sebee et onigen set mundo
= la forma de ser
> presencia ues
«impenetrable
+ Sospeche, desconfianza,
‘ prenda que so cto al overpo deeds el bust hasta la criura, goncralrantoatada con cordenes
fale de muler
quum. Cibuesa . blegspet . comauvur.'bibies a. blogs pet cam
casa. La molestaron tanto para que se cortara el cabello de lluvia con peinetas y trenzas con laz0s
colorados, que simplemente se rapé la cabeza y les hizo pelucas a los santos. Lo asombroso de su
instinto simplificador, era que mientras mas se desembarazaba® de ia moda buscando la comodidad, y
mientras més pasaba por encima de los convencionalismos en obediencia a la espontaneidad, mas
perturbadora resultaba su belieza increible y mas provocador su comportamiento con los hombres. Guan-
do los hijos del Coronel Aureliano Buendia estuvieron por primera vez en Macondo, Ursula recordé que
llevaban en las venas la misma sangre de la bisznieta, y se estremecié con un espanto olvidado. «Abre
bien los ojos», la previno. «Con cualquiera de ellos, los hijos te saldran con cola de pueroo..» Ella hizo tan
poco caso de la advertencia, que se visité de hombre y se revolcé en arena para subirse en la cucaria, y
‘estuvo a punto de ocasionar una tragedia entre los diecisiete primos transtornados por el insoportable
espectaculo. Era por eso que ninguno de ellos dormia en la casa cuando visitaban el pueblo, y los cuatro
que se habian quedado vivian por disposicion de Ursula en cuartos de alquiler. Sin embargo, Remedios, la
bella, se habria musrto de risa si hubiera conocido aquella precaucién. Hasta el ultimo instante en que
estuvo en la tierra ignoré que su irreparable destino de hembra perturbadora era un desastre cotidiano,
Un dia cuando empezaba a bafiarse, un forastero levanté una teja del techoy se qued6 sin aliento ante el
tramendo espectéculo de su desnudez. Ella vio las ojos desolados a través de las tejas rotas y no tuvo
una reaccién de vergienza, sino de alarma.
+ Cuiidado- exclamé- Se va a caer.
- Nada mas quiero verla ~ murmuré ol forastero.
- Ah, bueno: dijo ella . Pero tenga cuidado, que esas tejas estan podridas
El rostro del forastero tenia una dolorosa expresién de estupor, y parecia batallar sordamente contra sus
impulsos primarios para no disipar® el espelismo. Remedios, la bella, pensé que estaba sufriendo con el
temor que se rompieran las tejas. y se bafid mas de prisa que de costumbre para que el hombre no
siguiera en peligro...espués mientras se secaba, el forastero le suplicd con los ojos llenos de lagrimas
que se casara con él. Ella le contest6 que nunca se casaria con un hombre tan simple que perdia casi
Una hora, y hasta se quedaba sin almorzar, s6lo por ver bafiarse a una mujer.
Al final cuando se puso el balandrén, el hombre no pude soportar la comprobacién de que en efecto no se
ponia nada debajo, como todo el mundo sospechaba, y se sintié marcado para siempre con el hierro
ardiente de aquel secreto, Entonoss quité dos tejas més para descolgarse en el interior del bafio
Esta muy alto- [o previno ella, asustada -. ;Se va a matariLas tejas podridas se despedazaron en un
estrépito de desastre, y el hombre apenas alcanz6 a lanzar un grito de terror, y se rompié al créneo y
murio sin agonia en el piso de cemento. Los forasteros que oyeron el estropicio™ en el comedor, y se
apresuraron a llevarse el cadaver, percibieron en su piel el sofocante olor de Remedios, la bella.
Estaba tan compenetrado con el cuerpo, que las grietas del créneo no manaban"" sangre sino un aceite
ambarino impregnado™ de aquel perfume secreto, y entonces comprendieron que el olor de Remedios,
la bella, seguia torturando a los hombres mas alld de la muerte, hasta el polvo de sus huesos. Sin
embargo, no relacionaron aquel accidente de horror con los otros dos hombres que hablan muerto por
Remedios, la bella. Faltaba todavia una victima para que los forasteros, y muchos de los antiguos habi-
tantes de Macondo, dieran crédito a la leyenda de que Remedios Buendia no exhalaba® un aliento de
amor, sino un flujo mortal.
Apesar de que el corone! Aureliano Buendia seguia creyendo y repitiendo que Remedios, la bella, era
en realidad el ser mds ldcido que haba conocido jamés, y que lo demostraba a cada momento con su
asombrosa habilidad para burlarse de todos, la abandonaron a la buena de Dios. Remedios, la bella, se
quedé vagando por el desierto de la soledad, sin cruces a cuestas, madurandose en sus suenos sin
Pesadillas, en sus bafios interminables, en sus comidas sin horarios, en sus hondos y prolongados
sllencios sin recuerdos, hasta una tarde de marzo en que Fernanda quiso doblar en el jardin sus sabanas
iborarse
vdoeteno, rua
Snir un ius de algun sito
jae. emeapace
° doepost lors
auuw. Cibrosa . blogspot . com