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El Espejo de La Sagrada Escritura
El Espejo de La Sagrada Escritura
¿Quién ignora que en las Sagradas Escrituras (es decir, las acordes con la ley,
proféticas evangélicas, apostólicas y sancionadas por la autoridad canónica) existen
pasajes expresados de modo que se conozcan y se crea en ellos - por ejemplo, "en
el principio creó Dios el cielo y la tierra" 1 y "en el principio era el Verbo" 2-; otro
que narran los hechos divinos y los humanos con la única finalidad de que sean
conocidos; y otros, en fin, que se recogen como mandamientos para que sean
observados y cumplidos, o como prohibiciones para no realizar determinados actos
-por ejemplo, "honra al padre y a la madre" 3; y "no cometerás adulterio" 4?
Pues bien: de aquellos pasajes que fueron escritos para ordenar o prohibir, hay
algunos que se presentan envueltos en el velo del misterio. Así, muchos de los
mandatos del Antiguo Testamento formulados para que aquel pueblo los cumpliera,
pero que hoy día no son observados por el pueblo cristiano, sino que únicamente se
examinan y se analizan para ser comprendidos; por ejemplo, que el sábado sea día
de descanso que hay que observar 5; o la prescripción de los ázimos en el pan sin
levadura 6; o la pascua, en que se sacrifica un cordero 7; en fin, tantos tipos de
sacrificios y de alimentos que hay que evitar; las celebraciones de la luna nueva y
las festividades anuales, que todavía hoy observan los judíos; aquellas
"justificaciones" que no pertenecen propiamente a obras de justicia, pero que se las
considera portadoras de algún significado. En efecto, ¿qué cristiano se siente
obligado a conceder la libertad a un siervo al cabo de siete años, y en el caso de
que éste no quiera ser libre lo arrima a la jamba de su puerta y le perfora la oreja
con un punzón 8, y demás prescripciones de este tipo?
En cambio, hay otras prescripciones que también hoy día deben observarse,
cumpliéndolas, si se trata de mandamientos que hay que realizar, o absteniéndose
de algo, si se trata de prohibiciones; por ejemplo, los que antes he mencionado:
"honra al padre y a la madre" y "no cometerás adulterio".
Pues bien: acerca de esos pasajes que se encuentran en las Sagradas Escrituras y
que ordenan, prohíben o permiten algo. que atañen al ejercicio de la vida piadosa y
de las buenas costumbres, y que deben observarse también hoy día, en tiempos del
Nuevo Testamento, es por lo que he comenzado a componer esta obra que tengo
entre manos, para reunir, con la ayuda de Dios, todos esos preceptos
entresacándolos de los libros canónicos y agrupándolos para que puedan fácilmente
ser observados, como en un espejo. En efecto, es conveniente que se expongan de
la forma que han sido expuestos por nuestros autores, para que en las exposiciones
o en las controversias los preceptos figurados se mezclen con los auténticos y los
auténticos con los figurados, mientras se observa el orden narrativo de los hechos,
o se responde a los adversarios, o se instruye a quienes hay que enseñar, o con el
descubrimiento de lo encubierto en cierto modo se renueva la atención de quienes
sienten aversión hacia lo sencillo y evidente.
Realmente, ¿quién ignora que en el Nuevo Testamento los castigos por las malas
acciones y los premios por las buenas obras (si bien he considerado oportuno no
hacerme eco de ninguno) son muy distintos a los castigos y premios antiguos?
"No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás escultura ni imagen alguna de
cuanto hay arriba, en el cielo, ni de lo que hay abajo, en la tierra, ni de lo que
existe en las aguas, bajo la tierra. No las adorarás ni rendirás culto 9. Y
asimismo: "No emplearás en falso el nombre de tu Dios, porque el Señor no dejará
sin castigo a aquel que emplee en falso el nombre del Señor, su Dios" 10. Y un poco
más adelante: "Honra a tu padre y a tu madre para que llegues a ser viejo sobre la
tierra que te entregará el Señor, tu Dios. No matarás. No cometerás adulterio. No
robarás. No prestarás falso testimonio contra tu prójimo. No desearás la casa de tu
prójimo, ni codiciarás a su mujer, ni a su siervo, ni a su esclava, ni su buey, ni su
asno, ni nada de cuanto le pertenece" 11.
"Si un ladrón fuera descubierto forzando una casa o perforando una pared, y,
después de herírsele, muriera, su homicida no será reo de sangre. Pero si ello
sucediese después de amanecer, el causante del homicidio será penado también
con la muerte. Si un ladrón no tuviera con qué restituir lo robado, será vendido. Si
en su poder se hallase aún vivo lo que robó -trátese de un buey, un asno o una
oveja-, restituirá el doble. Si alguien causara daño en un campo o en una viña por
dejar suelto su ganado para que paste en propiedad ajena, restituirá, por el daño
estimado, lo mejor que tuviera en su campo o en su viña. Si al prender fuego éste
se extiende a zarzales y alcanza la mies amontonada o aún sin cosechar en los
campos, el que encendió el fuego abonará los daños. Si uno confiara a un amigo
dinero o enseres para que se los guarde, y son sustraídos por robo de la casa del
receptor, si el ladrón fuera descubierto, restituirá el doble; si no apareciera, el
dueño de la casa se presentará ante los dioses (sic) y jurará que no ha puesto su
mano sobre las pertenencias de su prójimo para perpetrar un fraude, ya se trate de
un buey, como de un asno, una oveja o un vestido, o de algo a lo que pueda
causarse daño; los afectados acudirán ante los dioses (sic), y si éstos emiten su
veredicto, el culpable restituirá el doble a su prójimo. Si uno encomienda a su
prójimo la custodia de un asno, un buey, una oveja o cualquier otro animal, y dicho
animal muriera, resultara inválido o fuera robado por cuatreros sin que nadie se
diera cuenta de ello se interpondrá juramento de que no ha puesto su mano sobre
las pertenencias de su prójimo; el dueño aceptará el juramento, y el otro no se
verá obligado a restituir. Pero si se le sustrajeran por hurto, pagaría una
indemnización al dueño. Si el animal es devorado por una fiera, preséntele los
restos y no deberá restituir. Quien pidiere prestado a su prójimo una cualquiera de
aquellos animales, y resultare inválido o muerte sin estar presente su dueño, se
verá obligado a restituir. Ahora bien: si el dueño estuviere presente, no deberá
restituir excepto el precio del alquiler, si es que se había alquilado el animal. Si
alguien sedujera a una doncella aún no desposada y yaciera con ella, le entregará
una dote y la tomará por esposa. Si el padre de la doncella se negará a
entregársela, el seductor pagará la cantidad que se acostumbra a pagar por las
doncellas. No consentirás que las hechiceras sigan con vida. Pénese con la muerte a
quienquiera que tuviere ayuntamiento carnal con animales. Quien realice sacrificios
en honor de los dioses -salvo sólo el Señor-, mátesele. No entristecerás ni afligirás
a ningún extranjero, pues también vosotros fuisteis extranjeros en la tierra de
Egipto. No causaréis daño a la viuda ni al huérfano: si llegarais a dañarlos,
clamarán ante mí y yo escucharé su clamor, se inflamará mi cólera y os golpearé
con la espada; vuestras mujeres se quedarán viudas, y vuestros hijos, huérfanos.
Si le prestaras dinero a uno de mi pueblo, a un pobre que vive junto a ti, no se lo
reclamarás como un acreedor ni lo exprimirás con usuras. Si a tu prójimo le
tomaras en prenda el vestido, devuélveselo antes de la puesta del sol, pues es el
único vestido con que cubre su cuerpo y no tiene otra cosa con que dormir. Si
clamara ante mí, lo escucharía, porque soy misericordioso. No blasfemarás contra
los dioses (sic) ni maldecirás al dirigente de tu pueblo. No retrasarás el
ofrecimiento de tus diezmos y de tus primicias. Me entregarás al primogénito de tus
hijos" 14.
Y unas líneas más abajo, cuando se refiere a los extranjeros: "No adorarás a sus
dioses ni les rendirás culto. No imitarás sus obras, sino que las destruirás, y
demolerás sus estatuas. Serviréis a Dios, vuestro Señor" 16.
Mucho después, en el mismo libro, hablando de los dioses de los gentiles: "Y
destruye sus altares, demuele sus estatuas y tala sus bosques sagrados. No adores
a un dios ajeno. El Señor, cuyo nombre es Zelotes ("celoso"), Dios celoso es. No
establezcas pactos con hombres de otros países, no sea que, cuando se prostituyan
ante sus dioses y adoren sus estatuas, alguien te invite a comer de lo que han
sacrificado. Tampoco elijas de entre sus hijas esposa para tus hijos, no sea que,
cuando ellas se prostituyan ante sus dioses, te hagan prostituir a ti y a tus hijos
ante los mismos. No te fabricarás dioses de metal" 17.
Y un poco más adelante: "Ofrecerás a la casa del Señor, tu Dios, las primicias de
los frutos de tu tierra" 18.
He considerado oportuno reunir estas sentencias del libro de la Ley que se titula
Éxodo. Examinemos ahora del mismo modo lo que tenemos en el siguiente, el
Levítico.
Y un poco más abajo: "(Cuando recolectes tus cosechas) no rebuscarás -dice- las
espigas que han quedado, ni recogerás los racimos que se te hayan olvidado en tu
viña, ni la fruta caída de tus árboles, sino que lo dejarás a los pobres y extranjeros
para que los recojan. Yo soy el Señor, vuestro Dios. No cometeréis hurto. No
mentiréis, ni ninguno de vosotros engañará a su prójimo. No cometerás perjurio
utilizando mi nombre: no mancillarás el nombre de tu Dios. Yo soy el Señor. No
calumniarás a tu prójimo, ni le causarás violencia. No retengas hasta el día
siguiente el salario de tu jornalero. No maldigas al sordo, ni pongas ante el ciego
tropiezo alguno. Temerás al Señor, tu Dios, porque yo soy el Señor. No cometerás
injusticia, ni juzgarás de manera injusta. No muestres consideración hacia la
persona del pobre, ni rindas homenaje a la figura del poderoso: juzga con justicia a
tu prójimo. No siembres la maledicencia y la murmuración entre tu gente. No te
pondrás en contra de la vida de tu prójimo. Yo soy el Señor. No guardes en tu
corazón odio hacia tu hermano, sino recrimínalo públicamente, para que, por su
causa, no te hagas merecedor de pecado. No busques la venganza, ni guardes el
recuerdo de las afrentas que te hayan causado tus conciudadanos. Ama a tu amigo
como a ti mismo. Yo soy el Señor. Cumple mis mandamientos" 22.
Un poco después: "No comáis carne con sangre. No practiquéis el arte augural ni
interpretéis los sueños. No os rapéis en redondo vuestra cabellera ni eliminéis el
borde de vuestra barba. No arañéis vuestra carne a causa de una defunción, ni
imprimáis en ella tatuajes ni señales de ningún tipo. Yo soy el Señor. No empujes a
tu hija a la prostitución, para que no se contamine la tierra y se llene de maldad" 23.
Y bastante después: "El hombre que maldijere a su Dios se hará reo de su pecado.
Quien blasfemare el nombre del Señor, sea penado con la muerte: el pueblo entero
lo abatirá a pedradas, trátese de un ciudadano o de un extranjero. Quien
blasfemare el nombre del Señor, sea penado con la muerte. A quien hiriere a otro
hombre o lo matare, pénesele con la muerte. Quien hiriere mortalmente a un
animal, entregue otro a cambio: es decir, vida por vida. A quien causare a
cualquiera de sus conciudadanos una lesión, hágasele lo mismo que él hizo:
restituirá fractura por fractura, ojo por ojo, diente por diente. La misma lesión que
causare será la que él deba sufrir. Quien hiriere mortalmente a una bestia,
entregue otra a cambio; pero a quien hiriere mortalmente a un hombre, mátesele.
Haya entre vosotros un único criterio, tanto si quien ha delinquido es un extranjero
como si es un ciudadano. Porque yo soy el Señor, vuestro Dios" 28.
"Cuando un hombre muera sin dejar descendencia masculina, que la herencia pase
a su hija. Si no tuviera tampoco hija, los sucesores serán sus hermanos. Y si
tampoco tuviera hermanos, entregaréis la herencia a los hermanos de su padre.
Ahora bien, si tampoco tuviera tíos paternos, la herencia se les dará a los parientes
más próximos. Para los hijos de Israel esto será un principio sagrado por ley
inalterable, según el Señor prescribió a Moisés" 30.
Bastante más adelante: "A nadie se le condenará por el testimonio de una sola
persona. No aceptaréis el rescate de una persona que es reo de muerte" 31.
Poco después: "Pégale fuego a sus imágenes. No desearás la plata y el oro con que
fueron fabricadas, ni tomarás para ti lo más mínimo de esos metales, para no
cometer delito, porque aquello sería una abominación del Señor, tu Dios; no
introducirás en tu casa nada procedente de un ídolo, para no hacerte anatema,
como lo es también aquél. Lo detestarás como inmundicia, y lo considerarás como
corrupción y basura propia de la abominación, porque es anatema" 40.
Y unos pocos versículos después dice: "Finalmente se apiadó de ti, para que no
dijeras en tu corazón: mi fuerza y el vigor de mi mano es lo que me ha
proporcionado todo esto, sino para que te acordaras del Señor, tu Dios, porque Él
fue quien te dotó de esas fuerzas" 42.
Un poquito después: "... para que vosotros comáis y os saciéis. Guardaos de que
vuestro corazón no os induzca a error, y os alejéis del Señor, vuestro Dios, y
rindáis culto a dioses extraños, y los adoréis, y el Señor, airado, cierre los
cielos..." 43.
Y más abajo: "Arrasad todos los lugares en los que los pueblos, de cuyas
posesiones vais a haceros los dueños, rindieron culto a sus dioses, en la cima de los
montes, sobre las colinas o bajo cualquier frondoso árbol. Haced añicos sus altares,
despedazad sus estatuas, prended fuego a sus bosques sagrados y destrozad sus
ídolos: extirpad sus nombres de los lugares que fueron suyos" 44.
Y en otro pasaje dice: "Si uno de tus hermanos que mora en tu ciudad, en la tierra
que el Señor, tu Dios, va a entregarte, se encontrara en la indigencia, no
endurezcas tu corazón ni le cierres tu mano. Al contrario: ábrela para el pobre y
préstale lo que veas que necesita. Guárdate de que no se te infiltre un impío
pensamiento y para tus adentros te digas: se aproxima al séptimo año, el de la
remisión, y apartes tus ojos de tu hermano pobre negándote a prestarle lo que te
pide, no sea que él clame contra ti ante el Señor y te hagas reo de pecado. Deberás
darle, y al subvenir a sus necesidades no lo hagas con malicia alguna, para que el
Señor, tu Dios, te bendiga en todo momento y en todas las empresas que
acometas. No faltarán pobres en la tierra en que mores. Por eso te dicto este
mandamiento: que abras tu mano a tu hermano pobre y necesitado que vive
contigo en la tierra" 48.
Un poco después: "Nombrarás jueces y árbitros en todas las ciudades que el Señor,
tu Dios, te conceda, de acuerdo con cada una de tus tribus, para que juzguen a la
gente con juicio justo, y no se muestren proclives a alguna de las partes. No des
oído a ninguna persona, ni aceptes regalos, porque los regalos ciegan los ojos de
los sabios y alteran las palabras de los justos. Seguirás con justicia lo que es justo,
para que así vivas y poseas la tierra que te entregará el Señor, tu Dios" 49.
Tras un versículo: "No construirás ni erigirás estatuas, cosa que odia el Señor, tu
Dios" 50.
Asimismo, un poquitín después: "Cuando cerca de ti, en una de las ciudades que te
conceda el Señor, tu Dios, se descubra a hombre o mujer que obren mal a los ojos
del Señor, tu Dios, y transgredan su pacto yendo tras dioses extraños para
rendirles culto y adorarlos -al Sol, a la Luna, o a todo el ejército de astros celestes-,
cosa que yo no he ordenado, y se te anuncie que tal sucede, al enterarte
investigarás atentamente el caso, y si descubres que el hecho es cierto y que se ha
cometido abominación en Israel, sacarás a las puertas de la ciudad al hombre o a la
mujer que hayan perpetrado tan grandísima iniquidad, y allí serán lapidados. El
condenado a muerte lo será sólo cuando testimonien contra él dos o tres testigos:
nadie será condenado a muerte cuando sólo testifique contra él un solo testigo. Las
manos de los testigos serán las primeras que se alcen para matado; y después lo
harán las del resto del pueblo, para extirpar el mal de en medio de vosotros" 51.
Un poco más abajo: "No será suficiente un solo testigo contra una persona,
cualquiera que fuese su falta o delito. Toda sentencia se basará en la palabra de
dos o tres testigos. Si se levantara contra un hombre un testigo falso acusándolo de
prevaricación, las dos partes implicadas en la causa se presentarán ante el Señor,
en presencia de los sacerdotes y de los jueces que en ese momento estuvieran en
funciones, quiénes, si después de una escrupulosísima investigación descubrieren
que el falso testigo ha dicho mentira contra su hermano, le impondrán el castigo
que pensó que se le impusiera a su hermano; y así apartarás el mal de tu lado. Los
demás, al enterarse, tendrán miedo y no se atreverán a cometer semejante delito.
No tendrás compasión de él. Le exigirás vida por vida, ojo por ojo, diente por
diente, mano por mano, pie por pie" 54.
En otro lugar, en este mismo libro: "Si un hombre tuviere un hijo indócil y rebelde
que no acatara las órdenes de su padre y de su madre, y se negare a obedecer
incluso a la fuerza, lo aprehenderán y lo llevarán ante los ancianos de su ciudad y a
la puerta de la misma, donde se celebran los juicios, y les dirán: este hijo nuestro
es indócil y rebelde; se niega a escuchar nuestros consejos; se pasa el día en
francachelas, libertinajes y comilonas; y la gente de la ciudad lo lapidará, y morirá,
para que así se erradique el mal de entre vosotros; y todo Israel, al enterarse,
sienta temor" 55.
Poco después: "Si ves que un buey o una oveja de tu hermano andan perdidos, no
pasarás de largo, sino que se los devolverás a tu hermano; y si es que tu hermano
no vive cerca o no lo conoces, llevarás a los animales a tu casa y en ella
permanecerán hasta que tu hermano venga a buscarlos y los recoja. Lo mismo
harás cuando se trate del asno, o de un vestido, o de cualquier pertenencia de tu
hermano que haya perdido: si lo encuentras, no te desentiendas de ello como de
cosa ajena. Si vieras que el asno de tu hermano, o su buey han caído en el camino,
no te desentiendas, sino ayúdale a levantarlos. La mujer no se vestirá con vestido
masculino ni el hombre empleará vestimenta femenina. Quien tal hace es
abominable ante el Señor" 56.
Un poco más abajo: "Cuando construyas una casa nueva, en torno a tu terraza
levantarás un antepecho, para que en tu casa no se derrame sangre y seas
culpable de que alguien resbale y se caiga de cabeza desde arriba" 57.
Un poquito más abajo: "No haya prostituta entre las hijas de Israel, ni prostituto
entre los hijos de Israel" 59.
Versículos después: "No cobres a tu hermano interés usurero alguno por dinero, ni
por alimento, ni por cualquier otra cosa; hazlo con el extraño" 60.
Y unas cuantas líneas más abajo: "Cuando formules un voto al Señor, tu Dios, no te
retrases en cumplido, porque el Señor, tu Dios, te lo reclamará, y si te demoras, te
lo consideraría un pecado. Si no quisieras jurar, estarías libre de pecado. En
cambio, una vez que la palabra ha salido de tus labios deberás cumplirla y hacer
como prometiste al Señor, tu Dios, y por propia voluntad dijiste" 61.
Y unos versículos después dice: "Cuando le reclames a tu prójimo algo que te debe,
no entrarás en su casa para reclamar la prenda, sino que permanecerás a la puerta
y él te sacará lo que tuviere. Ahora bien: si es pobre, la prenda no pasará la noche
en tu casa, sino que se la devolverás inmediatamente antes de la puesta del sol
para que duerma sobre su ropa y te bendiga y así halles justicia ante el Señor tu
Dios. No negarás su paga al indigente y al pobre ya se trate de tu hermano, ya sea
un extranjero que mora contigo en tu tierra y en tu ciudad; antes bien, le pagarás
cada día su salario antes de la puesta del sol, porque es pobre" y así es como
sustenta a su vida, no vaya a ser que clame contra ti ante el Señor y se te impute
como pecado. Que los padres no sufran la pena capital en lugar de los hijos, ni los
hijos en lugar de sus padres, sino que cada uno muera por su propio delito" 63.
"Cuando entre diferentes personas surja un pleito y los jueces tengan que
intervenir, darán la palma de la justicia al que consideren justo, y condenarán por
impiedad al injusto. Si consideraran al delincuente merecedor de azotes,
prostérnenlo en tierra y háganlo azotar en su presencia. La cantidad de azotes
estará en relación con el delito. En cualquier caso, no superarán la cifra de
cuarenta, para que tu hermano no marche ignominiosamente afrentado en tu
presencia" 65.
Un poquito después: "Si surge una disputa entre hombres y comenzaran a pelear
uno con otro, y la esposa de uno de ellos, queriendo apartar a su marido de las
manos del contrincante, que es más fuerte, agarrara a éste por sus genitales, le
cortarás la mano y no tendrás con ella misericordia. No tendrás en tu bolsa dos
tipos de pesas, una mayor y otra menor. Tendrás un peso equilibrado y cabal, y tu
modio será preciso y correcto" 66.
Bastante más adelante: "Maldito sea el hombre que esculpe o funde una imagen,
abominación del Señor, obra de manos de artífices, y la pone en lugar oculto. Todo
el pueblo responderá y dirá "amén". Maldito quien no honra a su padre y a su
madre. Y todo el pueblo dirá "amén" Maldito quien altera los lindes de su prójimo Y
todo el pueblo dirá "amén " Maldito quien hace andar a un ciego por fuera del
camino. Y todo el pueblo dirá "amén Maldito el que quebranta los derechos del
extranjero, del huérfano y de la viuda. Y todo el pueblo dirá "amén". Maldito todo
aquel que duerme con la esposa de su padre y levanta la manta del lecho paterno.
Y todo el pueblo dirá "amén" Maldito el que tiene ayuntamiento carnal con un
animal. Y todo el pueblo dirá "amén". Maldito quien se acuesta con su hermana,
hija de su padre o de su madre. Y todo el pueblo dirá "amén". Maldito el que yace
con su suegra. Y todo el pueblo dirá "amén". Maldito quien a escondidas hiere a su
prójimo. Y todo el pueblo dirá "amén". Maldito el que recibe dádivas para acabar
con la vida de un inocente. Y todo el pueblo dirá"amén"" 67.
Hasta aquí los pasajes que, de los libros de Moisés, hemos recogido como dignos
de tener en cuenta. En los libros que siguen -y que se titulan De Josué, De los
jueces, De los reinos (sic) y Paralipómenos- se registra más la historia de los
acontecimientos que normas de vida. Hay, sin embargo, en el Libro de Josué unas
cuantas que he considerado oportuno no pasar por alto en este trabajo nuestro.
Y en otro pasaje dice: "Cuando os acerquéis a esas gentes que van a estar entre
vosotros, no juréis en nombre de sus dioses, ni los adoréis ni rindáis culto, sino
permaneced fieles al Señor, vuestro Dios, como lo habéis estado haciendo hasta el
día de hoy" 69.
Sin embargo, del Libro de los Salmos deben recogerse numerosos pasajes, aunque
a menudo se repitan. Pero en la medida de mis posibilidades pondré atención para
que esta obra destinada sobre todo a conservar en la memoria, no alcance una
extensión excesiva.
En el salmo 26: "El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién voy a temer? El Señor
es el baluarte de mi vida; ¿ante quién voy a temblar?" 77.
Y cuatro versículos después: "Aunque planten campamentos contra mí, no temerá
mi corazón. Aunque se me declare la guerra, yo seguiré confiando en Él. Una sola
cosa le pido al Señor, y esto anhelo: habitar en la casa del Señor en todos los días
de mi vida para contemplar la hermosura del Señor y admirar su santuario" 78.
En el salmo 27: "No me mezcles con los malvados y con quienes practican la
iniquidad, que hablan de paz con sus amigos, pero la maldad está en su
corazón" 81.
En el salmo 32: "Justos: alabad al Señor; la alabanza es oportuna para los hombres
rectos" 84. Y en otro pasaje: "Bienaventurado el pueblo cuyo Dios es el Señor, y a
nación a la que el Señor eligió como heredad" 85.
Siete versículos más adelante: "El Señor se encuentra al lado de los contritos de
corazón, y salvará a los abatidos de espíritu" 88.
En el salmo 36: "No rivalices con los malvados ni emules a los que practican la
iniquidad, porque, al igual que la hierba, rápidamente se agostarán, y como el
pasto verde se marchitarán. Pon tu esperanza en el Señor y haz el bien.
Considérate peregrino en la tierra y aliméntate de fe. Deléitate en el Señor y
atenderá los anhelos de tu corazón. Pon tu camino en manos del Señor y confía en
Él, y Él obrará. Exhibirá tu justicia como una luz, y tus derechos como el medio día.
Mantente silencioso ante el Señor y espera en Él: no te enfrentes contra quien
avanza en su camino ni contra el hombre que hace lo que piensa. Aplaca tu ira y
depón tu cólera: no te excites, ya que obrarías el mal. Porque los que obran el mal
perecerán; en cambio, quienes esperan al Señor heredarán a tierra. Un poquito
más aún, y desaparecerá el impío: lo buscarás en el lugar en que estaba, y no
aparecen. Son embargo, los humildes heredarán la tierra y se deleitarán en una paz
abundante" 89.
Y un poco después: "Mejor le conviene al justo la penuria que las abundantes
riquezas de los impíos. Porque los brazos de los impíos serán quebrantados,
mientras que e; Señor sostiene a los justos" 90.
Algo después: "Apártate del mal y haz el bien" 91. Y en otro lugar: "Espera al Señor
y guarda su camino. Y te exaltará para que poseas la tierra" 92. Observa la. sencillez
y practica la rectitud, porque al final al hombre encontrará la paz" 93.
En el salmo 43: "En el Señor nos alegraremos todos los días, y confesaremos
eternamente tu nombre" 95.
Y un poco más abajo: "Todo esto se precipitó sobre nosotros, pero no te olvidamos
ni rompimos tu pacto. No se ha vuelto atrás nuestro corazón, ni nuestros pasos se
apartaron de tu camino. Porque Tú nos arrojaste a un lugar plagado de serpientes y
nos cubriste con la sombra de la muerte. Si nos hubiéramos olvidado del nombre de
nuestro Dios y hubiéramos tendido nuestras manos a un dios extraño, ¿no se
habría enterado de ello el Señor? El conoce los pensamientos secretos del corazón.
Por tu causa somos masacrados a diario y considerados como rebaños destinados al
matadero" 96.
En el salmo 46: "¡Cantad a Dios, cantadle! ¡Cantad a nuestro Rey, cantadle! Porque
Dios es el Rey de toda la tierra, cantadle con maestría" 97.
En el salmo 49: "Haz sacrificios de alabanza a Dios, y dirige tus votos al Altísimo.
Invócame cuando estés atribulado: yo te libraré y tú me glorificarás. En cambio,
Dios le dice al impío: ¿Qué tienes tú que ver con la exposición de mis
mandamientos y para que pongas en tu boca mi alianza? Tú, que despreciaste mis
enseñanzas y das de lado a mis palabras. Cuando veías a un ladrón, te ponías de
acuerdo con él; y tomabas parte con los adúlteros. Entregaste tu boca al mal, y tu
lengua celebró el engaño. Sentado, hablabas contra tu hermano y maquinabas el
oprobio contra el hijo de tu madre. Eso hiciste, y yo me callé. Creíste que yo iba a
ser semejante a ti. Te denunciaré y te pondré todo ante tus ojos. Recobrad el seso
los que os olvidáis de Dios, no sea que me apodere de vosotros y no haya quien
pueda liberaros. El que sacrifica en reconocimiento mío, me glorifica. Al que camina
de acuerdo con mis palabras, yo le mostraré la salvación de Dios" 98.
Y un poco después: "En mis cánticos alabaré el nombre de Dios y lo ensalzaré con
mis alabanzas. Y ello le complacerá al Señor más que un novillo que está echando
los cuernos y las pezuñas. Los pacíficos de corazón que lo vean se alegrarán. Que
viva vuestra alma, vosotros, los que buscáis al Señor. Porque el Señor ha oído a los
humildes" 105.
En el salmo 75: "Haced votos al Señor, vuestro Dios, y cumplidlos. Todos cuantos
están cercanos a Él, ofrezcan sus dones al Terrible; Él abate la altivez de los
gobernantes, y es motivo de pavor para los reyes de la tierra 107.
En el salmo 77: "Pueblo mío escucha mi ley; inclinad vuestros oídos a las palabras
de mi boca. Abriré mis labios, sirviéndome de parábolas, y hablaré, antiguos
enigmas" 108.
Y en otro pasaje: "Y se los contarán a sus hijos para que pongan en Dios su
esperanza, no se olviden de sus pensamientos y guarden sus preceptos" 109.
En el salmo 81: "¿Hasta cuándo vais a juzgar sin equidad y vais a tener en cuenta
la categoría social de los impíos? Haced justicia al pobre y al huérfano; tratad con
imparcialidad al menesteroso y al desvalido" 112.
Y un poco después: "Porque mejor es vivir un solo día en tus atrios que mil lejos de
ellos. Prefiero hallarme a la puerta de la casa de mi Dios que morar en las tiendas
donde se practica la impiedad" 114.
115
En el salmo 91: "Bueno es alabar al Señor y cantar tu nombre, ¡oh Altísimo!" .
Dos versículos más adelante: "Si hoy escucharais su voz, no endurezcáis vuestros
corazones, como lo hicisteis el día de la querella y el día de la tentación en el
desierto" 119.
En el salmo 95: "Cantad al Señor un canto nuevo; que la tierra entera cante al
Señor. Cantad al. Seño y bendecid su nombre. Anunciad de día en día su salvación.
Proclamad entre los pueblos su gloria, y entre todas las naciones sus
maravillas" 120.
Seis versículos más adelante: Atribuid al Señor, familias de los pueblos, atribuid al
Señor la gloria y el poderío. Atribuid al Señor la gloria de su nombre; portad
vuestras ofrendas y penetrad en sus atrios. Adorad... Seño: en la hermosura de su
santuario" 121.
122
En el salmo 96: "Los que amáis al Señor, odiad el mal" .
En el salmo 97: "Que toda la tierra se alegre en el Señor: dejad oír vuestras voces,
alabadle y cantadle" 124.
En el salmo 98: "Ensalzad al Señor, Dios nuestro y postraos ante el escabel de sus
pies, porque el es Santo" 125.
En el salmo 99: "Alabad al Señor toda la tierra; servid al Señor en la alegría. Acudid
alegres ante su presencia. Sabed que el Señor es Dios mismo: Él nos creó y suyos
somos" 126.
Un versículo después: "Entrad por sus puertas en acción de gracias, y por sus atrios
entonando sus alabanzas: bendecid su nombre" 127.
En el salmo 102: "Sin embargo, la misericordia del Señor desde siempre y para
siempre alcanza a quienes lo temen. Y lo mismo su justicia sobre los hijos de los
hijos para aquellos que guardan su alianza y recuerdan sus mandamientos para
ponerlos en práctica" 129.
En el salmo 110: "Te cantaré, Señor, con todo mi corazón en la asamblea y reunión
de los justos" 132.
Y cinco versículos después: "El hombre bueno es clemente y hace préstamos y hace
préstamos, y sabrá emplear sus palabras de acuerdo con el derecho; por ello,
nunca jamás se sentirá turbado. El hombre justo dejará un recuerdo eterno: no
temerá la mala fama Su corazón está siempre dispuesto, confiando en el Señor: su
firme corazón no sentirá temor, mientras que sí lo verá en su enemigo. Esparce sus
limosnas y se las da a los pobres: su justicia permanece eternamente; su poder
será exaltado en la gloria. El impío lo verá y se inflamará de ira; rechinará sus
dientes y se consumirá: el deseo de los impíos se frustrará" 135.
En el salmo 112: "Alabad al Señor, siervos; alabad el nombre del Señor. Que el
nombre del Señor sea bendito desde ahora y hasta la eternidad. Desde el orto del
sol hasta su ocaso, sea alabado el nombre del Señor" 136.
En el salmo 113: "Los ídolos de los gentiles son plata y oro, obra de las manos de
los hombres. Tienen boca y no hablan; tienen ojos y no ven; tienen oídos y no
oyen", etc 137.
Y poco después: "Semejante a ellos serán quienes los fabrican y todos los que en
ellos ponen su confianza. Israel confía en el Señor: Él es su ayuda y su protector.
La casa de Aarón confía en el Señor: Él es su ayuda y su protector. Quienes temen
al Señor, en el Señor confían: Él es su ayuda y su protector" 138.
139
En el salmo 115: "Creí, y por eso dije: Estoy profundamente afligido" .
Y dos versículos después: "¿Qué le devolveré al Señor por todos los beneficios que
me ha hecho? Tomaré el cáliz de la salvación e invocaré el nombre del Señor" 140.
"A los ojos del Señor, gloriosa resulta la muerte de sus santos" 141.
Y tres versículos más adelante: "Te inmolaré una víctima en señal de alabanza e
invocaré en el nombre del Señor. En presencia de todo su pueblo cumpliré los votos
hechos al Señor: en los atrios de la casa del Señor, en medio de ti, ¡oh
Jerusalén!" 142.
143
En el salmo 116: "Alabad al Señor todas las naciones; alabadlo, pueblos todos" .
Unos versículos más adelante: "Y, sin embargo, yo guardaba en mi corazón tus
mandamientos. Mi corazón está espeso como el sebo, y yo meditaba en tu ley. Me
alegro por haber sido humillado, para aprender tus enseñanzas. Mejor es la ley de
tu boca que montones de oro y de plata" 150.
Un poco más abajo: "Aparté mis pies de todo mal camino, para guardar tus
palabras. No me alejé de tus preceptos, porque tú me has iluminado. ¡Qué dulces
para mi garganta son tus preceptos! ¡Más que la miel para boca! Meditaba en tus
mandamientos; por eso odio todo camino de falsedad Tus palabras son faro para
mis pies y luz para mi sendero" 157.
Tras unos cuantos versículos: "Por eso amo tus mandamientos más que al oro y al
topacio. Por eso he caminado siempre conforme a tus preceptos: odio todo camino
de falsedad. Tus testimonios son admirables; por eso mi alma los ha guardado" 160.
Tras ocho versículos: "Sea tu mano la que me auxilie porque he elegido tus
preceptos. Anhelo tu salvación, Señor, y tu ley es mi voluntad" 167. Dos versículos
después: "He andado errante como oveja perdida: busca a tu siervo, porque no me
he olvidado de tus mandamientos" 168.
169
En el salmo 119: "Yo hablaba palabras pacíficas, pero ellos las combatían" .
En el salmo 121: "Rogad la paz para Jerusalén. ¡Gocen de felicidad quienes la
aman!" 170. Dos versículos después: "Por mis hermanos y mis amigos te deseare la
paz. Por amor a la casa del Señor, nuestro Dios, te desearé el bien" 171.
En el salmo 122: "He levantado mis ojos hacia ti que habitas en los cielos. Igual
que los ojos de los siervos están: atentos a las manos de sus señores, igual que los
ojos de las esclavas están atentos a las manos de sus señoras, así están nuestros
ojos atentos al Señor, nuestro Dios, hasta que se apiade de nosotros" 172.
En el salmo 124: "Los que confían en el Señor son como el monte Sión:
eternamente inmóvil, asentado en Jerusalén" 173.
En el salmo 132: "Ahí tenéis cuán bueno y cuán hermoso s que los hermanos
convivan entrañablemente unidos" 177.
En el salmo 133: "Bendecid al Señor todos los siervos del Señor; los que os
encontráis en casa del Señor durante la noche. Levantad vuestras manos hacia el
santuario y bendecid al Señor" 178.
En el salmo 136: "Si llegar a olvidarme de ti, Jerusalén, que mi diestra caiga en el
olvido. Que mi lengua se me pegue a la garganta si llegara a olvidarme de ti,
Jerusalén si no colocara a Jerusalén en el origen de mi alegría" 184.
En el salmo 138: "¿Acaso no he podido por menos de odiar a los que te odian,
Señor, y de plantarme frente a tus adversarios? Concebí contra ellos un odio
absoluto: se convirtieron en enemigos míos" 185.
En el salmo 139: "No cumplas, Señor, los deseos de los impíos: que sus crímenes
no se difundan, para que no se ensoberbezcan" 186. Y tres versículos después: "El
hombre lenguaraz no tendrá nada que hacer en la tierra" 187.
En el salmo 141: "Con mi voz he clamado ante el Señor; ante el Señor he suplicado
con mi voz. En su presencia dejaré oír mis palabras; ante Él proclamaré mi
tribulación" 190. Y siete versículos después: "Clamé ante ti, Señor, y dije: Tú eres mi
esperanza y mi parcela en la tierra de los vivientes" 191.
En el salmo 142: "Meditaba en todas tus obras y hablaba de lo que tus manos han
llevado a cabo. Hacia ti tengo tendidas mis manos: mi alma se levanta hacia ti
como tierra sedienta" 192. Tres versículos después: "Al amanecer hazme oír tu
misericordia, porque en ti confío. Dame a conocer el sendero por el que camino,
porque hacia ti tengo levantada mi alma. Líbrame de mis enemigos, Señor: junto a
ti busco protección" 193.
En el salmo 144: "Te ensalzaré, Señor, Dios mío, mi Rey, y bendeciré tu nombre
por los siglos de los siglos. Todo el día te bendeciré y alabaré tu nombre
eternamente sin interrupción" 195. Dos versículos más adelante: "Una generación le
ensalzará tus obras a la generación siguiente y proclamarán tu poderío. Narraré el
esplendor de la gloria de grandeza y proclamaré tus maravillas. Se harán eco del
poderío de tus prodigios y contarán tus grandezas. Recordarán tu inmensa bondad
y ensalzarán tu justicia 196 Tres versículos después: "Tus santos te bendecirán.
Proclamarán la gloria de tu reino y hablarán de tu poderío Que presenten a los hijos
de los hombres su poderío y la gloria del esplendor de tu reino" 197. Y un poco mas
adelante: "Cerca está el Señor de todos los que lo invocan, de todos los que lo
invocan de verdad. Se mostrará placentero con los que lo temen, escuchará su
clamor y los salvará. El Señor custodia a todos los que lo aman, y extermina a
todos los impíos. Mi boca entonará la gloria del Señor, y toda mi carne bendecirá su
santo nombre eternamente sin interrupción" 198.
En el salmo 145: "Alaba, alma mía, al Señor. Alabaré al Señor durante toda mi
vida; cantaré a mi Dios mientras viva. No confiéis en los príncipes, ni en hijo de
hombre en cuyas manos no está la salvación" 199. Dos versículos
después: "Bienaventurado aquel cuyo auxilio es el Dios de Jacob y cuya esperanza
está puesta en el Señor, su Dios" 200.
En el salmo 148: "Los reyes de la tierra y los pueblos todos, todos los príncipes y
jueces de la tierra, jóvenes y doncellas, ancianos y niños alaben el nombre del
Señor" 204.
Esto es lo que hemos recopilado del Libro de los Salmos, en los que cada uno
puede sopesar su vida si es que aspira a perfeccionarse. Advertimos al lector que
los pasajes que hemos tomado de los Salmos los lea encadenadamente, como si de
un salmo único se tratara, pasando por alto los incisos que hemos incluido entre los
versículos por si quisiera consultarse el lugar en que se halla lo que hemos tomado,
es decir, el pasaje concreto y la extensión del salmo en cuestión. El que omitiendo
esos incisos, leyere únicamente y seguidas. Las palabras de los Salmos, lo hallará
mucho más gratificante y por ello, sacará mayor utilidad de las palabras sagradas.
Diez versículos después: "Hijo mío, que estos consejos no se aparten jamás de tus
ojos: observa la ley y la prudencia" 219. Y al cabo de nueve versículos: "No impidas
hacer el bien a quien puede hacerlo: si tienes ocasión, haz lo tú también. No le
digas a tu amigo: vete y vuelve, que mañana te lo daré, si es que en ese momento
pudieras dárselo. No maquines la desgracia contra tu amigo si éste ha depositado
en ti su confianza. No pleitees contra una persona sin motive alguno" 220. Y tras
siete versículos: "Él se burlará de los burladores y mostrará su simpatía a los
humildes" 221.
Cuarenta y cuatro versículos después: "Guarda tu corazón con la mayor cautela,
porque de él brota la vida. Aleja de ti la boca depravada y mantén lejos de ti los
labios difamadores. Que tus ojos miren lo que es justo y tus párpados dirijan
rectamente tus pasos. Lleva tus pies por el camino recto y que todos tus caminos
sean seguros. No te desvíes ni a derecha ni a izquierda. Aleja tus pies del mal. En
efecto, el Señor conoce los caminos que están a la derecha; los que están, en
cambio, a la izquierda son perversos. Él hace que tus senderos sean rectos. Él
tenderá en paz tus caminos" 222.
Cinco versículos después: "Hijo mío, guarda mis palabras y conserva en tu corazón
mis mandamientos. Observa mis mandamientos y vivirás; que mi ley sea para ti
como la niña de tus ojos" 225.
Nueve versículos más adelante :"Abandonad la simpleza y vivid y caminad por los
senderos de la prudencia. El que intenta enseñar a un burlador se causa a sí mismo
una afrenta; a: el que corrige a un impío se echa encima una mancha. No corrijas a
un burlador, para que no te aborrezca; corrige al Sabio, y te amará. Da al sabio, y
se le acrecentará la sabiduría. Enseña al justo, y se apresurará a escucharte. El
principio de la sabiduría es el temor hacia el Señor; y la ciencia de los santos es la
prudencia" 232.
Dieciocho versículos después: "No aprovechan los tesoros producto de la iniquidad:
es la justicia lo que liberará de la muerte 233. Cuatro versículos más
adelante: "Quien recoge en tiempo de cosecha, hijo inteligente es. En cambio quien
durante la siega estival se duerme, es hijo del desorden" 234. Después de cuatro
versículos: "El sabio guarda los mandamientos en su corazón; el necio se perderá
por lenguaraz. Quien va por la vida con sencillez, camina con confianza en cambio,
quien pervierte sus caminos, será puesto en evidencia. El que guiña los ojos
ocasionará la desgracia; el estúpido lenguaraz sufrirá el castigo. Fuente de vida es
la boca del justo; la boca de los impíos oculta la iniquidad. El odio suscita
enfrentamientos; el amor encubre todas las faltas. En los labios del sabio se
encuentra la sabiduría; los palos, sobre las espaldas de aquel que carece de
cordura. Los sabios esconden su sapiencia; pero la boca del necio está al lado de la
ruina" 235.
Dos versos más adelante: "Como el vinagre para los dientes y el humo para los
ojos, así es el vago para quienes lo envían. El temor hacia el Señor alarga los días
de la vida; los años de los impíos serán abreviados. La esperanza de los justos les
es motivo de alegría; en cambio, la esperanza de los impíos se desvanecerá. El
baluarte del hombre sencillo es el camino del Señor; pero es el terror para quienes
obran el mal. El justo no se verá alterado en el jamás de los jamases; en cambio,
los impíos no habitarán la tierra. La boca del justo alumbrará sabiduría; la lengua
de los depravados perecerá. Los labios del justo tienen en cuenta lo que resulta
amable; la boca de los impíos, lo perverso" 237.
"La balanza trucada es una abominación a los ojos de Dios; el peso justo es lo que
le place. Donde halla soberbia, allí habrá afrenta. En cambio, donde se encuentre la
modestia, allí estará también la sabiduría. La sencillez de los justos es lo que dirige
sus pasos; la doblez de los perversos es la que pierde a éstos. No servirán de nada
las riquezas el día del castigo final, pero la justicia liberará de la muerte. La justicia
del hombre sencillo orienta su camino; el impío se verá arrastrado en su propia
impiedad. La justicia de los hombres rectos los liberará; los inicuos caerán en sus
propias trampas. Ninguna esperanza futura tendrá el hombre impío una vez
muerto; y las expectativas de los llenos de preocupaciones se desvanecerán" 238.
Siete versículos después: "El que desprecia a su amigo está falto de inteligencia; en
cambio, el hombre prudente sabrá guardar silencio. El que se mueve en medio de
mentiras, termina por revelar los secretos; el que posee un espíritu fiel, sabe
guardar lo que se le confía. Cuando no hay dirigente, el pueblo se precipita en la
ruina; la salvación, en cambio, se halla donde los consejos abundan. El que saca la
cara por un extraño se verá afligido por la desgracia; quien toma precauciones ante
las trampas, estará seguro" 239.
Tras dos versículos: "El hombre misericordioso le hace bien a su alma; en cambio,
el que es cruel aflige incluso a sus allegados" 240. Cuatro versículos después: "El
corazón depravado resulta abominable al Señor; su simpatía la pone en quienes
van por la vida con sencillez. El malvado no se quedará sin castigo, mano sobre
mano; la descendencia de los justos se salvará" 241. Dos versículos después: "El
deseo de los justos es todo él bueno; la esperanza de los impíos es la ira. Algunos
reparten sus pertenencias y se hacen ricos; otros se apoderan de lo que nos les
pertenece, v siempre se hallan en la indigencia. El alma que expande el bien se
verá satisfecha; y el que da de beber, también él se verá saciado. Maldito es entre
la gente el que acapara el trigo; la bendición cae, en cambio, sobre la cabeza de
quienes lo venden. Mucho madruga el que busca el bien; pero quien anda en busca
de maldades, por ellas se verá aplastado. El que confía en sus riquezas, se
derrumbará; sin embargo, los justos prosperarán como las hojas verdes" 242.
Dieciséis versículos después: "El deseo del impío es un fortín de maldades; la raíz
de los justos dará fruto. A causa de los pecados salidos de sus labios la ruina se
arrima al malvado; el justo escapará de la tribulación. Cada hombre se saciará con
los frutos que, como bienes, brotan de su propia boca, y se le retribuirá de acuerdo
con las obras que salen de sus manos. A los ojos del necio le parece recto su
camino; el sabio, en cambio, escucha los consejos" 245.
Al cabo de cuatro versículos: "Hay quien habla, y como con una espada se causa
una herida al sentimiento; la lengua de los sabios es medicina. Los sabios que dicen
la verdad se mantienen en todo momento firmes; en cambio, el testigo de ocasión
emplea una lengua mentirosa. En el corazón de los que maquinan maldades se
asienta el engaño; a quienes conciben ideas de paz los sigue la alegría. Al justo no
le entristecerá nada de lo que le suceda; los impíos se verán desbordados por la
desgracia. El Señor aborrece los labios mentirosos; le complacen, en cambio,
quienes se portan con fidelidad. El hombre prudente oculta su ciencia; el corazón
de los necios proclamará a los vientos su estupidez" 246.
Dos versículos después: "La tristeza que llena el corazón del hombre lo deprime,
pero se alegra con la palabra amable. Quien, por amistad, disimula el daño, es
hombre justo; el camino de los impíos les tiende trampas. El hombre fraudulento
no encontrará provecho: el carácter del hombre valdrá su peso en oro. En el
sendero de la justicia se encuentra la vida: cuando el camino se desvía, conduce a
la muerte" 247.
"El hijo sabio sigue las enseñanzas del padre; el estúpido, en cambio, no tiene en
cuenta cuando se le corrige. Cada hombre se saciará con los frutos que, como
bienes, brotan de la propia boca: el alma de los prevaricadores es inicua. Quien su
boca guarda, guarda su vida; quien sin tino habla, su ruina busca. El vago quiere,
pero no quiere; el alma de los que trabajan medrará. El justo despreciará la palabra
del mendaz; impío confunde y es confundido. La justicia custodia el camino del
inocente; la impiedad abate a los pecadores. Hay quien es como rico, aunque nada
tenga, y hay quien es como pobre, a pesar de que posea abundantes riquezas. Sus
riquezas sirven para rescatar la vida de un hombre; pero el que es pobre no tiene
que soportar reproches. La luz de los justos produce alegría; la lámpara de los
impíos se extinguirá. Entre los soberbios siempre hay enfrentamientos; pero
quienes todo lo hacen pidiendo consejos son dirigidos por la sabiduría. La riqueza
pronto amasada se dilapidará; en cambio, aquella que fue acumulada poco a poco
se multiplicará. La esperanza que se demora aflige al alma; el deseo que se ve
cumplido es árbol de vida. Quien se sustrae a alguna obligación se compromete
para el futuro; quien respeta lo que se le manda vivirá en paz. La ley es fuente de
vida para el sabio, para escapar de la ruina de la muerte. La buena educación os
granjeará simpatías; en la vida de los altaneros sólo hay torbellinos" 248.
Doce versículos más adelante: "El que no emplea su vergajo, odia a su hijo; el que
lo ama, se apresura a corregirlo El justo come y sacia su alma; en cambio, el
estómago de los impíos es insaciable" 249.
Dos versículos después: "El que camina por el recto sendero y teme a Dios es
despreciado por quien avanza por camino tortuoso. En la boca del necio está el
látigo de la soberbia: a los sabios los custodian sus propios labios" 250. Tras dos
versículos más: "El testigo fiel no miente: el testigo mendaz declara mentiras. El
chancero busca la sabiduría y no la encuentra; la ciencia es fácil de alcanzar para
los prudentes. Enfréntate al hombre necio e ignora los labios de la necedad. La
sabiduría del sabio radica en comprender su camino, equivocándose en él la
insensatez de los necios. El necio se burlará del pecado; la del pecado; la
benevolencia convivirá entre los justos. Porque el corazón conoce la amargura de
su alma, no dejará que en su alegría participe ningún extraño. La casa de los
impíos será arrasada; las viviendas de los justos florecerán. Hay caminos que le
parecen rectos al hombre: pero cuyo final desemboca en la muerte. La risa se
mezclará con el dolor y al final de la alegría sobreviene la angustia 251.
Al cabo de tres versículos: "El sabio siente temor y se aparta del mal; el necio se
exalta y se muestra confiado. El impaciente cometerá tonterías y el hombre
taimado resulta odioso" 252. Cuatro versículos después: "Peca quien a su prójimo
desprecia; en cambio, el que se apiada de los pobres será bienaventurado. Yerran
quienes hacen el mal; la misericordia y la verdad traerán bienes. En todo esfuerzo
habrá recompensa; pero cuando sólo hay abundante palabrería, a menudo lo que
hay es pobreza" 253. Tras cuatro versículos: "En el temor hacia el Señor se halla la
confianza del hombre fuerte, y sus hijos tendrán esperanza. El temor hacia el Señor
es fuente de vida para escapar de la ruina de la muerte" 254. Dos versículos más
adelante: "El que es paciente se conduce con gran prudencia; sin embargo, el
impaciente pone de manifiesto su estupidez. La pureza de corazón es la vida del
cuerpo; la envidia es el cáncer de los huesos. Quien calumnia al necesitado
desprecia a su Hacedor; en cambio, lo honra quien se apiada del pobre" 255.
Siete versículos después: "Una respuesta amable aplaca la ira; una palabra dura
suscita el furor. La lengua del sabio hace atractiva la ciencia; la boca de los fatuos
esparce insensatez" 256. Diecisiete versículos más adelante: "El hombre funesto no
aprecia a quien lo corrige, y no se acerca a los sabios" 257. Tras cinco versículos: "Es
mejor poseer poco con el temor del Señor que grandes e insaciables tesoros. Es
mejor ser invitado a comer legumbres, cuando se hace con amor, que a comer
ternero cebado, cuando se hace con odio. El hombre colérico provoca
enfrentamientos; el paciente aplaca las cóleras desatadas. El camino de los vagos
es como un seto de espinas; el sendero de los justos está libre de obstáculos. El
hijo sabio causa alegría a su padre; el hombre necio desprecia a su madre" 258.
Dos versículos después: "Donde no hay consejo, los planes se vienen abajo; en
cambio, se afianzan cuando los consejeros son muchos. Se alegra el hombre
cuando su boca encuentra respuesta, y una palabra oportuna es magnífica. El
camino de la vida siempre conduce al erudito hacia arriba para apartarlos del
sepulcro postrero" 259. Cuatro versículos después: El que camina tras la avaricia
perturba su casa; el que odia la recompensa, ése vivirá. La mente del justo tendrá
en cuenta la obediencia; la boca de los impíos rebosa maldades. Lejos de los impíos
se halla el Señor, pero escucha las oraciones de los justos. La luz de los ojos alegra
al alma; la: buenas noticias vigorizan los huesos. La oreja que escucha las
correcciones saludables tendrá un puesto en medio de los sabios. Quien
menosprecia las censuras, menosprecia su alma, pero quien se atiene a las
correcciones posee inteligencia. El temor hacia el Señor es enseñanza de sabiduría;
la humildad va por delante de la gloria" 260.
"Mejor es un mendrugo seco comido con alegría que una casa llena de carne de
víctimas en la que reina la discordia. El siervo prudente se impondrá sobre los hijos
estúpidos y se repartirá la herencia con los hermanos. Como la plata se prueba en
el fuego, y el oro en el crisol, así prueba el Señor los corazones. El malvado
obedece a la lengua inicua y el mentiroso se somete a los labios mendaces. El que
desprecia a un pobre, desdeña a su Hacedor; quien se alegra en la desgracia de
otro no escapará al castigo. Corona de los ancianos son los hijos de sus hijos, y
gloria de los hijos son los padres. No convienen al necio las palabras
grandilocuentes ni al príncipe un labio mentiroso. Piedra preciosa es la esperanza
de tener un fiador: adondequiera que se dirija, sus proyectos serán prudentes.
Quien disimula las faltas ajenas, hace amistades; quien se hace eco de sus
chismorreos, aleja a los amigos. Más aprovecha una corrección al hombre sensato
que cien azotes a un necio. El malvado siempre anda buscando pendencia; contra
él será enviado un mensajero cruel. Es preferible toparse con una osa a la que
acaban de arrebatarle sus cachorros que con un insensato pagado de sí mismo en
su necedad. Quien devuelve mal por bien no alejará la desgracia de su casa. Quien
inicia una querella es como el que abre una compuerta de agua y abandona el
pleito antes de sufrir una afrenta. Quien disculpa a un impío y quien condena a un
inocente, ambos dos son abominables a los ojos del Señor" 263.
Dieciséis versículos después: "El impío acepta regalos de bolsa ajena para alterar
los caminos de la justicia. En el rostro del hombre prudente luce la sabiduría; los
ojos de los necios se encuentran en los confines de la tierra" 264. Cuatro versículos
más adelante: "Quien modera sus palabras es sabio y prudente; el hombre
inteligente posee un alma preciosa" 265.
Dos versículos después: "El que quiere alejarse de un amigo busca pretextos: en
cualquier circunstancia será reprensible" 266. Seis versículos más adelante:"No
es bueno favorecer a la persona de un impío para apartarte de la rectitud de un
juicio" 267. Al cabo de otros cuatro versículos: "El que en su trabajo es blandengue e
indolente es hermano del que dilapida su fortuna. Torre inquebrantable es el
nombre del Señor: a ella se acoge el justo, y será exaltado" 268.Dos versículos
después: "Antes de sucumbir en la ruina, el corazón del hombre se ensoberbece;
antes de ser alabado, sufre humillación" 269.
Siete versículos más adelante: "Quien primero defiende su causa tiene la razón;
pero luego llega su oponente y lo somete a análisis. La suerte dirime los pleitos y
emite también su veredicto entre los poderosos. El hermano que es ayudado por su
hermano es como una ciudad inexpugnable, y sus criterios son como los cerrojos de
las fortalezas" 270. Dos versículos después: "La muerte y la vida dependen de la
lengua: los que en ella ponen su predilección se alimentarán de sus frutos. Quien
encuentra una mujer buena, encuentra el bien y recibe del Señor la alegría. El
pobre habla con ruegos; el rico se expresa con dureza. Un hombre ligada por los
vínculos de la amistad resultará más entrañable que un hermano".
"Es preferible un pobre que vive sencillamente que el necio que crispa sus labios.
Cuando el alma carece de ciencia, no existe el bien; el apresurado tropieza. La
necedad dci hombre le impide progresar, y dentro de su corazón se subleva contra
Dios. Las riquezas hacen ganar abundantes amigos, mientras que del pobre se
apartan incluso aquellos amigos que antes tenía. El testigo falso no quedará sin
castigo; quien habla mentiras no escapará. Muchos rinden pleitesía a la
personalidad del poderoso y se muestran amigos del que distribuye dádivas. Al
hombre pobre lo odian incluso sus hermanos; con mayor motivo, de él se apartan
también los amigos. El que solamente va detrás de las palabras no tendrá nada;
pero el que posee inteligencia, ése aprecia la vida" 271.
Nueve versículos más adelante: "La pereza invita al sueño, y el alma holgazana
pasará hambre. Quien cumple lo ordenado salvaguarda su vida; quien desdeña sus
caminos sufrirá la muerte. Hace un préstamo al Señor el que se apiada de los
pobres, y Él a su vez se lo recompensará. Corrige a tu hijo y no esperes para
hacerlo más adelante" 272. Seis versículos después: "El hombre indigente es
misericordioso: mejor es ser pobre que mentiroso. El temor hacia el Señor conduce
a la vida, y se vivirá en la abundancia y libres de recibir la visita de la
desgracia" 273. Tras dos versículos: "Cuando se castiga al hombre funesto, el necio
se vuelve más cuerdo; pero cuando se corrige al sabio, gana en sabiduría. Quien
aflige a su padre y ahuyenta a su madre es persona indigna y nefasta. No dejes,
hijo mío, de escuchar las enseñanzas, para que no ignores las palabras de la
sapiencia. El testigo inicuo se burlará de la justicia; la boca de los impíos devora
iniquidad. Dispuestas están las sentencias para los burladores, y vergajos que
sacudan los cuerpos de los necios" 274.
Y un poquito más adelante: "No eludas castigar a tu hijo, pues, aunque lo zurres
con la vara, no morirá. Con la vara lo golpeas, y estarás librando su alma de.
Infierno" 286. Ocho versículos después: "No participes en francachelas de bebedores,
ni en banquetes de quienes se reúnen para comer carne" 287. Al cabo de veinte
versículos: "No te quedes prendado mirando vino cuando rojea, cuando su color
resplandece en el vaso. Entra suavemente, pero a la postre morderá como una
serpiente y expandirá su veneno como el basilisco" 288.
Siete versículos más adelante dice: "No emules a los malvados ni desees estar en
su compañía, porque su corazón maquina rapiñas y sus labios hablan
mentiras" 289. Asimismo, dieciséis versículos después: "Libera a aquellos que son
conducidos a la muerte, y no dejes de procurar la libertad a quienes son
arrastrados a la ejecución. Si dijeras: no nos alcanzan las fuerzas; aquel que
examina los corazones bien lo sabe: nada se le oculta al que vela por tu vida y dará
a cada hombre de acuerdo con sus obras" 290. Asimismo, nueve versículos más
adelante: "Cuando sucumba tu enemigo, no te alegres; ni salte de gozo tu corazón
cuando lo veas en la ruina, no sea que el Señor se dé cuenta de ello, le desagrade y
aleje de él su cólera. No rivalices con los perversos, ni emules a los impíos" 291.
Dos versículos después: "Hijo mío, teme al Señor y al rey, y no te mezcles con sus
detractores, porque su perdición se desencadenará repentinamente, y ¿quién
conoce la ruina de ambos? También son propias de los sabios las siguientes
máximas. No es bueno tener en cuenta en un juicio el rango de una persona. Quien
dice al impío: eres justo, la gente lo maldecirá y las naciones lo detestarán.
Quienes lo reprenden serán alabados y sobre ellos vendrá la bendición. Recibirá un
beso en los labios quien responde palabras justas" 292. Dos versículos después: "No
seas testigo falaz contra tu prójimo, ni con tus palabras adules a nadie. No digas: le
haré a él lo mismo que él me hizo; le pagaré a cada uno según sus obras. Crucé
por el campo del hombre holgazán y por la viña del necio, y las ortigas lo habían
llenado todo; los cardos habían ocultado su superficie, y su cerca de piedra había
sido destruida. Al contemplarlo, medité en mi corazón, y ante su ejemplo aprendí
una lección" 293.
Veinte versículos más adelante: "No emitas un juicio apresurado sobre lo que tus
ojos han visto, no sea que no puedas luego dar marcha atrás cuando hayas
infamado a tu amigo. Cuando tengas alguna diferencia con un amigo tuyo, dirímela
con él y no reveles el secreto a un extraño, no vaya a ser que te llene de insultos
cuando lo oiga y no cese de reprochártelo. Manzanas de oro en lechos de plata es
quien pronuncia su palabra en el momento oportuno. Pendientes de oro y perla
refulgente es el que corrige al oído sabio y obediente" 294. Diecisiete versículos
después: "Quien canta canciones a un corazón afligido es como vinagre derramado
sobre el nitro". Si tu enemigo tuviera hambre, dale de comer; si tuviese sed, dale
de beber, pues así echas ascuas sobre su cabeza y el Señor te lo
recompensará" 295. Diez versículos después: "Como ciudad abierta y sin muros en
su entorno es e hombre que al hablar no sabe dominar su carácter" 296.
Dos versículos después: "Como ave que emigra a otro lugar o pájaro que marcha
de donde le place, así resultará la maldición lanzada contra alguien sin motivo. El
látigo, para el caballo; el cabestro, para el asno; y el vergajo, para la. espalda de
los necios. No respondas al estúpido rebajándote a su estupidez, para no
equipararte a él. Responde al estúpida como merece su estupidez, para que no se
considere un sabio" 297.
Al cabo de diez versículos: "Como el perro que retorna a su vómito, así es el necio
que reitera su necedad. ¿Has visto un hombre que se considera sabio? Un necio
ofrecerá más confianza que él. Dice el vago: en la calle hay una leona; en los
caminos hay un león. Del mismo modo que la puerta gira sobre sus goznes, lo hace
el vago en su cama. El vago esconde su mano bajo las axilas y se fatiga si tiene
que llevárselas hasta la boca. El vago se considera más sabio que siete personas
juntas que le hagan saber sus opiniones. El que al pasar se inmiscuye, apasionado,
en querellas que ni le van ni le vienen, es como el que pasa y agarra a un perro por
las orejas. Como el cretino que comienza a disparar lanzas, flechas y muerte es el
hombre que dolosamente causa daño a su amigo y, al ser prendido, dice: lo hice
por broma. Cuando la leña falta, se apaga el fuego; cuando cesa la murmuración,
se aquietan las querellas. Como el carbón es a la brasa y la leña al fuego, así el
hombre colérico que desata las riñas. Las palabras del murmurador son como
minucias y llegan hasta lo más íntimo del vientre" 298. Tres versículos más
adelante: "El enemigo habla con sus labios, pero en su corazón actúa el engaño.
Cuando suavice su voz, recela de él, porque en su corazón hay siete maldades.
Quien dolosamente trata de ocultar su odio, pondrá de manifiesto su malicia en la
asamblea. Quien cava la fosa, en ella cae; quien rueda una piedra, ésta se precipita
sobre él. Una lengua falaz no ama la verdad; la boca engañosa provoca ruinas" 299.
Cuatro versículos después: "Quien oculta sus pecados no prosperará; pero quien los
confesare y renegare de ellos alcanzará el perdón. Bienaventurado el hombre que
siempre se muestra temeroso; en cambio, el que tiene duro el corazón se
precipitará en la desgracia" 306. Asimismo, al cabo de doce versículos:"El hombre
fiel será muy alabado: no puede ser inocente el que se hace rico muy deprisa.
Quien en un juicio tiene en cuenta la categoría de las personas, no obra bien: por
un pedazo de pan dejará de lado la verdad. El hombre que se apresura a
enriquecerse y siente envidia de los demás, ignora que le sobrevendrá la pobreza.
Quien corrige a un hombre, encontrará luego en él más reconocimiento que en
aquel otro que lo engaña llenándolo de lisonjas. El que roba algo a su padre y a su
madre, y dice: esto no es pecado, es equiparable a un criminal. El jactancioso y
engreído suscita discordias; quien tiene puestas sus esperanzas en el Señor, tendrá
salud. Quien sólo en sí confía, es un necio; en cambio, quien vive prudentemente,
ése se salvará. Quien da al pobre, no sufrirá la pobreza; quien menosprecia al que
le suplica, padecerá penuria" 307.
Diez versículos más adelante: "El hombre que habla a su amigo con palabras
aduladoras y falsas, está tendiendo, una trampa bajo sus pies" 308. Veinticinco
versículos después: "Al siervo no puede corregírsele sólo con palabras, porque
comprende lo que dice, pero rehúsa obedecer. ¿Has visto a un hombre ligero para
hablar? Más esperanzas hay de corregir la necedad que corregido a él" 309. Después
de cuatro versículos: "La humillación va detrás del soberbio; la honra levanta al
humilde de corazón. El que participa con un ladrón odia su alma: escucha al que
maldice y no lo anuncia. Quien teme al hombre, pronto se arruina; quien en el
Señor pone sus esperanzas, se mantendrá seguro. Muchos están pendientes del
rostro del príncipe; pero el juicio que cada uno merece proviene del Señor. El
hombre impío siente abominación hacia los justos; los impíos son abominados por
quienes se hallan en el recto camino" 310.
Catorce versículos más adelante: "Te he suplicado dos cosas; no me las niegues
antes de morirme: haz que se mantengan lejos de mí la vanidad y la mentira. No
me concedas ni pobreza ni riqueza: proporción ame simplemente lo necesario para
alimentarme, no sea que, bien repleto, me sienta arrastrado a negarte, y diga:
¿quién es el Señor?, y empujado por la necesidad me entregue al robo y reniegue
del nombre de mi Dios. No acuses al siervo delante de su señor, no sea que te
maldiga y sufras castigo" 311.
Y un poco más adelante: "Abre tu boca, discierne bien lo que es justo y haz justicia
al necesitado y al pobre" 312.
Ya es suficiente esto del libro de los Proverbios. Ahora examinando del mismo
modo el otro libro de Salomón, titulado Eclesiastés, vamos a mostrar lo que en él
consideramos apropiado para recogerlo aquí.
Un poco más adelante: "Mejor es acudir a una casa afligida por el luto que a una
casa en que se celebra un banquete, pues en aquélla se recuerda el fin de todos los
hombres, y el vivo puede meditar en lo que va a ocurrirle. Mejor es la tristeza que
la risa, porque mediante la tristeza el rostro se corrige el carácter del que delinque.
El corazón de los sabios se halla donde hay tristeza; el corazón de los necios, donde
hay alegría. Mejor es ser corregido por el sabio que ser engañado por la adulación
de los necios; porque igual que el crepitar de las espinas ardiendo, así es la risa del
necio" 317. Y cuatro versículos más adelante: "Es mejor el paciente que el arrogante.
No seas propenso a encolerizarte, porque la cólera reposa en el regazo del necio.
No digas: ¿cuáles son los motivos por los que crees que los tiempos pasados fueron
mejores que los presentes? ; una pregunta semejante resulta estúpida" 318. Y tres
versículos después: "La erudición y la sapiencia tienen esta ventaja: que dan la
vida a quien la posee" 319.
Poco más adelante: "Yo presto atención a la boca del rey y a los compromisos del
juramento hecho a Dios. No te apresures a alejarte de su presencia ni persistas en
las malas acciones" 320. Y un poco después dice: "Por aquello de que el pecador
comete cien veces su maldad y pervive gracias a la paciencia (divina), yo he
llegado a saber que quienes temen a Dios alcanzarán el bien: los que respetan
temerosamente su presencia. Que el impío no alcance el bien ni se prolonguen sus
días, sino que caminen como en tinieblas quienes no temen la presencia de
Dios" 321.
Un poco más adelante: "Decía yo que era mejor la sabiduría que la fuerza" 322 Y
tras cuatro versículos: "Es mejor la sabiduría que las armas bélicas; quien en una
cosa se equivocare, muchos bienes perderá" 323.
Dos versículos después: "En un momento determinado, una pequeña locura es más
evidente que la sabiduría y la gloria" 324. Y al cabo de trece versículos: "El que cava
una fosa, en ella caerá; al que destruye un seto lo morderá una serpiente. El que
traslade piedras, en ellas sufrirá la fatiga; el que corta leña, con ella se causará una
herida. Si un filo se empezara a embotar y no se afila antes de que se haya
embotado por completo, costará luego mayor trabajo afilado; pero tras e esfuerzo
viene la sabiduría" 325. "Si una serpiente agazapada te muerde, no te causa mayor
daño que quien te difama en secreto. Una bendición son las palabras de la boca del
sabio; al necio le causan la ruina sus propios labios" 326.
Resta sólo el libro de Salomón titulado Cantar de los cantares. Pero ¿qué podemos
recoger de él cuando todo él recomienda, bajo expresión figurada, el puro amor a
Cristo y a la Iglesia, y cuando declama con elevación profética? Sin embargo,
aunque sea muy difícil de comprender, podemos, no obstante, damos cuenta
fácilmente de cuán divino es ese amor; de cómo, divinamente inspirado, debe
anhelarse; y de cuánto; hay que estimarlo.
"Yo os conjuro, hijas de Jerusalén, por las gacelas y los ciervos de los campos, que
no despertéis ni desveléis a mi amada hasta que ella quiera" 330. "Os conjuro, hijas
de Jerusalén, a las pujanzas y fuerzas de los campos si despertáis a mi amor antes
de que él lo quiera" 331. La Iglesia, en la que estamos integrados, exhorta con esta
palabras a sus hijas, es decir, a sí misma constituida en múltiples personas.
También ella es el ubérrimo campo de Dios cuyas pujanzas y fuerzas son enormes,
y a las cuales han llegado los mártires amando a Cristo. ¿Hasta cuándo quiere
despertar el amor de su amada mientras se halla en esta vida, sino hasta cuando Él
mismo nos lo enseñó con su palabra y nos lo predicó con su ejemplo, al
decir: "Nadie tiene mayor amor que quien entrega su vida por sus
amigos" 332, haciendo lo que dijo? De donde se desprende que esto no parece
atañerle sólo a Él, por lo que Juan dice en su epístola: "Del mismo modo que Cristo
entregó su vida por nosotros, así también nosotros debemos entregar nuestra vida
por los hermanos" 333. Eso es lo que significa "hasta que quiera".
"Quienes lo conocen, ignoran sus días. Otros han traspasado las lindes, han
salteado los rebaños y se los han llevado. Han robado el asno del huérfano y han
tomado en prenda el buey de la viuda" 339. Y cinco versículos después: "Cosechan
un campo que no es suyo y vendimian la viña de aquel a quien han oprimido por la
fuerza. Abandonan a los hombres desnudos después de despojarles de los vestidos,
sin abrigo alguno contra el frío" 340. Y pasados tres versículos: "Practicaron la
violencia saqueando al huérfano y espoliaron masivamente al pobre. Les robaron
las espigas a quienes estaban desnudos, iban sin vestidos y harapientos" 341. Dos
versículos después: "Hicieron que los hombres gimieran desde la ciudad, y el alma
de los heridos levantó su clamor, y Dios no permitió que marcharan impunemente.
Fueron rebeldes a la luz: desconocieron sus caminos y no retornaron por sus
senderos" 342. Y ventiún versículos más adelante: "Es arrancado como árbol sin
fruto, pues maltrató a la mujer estéril y a la que no tiene hijos, y no ayudó a la
viuda. Derribó al poderoso en su poderío" 343.
Un poco después: "El oído que me oía me bendecía, y el ojo que me veía prestaba
testimonio a mi favor, porque había liberado al pobre que clamaba y al huérfano
que no tenía quien le ayudase. Sobre mi descendencia, la bendición de quien
estaba a punto de perecer, y consolé al corazón de la viuda. Me investí de justicia y
me vestí como con un vestido y un manto con lo que era mi derecho. Fui ojo para
el ciego y pie para el cojo. Era el padre de los pobres; y, cuando no conocía bien un
pleito, me informaba de él diligentemente. Quebrantaba las muelas del inicuo y le
arrancaba de sus dientes la presa" 344.
Seis versículos después: "Si le negué a los pobres lo que querían e hice concebir
esperanzas vanas a los ojos de la viuda; si comí yo solo mi bocado y el huérfano no
participó de él (porque desde mi infancia creció conmigo la compasión y ésta nació
conmigo desde el seno de mi madre); si desprecié al desfallecido porque carecía de
vestido, y al pobre privado de cobertura; si sus costados no me bendijeron, y no se
calentó con los vellones de mis ovejas; si levanté mi mano sobre el huérfano al ver
que en la puerta yo era superior..." 348. Cinco versículos después: "Si consideré al
oro como mi vigor y le dije al oro cobrizo: Tú eres mi seguridad; si me alegré por
mis abundantes riquezas, y porque mi mano encontró grandes caudales" 349. Seis
versículos después: "Si me alegré por la ruina de quien me odiaba y salté de gozo
porque había caído sobre él la desgracia" 350.
Pasemos ahora ya a recoger aquello que de los libros de los Profetas resulta
apropiado para esta obra. Y, de los profetas, en primer lugar aquellos que por la
poca extensión les son calificados de "menores". Pues bien, en el profeta Oseas
hemos recogido lo siguiente.
Aquí tenéis unas pocas cosas. "Escuchad la palabra del Señor, hijos de Israel,
porque el Señor llama a juicio a los habitantes de este país, pues en este país no
hay verdad, ni misericordia, ni conocimiento de Dios. Lo han inundado la
maledicencia, la mentira, el homicidio, el robo y el adulterio; y la sangre arrastró la
sangre" 352. Y doce versículos después: "Porque rechazaste el conocimiento, yo te
rechacé a ti, para que no desempeñes el sacerdocio en servicio mío" 353. Y quince
versículos más adelante: "Porque abandonaron al Señor no atendiendo su culto; y
la fornicación, el vino y la embriaguez arrastraron su corazón" 354. Y dieciséis
versículos más adelante: "Porque ellos se relacionaban con prostitutas y
sacrificaban en compañía de afeminados; y el pueblo incauto irá a la ruina. Si tú,
Israel, eres una ramera, ¡que al menos Judá no caiga en el vicio!: Y no entréis en el
Guilgal, ni subáis a Betavén, y no pronunciéis como juramento "vive el Señor"" 355.
Sesenta y un versículos más adelante: "Tus sentencias emergen como luz. Porque
quise misericordia y no sacrificio; conocimiento de Dios más que holocaustos" 357.
"Espabilaos, borrachos, y llorad; y vosotros todos, los: que bebéis vino, aullad por
el mosto, porque os lo quitan de vuestra boca: un pueblo fuerte e incontable viene
sobre mi país" 362.
Y un poco más adelante: "Por eso ahora dice el Señor: convertíos a mí con todo
vuestro corazón mediante el ayuno, el llanto y el luto; desgarraos vuestros
corazones, no vuestros vestidos; y convertíos al Señor, vuestro Dios, porque es
benigno y misericordioso" 363.
"Así dice el Señor: por tres delitos he perdonado a Judá, pero no lo haré por el
cuarto, porque rechazaron la ley del Señor y no observaron sus mandamientos,
pues los han extraviado aquellos ídolos suyos tras los cuales sus padres se alejaron
de mí" 364. Dos versículos después: "Así dice el Señor: por tres delitos he perdonado
a Israel, pero no lo haré por el cuarto, porque han vendido al inocente por dinero y
al pobre por unas sandalias; esos que arrastran por el polvo de la tierra la cabeza
de los pobres y tuercen el camino de los humildes. El hijo y su padre han acudido
juntos a casa de una muchacha para profanar mi santo nombre" 365. Un versículo
más adelante dice: "y en la casa del Señor, su Dios, bebían el vino producto de las
multas" 366.
Y un poco más adelante: "Porque así dice el Señor a la casa de Israel: buscadme, y
viviréis" 367. Y tres versículos después: "Buscad al Señor, y viviréis" 368. Y después
de ocho versículos: "Odiaron a quien los censuraba ante los tribunales, y
abominaron a quien exponía los hechos el toda su integridad. Precisamente porque
saqueabais al pobre y le arrebatabais el lote que le correspondía" 369. Y tres
versículos después: "Porque conozco bien vuestros muchos delitos y vuestros
desmedidos pecados: considerando inocentes a los culpables, aceptáis sobornos y
atropelláis a los pobres ante los tribunales" 370. Dos versículos después:"Buscad el
bien y no el mal, para que tengáis vida; y el Señor, Dios de los ejércitos, estará con
vosotros, como decís Odiad el mal y obrad el bien, y asentad la justicia en los
tribunales, por ver si el Señor, Dios de los ejércitos, se apiada de lo que resta de
José" 371.
Cincuenta versículos más adelante: "Vosotros, los que dormís en lechos de marfil y
disfrutáis en vuestros sitiales: los que coméis cordero de hato y ternera escogida de
entre el rebaño; los que cantáis acompañados de salterio (como David, han
inventado instrumentos musicales), mientras bebéis vinos en fíalos, ungidos con el
más fragante perfume, en tanto que nada os condolíais por el desastre de José" 372.
Y un poquito después: "Escuchad esto, vosotros los que oprimís al pobre y hacéis
extenuar a los indigentes de la tierra diciendo: ¿cuándo terminará el mes y
venderemos la mercadería; cuándo pasará el sábado y daremos salida al trigo;
para acortar la medida, aumentar el precio y trucar las balanzas; para poder
comprar con dinero al indigente y al pobre por unas sandalias; y para vender
incluso las barreduras del trigo?" 373.
Asimismo, un poco después: "Yo te explicaré, hombre, que es el bien y qué desea
de ti el Señor: que practiques la justicia, estimes la misericordia y camines
temeroso en compañía de tu Dios" 376. Y tres versículos después: "¿Arde aún el
hogar en casa del impío, tesoro de iniquidad, y conserva la medida trucada, causa
de indignación? ¿Es que voy a disculpar la balanza manipulada y las pesas de la
bolsa amañadas? En esas trampas los ricos se llenaron de iniquidad; la gente
hablaba mentira contra ellos, y en su boca su lengua era embustera" 377.
Doce versos más adelante: "¡Ay de mí! Me pasa como que en otoño rebusca los
racimos después de la vendimia: no queda racimo alguno para comer. Mi alma
deseó las brevas de la higuera. De la tierra ha desaparecido todo hombre
justo, y no hay entre los hombres una persona honrada: todos tienden trampas
mortales, y el hombre da caza a su hermano hasta causarle la muerte. Llaman
"bien" a la maldad salida de sus manos: el príncipe es exigente; el juez actúa por
soborno. y el poderoso pone de manifiesto la ambición de su alma" 378.
Y un poco después: "Sin embargo, el justo que se mantiene fiel vivirá. De mismo
modo que el vino echa a perder a quien lo bebe, así le ocurrirá al hombre soberbio:
no triunfará" 380. Y un poquito más adelante: "¿De qué le sirve al ídolo esculpido
que su escultor lo esculpiese? ¿Ya la estatua -imagen falsa- que su modelador
pusiera su esperanza en su obra para fabricar ídolos mudos? ¡Ay del que dice a un
leño: despierta, y a una piedra: levántate! ¿Podrá ese ídolo enseñar? Ahí lo tienes,
recubierto de oro y plata, pero en sus miembros no existe alma alguna. En cambio,
el Señor está en su santo templo: ¡qué la tierra entera guarde silencio en su
presencia!" 381.
Dice: "Erradicaré de este lugar lo que queda de Baal y el nombre de los guardianes
de sus templos junto con sus sacerdotes; y aquellos que adoran por encima de las
azoteas al ejército del cielo; y a quienes, rindiendo culto al Señor y jurando en su
nombre, juran también en nombre de Moloch; a quienes, yendo tras las huellas del
Señor, se dan la vuelta; a quienes no han buscado al Señor ni han tratado de
encontrado. ¡Guardad silencio en presencia del Señor porque el día del Señor está
próximo!" 382. Y diecisiete versículos después: "y será en aquel momento cuando yo
registre a Israel con linternas y cuando venga a visitar a los hombres que están
sentados sobre sus propias heces y dicen para sus adentros: Dios no hará ni el bien
ni el mal" 383.
Cuando se refiere al rollo que vio en su espíritu: "y me dijo: Esta es la maldición
que sobreviene sobre la faz de la cierra; porque -como en él está escrito- todo
ladrón será juzgado; y todo el que jura -escrito igualmente en él está- también será
juzgado. Yo lo sacaré -dice el Señor de los ejércitos- y vendrá a la casa del ladrón,
y a la casa del que jura falsamente en mi nombre; y plantará su residencia en
medio de su casa y la consumirá, así como sus maderas y sus piedras" 386.
Y un poco más adelante: "y el Señor dirigió su palabra a Zacarías diciéndole: Así
habla el Señor de los ejércitos: Emitid vuestro juicio de acuerdo con la justicia, y
que cada uno de vosotros practique la misericordia y la compasión con su hermano;
no oprimáis a la viuda, ni al huérfano, ni al pobre; ni que el hombre maquine en su
corazón maldad contra su hermano" 387.
Y un poco después: "Yo os volveré despreciables y viles ante todos los pueblos, del
mismo modo que vosotros no seguisteis mis caminos, y en la práctica del derecho
tuvisteis en cuenta la categoría de las personas. ¿Es que no tenemos todos un
mismo padre? ¿No nos creó un mismo Dios? ¿Por qué, entonces, alguno de
nosotros menosprecia a su hermano, violando la alianza de nuestros padres? Judá
prevaricó, y en Israel y en Jerusalén se cometió abominación; porque Judá profanó
la santificación del Señor -aquella que Él amó-, y tomó por esposa a la hija de un
dios extranjero. Que el Señor erradique de los tabernáculos de Jacob al varón que
tal cosa hiciere, al que enseña tal práctica y al que aprende tal enseñanza y que
trae su ofrenda al Señor de los ejércitos. Y además hicisteis otra cosa: cubríais de
lágrimas el altar del Señor, con llantos y lamentos, de manera que no me fijaré
más en vuestro sacrificio, ni aceptaré cualquier ofrenda venida de vuestra mano
para aplacarme. Y dijisteis: ¿por qué motivo? Porque el Señor estuvo presente
como testigo entre tú y la esposa tomada en tu juventud y a la que has sido infiel;
ella era tu compañera y tu esposa según lo que tú habías pactado. ¿No los ha
creado acaso Aquel que es Uno, y lo que permanece es el espíritu? ¿Y qué busca
ese Uno sino descendencia divina? Guardad, pues, vuestro espíritu, y no desprecies
a la esposa de tu juventud. Cuando la odies, repúdiala, dice el Señor, Dios de
Israel; pero el que tal haga, la iniquidad le cubrirá su vestido, dice el Señor de los
ejércitos. Guardad vuestro espíritu y no la despreciéis. Con vuestras palabras
habéis cansado al señor. Y dijisteis: ¿en qué lo hemos hecho cansar? Cada vez que
decís: todo el que obra mal es bueno a los ojos del Señor, y a Él le placen tales
personas; o bien: ¿dónde está el día del juicio?" 390.
Quince versículos más adelante dice: "Me presentaré ante vosotros en el juicio y
seré agresivo contra los hechiceros, los adúlteros, los perjuros, los que estafan su
salario al obrero, los que oprimen a viudas, huérfanos y extranjeros, y no han
mostrado temor hacia mí, dice el Señor de los ejércitos. Pues Yo soy el Señor y no
cambio; y vosotros, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos. Desde los días de
vuestros padres os habéis apartado de mis preceptos y no los habéis observado.
Retornad a mí, y yo retornaré a vosotros, dice el Señor de los ejércitos" 391. Y
después de otros quince versículos: "Vuestras palabras se han levantado contra mí.
Y dijisteis: ¿qué es lo que hemos hablado? Pues habéis dicho: Pierde el tiempo
quien sirve a Dios. ¿Qué recompensa hemos obtenido por observar sus preceptos y
mostramos austeros ante el Señor de los ejércitos? Así que ahora calificamos de
bienaventurados a los arrogantes, puesto que han prosperado practicando la
iniquidad: han tentado a Dios y se hallan impunes. Entonces los temerosos de Dios
hablaron cada uno con su prójimo, y el Señor prestó atención y lo oyó, y ante Él se
escribió un libro de memorias para quienes temen al Señor y tienen en cuenta su
nombre. El día en que yo actúe -dice el Señor de los ejércitos-, ellos serán contados
en mi haber; y los perdonaré como el hombre que perdona al hijo que le sirve.
Entonces os volveréis y veréis qué diferencia hay entre un justo y un impío, entre
quien sirve a Dios y quien no le sirve" 392.
"Pues he aquí que se acerca el día abrasador como un horno, y todos los soberbios
y todos cuantos practican la iniquidad serán como paja; y ese día que se acerca los
abrasará y no quedará de ellos raíz ni tallo, dice el Señor de los ejércitos. Para
vosotros, los que me teméis, alumbrará el sol de la justicia, y en sus alas se hallará
la salud. Y saldréis y comenzaréis a saltar como los terneros del rebaño. Y
pisotearéis a los impíos que ese día, cuando yo actúe, se habrán convertido en
ceniza bajo la planta de vuestros pies, dice el Señor de los ejércitos" 393.
Y un poco después: "Venid, casa de Jacob: caminemos a la luz del Señor. Has
rechazado a tu pueblo, la casa de Jacob, porque, como en otro tiempo, se ha
llenado (de agoreros) y tienen adivinos como los filisteos, y se han vinculado en
alianza a hijos extranjeros" 396. Tres versículos más adelante: "Su país está lleno de
ídolos: han adorado las obras salidas de sus manos, aquello que fabricaron sus
dedos" 397. Y cinco versículos después: "Porque el día del Señor de los ejércitos
vendrá sobre todo soberbio, sobre todo orgulloso y sobre todo arrogante, y lo
humillará" 398.
Y un poco después: "¡Ay de los que sumáis casa tras casa y unís campo tras campo
hasta el último confín de la comarca! ¿Es que sois vosotros los únicos que vivís en
medio del país? Estas son las palabras que, del Señor de los ejércitos, resuenan en
mis oídos" 401. Tres versículos más adelante: "¡Ay de los que os levantáis por la
mañana para ir en busca de la embriaguez y de beber hasta el atardecer, cuando
ya el vino os ha puesto calientes! En vuestros banquetes resuena la cítara, la lira, la
pandereta y la flauta, y corre el vino; pero no os fijáis en la obra del Señor, ni
tenéis en cuenta las obras salidas de sus manos" 402. Diecisiete versículos
después: "¡Ay de los que llamáis mal al bien, y al bien mal; los que tenéis a las
tinieblas por luz, y a la luz por tinieblas; los que encontráis lo amargo en lo dulce, y
lo dulce en lo amargo! ¡Ay de los que os consideráis sabios ante vuestros ojos, y
previsores ante vosotros mismos! ¡Ay de los que sois esforzados para beber vino, y
hombres intrépidos para mezclar licores! ¡Los que por soborno absolvéis al culpable
y priváis de justicia al inocente!" 403.
Un poco más adelante: "¡Ay de los que dictan leyes injustas y las redactan para
oprimir en los tribunales a los pobres y para presionar en las causas de los
humildes de mi pueblo; para que las viudas sean presa suya; y para esquilmar a los
huérfanos!" 404.
Sesenta versículos más adelante: "He aquí que Dios es mi salvador. Actuaré con
confianza y no tendré miedo, porque mi fortaleza y mi gloria es el Señor, Dios; y Él
me llevó a la salvación. En tu alegría extraerás agua de los manantiales del
Salvador. Y ese día diréis: Cantad al Señor e invocad su nombre: dad a conocer
entre los pueblos sus hazañas; recordad que su nombre es excelso. Cantad al
Señor, porque obró magníficamente; anunciadlo por toda la tierra. Salta de alegría
y entona tus alabanzas, casa de Sión, porque grande es en medio de ti el Santo de
Israel" 406.
Asimismo, un poco después: "Dice el Señor, Dios de Israel: Aquel día el hombre se
inclinará ante su Hacedor y sus ojos estarán dirigidos hacia el Santo de Israel. Y no
se inclinará ante altares que fabricaron sus manos; y no mirará obras salidas de sus
dedos, ni bosques ni santuarios" 408.
Algo más adelante dice: "El Señor, Dios de los ejércitos, os llamará aquel día al
llanto y al lamento, a raparos la cabeza y a ceñiros cilicio. Y vosotros, ¡venga gozo
y alegría, a sacrificar terneros, a degollar corderos, a comer carne y a beber vino!
Comamos y bebamos, pues que habremos de morir mañana. Y esto es lo que se ha
revelado a mis oídos por parte del Señor de los ejércitos: no quedaréis libres de
esta iniquidad hasta que muráis, dice el Señor, Dios de los ejércitos" 409.
Asimismo, un poco después: "Abrid las puertas y que entre la gente justa,
observante de la verdad. El antiguo error ha desaparecido: velarás por su paz, por,
su paz, porque hemos puesto en ti nuestra confianza; mantened la confianza en el
Señor por los siglos de los siglos, en el Señor, Dios, poderoso
eternamente" 410. Seis versículos más adelante: "En la senda de tus juicios, Señor,
te hemos estado esperando: tu nombre y tu recuerdo se hallan en la añoranza
íntima que siente mi alma. Mi alma te ha añorado de noche; pero también en mis
entrañas, desde el amanecer, con mi espíritu mi preocupación estará dirigida hacia
ti. Cuando en la tierra hayas realizado tus juicios, los moradores del orbe
aprenderán la justicia. Si nos compadecemos del impío, no aprenderá a practicar la
justicia. En tierra de justos se comportará inicuamente y no mirará la gloria del
Señor" 411.
Un poco más adelante: "Se agotó el que antes era poderoso; se consumió el que de
todo se burlaba; y derribados han sido todos cuantos se desvelaban por cometer
iniquidades, los que hacían blasfemar a los hombres" 412.
Diez versículos después: "¡Ay de los hijos rebeldes -dice el Señor-, que buscáis
consejo, y no de mí; y urdís la tela, pero no de acuerdo con mis dictados, de forma
que añadís pecado sobre pecado!" 413. Y un poco después: "Esto dice el Señor, Dios,
el Santo de Israel: Si retornáis y os mantenéis en paz, os encontraréis a salvo:
vuestra fortaleza se hallará en el silencio y en la esperanza. Pero no lo
quisisteis" 414. Y veinte versículos después: "Considerarás impuras las láminas de tu
plata procedente de ídolos esculpidos, y el revestimiento de oro de estatuas
fundidas, y te desharás de ello como de la compresa de una menstruante" 415.
Un poco después: "Hijos de Israel, retornad lo mismo que antes os retirasteis a las
profundidades. Aquel día el hombre repudiará los ídolos de plata y los ídolos de oro
que, para vuestro pecado, os fabricaron vuestras manos" 416.
Un poco más adelante: "Acordaos de estas cosas, Jacob, y tú, Israel, pues tú eres
mi siervo. Yo te formé, y mi siervo eres tú, Israel: no me olvides. Como a una nube
he disipado tus iniquidades; y como a niebla tus pecados; retorna a mí, puesto que
te he redimido" 419.
Más adelante: "Buscad al Señor mientras pueda ser encontrado; invocadlo mientras
está cerca. Que el impío abandone su camino y el hombre inicuo sus planes, y
vuélvase hacia el Señor, y se apiadará de él; retorne hacia nuestro Dios, porque su
capacidad para perdonar es infinita" 423.
Y un poco después: "Vosotros, los que buscáis consuelo en los dioses bajo cualquier
árbol frondoso; los que inmoláis niños en las torrenteras y al pie de riscos
escarpados. Tu destino participará del destino del torrente. Esa será tu suerte: en
su honor ofreciste las libaciones, en su honor realizaste los sacrificios. ¿No voy a
sentirme indignado por ello?" 425.
Asimismo, un poco más adelante: "A diario me consultan y desean conocer mis
caminos como pueblo que practicara la justicia y no descuidara el cumplimiento del
mandato de su Dios. Me solicitan sentencias justas: quieren acercarse a Dios. ¿Para
qué estuvimos ayunando, si no volviste hacia nosotros tu mirada? ¿Para qué hemos
mortificado nuestra alma, si tú lo has ignorado? Reparad que el día de vuestro
ayuno era vuestro interés lo que se buscaba y, mientras, todos reclamabais
premiosamente a vuestros deudores. Daos cuenta de que ayunabais entre riñas y
altercados, y golpeabais sin piedad con vuestros puños. No ayunéis como lo habéis
hecho hasta ahora, para que vuestro clamor se escuche en el cielo. ¿Es acaso ése
el ayuno que yo escogí: que el hombre mortifique su alma durante el día, que
combe su cabeza como un junco y duerma sobre saco y ceniza? ¿Llamaréis a eso
ayuno y día grato al Señor? El ayuno que yo escogí, ¿no es precisamente este otro:
pon fin a las detenciones injustas; termina con los azotes vejatorios; pon en
libertad a quienes se encuentran oprimidos; rompe cualquier opresión; comparte tu
pan con el y recoge en tu casa a los indigentes y vagabundos; cuando veas a
alguien desnudo vístelo y no desprecies a tu propia carne?" 426.
Y un poco más adelante: "Convertíos, hijos rebeldes -dice el Señor-, porque yo soy
vuestro dueño" 436.
Asimismo, un poco más adelante: "Si vas a convertirte, Israel, conviértete -dice el
Señor-, pero conviértete a mí. Si apartaras tus abominaciones de delante de mi
rostro, no andarías de un sitio para otro. Y entonces, cuando jures diciendo: ¡Vive
el Señor!, lo harás con verdad, con derecho, con justicia; y las gentes entonarán en
su honor cantos de alabanza y a ti te alabarán" 437. Y un poco después: "Mi estúpido
pueblo no me ha conocido: sus hijos son necios e insensatos; son diestros para
cometer maldades, pero ignorantes para practicar el bien" 438.
Y un poco después: "Vosotros todos, pueblo de Judá, que cruzáis por esas puertas
para adorar al Señor, escuchad la palabra del Señor. Esto es lo que dice el Señor de
los ejércitos, Dios de Israel: enderezad vuestros caminos y vuestras inclinaciones, y
habitaré con vosotros en este lugar. No confiéis en las palabras del mentiroso,
diciendo: ¡El templo del Señor; es el templo del Señor! Porque si enderezáis
vuestros caminos y vuestras inclinaciones; si practicáis la justicia entre el hombres
y su prójimo; si no oprimierais al extranjero, al huérfano y a la viuda; si no
derramarais sangre- inocente en este lugar, y si no caminarais, para vuestra propia
desgracia tras dioses extraños, entonces habitaré con vosotros aquí, en la tierra
que, por los siglos de los siglos, les di a vuestros padres. Pero hete aquí que ponéis
vuestra confianza en las palabras del mentiroso, que en nada os han beneficiado:
robar, asesinar, cometer adulterio, jurar en falso, hacer libaciones en honor de Baal
y marchar en pos de dioses extranjeros que desconocéis. Y luego vinisteis y os
presentasteis ante mi en esta casa, en la que se invoca mi nombre, y dijisteis:
estamos salvados por aquello de que hayamos cometido todas abominaciones. ¿Así
que a vuestros ojos se ha convertido en cueva de ladrones esta morada mía en la
que se invoca mi nombre? Yo, soy yo, yo el que lo he visto -dice el Señor- Id a mi
templo en Siló, donde desde un principio habitó :ni nombre, y observad lo que hice
a causa de la malicia de Israel, mi pueblo. Y ahora, porque habéis cometido todas
esas acciones -dice el Señor-; porque os hablé levantándome al amanecer y, a
pesar de que os hablaba, no me escuchasteis; y os llamé y no me respondisteis;
haré con esta .sa (en la que se invoca mi nombre y en la que vosotros tenéis
puestas vuestras esperanzas) y con este lugar (que di a vuestros padres) lo mismo
que hice con Siló: os arrojaré de mi presencia igual que arrojé a todos vuestros
hermanos, a toda la descendencia de Efraím. Así que tú no intercedas en favor de
este pueblo, ni asumas por ellos la tarea de disculparlos y de suplicar; no acudas
ante mí, porque no te escucharé. ¿No ves lo que están haciendo ellos en las
ciudades de Judá y en las plazas de Jerusalén? Los hijos van en busca de leña; los
padres encienden el fuego, y las mujeres hiñen la masa para hacer tortas en
ofrenda de la reina del cielo; para hacer libaciones en honor de dioses extranjeros y
para empujarme a la cólera. ¿Es que no me empujan a la cólera? -dice el Señor-
¿No obran para causar vergüenza a sus propios rostros?" 444.
Un poco después: "¿No vuelve a levantarse quien se cae? ¿No regresa el que ser
marchó? ¿Por qué entonces este pueblo de Jerusalén se ha alejado de mí con un
alejamiento obstinado? Abrazaron la mentira y no quieren convertirse. He prestado
atención y los he oído: nadie dice la verdad; no hay nadie que se arrepienta de su
pecado diciendo: ¿Qué he hecho?" 445. Y nueve versículos más adelante: "¿Cómo es
que decís: Nosotros somos los sabios, y la ley del Señor está con nosotros, cuando
lo cierto es que ha sido la pluma mentirosa de los escribas la que ha fraguado la
mentira? Esos sabios se han visto avergonzados, espantados y hechos prisioneros,
pues despreciaron la palabra del Señor, y en ellos no hay sabiduría alguna" 446.
Un poco más adelante: "Así dice el Señor: ¡Maldito el hombre que confía en el
hombre y busca su apoyo en la carne, apartando su corazón del Señor! Pues será
como el tamarindo en el desierto, y no verá cuándo llega el buen tiempo, sino que
vivirá en el secarral, en tierra salobre e inhóspita. Bienaventurado el hombre que
pone su confianza en el Señor y el Señor es su seguridad. Será como un árbol
plantado a la vera del agua que hunde sus raíces en la humedad: no temerá
cuando lleguen los calores; su follaje se mantendrá verde, y no tendrá
preocupación alguna en tiempo de sequía, ni dejará de tener fruto en momento
alguno" 450.
Un poco más adelante: "¡Ay de los pastores que dispersan y destrozan el rebaño de
mi majada! -dice el Señor- Pues esto es lo que el Señor, Dios de Israel, les dice a
los pastores: Vosotros dispersasteis mi rebaño, espantasteis mis ovejas y no os
preocupasteis de vigilarlas. Por eso yo os pasaré la cuenta por la maldad de
vuestras inclinaciones, dice el Señor" 452. Y algo más adelante: "Así dice el Señor de
los ejércitos: No escuchéis las palabras de los profetas que os exponen sus
profecías y se burlan de vosotros. Os transmiten la visión de su propia fantasía, no
la que brota de la boca del Señor. A quienes blasfeman contra mí les dicen: El
Señor lo ha dicho: tendréis la paz; y a todo el que actúa siguiendo la depravación
de sus sentimientos le dijeron: Nada malo os sobrevendrá. Pues ¿quién está al
tanto de los secretos del Señor?" 453. Y once versículos más adelante: "Yo no
enviaba profetas, y ellos corrían; yo les hablaba, y ellos profetizaban. Si hubieran
estado al tanto de mis secretos y hubieran transmitido a mi pueblo palabras mías
auténticas, los hubiera apartado de su mal camino y de sus pésimas
inclinaciones" 454. Cuatro versículos después: "He escuchado lo que han dicho los
profetas que profetizaban la mentira sirviéndose de mi nombre y diciendo: He
tenido un sueño, he tenido un sueño. ¿Hasta cuándo va a persistir esto en el
corazón de los profetas que vaticinan la mentira y en el de quienes profetizan las
fantasías de su propia mente, que lo hacen a sabiendas, para que mi pueblo se
olvide de mi nombre a causa de esos sueños de su fantasía que cada uno le cuenta
a su prójimo, del mismo modo que también sus padres se olvidaron de mi nombre
a causa de Baal? El profeta que tenga un sueño, que cuente ese sueño; y el que
tenga mi palabra, que transmita mi palabra con toda autenticidad ¿Qué tiene que
ver la paja con el grano limpio? -dice el Señor- ¿Acaso no son mis palabras como e
fuego -dice el Señor-, y como la maza que desmenuza una piedra? Por eso, he aquí
que yo me levanto contra los profetas -dice el Señor-, que se roban mis palabras
unos a otros. He aquí que yo me levanto contra los profetas -dice el Señor-, que
utilizan sus lenguas para afirmar: lo dice el Señor. He aquí que yo me levanto
contra los profetas, que sueñan la mentira -dice el Señor-, y la cuentan, y con su
mentira y sus embelecos han seducido a mi pueblo, cuando yo no los había enviado
ni los había mandado: de ningún provecho le ha sido a mi pueblo, dice el Señor" 455.
"Al cabo de siete días se dio a conocer la palabra del Señor en estos términos: Hijo
de hombre, te he puesto de vigía de la casa de Israel: escucharás la palabra que
sale de mi boca y les darás a conocer lo que te manifieste. Si yo le dijera al impío:
serás reo de muerte, y tú no se lo transmitieras ni se lo comunicaras para que se
aparte de su depravado camino y conserve la vida, el impío perecerá en su
depravación, pero yo te reclamaré a ti la culpabilidad de su muerte. Si, por el
contrario, advirtieras al impío y él no se apartara de su impiedad y de su depravado
camino, perecerá en su depravación, pero tú habrás salvado tu vida. Si un justo,
apartándose de la justicia, cometiera maldad, tenderé ante él un obstáculo y
perecerá, porque no le advertiste. Morirá en su pecado y no le serán tenidas en
cuenta las buenas acciones que llevó a cabo; pero a ti te pediré responsabilidad por
su muerte. Ahora bien, si hubieras advertido al justo para que, como justo que es,
no peque, y él efectivamente no peca, conservará la vida, porque tú le advertiste, y
tú habrá salvado tu vida" 459.
Algo más adelante: "y le dijo el Señor: Cruza por medio de la ciudad a través de
Jerusalén y pon la señal de la tau sobre la frente de los hombres que se lamentan y
deploran todas las abominaciones que en ella se comenten. Y a los otros, oyéndolo
yo, les dijo: Atravesad la ciudad en su persecución y golpeadlo; que vuestro ojo no
se compadezca ni sintáis piedad: matad hasta el exterminio a todo anciano y joven,
doncella y adolescente, y a las mujeres. Ahora bien, respetad a todo aquel que
veáis marcado con una tau. Empezad por mi santuario" 460.
Poco después: "Porque hicisteis entristecer con vuestros embustes el corazón del
justo, a quien yo no había afligido, ayudasteis al impío para que no se apartara de
su depravado camino y conservara la vida" 461.
Asimismo, algo más adelante: "Reparad en que ésa fue la iniquidad de Sodoma, tu
hermana: soberbia, hartura de pan, opulencia y ociosidad tuvieron ella y sus hijas;
pero no tendían su mano al menesteroso y al pobre. Se ensoberbecieron y
cometieron abominaciones ante mí. Y las quité de en medio, como tú has visto" 462.
Un poquito después: "El hombre que es justo y practica la equidad y la justicia; que
no celebra banquetes en los montes ni levanta sus ojos hacia los ídolos de la casa
de Israel; que no mancilla a la mujer de su prójimo ni tiene relación sexual con
mujer menstruante; que no causa tribulación a otra persona; que devuelve al
deudor lo que le ha dejado en prenda; que no emplea la fuerza para robar algo;
que da su pan al hambriento y cubre con su vestido al desnudo; que no presta para
practicar la usura ni reclama más de lo prestado; que aparta de la maldad su
mano; que emite un juicio imparcial entre dos personas; que camina de acuerdo
con mis preceptos y observa mis mandamientos para practicar la verdad, ese
hombre es justo y conservará su vida -dice el Señor Dios-. Porque si engendrara un
hijo ladrón v criminal; si practicara alguna de esas prohibiciones o no las observara
todas ellas, sino que celebrara banquetes en los montes, mancillara a la mujer de
su prójimo, atribulase a. necesitado y al pobre, practicase el robo, no devolviese lo
dejado en prenda, levantase sus ojos hacia los ídolos, cometiese abominación
ejerciendo la usura y cobrando más de prestado, ¿conservará su vida? No vivirá,
no: por haber cometido todas esas detestables abominaciones será penado con la
muerte, y de esa muerte él será el único responsable. Si engendrara un hijo que,
viendo todos los pecados que su padre ha cometido, siente temor y no los imita;
que no celebra banquetes en los montes ni levanta sus ojos hacia los ídolos de la
casa de Israel; que no mancilla a la mujer de su prójimo ni causa tribulación a otra
persona; que no retiene lo que le ha dejado en prenda; que no practica el robo;
que da pan al hambriento y cubre con un vestido al desnudo; que aparta su mano
de la injusticia contra el pobre; que no cobra usura ni intereses desorbitados; que
observa mis mandamientos y camina de acuerdo con mis preceptos, ese hombre no
perecerá por la iniquidad de su padre, sino que conservará su vida. En cambio, su
padre, por haber practicado el falso testimonio y haber hecho violencia a su
hermano, por obrar maldad en medio de su gente, pereció por su propia culpa.
Pero decís: ¿Por qué ese hijo no cargó con la culpa de su padre? Pues está claro
que porque el hijo practicó la equidad y la justicia, observó todos mis preceptos y
los cumplió. Por eso conservará la vida. La persona que peca, ésa es la que
perecerá. El hijo no cargará con la culpa de su padre, como tampoco el padre
cargará con la culpa de su hijo. Sobre el justo recaerá su justicia; su impiedad
recaerá sobre el impío. Ahora bien, si el impío se arrepintiera de todos los pecados
que ha cometido, observara todos mis preceptos y practicara la equidad y la
justicia, conservará su vida y no perecerá. Toda la maldad que cometió no se le
tendrá en cuenta: conservará la vida por la justicia que hizo. ¿Acaso deseo yo la
muerte del impío -dice el Señor-, y no que se convierta de su mala conducta y
viva? Sin embargo, si el justo se aparta de su justicia y practica la maldad imitando
todas las iniquidades que suele cometer el malvado, ¿conservará su vida? Todas las
acciones justas que llevó a cabo no le serán tenidas en cuenta. Morirá en la
prevaricación que perpetró y en el pecado que cometió. Pero decís: Este criterio del
Señor no es justo. Escucha, casa de Israel: ¿que mi criterio no es justo? ¿No será
más bien que son vuestros criterios los equivocados? Cuando un justo se aparta de
la justicia y practica la maldad, perecerá por ello: perecerá por la maldad que ha
cometido. Pero cuando un malvado se arrepiente de la iniquidad que realizó y se
atiene a la equidad y a la justicia, ése dará vida a su alma, pues recapacitó y
repudió todas las maldades que había cometido: conservará su vida y no perecerá.
Pero dicen los hijos de Israel: Este criterio del Señor no es justo. ¿Que mi criterio
no es justo, casa de Israel? ¿No será más bien que son vuestros criterios los
equivocados? Así que cada uno será juzgado de acuerdo con su comportamiento,
casa de Israel -dice el Señor, Dios-. Convertíos y haced penitencia de todas
vuestras iniquidades, y la maldad no os acarreará la ruina. Arrojad de vosotros
todas vuestras prevaricaciones, en las que hayáis incurrido, y renovad vuestro
corazón y vuestro espíritu: ¿Por qué vais a morir, casa de Israel? y es que yo no
deseo la muerte del moribundo -dice el Señor-: arrepentíos y viviréis" 463.
Algo más adelante: "Ahí tenéis a cada uno de los príncipes de Israel cómo se
mostraron a porfía contra ti para derramar sangre. Contra ti va dirigido el desprecio
que hicieron al padre y a la madre; en tu presencia atropellaron al extranjero; ante
ti causaron oprobio a huérfano y viuda. Habéis menospreciado mis santuarios y
profanado mis sábados. En ti hubo hombres calumniadores dispuestos a derramar
sangre. Contra ti celebraron banquetes en lo alto de los montes; en tu presencia
han cometido infamias. Contra ti descubrieron la desnudez de su padre; contra ti
despreciaron la suciedad de la mujer menstruante. Cada uno cometió abominación
con la mujer de su prójimo; el suegro mancilló infamemente a su nuera; el
hermano violentó ante ti a su hermana, hija de su padre. En tu presencia aceptaron
sobornos para derramar sangre; cobraste usura e interés desmedidos; oprimiste
avaramente a tus prójimos; y de mí te has olvidado, dice el Señor, Dios" 464.
Un poquito después: "Se me dio a conocer la palabra del Señor en estos términos:
Hijo de hombre, dile: tú eres tierra inmunda y no lavada por la lluvia en el día de
mi furor. En medio de ti se conjuraron los profetas. Como león rugiente que ha
capturado una presa te devoraron el alma; se apoderaron de tus riquezas y de tu
tesoro, y multiplicaron dentro de ti el número de las viudas. Sus sacerdotes
menospreciaron la ley y profanaron mis santuarios. No establecieron diferencias
entre lo santo y lo profano, ni distinguieron entre lo puro y lo impuro" 465. Dos
versículos después: "En medio de ella sus príncipes se portaron como lobos que se
han ponderado de una presa para derramar sangre, para destruir vidas, para
enriquecerse avaramente. Sin embargo, sus profetas los enlodaban presentándoles
las vanas visiones de su imaginación y vaticinándoles embustes asegurándoles que
esto es que dice el Señor, Dios, siendo así que el Señor no les había hablado. Los
pueblos de la tierra cometían atropellos y se dedicaban violentamente a la rapiña;
atropellaban al necesitado y al pobre: oprimían al extranjero contra todo derecho
con falsas acusaciones. Busqué entre ellos un hombre que levantase una cerca, que
en defensa de su tierra se mantuviera firme, enfrentándose a mí para que yo no la
destruyera: y no lo encontré. Y descargué sobre ellos mi cólera, los consumí en el
fuego de mi ira. Sobre la cabeza de cada uno hice sentir su propio comportamiento,
dice el Señor, Dios" 466.
Asimismo, un poco después: "Se me dio a conocer la palabra del Señor en estos
términos: Hijo de hombre, háblales a los hijos de tu pueblo y diles: cuando yo
desenvaine la espada sobre esta tierra y el pueblo de esta tierra escoja a su
hombre de entre sus pobladores y lo coloque de vigía, y él vea venir la espada
sobre la tierra y haga sonar la trompeta para darle al pueblo la señal de alerta,
cualquiera que, al escuchar el sonido de la trompeta, no tomare precauciones y la
espada llega y lo mata, él será el responsable de su propia muerte, porque oyó el
sonido de la trompeta y no tomó precauciones. Él será el culpable de su muerte. En
cambio, si se pone en guardia, salvará la vida. Pero si el vigía viera venir la espada
y no hiciera sonar la trompeta, y el pueblo no pone en guardia, y llega la espada y
mata a la gente, ésta muere ciertamente por su propia iniquidad, pero la
responsabilidad de tales muertes se le reclamará al vigía. A ti, hijo de hombre, te
he designado como vigía de la casa de Israel de modo que, cuando escuches la
palabra que sale de la boca, se la anunciarás de mi parte. Si yo le dijera el impío:
impío, serás castigado con la muerte, y tú no se lo comunicarás para que el impío
cambie de conducta, ese impío morirá por su propia iniquidad, pero la
responsabilidad de su muerte se te reclamará a ti. En cambio, si tú adviertes al
impío para que cambie de conducta, y él no se convirtiera, morirá por su propia
iniquidad, y tú a tu vez salvarás tu vida. Así que, hijo de hombre, dile a la casa de
Israel: vosotros andáis diciendo así: nuestras iniquidades y nuestros pecados
gravitan sobre nosotros y en ellos nos consumimos. ¿Cómo, pues, podremos vivir?
Diles: por vida mía -dice el Señor-, que no quiero la muerte del impío, sino que
éste cambie de conducta y viva. Convertíos de vuestra malvada conducta. ¿Porqué
vais a morir, casa de Israel? Hijo de hombre, diles también así a los hijos de tu
pueblo: su justicia no le salvará al justo si un día comete pecado; tampoco su
impiedad le dañará al impío si un día se convirtiera de su maldad. El justo no podrá
vivir a expensas de su justicia si un día delinquiera. Si yo le dijera al justo que
conservaría su vida, y él, confiado en su justicia, cometiera iniquidad, todas sus
acciones justas caerían en el olvido, y perecería en esa iniquidad que cometió. Pero
si yo le dijera al impío: serás condenado a muerte, y él hiciera penitencia por su
pecado y practicara la equidad y la justicia; si ese impío restituyera lo que se le ha
entregado m prenda; si devolviera lo que ha robado; si siguiera los preceptos de
vida y no cometiera iniquidad ninguna, conservaría la vida y no perecería. Todos los
pecados en que incurrió no le serán tenidos en cuenta. Practicó la equidad y la
justicia, así que conservará la vida. Los hijos de tu pueblo argumentaron: el criterio
que aplica el Señor no es justo. Lo que no es justo es su comportamiento. Pues
cuando el justo se aparta de su justicia y comete iniquidades, por ellas perecerá. Y
cuando el impío abandone su impiedad y practique la equidad y la justicia, por ellas
conservará la vida. Y replicáis: no es justo el criterio del Señor, yo os juzgaré a
cada uno de vosotros, casa de Israel, de acuerdo con su comportamiento 467. Y
cuarenta y nueve versículos después: "Y tú, hijo de hombre: los hijos de tu pueblo
andan murmurando de ti a la vera de los muros y a la puerta de las casas, y se
dicen unos a otros: venid y escuchemos qué palabra nos transmite el Señor.
Acudirán ante ti como pueblo que emigra; se sientan delante de ti, escuchan tus
palabras, pero no las ponen en práctica. Porque las transforman en un canto de
alabanza emanado de su boca, mientras su corazón va en pos de la avaricia. Eres
para ellos como un cantor de: coplas que entona sus canciones con suave y dulce
voz. Escuchan tus palabras, pero no las ponen en práctica. Pero cuando suceda lo
que se vaticina -y su suceso está a punto de producirse-, se darán cuenta entonces
de que entre ello había un profeta" 468.
"Se me dio a conocer la palabra del Señor en estos términos: Hijo de hombre,
anuncia tu profecía sobre los pastores de Israel; anuncia tu profecía y diles a los
pastores Esto es lo que dice el Señor, Dios: ¡ay de los pastores de Israel que se
apacentaban a sí mismos! ¿No son los rebaño lo que apacientan los pastores?
Consumíais su leche, os vestíais con su lana y sacrificabais a los animales gordos:
no apacentabais verdaderamente mi rebaño. No procurasteis que la res débil
cobrase fuerza, ni curasteis a la que estaba enferma, ni entablillasteis a la que tenía
una fractura, ni fuisteis en busca de la extraviada, ni rastreasteis a la perdida. Al
contrario, las conducíais con rigor y violencia. Mis ovejas se desperdigaron porque
no había pastor, y se convirtieron en presa fácil para ser devorada por todas las
bestias salvajes; y se desperdigaron mis rebaños y anduvieron errantes por todos
los montes y por todos los altos cerros; por toda la superficie de la tierra se vieron
desperdigados mis rebaños. Y no había nadie que marchara en su búsqueda; no
había nadie -repito- que marchara en su búsqueda. Por eso, pastores, escuchad la
palabra del Señor. ¡Por vida mía! -dice el Señor, Dios-, que mis rebaños fueron
expuestos a la rapiña y mis ovejas a servir de presa para ser devorada por todas
las bestias salvajes, porque no había pastor; y los pastores no se preocuparon de
mi rebaño, sino que esos pastores se apacentaban a sí mismos, pero no
apacentaban a mi rebaño. Por eso, pastores, escuchad la palabra del Señor. Así
dice el Señor, Dios: He aquí que yo voy a enfrentarme a los pastores; les pediré
que me devuelvan mi rebaño y haré que dejen de ser pastores, para que en el
futuro ni apacienten mi rebaño ni se apacienten más a sí mismos. Liberaré a su
ganado de su boca y no les servirá más de alimento" 469.
Treinta y cuatro versículos más adelante: "Esto es lo que a vosotras, ovejas mías,
os dice el Señor, Dios: Soy yo quien va a dirimir el pleito entre oveja y oveja, entre
carnero y macho cabrío. ¿No os resulta suficiente pastar el mejor pasto? Es que
además teníais que pisotear con vuestras pezuñas el resto del pasturaje. Y aunque
bebíais el agua más cristalina, enturbiabais la demás con vuestras pezuñas. Y mis
ovejas se apacentaban con lo que había sido pisoteado por vuestras pezuñas, y
bebían el agua que vuestras pezuñas habían enturbiado. Por eso el Señor, Dios, os
dice así: He aquí que yo dirimo el pleito entre el ganado lustroso y el macilento,
porque vosotros, con vuestros costados y vuestras tabadillas, empujabais a todas
las reses que eran débiles, y las espantabais tirándoles cornadas, hasta que se
desperdigaban lejos del rebaño" 470.
Esto es lo que hemos recopilado de los libros que también los judíos consideran
"canónicos", y en los que hemos espigado aquellos pasajes que convenían a esta
obra. No hay, empero, que omitir aquellos otros libros que tenemos constancia de
que fueron escritos antes de la venida del Salvador, y que, si bien no son admitidos
por los judíos, sí que lo son, en cambio, por la Iglesia del Salvador. Entre ellos hay
dos que muchos llaman "de Salomón" a causa, según creo, de una cierta
semejanza en la expresión. En cambio, otros eruditos están absolutamente
convencidos de que no son de Salomón. Se ignora quién es el autor del que se
titula Libro de la Sabiduría: En cambio, del otro que
denominamos Eclesiástico, parece fuera de dudas, entre quienes han examinado a
fondo el libro, que su autor es un tal Jesús, apellidado Sirach Pues bien, del Libro
de la Sabiduría nos ha parecido oportuno entresacar para esta obra los siguientes
pasajes.
"Amad la justicia vosotros, los que gobernáis la tierra. Tened sobre el Señor
pensamientos basados en la bondad, y buscadlo con sencillez de corazón. Porque lo
encuentran quienes no lo tientan y se manifiesta a quienes depositan en Él su
confianza. Los pensamientos perversos alejan de Dios; la virtud puesta a prueba
sirve de correctivo a los necios; porque en un alma malévola no entrará la
sabiduría, ni pondrá su morada en un cuerpo dominado por las pasiones. El sagrado
aliento de la sabiduría rehúye la mentira y se mantiene lejos de los pensamientos
irracionales: se disipa cuando sobreviene la maldad. El aliento de la sabiduría es
amable, pero no dejará sin castigo al maldito por sus labios. Porque Dios es testigo
de sus interioridades, escrutador auténtico de su corazón y oidor de su lengua.
Porque el espíritu del Señor ha llenado el orbe de las tierras, y aquello que todo lo
engloba conoce muy bien cuanto se dice. Por eso, el que habla maldades no puede
permanecer oculto, sino que la justicia acusadora no lo dejará en el olvido. Al impío
se le someterá a examen teniendo en cuenta sus pensamientos: hasta el Señor
llegará el contenido de sus palabras para castigo de: sus maldades. Porque su oído
de celoso lo escucha todo, y el rumor de las murmuraciones no le pasará
inadvertido. Guardaos, pues, de la murmuración, que nada aprovecha, y apartaos
de la lengua maldiciente, porque ni una palabra secreta quedará sin castigo. La
boca que miente mata al alma" 472.
"Los que teméis al Señor, aguardad su misericordia; no os alejéis de Él, no sea que
sucumbáis. Los que teméis al Señor, poned en Él vuestra confianza, y vuestra
recompensa no será defraudada. Los que teméis al Señor, depositad en Él la
confianza, y en el momento de la recompensa os alcanzará su misericordia. Los que
teméis al Señor, amadlo, y vuestros corazones se verán iluminados. Mirad, hijos
míos, las generaciones que os han precedido, y daos cuenta de esto: ¿Quién puso
su confianza en el Señor y resultó engañado? ¿Quién cumplió sus mandatos y fue
abandonado? ¿Quién lo invocó y se vio defraudado? Porque Dios es compasivo y
misericordioso, y en el tiempo de la tribulación perdona sus pecados a todos los
que lo buscan con sinceridad" 482.
"La sabiduría infundió vida a sus hijos, acoge a quienes la buscan, y los mantendrá
en el camino de la justicia. Quien la ama, ama la vida. Quienes madrugaren para ir
a su encuentro, encontrarán la paz que ella proporciona. Quienes la poseyeren,
heredarán la vida; y adondequiera que llegue, Dios lo bendecirá. Quienes le sirven,
serán gratos al Santo; a quienes la aman, Dios los ama. El que la escucha se
convierte en juez de las gentes. El que pone en ella su atención, podrá mostrarse
confiado. Si alguno deposita en ella su confianza, será su heredero, y sus
descendientes mantendrán esa herencia. En medio de la tentación caminará en su
compañía, y lo elegirá entre los primeros. Traerá sobre él el temor, el miedo y las
pruebas, y lo atormentará en las exigencias de su doctrina, hasta que lo vea
fortalecido en sus principios doctrinales y pueda confiar en su alma. Y le devolverá
el vigor, y de nuevo se llegará directamente a él, le revelará sus secretos y.
acumulará sobre él el tesoro de la ciencia y el conocimiento Fe la justicia. En
cambio, si se mostrare remiso, lo abandonará a su suerte y lo entregará en manos
de su enemigo" 492.
"No te expongas al soplo de todos los vientos ni eches a andar por todos los
caminos: así es como el pecador es puesto en evidencia por su doble lengua.
Mantente firme en el camino de Dios, en la sinceridad de tus sentimientos y en tus
convicciones, y tras de ti irá palabra de paz y de justicia. Muéstrate humilde para
escuchar la palabra de Dios, de modo que puedas comprenderla; y con esa
sabiduría, ofrece respuestas verdaderas. Si sabes la solución, preséntasela a tu
prójimo; de lo contrario, ponte la mano sobre la boca, no vaya a ser que seas
puesto en evidencia por tu insensata palabra y recriminado por ello. En las palabras
del hombre prudente están el honor y la gloria; en cambio, en la lengua del
imprudente se halla su propia ruina. Que no te llamen "chismoso", ni seas puesto
en evidencia por tu propia lengua y se te recrimine por ello. Sobre el ladrón recae
la vergüenza y el castigo; sobre el hombre de doble lengua, la peor reputación: ,al
chismoso lo acompañan el odio, la enemistad y el desprecio. Disculpa por igual al
humilde y al poderoso" 495.
Siete versículos después: "Ten abundantes amigos, pero sólo uno entre mil sea tu
confidente. Cuando consigas un amigo, hazlo sometiéndolo a una prueba, y no te
apresures a confiarte a él. Hay amigos que lo son según las circunstancias, y su
amistad se desvanece en el momento de la desgracia. También hay amigos que se
convierten en enemigos, y amigos que te dejarán inerme cuando sobrevenga una
disputa, una riña, un pleito. Hay amigos que te acompañan a la mesa pero que no
permanecerán a tu lado el día en que se presente la necesidad. Si el amigo
mantuviera fielmente su lealtad, ser para ti como otro tú, y se comportará entre los
miembros de tu familia con toda confianza. Si ante ti se mostrara humilde y se
ocultara de tu presencia, tendrás una amistad cordial y buena. Mantente alejado de
tus enemigos y guárdate de tus amigos. Un amigo fiel es una poderosa defensa:
quien lo encuentra, encuentra un tesoro. Nada es comparable a un amigo fiel; y
frente al valor de su fidelidad, nada valen ni el oro ni la plata. El amigo fiel es una
medicina de vida y de inmortalidad: quienes temen al Señor, lo encuentran. El que
teme a Dios poseerá también una buena amistad; porque según se comporta él, así
será su amigo" 497.
"Teme a Dios con toda tu alma y venera a sus sacerdotes. Ama a Dios con todas
tus fuerzas y no te olvides de sus ministros. Honra a Dios con toda tu alma y
venera a sus sacerdotes" 506. Seis versículos después: "Tiende tu mano al pobre,
para que tu bendición sea completa. Muéstrate dadivoso con todo viviente, y
tampoco niegues tu dádiva a los muertos. No niegues tu ayuda a los que lloran
mientras suplican; acompaña en su pena a los afligidos. No te avergüence visitar a
los enfermos: por ello te harás más entrañable en su afecto. En todas tus acciones
acuérdate del día de su muerte, y jamás pecarás" 507.
"No pleitees contra un hombre poderoso, no sea que caigas en sus manos. No te
enfrentes a un hombre rico, no vaya a ser que el pleito se vuelva contra ti. El oro
ha echado a perder a muchos: alcanza hasta el corazón de los reyes y lo
transforma. No disputes con un hombre lenguaraz: estarías echándole leña a su
fuego" 508. Dos versículos después: "No desprecies al hombre que se arrepiente de
su pecado ni le dirijas reproches: recuerda que todos somos culpables. No
desprecies al hombre que ha llegado a su ancianidad, porque también nosotros
envejeceremos. No te alegres porque alguien haya muerto, teniendo en cuenta que
todos moriremos y no nos gustaría que ello causara alegría. No desprecies las
enseñanzas de los ancianos sabios, sino procura prestar atención a sus sentencias,
pues de ellos aprenderás la ciencia y podrás, con todo derecho, colaborar con los
poderosos. No se te pasen por alto las tradiciones de los ancianos, pues también
ellos las aprendieron de sus padres: de ellas aprenderás la sabiduría y la respuesta
apropiada en el momento necesario" 509. Dieciséis versículos después "No confíes tu
secreto a los estúpidos, pues no sabrán apreciar más que lo que les complace. No
reveles tu secreto delante de un extraño, pues no sabes qué consecuencias
desencadenara" 510.
Dos versículos más adelante: "No sientas celos de la mujer que amas" 511. Siete
versículos después: "No desees lujuriosamente a una virgen, no sea que incurras
en los castigos que velan por su decoro. No expongas tu alma en prostíbulo alguno
entregándote a las prostitutas, no sea que te pierdas tú y tu hacienda" 512. Dos
versículos después: "Aparta tu mirada de la mujer acicalada y no mires una beldad
que pertenece a otro" 513. Doce versículos después:"No abandones a un amigo de
siempre, porque el nuevo no será semejante a aquél. El amigo nuevo es como el
vino nuevo: envejecerá y entonces lo beberás con gusto. No sientas envidia de la
fama y de las riquezas del pecador, pues no sabes cuál será la suerte que le
aguarda. No te sientas atraído por la injusticia de los injustos" 514. Dos versículos
después: "Mantente lejos del hombre que tiene potestad para matar y no te
asaltará el temor a la muerte. Y si te acercaras a él, no lo ofendas en nada, no sea
que te quite la vida" 515. Cuatro versículos más adelante: "Ten trato con los sabios y
los prudentes. Que tus invitados sean hombres justos y que tu gloria se base en el
temor de Dios" 516.
Seis versículos más adelante: "La sabiduría del hombre pobre es la que le hace
levantar la cabeza y lo lleva a sentarse en medio de los poderosos. No alabes a
nadie por su hermosura ni desprecies a ninguno por su fealdad. Entre los volátiles,
la abeja es un animal pequeñito, pero fabrica el producto más dulce de todos.
Jamás bases la gloria en el vestido ni te ensoberbezcas el día en que
triunfes" 519. Seis versículos después: "No censures a nadie antes de haber
recabado de él información; no te entremetas a hablar en medie de los ancianos.
No pleitees por asunto que a ti no te incumba ni te inmiscuyas en litigio de
pecadores. Hijo mío no te metas en demasiadas controversias: aunque fueras rico,
no estarías libre de culpabilidad. Por mucho que corrieras no los alcanzarías; ni
tampoco podrías escapar, por mucho que huyeras" 520. Veinte versículos
después: "No pongas tu confianza en obras de pecadores: confía en Dios y
persevera en tu deber" 521. Catorce versículos después: "No consideres feliz a
ningún hombre antes de que haya muerto" 522. Tras un versículo más:"No
introduzcas en tu casa a cualquier persona, pues las maquinaciones del tramposo
son abundantes. Igual que los vientres de los niños eructan; igual que la perdiz es
atraída a la trampa y la cabra al lazo, así es también el corazón de los soberbios:
como el espectador que contempla la desgracia de su prójimo. El insidioso convierte
lo bueno en malo, y provoca defectos en lo que se considera intachable. De una
sola chispa se origina un gran incendio; de un solo insidioso se incrementa el
derramamiento de sangre, pues el hombre vil está al acecho de la sangre. Apártate
del malvado, pues maquina maldades, no sea que haga caer sobre ti un escarnio
imperecedero. Acoge en tu casa al forastero, y te perturbará con sus alborotos y te
hará extraño a tus propios familiares" 523.
Veinticinco versículos más adelante: "Los hombres necios no la alcanzarán; pero los
sensatos se encontrarán con ella. No la verán los necios, pues ella está lejos de la
soberbia de la mentira, Los mentirosos no se acordarán de ella; pero los hombres
veraces se hallarán en ella y tendrán la suerte de contemplar a Dios. No resulta
decorosa la alabanza en la boca del pecador, porque la sabiduría emana de Dios. La
alabanza corre pareja a la sabiduría de Dios: será abundante en la boca del fiel, y el
Poderoso se la concederá" 531.
"No te alegres de tener muchos hijos, si es que éstos son impíos. No te ufanes de
ellos si carecen de temor de Dios. No pongas tu confianza en su vida ni des crédito
a sus trabajos, pues mejor es un único hijo temeroso de Dios que mil hijos impíos.
Es preferible morir sin descendencia a dejar tras de sí hijos impíos" 533.
Veintiún versículos más adelante: "No digas: Me esconderé de Dios; ¿quién se
acordará de mí allá, en el cielo? 534. Un poco después: "No están ocultas las
acciones que cometieron por su iniquidad, y todas sus iniquidades se hallan a la
vista de Dios. La limosna del hombre es como un aval firmado con él; como a la
niña de sus ojos cuidará los favores hechos por el hombre; más adelante se
levantará, y a cada uno en particular le asignará su recompensa, y llegará hasta lo
más recóndito de la tierra. Sin embargo, a quienes se arrepienten les ofrece
siempre la oportunidad de justificarse; ayuda a mantener su firmeza a los que
vacilan, y les procura la ocasión de encontrar la verdad. Vuélvete a Dios y
abandona tus pecados. Póstrate suplicante ante su presencia y trata de disminuir tu
falta. Conviértete a Dios, aléjate de tu injusticia y odia profundamente la
abominación" 535. Nueve versículos después: "¡Cuán grande es la misericordia de
Dios y el perdón para quienes retornan a Él! No todo es posible entre los hombres,
porque el hijo de hombre no es inmortal" 536.
Treinta versículos más adelante: "Se apiadará de los que practican la doctrina de la
misericordia y de quienes se apresuran a cumplir sus preceptos. Hijo mío, al hacer
favores no ofendas, y al hacer cualquier donativo no digas palabra que pueda
causar aflicción. ¿Acaso el rocío no refresca el calor? Del mismo modo, mejor es
una palabra amable que un buen donativo. Pues ¿no es preferible una palabra
amable a un buen obsequio? El hombre santo compagina ambas cosas. El necio
lanza humillantes reproches, y el donativo del orgulloso hace daño a los ojos. Antes
de un juicio pertréchate de justicia, y antes de hablar aprende. Antes de enfermar,
procura la medicina; antes de un juicio, interrógate a ti mismo, y encontrarás
compasión a los ojos de Dios. Antes de caer enfermo, humíllate, y en el tiempo de
tu enfermedad demuestra que te has arrepentido. No difieras tu ofrenda un día tras
otro, ni esperes a arrepentirte hasta el día de la muerte, porque la recompensa de
Dios perdura eternamente. Antes de hacer tu ofrenda, dispón tu alma, y no seas
como el hombre que tienta a Dios" 537. Al cabo de seis versículos: "El hombre sabio
en todas las cosas vive con temor, y en el día del pecado se preservará de la
culpa" 538. Cinco versículos después: "No vayas detrás de tus pasiones, e imponte a
tu voluntad, pues si permites a tu alma cumplir sus deseos concupiscentes, te
convertirá en el hazmerreír de tus enemigos. No te sumerjas en los placeres
mundanos ni te deleites con los inmoderados" 539.
Cinco versículos más adelante: "El que menosprecia las cosas pequeñas, poco a
poco se arruina. El vino y las mujeres; hacen que los sabios se extravíen, y dejan
en evidencia a los sensatos" 540. Cuatro versículos después: "Quien al punto cree, es
débil de corazón y se verá amenazado; quien defrauda a su alma, a sí mismo se
hace daño" 541. Dos versículos después: "El que odia la murmuración erradica la
maldad" 542. Ocho versículos más adelante: "Si he escuchado alguna habladuría
contra tu prójimo, quede sepultada en ti; seguro de que no te destrozará. El necio,
por la presencia palabra, siente dolores de parto, como la parturienta ante e llanto
de la criatura. Una flecha clavada en el muslo carnoso: así es la palabra en la boca
del necio. Pregunta a tu amigo no sea que no te haya entendido y te diga: No lo he
hecho, y si lo ha hecho, para que no lo repita. Pregunta a tu amigo aunque no lo
haya dicho; y si lo ha dicho, para que no lo repita. Pregunta a tu amigo, pues a
menudo se comete calumnia. Y no des crédito a cualquier palabra. Hay quien con
su lengua comete un desliz, aunque sin intención, pues ¿quién no ha pecado jamás
con su lengua? Pregunta a tu prójimo antes de amenazarlo. Dale su oportunidad al
temor de Dios, porque toda sabiduría temor de Dios es, y en ella se halla el temor a
Dios" 543. Cinco versículos después: "Es mejor el hombre que carece de sabiduría, y
careciendo de ella vive en temor de Dios, que aquel otro que es profundamente
inteligente y transgrede la ley del Altísimo" 544.
"Hijo, has pecado: no vuelvas a hacerlo; pero ruega también por los pecados
anteriores, para que te sean perdonados. Huye de los pecados como de la
presencia de una serpiente, porque si te acercas a ellos te morderán. Sus dientes
de león son dientes que matan las almas de los hombres. Toda iniquidad es como
un hacha de doble filo: su herida no tiene remedio" 551. Cuatro versículos
después: "El que odia la represión sigue las huellas del pecador; quien teme a Dios,
se arrepiente de todo corazón" 552. Cinco versículos después: "El camino de los
pecadores está sembrado de piedras, y su final son los infiernos, las tinieblas y los
castigos. Quien observa la ley, dominará sus pasiones. El cumplimiento del temor
de Dios es la sabiduría y la inteligencia" 553. "Cuando el sabio escucha alguna
palabra prudente, la alabará y la asimilará; la escucha un disoluto, y le desagradará
y la echará a sus espaldas. La explicación de un necio es como un fardo cuando se
va de viaje; pero en los labios del inteligente resulta grata. En la asamblea se
solicita la opinión del hombre prudente, y los oyentes sopesarán en sus corazones
las palabras que diga" 554. Dos versículos después: "Para el estúpido, la sapiencia
resulta como grilletes en sus pies y como esposas colocadas en su mano derecha.
El necio, al reír, levanta la voz; en cambio, el hombre prudente sonríe apenas en
silencio. Un ornamento de oro resulta para el prudente la sapiencia, y como
brazalete en su brazo derecho" 555. Ocho versículos después: "En la boca de los
necios está su corazón; en el corazón de los sabios está su boca. Cada vez que el
impío maldice al diablo, maldice a su propia alma. El murmurador mancha su propia
alma, y resulta odioso para todos; quien persista en la murmuración, se hará
odioso; el hombre callado y prudente será honrado" 556.
Después de cuatro versículos: "Quien busca enriquecerse tuerce el ojo" 571. Tres
versículos después: "Abandona el pecado. Si no te asientas firmemente en el temor
del Señor, pronto verás tu casa derribada. Del mismo modo que al zarandear la
criba queda el desecho, así quedan los defectos del hombre cuando se criban sus
pensamientos. El horno somete a prueba los cacharros del alfarero; a los hombres
justos los pone a prueba la desgracia. Igual que el cultivo de un árbol se manifiesta
por sus frutos, así la palabra del hombre es manifestación de las ideas que su
corazón guarda. No alabes a un hombre antes de oírlo hablar: ésa es su prueba. Si
buscas la justicia, la alcanzarás y te vestirás con ella como con un manto de gloria.
Vivirás con ella y te protegerá eternamente, y el día del juicio alcanzarás el cielo.
Los pájaros se reúnen con los de su especie; la verdad acude a quienes la
practican. El león se mantiene siempre al acecho de su presa: lo mismo que hace el
pecado con quienes practican la iniquidad. Como el sol, inalterable se mantiene en
la sabiduría el hombre piadoso; el necio cambia como la luna. En medio de los
insensatos habla según las circunstancias; en medio de la gente sensata mantén tu
forma de pensar. La conversación de los pecadores resulta odiosa; su risa se
escucha en circunstancias pecaminosas. La verborrea del habituado a jurar pone los
pelos de punta, y sus excesos obligan a taparse los oídos. En las reyertas de los
soberbios siempre hay derramamiento de sangre, y las maldiciones que se oyen
son terribles. Quien revela los secretos de un amigo, pierde fiabilidad y no
encontrará un amigo en su vida. Ama a tu amigo y únete a él con fidelidad; pero si
has aireado sus secretos, no vuelvas en su busca. Como un hombre que ha matado
a su amigo es quien ha matado la amistad de su prójimo. Como quien deja escapar
un ave de su mano, así has perdido a tu prójimo, y no lo recuperarás. No vayas
tras él, porque se halla lejos. Ha huido como gacela escapada del lazo, porque has
herido sus sentimientos y ya no podrás nunca más apresarlo. Una injuria tiene
reparación; pero el revelar los secretos de un amigo acarrea la desesperación para
la vida del infeliz. Males está maquinando quien hace señas con los ojos, y nadie
escapará de él. En presencia tuya su boca se volverá amable, y mostrará
admiración ante tus palabras; pero a la postre cambiará de forma de hablar y
tergiversará tus palabras para hacerte motivo de escándalo. Muchas cosas me son
objeto de odio, pero ninguna como él; y el Señor también lo odiará" 572. Dos
versículos después: "Quien cava una fosa, caerá en ella; quien le pone a su prójimo
una piedra, en ella tropezará; quien a otro tiende un lazo, en él quedará preso. Las
decisiones malvadas se volverán contra quien las maquina, y no sabrá de dónde le
vienen. El desprecio y la maldición son patrimonio de los soberbios, y la venganza
estará a su acecho como un león. En la trampa caerán quienes disfrutan con la
desgracia de los justos" 573.
Tres versículos después: "Quien desea vengarse, venganza encontrará por parte de
Dios, y manteniendo sus pecados le pedirá cuenta de ellos. Perdona al prójimo que
te causa mal, y se te perdonarán los pecados cuando supliques. ¡El hombre le
guarda rencor a otro hombre y suplica al Señor la curación! ¡No siente compasión
hacia su semejante y viene a suplicar por sus pecados! ¿Quién lo escuchará cuando
implore por sus pecados? Acuérdate del día de la muerte y deja de odiar. La
putrefacción y la muerte penden sobre los mandamientos. Recuerda el temor de
Dios y no te aíres contra tu prójimo. Ten presente la alianza del Altísimo, y pasa
por alto la ignorancia de tu prójimo. Mantente al margen de los pleitos y lograrás
disminuir tus pecados. Pues un hombre iracundo aviva la discordia; el pecador
fomentará la turbación entre los amigos y siembra la enemistad en medio de
quienes disfrutan de la paz" 574.Cuatro versículos después: "Un súbito altercado
provoca el fuego, y un conflicto excitado hace correr la sangre: la lengua que
testifica lleva a la muerte. Si soplaras, es como si el fuego se espabilara; pero si
escupieras sobre él, se apagaría: y una y otra cosa proceden de la boca. Maldito el
murmurador y el de doble lengua, pues ha causado la ruina a muchos que
disfrutaban de paz. La tercera lengua ha perdido a muchos, y los ha dispersado de
nación en nación. Ha destruido amuralladas ciudades de gente poderosa y
arruinado moradas de grandes hombres. Derribó el poderío de pueblos, y asoló
naciones poderosas. La tercera lengua hizo repudiar a esforzadas mujeres, y las
privó del fruto de sus fatigas. Quien le presta atención, ni encontrará descanso ni
tendrá amigo en quien descansar" 575. Veintitrés versículos después: "Utiliza una
balanza para tus palabras, y un freno seguro para tu boca: mantente en guardia,
para que no cometas desliz con tu lengua y vayas a caer en presencia de enemigos
que te tienden trampas, y tu caída mortal te lleve a la muerte" 576.
Dieciséis versículos más adelante: "El que ama a su hijo lo acostumbra a los azotes
para poder alegrarse el día de su muerte" 581. "Quien educa a su hijo, en él hallará
alegría" 582. Diez versículos después: "Un caballo sin domar resulta ingobernable, un
hijo dejado a su aire resulta indócil. Mima a tu hijo, y te causará sobresaltos; juega
con y te producirá tristeza. No bromees con él, para que no tengas que sufrir ni
tengas que rechinar los dientes el día de tu muerte. No le des libertades en su
juventud y no le pases por alto su forma de pensar. Doblega su cuello mientras es
joven y túndele las costillas mientras es niño, no sea que se haga terco y no te
obedezca, y ello cause dolor a tu alma. Educa a tu hijo y pon en él tu dedicación,
para que no tengas que avergonzarte por su torpeza" 583. "Mejor es ser pobre, pero
sano y robusto, que rico, pero débil o azotado por la enfermedad. La salud del alma
en la santidad de la justicia es mejor que todo el oro y la plata; y un cuerpo sano
es preferible a una inmensa fortuna. No hay fortuna superior a la fortuna de la
salud del cuerpo, ni hay alegría superior a la del gozo del corazón. Preferible es la
muerte a la vida amargada, y el descanso eterno a un dolor persistente. Bienes
escondidos en una boca cerrada son como ofrendas de manjares colocadas en torno
a su sepulcro" 584. Cinco versículos después: "No causes tristeza a tu alma y no te
aflijas en tus reflexiones. La alegría del corazón es vida y un tesoro inagotable de
santidad; el optimismo del hombre prolonga sus años. Apiádate de tu alma
complaciendo a Dios y domínate: concentra tu corazón en su santidad y arroja de ti
la tristeza. Porque a muchos mató la tristeza y en ella no hay utilidad. Los celos y la
cólera acortan la vida, y las preocupaciones traen la vejez antes de tiempo" 585.
"A quien teme al Señor, las maldades no le saldrán al paso; al contrario, en medio
de la tentación, Dios lo sostendrá y lo librará del mal. El sabio no odia la ley y los
mandamientos, y no se verá zarandeado como una nave en plena tempestad. El
hombre prudente confía en la ley de Dios, y la ley es para él norma segura. Quien
plantea una cuestión preparará sus argumentos" 594.
Un poco más adelante: "La vana esperanza y la mentira son propias del hombre
insensato; los sueños exaltan a los necios. Como quien intenta apresar una sombra
y persigue al viento, así es también quien da crédito a los sueños vanos Una cosa
frente a otra es la visión de los sueños, como la imagen de una persona frente al
rostro auténtico de esa persona. ¿Qué cosa pura puede resultar de lo impuro? ¿Qué
verdad puede derivar de la mentira? La adivinación es propia del error, los augurios
son mentiras y los sueños son vanidades de quienes obran mal: tu corazón imagina
esas fantasías como lo hace la mujer embarazada. Si tales visiones no te fueran
enviadas por el Altísimo, no les des cabida en tu corazón. A muchos los extraviaron
sus sueños, y cayeron quienes pusieron en ellos sus esperanzas. La ley debe
cumplirse sin engaño, y la sabiduría estará plantada en la boca del fiel" 595. Cinco
versículos más adelante: "Muchas cosas he visto en mis narraciones, y abundantes
son las experiencias de mis palabras. A menudo, a causa de ello he llegado a estar
en peligro de muerte, y me libré gracias a Dios. Se salvará el espíritu de los que
temen a Dios, y ante sus ojos serán benditos; pues su esperanza está puesta en
quien los salva, lo mismo que los ojos de Dios lo están en quienes lo aman. Quien
teme al Señor no tendrá nada que temer, porque Él es su esperanza. Dichosa el
alma de quien teme al Señor. ¿En quién confía? ¿Quién es su defensa? Los ojos del
Señor están puestos sobre quienes lo temen: Él es el protector de su poderío, el
fundamento de su valor, abrigo de su solanera, sombra en el mediodía, refugio en
el peligro, ayuda en la desgracia; Él consuela al alma, da luz a los ojos, proporciona
salud, vida y felicidad. Quien hace una ofrenda procedente de la injusticia, tal
oblación es indigna: las ofrendas de los injustos no son gratas. El Señor sólo acepta
las de quienes se mantienen en el camino de la verdad y de la justicia. El Altísimo
no admite las ofrendas de los injustos, ni tiene en cuenta las oblaciones de los
inicuos, ni perdonará sus pecados por muchos sacrificios que se le hagan. Quien
ofrece un sacrificio con lo que les ha robado a los pobres es como quien inmola a
un hijo en presencia de su padre. Pan de indigentes es la vida del pobre: hombre
sanguinario es quien de él los priva. Quien quita el pan ganado con sudor es como
el que asesina a su prójimo. Hermanos son el que derrama sangre ajena y el que
defrauda al obrero su salario Uno construye y otro destruye: ¿qué obtienen sino
trabajar en vano? Uno suplica y otro maldice: ¿de quién oirá Dios la voz? A quien
se lava para purificarse del contacto con un muerto y luego lo toca de nuevo, ¿de
qué le aprovecha haberse lavado? Asimismo, al hombre que ayuna por sus pecados
y comete luego los mismos, ¿de qué le sirve haberse humillado? ¿Quién escuchará
su plegaria?" 596.
Un poco más adelante: "Relaciónate estrechamente con el hombre santo, con todo
el que sepas que siente temor de Dios y cuya alma armoniza con tu alma" 601. "En
todas estas circunstancias suplica al Altísimo para que te dirija por el camino de la
verdad" 602. Veintiún versículos después: "Hijo, en tu vida pon a prueba tu alma, y
si fuera de malas inclinaciones, no permitas que te domine. No a todos les conviene
todo ni a toda alma le complace todo. No te muestres ávido ante todo manjar, y no
te precipites sobre cualquier alimento" 603.
Apenas un poco más adelante: "La sabiduría escondida y el tesoro oculto, ¿qué
utilidad hay en una y otro? Mejor es el hombre que oculta su estupidez que el que
oculta su sabiduría" 613.
Algo después: "Los que bendecís al Señor, exaltadle todo lo que podáis: Él es
superior a toda alabanza. Por mucho que lo exaltéis, no abarcaréis toda su
grandeza" 614. Mucho más adelante: "Acercaos a mí los que no sabéis y acudid a la
escuela. ¿ Hasta cuándo vais aún a esperar ¿Qué diréis aún a esto? Vuestras almas
están angustiosamente sedientas. Abrí mi boca y hablé así: comprad sin dinero y
someted vuestro cuello bajo el yugo, y que vuestra alma adquiera sabiduría.
Cercana está para poder encontrarla. Ved con vuestros ojos que apenas me he
esforzado y mucho descanso he hallado en ella. Adquirid sabiduría que vale dinero
abundante, y poseed en ella oro en abundancia. Vuestra alma se alegrará en su
misericordia, y no os avergonzaréis de alabarle. Poned a tiempo vuestro esfuerzo, y
en el momento oportuno Él os dará vuestra recompensa" 615.
Del Libro de Tobías hemos creído oportuno recoger los siguientes pasajes.
"Honrarás a tu madre todos los días de tu vida. Deberás recordar cuáles y cuán
grandes peligros sufrió por ti cuando te llevaba en su seno" 616. Dos versículos
después: "En todos los días de tu vida ten presente a Dios, y ten cuidado en
consentir en el pecado en ninguna ocasión, y de no pasar por alto los
mandamientos de tu Dios. Practica la limosna con tus bienes y no vuelvas la mirada
ante ningún pobre. Hazlo así para que tampoco el Señor aparte de ti su mirada. En
la medida de tus posibilidades, muéstrate misericordioso. Si posees mucho, ayuda
en abundancia; si posees poco, esfuérzate por ayudar magnánimamente, aunque
sea poco, pues así es como atesoras un buen premio para ti para el día de la
necesidad, porque la limosna libera de todo pecado y de la muerte, y no permite
que el alma se precipite en las tinieblas. Aval importante a los ojos del Dios
supremo es la limosna para todos aquellos que la practican. Guárdate, hijo mío, de
toda fornicación, y no consientas nunca en cometer delito semejante contra tu
mujer. No permitas nunca que la soberbia domine tus sentimientos o tus palabras:
toda perdición toma en ella su origen. A cualquiera que te haya hecho un trabajo,
dale inmediatamente su salario: que la paga del asalariado no quede en absoluto
retenida entre tus manos. Lo que odias que otro te haga a ti, procura no hacérselo
jamás a otro. Come tu pan con los necesitados hambrientos, y cubre con tus
vestidos a los desnudos" 617. Dos versículos después: "Busca siempre el consejo del
sabio. Bendice a Dios en todo momento, y pídele que dirija todos tus caminos, y
que todas tus decisiones permanezcan en Él" 618. Seis versículos después: "No
temas, hijo mío, llevamos verdaderamente una vida pobre, pero poseemos
abundantes bienes; si nos mantenemos temerosos de Dios, nos conservamos lejos
de todo pecado y practicamos el bien" 619.
Mucho más adelante: "Entonces Rafael les dijo en particular: Bendecid al Dios del
cielo y confesadle ante todos los vivientes, porque practicó con vosotros su
misericordia. Bueno es guardar el secreto del rey, pero honroso es revelar y.
confesar las obras de Dios. Buena es la oración acompañada del ayuno; pero la
limosna es mejor que almacenar tesoros de oro. Porque la limosna libera de la
muerte: ella es la que purga los pecados y hace encontrar la vida eterna. En
cambio, quienes practican el pecado y la iniquidad, son enemigos de su alma" 620.
Un poco después: "Escuchad, pues, a vuestro padre, hijos míos, servid al Señor en
la verdad y procurad hacer lo que le complace; encargad a vuestros hijos que
practiquen la justicia y la limosna, para que se acuerden de Dios y lo bendigan en
todo momento en la verdad y en toda su fuerza" 621.
Ahora que ya todos los libros canónicos y antiguos nos han proporcionado las citas
oportunas para nuestra obra (y los que nos las han proporcionado no convenía que
nos las facilitaran de todos sus pasajes, sino sólo de aquellos en que hemos
encontrado preceptos claros de buenas costumbres, ya sea por ordenar cosas útiles
o por prohibir las que no lo son), vamos a pasar a las obras sagradas, evangélicas
y apostólicas. En el canon del Nuevo Testamento la cabeza la ocupan los cuatro
conocidísimos y preclarísimos evangelios. En el primero de ellos -"Según Mateo"-,
éstas son las Ideas que consideramos oportunas para la obra que hemos
emprendido.
" Vosotros sois la sal de la tierra; y si la sal pierde sus propiedades, ¿con qué se
salará? No servirá ya para nada, sino para tirarla a la calle y que la pise la gente.
Vosotros, sois la luz del mundo. No puede camuflarse una ciudad levantada sobre
un monte. Nadie enciende una lámpara y coloca debajo de un cubo, sino que la
cuelga de un candelabro para que dé luz a cuantos se hallan dentro de casa. Así
ilumine vuestra luz delante de los hombres, para que todos vean vuestras buenas
obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos" 623.
"No creáis que he venido a abolir la ley o los profetas. No he venido a abolirla, sino
a cumplirla. En verdad os digo que mientras perduren el cielo y la tierra, ni una
yota ni una tilde será suprimida de la ley, hasta que todo se haya cumplido De
manera que quien dejare de observar el más mínimo de esos mandamientos y
enseñare a hacer lo mismo a los demás, será considerado como el más pequeño en
el reino de los cielos. En cambio, aquel que los observare y enseñare a observarlos,
ése será considerado grande en el reino de los cielos. Pues os aseguro que si
vuestra justicia no superase a la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino
de los cielos" 624.
"Habéis oído que se ha dicho a los antiguos: No matarás, pues el que mate se hará
reo de juicio 625. Pero yo os digo que todo aquel que se encoleriza contra su
hermano se hará reo de juicio; y quien a su hermano llamare racha se hará reo
ante la asamblea; y quien le calificare de "loco" se hará reo del fuego del infierno.
Si en el momento de ir a presentar tu ofrenda sobre el altar recordaras que tu
hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí mismo, ante el altar, y vete antes
de nada a reconciliarte con tu hermano, y luego regresa y presenta tu ofrenda.
Muéstrate inmediatamente conciliador con tu adversario mientras vas con él por el
camino, no vaya a suceder que tu adversario te entregue al juez, el juez te
entregue al alguacil y seas arrojado a la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de
allí hasta que hayas pagado el último céntimo" 626.
"Habéis oído que se ha dicho a los antiguos: No cometerás adulterio 627. Pero yo os
digo que todo el que mirare a una mujer codiciándola, ya ha cometido adulterio en
su corazón. Por tanto, si tu ojo derecho te sirve como motivo de escándalo,
arráncatelo y arrójalo lejos de ti. Más provechoso te será que perezca uno de tus
miembros que tu cuerpo entero sea arrojado al infierno. Y si tu mano derecha te es
motivo de escándalo, córtatela y arrójala lejos de ti. Más provechoso te será que
perezca uno de tus miembros que tu cuerpo entero acabe en el infierno. También
se ha dicho: Quienquiera que repudiare a su esposa, entréguele el certificado del
divorcio 628. Sin embargo, yo os digo que todo el que repudiare a su esposa -a no
ser que el motivo sea la fornicación- la empuja al adulterio. Y quien se case con
mujer repudiada, comete adulterio" 629.
"Asimismo habéis oído que se ha dicho a los antiguos No perjurarás, antes bien,
cumplirás los juramentos que le has formulado al Señor 630. Sin embargo, yo os
digo: no juréis en modo alguno, ni por el cielo -porque es el trono de Dios-, ni por
la tierra -porque es el escabel de sus pies-, ni por Jerusalén -porque es la ciudad
del gran Rey-. No jures tampoco por tu cabeza porque no tienes poder para
convertir uno solo de tus cabellos en blanco o en negro. Que vuestra forma de
hablar sea "sí, sí", "no, no". Cuanto se añada de más a eso, del mal procede" 631.
"Habéis oído que se ha dicho: Ojo por ojo y diente por diente 632. En cambio, yo os
digo: no presentéis resistencia al malvado; antes bien, si alguien te abofetea en la
mejilla derecha, preséntale también la otra; y al que quiera litigar contigo y
tomarte la ropa, entrégale también el manto. Y si uno te obliga a cargar con él
durante una milla, vete con él otras dos. Dale a quien te pida; y no rechaces a
quien te solicita un préstamo" 633.
"Procurad que no cumpláis vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos
por ellos. De lo contrario, no os haréis merecedores de la recompensa de vuestro
Padre, que está en los cielos. Cuando des limosna no toques la trompeta delante de
ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por
los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa. En cambio,
cuando des limosna, que tu mano izquierda no se entere de lo que hace la derecha,
para que tu limosna pase inadvertida. Y tu Padre, que ve lo secreto, te
recompensará" 635.
"Cuando oréis, no seáis como los hipócritas, quienes gustan de orar en pie en las
sinagogas y en las esquinas de las plazas para que la gente los vea. En verdad os
digo que ya recibieron su recompensa. En cambio, tú, cuando ores, entra en tu
habitación y, con la puerta cerrada, ora en secreto a tu Padre; y tu Padre, que ve lo
escondido, te recompensará.. Ahora bien, cuando hagáis oración, no seáis
habladores como los gentiles, que piensan que van a ser escuchados por su
verborrea. No os asemejéis, pues, a ellos, porque vuestro Padre sabe lo que
necesitáis antes de que formuléis vuestra petición. Por tanto, orad así: Padre
nuestro, que estás en el cielo; santificado sea tu nombre; venga tu reino; hágase
tu voluntad en la tierra como en el cielo; danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos
ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Pues si perdonarais
a los hombres sus ofensas, así también vuestro Padre celestial os perdonará
vuestros delitos; ahora bien, si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre
os perdonará vuestras faltas" 636.
"Cuando ayunéis, no os mostréis tristes, como hacen los hipócritas, que desencajan
su rostro para que la gente se dé cuenta de que están ayunando. En verdad os digo
que ésos han recibido ya su recompensa. En cambio, tú, cuando practiques el
ayuno, unge tu cabeza y lávate la cara para que la gente no se entere de que estás
ayunando, sino sólo tu Padre, que está en el secreto; y tu Padre, que ve lo oculto,
te recompensará" 637.
"No atesoréis tesoros en la tierra, donde los ataca el orín y la polilla, y donde los
ladrones pueden abrir un boquete y robarlo. Atesorad tesoros en el cielo, donde ni
el orín ni la polilla los ataca, y donde los ladrones no pueden abrir un boquete y
robarlo. Pues donde esté tu tesoro, allí está también tu corazón. Tu ojo es la
lámpara de tu cuerpo: si tu ojo fuera perfecto, todo tu cuerpo sería luminoso; pero
si tu ojo estuviera defectuoso, tu cuerpo todo estaría envuelto en tinieblas. De
modo que, si la luz que hay en ti es oscuridad, ¿hasta qué punto resultará
tenebrosa la oscuridad?" 638.
"Nadie puede servir a dos señores, pues odiará a uno y amará al otro, o apoyará a
uno y combatirá al otro. No podéis servir a Dios y a Mammon. Por eso os digo: no
andéis preocupados por vuestra vida, por lo que comeréis o con qué recubriréis
vuestro cuerpo. ¿No importa acaso el alma más que la comida y el cuerpo más que
el vestido? Daos cuenta de las aves del cielo, cómo no siembran, ni cosechan, ni
recolectan en graneros, y sin embargo vuestro Padre celestial las alimenta. ¿Y no
sois vosotros más importantes que ellas? ¿Quién de vosotros, a fuerza de meditar,
es capaz de añadir un simple codo a su estatura? Y del vestido, ¿por qué vais a
preocuparos? Considerad cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan, ni hilan; y
yo os digo que, sin embargo, ni Salomón con toda su gloria estuvo vestido como
uno de ellos. Pues si Dios viste así a la hierba del campo, que hoy existe y mañana
es arrojada al horno, ¿cuánto más os vestirá a vosotros, hombres de poca fe? Así
que no os preocupéis diciendo: ¿qué comeremos?, ¿qué beberemos? o ¿con qué
nos vestiremos? Los gentiles se afanan por todo eso; pero vuestro Padre sabe que
de todo ello tenéis necesidad. Buscad, por tanto, primero el reino de Dios y su
justicia, y todo aquello otro se os dará por añadidura. No os preocupéis, pues, por
el día de mañana; el día de mañana tendrá sus propias preocupaciones: bástele a
cada día su problema" 639.
"No juzguéis para que no seáis juzgados, pues con el criterio que juzguéis seréis
juzgados, y con la medida que midiereis seréis medidos. ¿Por qué ves la paja en el
ojo de tu hermano y no ves la viga en el tuyo? O ¿ cómo le dices a tu hermano:
deja que te saque la paja de tu ojo, cuando en el tuyo propio hay una viga?
¡Hipócrita! Sácate antes la viga de tu ojo, y ya intentarás luego sacar la paja del ojo
de tu hermano. No arrojéis nada santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a
los cerdos, para que no las pisoteen con sus patas y, volviéndose contra vosotros,
os despedacen" 640.
"No todo el que dice "Señor, Señor" entrará en el reino de los cielos, sino el que
cumple la voluntad de mi Padre, que está en los cielos: ése entrará en el reino de
los cielos. Muchos me dirán aquel día: Señor, Señor, ¿acaso no profetizamos en tu
nombre; en tu nombre arrojamos los demonios, y fueron muchos los milagros que
en tu nombre hicimos? Y entonces les responderé: Nunca os he conocido; apartaos
de mí, porque vosotros practicabais la iniquidad. Todo el que escucha estas
palabras mías y las pone en práctica será comparado a un hombre prudente que
edificó su casa encima de roca; y cayó la lluvia, y vinieron las torrenteras y
soplaron los vientos y arremetieron contra su casa; pero ésta no se derrumbó
porque estaba cimentada sobre roca. Pero todo el que escucha estas palabras mías
y no las pone en práctica será equiparado a un estúpido que edificó su casa sobre
la arena; y cayó la lluvia, y vinieron las tormentas y soplaron los vientos y
arremetieron contra su casa; y ésta se derrumbó, y su ruina fue enorme" 644.
Y un poco más adelante: "Gratis lo habéis recibido; dadlo gratis. No guardéis ni oro,
ni plata, ni dinero alguno en vuestras faltriqueras. No os procuréis alforja para el
camino, ni dos túnicas, ni calzado, ni bastón, porque el obrero se hace acreedor de
su sustento. Cuando entréis en cualquier ciudad o plaza fuerte, preguntad quién
hay en ella que sea persona digna, y permaneced allí hasta que partáis. Entrando
en la casa, saludad la. Si aquella casa fuera digna, descienda sobre ella vuestra
paz; pero si no lo fuera, que vuestra paz retorne a vosotros. Si no hubiera nadie
que os recibiese y escuchase vuestras palabras, en el momento de abandonar la
casa o la ciudad sacudíos el polvo de vuestros pies. En verdad os digo que, en el
día del juicio, la tierra de Sodoma y de Gomorra correrá una suerte más llevadera
que aquella ciudad" 645.
"Daos cuenta de que os envío como ovejas en medio de lobos; sed, pues,
precavidos como serpientes y sencillos como palomas. Guardaos de los hombres,
porque os entregarán a los tribunales y os flagelarán en las sinagogas. Os
conducirán ante sus gobernantes y sus reyes por causa mía, para ofrecerles
vuestro testimonio a ellos y a los gentiles. Ahora bien, cuando os entreguen, no
andéis meditando cómo y qué hablaréis, porque ya se os proporcionará qué habéis
de decir en aquel momento. No seréis vosotros quienes habléis, sino el Espíritu de
vuestro Padre será el que hable en vosotros. El hermano entregará al hermano a la
muerte, y el padre al hijo; los hijos se levantarán contra sus padres y les causarán
la muerte. Para todos seréis motivo de odio a causa de mi nombre. Sin embargo, el
que perseverare hasta el final, ése estará salvo. Cuando os persigan en una ciudad,
huid a otra. En verdad os digo que no acabaréis de recorrer las ciudades de Israel
antes de que venga el Hijo del hombre. No está el discípulo por encima del maestro
ni el siervo por encima de su señor. Bástele al discípulo llegar a ser como su
maestro y al siervo como su señor. Si al cabeza de familia lo calificaron
de Beelzebub, ¡cuánto más a los miembros de su casa! No los temáis, pues, porque
nada hay tan oculto que no sea descubierto, ni tan secreto que no acabe por
conocerse. Lo que yo os digo en la oscuridad, decidlo a la luz; lo que os susurre al
oído, predicadlo desde los tejados. No temáis a quienes matan el cuerpo, pero no
pueden matar el alma; temed mas bien a quienes pueden hacer perecer alma y
cuerpo en los infiernos. ¿No se venden dos pajarillos por un as? Y, sin embargo,
ninguno de ellos cae a tierra sin que vuestro Padre lo sepa. Todos y cada uno de los
cabellos de vuestra cabeza están contados. No temáis, pues: vosotros valéis más
que muchos pajarillos. Todo el que se manifieste defensor mío ante los hombres, yo
también lo defenderé ante mi Padre que está en los cielos. Al que me niegue
delante de los hombres, también yo lo negaré ante mi Padre, que está en los cielos.
No creáis que he venido a traer la paz a la tierra; no he venido a traer la paz, sino
la espada, pues he venido a separar al hombre frente a su padre, a la hija frente a
su madre y a la nuera frente a su suegra: los enemigos del hombre serán sus
propios familiares. Quien ama a su padre o a su madre más que a mí no es digno
de mí; quien ama a su hijo o a su hija por encima de mí no es digno de mí. El que
no toma su cruz y me sigue no es digno de mí. Quien encuentra su vida, la
perderá; el que perdiera su vida por mi causa, la encontrará. Quien a vosotros
recibe, a mí me recibe, y quien a mí me recibe, recibe a Aquel que me envió. Quien
recibe a un profeta por su condición de profeta, tendrá recompensa del profeta;
quien recibe a un justo por su condición de justo, tendrá recompensa del justo;
cualquiera que diere de beber a uno solo de estos pequeños un simple vaso de
agua fría por el hecho de ser mi discípulo, en verdad os digo que no quedará sin su
recompensa" 646.
Algo después: "Quien no está conmigo, está contra mí; quien conmigo no recoge,
desparrama. Por eso os digo: al hombre se le perdonará cualquier pecado y
blasfemia; pero la blasfemia contra el Espíritu no le será perdonada. Quien hablara
contra el Hijo del hombre podrá ser perdonado; pero quien hablara contra el
Espíritu Santo no tendrá perdón ni en este mundo ni en el venidero. Plantad un
árbol bueno, y bueno será su fruto; plantad un árbol malo, y malo será su fruto,
porque por su fruto se conoce al árbol. ¡Raza de víboras! ¿ Cómo podéis decir cosas
buenas cuando sois malvados? De la abundancia del corazón habla la lengua. El
hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca cosas buenas; el hombre
malvado, de su malvado tesoro saca cosas malas. Yo os digo que en el día del juicio
los hombres darán cuenta de toda palabra inútil que hubieren pronunciado. Pues
por tus palabras serás declarado inocente y por tus palabras serás condenado" 650.
Asimismo, un poco más adelante: "Entonces les dijo Jesús a sus discípulos: Si
alguno quiere seguirme, niéguese a sí mismo, tome su cruz y venga tras de mí.
Pues quien quiera salvar su vida, la perderá; en cambio, quien perdiere su vida por
mi causa, la encontrará. ¿Qué le aprovecha al hombre ganar el mundo entero si ello
redunda en perjuicio de su alma? ¿Qué podrá dar el hombre a cambio de su alma?
Pues el Hijo del hombre vendrá en medio de la gloria de su Padre en compañía de
sus ángeles, y entonces recompensará a cada uno de acuerdo con sus obras" 653.
"Y le dicen sus discípulos: Si ésas son las condiciones del hombre respecto a la
esposa, no conviene casarse. Y Él les respondió: No todos son capaces de entender
esto, sino aquellos a quienes se les ha concedido. Pues hay eunucos que han nacido
del vientre de su madre con semejante condición; hay eunucos convertidos en tal
por obra de los hombres, y hay eunucos con vistas al reino de los cielos. El que
pueda entender, que entienda" 661.
"Entonces le presentaron unos pequeñuelos para que impusiera las manos sobre
ellos y orase; pero los discípulos les reñían. Entonces Jesús les dijo: Dejad a los
niños y no impidáis que se acerquen a mí, pues de quienes son como ellos es el
reino de los cielos. Y después de imponerles las manos, se alejó de allí" 662.
"He aquí que acercándosele uno le dijo: Maestro bueno, ¿qué buena obra debo
realizar para poseer la vida eterna? Él le respondió: ¿Por qué me preguntas sobre lo
bueno? Uno solo es bueno: Dios. Ahora bien, si quieres entrar en la vida, observa
los mandamientos. Y el otro le pregunta: ¿Cuáles? A su vez, Jesús le contesta: No
matarás; no cometerás adulterio; no hurtarás; no dirás falso testimonio; honra a tu
padre y a tu madre, y ama al prójimo como a ti mismo 663. Y el joven le replica:
Todos esos mandamientos los he observado. ¿Qué me queda todavía? Jesús le
dice: Si quieres ser perfecto, vende cuanto posees y dáselo a los pobres; luego, ven
y sígueme. Al escuchar el joven semejante respuesta se marchó triste, porque
poseía abundantes bienes. Entonces Jesús dijo a sus discípulos: En verdad os digo,
¡qué difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos! Y os lo repito: le resultará
más sencillo a un camello penetrar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en
el reino de los cielos. Al escucharlo, sus discípulos se quedaron sobremanera
consternados, comentando: ¿Quién podrá entonces salvarse? Jesús, dándose
cuenta de ello, les dice: Para los hombres ello es imposible, pero para Dios todo es
posible" 664.
Y un poco más adelante: "Del mismo modo que el Hijo del hombre no vino a ser
servido, sino a servir y a dar su vida para la redención de muchos" 666.
667
Algo después: "Dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios" .
Yen otro pasaje: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma
y con toda tu mente. Este es el más importante mandato, y el primero de todos. Y
el segundo, semejante a éste, es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. En estos
mandamientos se resume toda la ley y los profetas" 668.
Algo después: "Y por la abundancia de maldad se enfriará el amor de muchos; pero
aquel que se mantenga fiel hasta el final, ése se salvará" 672. Y un poquito
después: "Estad preparados, porque no sabéis a qué hora va a venir el Hijo del
hombre. ¿Quién consideras que es el siervo fiel y prudente a quien su señor colocó
al frente de la servidumbre para que les reparta la comida en el momento
oportuno? Dichoso el siervo a quien el amo, al presentarse, lo encuentra
cumpliendo así con su deber. En verdad os digo que lo colocará al frente de toda su
hacienda. En cambio, si el mal siervo se dijera para sus adentros: mi amo se
retrasa en regresar, y comenzara a vapulear a sus compañeros de servidumbre, y a
comer y beber con borrachos, el amo se presentará en el momento más inesperado
y a una hora que él no sabe, y lo apartará de su cargo, colocándolo al lado de los
hipócritas: y allí habrá llanto y chirriar de dientes" 673.
"Pedro comenzó a decirle: Date cuenta de que nosotros lo hemos abandonado todo
y te hemos seguido. Jesús le respondió diciéndole: En verdad os digo que no habrá
nadie: que, habiendo abandonado su casa, o a sus hermanos o hermanas, o a su
madre o padre o hijo, o sus campos, por causa mía y del Evangelio, se quede sin
recibir en esta vida el céntuplo en casas, hermanas, hermanos, madres, hijos y
campos, sufriendo persecuciones, pero también la vida eterna en el siglo venidero.
Pues muchos que ahora son los primeros serán los últimos, y los últimos serán los
primeros" 688.
Y un poco después: "Sabéis que aquellos que parecen seros dirigentes de los
pueblos son quienes los gobiernan, y sus gobernantes son dueños del poder sobre
los pueblos. En cambio, entre vosotros no rige esta norma. Al contrario, aquel que
quiera ser el jefe, rebájese a ser sirviente; y el que desee ser entre vosotros el
primero, sea esclavo de todos, porque tampoco el Hijo del hombre vino a ser
servido, sino a servir y entregar su vida por la salvación de muchos" 689.
Algo más adelante: "Y Jesús, respondiendo, les dijo: ¡Tened fe en Dios! En verdad
os digo que si alguno le dijera a ese monte: Quítate de ahí y precipítate en el mar,
y en su corazón no hubiese la menor duda de ello, sino que tuviera pleno
convencimiento cuando dijera: ¡Que eso suceda!, eso sucedería. Por eso os digo:
convenceos de que todo lo que pidáis en vuestras oraciones se os concederá y
llegará a vosotros. Cuando os dispongáis a orar, si tenéis alguna cosa contra
alguien, perdonádsela, para que también vuestro Padre, que está en los cielos, os
perdone vuestros pecados. Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro
Padre, que está en los cielos, os perdonará vuestros pecados" 690.
Igualmente, un poco después: "Sin embargo, Jesús, respondiéndoles, les dijo: Dad,
pues, al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios" 691.
Y en otro pasaje: "Se le acercó uno de los escribas que los había oído disputar, y
viendo lo bien que les había respondido, le preguntó cuál era el primer
mandamiento de todos. Y Jesús le contestó: De todos los mandamientos, el primero
es: Escucha, Israel: el Señor, nuestro Dios, es el único Señor; y amarás al Señor,
tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todas tus
fuerzas 692. Ese es el primer mandamiento, y el segundo, semejante a éste, es:
Amarás a tu prójimo como a ti mismo 693. No hay otro mandamiento mayor que
éstos. Y el escriba le dijo: Muy bien, Maestro. En verdad has dicho que Él es único,
y fuera de Él no existe otro; y que amarle con todo el corazón, con todo el
entendimiento, con toda el alma y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a
uno mismo es superior a todos los holocaustos y sacrificios. Viendo Jesús que le
había replicado con tanta agudeza, le dijo Tú no andas lejos del reino de Dios. Y ya
nadie se atrevía; formularle preguntas" 694.
Un poco después: "Guardaos de los escribas, que gustan de pasearse vestidos con
sus estolas, ser saludados en la plaza sentarse en las primeras sillas de las
sinagogas y ocupar lo; primeros asientos en los banquetes; esos que devoran la
hacienda de las viudas con el pretexto de largas oraciones. Ellos sufrirán un severo
juicio. Sentándose Jesús frente al gazofilacio observaba cómo la gente echaba sus
monedas en aquel gazofilacio. Y eran numerosos los ricos que depositaban muchas
monedas. En esto, acercándose una pobre viuda, echó dos moneditas por el valor
de un cuadrante. Jesús, reuniendo a sus discípulos, les dijo: En verdad os digo que
esa pobre viuda ha depositado más que todos los que han echado dinero en el
gazofilacio. Porque todos ellos han entregado de lo que les sobraba, pero ella, en su
pobreza, ha dado todo lo que tenía para vivir" 695.
"Pero ¡ay de vosotros, ricos, porque ya habéis recibido vuestro consuelo! ¡Ay de
vosotros, los que ya estáis saciados, porque entonces pasaréis hambre! ¡Ay de
vosotros, los que ahora reís, porque habréis de gemir y de llorar! ¡Ay cuando todos
los hombres hablaren bien de vosotros, porque del mismo modo obraban sus
padres con los profetas!" 702.
"Y les ponía una comparación: ¿puede acaso un ciego guiar a otro ciego? ¿No
terminarán ambos cayendo en un hoyo? No es el discípulo superior al maestro;
ahora bien, todo aquel que sea como su maestro, será perfecto. ¿Por qué andas
mirando la paja en el ojo de tu hermano y, en cambio, no reparas en la viga que
hay en tu propio ojo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: hermano, déjame que
te saque paja que tienes en el ojo, mientras que tú no te das cuenta de la viga que
tienes en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y luego intentarás el
modo de sacar la paja del ojo de tu hermano. No es el árbol bueno el que produce
malos frutos; ni es el árbol malo el que da frutos buenos Cada árbol se conoce por
su fruto. No se cosechan higos en los espinos ni se vendimian uvas en los zarzales.
El hombre bueno ofrece la bondad que se extrae del buen tesoro de su corazón. El
hombre malo, de su malignidad hace salir el mal. De la abundancia del corazón
habla la lengua. ¿Por qué me llamáis "Señor, Señor", y no hacéis lo que os digo?
Todo el que se acerca a mí, escucha mis palabras y las pone en práctica, os diré a
quién se parece. Se parece a un hombre que construyó una casa, cavó
profundamente y asentó los cimientos sobre roca. Y cuando sobrevino una
inundación, el río se abatió sobre su casa, pero no pudo moverla porque estaba
asentada sobre roca. En cambio, el que escucha y no practica lo que oye se parece
a un hombre que edificó su casa sobre tierra sin cimiento alguno: el río se precipitó
sobre ella, y al punto la derribó; y la casa se arruinó completamente" 704.
Un poco más adelante: "¿A qué os diré que se parecen los hombres de esta
generación? ¿ A qué se parecen? A niños sentados en la plaza que juegan con otros
diciéndose: Os hemos cantado acompañándonos con flautas, y no habéis bailado;
hemos entonado lamentos, y no habéis llorado. Porque vino Juan, el Bautista, que
ni comía pan ni bebía vino, y dijisteis: está endemoniado. Y vino el Hijo del hombre,
que come y bebe, y decís: ahí tenéis a un tragón y bebedor de vino, amigo de los
publicanos y de los pecadores. Pero la sabiduría es testimoniada por todos sus
hijos" 705.
"Nadie enciende un candil y lo tapa con una vasija o la coloca debajo de la cama,
sino que lo pone en un candelabro para que quienes entran vean la luz. No hay
cosa oculta que no termine poniéndose de manifiesto; ni nada escondido que no
acabe por conocerse y hacerse público. Atended, pues, a lo que estáis oyendo: al
que tiene se la dará; y al que no tiene se le quitará incluso lo que cree tener" 707.
Algo después: "Reuniendo a los doce apóstoles, les confié la virtud y la potestad
sobre todos los demonios, y la de sanar las enfermedades. Y los envió a predicar el
reino de Dios y a sanar a los enfermos. Y les dijo: No toméis nada para el camino,
ni bestia, ni alforja, ni pan, ni dinero; no tengáis dos vestidos; en cualquier casa
que entréis, en ella albergaos y no salgáis de ella. Cuando en algún lugar no os
reciban, alejándoos de la ciudad sacudíos incluso el polvo de vuestros pies en
testimonio contra aquella gente" 708.
Un poco más adelante: "Y les decía a todos: El que quiera venir tras de mí,
niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Quien quiera salvar su vida, la
perderá. En cambio, quien pierda su vida por mi causa, ése la salvará. Pues ¿de
qué le aprovecha a un hombre ganar todo el mundo si se pierde a sí mismo o se
expone al peligro? El que se avergonzare de mí o de mis palabras, de él se
avergonzará también el Hijo del hombre cuando se presente en medio de su gloria,
de la del Padre y de la de los santos ángeles" 709.
En otro pasaje: "Surgió entre ellos la discusión de quién sería el más grande. Pero
Jesús, dándose cuenta de los pensamientos de sus corazones, tomando a un niño lo
colocó a su lado y les dijo: Cualquiera que recibiere a este niño en mi nombre, a mí
me recibe; y quien a mí me recibiera, recibe a Aquel que me ha enviado. Aquel que
de entre vosotros sea el más pequeño, ése es el más grande" 710.
Algo más adelante: "Daos cuenta de que os envío como corderos en medio de
lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni calzado; no saludéis a nadie por el camino. En
cualquier casa en que entréis, decid primero: Paz para esta casa. Y si allí hubiera
un hijo de paz, vuestra paz reposará sobre aquella casa; en caso contrario,
retornará a vosotros. Albergaos en esa casa comiendo y bebiendo lo que en ella
hubiere; pues el trabajador se hace acreedor a su salario. No paséis de casa en
casa. En cualquier ciudad a la que lleguéis y os reciban, comed lo que os ofrezcan.
Sanad a los enfermos que en ella hubiere, y decidles: El reino de Dios se ha
acercado a vosotros. Cuando lleguéis a alguna ciudad y no os reciban, salid por sus
plazas y decid: Sacudimos sobre vosotros incluso el polvo que se nos ha pegado de
vuestra ciudad; pero enteraos, no obstante, de que se os ha acercado el reino de
Dios. Y os digo que en aquel día Sodoma obtendrá mayor benevolencia que aquella
ciudad" 712.
Un poquito después: "Sin embargo, no os alegréis por el hecho de que los espíritus
se os sometan; alegraos, más bien, porque vuestros nombres están escritos en los
cielos" 713.
Algo más adelante: "He aquí que un doctor de la Ley se levantó tratándolo de
ponerlo a prueba y diciéndole: Maestro, ¿qué he de hacer para poseer la vida
eterna? Pero Él le contestó: ¿Qué está escrito en la Ley? ¿Cómo lees en ella el otro
le respondió: Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con
todas tus fuerzas, con toda tu mente, y al prójimo como a ti mismo" 714.
Y un poco después: "¿Quién de estos tres te parece que fue el prójimo de aquel que
cayó en manos de los ladrones? Y el otro respondió: Él que se mostró
misericordioso con él. Y Jesús le dijo: Ve y obra tú de igual manera" 715. Y un
poquito más adelante: "Marta, Marta; te muestras afanosa y te preocupas por
demasiadas cosas, cuando sólo una es necesaria. María supo elegir la mejor parte,
que no le será quitada" 716.
Asimismo, un poco más adelante: "Cuando oréis -afirma-, decid así: Padre,
santificado sea tu nombre; venga tu reino; proporciónanos también hoy nuestro
pan cotidiano; perdónanos nuestros pecados, igual que nosotros perdonamos a
todos los que nos ofenden; y no nos expongas a la tentación. Les dijo también:
Quién de vosotros tiene un amigo, y acude a media noche hasta su casa y le dice:
Amigo, préstame tres panes, porque se me ha presentado un amigo mío que venía
de viaje y no tengo qué ofrecerle de comer; y el de dentro le respondiera
diciéndole: No me molestes; la puerta está ya cerrada y los niños están conmigo en
la cama: no puedo levantarme y dártelo. Os digo que, aunque no se los diera por el
hecho de ser amigo suyo, al menos por su inoportunidad se levantaría de la cama y
le daría lo que necesitase. Y yo os digo: pedid, y se os dará; buscad, y
encontraréis; llamad, y se os abrirá. Pues todo el que pide, recibe; el que busca,
encuentra; y al que llama, se le abre. Si alguno de vosotros le pide a su padre pan,
¿acaso le dará éste una piedra? O si le pide un pez, ¿le dará tal vez una serpiente
en vez de un pez? O si le pide un huevo, ¿le ofrecerá quizá un escorpión? Pues
bien, si vosotros, que sois malos, sabéis entregarles a vuestros hijos cosas buenas,
¿cuánto más vuestro Padre, que está en el cielo, dejará de daros bienes espirituales
a quienes le pidan?" 717.
Algo después: "y sucedió que, mientras estaba hablando, una mujer entre la
muchedumbre, levantando la voz, le dijo: Bendito el vientre que te llevó y los
pechos que mamaste. Pero Él replicó: Al contrario: benditos quienes escuchan la
palabra de Dios y la cumplen" 718. Y un poco más adelante: "Al terminar de hablar,
un fariseo le rogó que comiera en su casa. Entrando en ella, ocupó un asiento. El
fariseo, entonces, comenzó a decirse para sus adentros por qué Jesús no había
bendecido antes el alimento. Pero el Señor le dijo: Vosotros, fariseos, limpiáis el
exterior de la copa y del plato, pero vuestro interior está lleno de rapiña y de
iniquidad. Necios, ¿acaso quien hizo el exterior no hizo también el interior? Dad en
limosna lo que os sobra y todo se os limpiará. Pero ¡ay de vosotros, fariseos, que
contabilizáis el diezmo de la menta, de la ruda y de todas las hortalizas, pero os
despreocupáis de la justicia y del amor de Dios! Eso es lo que conviene practicar,
sin dejar de lado aquello otro. ¡Ay de vosotros, fariseos, que ansiáis los primeros
asientos en las sinagogas y los saludos en la plaza! ¡Ay de vosotros, que sois como
sepulturas que no se ven, y los hombres que pasan por encima de ellas las ignoran!
Interviniendo en la conversación un doctor en la Ley le dijo: Maestro, con eso que
estás diciendo nos ofendes también a nosotros. Y Él le contestó: ¡Ay también de
vosotros, doctores en la Ley, que cargáis a los hombres con pesados fardos que no
pueden ser acarreados, y vosotros no tocáis la carga ni con un solo dedo!" 719.
"Uno de entre la gente le dijo: Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la
herencia. Pero Él replicó. Hombre, ¿quién me ha designado juez o repartidor entre
vosotros? Y dirigiéndose a ellos, les dijo: Mirad y precaveos de toda avaricia, pues
no es en la abundancia de riquezas en donde se fundamenta la vida de quien las
posee. Y les puso una comparación diciéndoles: El campo de cierto hombre rico
produjo pingües frutos, y él cavilaba para sus adentros preguntándose: ¿Qué haré,
pues no tengo dónde almacenar mis cosechas? Y se dijo: Lo que haré será destruir
mis graneros y levantar otros mayores; en ellos almacenaré todos los bienes que
he acumulado; y le diré a mi alma: alma mía, tienes riquezas abundantes para
muchos años; descansa, come, bebe, banquetea. Pero Dios le dijo: ¡Necio! Esta
noche irán a reclamarte la vida. ¿De quién será todo cuanto has almacenado? Así
se comporta todo el que acumula tesoros para sí mismo, pero no es rico a los ojos
de Dios" 722.
"Y dijo a sus discípulos: Por eso os digo: no os andéis preocupando de vuestra vida,
de qué comeréis, ni con qué cubriréis vuestro cuerpo. La vida importa más que la
comida y el cuerpo es más importante que el vestido. Fijaos en los cuervos, que no
siembran, ni cosechan, ni poseen despenseros ni hórreos, y sin embargo Dios los
alimenta. ¡Cuánto más importantes sois vosotros que esas aves! ¿Quién de
vosotros por mucho que cavile, es capaz de añadir un simple centímetro a su
estatura? Y si no sois capaces de hacer algo tan sin importancia, ¿para qué os
preocupáis de lo demás? Fijaos en cómo crecen los lirios: no trabajan ni hilan; y yo
os digo que Salomón, a pesar de toda su magnificencia, no estuvo, sin embargo,
vestido como uno solo de ellos. Si Dios viste a la hierba, que hoy está en el campo
y mañana se arroja al horno, ¿ cuánto más no va a hacerlo con vosotros, hombres
de poca fe? No andéis buscando qué vais a comer o a beber, ni os dejéis sumir en
las preocupaciones. Por todo eso es por lo que se afanan las gentes del mundo; sin
embargo, vuestro Padre sabe que vosotros tenéis necesidad de ello. Procurad, más
bien, buscar el reino de Dios, y todo lo demás se os dará por añadidura. No tengáis
miedo, rebañito, porque a vuestro Padre le ha parecido bien daros el reino. Vended
lo que poseáis y dadlo como limosna. Fabricaos bolsas que no envejecen, un tesoro
que habrá de seros valioso en los cielos, al que no llega el ladrón, ni la polilla lo
deteriora. Pues donde está vuestro tesoro, allí está también vuestro corazón" 723.
Y en otro pasaje: "Dándose cuenta de cómo los invitados elegían los primeros
asientos, les decía esta parábola: Cuando se te invite a una boda, no ocupes el
lugar más importante, no sea que se haya invitado a alguien más eminente que tú
y, acercándose aquel que os invitó a ambos, te diga: Cédele tu lugar; y lleno de
vergüenza tengas que ocupar el lugar más humilde. Muy al contrario; cuando te
inviten, ve y ocupa el lugar más humilde, para que, cuando se te acerque el que te
invitó, te diga: Amigo, colócate en este sitio más digno; y entonces ganes
reputación ante todos los comensales. Porque todo el que se ensalza será
humillado, y el que se humilla será ensalzado. Le decía también a la persona que lo
había invitado: Cuando prepares una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni
a tus hermanos, ni a tus parientes o vecinos ricos, no sea que también ellos te
cursen una invitación y resultes recompensado. Al contrario, cuando des un
banquete, invita a los pobres, a los débiles, a los cojos, a los ciegos, y serás
bienaventurado, porque no tienen posibilidad de recompensarte; pero se te
recompensará cuando se recompense a los justos" 727.
Algo más adelante: "Y yo os digo: Con las riquezas terrenales, que son inicuas,
ganaos amigos, para que, cuando muráis, se os reciba en las moradas eternas.
Quien es leal en lo intrascendente, también es leal en lo importante. Y quien es
inicuo en cosa sin importancia, inicuo es también en lo trascendental. Pues bien: si
no os mostrasteis fieles a las riquezas en la iniquidad, ¿quién os confiará lo
verdadero? Y si en lo ajeno no fuisteis leales, ¿quién os dará lo que es vuestro?
Nadie puede servir a dos señores, pues o aborrecerá a uno y amará al otro, o se
aliará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y a la riqueza. Estaban
los fariseos escuchando todas estas palabras y, como eran avaros, se reían de Él. Y
díjoles: Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos delante de los
hombres; pero Dios conoce vuestros corazones. Porque aquello que los hombres
consideran sublime, a los ojos de Dios sólo es abominación" 729. Y unos versículos
después: "Todo el que repudia a su esposa y se casa con otra, comete
adulterio" 730.
Y un poco más tarde: "No pueden por menos de sobrevenir escándalos. Pero ¡ay de
aquel por el que sobrevienen! Más le valiera que le pusieran una rueda de molino
en torno al cuello y lo arrojasen al mar antes de escandalizar a uno de estos
pequeñuelos míos. Velad por vuestros intereses: si tu hermano te ofendiera,
amonéstalo; y si se arrepintiese, perdónalo. Y si te ofendiera siete veces al día, y
siete veces al día se dirigiera a ti diciéndote "perdóname", concédele tu perdón" 731.
Y en otro pasaje: "A unos que se ufanaban de justos y despreciaban a los demás,
les dijo esta parábola: Dos hombres -el uno fariseo, el otro publicano- subieron al
templo a orar. El fariseo, puesto en pie, oraba consigo de esta manera: Gracias te
doy, Señor, porque no soy como los demás hombres, ladrones, injustos, adúlteros;
ni siquiera como ese publicano. Yo ayuno dos veces por semana y entrego el
diezmo de todo lo que poseo. En cambio, el publicano, situado en un rincón, no
osaba siquiera elevar sus ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: Dios
mío, ten benevolencia conmigo, que soy un pecador. Yo os aseguro que éste
regresó a su casa justificado antes que el otro. Porque todo el que se ensalza será
humillado, y todo el que se humilla será ensalzado" 732.
"También traían niños ante Él para que los tocase. Viéndolo los discípulos, les
reñían. Pero Jesús, reuniéndolos, les dijo: Dejad que los niños se acerquen a mí y
no se lo impidáis. El reino de Dios es de quienes son como ellos. En verdad os digo
que quien no recibiere el reino de Dios como un niño, no entrará en él" 733.
"Un personaje importante le preguntó: Maestro bueno, ¿qué debo hacer para
poseer la vida eterna? Y Jesús le respondió: ¿Por qué me llamas bueno? Nadie es
bueno, sino solo Dios. Ya conoces los mandamientos: no matarás, no cometerás
adulterio, no robarás, no dirás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre 734.
El otro replicó: Todo eso lo he observado desde mi juventud. Al oírlo, Jesús le dijo:
Aún te falta una cosa: vende todo cuanto tienes y dáselo a los pobres, y poseerás
un tesoro en el cielo; luego ven y sígueme. El otro, al escucharlo, se puso triste,
porque era muy rico. Y viendo Jesús que se había entristecido, añadió: ¡Qué difícil
es que quienes poseen riquezas entren en el reino de Dios! Resulta más sencillo
que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre en el reino de Dios.
Los que le escuchaban comentaron: ¿Quién puede, entonces, salvarse? Y Él les
respondió: Lo que les resulta imposible a los hombres, le es posible a Dios. Pero
Pedro dijo: Date cuenta de que nosotros lo hemos abandonando todo y te hemos
seguido. Y Él afirmó: En verdad os digo que no habrá nadie que deje su casa o sus
padres, hermanos, esposa e hijos a causa del reino de Dios, que no reciba mucho
más en esta tierra y la vida eterna en el siglo venidero" 735.
Y en otro lugar: Entonces Zaqueo, poniéndose en pie, le dijo al Señor: Mira, Señor:
entrego a los pobres la mitad de mis bienes; y si en algo he defraudado a alguien,
le restituyo el cuádruple. Jesús le contestó: Hoy ha llegado la salvación a esta casa,
porque también éste es hijo de Abraham. Pues el Hijo del hombre ha venido a
buscar y a salvar lo que se había perdido" 736.
Un poco después: "Por lo tanto, devolved al César lo que es del César, y a Dios lo
que es de Dios" 737. Y en otro pasaje: "Oyéndolo todo el pueblo, dijo a sus
discípulos: Guardaos de los escribas, que gustan pasearse vistiendo estolas y
ansían los saludos en las plazas, los primeros asientos en las sinagogas y los
lugares de honor en los banquetes; que devoran las haciendas de las viudas con la
disculpa de hacer larga oración: ésos recibirán una condena más severa" 738.
Algo más adelante: "Mirad por vuestros intereses, no vaya a ser que vuestros
corazones se vean agravados por la glotonería y la embriaguez, y por las
preocupaciones de esta vida; y venga sobre vosotros repentinamente aquel día.
Porque como un lazo caerá sobre todos cuantos habitan sobre la superficie de la
tierra toda. Manteneos, pues, en vela, orando en todo momento, para que seáis
considerados dignos de escapar a todas aquellas calamidades que han de suceder,
y de estar en pie delante del Hijo del hombre" 741.
"¿Cómo podéis creer vosotros, que recibís la gloria que proviene de unos y de
otros, y no buscáis la gloria que de solo Dios emana?" 744. Y un poco después:"Sin
embargo, Jesús dijo: Tampoco yo te condenaré. Vete y no peques ya más" 745. Y
algo más adelante: "Si vosotros permanecierais fieles a mi palabra, seríais
verdaderamente discípulos míos y conoceríais la verdad, y la verdad os haría
libres" 746. Y un poquito después: "En verdad, en verdad os digo que todo el que
peca se convierte en esclavo del pecado" 747. Y en otro pasaje: "En verdad, en
verdad os digo que si alguno observare mi palabra, no morirá eternamente" 748.
Algo más adelante: "Quien ama su vida, la perderá; quien odia su vida en este
mundo, la mantendrá a salvo para la vida eterna. Si alguno quiere ser siervo mío,
que me siga. Y donde yo esté, allí estará también mi siervo. Si alguien me sirviera,
mi Padre lo honrará" 749. Y en otro pasaje: "Pues tuvieron en mayor estima la gloria
de los hombres que la gloria de Dios" 750.
Y en otro lugar: "Vosotros me llamáis Maestro y Señor, y decís bien, porque lo soy.
Pues si yo, que soy el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, también
vosotros debéis lavaros los pies los unos a los otros. Os he dado ejemplo para que,
del mismo modo que yo he hecho con vosotros, también vosotros lo hagáis" 751. Un
poco después: "Un nuevo mandamiento os doy: que os améis los unos a los otros;
que del mismo modo que yo os he amado, también vosotros os améis los unos a.
los otros. En esto conocerán que sois discípulos míos, si os amarais unos a
otros" 752.
Algo más adelante: "Si me amáis, cumpliréis mis mandamientos" 753. Y un poquito
después: "Quien conoce mis mandamientos y los cumple; ése es quien me ama. Y
el que me ama es amado por mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a
él" 754. Tres versículos después: "Si alguien me ama, guardará mi palabra; y mi
Padre lo amará, y vendremos a él, y pondremos en él nuestra morada. El que no
me ama, no guarda mis palabras" 755.
Todos estos pasajes son los que, tomados de los cuatro evangelios, hemos
considerado oportuno recoger en esta obra. Como puede advertirse, tres
evangelistas -Mateo, Marcos y Lucas- son los que nos han proporcionado mayor
cantidad de normas de vida, porque reflejan aquella faceta que se califica de
"activa". En cambio, Juan se atuvo más a la faceta "contemplativa", de modo que,
si bien su evangelio es superior a los otros, sin embargo encontramos en él pocos
preceptos morales.
Apuntemos que son también poquísimos los pasajes que extraemos del libro que
titularon Hechos de los Apóstoles. Ello se explica porque su contenido es la historia
de los acontecimientos sobre los que se edificó la fe, y recoge, por tanto, más
ejemplos que preceptos.
Hablando Santiago, dice: "Por eso pienso que no debe inquietarse a aquellos de
entre los gentiles que se conviertan al Señor, sino escribirles que se aparten del
pecaminoso culto de los ídolos, de la fornicación, de lo ahogado y de la
sangre" 758. Y un poco después: "Nos ha parecido oportuno al Espíritu Santo y a
nosotros no imponeros más carga que la necesaria: que os abstengáis de los
sacrificios de los ídolos, de la sangre, de lo ahogado y de la fornicación. Haréis bien
en guardaros de tales prácticas. Adiós" 759.
Mucho más adelante, cuando el apóstol Pablo habla a los jefes de la Iglesia, a
quienes había reunido, dice: "Mirad por vosotros y por todo vuestro rebaño, a cuyo
frente os ha colocado el Espíritu Santo como obispos para pastorear la Iglesia de
Dios, la cual ganó con su sangre" 760. Y un poco después, dirigiéndose a las mismas
personas: "No he codiciado ni el oro, ni la plata, ni el vestido de nadie. Vosotros
sabéis que cuando algo he necesitado para mí y para los que conmigo estaban,
estas manos mías son las que me han servido. En todo os he mostrado que,
trabajando así, es como conviene hacerse cargo de los enfermos y tener presentes
las palabras del Señor Jesús, cuando dijo: Mayor bienaventuranza es dar que
recibir" 761.
En otro pasaje, cuando Santiago y sus acompañantes están hablando con el apóstol
Pablo, le dijeron: "Ya ves, hermano, cuántos miles son, entre los judíos, los que
han creído, y todos se muestran observantes de la ley. Sin embargo, han tenido
noticias sobre ti de que enseñas a alejarse de Moisés a los judíos que viven entre
los gentiles, diciéndoles que no deben circuncidar a sus hijos ni andar según la
costumbre. ¿Qué sucede, pues? Lógicamente, la multitud vendrá a reunirse, pues
se ha enterado de que has llegado. Haz lo que te decimos. Hay entre nosotros
cuatro hombres que tienen formulado un voto. Tómalos contigo, purifícate con ellos
y págales para que te rasuren la cabeza 762, y sepan todos que es falso lo que de ti
han oído. Al contrario, verán que tú también andas guardando la ley. En cuanto a
quienes, de entre los gentiles, se han convertido a nuestra fe, les hemos escrito
diciéndoles que hemos acordado que se abstengan de lo que se sacrifica de los
ídolos, de la sangre, de lo ahogado y de la fornicación" 763.
Esto es lo que del libro de los Hechos de los Apóstoles hemos encontrado oportuno
recoger aquí como pasajes apropiados para esta obra nuestra. En ellos vemos a los
apóstoles no queriendo imponer ninguna carga de la antigua ley por lo que se
refiere a la abstinencia del placer corporal, excepto la observancia de tres
preceptos: que se abstengan de lo que se inmola a los ídolos, que se aparten de la
sangre y que eviten la fornicación. De ahí que algunos consideren que sólo estos
tres delitos son capitales: la idolatría, el homicidio y la fornicación. (En este último
se incluye tanto el adulterio como todo comercio carnal que no sea con la esposa.)
¡Como si no fueran también capitales todos los demás pecados -aparte de estos
tres- que alejan del reino de Dios; y como si se hubiese dicho vana y
caprichosamente que "ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los
maldicientes, ni los robado res poseerán el reino de Dios"! 764.
"No me avergüenzo del Evangelio, pues es poder de Dios para la salvación de todo
el que cree; en primer lugar, la del judío, pero también la del griego, pues en éste
se pone de manifiesto la justicia de Dios al apartarlo de una fe y llevarlo a otra,
según está escrito: El justo vivirá de mi fe 765. La ira de Dios se manifiesta desde el
cielo sobre la impiedad y la injusticia de aquellos hombres que detienen la verdad
arrastrándola a la injusticia. Porque lo que de Dios puede ser conocido se ha puesto
de manifiesto en ellos, porque Dios se lo ha manifestado. Desde la creación del
mundo, lo invisible de Dios, así como su eterno poder y su divinidad, pueden
observarse a través de aquellas obras que se conocen, de manera que no tendrán
excusa alguna, dado que, habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios,
ni se le mostraron agradecidos, sino que se disiparon en sus propios pensamientos,
y su necio corazón se tiñó de tinieblas. Ufanándose de sabios, se volvieron
estúpidos, y cambiaron la gloria de Dios inmortal por representaciones que, en
imagen, figuraban al hombre mortal, o aves, o cuadrúpedos, o serpientes" 766.
"Por eso Dios los dejó expuestos al capricho de las pasiones de su corazón para que
se hundieran en la inmundicia, y con sus ultrajes deshonraran entre sí sus propios
cuerpos, pues trocaron la verdad de Dios por mentira, y adoraron y rindieron
pleitesía a la criatura prefiriéndola al Criador, que es bendito por los siglos. Amén.
Por eso Dios los dejó expuestos a pasiones ignominiosas. Sus mujeres cambiaron la
práctica natural del sexo por otras relaciones contra natura, y lo mismo hicieron los
varones: dejando de lado el contacto sexual natural con la mujer, se abrasaron en
la pasión de unos por otros, practicando la infamia varones con varones, y
haciéndose acreedores en sí mismos de la recompensa que convenía a su extravío.
Y como demostraron que no tenían preocupación alguna de conocer a Dios, Dios los
dejó en manos de una mentalidad condenable para que hicieran lo que no
convenía; repletos de toda iniquidad, de malicia, de fornicación, de avaricia, de
perversidad; llenos de envidia, de homicidios, de pleitos, de mentira, de
malignidad; murmuradores, detractores, abominables de Dios, difamadores,
soberbios, altaneros, maquinadores de males, desobedientes a sus padres,
insensatos, desordenados, sin afecto, sin lealtad, sin misericordia. Ellos, conociendo
cómo actúa la justicia de Dios, no quisieron comprender que quienes se comportan
de aquella forma se hacen merecedores de la muerte; más aún, no sólo quienes lo
llevan a cabo, sino también quienes están de acuerdo con los que lo realizan" 767.
"Por eso, no tienes disculpa tú, hombre que juzgas, quienquiera que seas; pues en
aquello mismo que a otro juzgas te estás tú mismo condenando, ya que practicas
precisamente aquello que juzgas. Pero sabemos que el juicio de Dios sobre quienes
tales cosas hacen se atiene a la verdad. ¿Y piensas tú -hombre que juzgas a los que
hacen esas cosas y que tú mismo haces también- que vas a escapar al juicio de
Dios? ¿Acaso desprecias las riquezas de su bondad, de su paciencia, de su
longanimidad, ignorando que la benignidad de Dios te conduce al arrepentimiento?
Consecuente con tu obcecación y con tu corazón impenitente, vas acumulando
contra ti la ira de la cólera y de la manifestación del justo juicio de Dios, que
recompensa a cada uno según sus obras: gloria, honor e inmortalidad a quienes
buscan la vida eterna mediante la perseverancia en el bien obrar; ira y
desesperación para quienes, en su obcecación, no se atienen a la verdad y se
confían a la iniquidad. Tribulación y angustia sobre toda alma del hombre que
practica el mal, tanto del judío, primeramente, como del griego. En cambio, gloria,
honor y paz para todo el que practica el bien, tanto para el judío, primeramente,
como para el griego" 768.Y un poco después: "Pues ante Dios, los justos no son los
auditores de la ley, sino que quienes la practican serán los considerados
justos" 769. Asimismo, un poco después: "¿Cómo es que tú, que enseñas a los
demás, no te enseñas a ti mismo? Tú, que predicas que no hay que robar, ¿robas?
Tú, que dices que no hay que fornicar, ¿fornicas? Tú, que abominas los ídolos,
¿cometes sacrilegio? Tú, que te ufanas en la ley, ¿deshonras a Dios transgrediendo
esa ley? Pues, según está escrito 770, el nombre de Dios es, entre los pueblos,
motivo de blasfemia por culpa vuestra" 771.
Un poco más adelante: "Justificados, pues, por la fe, mantengamos la paz con Dios
mediante nuestro Señor Jesucristo. Por Él, merced a la fe, hemos tenido acceso a
esta gracia en que nos mantenemos, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria
de los hijos de Dios. Más aún: nos gloriamos también en las tribulaciones,
conscientes de que la tribulación engendra perseverancia; la perseverancia, a su
vez, acrisola; y este crisol alienta la esperanza; y la esperanza a nadie frustra,
porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu
Santo que nos ha sido dado" 772.
Y en otro pasaje: "Que en vuestro cuerpo mortal no reine el pecado hasta el punto
de que obedezcáis a sus concupiscencias. No ofrezcáis vuestros miembros al
pecado como instrumentos de iniquidad; antes bien, presentaos ante Dios como
vivos resucitados de entre los muertos, y vuestros miembros como instrumentos de
justicia al servicio de Dios" 773. Y un poquito después: "Lo califico de humano
teniendo en cuenta la debilidad de vuestra carne. Del mismo modo que ofrecisteis
vuestros miembros al servicio de la impureza y de la iniquidad para la iniquidad, así
ahora ofreced vuestros miembros al servicio de la justicia para la santificación" 774.
Yen otro pasaje: "Pues con el corazón se cree atendiendo a la justicia; pero con la
boca se hace la confesión de fe atendiendo a la salvación. Dice la Escritura: Todo el
que crea en Él no se verá confundido 781. No hay, pues, distinción entre judíos y
griegos (=gentiles): uno mismo es el Señor de todos, rico para cuantos lo invocan;
porque "todo el que invocare el nombre del Señor será salvo"" 782.
"Sométase toda alma a las autoridades superiores, pues ninguna autoridad existe
sino emanada de Dios. Aquellas que existen, por Dios han sido establecidas. Y así,
quien resiste a la autoridad, a Dios, su instaurador, es a quien resiste. Y quienes se
resisten, su propio castigo están buscando. Los gobernantes no son motivo de
temor para quien obra bien, sino para quien obra mal. ¿Deseas, pues, no temer a la
autoridad? Haz el bien, y alcanzarás de ella el elogio, pues Dios te lo ha colocado
como ministro suyo con vistas a bien. En cambio, si haces el mal, teme, porque no
sin motivo porta la espada: es ministro de Dios, vengador en su ira para quien obra
el mal. Por eso, necesario es que os sometáis no sólo por el castigo, sino también
por propio convencimiento. Además, también por ello les pagáis tributos, pues son
funcionarios de Dios, puestos precisamente para ese servicio. Pagad a todos sus
deudas; el tributo, a quienes debáis el tributo; al que el impuesto, el impuesto; a
quien el respeto, el respeto. y el honor a quien debáis rendir honor" 788.
"No debáis nada a nadie, sino el amaros los unos a los otros, ya que quien ama a
su prójimo está cumpliendo la Ley. Pues aquello de "no cometerás adulterio, no
matarás. no robarás, no levantarás falso testimonio, no codiciarás", y cualquier otro
mandamiento que exista, se resume en estas palabras: Amarás al prójimo como a
ti mismo 789. El amor al prójimo evita causarle el mal. Por tanto, el amor es la
plenitud de la Ley. Y esto, sobre todo teniendo en cuenta el tiempo en que vivimos,
porque hora es ya de despertar de nuestro sueño. Ahora nuestra salvación está
más cercana que cuando abrazamos nuestra fe. La noche toca a su fin: el día se
aproxima. Despojémonos. pues, de las obras de las tinieblas y revistámonos las
armas de la luz. Comportémonos decorosamente como en pleno día, no en
comilonas y borracheras, ni en casas de lenocinio y de indecencia, ni en rivalidades
ni envidias: revestíos del Señor Jesucristo. Y no atendáis a las exigencias de la
carne para someteros a sus pasiones" 790.
"Haceos cargo de que es débil en la fe, sin pararos a discutir sobre criterios
distintos. Hay quien cree que puede comer cualquier alimento, mientras que el
enfermo sólo se alimentará de verduras; pero el que come, que no menosprecie a
quien no come; y quien no come, no juzgue al que sí come: Dios los ha aceptado
así. ¿Quién eres tú para juzgar al siervo ajeno? Para su señor se mantiene en pie o
se cae; sin embargo, se mantendrá en pie, pues poderoso es Dios para sostenerlo.
Hay quien diferencia un día de otro, y hay quien considera iguales todos los días.
Que cada cual se muestre rico en su propia forma de pensar. Quien sienta simpatía
por un día determinado, para el Señor la siente; el que come, para el Señor come,
pues da gracias a Dios; y quien no come, para el Señor no come, y también da
gracias a Dios. Porque ninguno de nosotros vive sólo para sí, ni para sí sólo muere.
Si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. De modo
que, tanto si vivimos como si morimos, somos del Señor. Pues para esto murió
Cristo y resucitó: para el Señor de los muertos y de los vivos. Y tú, ¿por qué juzgas
a tu hermano? ¿O por qué desprecias tú a tu hermano? Todos hemos de
presentamos ante el tribunal de Dios. Pues escrito está: Vivo yo -dice el Señor-,
que ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua ensalzará a Dios 791. Así que cada
uno de nosotros dará personalmente cuenta de sí mismo a Dios" 792.
"Por tanto, no nos juzguemos jamás los unos a los otros. Antes bien, convenceos
de que no tenéis que ponerle a vuestro hermano tropiezos, ni causarle escándalos.
Sé -y tengo plena confianza de ello en el Señor Jesús- que nada, por sí mismo, es
impuro, sino que para aquel que considera que una cosa es impura, para él es
impura. Pues si por un alimento se le causa tristeza a tu hermano, ya no estás
comportándote de acuerdo con la caridad. No hagas que, por tu alimento, se pierda
aquel por quien Cristo murió. Así que no se exponga a la crítica lo que es nuestro
bien. El reino de Dios no consiste en la comida y en la bebida, sino en la justicia, la
paz y la alegría en el Espíritu Santo. Quien en esto sirve a Cristo, se hace grato a
Dios y es estimado por los hombres. Así pues, seamos partidarios de lo que
fomenta la paz y la edificación mutua. No destruyas la obra de Dios a causa de un
manjar. Todo es, ciertamente, puro; pero resulta maligno para el hombre que come
provocando el escándalo. Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni practicar algo
en lo que tu hermano se sienta ofendido, o escandalizado, o vacilante. La fe que
posees dentro de tu corazón, mantenla ante Dios. Dichoso aquel que no se juzga a
sí mismo en las decisiones que adopta. En cambio, el que no tiene claras las ideas,
si come, se condena, porque su actuación no emana de la fe. Y todo lo que no
procede de la fe es pecado" 793.
"Los que somos fuertes debemos de soportar las debilidades de quienes carecen de
fuerza, y no complacemos en nosotros mismos. Que cada uno de nosotros
complazca a su prójimo atendiendo al bien y con vistas a su edificación. Cristo no
se complugo a sí mismo, sino que, como está escrito, "las injurias de quienes te
injuriaban cayeron sobre mí" 794. Todo cuanto se ha escrito, se ha escrito para
nuestra enseñanza, con el fin de que, mediante la paciencia y el consuelo de las
Escrituras, mantengamos la esperanza. Que el Dios de la paciencia y el consuelo os
conceda un mutuo sentimiento según Jesucristo, para que, unánimes, a una voz
alabéis al Dios y Padre nuestro Señor Jesucristo. Por eso, aceptaos unos a otros,
como también Cristo os aceptó para gloria de Dios" 795. Y un poco
después: "Macedonia y Acaya acordaron realizar alguna colecta en favor de los
pobres que, entre los fieles, hay en Jerusalén. Les pareció oportuno y les son
deudores de ello; pues si aquéllos han hecho a los gentiles partícipes de sus bienes
espirituales, justo es que éstos les atiendan en sus necesidades terrenales" 796. Y
apenas unas líneas después: "Por eso os recomiendo, hermanos, por nuestro Señor
Jesucristo y por la caridad del Espíritu, que me ayudéis implorando en favor mío en
vuestras oraciones a Dios" 797.
Y un poco más adelante: "Os ruego, hermanos, que os mantengáis sobre aviso
acerca de aquellos que provocan disensiones y escándalos transgrediendo la
doctrina que habéis aprendido: apartaos de ellos, pues tales personas no sirven a
Cristo nuestro Señor, sino a su propio vientre; y con dulces palabras y halagos
seducen los corazones de los inocentes. Vuestra fidelidad se ha divulgado por
doquier. Me alegro, pues, en vosotros; pero deseo que os mostréis prudentes en el
bien y sencillos en el mal" 798.
"Os suplico, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que todos
manifestéis lo mismo, y que no existan escisiones entre vosotros; que logréis todos
tener el mismo pensamiento y la misma opinión. Pues se me he hecho saber por los
de Cloe que entre vosotros, hermanos, existen rivalidades. Quiero decir que cada
uno de vosotros afirma: Yo soy de Pablo; en cambio, yo de Apolo; pues yo de
Cefas; yo, por mi parte, de Cristo. ¿Está dividido Cristo? ¿Es que Pablo fue
crucificado en provecho vuestro? ¿O fuisteis bautizados en nombre de
Pablo?" 799. Un poco después: "Él emana lo que vosotros sois en Jesucristo, a quien
Dios convirtió para nosotros en sabiduría, justicia, santificación y redención, para
que -como está escrito- "el que se gloría, gloríese en el Señor"" 800.
Y en otro pasaje: "Mientras entre vosotros haya celos y rencillas, ¿no significa eso
que sois carnales y os comportáis con criterios humanos? Pues cuando alguien dice:
Yo soy de Pablo; y otro, por su parte, Yo de Apolo, ¿no estáis actuando como
hombres?" 801. Y un poquito después: "¿No os dais cuenta de que sois templo de
Dios, y el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno mancillara el templo de
Dios, Dios lo destruiría a él. Santo es el templo Dios, que sois vosotros. Nadie se
engañe: si alguno de entre vosotros cree ser sabio en este mundo, hágase necio
para que pueda ser sabio. Pues la sabiduría de este mundo es necedad a los ojos
de Dios" 802.
Unos versículos más adelante: "Así que no os convirtáis en jueces antes de tiempo,
hasta que el Señor venga: Él sacará a la luz los secretos de las tinieblas y revelará
los pensamientos íntimos de los corazones. Entonces cada uno recibirá de Dios su
alabanza. Estas ideas, hermanos, las he ejemplificado en mí y en Apolo, pensando
en vosotros, para que aprendáis con nuestro ejemplo con el fin de que nadie,
enfrentándose a otro, vaya a ir mucho más allá de lo que está escrito, tomando
partido por alguien. Pues ¿quién te considera a ti distinto? ¿Qué tienes tú que no
hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿por qué te ufanas como si no lo hubieras
recibido?" 803. Un poco más adelante: "Hasta el momento actual pasamos hambre,
tenemos sed y nos hallamos desnudos; recibimos bofetadas, carecemos de
seguridad y nos extenuamos trabajando con nuestras propias manos. Somos
maldecidos, y nosotros bendecimos; sufrimos persecución, y resistimos; se nos
ultraja, y suplicamos. Hemos venido a convertimos como en la escoria de este
mundo, el detrito de todos, hasta ahora. No escribo esto para avergonzaros, sino
que os amonesto como a queridísimos hijos míos" 804.
"¿Se atreve alguno de vosotros, si tiene diferencias con otra persona, a llevar el
pleito ante los injustos, y no ante los santos? ¿Ignoráis acaso que los santos
juzgarán al mundo? Y si sois vosotros quienes juzgaréis al mundo, ¿no sois
entonces dignos de juzgar a niveles más inferiores? ¿No sabéis que juzgaremos a
los ángeles? ¡Cuánto más los asuntos de la vida diaria! Pues bien, si celebrarais
juicios sobre asuntos de la vida diaria, nombrad como jueces a quienes en la Iglesia
son considerados como irrelevantes. Os lo digo para vergüenza vuestra. ¿De modo
que no hay entre vosotros alguna persona sensata que pueda dirimir un pleito
entre hermanos? ¡Y el hermano se enfrenta en juicio a su hermano, yeso ante
infieles! La verdad es que resulta bochornoso para vosotros que existan pleitos en
vuestro seno. ¿Por qué mejor no dejáis que os atropellen? ¿ Por qué mejor no
permitís los abusos? Al contrario: sois vosotros quienes cometéis el atropello y
quienes abusáis; y eso, a hermanos. ¿Ignoráis que los inicuos no poseerán el reino
de Dios? No os equivoquéis: ni fornicadores, ni idólatras, ni adúlteros, ni
afeminados, ni sodomitas, ni ladrones, ni avaros, ni borrachos, ni calumniadores, ni
salteadores poseerán el reino de Dios" 806.
Un poco después: "¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo?
¿Sirviéndome, pues, de los miembros de Cristo, voy a convertirlos en miembros de
ramera? ¡De ninguna manera! ¿No sabéis que quien se une a una ramera se
convierte en un solo cuerpo con ella? Serán -dice- dos en una sola carne 807. En
cambio, quien se une al Señor se convertirá en un solo espíritu con Él. Huid de la
fornicación. Cualquier otro pecado que comete el hombre queda fuera de su cuerpo.
Sin embargo, el que fornica contra su propio cuerpo peca. ¿No sabéis que vuestros
miembros son templo del Espíritu Santo, que está en vosotros, que tenéis dado por
Dios, y que no os pertenecéis a vosotros mismos? Habéis sido comprados a elevado
precio: glorificad a Dios y portadlo en vuestro cuerpo" 808.
"Sin embargo, a los que ya están casados les ordeno -no yo, sino el Señor- que la
mujer no se separe del marido (y en caso de separación, que no vuelva a casarse,
o se reconcilie con su marido); y al marido, que no despida a la mujer. A los demás
les digo yo -no el Señor- que si un hermano tiene por esposa a una mujer no
cristiana y ella está de acuerdo en vivir con él, que no la despida; y si una mujer
tiene por marido a uno que no es cristiano y éste está de acuerdo en vivir con ella,
que no despida al marido, pues santificado queda el marido no cristiano en la mujer
cristiana, y santificada queda la mujer no cristiana en su marido cristiano. De no
ser por esto, vuestros hijos serían impuros, mientras que ahora son santos. Ahora
bien, si el que no es cristiano se separa, que se separe: el hermano o la hermana
no están, en casos semejantes, sujetos a la servidumbre; al contrario: Dios nos ha
llamado para vivir en paz. Pues ¿ cómo puedes saber tú, mujer, si podrás salvar al
marido? ¿Y cómo puedes tú, marido, saber si podrás salvar a tu mujer?" 810.
"Que cada uno se comporte según los dones que el Señor le ha otorgado, y para lo
que Dios lo ha llamado. Y así lo enseño en todas las iglesias. ¿Que un circunciso ha
sido llamado a la fe? Pues no disimule su circuncisión. ¿Que el llamado ha sido un
incircunciso? Pues no se circuncide. Ni la circuncisión ni la in circuncisión significan
nada; lo que importa es la observancia de los mandamientos de Dios. Que cada uno
permanezca fiel en la vocación a la que fue llamado. ¿Se te llamó a la fe siendo
siervo? No te preocupes: aunque puedas ser libre, aprovecha especialmente tu
condición; pues quien siendo esclavo ha sido llamado en el Señor, liberto es del
Señor; del mismo modo, quien, siendo libre, ha sido llamado a la fe, esclavo es de
Cristo. Habéis sido comprados a precio: no os convirtáis en esclavos de los
hombres. Que cualquier hermano permanezca ante Dios en aquella condición en la
que fue llamado a la fe" 811.
"Respecto a las víctimas que se sacrifican a los ídolos, todos sabemos que tenemos
ciencia. La ciencia hincha; pero la caridad proporciona consistencia. Si uno
considera que sabe algo, ignora aún de qué manera conviene tener esa sapiencia.
Si uno ama a Dios, ése es conocido por Él. Pues bien, acerca de consumir como
alimento los animales inmolados a los ídolos, sabemos que en el mundo un ídolo no
es nada" 813. Y un poco después: "Pero no en todos se da esta sapiencia. Algunos,
por el escrúpulo de su conciencia hacia el ídolo, que aún persiste, comen la carne
como sacrificada al ídolo; y su conciencia, débil como es, se mancilla. Este alimento
no nos hará gratos a Dios. No vamos a ser menos porque no lo comamos; ni vamos
a ser más porque lo comamos. Prestad, no obstante, atención, no vaya a ser que
esa libertad vuestra vaya a ser motivo de escándalo para los débiles. Pues si alguno
viera que una persona dotada de ciencia participa en un banquete idolátrico, ¿no lo
empujará su conciencia, débil como es, a consumir carne sacrificada a los ídolos? ¡Y
por tu ciencia se echa a perder un hermano débil, por quien murió Cristo! Pecando
así contra los hermanos y machacando así su débil conciencia pecáis contra Cristo.
Resumiendo: si ese alimento escandaliza a mi hermano, no comeré jamás esa
carne, para no escandalizar a mi hermano" 814.
"Y es que, estando yo libre de todos, de todos me hice esclavo para ganarme a
cuantos más pudiera. Con los judíos me hice judío; con quienes observaban la ley
me comporté como quien observa la ley para atraerme a quienes son observantes
de la ley (a pesar de que yo no estoy bajo la ley, sino bajo la gracia de Cristo); con
quienes no están sujetos a la ley actué como quien no está sujeto a la ley, para
atraerme a quienes no están sujetos a la ley (no estaba yo sin ley de Dios, sino con
la ley de Cristo). Me hice débil con los débiles, para atraerme a los débiles. Me hice
todo para todos, para atraérmelos a todos. Y todo esto lo hago por el Evangelio,
para hacerme partícipe de él. ¿No os dais cuenta de que quienes corren en un
estadio participan todos en la carrera, pero sólo uno de ellos es el que obtiene el
premio? Corre, pues, de tal modo que lo obtengáis vosotros. Todos cuantos
participan en una competición se abstienen de todo; y lo que van a recibir como
premio es una corona que se marchita; nosotros, en cambio, lo hacemos por una
corona inmarcesible. De modo que yo no corro como a la aventura; y lucho no
como quien golpea el aire; al contrario, castigo mi cuerpo y lo someto a la
esclavitud, no vaya a ser que, después de anunciar el premio a los demás, vaya yo
a quedar descalificado" 817.
"No quiero que ignoréis, hermanos, que todos nuestros padres estuvieron debajo
de la nube" 818. Y apenas unos versículos después: "Pero en la mayoría de ellos no
se mostró el beneplácito divino, pues quedaron tendidos en el desierto. Todo ello se
realizó para que nos sirviera de ejemplo, a fin de que no ansiemos lo malo, como
aquéllos lo ansiaron; para que no nos hagamos idólatras, como algunos de
aquéllos, según está escrito: El pueblo se sentó a comer y a beber, y se levantaron
a jugar 819; para que no forniquemos como fornicaron algunos de aquéllos, y
perecieron veintitrés mil en un solo día 820; ni tentemos a Cristo como tentaron al
Señor algunos de aquéllos, y perecieron mordidos por las serpientes; para que no
murmuréis como murmuraron algunos de aquéllos, y perecieron a manos del
Exterminador. Todo esto les sucedía ejemplarmente, pero fue escrito para
advertencia nuestra, que hemos alcanzado las postrimerías de los siglos. De modo
que si alguno considera que está seguro tenga, cuidado no caiga. No se os presenta
tentación que no sea humana. Pero fiel es Dios que no permite que se os tiente por
encima de vuestras fuerzas, sino que, junto a la tentación, os proporciona los
recursos para que podáis resistir. Por eso, queridísimos míos, huid del culto de los
ídolos" 821.
Y un poco después: "Pero lo que inmolan los gentiles, se lo inmolan a los demonios,
no a Dios. Y yo no quiero que vosotros os convirtáis en fieles de los demonios. No
podéis beber el cáliz del Señor y el cáliz de los demonios. No podéis compartir la
mesa del Señor y la mesa de los demonios. ¿Queremos acaso dar celos al Señor?
¿Nos consideramos tal vez más fuertes que Él? Todo es lícito, pero no todo resulta
conveniente. Todo es lícito, pero no todo es constructivo. Que nadie busque sus
propios intereses, sino los del prójimo. Comed todo lo que provenga del mercado,
sin andar planteándoos preguntas por escrúpulo de conciencia" 822. "Si alguno os
dijera: Eso procede de una inmolación hecha a los ídolos, no lo comáis en atención
de aquel que os ha hecho la indicación y a causa de la conciencia. Y cuando digo
conciencia estoy refiriéndome no a la tuya, sino a la de aquel otro. Pues ¿por qué
mi libertad es juzgada por una conciencia ajena? Si yo hago algo con mi acción de
gracias, ¿por qué se me censura por dar las gracias? De modo que, sea que comáis,
sea que bebáis o realicéis cualquier otra acción, hacedlo todo para gloria de Dios.
No sirváis de escándalo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la Iglesia de Dios. Del mismo
modo, también yo intento complacer a todos en todo, no buscando mi propio
interés, sino el de la mayoría, para que se salven" 823.
"Sed imitadores míos, como yo lo soy de Cristo" 824. Un poco más adelante: "Todo
varón que mantenga cubierta su cabeza mientras ora o profetiza está afrentando su
cabeza. Toda mujer que no mantiene cubierta su cabeza mientras ora o profetiza
está afrentando su cabeza" 825. Un poquito después: "Os comunico también otra
cosa, y no para alabaros: que os reunís no para lo mejor, sino para lo peor. Llega a
mis oídos la noticia de que, cuando os reunís en la iglesia, hay entre vosotros
escisiones; y en parte, lo creo. Resulta conveniente que existan bandos para que se
demuestre entre vosotros quiénes han sometido a prueba su personalidad. Cuando
os reunís conjuntamente no es para celebrar la cena del Señor, pues cada cual se
afana por ingerir su propia cena, de modo que, mientras unos pasan hambre, otros
se embriagan. ¿Es que no tenéis vuestras propias casas para comer y beber? ¿O es
que pretendéis menospreciar a la Iglesia de Dios, y sonrojar a quienes no tienen?
¿Qué puedo deciros? ¿Os alabo? En esto no os alabo" 826. Unos pocos versículos
después:"y así, quien indignamente comiera el pan y bebiera el cáliz del Señor, se
convertirá en reo del cuerpo y de la sangre del Señor. Examine cada uno su propia
conciencia, y después coma de aquel pan y beba de aquel cáliz. Pues quien come y
bebe indignamente, lo que está comiendo y bebiendo es su propia condenación si
no tiene en cuenta que se trata del Cuerpo del Señor. Por eso hay entre vosotros
muchos enfermos débiles, y mueren muchos. Si nos juzgáramos a nosotros
mismos, no seríamos juzgados. Cuando se nos juzga, es el Señor quien nos corrige,
para que no seamos condenamos junto con este mundo. De modo que, hermanos
míos, cuando os reunáis para comer, respetaos los unos a los otros. Si alguno tiene
hambre, coma en su casa, a fin de que no os reunáis para la condenación. En
cuanto a lo demás, adoptaré medidas cuando vaya" 827.
"Si hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, pero no tuviera
caridad, sería como un bronce sonoro o un címbalo tintineante. Si poseyera el don
de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, y tuviera una fe tan
grande que trasladara de su emplazamiento las montañas, pero no tuviera caridad,
no sería nada. Si distribuyera todas mis riquezas para alimentar a los pobres, y
entregara mi cuerpo para que lo abrasaran, pero no tuviera caridad, de nada me
aprovecharía. La caridad es paciente, es benigna. La caridad no siente envidia, no
es falaz, no se enorgullece, no es ambiciosa, no busca su propio provecho, no se
irrita, no maquina maldades, no se alegra con la injusticia, sino que goza con la
verdad. Lo aguanta todo, lo cree todo, todo lo espera, todo lo soporta. La caridad
jamás flaquea" 829. Algunos versículos después: "Ahora lo que queda es la fe, la
esperanza y la caridad: esas tres; pero la mayor de ellas es la caridad" 830.
"Id en pos de la caridad" 831. Y un poco más adelante: "Puesto que estáis ansiosos
de poseer carismas espirituales, procurad tenerlos en abundancia para desarrollo
de la Iglesia" 832. Asimismo, algo después: "Hermanos, no os hagáis niños en
vuestra inteligencia; comportaos como niños en la malicia; pero en la inteligencia
sed hombres maduros" 833. Y en otro pasaje: "En resumen, hermanos, ¿qué hacer?
Cuando os reunís, uno de vosotros aporta un salmo, otro una enseñanza, otro una
revelación, otro una lengua, otro una interpretación: que todo se haga para
edificación mutua" 834. Unos poquitos versículos después: "Que en las iglesias las
mujeres guarden silencio, pues no les está permitido hablar, sino mostrarse
sumisas, como dice la ley 835. Si quieren aprender algo, que pregunten en casa a
sus maridos, pues resulta indecoroso que una mujer hable en la iglesia. ¿O es que
la palabra de Dios emanó de vosotros o a vosotros solos llegó?" 836.
Y un poco después: "No os dejéis engañar: las malas compañías corrompen las
buenas costumbres. Despertad justamente y no pequéis; pues lo que algunos
tienen es ignorancia de Dios. Y os lo digo para vergüenza vuestra" 837. Y un poco
después: "Así, pues, hermanos míos queridos, manteneos firmes e inamovibles,
desviviéndoos continuamente en el servicio al Señor, conscientes de que vuestro
esfuerzo no resulta vano a los ojos del Señor" 838.
"Por lo que atañe a las colectas que se hacen para los fieles, ateneos también
vosotros a las directrices que marqué a las iglesias de Galacia. Cada sábado, uno
cualquiera de vosotros guarde en su casa, poniéndolo a buen recaudo, lo que haya
recogido, con el fin de que las colectas no deban hacerse cuando llegue yo. Cuando
me encuentre ahí, a aquellos que vosotros deis el visto bueno los enviaré con
cartas para que lleven vuestro donativo a Jerusalén. Y si parece oportuno que vaya
yo, irán conmigo. Llegaré hasta vosotros después de cruzar por Macedonia, ya que
por Macedonia me limitaré a pasar. En cambio, me demoraré quizás entre vosotros,
e incluso es posible que pase ahí el invierno, para que dispongáis mi viaje
adondequiera que deba ir. No quiero en esta ocasión veros de paso, pues espero
permanecer una temporada entre vosotros, si el Señor me lo permitiere. Estaré en
Éfeso hasta Pentecostés, pues se me ha abierto una puerta grande y manifiesta,
aunque los adversarios son numerosos. Si llegara hasta vosotros Timoteo, procurad
que esté sin temor en vuestra compañía" 839. Un poquito después: "Mostraos
vigilantes, manteneos firmes en la fe, comportaos animosamente y confortaos. Que
todas vuestras cosas se hagan en caridad" 840.
"Pues ésta es nuestra gloria, testimonio de nuestra conciencia: que hemos actuado
en este mundo en la humildad y sinceridad de Dios, no con la sabiduría humana,
sino con la gracia de Dios" 841. Un poco después: "Si alguno causó tristeza, no me la
causó a mí, sino (al menos en parte, para no exagerar) a todos vosotros. Al que tal
hizo, séale suficiente esta corrección hecha por la mayoría de vosotros, de manera
que, al contrario, os apresuréis a perdonarlo y a consolarlo, no vaya a ser que la
excesiva tristeza consuma a una persona de semejante carácter. Por eso os suplico
que dirijáis hacia él vuestro amor. Pues por eso os escribo, para comprobar vuestra
valía y si sois obedientes en todo. A quien le perdonéis algo, también yo se lo
perdono. Pues lo que yo perdoné, si es que he perdonado algo, lo hice por vosotros
en la persona de Cristo, para no vemos atrapados por Satanás, pues no
desconocemos sus artimañas" 842.
Y en otro pasaje: "Por ello, encargados de esta misión -de acuerdo con la
magnanimidad de que hemos sido objeto-, no desfallecemos; al contrario,
rechazamos los tapujos de la ignominia, no actuando con astucia ni manipulando la
palabra de Dios, sino con la manifestación de la verdad, recomendándonos a
nosotros mismos ante toda conciencia de los hombres a los ojos de Dios" 843. Un
poco después: "Sin embargo, tenemos este tesoro en vasos de barro para que se
evidencie que su grandeza es obra de Dios, no nuestra. En todo sufrimos
tribulación, pero no nos sentimos angustiados; estamos perplejos, pero no
desconcertados; padecemos persecución, pero no nos vemos abandonados;
estamos abatidos, pero no aniquilados; continuamente y en todo lugar portamos en
nuestro cuerpo la mortificación de Jesús, pero también la vida de Jesús se
manifiesta en nuestros cuerpos. Porque nosotros, que vivimos, somos
continuamente entregados a la muerte por causa de Jesús, para que también la
vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. En consecuencia, en nosotros
opera la muerte; la vida, en cambio, lo hace en vosotros. Poseedores del mismo
espíritu de la fe, de acuerdo con lo que fue escrito: Creí, y por eso he
hablado 844" 845.
Unos pocos versículos después: "Os hago saber, hermanos, la gracia de Dios que
les ha sido dada a las iglesias de Macedonia, porque en medio de la gran tribulación
que han experimentado, su gozo es inmenso, y su profunda pobreza se desbordó
en la riqueza de su generosidad. Porque -y de ello soy testigo- según sus
posibilidades, e incluso por encima de sus posibilidades, se han mostrado
dadivosos, pidiéndonos con la mayor insistencia la gracia de participar en esta
colecta que se hace con destino a los fieles. Hicieron su ofrenda no sólo según
esperábamos, sino que se ofrendaron ellos mismos, primero al Señor y luego a
nosotros por voluntad de Dios. Así que le pediremos a Tito que, tal y como ha
comenzado a hacerlo, lleve también a cabo entre vosotros esta obra de caridad. Del
mismo modo que por todo sobresalís en la fe, en la palabra, en la ciencia, en toda
solicitud y en caridad hacia nosotros, así también destaquéis en esta obra de
caridad. Y no lo digo con exigencias, sino que, fijándome en la solicitud mostrada
por otros, intento comprobar la honda raigambre de vuestra caridad. Pues ya
conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo: Él, siendo rico, se convirtió en pobre
por vosotros, para que con su pobreza vosotros os enriquecierais. En ese sentido os
aconsejo, pues vosotros sois los más indicados, ya que no sólo en ponerlo en obra,
sino en tomar la decisión, fuisteis los primeros desde el año pasado. Realizad
también ahora igual empresa, de forma que, así como el deseo de querer se mostró
dispuesto, del mismo modo su realización sea un hecho, según vuestras
posibilidades. Cuando la voluntad está dispuesta, se la acepta de acuerdo con lo
que se tiene. No se trata de que otros tengan holgura y vosotros paséis
necesidades. No. Se busca el equilibrio. Que actualmente vuestra abundancia supla
las estrecheces que ellos sufren; y en otro momento su abundancia pueda remediar
vuestras necesidades: que así se logre el equilibrio. Según está escrito: El que
mucho tenía, no nadó en la abundancia; el que tenía poco, no tuvo menos 855. Doy
gracias a Dios, que ha puesto en el corazón de Tito la misma solicitud por vosotros.
Porque cierto es que asimiló la recomendación que le hice, pero también es verdad
que, siendo enorme su solicitud, marchó hacia vosotros por propia voluntad. Con él
enviamos a otro hermano, cuyo prestigio en la predicación del Evangelio es enorme
por todas las iglesias; y no sólo eso: fue además designado por las iglesias como
compañero de nuestro viaje en esta empresa de solidaridad que nosotros
administramos para gloria del Señor, y puesta en marcha a instancias nuestras.
Tratamos de evitar que en esta cuestión que realizamos nadie pueda criticamos.
Nos esforzamos en hacer el bien no sólo ante Dios, sino también ante los
hombres" 856.
Nueve versículos después: "Por lo que respecta a la labor que se realiza en favor de
los fieles, me resulta superfluo escribiros. Conozco vuestra pronta disposición, por
lo que me ufano de vosotros ante los macedonios, pues Acaya está enterada de ello
desde el año pasado, y vuestro ejemplo ha estimulado a mucha gente. No
obstante, he enviado a los hermanos para que la satisfacción que sentimos por
vosotros no resulte estéril en esta empresa; para que -como he dicho- estéis
preparados, no vaya a ser que, cuando los macedonios lleguen conmigo, os
encuentren sin preparar, y nosotros -por no decir vosotros- tengamos que
sonrojamos en esta colecta. Así que consideré oportuno pedirle a los hermanos que
acudieran a vosotros y procuraran que estuviera dispuesta la aportación que
habíais prometido, pero como auténtica aportación, no como tacañería" 857.
"Os digo esto: quien poco siembra, también poco cosecha; y el que siembra con
bendiciones, con bendiciones cosecha. Cada uno, pues, obre como le dicta su
corazón, sin pesadumbre y sin sentirse obligado, pues Dios ama al que da con
alegría. Poderoso es Dios para hacer que entre vosotros abunde todo género de
gracia, a fin de que, disponiendo en todo momento de cuanto se necesita, abundéis
también para llevar a cabo toda buena obra, según está escrito: Repartió por
doquier a los pobres; su justicia pervivirá eternamente 858. El que proporciona la
simiente a quien siembra, suministrará también el pan para comer, multiplicará
vuestra sementera y hará que crezcan los frutos de vuestra justicia para que,
enriquecidos en todo, abundéis en alcanzar la inocencia que, a través de nosotros,
lleva a la acción de gracias a Dios. Porque la realización de esta empresa no sólo
remedia las necesidades que padecen los fieles, sino también desemboca en
abundantes acciones de gracias al Señor: al experimentar los beneficios de esta
labor, glorifican a Dios por la forma que cumplís con vuestras creencias, por la
sencillez de compartir con ellos y con todos, y por las oraciones que ellos elevan en
favor de vosotros, a quienes aprecian por la gracia de Dios que tan manifiesta
resulta en vosotros. Gracias le doy a Dios por su inefable don" 859.
Un poco más adelante: "¿Son ministros de Cristo? Pues -hablando con menos
cordura- yo más. En trabajos, mucho más; en cárceles, muchas más veces; en
palizas, un número incalculable; en peligros de muerte, muy a menudo. Por parte
de los judíos he recibido en cinco ocasiones cuarenta azotes menos uno. Tres veces
fui vapuleado con varas. En una ocasión fue apedreado. He sufrido tres naufragios,
y estuve una noche y un día en la profundidad del mar. Viajando a menudo, me
expuse a los peligros de los ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi raza,
peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en los descampados, peligros
en el mar, peligros entre falsos hermanos, en el trabajo y en la fatiga, en las
muchas noches en vela, en el hambre y en la sed, en prolongados ayunos, en el frío
y en la desnudez. Y eso, sin contar otras cosas que me afectan; mis preocupaciones
diarias, mi inquietud por todas las iglesias. ¿Quién enferma sin que con él no me
sienta también enfermo yo? ¿Quién se escandaliza sin que yo no me abrase? Si
conviene gloriarse en algo, me gloriaré en aquello que es mi debilidad" 861.
Y en otro pasaje: "Rogamos a Dios que no cometáis mal alguno, pero no para que
nos encuentren justos, sino para que vosotros practiquéis el bien" 865.Seis
versículos después: "Por lo demás, hermanos, alegraos, buscad la perfección,
animaos mutuamente, que vuestros sentimientos sean los mismos; vivid en paz, y
el Dios del amor y de la paz estará con vosotros" 866.
"Si aún me interesara agradar a los hombres, no sería siervo de Cristo" 867. Y un
poco después: "Porque en Cristo Jesús ninguna importancia tiene la circuncisión ni
en prepucio, sino la fe que se pone de manifiesto a través del amor" 868. Y en otro
pasaje: "Vosotros, hermanos, habéis sido llamados a la libertad; ahora bien, no
empleéis esa libertad para dar pábulo a la carne; al contrario: ayudaos
mutuamente con profundo amor. Porque toda la ley se resume en una sola palabra:
Amarás al prójimo como a ti misma 869. Pero si os mordéis y os devoráis unos a
otros, mirad no sea que os consumáis entre vosotros. Por eso os digo: que el
espíritu conduzca vuestros pasos, y no os sometáis a las pasiones de la carne. Pues
los deseos de la carne son contrarios al espíritu, igual que los del espíritu son
contrarios a la carne. Ambas cosas se oponen mutuamente, de forma que no hagáis
cuanto deseáis. Por ello, si sois gobernados por el espíritu, no os encontraréis bajo
la ley. No obstante, las obras de la carne son patentes: indecencia, fornicación,
lujuria, idolatría, hechicerías, enemistades, celos, iras, pleitos, disensiones,
envidias, homicidios, borracheras, comilonas, y cosas semejantes a éstas. Os
pongo en guardia sobre tales cosas -como ya antes os había puesto- porque
quienes las practican no poseerán el reino de Dios. En cambio, el fruto del espíritu
es la caridad, la alegría, la paz la longanimidad, la bondad, la benignidad, la
fidelidad, la mansedumbre, la templanza. Contra cosas semejantes no hay ley. Sin
embargo, los que son de Cristo han crucificado su carne junto con sus vicios y sus
pasiones. Si vivimos según el espíritu, caminemos también según el espíritu. No
seamos codiciosos de vanagloria provocándonos unos a otros y envidiándonos
mutuamente" 870.
"Por eso, dejando la mentira, que cada uno hable la verdad con su prójimo, porque
todos somos miembros unos de otros. No deis oportunidad al diablo. El que
hurtaba, ya no hurte; al contrario, esfuércese trabajando con sus manos en algo
útil para tener con qué subvenir a las necesidades de quien las padece. No salga de
vuestra boca ninguna palabra torpe, sino cualquier expresión conveniente que sirva
para aleccionar y ayudar a quienes escuchan. No entristezcáis al Espíritu Santo de
Dios, cuya señal lleváis en el día de la redención. Alejad de vosotros toda
amargura, ira, indignación, protesta y blasfemia, junto con toda maldad. Al
contrario, sed benignos los unos con los otros, compasivos, perdonándoos unos a
otros, como también Dios os ha perdonado a vosotros en Cristo" 874.
"Así que sed imitadores de Dios, como queridísimos hijos suyos; comportaos con
amor, del mismo modo que Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros
como ofrenda y víctima ofrecida a Dios en olor de suavidad. Que la fornicación,
toda inmoralidad y avaricia, ni siquiera se mencione entre vosotros, como conviene
a personas santas; y lo mismo la torpeza, las palabras necias, las tonterías, que en
nada aprovechan; en cambio, practicad sobre todo la acción de gracias. Pues
enteraos bien de que ningún fornicador, inmoral o avaro -lo que equivale a ser
adorador de ídolos- tendrá herencia en el reino de Cristo. Que nadie os encandile
con vanas palabras: pues por semejantes prácticas viene la ira de Dios sobre los
hijos faltos de fe. No seáis, pues, partícipes de ellos" 875.
"Antaño erais tinieblas; ahora, en cambio, sois luz en el Señor: comportaos como
hijos de la luz (y el fruto de la luz se halla en toda bondad, justicia y verdad)
practicando lo que resulta grato a Dios. No participéis en las infructuosas obras de
las tinieblas; al contrario, denunciadlas; pues incluso torpe resulta mencionar lo
que ellos practican en secreto. Todo cuanto se denuncia es puesto de manifiesto
por la luz. Y todo lo que se pone de manifiesto es luz. Por ello dice: Tú, el que estás
dormido, despiértate y levántate de entre los muertos, y Cristo te iluminará. Por
eso, hermanos, mirad cómo os comportáis cautamente, no como necios, sino
avisados de cuál es la voluntad del Señor. No os embriaguéis de vino, en lo que hay
intemperancia; llenaos más bien del Espíritu, hablando entre vosotros con salmos,
himnos y cánticos espirituales, entonando en vuestros corazones cantos y salmos al
Señor, dándole en todo momento gracias por todo a Dios Padre en nombre de
nuestro Señor Jesucristo, mostrándoos vinculados unos a otros en el temor de
Cristo" 876.
"Que las mujeres se sometan a sus maridos como al Señor; porque el marido es
cabeza de la mujer, del mismo modo que Cristo es cabeza de la Iglesia, Él, que es
salvador de su cuerpo. Igual que la Iglesia esta sujeta a Cristo, así lo estén también
las mujeres a sus maridos en todo. Maridos, amad a vuestras mujeres, igual que
también Cristo amó a su Iglesia y se entregó a sí mismo por ella para santificarla,
purificándola con el lavado del agua en la palabra, a fin de presentar ante sus ojos
a una Iglesia gloriosa, sin mancha, ni arruga, ni defecto semejante, sino santa e
inmaculada. Así también los maridos deben amar a sus esposas como a sus propios
cuerpos: quien ama a su esposa, a sí mismo se ama, pues nadie odia jamás a su
propia carne, sino que la alimenta y abriga, como Cristo hace con su Iglesia;
porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. Por eso el
hombre abandonará a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y serán dos
en una sola carne 877. Gran misterio es éste, pero yo lo aplico a Cristo y a su
Iglesia. Resumiendo: que cada uno de vosotros ame a su esposa como se ama a sí
mismo; y a su vez, que la esposa respete a su marido" 878.
"... que en ningún momento me sentiré desamparado, sino que, manteniendo toda
mi confianza, como siempre, también ahora Cristo será glorificado en mi cuerpo, ya
sea por mi vida, ya sea por mi muerte. Pues para mí, vivir es Cristo; y morir, una
ganancia. Vivir en la carne redunda en beneficio de mi misión, y no sé qué escoger.
Me siento constreñido por dos lados: por uno, el deseo que tengo de morir y estar
con Cristo (lo que, con mucho, es lo mejor); y por otro, seguir viviendo (lo que
considero necesario para vosotros)" 887. Seis versículos después: "Simplemente
comportaos como corresponde al Evangelio de Cristo, para que, ya sea que viaje
hasta vosotros y os vea, ya sea que, lejos de ahí, oiga hablar de vosotros, sepa que
os mantenéis firmes en un mismo espíritu, esforzándoos juntos en la fe del
Evangelio, sin sentir temor alguno ante los adversarios, lo que para ellos es señal
de derrota, mientras que para vosotros lo es de salvación: y ello procede de Dios.
Porque a vosotros se os ha concedido por Cristo no sólo que creáis en Él, sino
también que por Él padezcáis, viéndoos envueltos en el mismo combate que visteis
en mí, y ahora de mí sabéis" 888.
"Pues si en Cristo hay algún consuelo, algún alivio de amor, alguna coparticipación
de Espíritu, entrañas y compasión, llenadme de alegría teniendo todos un mismo
sentir, una misma caridad, mostrándoos unánimes y de un mismo sentimiento. No
hagáis nada por rivalidad ni por vanagloria; al contrario, mostraos humildes
considerando que los demás son superiores a uno mismo. No mire nadie por su
interés personal, sino por el interés de los otros" 889. "Tened en vosotros el mismo
sentimiento que hubo en Cristo Jesús, quien, aunque tenía la forma de Dios, no
ambicionó ser igual a Dios. Antes bien, se anonadó a sí mismo adoptando la forma
de siervo, haciéndose semejante a los hombres y revistiendo la apariencia de
hombre: se humilló haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por
eso Dios lo exaltó y le compensó con un nombre sobre todo nombre, de forma que
ante el nombre de Jesús doble su rodilla todo cuanto hay en los cielos, en la tierra y
en los infiernos, y que toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor en la gloria
de Dios Padre" 890.
"Así, pues, queridísimos míos, igual que siempre habéis obedecido -no sólo cuando
yo me encontraba presente, sino sobre todo ahora, en mi ausencia-, esforzaos con
temor y temblor por vuestra salvación. Pues es Dios quien en vosotros lleva a cabo
el querer y el obrar según su buena voluntad. Hacedlo todo sin murmuraciones ni
rencillas, para que no haya en vosotros tacha alguna, y seáis sencillos hijos de
Dios, sin reproche en medio de esa generación depravada y perversa, en la cual
resplandecéis como faros en el mundo guardando la palabra de vida para gloria mía
en el día de Cristo, porque no corrí en vano ni en vano me esforcé. Y aunque me
inmolo por el sacrificio y el servicio de vuestra fe, me alegro y congratulo por todos
vosotros. Alegraos también vosotros y congratulaos conmigo" 891.
"Espero en el Señor Jesús que pronto pueda enviaros a Timoteo, para que también
yo me anime al conocer vuestra situación. No tengo a ninguna otra persona que
confraternice tanto conmigo y que se preocupe por vosotros con afecto más
sincero, pues todos buscan sus propios intereses, no los de Cristo Jesús. Conoced
por experiencia propia que, como un hijo a su padre, me ayudó en la predicación
evangélica. Espero, pues, enviároslo tan pronto como vea qué sesgo toma mi
situación. No obstante, confío en el Señor que pronto pueda viajar hasta vosotros.
He creído, empero, oportuno enviaros a Epafrodito, hermano, cooperador y
camarada mío, así como enviado y comisionado vuestro en mis necesidades,
porque siente por todos vosotros cierta añoranza, y está triste porque os habéis
enterado de que estuvo enfermo. La verdad es que ha estado enfermo de muerte,
pero Dios se compadeció de él; y no sólo de él, sino también de mí, para que no
acumulara tristeza sobre tristeza. Así que me he apresurado a enviároslo para que,
viéndolo de nuevo, os alegréis y yo no esté triste. Recibidle, pues, con toda alegría
en el Señor, y tened en estima a los que son como él, pues por servir a Cristo
estuvo a punto de morir, exponiendo su vida para suplir en provecho mío lo que
vosotros podíais hacer" 892.
"Profunda fue mi alegría en el Señor al darme cuenta de que el afecto que sentíais
por mí se ha reavivado; simplemente, estabais ocupados en otras cosas. Y no lo
digo por la penuria en que me encuentro, pues he aprendido a bastarme con lo que
tengo. Sé vivir en la pobreza y sé vivir en la abundancia -estoy bien enseñado en
todo lugar y en todo tipo de situaciones-, a estar harto, a pasar hambre, a tener
prosperidad y a sufrir estrecheces: todo lo puedo en Aquel que me conforta. Sin
embargo, habéis hecho muy bien en tomar parte en mi adversidad. Bien sabéis
vosotros, filipenses, que al comienzo de la predicación del Evangelio, cuando salí de
Macedonia, con ninguna Iglesia tuve que hacer cuentas de lo dado y de lo recibido,
sino únicamente con vosotros; porque incluso una y otra vez me enviasteis a
Tesalónica lo que necesitaba. Y no es que yo busque donativos; lo que pretendo es
un fruto que redunde en beneficio de vuestra cuenta. Tengo de todo, incluso en
abundancia. He sido colmado después de recibir de Epafrodito lo que me
enviasteis: olor de suavidad, ofrenda grata y placentera para el Señor" 895.
"Vosotros mismos, hermanos, sabéis que nuestra llegada hasta ahí no resultó
baldía: después de haber sufrido y soportado antes afrentas en Filipos -como
sabéis-, tuvimos el coraje, confiados en nuestro Dios, de predicar ante vosotros el
Evangelio de Dios, en medio de grandes preocupaciones. Porque nuestra
predicación no procedía de error, ni de la inmoralidad, ni de la mentira, sino que,
tal y como fuimos probados por Dios, para encomendamos al Evangelio, así lo
predicamos, no para complacer a los hombres, sino a Dios, que es quien prueba
nuestros corazones. Pues bien sabéis que nunca empleamos un lenguaje lisonjero,
ni nos movió la avaricia. Dios es testigo de ello. Ni tampoco pretendimos de los
hombres -ni de vosotros ni de otros cualesquiera- la alabanza, a pesar de que
podíamos ser personas de peso como apóstoles de Cristo. Al contrario, en medio de
vosotros nos convertimos en pequeñuelos, como nodriza que alimentara a sus
niños. Y así, encariñados de vosotros, queríamos confiaros no sólo el Evangelio de
Dios, sino incluso nuestras propias almas. ¡Tan entrañables os hicisteis para
nosotros! Acordaos, pues, hermanos, de nuestros desvelos y fatigas, y de cómo día
y noche, esforzándonos para no resultar gravosos a ninguno de vosotros, os
predicábamos el Evangelio de Dios. Vosotros y Dios sois testigos de cuán santa,
justa e irreprensiblemente nos comportamos con quienes abrazasteis la fe. Del
mismo modo sabéis cómo, igual que un padre a sus hijos, exhortábamos a cada
uno de vosotros y os alentábamos conjurándoos a comportaros dignamente con
Dios, ,que os llamó a su reino y a su gloria. Por eso, también nosotros damos
incesantemente gracias a Dios porque, cuando recibisteis de nosotros la palabra de
Dios, la escuchasteis no como palabra de hombre, sino como auténtica palabra de
Dios, que obra en vosotros, los que creéis. Pues vosotros, hermanos, os habéis
convertido en imitadores de las iglesias de Dios, en Cristo Jesús, existentes en
Judea, porque también vosotros habéis sufrido de vuestros conciudadanos las
mismas persecuciones que ellos por parte de los judíos" 896.
Unos versículos después: "Por tanto, no nos durmamos como los otros, sino
mantengámonos vigilantes y sobrios. Pues quienes duermen, de noche duermen; y
quienes se embriagan, de noche de embriagan. Ahora bien, nosotros, que somos
hijos del día, mantengámonos sobrios, revestidos con la coraza de la fe y de la
caridad, y con el yelmo que es la esperanza en la salvación. Porque Dios no nos ha
destinado a la ira, sino a alcanzar la salvación mediante nuestro Señor Jesucristo,
que murió por nosotros, de modo que, ya velemos, ya durmamos, vivamos unidos
a Él. Por eso, consolaos unos a otros, y daos mutuamente ejemplo, como lo estáis
haciendo" 898. "Os rogamos, hermanos, que reconozcáis a quienes se afanan entre
vosotros, están al frente vuestro en nombre del Señor y os aconsejan, para que los
tengáis en el mayor aprecio por la labor que desarrollan. Vivid en paz con ellos.
Asimismo, os rogamos, hermanos, que amonestéis a los impacientes, consoléis a
los desalentados, sostengáis a los débiles, mostrándoos pacientes con todos.
Procurad que ninguno devuelva a nadie mal por mal; al contrario, en todo
momento practicad el bien mutuamente y hacia todos. Estad siempre contentos;
orad sin interrupción; dad gracias en toda circunstancia. Tal es la voluntad de Dios
en Cristo Jesús para todos vosotros. No apaguéis el Espíritu. No menospreciéis las
profecías. Catad lo todo, pero quedaos sólo con lo bueno. Alejaos incluso de toda
apariencia de mal" 899.
"Debemos en todo momento dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es
digno, porque vuestra fe se acrecienta, y porque el amor de cada uno de vosotros
hacia el prójimo se hace desbordante. Y ello hasta tal punto que nos gloriamos de
vosotros en las iglesias de Dios por vuestro aguante y vuestra fe en todas las
persecuciones y tribulaciones que padecéis, soportándolas como prueba del justo
juicio de Dios, para ser considerados dignos del reino de Dios, por el cual os
sometéis a prueba, si realmente resulta justo a los ojos de Dios recompensar con
tribulaciones a quienes os atribulan; mientras que a vosotros, que estáis
atribulados, se os recompensa con el descanso en compañía nuestra el día en que
tenga lugar la manifestación del Señor Jesús descendiendo del cielo acompañado
de los ángeles de su poderío y con las llamas de su fuego, tomando venganza sobre
aquellos que desconocen a Dios y no obedecen al Evangelio de nuestro Señor
Jesucristo. Esos recibirán su castigo en la perdición eterna alejados de la presencia
del Señor y de la gloria de su majestad, cuando venga para ser glorificado en sus
santos y para ser admirado en todos aquellos que creyeron, porque nuestro
testimonio en aquel día recibió crédito entre vosotros. En esta confianza oramos
siempre por vosotros, para que nuestro Dios os considere dignos de su llamada y,
en su poder, llene de bondad toda voluntad y de fe todo esfuerzo; y para que el
nombre del Señor nuestro, Jesucristo, sea glorificado en vosotros, y vosotros en Él,
por la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo" 900.
"Pues bien, si habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde se
halla Cristo sentado a la diestra de Dios: preocupaos de las cosas de arriba, no de
las terrenas. Pues habéis muerto y vuestra vida está enterrada con Cristo en Dios.
Con Cristo se manifestará vuestra vida, y en el momento en que Cristo se
manifieste en la gloria, también lo haréis vosotros junto con Él. Mortificad, pues,
vuestros miembros terrenos, la fornicación, la liviandad, la lujuria, la
concupiscencia malvada y la avaricia, que es idolatría. Por todo ello, la ira de Dios
se abate sobre los hijos de la impiedad. En esos pecados anduvisteis también
vosotros antaño, cuando en ellos vivisteis. Ahora alejad de vosotros también todos
estos otros: ira, indignación, maldad, blasfemia; no dejéis salir de vuestra boca
palabras torpes. No os engañéis unos a otros; despojaos del hombre viejo con su
modo de obrar y revestíos del nuevo, aquel que se renueva para alcanzar el
conocimiento a imagen de su Creador, a cuyos ojos no hay diferencia entre gentil y
judío, circuncisión e incircuncisión, bárbaro y escita, siervo y esclavo: Cristo es el
todo y está en todos. Por eso vosotros, como elegidos de Dios, santos y
predilectos, revestíos de sentimientos de misericordia, benignidad, humildad,
modestia y paciencia, soportándoos unos a otros y perdonándoos si alguno tuviera
motivo de queja contra alguien. Del mismo modo que os perdonó el Señor, hacedlo
también vosotros. Pero, por encima de cuanto acabo de mencionar, tened caridad,
que es lo que afianza la perfección. Y que la paz de Cristo bulla de alegría en
vuestros corazones, pues también en ella habéis sido llamados a formar un solo
cuerpo. Y mostraos agradecidos. Que la palabra de Cristo habite en vosotros
abundantemente con toda su sabiduría, enseñándoos y aconsejándoos unos a otros
con salmos, himnos y cánticos espirituales, entonando en vuestros corazones
cantos de gracias a Dios. Todo cuanto hagáis de palabra o de obra, hacedlo en
nombre del Señor Jesús, dando gracias por Él a Dios, también Padre" 902.
Un poco después: "Lo primero de todo que te ruego es que se eleven plegarias,
oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres, por los reyes y por
todos los que están en el poder, para que disfrutemos de una vida sosegada y
tranquila, con toda piedad y honestidad" 906. Asimismo, un poco después: "Deseo,
pues, que los hombres oren en todo lugar, elevando sus manos puras, libres de ira
y de disensiones. Y lo mismo hagan las mujeres, ataviadas con vestido decoroso,
engalanándose con recato y sencillez, no con cabellos rizados, sin oro, ni perlas, ni
costosos vestidos, sino como conviene a mujeres que profesan la piedad, mediante
buenas obras. Que la mujer aprenda en silencio, con toda sumisión: no permito a la
mujer que enseñe ni domine al marido, sino que se mantenga en silencio" 907.
"No reprendas al anciano, sino suplícale como a un padre; a los jóvenes, como a
hermanos; a las ancianas, como a madres; a las jovencitas, como a hermanas.
Honra a las viudas que sean verdaderamente viudas. Si alguna viuda tiene hijos o
nietos, que aprendan ante todo a gobernar su casa y a mostrarse agradecidos a
sus padres, pues tal resulta grato a los ojos de Dios. La que verdaderamente sea
viuda y desamparada, ponga su esperanza en Dios y persevere noche y día en las
plegarias y en las oraciones. La que se entrega al deleite, aunque viva, está
muerta. Enséñales esto para que sean irreprochables. Si alguno no se preocupa de
los suyos y sobre todo de los de su familia, reniega de su fe y es peor que un infiel.
Desígnese a una viuda no menor de sesenta años que haya sido mujer de un solo
marido, que haya dado ejemplo en sus buenas obras, como la crianza de los hijos,
la práctica de la hospitalidad, el lavatorio de pies a los fieles, la ayuda a quienes
padecen tribulaciones, la práctica, en fin, de toda buena obra. Evita, en cambio,
designar a viudas demasiado jóvenes, pues cuando las domina la lujuria, aunque
dedicadas a Cristo, desean casarse, haciéndose reprensibles por hacer ineficaz su
primera fe. Además, aprenden también a ser ociosas, y a ir de casa en casa; y no
sólo a ser ociosas, sino también chismosas y murmuradoras de lo que no deben.
Por ello deseo que las jóvenes se casen, tengan hijos, sean madres de familia y no
den al enemigo ninguna ocasión para criticar. Porque algunas se han descarriado
ya siguiendo a Satanás. Si algún fiel tiene viudas en su familia, manténgalas a sus
expensas para no gravar a la Iglesia, a fin de que ésta pueda atender a las que son
viudas de verdad" 910.
Unos versículos después: "A los ricos de este mundo recomiéndales que no se
comporten soberbiamente ni pongan sus esperanzas en la incertidumbre de las
riquezas, sino en Dios, que nos lo proporciona todo en abundancia para que
disfrutemos de ello; que practiquen el bien, haciéndose ricos en buenas obras; que
repartan con liberalidad y compartan sus riquezas, atesorando una buena base
para el futuro, para conseguir la verdadera vida. ¡Oh, Timoteo! Guarda lo que se te
ha confiado, evitando las vanidades profanas de la palabrería y las contradicciones
de la falsamente llamada ciencia que algunos profesan apartándose de la fe. Que la
gracia sea contigo. Amén" 916.
"No nos ha dado Dios espíritu de temor, sino de valor, de amor y de sobriedad. Así
que no te avergüences del testimonio de nuestro Señor, ni de mí, su prisionero; al
contrario, pon tu colaboración en el Evangelio según el poder de Dios" 917. Unos
poquitos versículos después: "Conserva la forma de los saludables discursos que de
mí has oído, inspirados en la fe y el amor en Cristo Jesús. Guarda ese buen acopio
mediante el Espíritu Santo, que habita en nosotros" 918.
"Por tanto, tú, hijo mío, busca robustecerte en la gracia que hay en Cristo Jesús. Y
las enseñanzas que de mí recibiste ante muchos testigos, transmíteselas a hombres
fieles que sean idóneos a su vez para enseñar a otros. Esfuérzate como buen
soldado de Cristo Jesús. Nadie que combata por Dios se deja envolver por
preocupaciones terrenales, para complacer a Aquel que lo alistó. Y cualquiera que
compite en un certamen no es coronado si no ha competido ateniéndose a las
reglas. Es lógico que el campesino trabaje antes de recoger los frutos. Comprende
bien lo que te digo, pues el Señor te dará la inteligencia en todo. Recuerda por
Jesucristo, del linaje de David, resucitó de entre los muertos, según mi Evangelio,
por el que sufro hasta el punto de verme encadenado como un malhechor; pero la
palabra de Dios no está encadenada. Ahora bien, todas mis adversidades las
sobrellevo por amor de los elegidos, para que también ellos alcancen la salvación
que hay en Cristo Jesús, junto con la gloria celestial. Palabra verdadera es ésta:
que si hemos muerto, viviremos; si resistimos, reinaremos con Él; si le negamos,
también Él nos negará; aunque no confiemos en Él, El se mantendrá fiel, pues no
puede negarse a sí mismo. Recuérdales estas verdades dando testimonio ante
Dios. No te entregues a discusiones verbales, para nada útiles más que para
trastorno de los oyentes. Procura con todo empeño presentarte ante Dios como
persona probada, como trabajador irreprensible, que maneja rectamente la palabra
en verdad. Evita, sin embargo, las palabrerías profanas y hueras, pues arrastran
sobremanera a la impiedad, y su conversación se extiende como la gangrena" 919.
Cinco versículos después: "El Señor conoce a quienes son suyos; y apártese de la
iniquidad todo el que invoca el nombre del Señor. En una casa importante no hay
sólo vasos de oro y de plata, sino también de madera y de barro; aquéllos, para
circunstancias señaladas; éstos, para usos viles. Quien se mantuviera limpio de
estos vicios, será un vaso consagrado para usos honorables y apto para el Señor,
dispuesto para toda buena obra. Aléjate también de las pasiones propias de la
juventud; vete, en cambio, en pos de la justicia, de la fe, de la caridad, de la paz
junto a quienes invocan al Señor con corazón puro. Evita las discusiones estúpidas
y necias convencido de que engendran litigios. No resulta conveniente que un
siervo del Señor ande metido en pleitos, sino que sea apacible con todos, dispuesto
a enseñar, paciente y presto a corregir con mesura a quienes se le enfrentan, por si
en algún momento Dios les concede el arrepentimiento preciso para conocer la
verdad y recobrar el seso, escapando de los lazos del diablo, que los tenía cautivos,
atados a su voluntad" 920.
Ocho versículos después: "Sin embargo, tú has seguido de cerca mis enseñanzas,
mi instrucción, mis planes, mi fe, mi entereza de ánimo, mi caridad, mi paciencia,
las persecuciones y padecimientos que tuve que soportar en Antioquía, en Icono,
en Listra; todas esas persecuciones las soporté y de todas ellas me libró Dios.
Todos cuantos desean piadosamente vivir en Cristo Jesús padecerán persecuciones.
Los hombres malvados y seductores terminarán en lo peor, engañando y
arrastrando al engaño. Tú mantente fiel a las enseñanzas que has aprendido y que
se te han confiado, teniendo presente de quién lo has aprendido, y que desde la
infancia conociste las Sagradas Escrituras, que pueden instruirte para alcanzar la
salvación mediante la fe que se basa en Cristo Jesús. Toda la Escritura, inspirada
por Dios, es útil para enseñar, para argumentar, para corregir, para educar en la
justicia, para que el hombre de Dios sea perfecto, instruido para toda buena
obra" 922.
"Te conjuro ante Dios y ante Cristo Jesús, que juzgará a vivos y muertos, por su
llegada y por su reino: predica la palabra, insiste tempestiva e intempestivamente;
arguye, suplica, reprende con toda paciencia y doctrina. Pues vendrá una época en
que no soportarán la saludable doctrina. Al contrario, siguiendo sus pasiones, y
ansiosos de oír, se buscarán montones de maestros y apartarán sus oídos de la
verdad para prestar atención a fábulas. Tú mantente vigilante, esfuérzate en todo,
lleva a cabo tu labor de evangelista cumple tu ministerio. Yo estoy a punto ya de
ser ofrendado, y el tiempo de mi partida se acerca. He combatido un buen
combate, he concluido mi carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está
preparada la corona de la justicia que aquel día me otorgará el Señor, justo juez; y
no sólo a mí, sino también a aquellos que ansían su llegada" 923.
"Te dejé en Creta con el fin de que revises lo que falta y establezcas presbíteros en
las ciudades, tal como te ordené: quien sea irreprochable, marido de una sola
esposa, que tenga unos hijos respetuosos, no se le acuse de lujuria o de sedición.
Pues resulta necesario que el obispo esté libre de vicios, como administrador de
Dios; que no sea soberbio, ni iracundo, ni bebedor, ni camorrista, ni ambicioso de
ganancias ilegales, sino hospitalario, benigno, sobrio, justo, santo, honesto,
cumplidor de la palabra que es fiel según la doctrina, de manera que pueda
exhortar en la saludable doctrina y argüir a quienes la contradicen" 924. Y unos
pocos versículos después: "Por eso, repréndelos duramente, para que se
mantengan íntegros en la fe, sin prestar atención a las patrañas judaicas y a las
normas que dictan los hombres que se han apartado de la verdad. Para los limpios
todo es limpio; en cambio, nada hay limpio para los inmundos e infieles, sino que
su mente y su conciencia son inmundas. Proclaman que conocen a Dios, pero con
sus actos lo niegan, ya que son abominables, incrédulos e incapaces para toda
buena obra" 925.
"Por tu parte, predica lo que conviene a la sana doctrina: que los ancianos sean
sobrios, moderados, prudentes, íntegros en la fe, en la caridad, en la paciencia. Y
otro tanto las ancianas: muéstrense con un atuendo recatado; no sean
calumniadoras, ni inclinadas al mucho vino; buenas maestras, para que enseñen la
prudencia a las jovencitas, de forma que amen a sus maridos, quieran
entrañablemente a sus hijos, sean prudentes, honestas, preocupadas por su casa,
bondadosas, sumisas a sus maridos, para que no se mancille la palabra de Dios.
Exhorta igualmente a los jóvenes a que sean sobrios. Muéstrate a ti mismo en todo
como ejemplo de buenas acciones: en la doctrina, con tu integridad y gravedad;
palabra sana, irreprensible, de forma que cualquier adversario se avergüence de no
encontrar ningún defecto que decir de nosotros. Que los siervos sean obedientes a
sus señores, complaciéndolos en todo, no contradiciéndolos ni defraudándolos, sino
mostrando en todo una buena fidelidad para que honren en todo la doctrina del
Salvador, nuestro Dios. Pues la gracia de Dios Salvador se ha manifestado a todos
los hombres enseñándonos a renunciar a la impiedad y deseos mundanos, para
vivir con justicia y piedad en este mundo, aguardando la esperanza bienaventurada
y la venida del gran Dios y de nuestro Salvador Jesucristo, que se entregó a sí
mismo por nosotros, para redimimos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo
digno y seguidor de las buenas obras. Predica estas ideas, exhorta y reprende con
toda autoridad. Que nadie te desprecie" 926.
"Adviérteles que sean sumisos a sus príncipes y autoridades; que obedezcan sus
ordenanzas; que estén dispuestos a toda buena obra; que no mancillen a nadie, ni
sean pendencieros, sino moderados y presentando ante todos los hombres una
perfecta mansedumbre" 927.
Unos cuantos versículos después: "Doctrina auténtica es ésta. Quiero que tú des
testimonio de estas creencias, para que quienes creen en Dios procuren progresar
en sus buenas obras. Creencias son éstas buenas y provechosas para los hombres.
Evita las discusiones estúpidas, las genealogías, los debates y controversias sobre
la ley, pues son inútiles y vanas. Al herético, evítalo después de haberlo
amonestado dos veces, convencido de que está echado a perder quien es tal: peca,
y su propio juicio lo condena" 928.
"He recibido una gran alegría y consuelo por tu caridad, hermano, porque los
corazones de los fieles han encontrado alivio gracias a ti" 929. Y un poco
después:"Hubiera querido yo retenerlo conmigo para que, por ti, me ayudara en mi
prisión por el Evangelio; pero no he querido hacer nada sin tu consentimiento, a fin
de que este servicio tuyo no pareciese proceder de una obligación, sino que
resultase voluntario" 930.
Unos pocos versículos después: "Sintamos, pues, temor, no vaya a ser que alguno
de vosotros crea haber llegado tarde, cuando lo cierto es que aún se mantiene en
pie la promesa de entrar en su reposo. Porque también a nosotros se nos hizo el
mismo anuncio que a ellos, si bien no les sirvió de nada el haber oído el mensaje,
por cuanto quienes lo escucharon carecían de fe" 932. Y en otro pasaje: "Por tanto,
dado que tenemos un gran Pontífice que entró en los cielos -Jesús, hijo de Dios-,
mantengamos la fe" 933. Cuatro versículos después: "Acerquémonos, pues, con
confianza hasta el trono de la gracia para alcanzar la misericordia y encontrar
gracia para e momento en que precisemos auxilio" 934.
Un poco más adelante: "Pues no es Dios injusto como para olvidarse de nuestro
esfuerzo y del amor que habéis mostrado en su nombre, en los servicios que habéis
prestado -y estáis prestando- a los fieles. Ansiamos que cada uno de vosotros
muestre la misma solicitud hasta el fin en la realización efectiva de su esperanza;
que no os mostréis perezosos, sino imitadores de aquellos que, por su fe y su
paciencia, heredarán las promesas" 935. Y siete versículos después: "Pues los
hombres suelen jurar por algo superior a ellos, y el juramento que les sirve de
garantía pone fin a toda controversia" 936.
"Acordaos, empero, de los primeros días en los que, recién recibida la luz de la
revelación, tuvisteis que soportar una amplia ofensiva de padecimientos. Por un
lado, se os convirtió en espectáculo de oprobios y tribulaciones; por otro,
acabasteis siendo partícipes de los que tales ignominias padecían. Y es que os
compadecisteis de los encarcelados y soportasteis con alegría el despojo de
vuestros bienes, persuadidos de que teníais una riqueza mayor y perdurable. No
perdáis, pues, vuestra esperanza, que entraña una enorme recompensa. Necesitáis
paciencia, para que, cumpliendo la voluntad de Dios, os hagáis acreedores de la
promesa. Pues un momentito aún, y el que ha de venir vendrá, y no tardará
mucho. Mi justo vivirá de la fe; porque si se apartara de mí, no agradará a mi
alma" 941.
Un poco después: "Teniendo, pues, sobre nosotros una nube tan grande de
testigos, dejando a un lado todo este enorme peso del pecado que nos asedia,
llenos de paciencia corramos al combate que se nos plantea con la mirada puesta
en el promotor y consumador de la fe, Jesús. Él, a pesar de que era gozo lo que se
le ofrecía, prefirió soportar la cruz, sin tener en cuenta la vergüenza que ello
suponía; y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. Meditad, pues, en
Aquel que soportó semejante contradicción por parte de los pecadores contra ellos
mismos, para que no os desfondéis porque vuestros ánimos flaqueen. En vuestro
enfrentamiento contra el pecado no habéis resistido hasta el derramamiento de
sangre, y os habéis olvidado de la exhortación que os hizo hablándoos como a hijos
en estos términos: Hijo mío, no menosprecies la doctrina del Señor, y no te
desanimes cuando Él te corrija; pues el Señor castiga a quien ama, y fustiga a todo
el que acepta como hijo 942. Perseverad cuando os corrija: Dios os trata como a
hijos. ¿Hay algún hijo a quien no corrija su padre? Porque si aún no habéis
experimentado la corrección de la que ha hecho partícipes a todos, es señal de que
sois bastardos y no hijos legítimos. Además, hemos tenido a nuestros padres
carnales como correctores nuestros, y los hemos respetado. ¿No vamos a obedecer
mucho más al padre de los espíritus, y así viviremos eternamente? La verdad es
que aquéllos nos corregían, según su dictado, para una vida de escasa duración;
éste, en cambio, con vistas a lo que es provechoso para alcanzar su santificación.
Ninguna corrección parece, de momento, ser motivo de gozo, sino de tristeza; sin
embargo, a quienes se ejercitan en ella les proporciona a la postre un apacible
fruto de justicia Por eso, levantad vuestras manos caídas y vuestras rodillas flojas,
y haced que vuestros pies caminen rectos, para que el que cojea no equivoque su
camino, sino más bien se cure. Procurad con todos la paz y la santidad, sin la cual
nadie verá a Dios. Mirad que a nadie le falta la gracia de Dios, que ninguna raíz de
amargura, al brotar, sirva de impedimento, y por ella se contaminen muchos; que
no haya ningún fornicador o profano como Esaú, que vendió su primogenitura por
un plato de comida" 943.
"Aunque ahora sea necesario que os afecten un poco diferentes tentaciones, para
que sirva de prueba a vuestra fe, que es, con mucho, más preciosa que el oro que
se destruye con el fuego" 948. Y en otro pasaje: "Por ello, teniendo bien fijados los
redaños de vuestro entendimiento, con absoluta templanza, poned vuestra
esperanza en la gracia que se os ofrece en la revelación de Jesucristo. Como hijos
obedientes, no es amoldéis a las pasiones que antes teníais, propias de vuestra
ignorancia, sino que, del mismo modo que santo es Aquel que nos ha llamado, así
también sed vosotros santos en todo vuestro comportamiento. Porque escrito está:
Seréis santos porque también santo soy Yo 949. Y si llamáis Padre a Aquel que, sin
tener en cuenta el rango de las personas, juzga a cada cual según sus obras,
comportaos con temor todo el tiempo que dure vuestra peregrinación terrena" 950. Y
algunos versículos después: "Purificando vuestras almas en las exigencias de la
caridad, en la sencillez del amor fraterno, amaos unos a otros profundamente de
todo corazón: renacidos..." 951.
Unos cuantos versículos después: "Por lo tanto, dejando a un lado toda malicia,
todo engaño, la hipocresía, las envidias y las maledicencias todas, anhelad -como
niños recién nacidos- la leche espiritual no adulterada" 952. Y unos versículos más
adelante: "Os ruego, queridísimos míos, que, como extranjeros y peregrinos, os
abstengáis de las concupiscencias carnales que combaten contra el alma. Seguid
entre los gentiles un buen comportamiento, de manera que, en aquello mismo que
os echan en cara como malhechores, puedan, considerando vuestras buenas obras,
glorificar a nuestro Dios el día de su venida. Acatad, por respeto a Dios, toda
autoridad humana, ya sea el rey -como soberano-, ya sean los gobernadores -como
delegados suyos designados para castigo de los malhechores y encomio de los
buenos- Porque tal es la voluntad de Dios: que, practicando el bien, hagáis
enmudecer la ignorancia de las personas insensatas. Como hombres libres, y no
como quien emplea la libertad como careta de su malicia, sino como siervos de
Dios. Respetad a todos, amad la fraternidad, temed a Dios, honrad al rey. Los que
sois siervos, acatad con todo temor a vuestro amo, no sólo a los buenos y
benévolos, sino también a los severos. Pues es agradable a Dios el que, por amor a
Él, uno sufra ofensas, padeciéndolas injustamente. Pues ¿qué gloria podéis tener si
sois castigados por haber delinquido y lo aguantáis? En cambio, si sufrís aunque
practicáis el bien, eso sí que resulta grato a los ojos de Dios. Pues para esto fuisteis
llamados, ya que también Cristo padeció por nosotros dejándoos el ejemplo para
que sigáis sus pasos" 953.
Y en otro pasaje: "Igualmente, que las mujeres sean sumisas a sus maridos, de
forma que si alguno no da crédito a la palabra, alcance la fe gracias al
comportamiento de la esposa, sin necesidad de palabras, al fijarse en vuestro
honrado comportamiento basado en el respeto. Su apariencia externa no presente
rizados los cabellos o atavíos de oro o una preocupación desmedida por el vestido;
al contrario, cual persona de corazón, que es recatada, en la incorruptibilidad de un
espíritu pacífico y moderado, que es rico a los ojos de Dios. Así es como se
adornaban antaño las santas mujeres que tenían puesta en Dios su confianza y
eran sumisas a sus propios maridos. Igual que Sara obedecía a Abraham
llamándolo "señor"; hijas de ella habéis venido a ser vosotras, que hacéis el bien
sin sentir temor hacia amenaza alguna. Asimismo, vosotros, maridos, convivid con
ellas con sensatez, tratándolas como a un vaso delicado, honrando a la esposa
como a coheredera de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no
encuentren obstáculo. En fin, que todos tengáis un mismo sentimiento,
experimentéis el mismo espíritu de fraternidad, seáis amables, misericordiosos,
moderados, humildes; no devolváis mal por mal, ni maldición por maldición; al
contrario: bendecid, porque para eso habéis sido llamados, para que poseáis en
herencia la bendición. Porque quien quiere amar la vida y ver días felices, refrene
su lengua apartándola del mal y sus labios no hablen el mal. Aléjese del mal y
practique el bien; busque la paz y vaya tras ella; porque los ojos del Señor se
posan sobre los justos y sus oídos atienden a sus súplicas. Pero el rostro del Señor
se levanta sobre quienes obran el mal 954. Y ¿quién es el que puede haceros daños
si fuerais celosos practicantes del bien? No obstante, si sufrís por ajustaros a la
justicia, felices de vosotros. No os causen temor las amenazas, ni os sintáis
turbados. Al contrario, ensalzad al Señor Jesucristo en vuestros corazones,
dispuestos en todo momento a dar satisfacción a todo el que os pida testimonio de
la esperanza que hay en vosotros. Pero hacedlo con modestia y con respeto,
teniendo buena conciencia, para que, en aquello mismo que os echan en cara,
queden confundidos quienes difaman vuestra conducta en Cristo. Pues mejor es
sufrir (si tal es la voluntad de Dios) haciendo el bien que haciendo el mal" 955.
"A los ancianos que hay entre vosotros, yo -anciano también y testigo de los
sufrimientos de Cristo, así como participante de su gloria que habrá de revelarse en
el futuro- les formulo esta petición: apacentad la grey de Dios que se ha puesto en
vuestras manos, cuidando de ella no obligados, sino espontáneamente; no como
dueños del patrimonio, sino convirtiéndoos, de todo corazón, en el ejemplo de la
grey. Y cuando se presente el mayoral de los pastores recibiréis la inmarchitable
corona de gloria. También vosotros, jóvenes, mostraos sumisos a los ancianos.
Inspiraos todos sencillez unos a otros, porque Dios no soporta a los soberbios,
mientras que a los humildes les otorga su gracia. Humillaos, pues, bajo la poderosa
mano de Dios para que os exalte del día de su venida, depositando en Él todas
vuestras preocupaciones, porque Él se preocupa de vosotros. Sed mesurados,
manteneos alerta, porque el diablo, vuestro adversario como león rugiente anda
rondando en busca de a quién devorar. Hacedle frente afianzados en la fe,
conscientes de que esos mismos sufrimientos los están padeciendo vuestras
congregaciones hermanas existentes en el mundo. Sin embargo, el Dios de toda la
gracia, que nos ha llamado a su eterna gloria en Cristo Jesús, después de que
padezcamos un poco, nos hará perfectos, nos afirmará y consolidará. Suyo es el
poder por los siglos de los siglos. Amén" 959.
"Por ellas nos ha otorgado las promesas mayores y más preciosas, para que,
mediante ellas, os convirtáis en partícipes de la naturaleza divina, huyendo de la
corrupción de la concupiscencia existente en el mundo. Vosotros, por vuestra parte,
poniendo todo vuestro celo, mostrad virtud en vuestra fe, ciencia en la virtud,
templanza en la ciencia, paciencia en la templanza, piedad en la paciencia, amor
fraterno en la piedad, caridad en el amor fraterno. Si estas virtudes están en
vosotros -y lo están en abundancia-, no os dejarán vacíos ni sin fruto en el
reconocimiento del Señor nuestro, Jesucristo. Quien carece de ellas es ciego y
camina a tientas, olvidado de purgar sus antiguos pecados. Por eso, hermanos,
poned todo vuestro empeño en hacer firme vuestra vocación y vuestra elección
mediante las buenas obras; pues practicándolas, no pecaréis nunca" 960.
Un poquito más adelante: "También del mismo modo habrá entre vosotros falsos
maestros que promoverán herejías de perdición que niegan al Señor que los
rescató, desencadenando sobre sus cabezas una fulminante ruina. Y muchos
seguirán sus seducciones, y por ellos será ultrajado el camino de la verdad: en su
avaricia, con sus mentirosas palabras os convertirán a vosotros en objeto de
negocio. Desde hace tiempo pende sobre ellos el juicio, y su castigo no está
adormecido" 961. Y en otro pasaje: "El Señor sabe librar de la tentación a los
piadosos, y reservar a los malvados para su perdición el día del juicio. Sobre todo,
a aquellos que siguen los dictados de la carne sumidos en las pasiones de la lujuria
y desprecian su potestad. Atrevidos, engreídos, no respetan las normas de
conducta, mostrándose despectivos; a pesar de que los ángeles son superiores en
poder e influencia, no manifiestan ante el Señor una opinión que les resulte
perniciosa. En cambio, éstos, como bestias irracionales, destinadas por la
naturaleza para presa y exterminio, ultrajando lo que ignoran, se precipitarán en su
propia ruina, recibiendo la recompensa de su iniquidad: consideran que la felicidad
consiste en los placeres de cada día; suciedades y corrupciones manan en
abundancia de esos placeres; en sus banquetes, junto a vosotros, se entregan a los
excesos; tienen sus ojos llenos de adulterio y son insaciables de pecado; seducen a
las almas inseguras; poseen un corazón perito en la avaricia; son hijos de
maldición: abandonando el camino recto, se han extraviado" 962.
Algo más adelante: "Dado que todo ha de aniquilarse, ¿cómo debéis ser vosotros
en vuestras devotas conversaciones y en vuestra piedad, aguardando y
adelantándoos al advenimiento del día de Dios?" 964. Y un poco después: "Queridos
míos, a la espera de estos acontecimientos, portaos diligentemente, de forma que
podáis ser hallados puros e inmaculados, en paz" 965. Y en otro pasaje: "Por lo
tanto, vosotros, que estáis sobre aviso, manteneos alerta no vaya a ser que,
arrastrados por el yerro de los insensatos, decaigáis de vuestra propia firmeza. Al
contrario, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador
Jesucristo. Para Él la gloria, ahora y en el día de la eternidad. Amén" 966.
Y unos versículos después: "Ya lo sabéis, hermanos míos queridos: que todo
hombre esté presto para escuchar, pero tardo para hablar y tardo para la iracundia
pues la ira no produce justicia de Dios. Por ello, rechazando toda impudicia y toda
reliquia de maldad, acoged con sencillez la palabra sembrada en vosotros y que
puede salvar almas. Poned en práctica esa palabra, y no os limitéis a escucharla,
engañándoos a vosotros mismos. Porque si uno se limita a escuchar la palabra y no
la practica, será comparable a un hombre que contempla en un espejo su rostro
natural, y tras contemplarlo se marcha y olvida al punto cómo era. En cambio,
quien dirige su mirada hacia la ley perfecta, la de la libertad, y persevera en ella
(no como oyente olvidadizo, sino como practicante de la misma), ése será
bienaventurado por sus obras. Si alguno se considera religioso, pero no refrena su
lengua, sino que engaña a su corazón, vana es su religión. Una religión pura e
inmaculada ante Dios Padre es ésta: visitar a los huérfanos y a las viudas en su
tribulación, y guardarse sin mancha de este mundo" 970.
"¿De dónde proceden entre vosotros las guerras y los litigios? ¿No lo es, acaso, de
vuestras pasiones, esas que porfían en vuestros miembros?" 978. Asimismo, unos
versículos más adelante: "Pedís, y no recibís, precisamente porque pedís mal, para
dar pábulo a vuestras pasiones. Adúlteros, ¿no sabéis que la amistad hacia el
mundo es enemistad hacia Dios? Pues cualquiera que prefiera ser amigo de este
mundo, se convierte en enemigo de Dios" 979. Y un poco después: "Por eso se dice:
Dios resiste a los soberbios; en cambio, a los humildes les concede la gracia 980. Así
que mostraos sumisos a Dios, y resistid al diablo, que huirá de vosotros.
Aproximaos a Dios, y El se aproximará a vosotros. Lavad vuestras manos,
pecadores; purificad vuestros corazones, hipócritas. Sentíos abatidos e implorad.
Llorad: que vuestra risa se trueque en llanto y vuestro gozo en tristeza. Humillaos
ante el Señor, y Él os ensalzará. No os desacreditéis unos a otros,
hermanos" 981. Unos versículos después: "Uno solo es el legislador y el juez, el que
puede condenar o dejar libre. En cambio, ¿quién eres tú para juzgar a tu prójimo?
Ahí tenéis ahora; decís: Hoyo mañana iremos a tal ciudad, permaneceremos en ella
un año, comerciaremos y obtendremos ganancias, sin saber qué pasará mañana;
porque ¿qué es vuestra vida? Es simplemente humo que se ve un momento, y
luego se disipa. En vez de eso, decid: Si Dios quisiera, y si viviéramos, haremos
esto o aquello. Sin embargo, ahora os fundáis en vuestras jactancias: semejante
fatuidad es siempre perniciosa. Quien sabe practicar el bien y no lo practica comete
pecado" 982.
"¡Ea, ricos! Llorad ahora aullando por las desgracias que os sobrevendrán. Vuestras
riquezas están putrefactas, y vuestros vestidos han sido devorados por la polilla.
Vuestro oro y vuestra plata están oxidados, y esa herrumbre servirá de testimonio
contra vosotros, y devorará vuestras carnes como el fuego. Estáis amontonando
tesoros para los últimos días. Los salarios de los jornaleros que segaron vuestros
campos, y que fueron estafados por vosotros, dejan oír su protesta, y esa protesta
ha llegado a oídos del Señor de los ejércitos. Habéis banqueteado en la tierra y
habéis cebado en los placeres vuestros corazones para el día de la destrucción.
Apresasteis y matasteis al justo, y no os opuso resistencia. Por eso, hermanos,
tened paciencia hasta la llegada del Señor" 983. Un poco después: "Mostrad
paciencia también vosotros; templad vuestros corazones, porque la llegada del
Señor será muy pronto. No os quejéis unos de otros, hermanos, para que no se os
juzgue" 984.Y en otro pasaje: "Pero sobre todo, hermanos míos, no juréis por el
cielo, ni por la tierra, ni por cualquier otro juramento. Que vuestro "esto es así" sea
"esto es así", y vuestro "no" sea "no", para que no incurráis en juicio. ¿Alguno de
vosotros está triste? Que haga oración con ecuanimidad y entone salmos. ¿Hay
algún enfermo entre vosotros? Haga venir a los ancianos de la Iglesia y que oren
por él, ungiéndolo con el óleo en nombre del Señor, y la oración de la fe sanará al
enfermo. Y el Señor lo levantará y se le perdonarán los pecados que haya
cometido. Confesaos, pues, mutuamente vuestros pecados y orad los unos por los
otros, para que alcancéis la salvación. De mucho vale la asidua súplica del
justo" 985. Unos versículos después: "Hermanos míos, si alguno de vosotros se
desvía de la verdad, y algún otro lo hace retornar al recto camino, cabe saber que
quien convierte a un pecador de su error salvará su alma de la muerte y borrará
multitud de pecados" 986.
"Si dijéramos que tenemos comunión con Él, pero andamos en tinieblas, estamos
mintiendo y no nos ajustamos a la verdad. En cambio, si andamos en la luz -igual
que también Él está en la luz- es cuando realmente estamos en comunión unos con
otros, y la sangre de Jesucristo, su Hijo, nos limpia de todo pecado. Si afirmáramos
que estamos libres de pecado, nos engañaríamos a nosotros mismos y la verdad no
estaría en nosotros. Si confesáramos nuestros pecados, fiel es Él para perdonamos
nuestras culpas y dejamos limpios de toda iniquidad. Si afirmáramos que no hemos
pecado, lo estaríamos calificando de mentiroso y su palabra no estaría en
nosotros" 987.
"Hijitos míos, os escribo esto para que no pequéis. Pero si alguno de vosotros peca,
como defensor ante el Padre tenemos a Jesucristo, el justo. Él es la propiciación
por nuestros pecados; y no sólo por los nuestros, sino también por los de todo el
mundo. Y sabemos que lo conocemos en esto: en que guardamos su
mandamientos. Pues quien dice que lo conoce, pero no cumple sus mandamientos,
es un mentiroso y en él no hay verdad. En cambio, quien practica sus enseñanzas,
en ése la caridad de Dios es verdaderamente perfecta. En eso sabemos que
estamos en Él. Quien dice que permanece en Él, debe comportarse como Él se
comportó" 988. Y unos versículos después: "Quien afirma que vive en la luz, pero
odia a su hermano, vive todavía en las tinieblas. Quien ama a su hermano
permanece en la luz, y no hay en él motivo de escándalo. En cambio, quien odia a
su hermano, vive en tinieblas, en tinieblas camina, y no sabe adónde va, porque
las tinieblas le han cegado los ojos" 989. Un poco después: "No améis al mundo ni a
lo que en el mundo existe, porque todo cuanto en el mundo hay es concupiscencia
de la carne, concupiscencia de los ojos y soberbia de la vida: no procede del Padre,
sino del mundo. Y el mundo pasa, y con él su concupiscencia; en cambio, quien
990
cumple la voluntad de Dios, vive eternamente" . Y en otro pasaje: "De la verdad
no emana ninguna mentira" 991.
"Todo el que crea que Jesús es el Cristo, de Dios ha nacido; y todo el que ama a
Aquel que ha engendrado, ama también a aquel que de Él ha nacido. Conocemos
que amamos a los hijos de Dios cuando amamos a Dios y cumplimos sus
mandamientos. Pues el amor de Dios consiste en que cumplamos sus
mandamientos; y sus mandamientos no son pesados. Porque todo cuanto procede
de Dios vence al mundo" 997. Y algo después: "Pues ésta es la confianza que
tenemos depositada en Él: que cualquier cosa que pidamos conforme a su
voluntad, Él nos atiende. Y sabemos que nos atiende..." 998. Tres versículos
después: "Quien sepa que su hermano comete un pecado que no conduce a la
muerte, suplique por él, y se le concederá la vida para quienes no pecan
haciéndose dignos de la muerte. Pues hay un pecado digno de muerte, y no es a
ese al que me refiero cuando digo que se suplique. Toda la iniquidad es pecado,
pero hay pecados que no son mortales. Sabemos que todo el que ha nacido de Dios
no comete pecado; al contrario, Dios protege a su descendencia, y el maligno no
los toca" 999. Y en otro pasaje: "Hijitos, guardaos de los ídolos" 1000.
"No estoy como escribiéndote un mandato nuevo, sino el que tenemos desde el
principio: que nos amemos los unos a los otros. Y en esto consiste el amor: en que
nos comportemos de acuerdo con sus mandamientos. Este es el mandamiento: que
actuéis de acuerdo con él como habéis escuchado desde el principio" 1001. Unos
versículos después: "Todo el que se descarría y no permanece en la doctrina de
Cristo, no posee a Dios. Quien permanece en la doctrina, ése es el que posee al
Hijo y al Padre. Si uno llega hasta vosotros y no aporta esa doctrina, no la acojáis
en vuestra casa ni le dirijáis el saludo. Pues quien le saluda se hace partícipe de sus
malas obras" 1002.
"Querido mío, en práctica pones la fe cuando te comportas así con los hermanos,
así como con los peregrinos. Ellos han dado testimonio de tu caridad delante de la
asamblea. Bien harás ayudándolos como Dios merece, pues en su nombre
emprendieron el viaje sin recibir nada de los gentiles. Por eso debemos hacemos
cargo de ellos, para convertimos en cooperadores de la verdad" 1003. Y un poco
después: "Querido mío, no imites lo malo, sino lo bueno. El que practica el bien, de
Dios procede; quien obra el mal, no ve a Dios" 1004.
L. DE LA EPÍSTOLA DE JUDAS
"Pues se han infiltrado algunas personas, ya desde hace tiempo designadas para
esa tarea; impíos que intentan convertir la gracia de nuestro Dios en lujuria, y que
niegan que Jesús sea el único dueño y señor nuestro" 1005. Un poco después: "En
vuestros ágapes, ésos son motivo de desprestigio al banquetear sin mesura alguna,
cebándose a sí mismos" 1006. Y en otro pasaje: "Esos son murmuradores,
querellosos, que se comportan según sus caprichos, y cuya boca habla blasfemia.
En cambio, vosotros, queridísimos míos, tened presentes las palabras que os han
comunicado los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo. Ellos os decían que al final
de los tiempos aparecerán burladores que se comportarán según las pasiones de su
impiedad. Esos son los que forman banderías; animales carentes de espíritu. Sin
embargo, vosotros, queridísimos míos, dándoos mutuamente ejemplo de vuestra
santísima fe y orando en el Espíritu Santo, manteneos firmes en el amor de Dios. A
unos, convencedlos de su culpa después de juzgados; salvad a otros,
arrancándolos del fuego; compadeceos de aquellos otros con temor, odiando
incluso la túnica contaminada por sus carnes" 1007.