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Nos hemos reunido en éste día para celebrar junto a nuestros seres

queridos el final de un proceso que iniciamos hace doce años; durante ese tiempo
hemos ido creciendo, madurando y adquiriendo conocimiento que nos permitan
afrontar al mundo y durante estos últimos años la E.T “Luís María Olaso” Fe y
Alegría ha sido nuestro segundo hogar, dentro del cual hemos ido creciendo y
madurando como persona tanto a nivel intelectual como moral; siempre guiados
por nuestros profesores que tanto dentro como fuera del aula de clases nos
brindaron todo su apoyo para que pudiésemos alcanzar nuestras metas.

Parece mentira que todo haya pasado tan rápido, parece que fue ayer
cuando todo esto comenzó… Aún recuerdo los primeros días de clases, en los
que todo era nuevo para nosotros: nuevos profesores, nuevos compañeros,
nuevas reglas a las que obedecer, y un gran etcétera de novedades a las que
tuvimos que acostumbrarnos…

Pero poco a poco fuimos conociendo a todos los compañeros, tanto de


nuestra propia clase como de las demás, sin pensar ni ser conscientes de todas
las experiencias que íbamos a vivir juntos, ya que no han sido precisamente pocas
todas las vivencias en las que hemos participado. Juntos nos hemos reído hasta
no poder más, nos hemos agobiado en momentos en los que pensábamos que no
íbamos a ser capaces de lograr algo, nos hemos consolado unos a otros
buscando siempre la parte positiva de todo lo que nos ocurría, hemos sufrido y
luego aprendido de los errores para no volver a caer más, hemos viajado y
conocido infinitos lugares distintos…

En estos años hemos aprendido muchas cosas no sólo en el ámbito


académico sino también importantes lecciones de vida, algunas de la manera más
difícil. Hemos aprendido que nadie es más inteligente que nadie o que existan
personas mejores que otras, sino gente que se ocupa de sus estudios, que intenta
labrarse un futuro o gente que sólo busca el mejor lugar para copiarse; que
amistad y estudio no necesariamente van de la mano, que a veces vale mas un
“no” que un “si”; que uno no puede sólo con ésta carga y necesita el apoyo de los
padres, no sólo a la hora de ir a la Dirección o reclamar una calificación ante el
profesor, sino a la hora de incentivarnos a que nos esforcemos al máximo en el
estudio y que a veces una decisión inconsciente “una prueba de amor” o “una
muestra de hombría” pueden acabar con nuestros proyectos e ilusiones.

Estamos celebrando una gran fiesta que es el BICENTENARIO DE LA


GESTA EMANCIPADORA que se inició el 19 de Abril de 1810. ¿Qué cual es la
relación entre ésta fecha y el asunto que nos ocupa? Que hace 200 años un joven
mantuano decidió renunciar a sus riquezas para luchar por la libertad de su patria,
muriendo en la más deprimente miseria y soledad por un sueño. Y ahora nosotros
tenemos la responsabilidad de seguir su legado, no con las armas, sino con
nuestro trabajo de seguir luchando para lograr cumplir con ese sueño que el joven
Simón Bolívar tuvo hace 200 años de una patria libre, pacífica, que sepa
aprovechar sus riquezas y con una sociedad en la que exista justicia e igualdad
sin distingos de raza, sexo, religión o tendencia política.

Pero Bolívar no hubiera podido llegar a esa determinación de salvar al país


de las garras del yugo español, sino hubiese sido por la actuación de sus
maestros, especialmente Simón Rodríguez, que le inculcó los ideales
revolucionarios, así como el pensamiento de grandes filósofos de la ilustración
como Hobbes, Montesquieu, Rousseau y Voltaire. De igual manera ninguno de
nosotros habría llegado donde estamos, sin el apoyo y la orientación de nuestros
profesores, que día a día se esforzaron para brindarnos una educación decente y
que nos dieron su ayuda incondicional en los momentos difíciles y se convirtieron
en un modelo a imitar por todos nosotros. A ellos gracias, muchas gracias por
ayudarnos a convertirnos en lo que ahora somos, Técnicos Medios de la
República.

Así que compañeros ha llegado el momento de actuar, Venezuela nos


necesita, clama a gritos nuestra presencia, porque ya es la hora de convertirnos
en redentores de ésta patria y sacar al país del estancamiento en que se
encuentra y tengo plena seguridad que ninguno de ustedes desatenderá éste
llamado, así como estoy seguro que de aquí saldrán esos Catones, esos
Vespasianos, Virgilios, Cicerones, Trajanos y Lucrecios que salvarán al país.
Aunque el hecho de ser llamados Técnicos Medio no significa que nuestra misión
éste completa, al contrario sólo hemos llegado a la mitad del camino y un sinfín de
retos y desafíos nos aguardan en el horizonte, pero con compromiso y
perseverancia podemos lograr cualquier meta que nos propongamos.

Para ir cerrando, mis respetados condiscípulos, en éste glorioso día no sólo


celebramos el hecho de convertirnos en Técnicos Medio, sino que iniciamos una
nueva etapa en la que debemos comprometernos a construir esa Venezuela que
nosotros queremos, no por el hecho de poder vivir mejor o alcanzar cierta fama o
reconocimiento, sino que ese será el país que nosotros le entregaremos a
nuestros hijos, para que ellos puedan crecer y desarrollarse felizmente.

Muchas gracias.

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