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Introducción

La mayor preocupación en la literatura sapiencial es la ética, por ese


motivo el propósito de este artículo es el de hacer un pequeño
acercamiento a grandes rasgos a la idea de que esta ética, más
concretamente, la de Eclesiastés, todavía es aplicable a nuestros días.
Para ello intentaremos encontrar pautas éticas aplicables a nuestra
vida.
¿Por qué el Eclesiastés? Este libro es el gran olvidado y, bajo nuestro
punto de vista, el gran mal entendido, es necesario que nos acerquemos
a él desde una perspectiva distinta a la que estamos acostumbrados
para intentar extraer todo lo que nos está ofreciendo.
En primera instancia trataremos brevemente algunos aspectos
generales, puesto que sólo nos vamos a centrar en la ética que surge de
un solo libro, con lo que resultará interesante conocer ciertos datos
sobre el contexto del escritor y un breve comentario sobre la etiqueta
de pesimista en exceso que se le ha puesto normalmente al libro del
Eclesiastés.
La segunda parte de este artículo es, precisamente, el intento de
encontrar algunas pautas aplicables a la vida cristiana a partir de
algunos de los textos más representativos, aunque no los únicos, de
este libro. Con la ayuda de algunos comentarios al Eclesiastés
intentaremos sacar conclusiones propias en la medida de lo posible.
El objetivo de este artículo es, simplemente, el de intentar hacer
reflexionar sobre una ética distinta, que siempre ha estado presente en
el libro del Eclesiastés, a la que estamos acostumbrados a escuchar en
nuestros foros habituales.
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Cuestiones preliminares
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Conceptos generales

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Posiblemente, si mencionamos el libro Eclesiastés, casi en cualquier
auditorio de nuestras iglesias todos serían capaces de recordar alguno
de sus versículos como “todo tiene su tiempo”, “vanidad de vanidades” y
un largo etcétera. Sin embargo, y a pesar de poder recitarlos de
memoria podríamos decir que este libro es uno de los grandes
desconocidos. No sabemos toda la enseñanza que nos ofrece el
Qohélet. ¿Por qué sucede esto? Posiblemente por el hecho de que se
desmarca dentro de la literatura sapiencial. La visión casi fatalista del
Qohélet nos parece incompatible con el lenguaje de los salmistas o los
proverbios de Salomón. Nada más lejos de la realidad, puesto que
tendemos a ver la parte por el todo. Detrás de ese lenguaje, a primera
vista fatalista, encontramos un mensaje claro: la vida es un don de
Dios, pero un don finito, por consiguiente, disfruta de ella.
Qohélet no busca determinar experiencias individuales, más bien
contempla la vida en su globalidad y emite juicios al respecto . El
Qohélet habla desde la experiencia, puesto que para él es la única
manera de constatar una realidad. La realidad es siempre una realidad
vivida.
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¿Quién es el Predicador?
Existen distintas evidencias que apoyan la postura tradicional en la que
se le atribuye el libro a Salomón, sin embargo también existen
argumentos históricos y teológicos que nos hacen pensar que tal vez fue
otro el autor. No obstante, no vamos a entrar a tratar este matiz, ya
que este dato no tiene demasiada relevancia en nuestro estudio en
estos momentos. Lo que nos disponemos es a modestamente intentar
descubrir si se puede extraer alguna norma ética de sus palabras, sin
embargo, sí que nos importará el trasfondo de tal autor, puesto que
nadie puede huir de su cultura, aunque lo pretenda.
Qohélet da por supuesta la existencia de Dios, el problema de la
divinidad no tiene ninguna razón de ser en su mentalidad. Dios es el
pilar para Qohélet, el único posible, y lo diferencia de todo lo demás.
El ateísmo es extraño para el autor . Lo único que pretende es

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compartir, como antes hemos dicho, sus conclusiones como gran
observador que es.
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¿Es el Eclesiastés un libro escéptico?
Posiblemente, Qohélet no se referiría a sí mismo como escéptico, ya
que detrás de cada una de sus palabras, late Dios como única y posible
respuesta a la existencia.
Para él Dios no es investigable, sin embargo, habla muchas veces de
Dios y del temor de Dios . Es más, su aparente pasividad teórica se
convierte en ferviente práctica a la hora de la verdad . Pero, en
cuanto a la vida se refiere, sí podríamos catalogar al Eclesiastés como
un libro escéptico y que el autor, a través de su propia experiencia, ha
llegado a la conclusión de que el intento de vivir según la sabiduría
tradicional queda obsoleto a la hora de ponerlo en práctica . Es
escéptico hasta el punto de que también desconfiará de sus propias
conclusiones.
Qohélet ve a Dios como única respuesta, como un absoluto en su vida,
es así de sencillo. Para él la vida, no tiene ningún sentido que
trascienda a la propia vida, no hay nada nuevo bajo el sol, dirá y
defenderá hasta sus últimas consecuencias.
Para él, la sabiduría hecha dogma no sirve de nada . Qohélet apuesta
por una observación individual y un llegar a conclusiones propias a
través del cuestionar tales observaciones. Los dogmas, como tantas
cosas, son absurdos para Qohélet.
Todo su razonamiento desembocará en la figura de Dios. Es ahí por
donde todos los caminos pasan, se cruzan y vuelven a llegar y, a pesar
de eso, el ser humano está incapacitado para comprender los designios
de Dios. La fe y la dependencia en Él le harán dotar a la vida de un
sentido “estable”.
Pero que confíe incondicionalmente en Dios no le libra de ser un
escéptico. Él mismo se delata. La única conclusión segura a la que llega
después de tanta observación es simple: todo es vanidad.
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Problema ético en el Eclesiastés
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Vanidad de vanidades
Podríamos decir que esta es la tesis sobre la que se va a desarrollar
todo el pensamiento de Qohélet, pero eso sería agotar en unas cuantas
palabras toda su enseñanza . Decir que lo único que aporta es la idea
de que “todo es vanidad” sería simplista y reduccionista. Sin embargo,
y no sólo por su constante presencia sino porque todo el libro parece
respirar, en parte, a través de esta afirmación, la convierte en
fundamental a la hora de entender el Eclesiastés en su totalidad.
Para el Qohélet parece y es una sentencia de gran importancia,
reforzada por Ecl. 7:15 (“He visto todo durante mi vida de vanidad:
hay justo que perece en su justicia, y hay impío que alarga su vida en
su perversidad.” ) y Ecl. 9:9 (“Goza de la vida con la mujer que amas,
todos los días de tu vida vana que El te ha dado bajo el sol, todos los
días de tu vanidad, porque esta es tu parte en la vida y en el trabajo
con que te afanas bajo el sol.” ), nos encontramos con que todos
nuestros días son vanidad, que nuestras vidas son un cúmulo de
vanidades.
¿A qué se refiere Qohélet cuando habla de vanidad? Hay diferentes
puntos de vista sobr e lo que el Predicador quiso decir. Demos un paso
más, cuando Qohélet afirma que “todo es vanidad”, ¿qué está
abarcando? Parece imposible pensar que Dios esté incluido en tal
afirmación, este hecho nos ayuda a reforzar la idea de que se refiere
a los procesos finitos de la vida, que para Qohélet recordemos se trata
de una intrascendente vida.
No encuentra ningún sentido al afanarse por cosas como el trabajo o los
procesos incomprensibles de la vida del hombre, puesto que al final todo
es “correr tras el viento”. Proponemos, por tanto, que el motivo por el
cual Qohélet empieza con esta afirmación en forma de sentencia, es
precisamente esa, que toda su ética sapiencial está regida por un
sentido de transitoriedad de la vida, por un “sin-sentido” del cual no

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cabe duda de que podemos extraer muchos aspectos positivos a la hora
de enfrentarnos con la vida.
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Sabiduría y conocimiento
Sabemos que Qohélet es una persona culta, sabia, formada, con un
gran bagaje en la vida, él mismo nos informa de ello “Y di mi corazón a
inquirir y a buscar con sabiduría sobre todo lo que se hace debajo del
cielo”, y podemos ver cómo en más de una ocasión echará mano de la
expresión “esto he visto”. Basa la mayoría de sus conclusiones en la
experiencia, ya que para él es “norma suprema” .
Como gran sabio y gran observador, parece imposible, contradictorio y
confuso que afirme que “pues en la mucha sabiduría hay mucho
sufrimiento; y quien añade ciencia, añade dolor.” (Ecl.1:18). ¿Es
posible que el consejo que nos esté dando Qohélet sea el de
permanecer en la más pura ignorancia? Nada más lejos de la realidad.
Pero esto es lo más aproximado a la interpretación de cualquiera.
Parece que nos esté alentando a no aumentar nuestra sabiduría, a no
aprender, a no interesarnos por el aprendizaje propio, ya que esto
causa dolor, pues más conocimiento parece venir acompañado de más
padecimiento.
Esta afirmación está llena de verdad... matizándola, claro. Aquél que
consigue conocimiento, obtiene las herramientas para interpretar su
realidad, y puede que la utopía en la que creía estar viviendo se
derrumbe catastróficamente. La verdad, que viene a través del
conocimiento, abre los ojos y no siempre va a ser agradable lo que
vamos a ver.
¿Deberíamos vivir, entonces, en la más pura ignorancia e indiferencia?
Puede que estas herramientas nos ayuden a ver la realidad desnuda, a
encontrar la verdad, y ni siquiera eso, aunque también nos
proporcionará algunas de las herramientas necesarias para intentar
construir un mundo mejor, para luchar por conseguir, aunque sea
rozándola con las puntas de los dedos, la utopía antes mencionada. A
través del conocimiento, uno puede contrarrestar la sinrazón, al

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absurdo, a la incoherencia. El conocimiento te enfrenta a la realidad...
también te permite intentar cambiarla.
Bellas palabras, cargadas de esperanza pero también de decepción. Al
escribir estas líneas no podemos evitar dirigir la mirada hacia el “pueblo
de Dios” hoy. La situación actual de nuestras iglesias y de aquellos que
las dirigen. Parece que nuestra estrategia en la iglesia actual, como
lideres y maestros se basa demasiado a menudo en alejar al pueblo del
conocimiento, por irónico y contradictorio que parezca. Nuestra forma
de proceder no puede basarse en la seguridad y el poder que nos
ofrece el hecho de tener a nuestro cargo un pueblo ignorante, sino que
debemos luchar por ser un pueblo que conoce a Dios y que es retado
por Él a vivir una transformación de vida movida por el arrepentimiento
de nuestra “vieja manera de vivir” en esa ignorancia de la que éramos
esclavos, sumergiéndonos en el conocimiento que va más allá de la Doxa
(opinión) o la epistema (teoría), guiados por un conocimiento real, la
sofía (conocimiento experimentado, que transforma).
Tal cosa a menudo se nos hace difícil. Como leíamos al comenzar este
apartado, en Eclesiastés 1:18 y también muchos de mis compañeros de
clase y yo misma estamos experimentando en nuestra propia carne, “en
la mucha sabiduría hay mucho sufrimiento; y quien añade ciencia, añade
dolor.”. Como dice un apreciado lema de hermanos queridos: “
entendemos la enseñanza teológica como riesgo” . Personalmente
apostamos, como aconseja el Qohélet, ha asumir el riego del
conocimiento, “a pesar de”.
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Actitud ante la vida: carpe diem
Hasta ahora, nos hemos encontrado con la cara más sombría de
Qohélet. En un primer momento, aunque después hemos intentado ver el
lado positivo de sus palabras, parece que el pesimismo late por sí solo
en las palabras del Predicador. El primer guiño a la alegría nos lo
encontramos en 2:24 cuando leemos “No hay cosa mejor para el hombre
que coma y beba, y que su alma se alegre en su trabajo. También he
visto que esto es de la mano de Dios”. Y esta idea nos sigue
acompañando durante los demás capítulos: 3:12-13, 3:22, 5:18...

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Reflexionemos, por un momento, en la realidad etico-cristiana popular
que nos rodea hoy en día. Muchos, viendo en el horizonte un futuro
escatológico, tienden a pensar en esta vida, la de ahora, como en un
periodo de tránsito, en el cual debemos sobrevivir, mejor o peor,
evitando cualquier “contacto real” con todo lo que tenga que ver con
este mundo, puesto que para nosotros está prefijado algo mejor, algo
más “de arriba”. Se tiende a demonizar la mayoría de aspectos
referentes a la vida terrenal, en su sentido más amplio. Parece que
este versículo choca con esa comprensión.
Recordemos que para Qohélet, la vida es un fin en sí mismo, y que en
su conciencia no hay ningún rastro de futuro escatológico, la vida, en su
totalidad, acaba con la muerte. Posiblemente, desde esa perspectiva,
concluye que la vida es también un don de Dios y que es de su agrado
que disfrutemos de todo lo que ésta tiene para ofrecernos. La idea del
carpe diem está latente en este libro, ya que el versículo mencionado
tiene paralelos a lo largo de todo el escrito. Esta vida merece la pena
vivirse lo mejor que se pueda, no en permanente luto. Esta vida es un
don, no un castigo, no un periodo de prueba . Muchas más cosas de las
que a primera vista creemos pueden ayudarnos a construirnos no sólo
como personas, sino también como cristianos y, por consiguiente, a
construir el reino de Dios.
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El kairos en el Eclesiastés
Al llegar al conocidísimo 3:1 podríamos enzarzarnos en inacabables
discusiones sobre la soberanía de Dios en la historia. Y no sólo de eso,
“todo está escrito”, no podemos hacer nada para cambiar la historia
puesto que “todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del
cielo tiene su hora”. Muchas y variadas interpretaciones han nacido a
causa de este texto.
K. Galling defiende que este texto, lo que nos está queriendo enseñar,
es que Dios tiene un kairos preparado para todo, es decir, un tiempo
idóneo para cada suceso debajo del cielo. Y precisamente, lo que el
cristiano debe hacer, no es quedarse hundido en la pasividad pensando

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que “todo tiene su tiempo”, sino que debe estar expectante para
aprovechar ese don de Dios.
Nuestra historia la vamos escribiendo nosotros mismos, Dios es una
guía, un camino, una forma de ir escribiendo esta vida. Él nos ofrece
un kairos para cada aspecto de nuestra vida. El ser humano debe
aprovechar este regalo, saber exprimirlo, extraer todo lo que nos
enseña y ponerlo en beneficio de la construcción del pueblo de Dios.
Cuando acabamos de leer el pasaje, esta preciosa poesía que Qohélet
nos ofrece, nos percatamos de que, por cada suceso bueno, hay, por lo
menos, un suceso menos positivo y, sin embargo, vemos que esto
también viene de Dios. El kairos no solo compete a los sucesos
positivos, a aquellos que a primera vista nos parecen positivos, el kairos
lo abarca todo. Nuestra actitud ante cualquier suceso, ya sea bueno o
malo, debe ser el de intentar extraer lo que Dios quiere enseñarnos a
través de él, encontrar la manera de que nos edifique, nos ayude a
crecer como personas y como creyentes. Debemos estar atentos,
expectantes al kairos, a ese gran don de Dios.
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La confianza en Dios
Hemos acabado el apartado anterior intentando reflexionar sobre el
lado negativo de la vida. Encontramos que Qohélet en 7:14 reflexiona
sobre esto: “En el día del bien, goza del bien; y en el día de la
adversidad, considera. Dios hizo tanto lo uno como lo otro, a fin de que
el hombre nada halle después de él”.
Dios es el soberano de la historia, y todo en Él es perfecto. De Él
llegan tanto los días buenos como los días malos. Qohélet nos anima a
gozarnos del día bueno, a disfrutar de él, como hemos dicho
anteriormente. Es don de Dios que el hombre coma y beba y se goce en
su trabajo. Sin embargo, ¿qué actitud debemos tener ante el día de
adversidad?
Qohélet tiene una respuesta clara para esto: confiar en Dios, depender
de Él. Dios crea tanto el día bueno como el día malo. Es en lo segundo
cuando nuestra confianza en Dios queda retada, puesta en prueba.

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Cuando todo muy bien es muy fácil confiar en Dios, agradecerle todo lo
que hace, estar dispuesto a Él en todo. Cuando el día comienza a
nublarse, parece más difícil confiar en la soberanía de Dios, y todo
queda tapado por la desesperación humana. Debemos depender de Dios,
puesto que no hay nada más después de Él. La confianza en que Él hará
es la clave. En esos momentos uno también puede aprender mucho de
Dios, de sí mismo y de los demás. Muchas veces el sufrimiento, el
padecimiento del seguimiento es necesario para que la persona quede
configurada en su interior. Aprendiendo de esos momentos, nos
convertimos en cristianos más fuertes, pero esto sólo sucederá si
tenemos confianza plena en Él y nos demostramos dependiente de Dios
en todo lo que hacemos.
Debemos confiar en que Dios vela por nosotros y que está a nuestro
lado aunque parezca que nos ha abandonado. La soberanía de Dios
puede que sobrepase nuestro entendimiento, pero nuestra fe debe
llevarnos a la tranquilidad, tranquilidad propiciada por nuestra confianza
en él.
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Por una vida activa
Qohélet tiene mucho que decirnos, parece que todo esté enfocado hacia
los momentos clave de la vida, aquellos que cobran relevancia: los
momentos de fiesta, los momentos de prueba más duros. ¿Qué pasa con
nuestra vida cotidiana? ¿Es que Qohélet no tiene nada que aportarnos
en este aspecto? Eclesiastés 10:7 dice: “Por la mañana siembra tu
semilla, y a la tarde no dejes reposar tu mano: porque no sabes cuál es
lo mejor, si esto o aquello, o si lo uno y lo otro es igualmente bueno.”
El mensaje de este pasaje es claro. Lucha categóricamente ante una
vida llena de pasividad. La vida está llena de incertidumbres que ni
siquiera comprenderemos el día que acontezcan. La única manera de
enfrentarse a ellas es a través de la constancia, del trabajo diario.
Las palabras de Qohélet son una “invitación a la acción, aún a la acción
arriesgada, como es la de todo labrador que arroja su semilla a la
tierra, sin saber si recogerá o no buena cosecha” . La única manera de
luchar contra la pasividad, es la acción diaria y constante.

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Conclusiones
Es obvio que este artículo sólo roza todo lo que podríamos decir sobre
la ética en el Eclesiastés. Aún así, hemos intentado elaborar una
reflexión que refleje el hecho de que el libro de Eclesiastés está
empapado de pautas que pueden ser seguidas por todos nosotros.
¿Qué tiene el Eclesiastés que no tengan los demás libros sapienciales?
El Predicador escribe desde su experiencia, es decir, desde un punto de
vista nada utópico, sin querer afirmar que los demás libros sapienciales
lo sean, mucho más real, puesto a la práctica. Huye de tópicos e
intenta ser mucho más práctico, sin quedarse sólo en la teoría.
Dado que, como hemos mencionado en varias ocasiones, para Qohélet
tan solo existe esta vida, está claro que su manera de acercarse a ella
es muy diferente a la nuestra y, a pesar de ser un libro que no puede
escapar de su contexto sociocultural, puede aportar mucha luz a los
errores en los que, como creyentes, podemos llegar a caer respecto a
esta vida. Qohélet ve la vida como un don de Dios y así lo expresa.
Una parte importante de nuestra ética cristiana debe estar configurada
desde ahí, no sólo eso, sino también desde la confianza y dependencia
de Dios mismo. A partir de ahí, nuestra existencia adquiere otros
matices que, posiblemente, habrían pasado desapercibidos.
Este libro respira una manera de enfrentarse a la vida paso a paso y, a
pesar de su apariencia fatalista, es casi un canto a la vida, una vida
que refleja un compromiso como pueblo de Dios. Un compromiso hacia la
utopía del Reino. “Hay personas que el cambio no les infunde esperanza,
sino únicamente temor. Pero quien sólo desea prolongar su presente en
el futuro pierde las nuevas posibilidades que el futuro le ofrece,
ahogando, junto con esas posibilidades, el propio futuro” “sin una
desestabilización del propio sistema no hay transformación…sin crisis no
hay oportunidad, sin crítica no hay libertad”
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Bibliografía

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Von Rad, Gerhard Sabiduría en Israel Ed.Cristiandad 1985
Vilchez, José Eclesiastés o Qohélet Verbo Divino 1994
Vilchez, José Sabiduría y sabios en Israel Verbo Divino 1995
M.A. Klopfenstein El escepticismo en el Eclesiastés Artículo
Grau, José Eclesiastés EEE 1993

ESTUDIO SOBRE EL LIBRO DE ECLESIASTE


BUSQUEDA DEL SENTIDO DE LA VIDA SEGUN EL LIBRO DE ECLESIASTES

El nombre Eclesiastés proviene del título griego del libro según aparece en la septuaginta. su
forma en castellano es tomada de la versión latina de la Biblia, conocida como la Vulgata. La
palabra griega ekklesiastés significa un miembro u orador de la asamblea. Esta es una
traducción del título hebreo gohélet, el cual es el participio femenino del verbo gahal (reunir) y
se relaciona con el sustantivo gahal (asamblea). La idea es de uno que se dirige a la asamblea y
que es un predicador o maestro. Desde los escrito de San Jerónimo, el la Vulgata latina, y
posteriormente en las obras de Martín Lutero, Gohelét se traduce como predicador. Pero
quizás sea más apropiado traducirlo "maestro" por dos razones: (1)-la naturaleza pedagógica
de este libro. (2)- declaración del capitulo 12:9 que establece que gohelét " enseño sabiduría
al pueblo.

No es fácil identificar el autor de este libro. Su nombre no aparece en esta obra. El se


describe así mismo como predicador o maestro, hijo de David y Rey en Jerusalén. Dice tener
gran sabiduría (1:16), muchas riquezas (2:8), logros sobresalientes en la construcción de
edificios (2:4-6), muchos sirvientes (2:7). Por estas razones muchos eruditos judíos
concluyeron que fue Salomón. Lutero dudó que salomón fuera su autor, pero en el siglo 19 se
sostuvo que Salomón fue el autor de esta obra. Las similitudes internas entre este libro y
Proverbios y los datos de 1 reyes 1-11, apoyan las ideas de que Salomón es el que escribió a
Eclesiastés.

El libro producto del movimiento de sabiduría en Jerusalén, tiene su época de oro con Salomón.
Los sabios de Israel fundamentaban su sabiduría en la revelación de Dios y no tanto en el
razonamiento humano. Por consiguiente, la sabiduría no encaminada al hombre hacia la
presuntuosa vanidad del conocimiento, sino que lo capacitaba para vivir una vida moral
agradable a Dios. De ahí que el sabio de las escrituras da consejos para ayudar a ala gentes a
tomar decisiones éticamente correctas, que corresponden a ala voluntad de Dios. Esta
sabiduría, cuyo principio es el temor a Jehová, que es dada con el propósito de enfrentar
adecuadamente los problemas de la vida en este mundo.

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Algunos han atribuido al autor de esta obra como un pesimista extremo de la vida, quien sólo
piensa en el juicio final, o como un hedonista craso, alguien que solo piensa en que los placeres
mundanales son lo mejores que el se humanos pude buscar en este mundo. Otro ven en el autor
a una persona sin ningún concepto de Dios, que no cree en la inmortalidad. Sin embargo, el
enfoque en este libro y de su autor, es diferente. Hay cinco propósitos que dan la clave del
tema y su interpretación:

1-El ser humano necesita aprender a tener temor reverente hacia Dios.
2-Necesita reconocer que tendrá que rendir cuenta a Dios.
3-Es importante colocar a Dios como el centro de la vida.
4-Debe mantener un balance en la vida.
5-Puede disfrutar la vida como un don de Dios.

Todo esto es posible cuando entendemos que Dios tiene un plan total para cado eventos o
situación que nos ocurre en la vida, en ese sentido nos sometemos a ese plan y buscamos en
Dios la interrogante que nos hacemos sobre el sentido de la vida.

Todo es pasajero

Vanidad de vanidades (2-3)

La palabra hebrea que se traduce como vanidad en este libro Literalmente significa vapor y
aliento, expresando la idea de algo que es efímero, fugaz, transitorio; por lo tanto sin valor
duradero. Esta es una de la expresiones más importantes del libro, la doble expresión de la
palabra vanidades (21:2-3) es la manera de expresar el superlativo en hebreo. Vanidad de
vanidades es, pues, la máxima vanidad concebible. La expresión hebrea (havel), traducida como
vanidad, es usadas treinta y tres (33) veces en el libro, y significa vapor, aliento. La alusión es
todo aquello que es pasajero, efímero, ilusorio e irreal en contraste con lo que es permanente,
significativo y real. Qoelét presenta el carácter transitorio y sin sentido de las cosas en sí
mismas. Encuentra que todos sus esfuerzos en vanos y su carrera por alcanzar el valor final de
las cosas es tan fútil como querer atrapar el viento. El ser humano debe reconocer que sus
actividades más grandes y sus logros más apreciados terminan en desilusión y vacuidad si no
tiene a Dios como parte integral de su vida. (1:2-3)

La lucha sobre la buena sabiduría es discernir cual es el plan Divino. Ante la imposibilidad de
hacerlo, surgen las frustraciones que resurtan en disilución y vanidad. Después de envolverse
en la búsqueda insencensante del sentido de la vida, el autor concluye que todo es pasajero y

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que todo en Dios se encuentra el significado final de todo los que existe. Si el hombre concibe
al mundo como un fin en sí mismo, la vida se torna en vanidad; pero si lo considera como un
medio por el cual Dios le revela su amor, justicia y misericordia, entonces la vida tiene
significado (2:25; 5;28-20-Biblia de Estudio caribe). La investigación puramente humana
conduce a la conclusión de que nada vale la pena porque todo es vanidad.

Tediosidad del ciclo de la vida (1:4-7)

La naturaleza humana y la vida se repiten en sí misma en una sucesión monótona. Nada es nuevo.
Los seres humanos nacen crecen se reproducen y mueren y así ese ciclo es repetido en este
mundo. Las personas cambian constantemente, pero la naturaleza en su ciclo continuo
permanece igual. Todo está en continuo movimiento, pero siempre haciendo lo mismo; el sol en
el cielo, el viento en el aire, las aguas los océanos, los ríos en su curso en el campo. Por eso el
autor establece un contraste entre la aparente permanencia de la naturaleza con su ciclo
constante y la transitoriedad de la vida humana. (1:4-7)

Los seres humanos no pueden acudir a la naturaleza para hallar sentidos a su existencia
temporal en la tierra. Tampoco pueden encontrar absoluta satisfacción en ella. El intento por
comprender o expresar la actividad de la naturaleza produce frustración. Los ojo jamás podrán
percibirlo todo ni el oído oírlo todo (proverbios. 27:20) este proceso resulta tedioso y
fatigoso, almeno que el ser humano enfoque su corazón en el invencible en ves de fijarlo en las
cosas creadas. Los filósofo estoicos afirmaban que todas existencia se repite a sí misma en el
miso patrón. Por lo tanto, el futuro está controlado por experiencias fijas, repetidas e
inescapables que determinan el destino humano. En contraste, el concepto Bíblico es que el ser
humano puedan cambiar el curso de las cosas en las ejecuciones morales. La descripción del
ciclo repetido de los eventos humanos es para destacar cuán transitoria es la vida debajos del
sol. (1:8-11)

Camino de la sabiduría (1:12-18)

El autor presenta su nueva experiencia primero de una manera generalizada (12-18) y después
con más detalles (2:1-11). En el Cáp. 1:12, cambia de tercera personas a primera persona,
sugiriendo que el mismo estuvo envuelto en la búsqueda de la sabiduría. Aquí se ofrecen do
puntos interesantes; (1)- se identifica al pueblo de Israel como el pueblo de Dios. (2)-Según el
texto masorético, en ves de traducirse ''fui'' debe decir ''he sido''. Este cambio gramatical
de a entender que al momento de escribirse el libro, el Autor es Rey sobre Jerusalén y desea
que el lector lo identifique.

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Según el texto Bíblico el autor posee una mente inquisitiva, Se dedicó al estudio sistemático.
Investigo, exploró, busco e inquirió por todos lados, acerca de la raíz misma de todo asunto.
Observó las actividades, conducta, política, y comunicación social. Hizo un arduo trabajo de
análisis, investigación, serias reflexiones y ambas aplicaciones. No dejó nada sin examinar, pero
notó que aparte de Dios el ser humano descubre muchos males, sin encontrar respuestas a
todos los problemas humanos, por tanto todo es vanidad y aflicción de espíritu. El sabio dice
que se engrandeció y creció en sabiduría y que su corazón percibió, se apropió de muchas
sabiduría y conocimiento (2 crónica 9:5-7, 23). Además de la sabiduría el autor consideró
también '' locuras y los desvaríos''. Estudió los contrarios a la sabiduría para comprender la
verdad contrastándola con el error. También se encontró como insatisfactorio; la labor de la
sabiduría es perdida, pues el hombre no puede controlar ni resolver todos los asuntos.

En (1:18) expresa la desilusión total que encontró en la sabiduría humana. Esta en vez de
producir alivio, aumenta la el dolor. Por esto dice ''el que añade ciencia, añade dolor''.
Mientras más conocemos de las experiencias, circunstancias y necesidades humanas, más nos
damos cuenta incapacidad para resolverlas, Cuando el ser humano hace de la sabiduría y el
conocimiento el todo de su vida, su vida se hace vana y vacía. Dios debe estar en el centro de
todo lo que somos y hacemos. Aunque no entendamos todas las cosas, ni encontremos la
solución a todos los asuntos humanos, si podemos confiar que nuestro Dios conoce
perfectamente, esta en nuestro control y que a su tiempo nos revelará todas las cosas
(Deuteronomio 29:29).

La investigación puramente humana conduce a la conclusión de que nada vale la pena. la


sabiduría que solo es resultado del estudio y la intuición humana, jamás podrá comprender el
plan Divino ni resolver los enigmas de la existencia humana. Por tantos todos sus esfuerzas
terminarán en vanidad y frustración.

El sentido final de la existencia humana se encuentra en Dios. Si se concibe al mundo como un


fin en sí mismo, la vida se torna en vanidad; pero si se considera como un medio por el cual Dios
revela su amor y su justicia, en tonce la vida tendrá sentido y valor.

Necesitamos colocar la sabiduría y el conocimiento en su perspectiva y balance correctos. Esto


nos ayudará a no tener un punto pesimista del mundo y de la vida, sino a ver en ellos las manos
bondadosas del todo poderosas. No es que la vida que Dios nos ha dados sean vanos y sin
significados, sino que cuando sacamos a Dios de ellos, nos quedamos desamparados, vacíos, sin
valor, significados ni satisfacción en la vida.

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Búsqueda de significado.
Cáp. 2

Para que uno sea feliz su vida tiene que tener significado. La persona vive mientras
experimenta una vida de significado y valor, y mientras tiene por lo cual vivir. Tanto como la
experiencia de la persona se desvanece el significado, el valor y a la esperanza, ella comienza a
dejar de vivir; comienza a morir.

La gente está tratando de hallar significado a la vida y no queda satisfecho con ser una pieza
desconocida y dispensable en la sociedad. Esto explica porque porque muchas personas no
están satisfechas. Quizás comen, duermen, tienen familia, casas, posesiones y experimentan
algunos placeres, así como también experimentan muchas comodidades, pero eso no quiere
decir que su vida tenga significado.

Una encuesta realizada por la Universidad Daito Bunka, del Japón, reveló que de 1,500
estudiantes de secundaria, el 50% de las muchachas y el 34 % de los muchachos ya habían
pensado en suicidarse, quizás esto se debe a la falta de significado de su vida. Esta cifra no
difiere de las demás naciones como; Europa, Francia, América y otras naciones. El aumento de
suicidio por todo el mundo indica que cada vez son más las personas que se sienten infelices y
renuncian a la vida.

En su empeño de que el ser humano encuentre la verdadera felicidad, el autor de esta obra
insiste que hay una dimensión de la vida que transciende de las cosas, las actividades y la vida
física en sí misma. Esta dimensión solo es posible mediante la relación de la criatura con el
Creador. En ella el ser humano encuentra el verdadero valor y significado de su vida.

La sabiduría como fin en sí misma es inadecuada para darles sentido a la existencia humana
(1:16-19). El bien supremo no consiste en la adquisición de vienes materiales o en darse la
''buena vida'', más bien se alcanza en la práctica de los buenos valores Espirituales
(Mateo.6:19-34). Aunque tengamos alegrías y placeres en este mundo, no podemos olvidarnos
que todo lo que el mundo nos ofrece son efectos temporales, su calidad es perecedera y su
contenido es vano. Qohelét o el predicador como lo describe este libro, se entregó a los
placeres de este mundo; se entregó al vino, licor, alcohol (vers. 3).Se entregó a estas cosas
esperando ser dirigido por la sabiduría (vers.3), quiso experimentar abiertamente con los
placeres y al mismo tiempo retener el control de sus pasiones la cual esto fue muy peligroso
para su vida, pues las fuerzas del vicio y las pasiones arrastran aun más fuerte, si Dios no está
en lustra vida.

El busco placeres, mujeres, las canciones y las posesiones quizás sin comunión con Dios.( 2-3).
Los versículo (4-5) hablan de casas, viñas, huertos, jardines, árboles frutales. 1ra reyes

15
7:1-18 habla de las diferentes casas que construyó y el 9-12 se mencionan los materiales
costosos que usó, tuvo una oseción de poseer cosas. En esta vida mientras más se tiene más se
quiere, También se dio a la fauna y la zoología (1ra reyes 4:33). Plantó viña (Cant. 6:2), Ideó
su propio sistema de riego, adquirió multitudes de ganados vacuno y ovejunos ( 2Cron.7:5; 1
reyes 4:22-23), tubo oro y platas lo cuales fueron considerado como piedras en abundancia en
Jerusalén. (1 reyes 10:27; 2 Cron.1:15; 1 reyes 10:14-29), Obtuvo cantores y cantoras.
La expresión de los ''deleite de los hombre'', alude a los placeres sexuales y posiblemente al
aren de concubinas de Rey. Las mujeres fueron su tentación principal y causa primaria de su
ruina Espiritual (1 reye. 11:1-18). Además, disfrutó de una sabiduría y fama si igual
(vers.9,10 ), (2 Cron. 9:5-6). Cual fue la ventaja o el provecho (1:3) la respuesta es que sin
Dios en la vida no hay provecho algunos. No se debe poner los placeres y en los deleite si no es
con Dios en nuestro corazón. Estas cosas pueden producir deleite y gozo, pero son temporales
y al pasar dejan una estela de engaño y decepción, su corazón se desespera y ( vers. 20) y
pronuncia otra vez que todo es vanidad (vers. 21). ''Todas las cosas que llamamos los bienes
de la vida: salud, riquezas, posesiones, placeres sensuales, honores y privilegio, se deslizan a
través del dedos del hombre, a no ser que sean recibido como don de Dios y hasta que Dios no
dé al hombre la capacidad de disfrutar de todo ello y de obtener satisfacción en ello''.

La vida solo puede disfrutarse a plenitud en comunión con Dios, el bien común no se encuentra
en la vida ni en las cosas, sino en el creador. La vida es un Don Divino y Dios es el centro de
la misma. La fe y el temor a Dios hacen la diferencia en nuestra vida terrenal. El temor nos
ayuda a vivir en esta tierra seguros de que estamos con Dios y que les agradamos a El. Todo
camino, esfuerzo por alcanzar la felicidad aparte de Dios es en vanos. La satisfacción que
ofrece el mundo es fútil. Solo se puede encontrar satisfacción, alegría, y paz duraderas en
Dios. Jesús dijo:'' Yo he venido al mundo para que tengan vida y para que la tengan en
abundancias''.

Todo tiene su tiempo


cap. 3

La palabra traducida ''tiempo'' proviene de los conceptos hebreos eth y zeman que expresa la
idea de los tiempos señalados, el momento apropiado, la oportunidad para que se realice alguna
acción. El ser humano está controlado y limitado por el tiempo. Cada día tiene la misma
cantidad de tiempo determinada de 24 horas. Dios nos ha dados el tiempo para que lo
aprovechemos al máximos cada día, su valor es incalculable por que no puede ser recuperado ni
repetido, ni se vuelve a vivir. El tiempo es pasajero, por eso es necesario que lo invirtamos
sabiamente como podemos aprovecharlo bien, Dios nos pedirá cuentas como lo hemos invertidos
Eclesiastés 3:11. Expresa que toda actividad humana tiene sus tiempos determinados. Por

16
tanto debemos aprovechar bien el tiempo, porque los día son malos. Efesio 5:16.

En forma poética el sabio hace una lista de catorce actividades en pares, opuestas o
contradictoria (3:2-8), comenzando con la entrada o salida de la vida. Todas las demás cosas
suceden entre el nacimiento y la muerte:

(1)-Nacimiento y muerte: Nadie puede predecir el momento de su nacimiento o de su muerte,


el día de la muerte está señalado y nadie debe apresurarlo o prolongarlo. ( He. 2:27).

(2)- plantar y arrancar: existen temporadas fijas para las siembras, la poda y la cosechas que
la única forma de conseguirlas es cooperando con la naturaleza. Jeremías 2:4 y Sofonía lo usan
este apareado, aplicándolo metafóricamente a las naciones.

(3)-Matar y curar: Esta referencia parece contraritorio, de ningún modo se sanciona aquí el
asesinato, sino que se reconoce la existencia de esta actividad sin pasar juicios sobre ella. Hay
situaciones en la vida en que se hace necesario matar, por ejemplo: el sacrificio de un animal
para alimento. Dios también llega el momento en que el decreta la muerte, También concede
tiempo para curar o vendar las heridas. Las enfermedades están más allá del control humano y
Dios interviene teniendo control absoluto de ella proyectando sanidad.

(4)-Destruir y edificar: Se refiere a la remoción de edificios en decaimiento o que ya no son


convenientes, para hacer nuevas y mejores estructuras. Hay tiempos para destruir viejos
muros, relaciones, o naciones (Jeremías 18:7,9).

(5)-Llorar y reír y (6)- endechar y bailar: Estas dos antitesis o contradicciones están
estrechamente relacionadas y conllevan las ideas de los dolores y gozo que proporciona la vida.
La endecha y el lamento se relacionan con los eventos de los versículos 2 y 3. El dolor y el
quebranto que ocasiona la muerte, las enfermedades y la perdida de seres queridos o de cosas
valiosas para nosotros, son partes de la vida. También hay momentos de risa y baile, tales como
tales como la celebración de logros adquiridos, bodas, nacimientos de un bebé y muchas otras.
Es necesario que aprendamos a confiar la vida a Dios, ya sea en tiempos de risas, bailes y
gozos, tanto como en el dolor, la endecha y la desesperación.

(7)-Esparcir piedras y juntar piedras; y (8) abrazar y dejar de abrazar. L a primera antítesis
tiene varias interpretaciones. Primera, tirar piedras en un terreno para hacerlo incultivable y
juntarlas para cultivarlo. Segunda, el acto matrimonial y la abstinencia del mismo, lo cual es
paralelo con ''abrazar y dejar de abrazar'' si se refiere a un abrazo romántico. Auque esta
interpretación metafórica es aceptado por muchos, es de notar que la otra antítesis es tomada
literalmente y no como metáfora, es decir como una comparación. Tercera, esparcir la piedra
de un edificio viejo y juntar piedras para la construcción de uno nuevo. Probablemente se

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refiere a recoger piedras para algún propósito definido tal como limpiar de piedras la viña
(Isaías 5:2).

(9)-Buscar y perder; y (10)-guardar y desechar: Expresa el deseo humano por adquirir nuevas
cosas. Con la adquisición de cosas nuevas llega también el tiempo para guardar o desechar
otras. La primera cláusula de un tiempo apropiado para buscar riquezas y un tiempo prudente
de sumisión para aceptar la perdida de las mismas. Contrario a la segunda cláusula, la perdida
de la primera esta fuera del control humano, mienta que en la segunda es voluntaria. Hay veces
cuando perder es realmente es ganancia (Juan 16:7) y hay cosas que no valoramos hasta que
están más allá de nosotros mismos. El que es prudente guarda bien lo que ha adquirido. Pero
hay ocasiones en que más sabio privarnos de algunas cosas para asegurar cosas o fines más
importantes (Jonás 1:5; Hechos 27:18, 19,38).

(11)-Romper y coser: Era costumbre desgarrar lasa vestiduras como símbolo de lamentación o
gran disgusto (2 Samuel 1:11; 2 Reyes 5:7; 22:19). Lo apropiado era volver a coser la
vestidura cuando pasaba el problema.

(12)-Callar y hablar: Hay tiempo en que es mejor permanecer en silencio en medio de la


adversidad (2 Reyes 2:3,5), aunque el silencio del dolor profundo puede intimidarnos (Job
2:13; Salmo 39:2). Pero hay ocasiones en que la tristeza del corazón debe hallar palabras para
expresarse (2 Samuel 1:17) y clamar a Dios. Pero hay ocasiones en que necesitamos decir algo
y decirlo bien. Uno tiene la responsabilidad de declarar sus convicciones, de ser fiel a su
carácter y a su herencia, hablando la verdad aunque otros se ofendan.

(13)-Amar y aborrecer: Los humanos enfrentamos situaciones en que somos motivados al amor
o al odio (Salmo 105:25; Éxodo 11:3almo). Ambas son fuertes emociones humanas y la líneas
que las dividen son muy endeble. El amor puede tornarse en odio. Mientras más sincera y
profundamente se ha amado, m0s fiero y detestable puede ser el odio que resulta
principalmente en caso de infidelidad.

(14)-Guerra y Paz: Cuando la tiranía atropella los derechos de la humanidad, es tiempo para la
guerra, vivimos en tiempos volátiles en los cuales cada quién lucha por sus propios intereses y
derechos y fácil mente se lleva a otro juicio. en medio de la turbulencia de los tiempos, el
creyente es llamado a ser pacificador, promotor de la paz de Dios y la paz unos con otros.

Apropiado a su tiempo (3:9-11)

El autor alude a a la pregunta del capitulo 1:3; afirmando de que provecho se saca de todas
estas actividades, ya que todo tiene su tiempo y Dios está en control del mismo, es inútil para

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el ser humano cambiar los tiempo, las circunstancia, y los sucesos. Las antítesis mencionadas
(2-8) se anulan una de la otra, dejando al ser humano sin nada, vacío. Por lo tanto este tiene
que aceptar los tiempos ordenados por Dios. El autor llega a dos conclusiones que eliminan la
vacuidad de la vida (v, 11). La primera es que Dios ''todo lo hizo hermoso en su tiempo''
esto no se refiere a la creación original, la cual El declaró como ''muy buen'' (génesis 1:31),
sino a las luchas a las luchas y trabajos mencionados en el versículo 10. Aun las actividades de
los versículos 2-8, cuando son vista como parte integral de un plan Divino para el mundo,
cobrando belleza y armonía, pues Dios ajusta cada cosa en su tiempo y lugar apropiado. La
segunda conclusión es que Dios ''ha puesto eternidad en el corazón de ellos'' Esto significa
que Dios ha dado al ser humano una percepción de la eternidad. Entonces el ser humano no es
meramente una criatura del tiempo. Dentro de el está aquello que trasciende el tiempo y lo
eleva ''por encima del sol'' del plano meramente humano. El ser humano puede ver los
propósitos elevados y santos de Dios en un plano vertical y no meramente horizontal. Pero es
finito y no puede ver todo el cuadro del plano Divino. Su vida se debate entre el tiempo y lo
eterno; entre el hoy y lo perpetuo. No obstante, puede hallar lo eterno en el hoy, si entra en
relación con el Dios eterno.

El bien de la vida (3:12-15)

Dios planeó nuestra vida de tal manera que colocó en ella un vacío que solo El mismo puede
llenar. El propósito es que le busquemos a El. No hay peor infierno en la tierra que vivir sin
Dios. Solo El puede darnos una perspectiva correcta de la vida. Otra vez, Qohélet o el
predicador específico que la vida y todos sus ‘‘bienes’’ proceden de la mano de Dios. Cuatro
dones son mencionados: (1)-Alegrarse; solo Dios proporciona la perspectiva y esperanza
renovadoras necesarias para mantener una vida llena de gozo. (2)- Hacer bien en la vida: la
vida de Dios que abunda en nosotros nos ayuda para hacer bien a otros, sin que se nos dé
gracias, ni se nos reconozca o aplauda por ello. (3)-Para comer y beber: El apetito y la
capacidad para dormir y descansar son dones Divinos. (4)-Que goce el bien de toda su labor:
Nuestro esfuerzo no son en vano; hay esperanza para nuestro trabajo.

En (3:14-15) se ve la calidad de la obra de Dios. Primero, su obra es perpetua. El hace nada


superficialmente. Sus obras son sólidas, firmes y seguras. Si es Dios permanecerá ( Hecho
5:38-39). Segundo, es cabal y completa, no puede añadirle nada, pues nada le hace falta, ni se
le puede quitar cosa alguna, porque es perfecta y nada tiene en exceso. A Dios nunca se le
quedan cortas las cosas, ni llegan demasiado pronto o tarde, ni son excesivas ni les falta nada.
Tercero, pacientemente Dios repite las cosas hasta que las aprendamos. Solo El puede
restaurar el pasado, porque vive en un eterno presente. El puede recrear cosas pasadas que
han desaparecido de nuestra vista y mente, si El puede traer esto, también puede traer el
pasado al presente y confrontarnos con nuestros propios hechos en juicio final.

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Todas las cosas son mejores en el tiempo apropiado de Dios. La vida nos presenta muchos
sinsabores y contradicciones, pero esto no dura para siempre. A su tiempo Dios nos dará
alegría y contentamiento. Debemos reconocer y aceptar el plan de Dios para nuestras vidas. No
es posible entender el plan de Divino en su totalidad. Pero podemos confiar en que Dios nos
revelará lo necesario y nos guardará firmes en lo que no conocemos ni entendemos. Ahora es el
tiempo de resolver lo concerniente a la eternidad. Dios le ha dado capacidad al ser humano
para trascender el tiempo. Esto es importante cuando se centra en relación con el Dios de la
eternidad. Solo cuando la vida temporal se coloca en perspectiva de la eternidad, obtiene
seguridad, valor y significado.

Injusticias de la vida(Lesión 4)

En esta sección el sabio habla de opresión, injusticia y de seres humanos que se comportan
como bestias. además se confronta con los problemas de la vida solitaria y la ilusión de la gloria
o popularidad humana. todos hemos sido afectados por situaciones como éstas algunas vez en
nuestra vida. Algunas de las situaciones más difíciles de tratar son las injusticias y las
opresiónes. El autor nos hace algunas reflexiones que nos eliminarán las situaciones
necesariamente, pero nos ayudarán a enfrentarnos a ellas con más determinación y esperanza.

-Atodos los juzga Dios (3:16-22)

Injusticia e impiedad (3:16-18)


Dios tiene un hermoso plan para cada ser humanos. Necesitamos aceptar y ajustarnos a ese
plan en el tiempo apropiado de Dios. Aun cuando no entendamos todo el plan que El nos da. en
esta sección el autor expone realidades que tienden a negar la tesis del plan divino: Hay
impiedad en la cortes: (3:16-17); los hombres y las bestias mueren por igual (3:18-21); existe
muchas opresión (4:1-3); los seres humanos viven como rivales (4:4-6); se hallan aislados
(4:7-12); y la popularidad es temporal (4:13-16). La primera realidad es que la injusticia y la
iniquidad han tomados el lugar de la justicia. ''La palabra iniquidad'' implica que la injusticia a
sido torcida y los derechos humanos han sido pervertidos. Las cortes, que deben ser lugares de
juicios y justicia, han pervertido su función. Hoy días, La corrupción en los que ocupan puestos
públicos es evidente. Muchos representante de la justicias son los primeros que la violan.
Existen jueces que son objetos de grandes escándalos sociales; policía corruptos y abusadores;

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político que juegan con los sentimientos del pueblo. El juego legal de los abogados implica que
lla no es cuestión de si uno tiene una buena defensa, sino en la mayoría de las veces, si cuenta
con el dinero suficiente para comprar el abogado que necesita. Dios instituyó a los tribunales
humanos como lugares en los cuales hallar socorro, pero vemos la facilidad con la que inocentes
son condenados y criminales son absueltos. Pero ?como podemos enfrentar las injusticias?. La
respuesta está en una justicia superior: La justicia equitativa de Dios. Hay consuelo y
esperanza, pues por encimas de los tribunales humanos está el supremo tribunal del universo y
Dios el Juez justo, está sentado en El. Varias enseñanzas se derivan del versículo 17:1. (1)- La
injusticia no durará para siempre; solo el tiempo que vivamos ''debajo del sol''. (2)- El anhelo
humano de justicia y equidad no siempre se soluciona ''debajo del sol'', el plano humanista
horizontal, sino en el plano vertical, ''por encimas del sol'', Es decir, la respuesta está en
Dios. (3)-Dios llamará a juicio y no pasará por alto la injusticia. El injusto no se saldrá con la
suya. Aunque no se detecten sus hechos en la tierra, serán sacados a la luz en el gran día del
juicio (Apocalipsis 20:12).

Los humanos y las bestias

El pecado entontece y deshumaniza. El ser humano en pecado está en un estado natural o


animal, pues vive lejos de Dios y pervierte la imagen divina con la cual fue creado ( 1 corintios
2:14; Salmo 49:12,20; 73:22). El juicio contra los injustos será en el futuro. Mientras tanto,
Dios permite y tolera las situaciones de injusticia por dos razones: ( 1)-(ves. 18). Para probar
a los hijos de los hombres, dándole oportunidades para escoger el bien o el mal. El efecto de
esta espera es doble: Endurece los corazones de los impíos en impenitencia ( 8:11) y fortalece
la fe del justo, ayudándola a perseverar (Daniel 11:35; Apcalipsi 22:11). (2)- ''para que
vean que ellos mismos son como bestias'' (Eclesiastés 3:18). El ser humano, aparte de su
relación con Dios y la esperanza del futuro, no es más que los animales. En esto es totalmente
impotente, pues aunque quiera no puede superar esa condición impuesta por su naturaleza
pecaminosa. El autor señala tres semejanzas entre el ser humano y los animales ( 19,20). (1)-
Ninguno es capaz de superar la ley que controla sus vidas naturales. Ambos tienen ''un mismo
suceso'' y no pueden disponer los eventos de su vida según su propia voluntad y placer. (2)-No
''tiene más el hombre que la bestia''; es decir no es superior, porque cualquier posible
ventaja es anulada en la muerte. Ambos mueren por igual. Su capacidad de pensar, planificar,
convencer, y la grandeza de sus habilidades y destreza, son nada a la llegada de la muerte.
Ambos mueren por igual. La muerte lo pone en el mismo ni el. ‘‘ Una misma respiración tienen
todo'', o sea, tienen el mismo aliento de vida. Ambos participan de la vida como un don de Dios

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(Génesis 2:7); Salmo 104:29). (3)- ''Todo va al mismo lugar'': al polvo. El cuerpo humano y
el de los animales son hechos de lo mismos ingredientes químicos que la tierra. Al final de las
vidas ambos mueren por igual y sus cuerpos regresan y se desintegran en el polvo ( Génesis
3:19; Salmo 104:29; 146:4).

El autor se refiere a la muerte física en 3:20. En el 3:21 alude al destino de la muerte


espiritual. En este punto, el Autor ni afirma ni tampoco niega el destino del espíritu humano, ni
la vida después de la muerte. Muchos han tomado este pasaje para enseñar que no hay
distinción eterna entre los humanos y los animales. Afirman que vivimos como las bestias y
morimos como ellas y que la tumba es el fin de todas las cosas. Pero el autor de esta obra sí
cree en una diferencia eterna. El cree en el juicio final y establece que los justo e injustos
serán juzgado por Dios. En 11:9 y 12:14 declara que Dios juzgará todas las obras humanas.
Categóricamente afirma que al morir ''el espíritu va a Dios'' (12:7). Las decisiones morales
que que el ser humano haga tiene importancia, por tanto, uno no debe vivir como le place.

El Autor concluye que la alternativa mejor para el ser humano es tratar de encontrar goza en
su trabajo y en su vida diaria (verso 22) Esto es posible cuando su perspectiva de la vida es
vertical y no meramente horizontal, sabiendo que al final Dios evaluará su vida y su obra. Una
de las insistencias del libro es que debemos disfrutar de nuestro trabajo...

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