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Madrid, 17 de junio de 2008

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¿EL SECTOR…? ¡CERRADO POR CONSPIRACIÓN!
El viernes pasado, 13 de junio, el Sector de Administración Autonómica de Comisiones Obreras de
Madrid estuvo cerrado. Durante la práctica totalidad de la mañana, el local de la calle Seco
permaneció completamente vacío y en consecuencia sus teléfonos sin atención alguna. Durante
ese mismo tiempo, la líneas telefónicas de León Gil de Palacio estuvieron desatendidas y las
dependencias inaccesibles para quienes no fueran ejecutivos o liberados.

Por orden expresa del Coordinador, Javier Martínez Ahumada, toda la Ejecutiva y los compañeros
y compañeras a cargo de tareas sindicales, técnicas y administrativas del Sector “estuvieron
reunidos…”, tal y como se respondía a cuanta comunicación telefónica se intentaba establecer o
visita pretendía acceder a las instalaciones.

¡Estuvieron toda la mañana conspirando! ¡Conspirando! ¡Así de claro hay que escribirlo!
El Coordinador había tocado a rebato. Las críticas al funcionamiento de la Ejecutiva son ya
secretos a voces que suenan desde todos los lados, y el Coordinador había decidido “leer la
cartilla…, y diseñar estrategias de defensa”, según expresión más o menos textual que empleó.
¡Una de bronca…, y otra de amenazas!, paentendernos.

La Ejecutiva dijo a los que considera “exclusivamente suyos”, que estaban siendo atacados desde
varios frentes, que había una campaña perfectamente orquestada de cara al proceso
congresual…, y que tocaba cerrar filas, porque estaban todos en el mismo barco.

En eso emplearon la jornada… Y para hacerlo, no tuvieron escrúpulo alguno en cerrar, en


inhabilitar por completo el resto de actividad sindical. ¡Sectarismo puro y duro, cuando unos pocos
días antes, el propio Coordinador había insinuado ciertas sugerencias de deslealtad a este grupo
por nuestro trabajo! ¡Qué barbaridad! ¿Quién es desleal? Nosotros conocíamos desde el viernes
mismo éstos hechos, pero no los hemos querido hacer públicos hasta hoy, para no interferir en
absoluto en la manifestación de ayer, con la que todos estábamos comprometidos.

¡Lo qué no han conseguido múltiples avatares históricos: cerrar CCOO, lo ha conseguido por unas
horas el sectarismo de una Ejecutiva! ¡Se dice pronto: cerrar por completo unas instalaciones
sindicales, dejar de atender las demandas de delegados y delegadas, de afiliados y afiliadas, de
trabajadores y trabajadoras…, porque tenían una reunión interno de pura y dura conspiración
grupal! ¿Puede darse irresponsabilidad mayor? ¡Y lo qué es peor aún: no es la primera vez! ¡Sólo
que ya no estamos dispuestos a callar, por mucho congreso o congresos que vengan como
excusa!

La insolente arrogancia de nuestra Ejecutiva hace tiempo que no conoce límites, lo que le hace
caer en arbitrariedades y errores de bulto. Cuando se dirige un Sector del Sindicato más o menos
como un cortijo en el siglo XIX, no es raro que los que mandan únicamente acaben mirando sus
intereses, que, por supuesto, confunden con los de todos los demás. ¿Hace falta dejar claro qué
cuando en las asambleas, los delegados y delegadas formulamos críticas, las dirigimos a los
miembros de la Ejecutiva que gobiernan el Sector y no a los compañeros y compañeras liberados
para tareas técnicas y administrativas? ¿Puede llegar tan lejos la miopía cortijera?

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