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La Sagrada Eucaristía

3. La Última Cena
Jesús quiso celebrar la Pascua con sus
discípulos

La Pascua era la fiesta


más importante de los
judíos. Todos iban a
Jerusalén para
celebrarla con sus
familiares y amigos.
Jesús mandó que prepararan todo lo
necesario para poder celebrar la
Pascua
Debían preparar el cordero y
sacrificarlo en el Templo. Además, eran
imprescindibles el pan sin fermentar, el
vino con un poco de agua, las hierbas
amargas… Todo como Dios les indicó
en Egipto y venían celebrando los judíos
para recordar la salvación de la
esclavitud y la Alianza que hicieron en
el desierto con Dios.
Que os améis unos a otros como yo os he
amado

Antes de cenar, Jesús se


ciñó una toalla y limpió
los pies de cada uno. Así
nos quiso enseñar cómo
debíamos servirnos y
querernos los cristianos:
cómo Él nos amó.
Jesús instituye la Eucaristía
Jesús tomó el pan, lo
bendijo, dio gracias a
su Padre, lo partió y lo
dio a sus discípulos
diciendo: Tomad y
comed: esto es mi
cuerpo. Después tomó
el cáliz con el vino y lo
dio a sus discípulos
diciendo: Tomad y
bebed de él: este es el
cáliz de mi sangre.
Cáliz significa copa.
Jesús hablaba de presencia real

Jesús nos enseñaba: esto


que tengo en mis manos,
que antes era pan,
ahora es mi Cuerpo y,
del mismo modo, este
cáliz que tengo en mis
manos, que antes
contenía vino, ahora
contiene mi sangre.
La Eucaristía es el pan bajado del
cielo
Jesús nos alimenta con su
Cuerpo y nos da vida
sobrenatural. Cuando
comemos alimentos, los
asimilamos y los
convertimos en parte de
nuestro cuerpo, pero
cuando comemos a Jesús,
nos convertimos de modo
misterioso -real, pero
incomprensible para
nosotros- en Él.
Jesús hace una Nueva Alianza
El sacrificio del
cordero sellaba la
antigua alianza.
Jesús –Cordero de
Dios- enseña a los
apóstoles que su
Sangre, derramada en
la Cruz, es la Sangre de
la Nueva y definitiva
Alianza de Dios con los
hombres.
Tú, cuando asistas a la Santa Misa, no te conformes con
“oír” o “estar” en Misa, procura vivirla, participar en ella,
FIN
amar la Santa Misa. Para ello debes conocerla muy bien en
todas sus partes. Ten en cuenta que amar la Misa es amar a
Jesucristo.

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