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AMNISTÍA INTERNACIONAL

DECLARACIÓN PÚBLICA
19 de mayo de 2010
Índice AI: AFR 24/007/2010

Guinea Ecuatorial: Motivos de preocupación sobre el reciente juicio de


opositores políticos y ciudadanos nigerianos

Amnistía Internacional pide la libertad inmediata e incondicional de dos miembros


del partido de oposición Unión Popular (UP) que permanecen encarcelados seis
semanas después de haber sido absueltos de los cargos presentados contra ellos.
La organización pide también un juicio justo para siete ciudadanos nigerianos que
fueron condenados por el mismo tribunal a largas penas de cárcel.

Tres miembros de la UP –Santiago Asumu, Marcelino Nguema Esono y Faustino


Ondó Ebang, ex presidente del partido– y siete ciudadanos nigerianos –Marck
Etim Marck, Eyoh Okon Ikara, Eyon Kun Jhon, Effiong Matew, Okokon Iyanam
(alias Mintay), Isangadighi y Ekaette Eyo Okon una mujer– fueron juzgados entre
el 17 y el 22 de marzo de 2010 por el Tribunal de Apelación de Malabo, de
primera instancia. Todos habían sido acusados de intento de asesinato del
presidente, Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, en el asalto al palacio presidencial
de la capital, Malabo, que se produjo el 17 de febrero de 2009.

Faustino Ondó –ex preso de conciencia, actualmente exiliado en España– fue


juzgado in absentia. Al comenzar el juicio se retiraron los cargos presentados
contra otros ocho miembros de la UP.

El 5 de abril, el tribunal absolvió a los tres ecuatoguineanos de todos los cargos y


condenó a cada uno de los nigerianos a 12 años de cárcel.

A Amnistía Internacional le preocupa que seis semanas después de su absolución,


y a pesar de que su abogado ha presentado al presidente del Tribunal de
Apelación una solicitud pidiendo su puesta en libertad, Santiago Asumu y
Marcelino Nguema Esono continúan en prisión.

Es ilegal que Santiago Asumu y Marcelino Nguema Esono sigan detenidos y deben
quedar en libertad inmediatamente. Su detención viola su derecho a la libertad y
la seguridad de la persona y vulnera gravemente las leyes de Guinea Ecuatorial,
que disponen que la persona absuelta de un delito por un tribunal debe quedar en
libertad de inmediato. Además, vulnera también el artículo 9 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP), en el que Guinea Ecuatorial
es Estado Parte.

Amnistía Internacional considera a Santiago Asumu y Marcelino Nguema Esono


presos de conciencia, detenidos únicamente por sus convicciones políticas, y pide
que sean puestos de inmediato en libertad incondicional.

Por lo que se refiere a los ciudadanos nigerianos, Amnistía Internacional pide al


gobierno de Guinea Ecuatorial que vuelva a juzgarlos con garantías.

Los nigerianos –seis hombres y una mujer– fueron detenidos en el mar, al parecer
en aguas territoriales de Guinea Ecuatorial, por la marina ecuatoguineana poco
después del asalto al palacio. Afirmaron ser pescadores y comerciantes y dijeron
que su cayuco había perdido el rumbo y había derivado a aguas de Guinea
Ecuatorial. En la embarcación no se encontraron armas en el momento de la
detención. Tras ser detenidos, los ciudadanos nigerianos permanecieron en la
prisión de Black Beach de Malabo, sin cargos y en régimen de incomunicación,
hasta mediados de octubre de 2009. Según los informes, todos fueron torturados
bajo custodia policial, y la mujer, cuyo nombre no se dio a conocer, murió, según
los informes como consecuencia de la tortura.

A Amnistía Internacional le preocupa que no parece haberse abierto ninguna


investigación sobre las denuncias de tortura y muerte bajo custodia de los
ciudadanos nigerianos.

Además, a la organización le preocupan ciertos aspectos de la detención


preventiva y del propio juicio, que violó el derecho a un juicio justo de todos los
acusados. En concreto, a Amnistía Internacional le preocupa que:

- los miembros de UP fueron detenidos sin orden de detención, contraviniendo las


leyes ecuatoguineanas;
- ni los ecuatoguineanos ni los nigerianos fueron informados de los cargos
presentados contra ellos hasta varios meses después de su detención. Tampoco
fueron puestos a disposición judicial en el plazo de 72 horas que prescribe la ley a
fin de que se legalizara su detención;
- por lo que se refiere a los ciudadanos nigerianos, estuvieron en régimen de
incomunicación desde el momento de su detención y no pudieron acceder a
asistencia letrada hasta pocos días antes de comenzar el juicio, por lo que se les
negó el derecho a una defensa eficaz. Los miembros de la UP permanecieron en
régimen de incomunicación después de ser trasladados a la cárcel de Black
Beach, aún sin cargos, en junio de 2009, momento en el cual se suspendió su
acceso a su abogado;
- según los informes, todos los acusados fueron torturados bajo custodia, y una
ciudadana nigeriana murió, según los informes como consecuencia de la tortura.
Los abogados defensores informaron de que sus clientes nigerianos presentaban
claras muestras de haber sido torturados;
- en el tribunal, los acusados y sus abogados denunciaron las torturas y la muerte
bajo custodia de la mujer nigeriana, pero el presidente del tribunal les impuso
silencio y, según los informes, desestimó las denuncias por considerarlas
irrelevantes para el proceso;
- En el tribunal no se presentaron armas ni ninguna otra prueba que
fundamentara los cargos contra los nigerianos; por consiguiente, la fiscalía eludió
su obligación de aportar la carga de la prueba y demostrar más allá de toda duda
razonable que los ciudadanos nigerianos acusados eran culpables. No obstante, el
tribunal hizo caso omiso cuando éstos afirmaron que eran pescadores y
comerciantes y los condenó basándose en los informes meteorológicos
correspondientes al 16 y el 17 de febrero de 2009. Según estos informes, el
tiempo era bueno y por tanto había buena visibilidad. De esto se dedujo que la
presencia de los nigerianos en aguas de Guinea Ecuatorial no estaba justificada,
por lo que habían tomado parte en el asalto al palacio;
- las autoridades no proporcionaron a los nigerianos ayuda para presentar
recurso contra la sentencia.

Amnistía Internacional considera que las autoridades de Guinea Ecuatorial


violaron el derecho de los presos nigerianos a un juicio justo.

La organización pide a las autoridades de Guinea Ecuatorial que respeten el


derecho a un juicio justo y cumplan sus obligaciones internacionales de derechos
humanos en virtud del PIDCP. También les pide que cumplan los compromisos
contraídos durante el examen periódico universal del Consejo de Derechos
Humanos de la ONU de diciembre de 2009, entre los que figuraban poner fin a la
tortura y garantizar juicios justos. En concreto, Amnistía Internacional pide:
- Que Santiago Asumu y Marcelino Nguema sean puestos inmediatamente
en libertad incondicional;
- Que las autoridades proporcionen a los presos nigerianos el pleno derecho
a recurrir e impugnar las garantías de su juicio, o vuelvan a juzgarlos con
garantías;
- Que todas denuncias de tortura y muerte bajo custodia policial sean
investigadas exhaustiva e imparcialmente, y que las personas
presuntamente implicadas sean puestas a disposición judicial;
- Que las autoridades garanticen a presos y detenidos el acceso a abogados,
al personal consular y al tratamiento médico que puedan necesitar.

Información complementaria

Santiago Asumu y Marcelino Nguema Esono, junto con otros ocho miembros de la
UP, entre ellos la esposa y el hermano de Faustino Ondó, fueron detenidos
arbitrariamente entre el 18 de febrero y el 22 de marzo de 2009 en Malabo, la
capital, y Bata, la principal ciudad del continente (véase Guinea Ecuatorial:
Opositores políticos detenidos y torturados, Índice AI: AFR 24/004/2009), tras el
asalto al palacio presidencial de febrero de 2009.

Los detenidos permanecieron recluidos sin cargos ni juicio hasta mediados de


octubre de 2009 en condiciones que constituyen trato cruel y degradante, y
fueron sometidos a otros malos tratos. Según los informes, ambos hombres
también fueron torturados en varias ocasiones para conseguir que confesaran. En
ese momento, Amnistía Internacional consideró que eran presos de conciencia,
arrestados y detenidos únicamente por sus actividades políticas pacíficas, y pidió
su puesta en libertad inmediata e incondicional. La organización expresó también
su preocupación por las denuncias de tortura y pidió que se investigaran y que los
presuntos responsables fueran puestos a disposición judicial.

El artículo 9 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos dispone: “Todo


individuo tiene derecho a la libertad y a la seguridad personales. Nadie podrá ser
sometido a detención o prisión arbitrarias. Nadie podrá ser privado de su libertad,
salvo por causas fijadas por ley y con arreglo al procedimiento establecido en
ésta”.

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