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CNS: ZOUBRAS PUBLICAS Afio CXXV MARZO 1978 Nam. 3155 EL EMBALSE SUBTERRANEO COMO ELEMENTO REGULADOR DEL CICLO HIDROLOGICO * Por ALBERTO BENITEZ Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos N reiteradas ocasiones (1) he tratado de despertar la aten- cin de aquellas personas rela- cionadas con la gestion hidrauli- ca sobre la necesidad de entocar ésta desde un prisma que integre con igual rango y_utilizacion combinada los recursos hidréuli- cos superficiales y subterraneos. ‘Como asiduo asistente a las reuniones internacionales rela- cionadas con la gestion hidrauli- ca (especialmente OCDE y Co- misi6n Economica Para Europa), se me hace patente que es precisamente este enfoque de gestion integrada el que predo- mina en los paises desarrollados. Es, desde luego, materia de consenso universal la considera- cign de una planificacién total- mente integrada de los recursos hidrdulicos, considerando el ciclo hidrolégico de forma abso- lutamente global. Es igual, a efectos de planificacion, el vapor de agua de las nubes, el hielo de los glaciares, la nieve, el granizo, la escarcha, el rocio, las aguas superficiales que corren por sus (Se admiten comentarios al pre- senie articulo, que pueden remitirse a la Regaccion, antes Gel cia $0 do mayo préximo. En este articulo de divulgaci6n, el autor trata de despertar la atencion de los técnicos y politicos de habla hispana sobre las posibilidades que ofrece este ‘uevo enfoque de gestidn hidrdulica cauces naturales y las aguas subterréneas que transcurren por los terrenos permeables. Yo creo que tenemos todos, como algo embebido en nuestras mentes, eso que nuestro compa~ fiero Ramon Llamas (2, 3, 4, 5) denomina, citando al americano Nace (1973), en relacion con la gestion del agua, la hidroesqui Zofrenia (esquizo=separacion, frenos=mente, hidro=agua), @s decir, la separacion en nuestra organizacion mental de las aguas que llueven, que se ven correr por los arroyos y ios, que reposan quietamente en los pantanos y que luego transcurren suave- mente hacia el mar, del concepto de las aguas sublerraneas que forman parte, tan dignamente mas dignamente que otras cua- lesquiera del ciclo hidrologico, y que, @ mi juicio, por razones his- toricamente milenarias, no han recibido la consideracién que se merecen. Las aguas subterra- neas han tenido desde siempre un algo de misterioso, imprede- cible e inseguro, que, a estas alturas, va siendo ya hora de que lo pierdan por completo. Hasta ahora en Espafia pade- cemos en mucho mayor grado —pienso— que en otros paises occidentales esto que se ha dado en Hamar hidroesquizotrenia, Llamas, incluso, apunta que el hecho de que las primeras Facul- tades Geoldgicas y Escuelas de Ingenieria hayan estado insta- ladas en Madrid, zona hasta ahora no muy abundante en aguas subterréneas someras, ha contribuido a que las aguas superficiales hayan recibido una mayor atencién hasta ahora que las subterraneas. Una idea de nuestro retraso al respecto la da el hecho de que la formula de Theis, que regula el flujo subterraneo en régimen variable, fue descubierta en 1935 y (que yo sepa) fui el primero, en 4963, casi treinta aos después, en introduciria en castellano, junto con otros conceptos basi- ‘cos madernos, tales como trans misividad, coeficiente de alma- cenamiento, embalse subterra- neo y recarga artificial, en la pri- mera edicién de mi obra “Capta- cién de Aguas Subterraneas" (6). Hemos de acostumbrarnos a considerar como perfectamente necesarios los esquemas de poz0s que bombean el rio en distintos puntos de su curso (ya sea permanentemente o en estia- je), tomas que, por el contrario, transvasan las'aguas superticia- les del rio a zonas de recarga de los acuiferos subterréneos (per- manentemente o en las crecidas) para recargar los embalses sub- terraneos. Todo ello, claro esta, combinado con captaciones su- perficiales, subdlveas o subte- rraneas en los puntos adecua- dos. MARZO 1978 189 EL EMBALSE SUBTERRANEO COMO ELEMENTO REGULADOR DEL CICLO HIDROLOGICO. Vemos, pues, que tanto el rio (en cuanto es portador de aguas superficiales) como los aculfe- ros, son todos ellos susceptibles de almacenamiento y transporte Perfectamente combinables generalmente_complementarios entre si. Las ventajas econémi- cas, ecolégicas, sanitarias, esté- ticas, bien merecen la considera- cién’ de estos modernos enfo- ques de la gestion hidraulica. Este juego tiende a ser mas suave, menos “traumatic” po- driamos decir, y generalmente mas barato que la tradicional consideracién dela construccion aislada de los embalses super- ficiales. Todas estas técnicas de ges- tion integrada de las aguas son ya practica corriente en paises como Estados Unidos, Suecia y especialmente el Reino Uni- do (7). En Inglaterra, se tratan a nivel de paridad las’ posibilidades de embaise superficial convencio- nal, embalse subterraneo y de embalse-estuario, es decir, utili- zacién de las zonasatectadas por ta marea en los estuarios para el almacenamiento del agua dulce, ya sea construyendo diques que ajslen la entrada del agua marina al estuario 0 construyendo den- tro de éste depésitos de escolle- ra, de planta mas o menos circular, a cuyo interior se ali- menta mediante tuberias el agua del rio. En el estuario del Washse han construido embalses de este tipo, con una capacidad de 200 millones de m®, que funcionan satisfactoriamente. Cada vez con mayor énfasis, y como ya se ha dicho, especial mente impulsada por organis- mos internacionales (Banco Mundial, OCDE, CEE, FAO), la Consideracién de embalse subte- rraneos, que tanto interés podrian tener en Espafa, esta Lon 8 cobrando creciente atencion mundial Simplisticamente, tiende a considerarse el ciclo hidrolégico ‘como evaporacién a la atméstera del agua de los mares mediante energia solar; procesos meteo- rolégicos que la transportan a través de la atmésfera; precipita- cién desde ella alos continentes en forma de lluvia 0 nieve y retornoa los maresa través delas corrientes superficiales. Este esquema no tiene en cuenta los enormes volimenes de agua que permanecen, duran- te periodos de tiempo que varian desde dias a milenios, en los ‘embalses subterraneos, y, lo que es peor, muy pocas de las gentes involucradas en la gestidn del agua han captado las oportuni- dades que los embalses subterra- Neos podrian ofrecerles como elementos reguladores para pa- las sequias que afectan, cada vez més alarmantemente, la agricultura y otras demandas en muchas zonas de la tierra, asi como as posibilidades de au- mentar los volimenes de agua que podrian ponerse al servicio del hombre. Trata de establecerse aqui la conveniencia de que el hombre deliberadamente vacie los em- balses subterraneos —en una muchisimo mayor medida de lo que lo esta haciendo actual- mente—, para suplir las deman- das, porque, tarde o temprano, la naturaleza se encargara de lie- narlos. Se conseguira asi_un aumento del control del ciclo hidrologico y los problemas hidraulicos que practicamente todas las naciones habran de afrontar en las préximas déca- das, si continuan las practicas de 190 REVISTA DE OBRAS PUBLICAS EL EMBALSE SUBTERRANEO COMO ELEMENTO REGULADOR DEL CICLO HIDROLOGICO gestion actuales que tanto mal~ gastan los recursos. Las serias reducciones en las cosechas de los afios 1972 a 1974 han constituido un aldabonazo que ha despertado a la humani- dad con respecto alos problemas que le esperan en el futuro si no se mejora la gestion hidraulica. Esta escasez fue el resultado de tun deficit de 400 km? (es decir, 400.000 millones de m3). Este deficit a escala mundial es relati- vamente pequefio, pero causé un impacto serio en la humanidad, porque la mayoria de los paises utilizan el agua de tal manera que tienen un margen muy escaso para afrontar las consecuencias de la sequia. Con las practicas actuales, la produccion de ali- mentos en la tierra se esta apro- ximando_peligrosamente a los limites de sus posibilidades. Para prevenir las crisis de alimentos futuras es indispensable manejar los recursos hidrdulicos a una escala muchisimo mayor de lo que las naciones fo han hecho hasta ahora. Las necesidades de riego con bases de permanencia han de aumentar enormemente y van a llevar aparejadas, a su vez, la neoesidad de transvases entre cuencas, e incluso entre conti nentes. Los que de alguna forma inter- venimos en la gestion hidraulica distinguimos entre recursos con- suntivosy no consuntivos. El concepto simplista del ciclo hidroldgico anteriormente des- crito considera los recursos no consuntivos, que ascienden a unos 500.000 km®/afio. Los con- suntivos ascienden a 1.500 millo- nes de km?. Estan almacenados en tres depésitos: los océanos (97,3 %), los continentes (2,7 %) y la atméstera (0,001 %). Esta distincién clasica pasa por alto el hecho de que los recursos hidaulicos de un conti- nente se mueven a través de un ciclo. La unica diferencia entre recursos consuntivos 0 no es la velocidad con la cual se reciclael agua. Los recursos llamados no consuntivos se mueven con rela~ tiva rapidez en el ciclo, mientras que los consuntivos se mueven mucho més lentamente. MARZO 1978 Llamemos “tiempo de_resi- dencia” a aquel que una cierta cantidad de agua emplea en una. parte del ciclo. El agua en el embalse atmostérico puede tener Un tiempo de residencia de 10 dias. En las profundidades abi- sales de los océanos el tiempo de residencia puede exceder los mil afios. El tiempo de residencia de los recursos hidraulicos conti- nentales puede oscilar desde unas pocas semanas a muchos miles de afios, dependiendo del 0 del lugar de residencia: una corriente superficial, un lago, una zona pantanosa, un glaciar, Evaporacion anual de los océanos los hielos polares y las aguas subterréneas. Los embalses sub terréneos ofrecen la maxima diversidad de tiempo de residen- Gia: pocos dias 0 semanas en acuiferos cérsticos, pocas sema- fas 0 meses en subdlveos de gfava, pocos meses 0 afios en acuiferos aluviales, pocos afios 0 décadas en otros acuiferos li- bres, y décadas, siglos 0 milenios en acuiferos artesianos © con- finados. Examinemos el movimiento del agua en el ciclo hidrolégico convencional: ; A 430.000 kmé Evaporacién anual de los continentes ..... 70.000 kms Evaporacién total ......2.20++ 500.000 km? Precipitacién anual sobre los continentes 140.000 km? Precipitacion anual sobre los océanos 390,000 km? Precipitacion total 7 500.000 kms Batance de los Océanos: Pierden. .. 430.000 kms Ganan 390.000 kms Total perdidas 40.000 km? Balance de los Continentes: Pierden Ganan Total ganancias En definitiva, cada afio pasan 40.000 km? de ios océanos a los continentes, y, naturalmente, de acuerdo con ei principio de cor servacién de la materia, cada afio esos 40.000 km? de agua retornan a los mares en forma de esco- rrentia superficial 0 subterrénea, Teérica y optimisticamente po- dria pensarse que esos 40.000 kilémetros cubicos/afio podrian ser aprovechados por el hambre dentro de una utdpica gestion hidraulica perfecta. Realmente la mayor parte de estos recursos son totalmente inaccesibles. Consisten en el agua de aveni- das, la retenida por el suelo, Tecursos en zonas totalmente 70.000 kms 110,000 kms 40.000 km? deshabitadas y tantos otros factores de imposibilidad mate~ rial de utilizacién, Se ha estimado que el maximo que el hombre podria tener esperanza de utilizar es del orden de 14.000 km°/afio, que seria el caudal base en las Corrientes superficiales. Este cau- dal base esté regulado principal- mente por la recarga desde los em- balses subterrdneos (11,000 km), de embalses construidos por el hombre (1.840 km?) y de lagos naturales (260 km) Este total tedrico de 14.000 km> tampoco puede ser alcanzado salvo que se hicieran transvases a una enorme escala, econdmi- camente impracticable, ya que 191 gran parte de los recursos estén en zonas deshabitadas. Asi, en 1972, los volumenes de agua bajo el control del hombre aproxima- damente eran de 3.000 km*/ano, Considerando el hecho de que unos 5.000 km? de los caudales de los rios transcurren en regi nes deshabitadas, hay todavia 6.000 km?/afio que, en condicio- nes de una dptima (y posible) gestion hidraulica, podrian apro- Vecharse para las necesidades futuras del hombre. De los 150 millones de kilome- tros cuadrados de los continen- tes (11.500 millones de ha.), la especie humana _normalmente habita solamente 6.000 millones de ha., ya que de las zonas habitables han de excluirse 20- nas tales como desiertos, regio- nes polares, zonas de alta mon- tafia y jungias. Dentro de las zonas habitadas, unos 3.200 millones de ha. son potencial- mente utilizables para la agricul- tura, En 1970, solamente 1.400 millones de ha., eran cultivados. No parece razonable suponer que la superficie de terreno adicional que podria ponerse en cultivo dentro del proximo siglo Pudiera ser superior a 1.000 millones de ha. Actualmente parece haber un consenso uni- versal en admitir que las cre- cientes demandas de alimentos se intentan resolver utilizando la tierra mas intensivamente, con el concepto de mayores superticies en regadio como objetivo bésico. La superficie de terreno de regadio en 1970 era de 180 millo- nesdeha. Las demandasde riego ‘consumian del orden de 2.400 ki- lometros cubicos/afio de agua. La demanda industrial requeria 500 km*atio y otras actividades humanas son unos 200 km‘/a¥io, El total del consumo humano de agua en la tierra, por tanto, era de 3.100 kms/afo. La crisis de alimentos de 1972 partid de un déficit de 35 millo- nes de toneladas de cereales (trigo, arroz, maiz y otros gra- nos). Una, digamos, consecuen- cia secundaria fue ia de que los stocks de trigo de los paises exportadores se redujo de 50 millones de toneladas métricas en 1971 a 30 millones en 1974. Se 192 EL EMBALSE SUBTERRANEO COMO ELEMENTO. REGULADOR DEL CICLO HIDROLOGICO ha estimado que unos 0 dos afios mas de déficit de precipitaciones hubiera creado una crisis global de demanda de alimentos con dramaticas implicaciones.inter- nacionales. Parece, pues, que la situacién alimenticia en el mun- do ha alcanzado un punto tal en el cual los efectos de la falta de agua son muchisimo mas serios y mas sentidos en extension mun- dial que hubieran podido ser en el pasado. Otro problema realmente des- concertante en relacién con la produccién de alimentos de la tierra es la posibilidad de que estén cambiando sus procesos meteorolégicos globales. Un ejemplo lo constituye el vortex que existe alrededor del Polo Norte. Es decir, el gran remolino de vientos de ‘gran altitud que giran alrededor del Polo Norteen el sentido contrario a las agujas del reloj. Se ha observado que, en los ultimos afos, el borde Surde este vortex se ha movido mas hacia el Sur de la situacién en que permanecia anteriormente. Como resultado, las zonas de alta presion se han ‘corrido tambien hacia el Sur, provocando la intercepcién de ias lluvias mon- zonicas y desplazéndolas fuera de las regiones en donde siempre han sido vitales para la supervi- vencia de cientos de millones de gentes. Como consecuencia, las tluvias han caido, perdiéndose, en los océanos cen tierras que ya tenian mas Iluvia de la que necesitaban. Todos estos hechos plantean la cuestion de si el hombre es tecnolégicamente capaz de ma- nipular el ciclo hidrolégico de tal manera que pueda prevenir las ‘calamidades que pucieran surgir de estas escaseces prolongadas de precipitaciones 0 también de cambios de clima. Ciertamente, se han intentado distintos esfuer- 208 tecnolégicos para luchar contra tales problemas, con mayor o menor éxito. Entre ellos se incluyen la lluvia artificial, el transporte a larga distancia ‘de icebergs, la desalinizacién de agua del mar y el embalse de caudales de avenida de los rios con sistemas de presas y embal- ses. La pregunta basica es cual es la eficacia de estos enfoques? Los esfuerzos tecnolégicos para provocar la precipitacion Mediante el sembrado de nubes ‘con ioduro de plata, diéxide de carbono congelado y otras sus- tancias no ha sido todavia con- sagrado en base a un enfoque verdaderamente cientifico. Son estas practicas que aun estén consideradas como sistemas garos y, sobre todo, aleatorios. Solamente una minoria de los muchos ensayos realizados en este campo han demostrado que la lluvia artificial puede aumentar la_precipitacién en una gama limitada y s6lo dentro de condi- ciones favorables. Algunos en- sayos, sin duda, han dado como resultado el disminuir la precipi- tacién. En resumen, y esto es importante, la modificacion de los fenémenos meteorolégicos realizada por el hombre esta todavia, claramente, en una fase de ensayo. Recientemente, el remolque de icebergs polares, principal mente desde la Antértida, a costas aridas continentales, ha recibido tuna especial atencién. Por ejem- plo, seria posible remolcar un gran iceberg (conteniendo 6 km de agua dulce) desde la Antartida hasta el desierto de Atacama en Chile en un viaje de quiza siete meses, con una pérdida de agua de quiza 30 %, El iceberg, a su llegada, seria anclado en su destino y después fundido y utilizado con objetivos multiples. Aunque realmente no se ha hecho nada actualmente, segun estos métodos valdria la pena considerar un proyecto piloto para desarrollar, por este siste- ma, paises en fase de desarrollo talés como Chile o Pert. La Antartida produce una escorren- tia que puede evaluarse en unos 2.000 km3 de icebergs por afio, lo Cual prueba que el recurso hi- draulico en, forma de hielo es considerable. La desalinizacién del agua de! mar también ha atraido una muy considerable atencién, particu- larmente porque, en los ultimos afios, el coste se ha reducido de 1,5 kélares por 1.000 galones de REVISTA DE OBRAS PUBLICAS agua hasta 50 centavos (13 cen- tavos por m) La tendencia actual es la de construir estaciones depurado- ras nucleares de objetivo doble, ‘cual es el de la generacion de electricidad y la desalinizacion de importantes volimenes de agua del mar. Este enfoque, sin embargo, aparece economica- mente factible solamente para abastecimientos de agua domés- ticos en regiones costeras en paises de alto nivel de vida, feniendo en cuenta las inversio- nes de capital exigidas y el alto coste de operacion de las desal nizadoras. La produccién actual de agua dulce por estos sistemas es solamente de unos 3 km?/afo. Hasta ahora el sistema mas efectivo que el hombre ha utili- zado para controlar el ciclo hidroldgico ha sido el de cons- truir presas y embalses que regulen las avenidas de los rios. Con este sistema de regulacion mediante embalses se regulan 1.840 km? de agua dulce: 560 en Asia, 490 en Norteamérica, 400 en Africa, 200 en Europa, 160 en ‘Sudamérica y 30 en Australia. Sin embargo, las posibilidades futu- ras de una gran expansion de esta tecnologia se aparecen ‘como muy limitadas, particular- mente en paises desarroliados, ya que el coste de la regulacion de 1 km3 de agua por afio poreste sistema tradicional de presa- embalse actualmente se eleva a una cantidad préxima a los 100 millones de délares. Ademas, el tiempo de residencia del agua embalsada rara vez pasa de un afio, de manera que el sistemano ofrece una proteccién adecuada contra una escasez de precipita- cidn que pueda durar més de un afio. Sin embargo, la humanidad, en su proceso de construir sistemas de presas-embalses, ha puesto, sin querer, en marcha un control a largo plazo del ciclo hidrolé- gico a través de los embalses Subterréneos. Por ejemplo, el gran sistema de riego del’ rio Indo, en Pakistan, que se inicid ‘en 1860, dio paso a una red muy densa de canales de riego. Una gran parte de las aguas super- ficiales derivadas de los rios en MARZO 1978 EL EMBALSE SUBTERRANEO COMO ELEMENTO. REGULADOR DEL CICLO HIDROLOGICO estos canales se filtraron en los embalses subterraneos. El resul- tado fue que el nivel freatico se elevé continuamente durante mas de un siglo, creando inmen- 808 recursos hidraulicos embal- sados subterréneamente. Otro ejemplo lo constituye la presa de Asuan, en Egipto: varios km? de agua ai afio se filtran del embalse en los acuiferos de areniscas que’ constituyen el Desierto Occiden- tal de Egipto, el mayor embalse subterréneo del Sahara, Inciden- cias de este tipo sugieren un control a largo plazo del ciclo hidrologico a través de la recarga artificial_de embalses subterra- neos, {Sera ésta una correcta estrategia de cara al futuro? La naturaleza anualmente re- cicla un volumen del orden de 12,000 km? de agua a través de los embalses subterréneos para crear la escorrentia base de las cortientes superficiales; ello representa un 30 % de la esco- rrentia total. El hombre, mientras tanto, regula menos de 2.000 km3 mediante el sistema tradicional de presa-embalse. Por otra parte, s6lo 1.200 km? de los 3.100 kms de agua que utiliza la humanidad or afio se extraen de embalses subterréneos. Durante mas de un siglo los gobiernos parecen haberse confiado en el enfoque del sistema pesa-embalse y tam- bién, como no nos cansamos de decir, han ignorado los recursos disponibles subterraneamente. Aparentemente la razon bésica, como apuntamos Llamas y otros, era que se conocia muy poco’ sobre las condiciones y comportamientos de, las aguas subterraneas. Los embaises subterréneos tienen funciones varias que incluyen el abastecimiento, el almacenamiento, la depuracion, la mezcia y el transporte de las aguas, Hasta ahora la mayor Preocupacién de la humanidad se ha referido fundamentalmente a la funcion de abastecimiento, esto es, en la perforacion de pozos que ataquen alos recursos de aguas subterrneas. Solamente en California, ymas recientemente en Israel, 'se ha prestado bastante atencién a la funcién de almacenamiento. Ca- lifornia transvasa una buena cantidad de agua desde el Norte, donde es abundante, al Sur, donde es escasa. Las aguas subterréneas han sido bastante extensivamente agotadas en el Sur y una gran cantidad de agua ha sido transvasada desde el Norte para recargar estos acuife- ros subterréneos. Debe hacerse notar, por lo tanto, que precisa~ menté estos aculferos subterra- eos agotados son los que pue- den proporcionar un mecanismo de almacenamiento o embalse. ‘De la misma manera, en el Sistema de Transvase Nacional de Israel se transvasan 300 millones de m? al afio del Norte at Sur. Se almacenan unos 200 millones de m® de este transvase en invierno en tos dos embalses. subterréneos principales enacul- feros de areniscas y calizas. Los ‘objetivos son los de cubrir la demanda de punta de agua en el verano, la demanda hiperanual en afios de escasa precipitaciny también se trata de mejorar la calidad del agua por medio de su mezela, Es obvio que un embalse sub- terraneo que esté saturado no puede emplearse como embalse, El hecho de que los embalses estuvieran llenos en casi todo el mundo hasta el siglo pasado era universal cuando las tecnologias de perforacion y de bombeo no estaban todavia suficientemente desarrolladas. Sin embargo, in- cluso ahora, solamente unos pocos embalses subterréneos estn suficientemente vacios para proporcionar el volumen de almacenamiento necesario para ser reguladores del ciclo hidrolé- gico. Parte del problema es que los técnicos que tratan de la gestion hidraulica tienden a ser generalmente conservadores e insisten en que la explotacién de los embaises subterraneos ha de mantenerse por debajo de lo que ellos llaman el “caudal de segu- ridad” (en inglés: “safe yield”), que se define como el caudal que puede ser recargado natural- mente durante el afio, Cualquier embalse cuya ges- tion tenga lugar de esta manera debe considerarse como un embalse saturado. Este embalse 193 EL EMBALSE SUBTERRANEO COMO ELEMENTO REGULADOR DEL CICLO HIDROLOGICO simplememte no tiene espacio para recargarlo de una forma deliberada en ciclos hiperanua- les, forma que es, sin duda, la optima para controlar el ciclo hidrolégico. La primera condi- cién para el almacenamiento a largo plazo es, por lo tanto, el incrementar deliberadamente la explotacién de un acuifero por debajo del_ llamado caudal de seguridad. Si es posible, laexplo- tacién debe hacerse por debajo del_nivel de embalse que no permita su desembalse por sus, digamos, “aliviaderos” naturales. En definitiva, la politica dptima debe ser la de superexplotar el embalse subterraneo. Evidentemente, tal politica lleva consigo el prestar atencién al problema de recarga del em- balse que puede llevarse a cabo ya sea por medios naturales artificialmente. La recarga na- tural de un embalse subterraneo se produce de la percolacion vertical del agua de las corrien- tes superficiales y naturalmente también del agua que cae sobre el terreno en forma de lluvia o de nieve sobre superficies permea~ bles. La experiencia adquirida en las tres Ultimas décadas indica que un solo afio de precipitacion excesiva, que generalmente pue- de esperarse por lo menos una vez en quince afios, es capaz de fecargar un ocuifero que ha des- cendido de 10 a 20 metros en su explotacién durante los anos anteriores. Por ejemplo, las avenidas que se produjeron en 1969 en Tunez recargaron todos los embalses subterraneos que hasta entonces se habian des- crito. como “superexplotados” Analogamente, un acuitero so- mero en el valle del Souss, de Marruecos, habia sufrido una sobreexplotacion en el riego de una produccién muy abundante de citricos desde 1946, pero yaen 1957 constituyé una’ fuente de preocupaci6n, ‘porque el nivel {reatico habia’ descendido a una velocidad de 1m. por afio. Las lluvias de 1957 fueron claramente superiores a las normales y recargaron el acuifero, produ- ciendo un ascenso de unos 10m es decir, siendo capaces de res taurar casi la totalidad inicial. Por lo tanto, lanaturaleza yaha estado realizando el sistema de almacenamiento a largo plazo con una base de lo que hemos llamado tiempo de residencia de diez a quince afos, lo cual representa automatica y natural- mente la optima seguridad con- tra los periodos de sequia 0 de afos de precipitacion escasa. Se acepta generalmente que cuanta mas experiencia se tenga respec- to al comportamiento de los embalses subterraneos se hard patente que en algunos sitios sera posible vaciar un embalse subterréneo durante tiempos tan largos como cuarenta aos y encontrarse con que, de nuevo, se ha recargado por procesos enteramente naturales. Desde luego ya se conoce que un tiempo de almacenamiento mu- cho mas largo (incluso de siglos © de milenios) ha tenido lugar naturalmente en los inmensos embalses subterraneos que exis- ten bajo desiertos tales como el propio Sahara. Estudios recien- ts han indicado que las aguas utilizables_ de estos _embalses harian posible el riego de varios cientos de miles de hectareas de terreno durante siglos, incluso si se supusiera que era insignifi- cante la recarga natural de tales embalses. Las perpetuas deman- das de la humanidad para mayo- res cantidades de agua significa, sin embargo, que debe prestarse mayor atencién a la recarga artificial de los embalses sub- terréneos. La practica de la recarga arti- ficial empez6 solamente en el siglo XX. En general se hacia en una escala pequefa y con objeti- vos limitados, como, por ejem- plo, restaurar'el nivel freatico de una zona que tendia a descender rapidamente, o también a mejo- rar la calidad del agua. La mayor parte de los trabajos efectuados se hicieron en California, en donde unas 300 estaciones de recarga contribuian a cubrir un volumen de unos 8 km? de agua ecargada entre 1900 y 4960. Desde el afio 1960 se recargaba alli un, volumen de 1 kmo/afo. También en ciertos lugares de Europa hay casos de recarga artificial, pero generalmente con el objetivo basico de mejorar la calidad del agua subterranea. Los uiltimos proyectos en Gali- fornia y en Israel llevan consigo la recarga artificial a mucha ‘mayor escala y también incluyen el concepto de almacenaje o regulacion a largo plazo en embalses subterraneos. El mas fantastico ejemplo de recarga attificial, sin embargo, ha de encontrarse en el valle del indo, aunque hasta hace quizé quince afios constituia un proceso fun- damentalmente no controlado € incluso casi accidental El proyecto del valle del indoes el mayor sistema de riego del mundo, involucrando més de 10 millones de hectareas. Como ya se ha mencionado, su desarrollo se inicié en el vaile del indo a partir de la segunda mitad del Siglo pasado. Una red de 60.000 kilmetros de canales en Pakis- tan cubre la mayor parte de un enorme embalse subterraneo que abarca 16 millones de hecta- reas y que tiene un espesor de hasta 350 m. Este embalse tiene en su fondo una capa de agua relativamente salina (6.000 ppm) y una capa superior de agua de mejor calidad (700 ppm de sdli- dos disueltos). Este embalse esté continua- mente recargado por la infiltra~ cidn de los canales de riego. En 1965 se estimo esta recarga artificial en 17 km?/afo, siendo la tecarga natural de unos 8 km? Como resultado de esta recarga, el nivel tredtico se elevaba 30 centimetros/afio, creando pro- blemas de inundacion de las raices y de salinizacién en el terreno vegetal. Un grupo de ia Universidad de Harvard estudio la situacion como parte de un proyecto patrocinado por el Banco Mun- dial. Este grupo recomend6 el utilizar las aguas subterréneas tanto para tiego como para regulacion. El plan establecia extraer agua subterranea du- ante treinta aflos para hacer descender la capa freatica y aliviar el problema de salinidad, Se propuso mezclar el agua bombeada con las de los canales para mantener una salinidad adecuada en el terreno vegetal. 194 REVISTA DE OBRAS PUBLICAS ‘Ademés las aguas extraidas del embalse subterraneo habrian de ser evacuadas por los canales hasta el mar. Las aguas del sistema de riego del indo han mantenido una regulacion durante la mayor parte del siglo XIX y el volumen embalsado representa hoy 400 kilometros cubicos de agua utilizable, considerando sélo los 30 m. superiores de acuifero recargado por los canales. El agua se extrae mediante pozos perforados hasta esta profundi- dad (de unos 30 m.) que la extraen con caudales del orden de 30 I/s. Otros sondeos realiza- dos por el gobierno llegan a una profundidad de 70 m.,con cau- dales del orden de 120 I/s El resultado de estas activida- des es que esta combinacion de aguas subterraneas recargadas por los canales esta contribu- yendo a proporcionar 1/3 del abastecimiento de la region y ha hecho posible la puesta en riego de 4 millones de hectareas culti- vables. Cada hectéarea de regadio. se beneficia, asimismo, de 40.000 metros cibicos de agua embal- sada subterréneamente en el siglo pasado. La explotacién de este agua embaisada permitira ya sea un ampliacion de la super- ficie regada o la garantia de riego normal en sequias severas 0 durante varios afios de precipita cién anormaimente escasa. A los costes actuales, 1 km? de agua por aflo puede extraerse del ‘embalse subterraneo a un coste de unos 20 millones de délares, mientras que la misma cantidad embalsada superficialmente por el sistema convencional de pre- sa-embalse costaria 100 millones de délares. Este sistema constituye la clave del futuro agricola y de la gestion hidraulica si la produc- ién de alimentos ha de mante- nerse al ritmo del incremento demogratico y sila oferta deagua ha de mantenerse al ritmo de las crecientes demandas de recur- 508 hidrdulicos. La operacion conjunta de los embalses super- ficiales y subterraneos ha de aliviar tanto los déficits estacio- ales como los existentes a largo plazo, El éxito de tal sistema MARZO 1978 exige que los embalses subte- rraneos estén equipados para una explotacion que pudieracon- tinuar por cualquier periodo de tiempo desde algunos meses al afio y algunos afios por década. El disponer de tal sistema exige decisiones politicas que hasta ahora ni siquiera han sido consi- deradas en las normas juridicas de casi ningun pais. La aplicacion de la gestion sistematica de los aouiferos esta solamente en la fase explorato- ria, Se necesita mayor experien- cia para mejorar las técnicas dela gestion hidraulica en general y de la gestion de los embalses subterraneos en particular. Una de las tecnologias mas importantes a desarrolar es la de la recarga artificial de acuiferosa gran escala. Cuando tal tecno- fogia se perteccione. los embal- ses subterraneos habran de servir como elementos deregula- cién tanto anual como hiper- anual. Ademas se incrementaria la cantidad total de agua utili- zable, ya que el método ahorra EL EMBALSE SUBTERRANEO COMO ELEMENTO. REGULADOR DEL CICLO HIDROLOGICO agua que, sin él, se evaporariao verteria ai mar sin ser utilizada. Las fugas de los canales de riego constituyen una de las mejores técnicas de recarga artificial a_gran escala, Segun esto, el revestir los canales para Teducir las fugas es, de hecho, un gasto inttil. Por el contrario, Seria preferible introducir nuevas Practicas de proyecto en los canales, hacerlos mas anchos, siempre que estas practicas estuvieran intimamente coordi- nadas con la instalacion de pozos para controlar la posicién de la capa fredtica. Otros medios de recarga arti- ficial de embalses subterréneos en zonas templadas son los con- sistentes en esparcir las aguas Provenientes de los deshielos ‘Sobre zonas regables no cultiva- das, es decir, poner en riego el terreno incluso aunque no haya cosecha alguna. Esta técnica proporcionaria tanto un almace- namiento temporal en el subsue lo que se utilizaria por las cose- chas cuando se plantaran cor 3 a 196 EL EMBALSE SUBTERRANEO COMO ELEMENTO REGULADOR DEL CICLO HIDROLOGICO un almacenamiento_hiperanual en el embalse subterréneo sud- yacente a la zona regada. Una técnica muy simple y muy antigua de recarga artificial es la de construir azudes o lagunas en las partes altas de los rios, de modo que las aguas que normal- mente pasarian a escorrentia se infiltren en el terreno, Otras tecnicas mas caras son las de construir charcas de infiltracién (elementos captantes de las precipitaciones de tormentas que sin ellos se perderian en el mar) y pozos de recarga, median te los cuales seinyecta el aguaen el terreno, en vez de extraerla. En los Estados Unidos es ya précti- ca comin construir charcas de infiltraci6n y pozos de recarga, especialmente®en Long Island,en Arkansas, en las Great Plains del Norte y en algunos Estados del Oeste. A escala mundial, el problema que encara la humanidad no es ya tanto la falta de agua dulce como Ia falta de practicas efica- ces para nible. La necesidad de producir més alimentos continuara y solo puede remediarse con un abaste- cimiento asegurado de agua de 190. El déficit de agua de 400 kilmetros cbicos que causé la crisis alimenticia de 1972 es insignificante si se considera que existen unos 45.000 km? de agua todavia almacenada, solamente en los 30 m. superiores de los embalses subterraneos del mundo, La humanidad podra resolver sus problemas hidrdulicos sola~ mente cuando los gobiernos estén preparados paraestablecer una gestion adecuada de sus re~ cursos superficiales y sus reser- vas de aguas subterraneas. Ade- més, ha de tenerse en cuenta que se estd haciendo tecnologica~ mente factible el resolver los problemas creados por hechos adversos, como la escasez de agua resultante de cam! teorolégicos mundiales, inician- do a gran escala, y. durante plazos muy largos, el control del ciclo hidrolégico mediante em- balses subterraneos. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 1, Alberto Benitez: “Gestion Integrada ‘Ge Recursos Hidréulicos". Conferen- tla de Clausura del X Curso Interna- Sional de Hidrologia Subterranea 22 de junio de 1876. 2 Ramon Llamas: "Hacia una Politica Higraulica sin Hidroesquizotrenta" ‘Aclas de la. Conferencia Nacional Sobre Hidrologia Aplicada, Zarago- 2a, 1974, 3, lamén Llamas: “Motivaciones Extra- ‘econémicas en le Utiizacion de las ‘Aguas Subterraneas: La Hidroesqui- zolrenia". Revista Agua, numero 82. Enero-tebrero 1974, 4, Ramon Llamas: "Las Aguas Subte~ rrangas la ProtesiGn de Ingeniero de Caminos". La Voz del Colegiado. Colegio de Ingenieros de Gaminos, Ganales y Puertos. Septiembre 1975, 5. Ramén Llamas y Emilio Custodio: "Hidrologia Subterranea". Ediciones Omega: 1976. 6.- Alberto Beniter:"Captacion de Aguas ‘Subterrénoas" Editorial Dossat; 1963, y 1972. 7. B.A. Downing: "water Rasourcas id “Development. in. the United Kingdom. Ii Conferencia Internacional de las Aguas Subterré- Teas, Palermo, 1-5 de noviembre e 1975. 8. Robert P. Ambroggl: “Underground eserves 19 Gonil the Water Gy- cle" Scientific American. Mayo 1977 196 REVISTA DE OBRAS PUBLICAS

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