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Selección

Si yo tuviera un corazón
ni con mis manos podría contenerlo
en lo sinuoso de su sangre
en su escrúpulo resbalaría
Sus delicadas venas se abrirían
el nudo de su razón se desataría
No sabría qué hacer con eso suelto
a mi lado...

Orfandad
Quien supone en el abrazo un estallido
no tiene madre
El que piensa que de éste surgen niños como piedras
como cáscara esparcida
no ha amado y
contando interminable su costura
señala con su dedo medio una aguja
el instrumento sangriento
placentero de una herida

Quien presume en un beso una explosión


fue dejado a las puertas de un templo
de un convento
con personas que en el olvido de Dios
como un culto a la nostalgia
lo inventan desde su observatorio
con la rigurosidad del desamor.

La Flauta Mágica

Yo creo en Dios por María, mi mujer


Por sus siete entradas y su única salida
por su catedral, hecha de piel
por la melaza de su rubor
por sus pies poblados de caracoles, por su luz.

Yo creo en Dios, por ella


Por el milagro de noches fecundas
vueltas bruma, olas, candor
En el detalle inesperado de su gesto, en sus pausas
en sus estampadas cortinas
en los schiu ajustados a su humor
a su pensamiento lunar, quedo.

Yo creo en sus preguntas, golpeando sobre mí


un mortal que la afronta desnudo
sin una franela que me cubra de su ardor
sin un licor que supere su olor a clavo, canela y marfil
a durazno con piña.

Yo miro por la ventana que da la casa de María


la mía, y silenciosamente veo a Dios.

A través del Polvo


Perdóname Anabel
no supe qué hacer con tu belleza
Soy un hombre de opacidades
No pude sobrellevar tus encantos
era mucha tu espontaneidad
al extremo de arrugar mis planchados cuadros
mis poses inolvidables –me hacías ver tan pálido-.

Perdóname el odio a tu sonrisa


a tu amarilla figura, danzante
resplandeciendo como lámpara en las reuniones
y sobre todo allí, en esa insoportable soledad
que me brindabas en tu casa
ese deslumbrante espacio en que me hundías
esa nube de olores dulces, de exóticos vapores
tan amargos para mí
que no pude respirar ya más
y que ahora añoro a tantos años luz
Perdóname Anabel
tuve que irme a esta distancia para verte.

Efecto Mariposa

Si te dijeran que te quedan tres días nada más


no lo creerías
y la muerte ó la vida te llegaría de manera sorpresiva
Ahora, yo no tengo el poder para decírtelo
pero siento que tu momento se acerca
y tú sólo revoloteas contra la bombilla
siento que dos puntas de una misma cuerda se tensan
que un nudo en el centro aprieta
–en el que se ha constituido tu existencia-
Posiblemente es la mía
Una experiencia que no pasa de un afuera
que nunca llega a vida aunque te mueras
Porque uno ha visto
cómo resultan algunos al haber sufrido ciertos eventos
ya más nunca vuelven a mirarte sin mentira
nuestro rostro pasa a ser un emblema
una bandera que ondea en la agonía
Por ello, si te digo hoy que tu final está cerca
más te vale que lo creas.

El Resplandor

Soy el mejor amante por un año


pero a poco de ocho meses comienzo a decaer
Complazco a mi pareja en todo lo que pide:
la primera pieza musical, el último jeans veteado, roto
Pero, tal vez, a la vuelta de seis meses
me comienza a pesar la bombona de oxigeno en mi hombro
la de gas, la subida y bajada del barrio
esa recta infinita en el carro, su ropa me empieza a chillar
la mía, desnudo por toda la casa
el sueño se me hace cada vez más liviano
ya no puedo soñar, y escribo
escribo como un condenado escritor de best seller
buscando en el nombre la fe que todo redime
ese sortilegio o magia que me haga pensar como un enamorado
y no como un loco que siente en el fondo marchita su flor Exhausto llego al año
con poco qué decir
apenas una esquela, un portazo, o emprendo una larga carrera
en la que cuadra tras cuadra me dejo morir.

Bálsamo

No hallo tema más confortable para conciliar el sueño que la venganza,


acompañada ésta con un fondo de envidia –claro-. Lo cierto es que me entrego a
la construcción de escenas, de imágenes donde los seres que antaño me
humillaron son de alguna manera por mí golpeados. Alguna manera no es un decir
que se remite a una simple variedad. Es la clave, el germen de mi regocijo. Es la
parte que indica toda mi evolución como soñante que odia, que mata, envenena
cada vez con mayor eficacia y sofisticación En este afán adviene el sueño, con
una ternura increíble.
Rayos

Mientes como la gata estéril y gorda


que hay en tu casa
Ahora mismo daría un salto de carro
de espiche, en busca tuya
llevarte a un rincón, desnudarte
como a una manzana roja, arrebatada
Pero tú no tienes sangre
Eres humana como los asesinos
que ven morir al animal a la distancia
luego pulsan un botón
suben el vidrio y se marchan.

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