Existen tres planos bsicos de conciencia que, si queremos aclarar y
mejorar las cosas, de la manera ms simple adems, debemos respetar. El primero, el ms sutil de todos, es el verbo, la palabra, desde la que ordenamos nuestro universo particular y colaboramos a co-crear armona en nuestro entorno. El segundo es la energa, una energa que podemos activar en nosotros y mover con poder desde la emocin, cuando pensamos, sentimos y actuamos coherentemente con nuestros sentimientos ntimos, nuestros anhelos, que llamaremos de corazn. El tercer plano es el fsico, donde se materializan nuestras ideas, nuestros pensamientos. Trabajar desde el tercer plano, intentar cambios en el plano material, es el trabajo ms arduo, donde es fcil perderse, dejndose llevar por los juegos y las trampas del ego, el personaje que hemos aprendido a representar, que adornamos a conveniencia, que nada tiene que ver, por cierto, con nuestro yo autntico. Y digo todo esto porque hemos llegado a un momento en el que no tenemos otra alternativa que cambiar desde lo sutil y renunciar a la influencia de los cuatro viejos paradigmas que pretenden seguir marcndonos el tempo de nuestra Evolucin. Empezando por la Religin (que nos dice desde sus plpitos lo que debemos o no debemos hacer), siguiendo por la Economa (que intenta constreir nuestras creaciones al capricho de su moneda), sin olvidarnos de la Poltica (con el mismo tipo de lderes que siguen lanzndose acusaciones, y que pretenden controlar aquello que podemos o no hacer), o de la Ciencia (a la que hemos concedido crdito absoluto y de la que parecemos venerar su Verdad incuestionable), todos ellos han fracasado estrepitosamente. Hemos tenido que recorrer un largo camino para poder ser conscientes de que la gua que buscamos, la Verdad en la que asentarnos, no es externa, sino que reside en nosotros, que debemos acudir ah y alimentarnos de ella, hacernos responsables y desde all empezar a manifestar en lo externo todo aquello que vayamos comprendiendo e integrando en lo interno.