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Rev. de Psicol. Gral. y Aplic., 1993, 46 (4), 421-427 O SUPERSTICION? EFECTOS DE LA INCONTROLABILIDAD EN HUMANOS: gINDEFENSION H. MATUTE Universidad de Deusto, Bilbao Resumen En teoria, tanto la indefensién aprendida como la conducta supersticiosa pueden desarrollarse en humanos expuestos a situaciones incontrol bles. En este trabajo se investigan ambas posibi- lidades, utiizando un disefio triadico con reforza- miento negativo (escape de ruidos) en el que 63 estudiantes fueron divididos en tres grupos: Es- cape, Acoplado y Control. Durante el tratamien- to, los sujetos del grupo Acoplado desarrollaron atrones supersticiosos de _comportamiento, percibieron la tarea como controlable y creyeron, haber ejercido control sobre ella. En una fase de test posterior no mostraron sintomas de indefen- sién. Los resultados son consistentes con los hallados en experimentos de conducta supersti- ‘closa y db ilusién de control, y plantean varios problemas para la teoria de la indefensién apren- dida. Introduccion Desde Ia publicacién de los primeros trabajos de in- defension aprendida (Overmier y Seligman, 1967; Seligman y Maier, 1967), solemos asumir que los or- anismos expuestos a una situacién incontrolable aprenden que el resultado no depende de ellos, y ue esto les lleva —si se dan otras condiciones— a Un serie de deficits conductuales, o sintorias de in- defension, que frecuentemente ‘son interpretados, como déficits emocionales, motivacionales y cogniti- vos (Abramson, Seligman y Teasdale, 1978; Selig- man, 1975). Sin embargo, afios antes de que comenzara ta in- vestigacién en’indefensién aprendida, los psicdlo- {gos de orientacién conductual habian realizado un gran nimero de experimentos investigando los, efectos del reforzamiento no contingente. Los resul- tados de estas investigaciones habian sido muy dis- tintos a los que propone la teoria de la indefensién: Los sujetos expuestos a reforzamiento incontrola- Abstract Both leamed helplessness and superstitious behavior may be developed by humans exposed to uncontrollable outcomes. In order to test for both possibilities, a triadic design with negative reinforcement (noise termination) was used in this experiment, in which 63 students were as- signed to three groups: Escape, Yoked and Con- trol. During the treatment phase, Yoked subjects developed superstitious patterns of behavior, perceived the task as controllable, and believed that they had exerted control over it. They did not show any helplessness symptoms during a subsequent test phase. Results ase consistent with previous reports on superstition and illusion of control, and indicate some problems for leamed helplessness theory. ble no aprendian la independencia respuesta-resul- tado y no se mostraban pasivos ni deprimidos, sino que acababan desarrollando patrones especificos de conducta. Al tratarse de una conducta afuncional (en el sentido de que no servia para conseguir el re- forzador) fue comparada con la supersticion huma- na que se da fuera del laboratorio, y se explicé en términos de condicionamiento operante debido al re- forzamiento accidental (Skinner, 1948; Hermstein, 1966) Existe, por tanto, una clara contradiccién entre la tradicién de supersticién y la de indefensién. {Qué es lo que hacemos realmente en situaciones incon- trolables? 0,50). Disefo Se utiliz6 un disefio triddico basado en el experimen- to instrumental-cognitivo de Hiroto y Seligman (1975) con tratamiento instrumental (escape de rui- dos) y test cognitive (anagramas). Durante el trata- mmiento fos sujetos fueron divididos en grupo de Es- ‘ape, grupo Acoplado y grupo Control (sin trata- miento). La principal diferencia con respecto al ex- perimento de Hiroto y Seligman (1975) es la elimina- ‘cidn de a «luz de fracaso» que ellos usaron para in- dicar a los sujetos acoplados que no estaban apa- {gando los sonidos, sino que se apagaban porque se acababa el tiempo. Aparatos y medidas El experimento fue automatizado por medio de pro- gramas informaticos. El ordenador presentaba las, instrucciones y los estimulos y registraba las res- uesias y tiempos del sujeto. Durante la fase de tratamiento se utilizd como es- timulo aversivo un sonido de 3.000 Hz, 90 dB y 5 segundos de duracién maxima, y se registraron las respuestas del sujeto con objeto de detectar posi- bles patrones supersticiosos. Si el sujeto mantenia tuna misma respuesta o patron de respuestas desde un determinado ensayo hasta el final, entonces era clasificado como supersticioso. (En algunos casos la forma concreta de la respuesta puede cambiar. Por ejemplo, un sujeto puede teclear «12» durante va- rios ensayos para pasar luego a mantener solamen- te el numero «1» en los restantes.) El porcentaje de supersticion de cada sujeto se define como el total de ensayos en los que se repite un comportamiento supersticioso hasta el final de la prueba, sobre el nu- mero total de ensayos, La fase de tests se realizo también por ordena- or, utiizando una adaptacion de la tarea de ana- gramas de Hiroto y Seligman (1975). Todas las pala- bras podian ordenarse de la misma manera: 34251 Por ejemplo, «Griets, «Tigres. Se tomaron medidas de latencia media de respuesta, numero de aciertos, y ensayo criterio (véase Hiroto y Seligman, 1975). Finalmente, se registraban también los juicios so- bre el grado de control ejercido en el test, el grado de control ejercido en el tratamiento y el grado de control que era posible durante el tratamiento. Estos registros Iban acompafiados del grado de certeza on que el sujeto daba su respuesta. El control obje- tivo con el que se comparan los juicios de los suje- tos esta diferenciado en «control programado» y control reals (el que objetivamente ejerce cada su- jeto). Procedimiento AA\ liegar al laboratorio, los sujetos contestaron los cuestionarios de depresién y ansiedad, as{ como la prueba de velocidad de escritura, todo ello por orde- nador. En funcién de los resultados obtenidos, se asignaba a cada sujeto a un grupo diferente, inten- ‘tando homogeneizar los grupos en estas variables. Las instrucciones de los grupos de Escape y Aco- plado les animaban a intentar apagar los sonidos. Debian utiizar solamente las teclas de los numeros at», «2» y «3x, en combinaciones de uno o dos digi- tos, y sin cifras repetidas. Por tanto, tenian diez po- sibilidades de respuesta (incluida la respuesta pasi- va, que también se proponia como posible solucién en las instrucciones) y sélo el nimero «21» servia para apagar el sonido en el grupo de Escape. En el grupo Acoplado ninguna respuesta era efectiva, ya {que los sonidos se apagaban automaticamente en funcién de la ejecucién del sujeto de Escape corres- pondiente. Los grupos de Escape y Acoplado recibieron 40 ensayos en esta fase. EI ordenador registraba las respuestas y tiempos del sujeto. asi como el tiempo que duraba cada estimulo. Al final de esta fase, la siguiente pantalla mostraba la pregunta «,Cual era la clave?s, ‘A continuacién, los tres grupos fueron expuestos a la tarea de anagramas y, finalizada ésta, se pre- sentaban las preguntas sobre los juicios de control. Resultados Fase de tratamiento Durante la fase de tratamiento se registré conducta supersticiosa en 15 de los 21 sujetos que compo- nian el grupo Acoplado. El porcentaje medio de res- puestas supersticiosas registrado en estos 15 sule- to fue 56,08 por 100. ‘Ademas, estos 15 sujetos contirmaron su supers- ticién cuando al terminar el tratamiento respondie- ron con un valor concreto a la pregunta sobre cual era la clave. Un sujeto adicional, que no fue clasifi ‘ado como supersticioso puesto que su patron de conducta no era claramente discemible, respondio también con un valor concreto a esta pregunta y creyé haber apagado un alto nlimero de sonidos, Los deméds sujetos (n = 5) dijeron no saber cual era la clave. Ninguno dijo que no habia clave. Respecto a los juicios dde control, se ha obser- vado Una diferencia estadisticamente significativa entre los grupos de Escape y Acoplado, tanto en el juicio de controlabilidad 0 control programado [F(1,40) = 5,10, p < 0,05] como en et juicio sobre 1 control real ejercicio [F(1,40) ~ 7.97, p < 0,05} 423 100 4; Escape Acoplado 80 60 40 20 ° z Control programado ‘uiclo control real Figura 1. Controlabilidad programada y juicio sobre la controlablidad de la tarea de tratamiento, en los grupos Escape y Acoplado. 100 80 aa an Escape 60 ‘Acoplado 20 ° Controt real ‘Juicio control real Figura 2. Control realy juicio sobre el control ejercido en la tarea de tratamiento, en los grupos Escape y Acoplado. 424 Sin embargo, como puede verse en las figuras 1 y 2 espectivamente, aunque existe una diferencia signi- ficativa, los dos grupos de sujetos percibieron la ta- ea de’ tratamiento como altamente controlabie y creyeron haber ejercido control sobre la terminacién de los sonidos En el grupo de Escape los juicios de control son bastante acertados, pero no asi en el grupo Acopla- do, que muestra una elevada ilusién de controlabili- dad y de control (véanse Figs. 1 y 2). Solamente dos sujetos del grupo acoplado creyeron no haber apa- gado ningin sonido y ninguno manifesté haber per- Cibido la incontrolabilidad de la tarea. Finalmente, no se observaron diferencias signifi- cativas entre los grupos de Escape y Acoplado con respecto al grado de certeza con que respondia a las respuestas sobre la controlabilidad de la ta- rea [F(1,40) = 2,08, p > 0,10] y el control ejercido [F(1,40)'= 0.01, p > 0,10] Fase de tests En la fase de tests no se encontraron sintomas de indefension eri ninguna de las variables dependien- tes registradas. Los tres grupos fueron homogé- eos en cuanto a latencia de respuesta [F(2,60) = 0,53. p > 0,50] ensayo criterio [F(2,60) = 0,03, > 0.50] y nimero de aciertos [F(2\60) = 0,28. P > 0,50}, Tampoco se encontraron diferencias significativas. entre los tres grupos en cuanto al juicio sobre el control gjercido en la fase de tests [F(2,60) = 0,02, p> 0,50], ni en cuanto a la certeza con que se daba esta respuesta [F(2,60) = 0,59, p > 0,50] Discusion Los resultados de! experimento indican que el grupo ‘Acoplado desarrollé un alto grado de ilusién de con- trol y controlabilidad durante la fase de tratamiento, ‘acompariado, en muchos casos, por conducta su- persticiosa. En contra de lo postulado por e! modelo de indefensién, los sujetos del grupo Acoplado ten- dian a repetir Una determinada respuesta o patron de respuestas, y pensaban que ésta era la causa de ue se apagara el sonido. En consecuencia, no es. extrafio que estos sujetos respondieran con norma- lidad durante la fase de tests y no dieran muestras de indefension, La actuacién del grupo Acoplado durante la fase de tratamiento resulta interesante en cuanto que la situacion de reforzamiento negativo incontrolable parecia la més adecuada para poder demostrar la in- defension aprendida, puesto que se trata de un di- sefio andlogo al disefio triddico utiizado en la expe- rimentacion animal, donde frecuentemente se han ‘obtenido los datos mas claros en apoyo del modelo de indefensién (Maier y Seligman, 1976) Nuestros resultados indican, sin embargo, que el aprendizaje de la independencia respuesta-resulta- do no tiene lugar en humanos en situacion de refor- zamiento negativo no contingente con disefio triad 0, si se elimina el feedback de tracaso que se util- za frecuentemente en la investigacién con humanos. Estos datos son consistentes con los observados en las investigaciones sobre conducta supersticiosa y sobre ilusion de control, y coinciden con los en- contrados en un experimento muy similar (Matute, en prensa), donde también se encontré conducta supersticiosa, observandose, ademas, que tanto la ilusi6n de control como la supersticion desaparecian si se volvia a introducir el componente de fracaso propio de los experimentos de indefension en huma- nos, dando paso asi a los défcits propios de este tipo de experimentos en la fase del test (deficits que, por otra parte, no eran debidos a la indefen- sidn, sino al fracaso o a la ausencia de reforzadores [véanse también Abramson et al., 1978; Seligman, 1975). En el presente experimento, dado que el reforza- miento ocurre con bastante regularidad, parece ‘como si estos sujetos trataran de asignar el refuer- 20 a alguna de las respuestas que acaban de dar. Generaimente repiten alguna de estas respuestas, y normaimente reciben el refuerzo, puesto que el pa- tron de reforzamiento que reciben viene proporcio- nado por el sujeto correspondiente del grupo de Es- cape, el cual, una vez que aprende la respuesta co- rrecta, normaimente la mantiene y sigue escapando- del estimulo aversivo en los demas ensayos, produ- ciendo un patrén de reforzamiento bastante consis- tente para las respuestas supersticiosas que desa- rrollan los sujetos acopiados. Quedarian, sin embar- 90, otras muchas situaciones por investigar, y en las {ue tal vez puedan demostrarse sintomas de inde- fensién, como son, por ejemplo, las situaciones re- forzamiento no contingente pero con patrones de reforzamiento més aleatorios que el que se da en e! grupo acoplado, aunque, por otra parte, esto elimi aria las ventajas metodol6gicas por las que se pro- USO inicialmente el disefio triddico (véase Maier y Seligman, 1976). En resumen, el presente experimento pretende llamar la atencién sobre toda una base de datos ex- perimentales sobre comportamiento supersticioso, que aunque obtenidos hace afios, estan en clara ontradiccién con algunos presupuestos actuales sobre los efectos de la exposicion a situaciones in- controlables. Como deciamos al principio, es muy probable que tanto la indefensién como la supersti- ion puedan tener lugar en situaciones incontrola- bles, pero es preciso ir delimitando las condiciones fen las que una u otra tienen mayores probabilidades. de desarrollarse, en lugar de asumir que es la inde- fensién la que predomina narmalmente. Parece, por tanto, necesario realizar més investigaciones en las ‘que la indefensién y la supersticion puedan estudiar- se conjuntamente, y en las que fos efectos de la in- controlabilidad no'sean mezclados con los de la ex- tincion 0 el fracaso, para poder hallar por qué, ante Una situacién en la que es importante conseguir un determinado resultado, y éste es incontrolable, unas personas desarrollan un comportamiento supers- ticioso, mientras que otras muestran sintomas de indefensién. El problema no estaria tanto en com- 425 probar si las personas somos capaces de detectar relaciones de independencia respuesta-resultado, puesto que cuando se proporcionan las condiciones y las instrucciones adecuadas en contextos mas teéricos, como son los estudios sobre juicios de causaiidad, se observa que si poseemos esa capaci- dad (por ejemplo, Shanks y Dickinson, 1987; Was- serman, 1990), sino en averiguar si efectivamente detectamos esa independencia cuando estamos tra- tando de obtener algo y el evento deseado ocurre de manera no contingente. Los datos existentes so- bre supersticion e ilusién de control parecen indicar que puede existir una diferencia entre lo que somos capaces de detectar (por ejemplo, juicios correctos en los estudios de juicios de causalidad) y lo que realmente percibimos cuando nos encontramos en una situacién en que estamos tratando de obtener algo y esto ocurre de manera no contingente (ilusién de control y supersticién). Esta ultima situacion mas naturalsta seria la situacién propuesta tanto por los tedricos de la indefensién (Seligman, 1975) como por los investigadores de la conducta supersticiosa (Hermstein, 1966; Skinner, 1948), y para la cual los, resultados de una y otra linea de investigacién impli- can conclusiones contradictorias. Referencias ‘Abramson, L. Y. y Alloy, L. B. (1981). Depression, nonde- pression and cognitive ilusions: Reply to Schwartz Journal of Experimental Psychology: General, 110, 436- 447. Abramson, L. Y., Seligman, M. E. P y Teasdale, J. D. (1978), Learned Helplessness in Humans: Critique and Reformulation. Journal of Abnormal Psychology, 87, 49-74 Alloy. LB. y Abramson, L. Y. (1978). Judgment of contin: gency in depressed and nondepressed students: Sad- er but wiser? Journal of Experimental Psychology: Ge~ ‘eral, 108, 441-485, Balleine, B. y Job, R. F. S. (1991). 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