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Sir Tim Berners-Lee ha estado bastante activo últimamente.

Con todo el debate por la


neutralidad tanto en los Estados Unidos como en la Unión Europea y hasta en Chile,
mucha gente quiere saber su opinión. Si este señor inventó la web y el hipertexto,
evidentemente es voz autorizada.

En el evento final del Web 2.0 Summit fue entrevistado en el escenario por Tim
O’Reilly, y en esta nota te contamos lo medular de sus dichos, en los cuales podría
decirse que delineó ocho directivas que deben preservarse para que la web siga
funcionando.

No imponer leyes especiales a la Web: Las leyes no se hacen para la tecnología sino
para la gente. Como la web es una plataforma para la comunicación de los seres
humanos, deben regir las mismas leyes que aplican a todas las otras relaciones
interhumanas.

Acostumbrarse a tolerar errores: en una escala global es imposible asegurarse que


todo funcione como se hace en ámbitos pequeños. Por lo mismo -le dijo a O’Reilly- el
error 404 fue uno de los inventos críticos para el funcionamiento de la Web.

Si quieres masificarte, regálalo: si hubieran cobrado por la web, hubieran salido otros
protocolos a competir y ahora tendríamos una maraña de redes que no necesariamente
hablarían entre sí. “Queríamos una URL para cada página, queríamos la web en todos
lados, por eso no pensamos en cobrar”.

Mejor muchas pequeñas empresas que pocas grandes: A Tim Berners-Lee no le


hace mucha gracia el protagonismo y masividad de algunas redes cerradas como
Facebook, cerradas en el sentido que por ejemplo MySpace no puede interconectarse
libremente. Berners-Lee ve la web como un inmenso continente que él regaló al mundo,
y en el cual algunas compañías se han tomado extensos paños de terreno y lo han
cercado.  Pero junto con la preocupación manifiesta la esperanza, y dice que siempre un
enjambre de pequeñas compañías intercolaborativas podrán derrotar a grandes
corporaciones, al menos en teoría, mientras usen protocolos y estándares compatibles y
abiertos.

No mezclar diseño con dispositivos: hay que pensar que la Web es un contenido y que
infinitos dispositivos actuales y futuros deben poder accederlo. Si diseñas pensando que
te leerán con un cierto browser o una cierta resolución, tu contenido no sobrevivirá a los
cambios tecnológicos.

El contenido es una aplicación: gracias a HTML5, que para Berners-Lee es una


plataforma más que un formato de documento, las páginas empezarán a alojar widgets,
video, sonido, y al final acceder a un sitio y correr una aplicación de escritorio van a ser
experiencias similares, por lo que hay que pensar desde ya que lo que construimos es
una aplicación, no un simple sitio web.

Forjar Confianza: lo único que impide a las aplicaciones web despegar y superponerse
a las clásicas aplicaciones de escritorio es la confianza. Berners-Lee no tiene la solución
para derribar el muro de incertidumbre que las grandes empresas enfrentan (a veces con
razón) a la hora de usar la Web como plataforma para correo, ofimática, calendarización
y otros servicios, pero el resolver este desafío es la piedra de tope para dar el siguiente
paso.

Hacer la web funcional para más personas: Berners-Lee dice que un 80% de la
humanidad podría acceder a la web si quisiera, pero sólo un 25% lo hace. ¿Por qué? A
lo mejor no estamos pensando la web para todos, seguimos estancados en la idea de que
es sólo para los jóvenes o sólo para la gente con plata o sólo para la gente tech. A estas
alturas hay que pensarla como un servicio básico para todos o seguiremos con un
enorme mercado que no la usa porque no la entiende, no le interesa o no le ofrece
ninguna ventaja para sus tareas diarias.

No se pasa 20 años en esto de la Web sin aprender una o dos cosas. Al menos, Sir Tim
Berners-Lee en un diálogo completamente improvisado y espontáneo con O’Reilly
sigue siendo capaz de dejar a todos boquiabiertos con reflexiones tan simples, tan
obvias y que sin embargo nadie sigue y han lastrado la web en los últimos años. A ver si
le hacemos más caso para avanzar más rápido.

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